miércoles, 11 de septiembre de 2024

COSAS DE CASA

Diego Matos Agudo




Los Cuatro Fantásticos: Círculo cerrado

Alex Ross y Josh Johnson 

Panini Cómics

Estados Unidos 

Cartoné

64 págs.

Color

Traducción: Uriel López

Obras relacionadas

Marvels

Kurt Busiek y Alex Ross

(Panini Cómics)

Kingdom Come

Mark Waid y Alex Ross

(ECC Ediciones)

Superman: Paz en la Tierra

Paul Dini y Alex Ross

(ECC Ediciones)

Batman: Guerra contra el crimen

Paul Dini y Alex Ross

(ECC Ediciones)

Wonder Woman: El espíritu de la verdad

Paul Dini y Alex Ross 

(ECC Ediciones)

Es de noche en el Edificio Baxter. Dentro, en la cocina, Ben Grimm está preparándose un bo- cadillo. Tiene un antojo de medianoche. Cree que todos duermen y él tiene hambre. Pero no está solo. Pronto Johnny Storm aparece. Aunque siguen sin estar solos. La alerta de intruso salta y entonces... ¡todo comienza!

En esa noche lluviosa, La Cosa, La Antorcha Humana, Míster Fantástico y La Mujer Invisible se ven rodeados por un enjambre de parásitos invasores. Son unas criaturas que se alimentan de carroña, pero no provienen de esta dimensión, si no que han llegado desde otro lugar que Los Cuatro Fantásticos conocen bien: La Zona Negativa. Vinieron a la Tierra usando un huésped humano; alguien vinculado al pasado de los protagonistas, que revive en ellos sentimientos de culpa. Pero ¿quién les ataca ahora de esta forma? Y lo más importante: ¿con qué propósito? Los imaginautas más famosos de Marvel tendrán que hacer lo que mejor se les da: viajar entre mundos arriesgando el destino del cosmos en el trayecto, además de sus propias vidas. Todo ello en una aventura sin parangón narrada en este primer proyecto de la colección Marvel Arts, una nueva colaboración entre La Casa de las Ideas y Abrams Comic Arts (sello que ha empezado con fuerza en el noveno arte con propuestas de gran potencia como Run, de John Lewis, Andrew Aydin, L. Fury y Nate Powell; Save it for later, de Nate Powell; o Phenomena, la última obra de Brian Michael Bendis con André Lima Araujo) centrada en aunar los mejores autores con los mejores personajes.

Los Cuatro Fantásticos: Círculo cerrado es el primer acercamiento del histórico Alex Ross (Kingdom Come, Marvels) a Reed, Susan, Ben, Johnny y toda su parcela dentro del universo Marvel. En forma de obra larga y con él como autor completo, revisita una historia clásica de Jack Kirby y Stan Lee publicada en los años sesenta dándole una vuelta a la trama y yendo más allá para conseguir acercarla al sentir de una nueva generación de lectores. El resultado no podía fallar.

Pero la intrahistoria de este cómic es también muy interesante. Después de trabajar en Marvels, fue el editor jefe, Tom DeFalco, quien le propuso a Ross coger la historia que quisiera de los héroes de la editorial para revisitarla. Volverían a contarla ampliándola y añadiendo cosas del contexto del periodo elegido. De todas las posibles la que primero llegó a la mente del artista fue la del número 51 de Los Cuatro Fantásticos, la clásica: «Este hombre... ¡este monstruo!». Las piezas iban encajando e incluso sugirieron que el propio Stan Lee se involucrase en los guiones, pero no quería repetir la experiencia de Kirby y la idea no terminó de cuajar. Cuando Marvel iba a relanzar a Los Cuatro Fantásticos por enésima vez, en una de sus últimas iteraciones, Ross propuso encargarse del renacimiento; pero eso tampoco se materializó. Hasta que veinticinco años después por fin se han dado las circunstancias para que esta historieta vea la luz. Por fortuna. «Siempre había recordado la idea que me habían planteado y lo más audaz que se podía hacer era volver a la que comúnmente se considera una de las historias más famosas que hicieron Kirby y Lee y hacer una continuación», explica el autor en una entrevista.

Con una paleta de colores clásica, brillante y vívida, con amarillos planos y azules potentes, destacando entre todos los colores aplicados, cada página (de las 64 que conforman el volumen y que iba haciendo a razón de diez páginas al mes) destila una narrativa visual excelsa, con varias splash-pages que son verdaderas obras de arte en sí mismas, tanto por su potencia visual, como por su narrativa y su planificación. Todo en este cómic está milimetrado. Es un viaje potente en doble sentido: por un lado, el que hacen los personajes hacia la Zona Negativa, con todo lo que encuentran en ella porque no se paran de mover; y, por otro, el que hacen los lectores, que también es doble, un viaje al pasado, al sense of wonder de las primeras etapas de la colección, y un viaje a la modernidad de un autor maduro que aquí se encuentra en estado de gracia (como curiosidad, a Ross le gusta mucho realizar fotos para documentarse y luego utilizar como referencia para las viñetas y en este proyecto fue un paso más allá, creando sus propias figuras de acción personalizadas de los protagonistas para plantear las viñetas mediante sus fotografías). «Intentaba estar en sintonía con lo que hacía Jack Kirby artísticamente y con el período de tiempo en el que crearon la aventura original. No es tan fácil de hacer hoy en día», comenta Alex Ross. Los Cuatro Fantásticos: Círculo cerrado es, sin duda, una certera punta de lanza para presentar Marvel Arts; una carta de amor por Los Cuatro Fantás- ticos que se transforma también en una carta de amor por los cómics de superhéroes. Vibran- te. Emocionante. Desde luego, aquí se cierra el círculo.


Jot Down Comics

Año 2023




martes, 10 de septiembre de 2024

MIEDO Y ASCO EN EL MUSEO

Alberto García Marcos



Museum

Fernando de Felipe 

ECC Ediciones 

España

Cartoné

80 págs. 

Color

Obras relacionadas

Psychopathia sexualis

Miguel Ángel Martín

(La Factoría de ideas)

Octubre

Pasqual Ferry

(Astiberri)

Onírica

Josep Maria Beroy

(Diábolo Ediciones)

Stray Toasters

Bill Sienkiewicz

(ECC Ediciones)

El hombre que ríe

Fernando de Felipe 

(ECC Ediciones)   


La primera mitad de los años noventa será recordada en España como la época de la gran debacle del cómic. Tras la explosión de las revistas de tebeos para adultos (así las llamábamos entonces, nada que ver con el porno... bueno, quizá un poco sí) en los últimos setenta y primeros ochenta, se produjo el colapso: en 1991 cierra Creepy (segunda época); al año siguiente, Comix Internacional (también su segunda encarnación; en esta cabecera, precisamente, se serializó el Museum que nos ocupa), Zona 84 y Totem el Cómix. En 1995, se clausura la fugaz y excelente revista Viñetas, y en 1996, Cimoc, la penúltima decana, solo superada por El Víbora, que resistiría hasta 2004, en gran medida gracias a las ventas de Kiss Comix, la revista de porno hardcore de la misma editorial. Y así, con la secuencia de auge, burbuja y caída, fue como dio fin la era de las revistas y comenzó la de la novela gráfica, que podemos suponer que se encuentra ya en su fase de burbuja...

El asunto tuvo su miga, tanto por la orfandad repentina que sufrimos los lectores como por la catástrofe que supuso para toda una nueva hornada de autores españoles que desde mediados de los ochenta comenzaba a tomar el relevo de sus maestros, y entre los que se encontraban, por citar a unos pocos, Josep María Beroy, Enrique Corominas, Miguel Ángel Martín, Pasqual Ferry (que se reinventaría en el extranjero) o el propio Fernando de Felipe. Había, además, algunas características compartidas por todos ellos, una especie de tremendismo, un intento de subversión de los códigos del terror y una inclinación hacia su vertiente más psicológica (no exenta de ironía, como demuestra a menudo De Felipe; como demostraría Álex de la Iglesia en El día de la bestia unos años después), que posiblemente era fruto de un pánico social aún difuso por su lejanía geográfica (guerra del Golfo y consecuente aumento del precio del petróleo) y que en España, tras las «vacas gordas» de los Juegos Olímpicos y la Exposición Universal de 1992, cristalizaría en la crisis económica de 1993 (auge, burbuja y caída, de nuevo). Para entonces, Bret Easton Ellis ya había publicado en Estados Unidos su American Psycho, un retrato macabro de la época, que contaba entre sus páginas con algunas de las descripciones de perversiones y asesinatos más macabras que se recuerden, al menos en un libro superventas. Y otro tanto se puede decir, en este caso en el ámbito del cómic, del Museum de Fernando de Felipe.

Cada capítulo de Museum describe a un personaje abocado a la desgracia por mor de su obsesión coleccionista: familiares muertos, envases de todo tipo, desechos corporales, crímenes sin resolver... Un capítulo este, quizá el mejor del libro y el más radical en lo narrativo, que en algún momento trae a la cabeza la película Seven, de David Fincher... que se estrenaría dos años después. En efecto, había algo en el ambiente, y no olía precisamente bien, de modo que parecía lógico que De Felipe diese rienda suelta a la escatología que trufa estas páginas. El autor venía de publicar El hombre que ríe, la que considero su obra más lograda —y, curiosamente, junto con Museum, quizá la única no encuadrada en un imaginario netamente estadounidense—, y estaba en la cima de sus capacidades artísticas, después de absorber y adaptar a su propio estilo la voz solemne en tercera persona de Alan Moore (apenas hay diálogos en este libro) y los recursos gráficos del Bill Sienkiewicz de Elektra asesina y, sobre todo, Stray Toasters: los juegos de color y disposición de las viñetas, las veladuras, los cuerpos deformados, los collages de fotografías y grabados que también traen a la memoria al nunca suficientemente reivindicado Josep Maria Beà (otro maestro del terror psicológico y la vanguardia).

Es de agradecer la iniciativa de ECC Ediciones de recuperar la obra de De Felipe en su práctica totalidad, especialmente si, como ocurre en Museum, se acompaña de abundantes extras que ayudan a contextualizar su trabajo y a comprender los procesos mentales y creativos del autor. Puede que Museum no sea una obra maestra (no lo es: los usos editoriales en cuanto a extensión y desarrollo la constriñen demasiado y, sobre todo, da la sensación de haber quedado truncada antes de desarrollar todo su potencial), pero es un documento impagable sobre una época en la que estábamos asustados y todavía no sabíamos por qué.




Jot Down Comics

Año 2023



LIENZO DEL JAPÓN RURAL Y PROFUNDO

Josep M. Berengueras



Nieve roja

Susumu Katsumata 

Gallo Nero Ediciones 

Japón

Rústica con solapas 

232 págs.

Blanco y negro

Traducción: Yoko Ogihara y Fernando Cordobés

Obras relacionadas

Mi vida en barco

Tadao Tsuge

(Gallo Nero Ediciones)

Flores rojas

Yoshiharu Tsuge

(Gallo Nero Ediciones)

El hombre sin talento

Yoshiharu Tsuge 

(Gallo Nero Ediciones)

Cuando en septiembre de 2015 la casi desconocida editorial (en lo que a manga se refiere) Gallo Nero anunció que editaría El hombre sin talento, de Yoshiharu Tsuge, un pequeño rayo de luz iluminó las esperanzas de los lectores de cómic japonés más experimentados, que ansiaban poder leer en castellano obras de culto niponas. Desde entonces, la editorial madrileña ha ido llenando un pequeño hueco en las estanterías con títulos de altísima calidad, que seguramente no son superventas, pero cuya edición es indispensable para crear un mercado sano. Nieve roja, de Susumu Katsumata, es una de ellas: gekiga (manga dramático, alejado del cómic japonés de entretenimiento surgido a partir de Osamu Tezuka) en estado puro, pero con el añadido de que sus historias no se ambientaban en la gran ciudad, como en la mayoría de autores de la época, sino que en este caso transportaban al lector a un Japón rural totalmente desconocido para los occidentales.

Y es que Katsumata es, seguramente, uno de los artistas destacados de gekiga que menos han trascendido, quizá precisamente por alejarse de los estándares urbanitas del género cuando publicó la mayoría de sus obras (años setenta y ochenta). Pero, como bien cuenta en el prólogo el profesor de lengua y literatura japonesa en el DISUM (Universidad de Catania) Paolo la Marca, cuando en 2005 se presentó en Japón la antología que nos ocupa, algo cambió. Por fin, Katsumata recibió un merecido reconocimiento en forma de nuevos lectores, críticas positivas y traducciones a otros idiomas de un autor que tuvo más éxito con las ilustraciones que con el manga.

Nieve roja recopila 10 relatos cortos publicados entre 1976 y 1985, que se centran todos ellos en el Japón rural de las décadas de 1940 y 1950, es decir, justo durante la infancia de Katsumata (nacido en 1943) que, obviamente, se crio en el campo. Pero que nadie espere personajes hablando de la posguerra o preocupados por la geopolítica: los relatos de Nieve roja explican por un lado el arduo trabajo de campesinos, artesanos, monjes budistas y mujeres fuertes que buscan cómo sobrevivir en su pequeño mundo. Lo cotidiano es sobrevivir, luchar, hacer frente a la tentación... y también el abuso, desgraciadamente. Por el otro, las historias también narran relatos mitológicos y leyendas, de aquellos que pasan de boca en boca y de generación en generación en las pequeñas comunidades, ambientados en los lugares cotidianos por los locales y que marcan buena parte de su personalidad.

De la recopilación destacan algunos relatos. El primero, «La cuesta de los grillos», que nos explica la historia de una anciana mendiga y los porqués de su desdicha. También «Torajiro Kappa», donde el ser mitológico japonés se ve envuelto en la cotidianidad de una pequeña villa y en un peculiar duelo. Tampoco hay que pasar por alto tampoco «Kokeshi», que cuenta cómo los kappas acaban siendo la solución a un depredador sexual marcado por un trauma. Y cómo no, el relato que da nombre a la recopilación, «Nieve roja», una historia de artesanos del sake y de deseo. Pero, a nivel global, todas y cada una de las historias tienen un algo que engancha, un billete para el lector a una época lejana y a una comunidad que, por raro que parezca, acaba pareciendo cercana.

Katsumata logra con Nieve roja pintar a la perfección un cuadro costumbrista lleno de nostalgia, donde hasta los elementos fantásticos resultan creíbles por el contexto. Lo hace con trazo simple, sin líneas cinéticas ni aspavientos en cuanto a composición; pero contando bien cada detalle importante, usando el silencio cuando es necesario y dando el protagonismo a los personajes, a la naturaleza y a las leyendas.

Nieve roja es un lienzo del Japón rural y profundo de mediados del siglo pasado, formado por cuentos del pasado que merecen una lectura en el presente por todos aquellos aficionados que aman el buen cómic. Gallo Nero sigue en su línea, y es de agradecer que siga apostando por clásicos como este.


Jot Down Comics

Año 2023


lunes, 9 de septiembre de 2024

UNA GOTA DE SUDOR EN LA FRENTE

Diego Cuevas

Obras incompletas 2015-2022

Lorenzo Montatore 

ECC Ediciones España

Cartoné

464 págs. Color

Obras relacionadas

La mentira por delante

Lorenzo Montatore

(Astiberri)

Queridos difuntos

Lorenzo Montatore

(Sapristi Comic)

Cuidado que te asesinas

Lorenzo Montatore

(Ediciones La Cúpula)

Bardín el superrealista

Max

(Ediciones La Cúpula)


Un hombre de gesto áspero agita el tronco de un olivo y de las ramas de aquel árbol cae un poeta con aspecto de Muppet. «No se asuste, me quedé dormido entre dos palabras y desperté aquí», aclara el recién aterrizado. La escena no solo forma parte de la antología Obras incompletas 2105-2022de Lorenzo Montatore (Madrid, 1983), seudónimo artístico de Javier Lorenzo García, sino que además funciona exactamente como un resumen del espíritu que posee la obra: en el lugar más inesperado, en el escenario más inocente, puede acontecer, de repente, el hecho más insólito, poético y surrealista. Y, tal y como ocurre en el pasaje del lírico vendimiado, es muy probable que a partir de ese momento la historia se encamine de manera irremediable hacia la catástrofe.

Un voluminoso tomo rosa de más de cuatrocientas cincuenta páginas que promete una recopilación inconclusa no es algo habitual. Pero lo cierto es que el trabajo de Montatore tampoco es algo habitual en el terreno del tebeo: una colección de personajes, construidos con un minimalismo heredero de la escuela Bruguera, desfilando sudorosos a modo de reflejo de las inquietudes e introspecciones del autor. Un libro que ejerce de antología de todos los fanzines y pequeños relatos autopublicados por el dibujante, en donde el adjetivo «incompletas» nos recuerda que tanto las historias largas como las aventuras del personaje de Román Tesoro se han quedado fuera del recopilatorio porque, simplemente, este no era su sitio. Pero, a pesar de lo que se emperre en anunciar su título, el presente volumen sí que constituye lo que probablemente sea el retrato más sólido posible del artista, aquel en el que cada cuento y garabato parece contar algo sobre los interiores de quien los firma. Estructurado en un orden decidido por el propio Montatore, basado en la encapsulación temática y no en la cronológica, Obras incompletas presenta cada una de las piezas acompañada de una introducción, textos que revelan las múltiples capas apiladas sobre los trazos en apariencia sencillos e inofensivos. Conversaciones casuales entre personajes sonrientes tras las que se esconden los abismos cotidianos del trastorno bipolar, corazones remendados con tiritas como evocación de los problemas cardíacos y las complejas intervenciones quirúrgicas, pastillas engullidas con diligencia o monigotes contemplando un agujero de dibujos animados que resuena como una depresión insondable. Y una eterna gota de sudor en la frente de todos los participantes de este teatrillo ilustrado, como recordatorio fisiológico de que las dolencias y las angustias les perseguirán para siempre.

El universo de Lorenzo Montatore es extraño, ecléctico, impredecible, y asombrosamente pro- fundo en su bidimensionalidad. Y sus propuestas resulta cándidas, sorprendentes y terribles al mismo tiempo: seres que vagan y divagan a través de unos escenarios extraídos de Super Mario Bros pero contaminados por la decadencia humana; un ficticio cantaor flamenco, amputado e impedido, que demanda degustar huevos fritos con puntillita como primer plato y rayas de cocaína a la hora del postre; deidades primigenias en busca de un nombre con el que ser alabadas; viajes en el tiempo para arreglar un aparato de aire acondicionado y duelos de western que se saldan con frases de cortesía desgastadas. Parajes oníricos ideados en el mundo real a base de combinar influencias de todo tipo: del krautrock al celuloide, pasando por el cante flamenco, los vapores y superrealismos de Max, los clásicos literarios, el videojuego añejo, los cómics de Ja- son o cualquier tipo de influencia pop que se enrede entre las obsesiones del ilustrador hasta convertirse en material de viñeta. Porque Montatore es una persona que acumula sus ideas en una carpeta bautizada «Escombro, carajillo y detergente». Uno de los pocos creadores actuales capaces de cometer osadías como combinar el eslogan «En las distancias cortas es donde una colonia de hombre se la juega» de la publicidad ochentera de Brummel con el cine de Andréi Tarkovski, introducir las penurias anunciadas por la rumba vallecana Heroína, de Los Calis, en un mundo de magos y criaturas fantásticas, imaginar un incidente asombroso en la infancia de la cantante peruana Yma Súmac tras verla actuar en el talk show de David Letterman, o de convertir el ritmo del foxtrot Arrullo de amor, de Rafael Medina, en un relato postapocalíptico protagonizado por una abuela motera con ganas de mover la cadera junto a otro ser humano.

Obras incompletas 2015-2022 es un artefacto único, una patada envuelta en tapas duras de color pastel que parecen un guiño cromático al Mortal y rosa del, muy admirado por Montatore, Francisco Umbral. Un tomo extraordinario publicado por ECC que recopila fanzines, bocetos sobre hojas cuadriculadas, elucubraciones, viñe- tas descartadas y confesiones, materiales todos ellos difíciles de localizar en la actualidad, e incluye un prólogo de Rubén Lardín y una amplia entrevista al autor a cargo de Gerardo Vilches. El muestrario de un creador que en siete años ha erigido todo un mundo propio inclasificable y sorprendente. Una gota en la frente, una tirita en el cogote y un poeta atrapado en un olivo.


Jot Down Comics

Año 2023



domingo, 8 de septiembre de 2024

Temporada Arcane 2: Tráiler final

 




Tráiler final de la segunda (y última) temporada de “ Arcane ”, la famosa serie producida por el estudio francés Fortiche para Riot en el universo del juego League of Legends.

Via Catsuka

EL FIN DE LA INFANCIA

Yexus




Paracuellos 9. Un «hogar» no es una casa

Carlos Giménez

Reservoir Books

España Cartoné

144 págs. 

Blanco y negro

Obras relacionadas

Es hoy

Carlos Giménez

(Reservoir Books)

Primer amor y otros romances

Carlos Giménez

(Ediciones Debolsillo)

Todo Los profesionales

Carlos Giménez

(Ediciones Debolsillo)

Todo Barrio

Carlos Giménez

(Ediciones Debolsillo)

España una, grande y libre

Carlos Giménez 

(Ediciones Debolsillo)


Probablemente Carlos Giménez sea el autor español vivo más aclamado por la crítica y el público en base a los valores éticos y estéticos cultivados a lo largo de sus más de seis décadas de trayectoria, por no mencionar que su trabajo constituye prácticamente una crónica de la historia del cómic en el país durante tan largo periodo. La fantasía y la ciencia-ficción, las adaptaciones literarias y, sobre todo, el realismo social basado a menudo en sus propias vivencias es la materia de la que se nutre esencialmente este longevo periplo profesional. Siempre marcado por el compromiso ético y el sentido humanista, con independencia de la aproximación gráfica o argumental de cada obra. Dicho lo cual, es bien sabido que, al margen de los éxitos cosechados en diversos géneros, su máxima dimensión como autor se cimenta en el hecho de ser un pionero en el campo de la autobiografía y el testimonio sociopolítico mucho antes de surgir la novela gráfica, siendo incluso precursor de la memoria histórica cuando todavía no se manejaba el término. Concretamente, durante el tardofranquismo y los primeros años de la Transición. En este sentido, al margen de glosar hechos y anécdotas de conocidos o amigos y de la España que le tocó en suerte vivir, Giménez ha trasladado a las viñetas casi toda su experiencia vital, desdoblándose en sosias, álter egos y trasuntos de sí mismo prácticamente indisimulados. Ha sido «Pablo», «Pablito» y «el tío Pablo» en personajes que protagonizaron su infancia en los colegios franquistas, su adolescencia en un barrio madri- leño, su aprendizaje como dibujante de cómic, sus amoríos frustrados, e incluso la decadencia y el desencanto de su yo del presente. Un largo periplo que, con un pesimismo no exento de cierta lógica, se va cerrando cuando el autor rebasa los 80 años y confiesa su escepticismo y su progresivo alejamiento de la vida social para enclaustrarse en su domicilio y concentrarse en realizar puntualmente sus álbumes. No extraña por ello que, además de cerrar argumentalmente series de su juventud, como Gringo y Dani Futuro, complete su llamada «trilogía del crepúsculo», donde se retrata con su edad real, en sus circunstancias actuales, e incluso llegue a narrar su propia muerte.

En tal contexto es donde debe entenderse la clausura de su serie más longeva, la que significó su salto a la fama, después de nueve álbumes y 45 años de publicación, traducida a doce idiomas y acreedora de multitud de premios nacionales e internacionales. Sí, hablamos de Paracuellos, que rememora su estancia en los hogares de Auxilio Social durante su niñez tras la guerra civil. Fue una penosa experiencia marcada por el autoritarismo, el hambre, la represión y el miedo, todo auspiciado por una estructura de poder sostenida por la Falange, la Iglesia y el Estado. En definitiva, un micromundo que actuaba como reflejo representativo del resto del país bajo la dictadura.

Este noveno y último álbum de la serie lleva por título Un «hogar» no es una casa, en irónica alusión a la siniestra naturaleza de estas instituciones de acogida frente a las cálidas connotaciones de la auténtica vivienda familiar. Es el más largo de la saga y contiene una historia completa, aunque en realidad se trate de un cúmulo de anécdotas entrelazadas, como suele hacer últimamente el autor, guiadas por la voz en off o el relato del propio Pablito. Ya que el argumento muestra al pequeño protagonista justo a punto de abandonar el hogar para volver con su madre, momento en el que rememora su llegada, sus primeros días y toda su larga estancia. Los numerosos personajes y escenas resultan ciertamente conocidas e incluso muchas han sido narradas ya en anteriores álbumes. Solo que ahora cobra mayor perspectiva el conjunto, adquiere un sentido mucho más global. De forma que el libro se convierte en una suerte de recapitulación o compendio, que se puede leer con independencia del resto porque prácticamente los contiene a todos. No falta ninguno de los ingredientes que definen la serie. Hay ilusiones y desengaños, alegrías, sinsabores y sufrimiento, junto con nimios sucesos que desgranan el día a día de los chiquillos: los juegos, los castigos, el catecismo, la instrucción, la comida o los tebeos. Sobre todo, estos últimos, aquellos cuadernillos apaisados que despertaron la pasión por narrar con imágenes del futuro dibujante. La diferencia es que aquí los niños son algo más mayores que antes; no mucho, realmente, pero lo suficiente para que Pablito vuelva con su familia, enlazando así argumentalmente con el primer álbum de Barrio.

La lectura de la serie completa también muestra la evolución gráfica del autor. El dibujo se ha ido sintetizando, la profusión de viñetas de los inicios ha dado paso a una narrativa más sencilla pero ciertamente funcional, basada en los diálogos y lo que, en términos cinematográficos, se llamaría «dirección de actores». Todo al servicio de una historia tan eficaz como entrañable que todavía es capaz de transmitir emociones y generar una sonrisa agridulce.

Carlos Giménez ha finiquitado su más emblemática serie y progresivamente también el res- to de sus títulos de inspiración costumbrista o autobiográfica ¿Qué nuevos rumbos tomará el maestro madrileño a partir de ahora? Varias de sus últimas obras apuntan hacia la fantasía y la ficción especulativa, quizás hastiado de la pura realidad cotidiana o de las restricciones gráficas que esta conlleva a nivel artístico. Pero solo el tiempo despejará esa incógnita...


Jot Down Comics

Año 2023