miércoles, 19 de marzo de 2025

Overwatch 2 x The Sserafim

(tráiler en colaboración con Daniel Cuervo Arévalo)


 

 Daniel Cuervo Arévalo , artista colombiano del que ya os hablé , está detrás de la producción de un simpático "trailer de colaboración" entre el videojuego Overwatch 2 y el grupo musical surcoreano Le Sserafim , de la mano del estudio Titmouse y muchos otros artistas (cuyos créditos encontraréis más abajo, ya que como es habitual, no aparecen acreditados en el vídeo).

Y como de costumbre, también aproveché para hacer un pequeño montaje en vídeo para mis redes, con el fin de animar a la gente a descubrirlo, con algunas historias detrás de escena compartidas por los artistas (entre los que destacan Bishoy Gendi y Tomas Kiyoshi Oquendo Saito ).


Dirección: Daniel Cuervo Arévalo

Dirección de arte: Luca Vitale

Artistas de storyboard: Eduardo Adsuara, Chiara Miceli

Supervisión de arte: Luca Vitale

Diseño: Vincenzo Puglia, Andrea Scopetta, Andrea Chella, Alex Gordillo, Grace Nicoletti, Omar Alsuk, David Lafuente

Jefes de modelos 3D: Andrey Kolesov

Artistas de diseño de personajes: Bishoy Gendi, Diego Molina, Rony Torres, Daniel Cuervo Arévalo

Dirección de animación: Daniel Cuervo Arévalo

Supervisión de animación: Daniel Cuervo Arévalo

Animación de personajes: Daniel Cuervo Arévalo, Bishoy Gendi, Janelle Feng, Rony Torres, Luis de la Rosa, Joao Monteiro, Diego Molina, Tomas Kiyoshi Oquendo Saito, Angus Pepper, Joao Paulo da Silva Buosi, Surya Kaylan, Sebastian Villarreal

Animadores asistentes: Manuela Escolar Gonzalez, Diego Hernandez-Blanco, Patricio Bauza, Loïck d’Argentré, Shaquielle Emptage, Kyungin Kim, Michael Abarca

Limpieza y coloración: estudio de animación KERBEROS

Juliana Rueda Arenas (Supervisora), Camilo Alejandro Herrera Sanabria, Jonathan Bizarro, Oriana Wiesner, Simón Sánchez, Daniel Villa Bustamante, Emilio Ponguillo, Monica Marinho, Ana Recio Velázquez, Carla Sampaio da Silva, Sergio Andres Casas Rios, Andreia Ayumi Maeda, Carolina Borovich, Juliana Gouvêa, Andrés Moncalvo, David Lopez, Julian Almeida, Camila Paez, Clara Schildhauer, Miguel Ortega Saracho, David Francisco Salazar

Composición: Jeremy Nixon, Dane Jacobs, Chris Maher

Efectos especiales 2dFx: Seter

Productora de línea: Jeanette Jeanenne

Coordinadora de producción: Tanja Barnes


Via Catsuka

martes, 18 de marzo de 2025

El porqué de un reencuentro y una despedida por Ignacio Vidal-Folch


Impecablemente "cool", cuando está sentado ante el tablero de dibujo mientras suenan en la radio algunas canciones amables de Buddy Holly o la banda sonora de American Graffitti, o cuando camina por la ciudad embutido en su trenka "Montgomery", Miguel Gallardo, creador del principal personaje del cómic underground español, cronista de la bohemia violenta, tiene el aspecto de un tipo saludable, que va haciendo su camino con alegría y tranquilidad.

Le miro y pienso que esa salud evidente tiene algo de azar afortunado. Considerando lo que ha pasado alrededor suyo durante los últimos quince años, él podría considerar el poema "Aullido" de Ginsberg como inspirado en su propia vida. Por lo menos podría parafrasear con toda propiedad aquellas primeras estrofas: "He visto a los mejores cerebros de mi generación underground destruidos por el alcohol y las drogas", etcétera.

Vivo al lado de la rambla de Barcelona, y el barrio de Santa María del Mar, donde nació MAKOKI y Miguel empezó su andadura como autor de tebeos, está a diez minutos de camino; cuando paseo por estos barrios vuelve a imponérseme con evidencia implacable una realidad ya conocida pero no siempre presente. Salvo los muertos y los desaparecidos, aquellos locos de la banda de MAKOKI siguen fatigando con su desmedrado deambular la zona menos olímpica de la ciudad. ¡Pero dios mío, en qué estado se hallan! La broma ha dejado de tener gracia.

Ahora, muchos años después de que Miguel Gallardo y Juan Mediavilla crearan, publicaran y abandonasen las aventuras de МAKOKІ, Gallardo lo retoma para matarlo y echar una última mirada al barrio de sus andanzas. Como en la secuencia final de American Graffitti, se nos explica lo que ha sido de aquellos personajes al cabo de veinte años.

Muchos de ellos estaban inspirados en personas reales del mundo marginal del que procede Gallardo. Y, con muchos de ellos, me siento convertido en una línea musical del Halloween parade de Lou Reed.

¿Dónde termina la vida y comienza el arte? En el caso de MAKOKI, uno y otro están inextricablemente confundidos.



En una esquina de la Puerta del Ángel, al pie de un semáforo, de rodillas sobre un cojín de gomaespuma, Paco Mena recibe limosna de los transeúntes a cambio de su estrambótica versión de "El cóndor pasa", que interpreta con una tartamudeante siringa de plástico y el tántrico rasgueo de la pringosa guitarra. Su negocio está en franca competitividad con los trileros, los hombres-estatua, los risueños payasos que preguntan al transeúnte "¿dónde has dejado la alegría?" e ipso facto le piden dinero, los alcohólicos de tetrabrik de Don Simón, los tullidos mentales, los derrotados, los enfermos, los muertos en vida. Y como orquestación de "El cóndor pasa", se oyen los reclamos publicitarios de El Corte Inglés, los gritos de los vendedores ambulantes, las bocinas de los coches que tocan los automovilistas histéricos.

¿Quién era Paco Mena? Aunque no fue un personaje importante en el origen del personaje MAKOKI, pues su huella en el cómic se limita a haberle prestado el lema "Asín andaba yo de siego por la vida", lema iniciático del primer álbum. Mena, convertido en personaje de las historietas de MAKOKI con el alias de "El comecocos", también publicó en la primera época de la revista homónima -la época en que la dirigía Gallardo- una columna de disquisiciones pseudofilosóficas delirantes, en que predicaba sobre el "átomo anatomal", la "espicología humana", la imperiosa necesidad de alimentarse de vegetales, y otras flores malsanas de su cerebro en el que la vida a la intemperie ha operado como un túrmix. ¡Pero entonces aquello todavía era divertido!

Unos centenares de metros más abajo. En la sede de El Víbora, el editor José María Berenguer, que publicó numerosas historietas de MAKOKI, debe oír todavía los ecos de aquellos años en la desierta editorial de El Vibora, allí donde bramaba la marabunta. La tarde que lo visito, además de él sólo está allí Jaume Fargas, el que fue propietario de la primera librería de tebeos de Barcelona (Zap Comics), quien se aplica a rotular en castellano los caligramas de los "mangas" que publica la Cúpula. La editorial está en penumbra, al fondo suena suavemente la radio, lo demás es silencio.

Más abajo todavía, en la plaza del Pino, sigue abierta la librería Makoki: es allá donde Borrayo, autoproclamado co-creador del personaje que nos ocupa, lo ha estado desnaturalizando en una revista con el mismo título, pero sin pies ni cabeza. Contra el deseo y los derechos de los verdaderos autores (que como todos sabemos son Gallardo y Mediavilla)

Damián Carulla y luego otros dibujantes han ido despachando nuevas historietas de MAKOKI. Explotando el magro filón ahora que la revista ha quebrado, en aquel cuchitril de la plaza del Pino Borrayo hace proselitismo por una organización en defensa de la legalización de las drogas y truena contra una supuesta conjura sionista contra la humanidad. En cuanto a Damián, me cuentan, dibuja porno para los japoneses.

Todavía más abajo por el barrio, Juan José Fernández, el editor de Star, la revista que abanderó el underground allá por el pleistoceno del franquismo, regenta un cutre-bar sobre el que es mejor no extenderse.

En cuanto a los artistas del underground... Mediavilla, co-creador de MAKOKI, y en mi opinión el guionista más grande de la época, por calidad y cantidad (creador también de lenguaje, en lo que roza el genio), ha colgado pluma y pinceles y se ha largado a Burgos, en pos de aires más sanos que los que respiraba en Barcelona. EL INSPECTOR PECTOL, crítico musical del "Popular I", otro ser de la vida real que se incorporó al cásting de personajes de las historietas de MAKOKI, también ha entonado el "volver" a su pueblo natal. Martí respira yodo en Cubellas. Pons gestiona revistas serie B en Ediciones B; y del más grande de todos, talento verdaderamente excepcional cuyo nombre callaré, sólo tengo noticias suyas porque me telefonea cada seis meses para -¡de ahora en adelante, será en vano, muchacho!- pegarme un sablazo. Ese es el arte en el que destaca aquel al que conocimos como genio.

Y así podríamos seguir citando y, sólo enunciar los nombres y sus casos este artículo tendría un tono nostálgico insoportable.

(Es curioso constatar que la bande dessinée se ha ido al garete porque sus mejores autores se han hecho ricos y pasan de trabajar, o se han reciclado en publicistas, dramaturgos y cineastas. También el underground español ha muerto por deserción de sus artistas, pero por causas mucho más pedestres).

Pero allá jeremiadas. Por el contrario, se trata, dice Gallardo, de purificarse para dar un paso al frente. Y en consecuencia, va y se carga a su personaje.

¿Era necesario hacerlo? ¿No se podía dejar al chalado del casco con los cuatro cables tranquilito en el olvido? Para Gallardo, no. La muerte de Makoki no es otra innecesaria y reversible operación de marketing como la muerte de Superman y demás supertontos del cómic americano. Es algo más honesto, deliberado, razonado. Contaré cómo se preparó esa muerte, por qué, y qué ha querido hacer Gallardo perpetrándola.

En la primavera pasada, cuando estábamos trabajando en las nuevas páginas de Perico Carambola para el diario barcelonés La Vanguardia, Miguel me comentó que estaba decidido a publicar un fanzine (adora los fanzines, sigue a sus jóvenes creadores, descubre talentos en los panfletos más insospechados) en el que haría morir a MAKOKI. De esta forma expeditiva eliminaría la tentación de que algún otro aprovechado más quisiera desgastar a unos personajes cargados de fuerza simbólica, en los que él y Mediavilla habían metido mucha energía y mucha de su propia vida, y cuyo carácter y actividad respondían a una época determinada y ya pasada.

Me enseñó la compaginación de la historieta para el fanzine, los primeros bocetos que había ya realizado. Le dije:" ¿Por qué no lo publicas en alguna revista? Así la leerá más gente y de paso amortizarás económicamente el trabajo". Me contestó que el dinero en este caso era lo de menos, que prefería pagar y hacerse cargo de la edición para no tener que discutir con nadie ni el menor detalle.


Por estas explicaciones que no acabé de entender y por la firmeza del tono comprendí que matar a MAKOKI era para él un asunto muy personal y muy caliente, y un verdadero crimen que estaba decidido a cometer aunque tuviera que pagar por ello. (Luego, el director de VIÑETAS le convenció de que la revista era el vehículo ideal para esta historia, y Gallardo se puso a dibujarla en páginas grandes de proporciones estándar). MAKOKI le dolía. Y me atrevo a suponer que de vez en cuando aun sentía la tentación de reanudar sus aventuras, y que antes que embarcarse en esa nave que le conduciría hacia el pasado, ha preferido quemarla.

Cuando llegue a la última página de esta historia, el mes próximo, el lector verá que la furia homicida de Gallardo hacia su personaje y el claro deseo de liberarse de el no excluyen el homenaje y el cariño: aquí nos vamos a encontrar con que Makoki (recuerden que era un psicopata escapado del manicomio) ha caído hasta la miseria más absoluta, pero que en el momento sacrificial ha adquirido también una grandeza mítica.

En cierta escena de la historieta, en un callejón lleno de basura se acumula un montón de ejemplares de las revistas Star y Disco Exprés. "Eso es lo que queda de la ola", dice Gallardo. "Estamos en los años 90, y las ilusiones aquellas se han quedado aparcadas en un basura". Un basural es el escenario de a historieta: calles llenas de desperdicios, bares ultracutres, noche en la que deambulan los derelictos de la sociedad, yonquis, rapaos neonazis, alcohólicos. Y el accidentado deambular de todos esos personajes, a los que sirven de coro, desde el calor de los pisos, la gente normal que ve Hola Rafaela en el televisor y trabaja y duerme a sus horas, no es gratuito.

Por el contrario, aunque ellos no lo sepan, ese paseo sin norte es un viaje iniciático que converge hacia el punto final, el centro del sentido, la moraleja de la parábola.

Hasta llegar a él, con tintas de relato costumbrista, con fatalismo de tragedia griega y con un poco menos de humor del habitual (pues Mediavilla no ha participado en esta ultima empresa), se va tejiendo el desastre y levantando ladrillo a ladrillo el callejón sin salida a que han sido arrojadas las "Piltrafas del arroyo" cuyas andanzas contra los "Defensores de la ley" tanto nos divirtieron.

¿Han sido arrojadas allí por su mala cabeza o porque las cartas que se les repartieron estaban marcadas de antemano? Eso es lo de menos, porque lo que aquí ofrece Gallardo no es un pliego de denuncia, sino una crónica tenebrista y compasiva, un homenaje final a MAKOKI, a sus amigos y lectores, y una despedida emocionada, irreversible a sus agitados tiempos.


Revista Viñetas nº4 Abril 1994

Ediciones Glenat

Barcelona



lunes, 17 de marzo de 2025

Astérix y Obélix llegan a la soleada Lusitania, actual Portugal, en su nueva aventura

El próximo número de la saga llegará en octubre de este año, de nuevo con Fabcaro en el guion y Didier Conrad en el dibujo

Portada provisional del próximo cómic 'Astérix en Lusitania'.


Madrid - 17 MAR 2025 

Sobre todo estos días, nadie puede culpar a los galos más famosos del mundo de buscar un poco de sol. En su próxima aventura, Astérix en Lusitania, que según ha anunciado este lunes la editorial Hachette Livre se publicará a partir del 25 octubre de 2025, Astérix y Obélix visitan Lusitania, lo que ahora es la inconfundible y luminosa Portugal.

A los mandos de este nuevo cómic vuelve la dupla formada por el guionista Fabrice Caro (Fabcaro) y el dibujante Didier Conrad, quienes ya firmaron la última aventura de Astérix y Obélix en 2023, El lirio blanco, álbum número 40 de la serie iniciada en 1961 por los ya fallecidos Albert Uderzo y René Goscinny.

El Portugal de la época romana es el lugar elegido para la nueva gesta de los dos héroes galos: “Dentro de poco, encontraremos a nuestros irreductibles amigos galos en el extremo sudoeste del Imperio romano, en un país conocido por la riqueza de sus monumentos, sus especialidades culinarias y, sobre todo, la generosidad de sus habitantes”, aseguran desde Hachette Livre en un comunicado.

Según Fabcaro, además, la elección de Lusitania se debe a que los personajes no habían estado allí anteriormente y le apetecía crear un “álbum soleado, luminoso, situado en un país mediterráneo, que se asemejara a unas vacaciones”. En la portada provisional del cómic, que ya ha difundido la editorial, puede verse a Obélix junto a su inseparable perrito Idéfix y su amigo Astérix caminando sobre una tradicional calçada portuguesa, un particular revestimiento de suelo en forma de mosaico.

Antes del lanzamiento del cómic este año, los seguidores de la saga, que acumula 400 millones de ejemplares vendidos en el mundo y ha sido traducida a 120 lenguas y dialectos, asistirán al estreno de la serie animada de Netflix Astérix y Obélix: el combate de los jefes. Solo tendrán que esperar hasta el 30 de abril para ver la adaptación del libro de Uderzo y Goscinny.

El anuncio del próximo Astérix en Lusitania coincide con el tercer Día del Cómic, que impulsa este lunes 17 de marzo el Ministerio de Cultura para confirmar y reforzar las ambiciones y confianza del sector.



Del amor en tiempos apocalípticos

Un mundo letal, dos desconocidos, peligros por doquier y un sentimiento irrefrenable



José Luis Vidal

16 de marzo 2025 

Maceo era un chico que poseía una gran imaginación e inventiva. De sus manos habían surgido mil y un artilugios que le hacían la vida más fácil y, sobre todo, mucho más divertida. Vivía en una torre altísima, que se erguía en medio de la desolación de un mundo en el que el peligro y la muerte te esperaban, letales, en el momento que menos lo esperabas.

El edificio contenía docenas de estancias, cada una dedicada a una actividad muy concreta, como la piscina de libros, el salón del río, el taller de inventar o el peculiar zoológico de ascensores. Lugares donde Maceo pasaba la mayor parte del día.

Aunque había uno de estos cuartos, concretamente un dormitorio, en el que le estaba totalmente prohibido pasar. Y era el que ocupaban sus padres, silenciosos progenitores a los que, sentado en el pasillo, les contaba sus problemas y deseos.

Este remedo de vida podría haber seguido así hasta el final de sus días.

Pero entonces lo inesperado sucedió, y en la lejanía apareció alguien que remaba con no poca dificultad en una barca de madera. La inoportuna ‘intervención’ de un escorpión mutado hizo que las cosas se aceleraran, y el enmascarado desconocido arribó junto a la alta torre donde vivía Maceo.

Cuál fue su sorpresa al averiguar que tras la máscara se escondía una chica, Ezmeralda, a la que no le gustaba nada que la llamaran así, sino Mazzy.

La relación no va a empezar de la mejor manera, ya que este peligroso mundo ha convertido a la muchacha en una superviviente, muy desconfiada y solitaria, por lo que sus planes de seguir viajando sin compañía van a verse truncados desde el mismo momento en el que conozca al joven inventor.

Y justo ahí se va a iniciar un periplo lleno de dificultades, sobre todo debido a la inexperiencia de Maceo, que nunca ha pisado el terreno fuera de su protegido rascacielos. Menos mal que, dentro de lo malo, el chico es capaz de crear aparatos que le harán el camino algo más llevadero, como ese televisor en el que pueden ver antiguas series de dibujos animados.

Lo malo de todo el asunto es que ellos no son los únicos habitantes humanos de este mundo tan letal, y un grupo de ellos, comandado por una inflexible mujer, la jefaza Maw, líder de los Guardas de las Tierras Baldías que, como ya conoceremos a través de un flashback, han tenido mucho que ver con Mezzy y, sobre todo, con su huida hacia delante, en busca de un lugar idílico, un sueño que tal vez se torne en pesadilla.

Y es que ella, cuando escapó, se llevó consigo algo, un objeto muy importante para los guardas, y quieren recuperarlo, cueste lo que cueste.

Pero, a pesar de todo lo anterior, un sentimiento nacerá en el corazón de esta inusual pareja, algo totalmente arrollador que, con el paso del tiempo, como podremos apreciar en el epílogo de varios de los capítulos, se va a convertir en aparentemente lo opuesto al amor.

Esta original propuesta argumental nació del talento de uno los guionistas más interesantes de los últimos años, Jason Aaron, que es capaz de moverse con igual ingenio ya sea dentro de universos superheroicos o con creaciones propias, como es el caso.

En esta historia nos ofrece una mezcla de inocencia, sentimientos, enfrentados a la crueldad de un mundo post apocalíptico, donde la supervivencia y las ansias de dominación han trastornado completamente a alguno de sus habitantes.

Y en este viaje creativo tan original se hace acompañar por dos dibujantes que nos van a mostrar el presente del lugar y lo que ocurre muchos años después. Ellos son Alexandre Tefenkgi, que se ocupa de la historia principal, llevando a las viñetas las peripecias de esta inusual pareja, y Nick Dragotta (artista del que todos hablan en estos días, ya que es el ilustrador de la exitosa nueva serie Absolute Batman), que nos transporta a un futuro aún más peligroso si cabe, con un Maceo casi irreconocible, que se encuentra en medio de una situación bastante peliaguda…

Completando el staff artístico, un portadista de verdadero lujo, que siempre destaca en sus obras por las originales propuestas que regala a los lectores, se trata de Mike del Mundo.

Además, rizando el rizo, y como extra en este primer volumen de Erase una vez en el fin del mundo publicado por Planeta Cómic, vamos a poder ser testigos en primera fila de cómo Tefenkgi plasma en las viñetas el guion de Aaron, hecho este que pienso es siempre interesante y enriquecedor para entender su labor creativa.

Pues bien, dicho esto, preparad vuestra mochila y petate, tened mucho cuidado donde pisáis y, sin mirar atrás, comenzad el viaje por este proceloso mundo junto a Mazzy y Maceo.


Diario de Cadiz


domingo, 16 de marzo de 2025

Tiro al negro



Camino a Selma

Berthet y Tome

Colección Libros de Co & Co.

Ediciones B

P.VP.: 2.200 Ptas.


CARLES SANTAMARIA

El tiempo camina hacia el pasado en los estados del profundo sur de la Union. La lucha por los derechos civiles de la minoría negra fue un espejismo de los sesenta que en los noventa se ha desvanecido totalmente. Los negros no juegan, pero siempre pierden. Clement Brown es uno de estos jugadores sin cartas ni fichas. Va camino a Selma, Alabama. Es un autoestopista negro en una noche de perros, con lluvia y canes incluidos. Una mujer blanca detiene su camioneta y le invita a subir. Su destino va a cambiar.

Mis padres aún conocieron la época en que era peligroso para un negro acercarse demasiado a una chica blanca, le dice Clement a Tracy Lee, la amable, rubia y seductora automovilista. Un peligro, por lo visto, aún vigente. CAMINO A SELMA es un álbum para leer con calma, disfrutar de sus imágenes y de su estudiado montaje de viñetas. Pero también es un cómic que incita a la reflexión sobre la situación de las minorías raciales, por muy mayoritarias que sean, en los territorios del hombre blanco. El prólogo del escritor y periodista norteamericano Marc Cooper enmarca el contexto actual en el cual se desarrolla la historia: la minoría negra, tras la contrarrevolución reaganiana, se encuentra al borde de la marginalidad social, con estallidos puntuales de violencia generalizada y cotidianos crímenes con cadáveres de púberes afroamericanos.

La trama de este álbum pertenece a esta segunda situación. La vida de un negro cotiza poco en Clinton, la última ciudad del estado de Iowa antes de llegar a otro estado de resonancias racistas, Alabama.

La historieta empieza con el linchamiento de un negro llamado Stu y finaliza con el de Clement Brown. Sin embargo, este último no se resigna al papel de víctima y acaba erigiéndose en el verdugo de una panda de racistas descerebrados liderada por Kyle Lansky, el cacique local. La única autoridad que se respeta en la ciudad y sus contornos es la suya. El perfil despiadado de Kyle Lansky evoca a Paris Trout, personaje de novela encarnado en el cine por Dennis Hopper.

Ambos tratan a los negros como si fueran basura, dignos de ser explotados, estafados y, finalmente, tiroteados. El trato que dispensan a las mujeres no es mucho más considerado, ya que ambos las manosean como una mercancía que, una vez adquirida, se puede hacer con ella cualquier cosa.

El tándem formado por el guionista Tome, seudónimo que utiliza Philippe Vandevelde, autor de los guiones del El pequeño Spirou, y el dibujante Philippe Berthet, autor junto a Rivière y Bocquet de la serie sobre el detective privado Hyppolyte Fynn titulada Privé d'Hollywood, funciona como una máquina bien engrasada en CAMINO A SELMA. La fuerza de la historieta reside en un guión elaborado, casi de hierro, que no deja un cabo suelto por dibujar. Los andares de Clement Brown y Kyle Lansky transcurren en principio paralelos, aunque pronto encuentran algunos puntos de conexión hasta converger hacia un final violento. El dibujo de Berthet consigue una precisa profundidad de campo a base de utilizar con rigor las luces y las sombras. Los contrastes cromáticos definen cada situación, del rojo encendido que mancha las viñetas del apasionado encuentro de Clement y Tracy en un motel a los contraluces que convierten a los personajes en sombras en los prolegómenos del desenlace. Nadie consigue escapar a su destino en CAMINO A SELMA.


Revista Viñetas nº 5 Mayo 1994

Ediciones Glenat

Barcelona




sábado, 15 de marzo de 2025

El manantial de fuego que nos habita

 Ensayo

Un rayo de sol reflejado en una vasija de estaño de su zapatería descubrió en 1600 a Jacob Böhme secretos del universo que inspiraron después a filósofos y poetas

Diagrama del 'Mysterium Magnum' (1623), de Jacob Böhme.

EDICIONES ATALANTA

Por Juan Arnau

El mundo visible es símbolo del invisible. En el interior del ser humano hay un dios escondido, un fuego secreto, propenso a la luz y a las tinieblas. Con esa idea, de raigambre oriental, inicia Jacob Böhme su Mysterium Magnum. Una obra inmensa que llega por primera vez a nuestra lengua gracias a la editorial Atalanta y la cuidadosa traducción de Francisco Martínez Albarracín, auspiciada por Agustín Andreu, que ya hace más de 40 años nos regaló una traducción de Aurora. Böhme (1575-1624) es, en palabras de Hegel, el primer filósofo alemán. Una aparición milagrosa en la historia del espíritu que inspiró a poetas románticos como Novalis y Goethe, y a filósofos como Schelling, Schopenhauer, Unamuno o Borges. En el año 1600, este zapatero de Görlitz vio en su taller, como si de un Aleph se tratara, todos los secretos del universo reflejados en la concavidad de una vasija de estaño que reflejaba un rayo solar. Su ingente obra es un esfuerzo continuado por entender aquella experiencia, que lo dejó " rodeado de luz divina" durante siete días, los mismos de la creación. En todas las cosas, en todas partes hay un abismo sin fondo, y ese abismo es Dios. Una nada que se engendra a sí misma eternamente. Manifiesta, como describe en la cosmología sãmkhaya.

Somos fuego invisible propenso a las tinieblas y a la luz, a la alegría y el dolor y, sin embargo, ese dios sin fondo que nos habita no es ni lo uno no lo otro, sino sólo el fundamento de lo anterior, "un invisible e incomprensible manantial de fuego" que no está encerrado en nada, salvo en "la voluntad de vivir" (aquí arranca Schopenhauer). El mundo es una paradoja. Las cosas sensibles son el modo en que lo invisible e incomprensible devino visible y comprensible. Imaginemos un dios enmarañado, confuso, que quiere conocerse a sí mismo. Entonces, para hacerlo, crea el universo. el universo es el despliegue de esa interioridad confuso que quiere conocerse a sí misma. Es como escribir un libro para entender el tema sobre el que escribe. El propio Böhme lo confiesa: "Deseamos escribir este libro para que nos sirva de recordatorio y el lector pueda ejercitarse en el conocimiento divino". Estamos ante una idea central de la filosofía hindú del vedãnta: el universo como ejercicio divino de conocimiento de sí mismo. Y esa fuerza divina se expresa a través del ser sensible, como en una meditación soleada. "Así como el ánimo se infunde en el cuerpo y, a través de él, en los sentidos y pensamientos; así también el dios invisible se infunde en el mundo visible y lo atraviesa". Böhme parece haber leído las upanisad: "¿Quién es el Ave de oro, que habita en nuestros pechos y en el Sol?". En el ser creado advertimos la figura de una operación interior. La mente se fabrica un cuerpo, dirá tiempo después Leibniz.

El mundo que vemos es la manifestación del amor y la ira de Dios. De un poder creativo y conservador y de un poder destructivo y regenerativo. Visnu y Siva. Y ambos pertenecen a Dios, como a Dios pertenecen el bien y el mal, una idea herética que le acarreará problemas a Böhme con un párroco inquisidor. El gran misterio es precisamente ese, un mundo espiritual oculto en un mundo visible que, en muchas ocasiones, deriva en calamidad y holocausto. Pero una chispa de aquella "Palabra eternamente hablante" nos habita y, pese a todo, "nuestro cuerpo es un ser de las estrellas".

Dios no está en los cielos, su morada es el ser humano. "Él es la voluntad del Sin-fondo". Un apetito incesante de captarse a sí mismo. "Y Él es en sí mismo Uno". En esa magia de la unidad resuena el pensamiento védico y la unidad de sustancia de Spinoza. La unidad fundamental de todas las cosas ha sido uno de los grandes temas de la mística y resulta difícil de asumir para mentalidades como las nuestras, educadas en el dualismo. El dualismo considera que el bien y el mal son sustancias separadas. Desde la perspectiva de Böhme, hay una diferencia de grado y de disfraz, no de clase. Una fuerza trata de expresarse a sí misma. Unas circunstancias la sujetan.  La fuerza toma nuevos cuerpos, una y otra vez.

¿Ha hecho Dios el mal?, se pregunta Böhme. "Aquí la razón se pone a especular, pero sólo da vueltas en círculo, sin poder entrar, pues está fuera y no dentro de la Palabra del círculo de la vida". Lo de arriba es como lo de abajo, "el sol junto con los astros son espíritu, la tierra junto con los otros elementos es un ser" (Böhme anticipa la teoría de Gaia). "Él es en sí mismo sólo Uno; no necesita ni espacio ni lugar, se engendra a sí mismo de eternidad en eternidad". El deseo libre y el eterno fuego de la naturaleza, espíritu y materia, son Uno. "Una conjunción y un ensamblaje eternos". Gracias al fuego divino arde el amor y el infierno, que es la "enemistad de la luz, el miedo a la luz". El bien y el mal proceden de un mismo origen. El duelista es débil, suplica ayuda a los cielos, no sabe que los cielos (y los infiernos) están en él. Cuando la persona se siente a sí misma una con el Ser infinito, desaparecen los temores. Nirvana es samsara. Hay algo insensato y radical en esta propuesta. Böhme no teme a nada, ha ardido por dentro, gracias a un rayo de sol que encontró en su zapatería.



Mysterium Magnum

Jacob Böhme

Traducción de Francisco M. Albarracín

Atalanta, 2024.

968 páginas. 59 euros


El Pais Babelia Núm. 1.733. Sábado 8 de febrero de 2025

A ritmo de ametralladora

Colby 2: El sol murió dos veces

Colección Colby n° 2 Greg y Blanc-Dumont

Ediciones Grijalbo / Dargaud

P.V.P. 1.100 Ptas.


LORENZO F. DíAZ

Jamás creí que pudiera reseñarse favorablemente un álbum de Blanc-Dumont. Su JONATHAN CARTLAND me parece el colmo de la sosería y las ideas interesantes y folletinescas que podía contener el tramposo guión de Laurence Harlé son soporíferamente anuladas por una puesta en escena aburrida, mal planificada y confusa que lo convierte en el tebeo ideal de los insomnes. Además, el meticuloso y detallado dibujo de Blanc-Dumont resultaba soso, monótono, relamido y carente de todo movimiento, radicando todo su posible dinamismo en la multitud de formatos que adornan sus viñetas. Sus personajes estaban mal encuadrados y eran tan horrorosamente estáticos que los rifles arrojados al aire parecían imágenes congeladas y las puertas al astillarse de una patada recordaban el movimiento del árbol con que habían sido hechas.

En COLBY sigue haciendo lo mismo; ya no va a cambiar a estas alturas de su carrera, máxime cuando su estilo le ha dado premios y le ha permitido ganarse la vida. Pero, su guionista, el gran Michel Greg, ha decidido compensar su dibujo a cámara lenta con un relato contado a ritmo de ametralladora, repleto de diálogos eficaces e inteligentes, y dividiendo la historia en tres acciones paralelas que aceleran la lectura y aumentan el suspense, dejando que los tiempos muertos de la narración corran de la mano del dibujo. La investigación de la desaparición de un japonés llamado Sol, a la salida de un campo de concentración americano para japoneses, acaba convirtiéndose en una trama de gangsterismo y especulación de terrenos que sale a la luz gracias a que los protagonistas son demasiado eficaces trabajando.

Un guión ejecutado a la forma clásica, con suspense al final de cada página y una retorcida justificación para el tramposo título del álbum, tan melodramático como todos los de Greg.

El talento de Greg sigue brillando a gran altura pese a que sus dibujantes hagan todo lo posible por oscurecerlo (véase el penoso Comanche dibujado por Rouge), y cada álbum suyo sigue siendo un manual sobre cómo puede dialogarse una escena, estructurar una historia y escribir un guión. Gran lectura este álbum de COLBY, igual que el anterior y, esperemos, el siguiente.


Revista Viñetas nº 5 Mayo  1994

Glenat Ediciones 

Barcelona