domingo, 17 de agosto de 2014

Grendel: War Child Matt Wagner/ Pat McEown Planeta-DeAgostini


La saga de Grendel surgió en noviembre de 1982 a raíz de una historieta corta aparecida en las páginas del segundo número de Cómico Primer, tebeo embrionario de la que con el tiempo llegaría a ser una de las editoriales más interesantes y también de las más exitosas -dentro de los límites del mercado independiente norteamericano- de la década de los 80: Cómico. Historieta que derivaría en una colección propia, publicada en blanco y negro, que duraría tan solo tres números (tras los cuales su creador, Matt Wagner, probaría suerte con otro título, Mage, esta vez a color).


 Inicialmente, Grendel es la historia (narrada en la mencionada serie en b/n y, luego, en páginas de complemento dentro de la serie de Mage -constituyendo éstas el ciclo Acto diabólico, editado en nuestro país por Planeta-DeAgostini) de Hunter Rose, un individuo dotado de excepcionales talentos en lo físico y en lo mental, cuya vida se ve abocada a la tragedia y a la destrucción cuando, en su afán por encontrar nuevos retos que pongan a prueba sus habilidades y que le distraigan de su angustia existencial de ser-superior-a-los-demás, adopta la identidad de Grendel para iniciarse en actividades criminales. Grendel es, según descripción del propio Wagner, un "espíritu agresivo", algo así como la representación del hálito violento que anida en el alma humana. Un espíriru que vuelca su nefasta influencia en Hunter Rose y que, tras la muerte de éste (y ya en una nueva serie a color iniciada en octubre de 1986), se reaparece, con consecuencias igual de fatales, en una sucesión de individuos ligados a Rose directa o indirectamente: su hija, el enamorado de ésta y un policía que investiga a ambos (la historia de cada uno de los cuales constituye un nuevo ciclo de la saga).

En este punto, a la altura del número 21 de la colección, Wagner imprime un cambio radical a la serie. Tras situar la acción 100 años después de los acontecimientos anteriores (ambientados, ya de por sí, en un escenario futurista, aunque cercano, y fantástico -donde vampiros y hombres lobo cohabitan marginalmente con el hombre), la fatídica influencia de Grendel, que hasta ahora se había hecho tangible sólo para unos pocos y desdichados seres, se torna global, cuando se hace efectiva sobre el líder de una de las mega-corporaciones que dominan la economía de este mundo futuro, conduciéndolo a una locura que desemboca en nada menos que la guerra nuclear mundial. A parrir de aquí, la saga de Grendel se transforma en una narración especulativa y postapocalíptica, centrada en la evolución social y política de este nuevo mundo a lo largo de varios siglos (ocupando otros tres ciclos de la serie). Evolución que gira en torno a la
figura de Grendel, adoptada universalmente como un símbolo totémico, militar, político y, finalmente, imperial, cuando un individuo llamado Orion Assante se proclama "gobernador del mundo", asumiendo el título de "Grendel-Kahn".

Lo cual nos lleva al tebeo que nos ocupa: Grendel: War Child, historia desarrollada originalmente
como serie de diez números editados por Dark Horse desde agosto de 1992 (tras la debacle económica de Cómico y un largo periodo de retención debido a los inevitables problemas legales) y que en el total de la saga forma los capítulos 41 a 50 (noveno ciclo).

Matt Wagner ha descrito la saga de Grendel como una reflexión en torno a la capacidad del ser humano para cometer actos violentos y un intento de responder a la pregunta "¿cuándo está justificada la violencia?". Pretensiones que se me antojan un tanto excesivas. Si bien es indudable que Wagner se muestra fascinado por la violencia, es, a mi juicio, a un nivel más estético que profundo. Wagner no es otra cosa que un his-torietista de acción. Y un fenomenal historietista, que no es poco.


" Experimentos, experimentos... ¿cuándo terminarán? Nunca". Estas otras palabras de Matt Wagner me parecen la clave descriptiva perfecta para analizar la saga de Grendel. El estupendo guionista y estupendo dibujante que es Wagner ha empleado esta saga como un banco de pruebas para una extensa variedad de juegos narrativos -en contraposición a su otra serie personal, Mage, que se caracteriza por un tratamiento despojado de sofisticaciones-. Los 50 y pico episodios (el número exacto depende de si incluimos los capítulos anteriores a Acto diabólico, así como los dos crossovers con Batman) escritos y ocasionalmente ilustrados por Wagner componen un muestrario espléndido de modos y formas de plantear una historieta de acción, violencia y drama . Un despliegue de inquietudes que daría para un extenso estudio, y que fue desarrollado, por cierto, en paralelo a los logros en terrenos equiparables de Miller y Moore.

En War Child, y bajo la reconocida influencia del Kozure Okami (o Lone Wolf& Cub) de Koike y Kojima, Wagner se embarca, con la complicidad del dibujante canadiense Pat McEown, en un ensayo en torno al movimiento, la velocidad y el combate puestos en viñetas. Las diez entregas de esta historia se centran en las vicisitudes de un extraño ser denominado Grendel-Prime, en la huida emprendida tras secuestrar al impúber hijo del fallecido Grendel-Khan. En alternancia con puntuales escenas ubicadas en la residencia del Khan, que nos muestran a su esposa y sucesora en el frágil gobierno mundial perdiendo gradualmente el control de los acontecimientos, la imparable marcha del Grendel y su protegido nos es mostrada con detenimiento y abundante uso de largos y meticulosamente planificados planos-secuencia, durante siete de los diez números de la serie, no siendo hasta el tramo final de la historia que ésta se frena y reorienta hacia un nuevo giro de tuerca en el particular desarrollo político del universo wagneriano.

Carreras en moto voladora a lo Retorno del Jedi, encuentros con belicosas bandas de viciosos incontrolados a lo Mad Max, una tensa escena marítima en la que el impasible Grendel sacrifica a toda la tripulación de un carguero para escapar de un abordaje pirara, combates cuerpo a cuerpo con fieras salvajes, y desenfrenadas "galopadas" (en aeromoto) por pantanos, sabanas y desiertos nucleares, son algunas de las emociones que contiene este vibrante tebeo. Todo ello, abordado dando prioridad a la imagen sobre la palabra, con abundancia de pasajes mudos y con un recreamiento premeditado y exquisito en los momentos de lucha o de proezas físicas del titánico Grendel. La lástima es que McEown, a pesar de evolucionar notablemente entre el primero y el último número, no llega a brillar, limitándose a cumplir, al igual que ocurre con el color de Mireault. (En el Grendel Tales de diciembre del 94 titulado Homecomings, sí encontramos a un McEown espléndido, gracias sobre todo a su estrecha colaboración con Dave Cooper). Pero, con todo, este es uno de los episodios de la saga grendeliana más atractivos. Una especie de cruce entre Star Wars, Terminator y Mad Max que debería ser manjar exquisito para todo amante de la aventura cuyo paladar no se haya echado a perder todavía a causa del exceso de video-juegos, superhéroes de quinta regional y cine ultra-macarra.

Y por cierto, a pesar de que es una lástima el desorden con que se está editando la serie, este capítulo de la misma (como todos, en realidad) es perfectamente disfrutable de por sí (salvo para los inevitables maniáticos de la continuidad de los universos de ficción y esos rollos, claro).
J.Edén.

Publicado en U,el hijo de Urich #14 Enero de 1999.

Grendel: Past Prime Greg Rucka / Matt Wagner Dark Horse Comics




La última entrega de la extensa y terrible saga épica de Grendel -tal como su creador, Matt Wagner, la define- ha tomado forma de novela. Unas 85 ilustraciones en blanco y negro obra de Wagner y 203 páginas de texto a cargo de Greg Rucka sobre la lealtad, la violencia y la búsqueda del honor.

Para los que aun no le conozcan decir que Greg Rucka es una de las mejores cosas que le ha pasado al comic americano en los últimos años; autor de una serie de novelas protagonizadas por un grupo de guardaespaldas encabezados por Attícus Kodiak, que podemos enclavar entre lo mejor del género negro contemporáneo, Rucka se acercó a la escritura de cómics con Whiteout, -publicada por Oni Press- una historia de intriga desarrollada en la Antártida.

Tras este sorprendente y brillante debut, Rucka ha recalado, fundamentalmente, en DC encargándose de los guiones de la serie Detective Comics, amén de alguna que otra miniserie para esta y otras editoriales.

En Past Prime nos encontramos de nuevo con Susan Veraghen, guardia de seguridad y amante de ta hijastra del Grendel Khan que nos fue presentada en War Child, de hecho uno de los más Interesantes capítulos de esta novela es precisa-mente una reescritura de los acontecimientos descritos en esta serie de diez episodios, pero vistos en esta ocasión bajo la perspectiva de Susan.

Una reescritura que resulta a la vez complementaria y coherente con lo narrado en War Child, demostrando tanto la riqueza de texturas que Wagner supo dar a su obra como la habilidad de Rucka para hacer suyo al personaje dotándolo de una complejidad y un poso de amargura fatalista que la emparientan con otros personajes femeninos de la obra de Rucka - Bridgett Logan, Erica Wyatt o Carrie Setko- personajes fuertes, pero también contradictorios y a menudo obstinados.
Si bien hay esa complejidad en el desarrollo del personaje principal, no la hay tanto en el despliegue de la trama, que es mucho más lineal que en otras novelas del autor -que están más basadas quizá en la intriga- siendo a veces casi predecible.

Greg Rucka suple este elemento  añadiendo  grandes  dosis  de vibrante acción, páginas que nos sumergen en este caótico y violento mundo futuro, donde la paz mundial que impuso el Grendel Khan es sólo un recuerdo y miríadas de facciones de Grendels y clanes rivales se disputan su porción de poder.

En la primera, y quizá más interesante, parte de la novela nos encontramos a Susan comprometida en una desesperanzada búsqueda del Grendel Prime-desaparecido de la faz de la tierra desde la última viñeta de War Child- o de una muerte honorable en combate.

La figura del Grendel Prime, el Paladín, representa para ella lo más cercano a la religión que un Grendel puede estar, y pretende, a través de él, recuperar el honor perdido por ella y el clan Veraghen al no poder evitar el asesinato de Júpiter Assante, el Khan.

En un mundo donde los Grendel son ahora símbolo de terror y crueldad ciega, Susan necesita la presencia de ese icono religioso, el Paladín, que le devuelva la fe en sus Ideales, que le demuestre que seguir viviendo bajo el Juramento del Grendel Khan no es un desperdicio.

Durante la búsqueda del Paladín, Susan encontrará más dudas y, de nuevo, el amor en la persona de una contrabandista, agente de un ejercito de liberación que intenta hacerse con el poder y librar al mundo de Grendels. Los que conocemos a Susan de War Child y Grendel Tales: Homecoming, podemos suponer que esa historia terminará de forma trágica.

Esta chica no tiene suerte a la hora de elegir amantes. Mejor no decir más.

En la segunda parte de la novela, y una vez Susan ha encontrado al Paladín, asistimos a su enfrentamiento con el ejercito antes mencionado. Pero es más importante el enfrentamiento interior de Susan entre sus crecientes dudas y la lealtad al Khan y al Juramento que siempre han marcado su vida. Mientras el cyborg Grendel Prime busca deshacerse de la debilidad que le provoca su parte de carne y potenciar su parte de máquina hasta convertirse aún más en un perfecto guerrero sin miedos, dudas o sentimientos, Susan debe aprender a aceptar su humanidad y que la lealtad y el honor sólo tienen sentido cuando se elige la causa libremente.

Susan ve en el Paladín al mejor Grendel sin darse cuenta de que ella misma, que une a su capacidad guerrera, su espíritu, corazón y humanidad, es ya el mejor Grendel posible.
Después de esta novela y sus anteriores apariciones en War Child y Homecoming, Susan Veraghen se convierte por derecho propio en una de las figuras clave de la historia de Grendel.
Otro personaje con ecos románticos, trágicos y épicos que se añade a Hunter Rose, Christine Spar, Orion Assante o el propio Grendel Prime en esta larga y miscelánea saga que Matt Wagner y sus colaboradores vienen construyendo.

Un par de recomendaciones finales. Los que quieran hacerse una idea del destino que aguarda a Susan y al Paladín tras el final de la novela pueden echar un vistazo al Grendel/Batman. La Danza del Diablo, donde podrán comprobar lo cuidadosamente planeado que siempre ha tenido Matt cada capítulo de su saga de Grendel y como, también en esta ocasión, ha encontrado en Greg Rucka al colaborador perfecto para narrar esta parte de su ciclo.

Y para los que interesados en acercarse a esta obra, puedan sentir un cierto recelo al enfrentarse a un texto largo en inglés -recordemos que Past Prime no es una novela gráfica sino una novela ilustrada- decirles que la prosa de Rucka, aunque lejos de ser simple, es siempre lo bastante ágil y vibrante como para enganchar a sus páginas aún a lectores poco avezados en el idioma inglés.
Y supongo que eso es todo... oh, bueno, si, falta añadir:
 Vivat Grendel!

Germán Menéndez Flórez

Publicado en Dentro de la Viñetanº16, año 2001.

MATT WAGNER´S GRENDEL TALES. LOS OTROS GRENDELS


 Arriba: primer número de Grendel Tales. Editorial Cómico 1990. Se incluía con el n° 40 de Grendel. Abajo: viñetas de esa historieta, por Steve Seagle y Che Anderson

GT: Devil worship
El primer GT fue publicado en 1990 por Cómico como una historia adicional al número 40 de Grendel, en lo que pretendía ser un adelanto de una nueva colección que, por los problemas económicos de la editorial, no vería la luz hasta unos cuantos años después cuando Wagner trasladó su personaje a Dark Horse. Che Anderson fue el encargado de ilustrar las 24 páginas del relato en un estilo bastante influenciado por el de Howard Chaykin. El guionista respondía al nombre de Steve Seagle; autor de reconocido prestigio en la actualidad gracias a su colaboración con el propio Matt Wagner en Sandman Mistery Theatre y a su labor en House of Secrets.

La anécdota que nos narra este primer GT consiste en el proceso de concienciación de un joven universitario obsesionado por la figura de Grendel -hasta el punto de estar realizando su tesis doctoral sobre la influencia social y política de dicha figura-, Devil Worship ejemplifica la perversión de la figura de Grendel mediante su utilización por El Sistema, y plantea la cuestión sobre el lugar en el que se encuentra depositado ese espíritu -el propio Wagner contestaría esa pregunta años más tarde en Grendel War Child-: así, el mismo protagonista llegará a preguntar a la persona que encabeza el movimiento contra El Sistema sí ella misma es una encarnación de Grendel; respuesta que finalmente queda a interpretación del lector.

GT: Four devils, one Hell
El primer GT editado por Dark Horse tiene como artífices a James Robinson y Teddy
Kristiansen. No se trata del primer contacto de Robinson con la creación de Wagner, habiendo ya escrito una historia corta, de titulo Devil s Whisper y dibujada por D'lsraeli -historietista con una estética cercana al underground-, que se publicó en la antología británica A1 de la editorial Atomeka Press durante el periodo en el que la serie pasó de Cómico a Dark Horse.

Cronológicamente se sitúa entre los números 15 y 16 de la serie Grendel y su protagonista es un detective de policía que decide utilizar la mascara de Brian Li Sung -tercera encarnación de Grendel- para vengar la muerte de su hermana. La cosa no resulta tan sencilla, sobre todo cuando el espíritu que hay dentro de la mascara comienza a afectar al comportamiento del detective.
Por su parte Four devils, one Hell es una obra que a todos los niveles se muestra como un producto muy elaborado. Robinson va dosi-


 Arriba: viñeta del capítulo 4 de Four devils, One hell, por Robinson y Kristiansen. Dark Horse, 1993.
Abajo: portada del n° 4 de Four devils, one hell.



 ficando cuidadosamente los elementos informativos -para lo que va alternando distintos tiempos narrativos- con el fin de que el lector quede atrapado en la trama; al igual que Kristiansen realiza un grafismo que seduce al lector por su atractivo estético. A tenor de lo que Wagner nos dice en la introducción del tomo recopilatoho de los seis episodios de la obra, Robinson es un experto conocedor del universo grendeliano y de hecho su serie es la más fiel al espíritu del trabajo del creador del concepto original, con un aprovechamiento mayor que sus compañeras de colección de los elementos ideados por Wagner -por ejemplo, los vampiros que adquirían protagonismo en la última saga de la colección de Cómico-.

Robinson demuestra una gran capacidad para definir y matizar los personajes apenas en su primera intervención -ver el modo en el que define en una sola pagina, de una sola viñeta, el personaje encargado de custodiar las obras de arte con el que entabla relación la Grendel británica-. Pero por si esto fuera poco, lleva a cabo un gran trabajo de creación y construcción de personajes, destacable además en el caso de los cuatro Grendels principales desde el punto de vista del mito grendeliano :
- El jugador representa la encarnación más cercana al Grendel original, Hunter Rose, a través de su gusto por el juego en sí mismo, independientemente de cual sea el premio, y sobre todo por la perfecta asunción de una cierta falta de moralidad -como mecanismo compensatorio para mantener su cordura- que le lleva a alternar buenas obras con las más absolutas canalladas.
- El contable supone una especie de híbrido entre Brian Li Sung y el Arlequín de los episodios de Grendel realizados por Wagner y John K Snyder; mostrando el efecto del manto de Grendel sobre un individuo superado por las circunstancias.
- La Grendel británica es la encarnación de sentimientos más puros, la más inocente y a su vez más cercana a Christine Spar; una mujer que aún a pesar de utilizar medios hipotéticamente rechazables, persigue un fin loable.
- Y por ultimo, el jefe del Klan de Grendels de Nueva Orleans que consiste en la encarnación extrema del concepto Wagneriano, desarrollándolo tanto que casi lo pervierte. Su intención de eliminar todos los descendientes de Hunter Rose para reencarnarlo en el último de ellos y posteriormente, tras vampirizar a todos los Grendels de la ciudad, volarlo todo por los aires con una bomba atómica representa el más puro nihilismo.

Teddy Kristiansen se revela como un dibujante muy personal, con un montaje muy variado y dinámico, que lleva a cabo una concepción visual de los personajes brillante y original -especialmente destacable es la manera en la que difumina el rostro del jugador a la hora de dibujarlo-. Demuestra además un gran dominio del color, consiguiendo con él y con su peculiar estilo de dibujo la creación de una poderosa atmosfera envolvente para el relato, para lo que suele utilizar determinados tonos en las partes basadas en cada uno de los protagonistas: por ejemplo, en las secuencias del Contable, coloreadas en tonos verdes luminosos, o en las del detective, realizadas con marrones apagados.

GT: Devils Hammer
La exploración del aspecto religioso del concepto conocido como Grendel es el tema que planea sobre la segunda miniserie de GT: tres episodios producto del talento del autor canadiense Rob Walton. Su protagonista será el único superviviente de una aldea, que se unirá a la genocida banda de Grendels como método para posibilitar y facilitar el desarrollo de su venganza contra ellos. Las profundas creencias religiosas del personaje, solapadas con los efectos de convertirse en un Grendel, irán modificando su comportamiento hasta un desenlace en el que asistiremos a la susodicha venganza, acompañada de un exorcismo.

  Arriba: portada del n° 1 de GT Devil 5 hammer. Dark Horse, 1994.
Abajo: portada del n° 1 de GT The devil in our midst, de Seagle y Paul Grist, La portada es de Wagner. Dark Horse, 1994

El trabajo de Walton en el guión se centra en el proceso interno del personaje y en ese sentido algunas partes pueden resultar excesivamente remarcadas, aunque por otro lado el desarrollo de la trama en términos globales está realizado de una forma ágil. Como dibujante puede resultar en ocasiones algo blando o estático, pero posee un estilo bastante original que en conjunción con el luminoso coloreado de Bernie Mireault da como resultado un apartado gráfico tan poco habitual como el guión.

GT: The devil in our midst
Cinco episodios forman esta nueva miniserie en la que volvemos a encontrar al guionista Steve Seagle, acompañado en este caso del dibujante Paul Grist, autor célebre por su trabajo en la serie Kane.

En una definición grosera podíamos decir que se trata de la versión grendeliana de El enigma de otro mundo -o La cosa-. El arranque de la trama coincide con el momento en que los integrantes de una Estación polar, que se encuentra incomunicada, rescatan a un Grendel cuando está a punto de ser devorado por los lobos. Los problemas comienzan cuando éste es trasladado a la Estación ante el rechazo que origina entre alguno de los habitantes de dicha estación por su condición -de intruso- y naturaleza -de Grendel-. El asunto se complica todavía más al aparecer una plaga desconocida, de la que culpan al intruso, que está matando a los habitantes de la Estación tras volverlos locos. El remate definitivo aparece al ir estableciéndose una relación afectiva entre el Grendel y la directora de la estación, viuda de otro Grendel.

La idea principal, sobre la que se sustenta toda la narración, es la del remordimiento y la culpa; o más exactamente, el exorcismo de ambos elementos a través del sacrificio. La historia esta contada en dos tiempos, con una narración principal, desarrollada en la Estación, que se va alternando con una serie de flash-backs/delirios febriles sobre el pasado del intruso -que muestran desde su alistamiento hasta los eventos que motivan ese remordimiento y que le obligan al sacrificio final-. Analizando el aspecto grendeliano, The Devil in our midst es una narración muy cercana a los episodios de la serie principal realizados por Wagner y Bernie Mireault, The Devil inside, al incidir en las repercusiones que la aceptación del manto de Grendel supone para personajes de carácter débil o de convicciones no suficientemente férreas.


Portada del n° 4 de GT Devil 's choice , por Macan y Biukovic. Dark Horse, 1995.


Paul Grist realiza un trabajo muy esquemático, cercano al dibujo humorístico, poco expresivo y rígido en ocasiones, pero bastante original. Ese mismo esquematismo del lápiz, que en su serie Kane esta compensado por los contras¬tes de blancos y negros, tiene aquí como efecto que el resultado final este mediatizado por el colorado -de nuevo realizado por el colorista oficial, Bernie Mireault- que presenta unos tonos demasiado vivos o brillantes para el tipo de historia desarrollada.

GT: Devils and deaths/Devil's Choices
Antes de comenzar este nuevo apartado debo decir que no tengo intención de ocultar mi fascinación por los autores que vamos a tratar a continuación. Darko Macan y Edvin Biukovic son dos historietistas croatas cuyo trabajo en esta serie ha constituido una de las más mayúsculas sorpresas que ha generado el cómic en la presente década -tal vez por ello sean el único equipo que ha realizado dos minlseries en GT-. La cuestión es que no solo desarrollan un trabajo de gran calidad, si no que además sus obras presentan una riqueza de matices, una originalidad en los tratamientos y una frescura de planteamientos, que hace que sea imposible encontrar reminiscencias de otros autores y resulte difícil asumir que estemos ante dos historietistas con tan corta trayectoria.

Devils and Deaths, su primer trabajo en la serie, es una historia en dos partes que reflexiona sobre el deber, la responsabilidad y la dignidad; dignidad ante la vida y ante la muerte. Un rápido resumen del argumento nos presentaría a un veterano Grendel, Drago, que ante la enfermedad incurable -por efecto de una contaminación- que padece, decide presentarse voluntario para una misión complicada, como última oportunidad para tener un fin digno de un guerrero.

Las complicaciones se multiplican cuando el jefe de su Klan decide, por desconfianza, mandar tras él otra Grendel más joven, deseosa de promocionar. Finalmente, el propio jefe del Klan padecerá los efectos de esa misma promoción a cualquier precio que propiciaba cuando su propio hijo, un niño que apenas llega a la adolescencia, planee y desarrolle su eliminación para hacerse con el poder.

Devil's Choices resulta bastante más compleja que su predecesora -de hecho, es junto con Four devils, one Hell el GT más complejo-. Su arranque resulta ya demoledor y muestra de forma concisa por qué derroteros va a discurrir la narración. La acción transcurre diez años después de la de Devils and Deaths, y en su primera secuencia encontramos a una serie de miembros de un Klan que al avanzar por un bosque descubren a otro Grendel, perteneciente a otro Klan rival -que resulta ser Goran, el hermano pequeño de Drago-, al sonar en el receptor de radio de éste una llamada cuando intentaba evitar al enemigo. Establecido el conflicto, y una vez que Goran elimina a sus cuatro oponentes, contestará a la llamada para descubrir que la información que pretendían trasmitirle por parte de la jefatura de su Klan -que sigue obstentada por Igor, el niño que había derrocado a su padre en la anterior miniserie, ya crecido-, era que la guerra entre ambos Klanes había cesado dos días antes.

Los cuatro números que abarcan esta segunda serie croata, inciden en más profundidad en el tono de crítica a los conflictos bélicos que aparecía ya latente en la primera. En contra de lo que pueda presuponerse, no se trata de una típica narración antibélica y antimilitarista que derive hacia sentimentalismos fáciles y ramplones; Macan y Biukovic desarrollan un trabajo mucho más profundo y complejo, dejando que las consideraciones morales surjan inherentes a las acciones, de modo que sea el lector el que saque sus propias conclusiones. De esta manera, lo que la serie nos muestra son una serie de klanes cuya principal afición es masacrarse unos a otros, o incluso entre sus propios miembros; todo ello en una especie de ambiente de guerra perpetua. En resumidas cuentas de lo que Devil's Choices nos habla es del amor, del odio, de la confianza, de la traición, del dolor, de la indiferencia ante el dolor ajeno, de la vida, de la muerte... y en definitiva de todos esos factores que contribuyen a que la gente se mate entre sí.


  Arriba: portada del n° 1 de GT Devil's and deaths, Macan y Biukovic, portada de Wagner. Dark Horse, 1994.
Abajo: anuncio publicitario de Grendel, ilustrado por Wagner.

En el apartado técnico Darko Macan es un guionista con una especial capacidad para construir los personajes, y una mayor todavía para destruirlos de forma demoledora cuando menos te lo esperas. Ello contribuye de forma definitiva a que sus obras sean difíciles o imposibles de predecir en su desarrollo argumental. Macan es un dialoguista destacable, que además no utiliza nunca textos de apoyo, sin que ello signifique una acumulación de esos diálogos. El resultado es el de dos obras muy visuales, en las que la información se trasmite preferentemente mediante las Imágenes -a veces sirve solamente con la mirada de un personaje-y mediante unos diálogos muy bien escritos, ágiles y creíbles.

Llegamos ahora a una de las partes más temidas por mi de todo este texto: aquella en la que debo explicar el porque de mi fascinación por el dibujo de Edvin Biukovic, máxime teniendo en cuenta que tan solo el intentar definir el trabajo de este autor me resulta bastante difícil. Pienso que la mejor definición es decir que consiste a la vez en lo mismo de siempre -el dibujo de un tebeo respetando las reglas del medio, sin innovaciones revolucionarias- y por otro lado resulta ser un trabajo único y original. Biukovic es un dibujante realista que suele presentar pequeñas caricaturizaciones en la expresión, aunque no tan marcadas como las de Teddy Kristiansen; de hecho, en algunas ocasiones, su estilo puede recordar al de Carlos Giménez. Por otro lado es un dibujante muy visual, que sabe dotar de movimiento a sus dibujos y que presenta un gran dinamismo a la hora de narrar utilizando esquemas de montaje muy cuidados y poco repetitivos.
El coloreado sirve, finalmente, como ratificación de que estamos ante dos obras redondas.

Matthew Hollingsworth, su responsable, desarrolla un trabajo muy atractivo estéticamente y muy luminoso, con una utilización preferente de determinados tonos, persiguiendo la ambientación de la obra y respetando siempre el trabajo del lápiz, para no restarle intensidad. En definitiva, el mejor trabajo con el color que se haya realizado en todas las obras sobre la creación de Wagner.
La versión que ambas mlniseries dan del concepto de Grendel hace especial hincapié en la figura del guerrero, en un sentido que si bien puede parecer bastante clásico, presenta varias particularidades que derivan principalmente de la introducción de elementos grendelianos. Se hace además una clara diferenciación entre el soldado, que desde el reinado de Orion Assante es la representación oficial o formal del Grendel, y el guerrero, al que se puede considerar como heredero real de ese espíritu grendellano. Esa mezcla de elementos clásicos y modernos, utilizada en la construcción de la figura del guerrero, aparece a distintos niveles, y un hecho tan

 Arriba: portada del n° 1 de GT Homecoming, por Pat McEown y Dave Cooper, portada de Wagner. Dark Horse, 1994. 
Abajo: viñeta de GT The devil may care, por Terry LaBan y Peter Doherty. Dark Horse, 1996.

 aparentemente superfluo como el que el arma que utilicen de forma prioritaria sea la espada, es una buena muestra de ello: al posibilitar a la vez un elemento diferenciador para la figura del Grendel, un tono romántico a la narración -no hay que olvidar que ante el desarrollo de la tecnología no es precisamente el arma más efectiva- y un elemento que desde el punto de vista visual permite un gran desarrollo de aspectos estéticos y dinámicos. De hecho es en el trabajo de Macan y Biukovic, seguido por Grendel War Child y GT.Four Devils, one Hell, donde mejor mejor desarrollo se consigue dar a este aspecto genuinamente grendellano.

Cronológicamente situada entre las dos de los croatas, esta obra supone el regreso de Patrick McEown al mundo del personaje creado por Wagner -la particularidad reside en que en este caso McEown es también el responsable del guión-, viniendo además acompañado de uno de los personajes de Grendel War Child: la guardaespaldas y amante de la hija de Orion, de la que se nos mostrará el destino posterior, toda vez que abandonase su puesto ante el rechazo por parte de su amada. La historia es la del regreso a casa del personaje, y los graves problemas que se plantean, con trágico desenlace incluido, cuando retoma la relación con su primer amor gracias al efecto que esto acarrea en la banda de macarras local -Orion's bastards-.

La obra consiste en una anécdota de uno de los personajes de la serie, sin que existan demasiados elementos grendelianos. Su principal interés reside en el trabajo de McEown que como guionista presenta una gran sensibilidad a la hora de mostrar las relaciones entre mujeres y que como dibujante realiza un trabajo diametralmente opuesto al de Grendel War Child. Ello puede deberse a que aquella era una obra de acción, mientras que Homecoming se centra preferentemente en las relaciones ente personajes -solo el último de los tres números que la componen presenta una fuerte carga de acción. Además cabe reseñar que se trata del único GT con una participación directa del propio Wagner, que colabora con McEown en los diálogos.

McEown elabora un dibujo menos realista y no tan visual o dinámico, centrándose más en elementos como la creación de una atmosfera o la utilización del estilo de dibujo más adecuado para la trasmisión de sentimientos que pretende realizar. El dibujante de origen canadiense Dave Cooper es el responsable del acabado del dibujo de McEown, realizando un trabajo directamente pintado, sin apenas tintas, que presenta un look final más cercano al cómic underground que a Grendel War Child.

GT: The Devil may care
Los seis números que abarca The Devil may care presentan como autores a Terry LaBan y Peter Doherty, desarrollándose la acción en Indianapollis. Los Grendels en esta ocasión consisten en un Klan que viene a ser un híbrido de una banda de motoristas y una tribu gitana. Los actores principales de la función son el jefe del Klan, Hack, y la directora del Hospital de la ciudad, Dana. A pesar de las diferencias entre ambos -una intenta arreglar los estropicios de los muchachos que el otro encabeza-, entre ellos se establecerá una relación afectiva; no tan extraña si tenemos en cuenta que la principal motivación -oculta, por supuesto- de Hack para seguir asumiendo el manto de jefe es la de intentar minimizar el efecto devastador de sus Grendels. Como complicaciones adicionales a la relación de la pareja están, por un lado, el hijo de Dana empeñado en convertirse en un Grendel -algo que Hack impedirá a instancias de su amante-, por otro, la conspiración de los lugartenientes de Hack para eliminarlo al considerar que se esta ablandando y finalmente, un siniestro personaje que con una mascara negra se dedica a matar Grendels.


  Arriba: portada del n° 4 de GT The devil may care, por Terry LaBan y Peter Doherty. Dark Horse, 1996.
Abajo: viñeta de The devil 's aprentice, por Jeffrey Lang y Steve Lieber. Dark Horse, 1997.
Portada del nº2 de GT The devil's aprentice, por J. Lang y Steve Lieber. Portada de Wagner Dark Horse, 1997.


Es en la descripción de ese vinculo entre los dos protagonistas -y de los procesos mentales simultáneos a su establecimiento- donde mejor responde el trabajo de LaBan y Doherty; demostrando una especial sensibilidad en lo referente al machísmo inherente a lo que se entiende habitualmente por relación de pareja, incluyendo la componente sexual. En cuanto al apartado gráfico, Peter Doherty presenta un estilo que mentalmente podría definir como situado entre Timothy Truman y Colín Wilson. Lo cierto es que como buen dibujante inglés, su acabado es ligeramente tosco, su lápiz no especialmente atractivo -tampoco feista-, su construcción de página bastante clásica y el montaje no especialmente dinámico. En rasgos generales es un dibujante correcto -pero de algún modo misterioso, atractivo- cuyo punto fuerte reside en la visualización de la acción, presentando unos encuadres muy cuidados y utilizando con asiduidad y acierto una gran gama de angulaciones.

En lo referido a la exploración del concepto que Grendel representa The devil may care se demuestra menos complejo que sus compañeros de colección Sus seis episodios inciden primordialmente en la idea de la responsabilidad como elemento ineludible al comportamiento humano. La cuestión no es que ésta exploración no esté bien desarrollada, lo que sucede es que la responsabilidad -en el amplio sentido de la palabra- es un concepto que se aleja de lo que Grendel representa o, al menos, que no consti-tuye uno de los elementos principales de lo que podíamos definir como el mito Grendeliano.

GT: The Devil's apprentive
El último GT publicado hasta el momento consiste en una historia en tres partes que gira en torno al concepto de herencia, tanto desde el punto de vista grendeliano como desde el de la cultura de los indios de Norteamérica. Jeffrey Lang y Steve Lieber nos narran la historia de un joven Grendel -hijo de otro Grendel- último representante de una tribu india, y que, a raíz de la aniquilación de su Klan a manos de los vampiros y de la vampirización de su propio padre, es educado -como miembro de su tribu- e instruido -como Grendel- por su abuela, en previsión del enfrentamiento final e inevitable con su progenitor. Por desgracia Lang y Lieber no van más allá, centrándose más en la anécdota del enfrentamiento paterno-filial que en Intentar explorar o Integrar en la figura de Grendel las nociones de origen y herencia: quien eres, de donde vienes y como condiciona eso tu comportamiento.


 Arriba: viñetas de Devil child, por Diana Schutz y Tim Sale. Abajo: portada del n° 2 de Grendel devil child, guión de Schutz y dibujos de Sale. Ilustración de portada Sale y Wagner. Dark Horse, 1999.





Jeffrey Lang desarrolla un guión fluido, fácil de leer, pero sin la densidad de otros GT. Se agradecería además, el que hubiese intenta-do introducir con mayor profundidad elementos de la cultura de los indios norteamericanos en el relato. Steve Lieber realiza un trabajo más acabado que el que planteaba en la serie de Hawkman o en sus episodios de Batman, perdiendo en el camino algo de la espontaneidad que poseía su lápiz. Se trata de un buen historietista que aquí se ve excesivamente mediatizado por la extensión del relato que le obliga a comprimir su trabajo, introduciendo demasiadas viñetas por página, algo que no beneficia a su estilo como dibujante.
Hasta aquí el listado de los GT existentes hasta el momento; queda una última obra que no es técnicamente un GT, pero que tampoco tiene participación directa de Matt Wagner. Porque por primera vez, se ha realizado una obra del ciclo central de Grendel sin que Wagner realice, al menos, el guión. Guión, eso sí, que ha sido llevado a cabo por la que es la persona más autorizada en la materia, tras el creador del personaje: su editora Diana Schutz.

Se trata de dos episodios, que bajo el título Devil Child, narran la historia de los años perdidos de Stacy Palumbo -aquellos que van desde la desaparición del primer Grendel, hasta su muerte: incluyendo el tiempo que pasó fuera del sanatorio mental y en el que concibió Christine Spar, su hija y a la par segundo Grendel-. Devil Child es una obra increíblemente bien escrita, con una narración siempre elegante a pesar de algunos detalles escabrosos que debe contar. Constituye una impresionante descripción de los procesos manipulatorios que se pueden llevar a cabo con una persona, acompañada de una no menos impresionante descripción de los procesos mentales de una enferma mental, valga la redundancia. Creo que lo mejor que se puede decir del trabajo de Diana Schutz en esta obra es que esta al nivel del propio Matt Wagner -algo que creo que solamente se puede decir de James Robinson y de Darko Macan-.

En cuanto al equipo gráfico, es de autentico lujo: con dibujos de Tim Sale y coloreado del mismísimo Teddy Kristiansen.

Tim Sale mantiene para la ocasión las características esenciales de su lápiz, pero adapta su storytelling al de Matt Wagner -principalmente al de Devil by the Deed-, mientras que Kristiansen va adaptando la tonalidad e intensidad de su color a los requerimientos de la historia. Como síntesis también podemos decir que el apartado gráfico está a la altura del propio Wagner.
Estas, junto con las tratadas en el artículo sobre Wagner del primer número, son todas las obras sobre Grendel hasta el momento. En preparación están otra tanda de los Grendel: Black, White and Red y una novela gráfica sobre Grendel-prime -el de Grendel War Child y Batman/Grendel II- dibujada por Wagner y escrita por Greg Rucka. Esperemos que no se hagan esperar, tanto estas, como ediciones en castellano de las obras inéditas.


Publicado en Dentro de la Viñeta nº6, año 1999




DEL CAOS AL ORDEN: GRENDEL

por NormanFernández

Para los lectores hispanos, la lectura de los tebeos de Grendel se muestra como una tarea casi titánica. Si el concepto creado por Matt Wagner es ya de por sí complejo, el descubrirlo a través de las ediciones en castellano resulta un ejercicio harto complicado. Ya en el primer número de esta revista analizamos parcialmente el personaje, mediante un texto genérico sobre su creador. En espera de otro texto, en estas mismas páginas, que se centrará en los tebeos de Grendel no realizado por Matt Wagner -los Grendel Tales-, bueno es repasar el orden real de esta Grendelgrafía.

- Cómico primer 2 (1982). Cómico. Matt Wagner.
- Grendel 1-3 (83/84). Cómico. Wagner.
- Mage 6-14: Devil by the deed (85/86). Cómico. Wagner. -recopilada por Cómico en 1986 y por Dark Horse en 1993-
Editado en castellano por Planeta en 1997, con el título Acto diabólico.
- Grendel 1-12: Devil's Legacy (86/87). Cómico. (g)Wagner, (d)Arnold y Jacob Pander. -recopilada en tomo por Cómico en 1988-.
- Cómico colection: Devil's Vagary (1987). Cómico. (g)Wagner, (d)Dean Motter.
- Grendel 13-15: The Devil inside (1987). Cómico. (g)Wagner, (d)Bernie Mireault. -recopilada en tomo por Cómico en 1989-.
- Grendel 16-17: Devil tracks (1988). Cómico. Wagner. -reeditada por Dark Horse en 1995 como Grendel Classics 1-.
- Grendel 18-19: Devil eyes (1988). Cómico. Wagner. -reeditada por Dark Horse en 1995 como Grendel Classics 2-.
- Grendel 20-23: The incubation years (1988). Cómico. (g)Wagner, (d)Hannibal King y Tim Sale.

- Grendel 24-33: God and the Devil (88/89). Cómico. (g)Wagner, (d)John K Snyder III y Jay Geldhof.
- Silverback 1-3 (1989). Cómico. (g)Wagner y William Messner- Loebs, (d) Messner-Loebs y John Peck.
- Grendel 34-40: Devil's Reign (89/90). Cómico. (g)Wagner, (d)Tim Sale.
- Grendel 40/Grendel Tales preview: Devil Worship (1990). Cómico. (g)Steve Seagle, (d)Che Anderson.
- A1 4: Devil's Whisper (1990). Atomeka Press. (g)James Robinson, (d)D'lsraeli.
- Grendel War Child 1-10 (92/93). Dark Horse. (g)Wagner, (d)Patrick McEown y Matt Wagner. -recopilada en tomo por Dark Horse en 1994-.
Editado en castellano por Planeta en 1999, respetando el título original.
 -Batman/Grendel (1993). Comico/DC. Wagner. Editado en castellano por Ediciones Zinco en 1993
- Grendel Tales: Four devils, one Hell  1-6 (93/94). Dark Horse. (g)James Robinson, (d)Teddy Kristiansen. -recopilada en tomo por Dark Horse en 1995-.
Editado en castellano por Planeta en 1996, bajo el título Cuatro demonios, un infierno.
- Grendel Tales: The Devil's Hammer 1-3 (1994). Dark Horse. Rob Walton. -comienza como complemento Devil Quest en el nº 1-.
- Grendel Tales: The Devil in our midst 1-5 (1994). Dark Horse. (g)Steve Seagle, (d)Paul Grist. -recopilada en tomo por Dark Horse en 1997-.
Editará Planeta, en España, en 1999
- Grendel Tales: Devils and Deaths 1-2 (1994). Dark Horse. (g)Darko Macan, (d)Edvin Biukovic. -recopilada, junto con Devil's Choices, por Dark Horse en 1996-.
Editado en castellano, junto con Devil´s Choices, por Planeta en 1999, bajo el titulo Guerra de clanes.
- Grendel Tales: Homecoming 1-3 (94/95). Dark Horse. (g)Patrick McEown y Wagner, (d)McEown y Dave Cooper.
- Grendel Tales: Devil's Choices   1-4 (1995). Dark Horse. (g)Darko Macan, (d)Edvin Biukovic. -finaliza Devil Quest en el nº 1-. 
Editado en castellano, junto con Devil' and Deaths, por Planeta en 1999, bajo el titulo Guerra de clanes.
- Grendel Cycle (1995). Dark Horse. Varios.
- Grendel: Devil Quest (1995). Dark Horse. Wagner.
- Grendel Tales: The Devil may care 1-6 (95/96). Dark Horse. (g)Terry LaBan, (d)Peter Doherty.
 
- Grendel/Batman II (1996). Dark Horse/DC. Wagner.
 Editado en castellano por Norma Editorial en 1998.
- Grendel: The Devil's Week (1996). Dark Horse. Wagner.
- Grendel tales: The Devil's apprentive    1-3 (1997). Dark Horse. (g)Jeffrey Lang, (d)Steve Lieber.
- Grendel: Black, White & Red 1-4 (98/99). Dark Horse. (g)Wagner, (d)Varios.
- Grendel: Devil Child 1-2 (1999). (g)Diana Schutz, (d)Tim Sale.




















































publicado en Dentro de la Viñeta nº5, año 1999

sábado, 16 de agosto de 2014

En presente precario


Antonio Hitos se adentra en 'Inercia', su primer álbum, en la desesperanza de su generación

TEREIXA CONSTENLA Huelva 16 AGO 2014

Página del cómic 'Inercia', de Antonio Hitos.


Antonio Hitos (Huelva, 1985) es el único dibujante que desfilará por esta serie que vive con sus padres. Hitos ha puesto el pie derecho entre los autores de cómic profesionales —ganó el concurso de la FNAC-Salamandra Graphic que le reportó 10.000 euros y la publicación de su ópera prima— pero conserva el izquierdo entre jóvenes como los que retrata en Inercia, veinteañeros preparados para comerse el mundo que han llegado a la fiesta cuando se racanean las migajas.

Todos los amigos de Antonio Hitos son licenciados. Todos están en paro. O con trabajos precarios y salarios exangües que no bastan para vivir (pagar alquiler, comer, tener algo de ocio, incluso consumir con el patriótico fin de reactivar la economía y demás). Antes de ser un autor con una oportunidad, el propio Antonio vendió videojuegos en Sevilla y zapatos deportivos en Brighton (Reino Unido), donde tenía un contrato cero, esa modalidad que llena de misterio la jornada laboral (el empleado nunca sabe cuántas horas trabajará al día siguiente ni, por tanto, cuánto tiempo será propio y cuánto de la empresa ni, en consecuencia, cuánto dinero cobrará). Un mes ganaba mil libras y al otro, 400.

Brighton empeoró las condiciones de Sevilla, donde se licenció en Comunicación Audiovisual y encontró un trabajo a tiempo parcial. En Brighton ocurrió lo que a veces ocurre en los purgatorios: Antonio Hitos salió huyendo. Pasado un año decidió que era la hora de regresar a Huelva, a casa de sus padres, para concederse a sí mismo la oportunidad de sacar adelante un cómic con sus historias, un sueño que le rondó desde siempre, alentado además por algunos dibujantes como José Luis Ágreda o Max. “Me volví en 2012. Me lo tomé como un trabajo. Cada día me sentaba con la idea de no estar dejando nada atrás, lo que había tenido era un trabajo de mierda, con un sueldo de mierda, y quería quedarme tranquilo y no tener la espina de no haberlo intentado”.


Viñetas de 'Inercia'.

Dibujó y dibujó. Entre 11 y 12 horas diarias. Las historietas de la vida corriente que había delineado por aquí y por allá tomaron el cuerpo de un libro, donde se vuelca toda la desazón de quienes intuyen que el futuro será peor que el pasado. “Lo de ni-nis no se corresponde con la realidad. La mayoría de los jóvenes de mi generación tenemos formación académica y mucho interés en trabajar, pero hemos descubierto muy de repente, y no lo sabíamos, que íbamos a vivir peor que nuestros padres. Eso requiere un reajuste”, reflexiona.

Este es el aroma de Inercia, la obra con la que ganó la séptima edición del Premio Internacional de Novela Gráfica FNAC-Salamandra Graphic en competición con más de 170 candidaturas. “No es la voz de una generación, es la voz de alguien de una generación. Me gustaría que fuera una obra de su tiempo, con vivencias cotidianas de personajes que están alrededor de los 25, sobreformados y con pocas aspiraciones, que viven en un entorno urbano impersonal, cuya ciudad puede ser cualquier ciudad”.


Página de 'Inercia'.

Antonio Hitos eligió el título —Inercia— por su doble acepción, como fenómeno físico (que le ayudaba a retratar la mecánica del monopatín, que se desliza por todo el álbum) y como sinónimo de rutina y desidia (que también vertebra la obra). A pesar de identificarse con los jóvenes que han conocido el desencanto nada más salir de clase, los colores son fríos y la narración, desapasionada, de observador de laboratorio, tan atento al paisaje —disecciona la arquitectura en varias páginas— como a las desventuras vitales de sus moradores. “Aunque lo que cuento es muy común y mi generación se pueda reconocer, la forma de explicarlo es fría, con un dibujo técnico y aséptico. Los personajes no tienen monólogos interiores y los diálogos pretenden ser muy neutrales, no hay una recreación literaria del derrotismo”, explica en un pequeño restaurante japonés, próximo a la estación de tren de Huelva, donde se realiza la entrevista.

A las cinco de la madrugada de un martes de junio acabó el álbum. Al día siguiente, escribió en su blog que le sorprendía no sentirse atravesado por la euforia, aunque el resultado final se parecía “bastante a lo que tenía en mente mientras lo hacía”. Hitos es meticuloso. Antes de dibujar una hamburguesería fotografiaba previamente la elegida como modelo para darle verosimilitud, aunque esto no debe alimentar equívocos sobre su apego al realismo: en su escala de valores aprecia más la originalidad que la correción y en sus viñetas proliferan rostros espectrales que casi rozan el trazo de ciencia ficción.

Al día siguiente de la charla tenía previsto viajar a Sevilla para asistir a un encuentro anual de Testigos de Jehová, que estarán presentes en su próxima obra. Unas semanas más tarde Hitos se mudará a Barcelona, a vivir con su novia, una fotógrafa que piensa cada mes en llegar a fin de mes. Será su primer espacio propio lleno de vida propia, aunque con sus gastos rebajados al kit básico de supervivencia. “Con el premio se me da la posibilidad de hacer lo que creo que sé hacer, que es lo que no se les concede a los de mi generación. No voy a dejar de hacer cómic, aunque tenga que compatibilizarlo con otros trabajos de ilustración”. Ahora se siente entre los afortunados: “Yo ya no tendré la sensación de ‘y si...”.

Inercia se publicará en noviembre en Salamandra Graphic.

El Pais 16 de Agosto 2014

GRENDEL: El diablo ritual


J.   v.   Chuliá

El arte oriental es un delicado tapiz que evita de modo sutil los excesos. Utiliza la tragedia como forma mayor de expresión, pero la visualiza de manera colorista, elegante, pausada. Hay una ritualización, una estilización que sustancializa las expresiones, los gestos, las pinceladas más pequeñas. El teatro Kabuki surge en el siglo XVII, y es una de las tantas gemas de la summa artística oriental. La palabra surge de la unión de tres sílabas, que a su vez significan canto, danza y personajes. El Kabuki es un drama burgués. Grendel es un espíritu de la venganza.

Estas dos proposiciones, o premisas, no van unidas por ningún tipo de silogismo. Nada indica una relación lógica entre ellas. Se limitan a ser piezas de un puzzle intuitivo. Su único punto tangente es su participación en la trama argumental de DEVIL'S LEGACY, un trabajo de Matt Wagner con su personaje Grendel como protagonista. Más allá, se limitan a mostrarse tal cual son, de modo desnudo: frases de contenido completo. Inasociables. Y aún así...

Recopilado en un frac/e paperback, DEVIL'S LEGACY inicia de modo oficioso la colección GRENDEL, editada por Cómico, tras una novela gráfica con las andanzas del anterior protagonista, Hunter Rose. En este caso, Wagner optó por encargarse exclusivamente de la parte narrativa, dejando el dibujo en manos de los hermanos Pander. Queda asi abonada la situación para realizar una disección inspirada en las tres sílabas niponas. Y es que, ay, la crítica...



I. KA
Bajo los delicados pliegues del trabajo de Matt Wagner, descubrimos elementos narrativos y recursos pertenecientes a estructuras de tipo literario. La vocación literaria de Wagner llama poderosamente la atención al adentrarse en el análisis de la obra. Una vocación literaria que, al contrario que Alan Moore en algunos trabajos, no satura, ni empalaga, ni se disocia del medio en el que está trabajando. Simplemente se constata, beneficiando la narración. Algunas de estas estructuras son parte fundamental del estilo resultante:
- El meticuloso estudio del perfil psicológico de la protagonista -Christine Spar- así como de su evolución como personaje, motivada tanto por los factores externos que la fuerzan a actuar -el rapto de su hijo- como por elementos que actúan desde dentro suyo -la progresiva posesión a la que Grendel la somete-.
- La utilización de secundarios personalizados, y no meros contraplanos verbales. La importancia de estos secundarios se prolonga más allá de esta saga, robando incluso el papel protagonista. Wagner demuestra una visión de conjunto de su trabajo, y aunque no deje a un lado la improvisación, da a entender que sabe siempre a dónde quiere llegar. Dotar de identidad a estos secundarios otorga profundidad a la obra. El enriquecimiento del dramatis personae, a pesar de no tratarse de una obra coral, le da una densidad al conflicto protagonista, que se mueve entre seres tridimensionales y se reafirma a través de estos.
- La narración detallada de la acción, que elude las fáciles y burdas elipsis, otorgando mayor coherencia argumental a la obra. Aquí, los silencios, los tiempos muertos, son tan importantes como los encuentros entre personajes. Ello fortalece los climax temáticos, los subraya, los justifica. Estamos tan acostumbrados a las escenas climáticas en el comic book, reflejo de las pretensiones épicas aplicadas al género, que éstas acaban banalizándose, prescindiendo de todo su valor como recurso. Aquí se trata de darle un por qué a las acciones clave del relato, evitando su gratuidad.

Wagner intenta transmitirnos estas sensaciones a través de la espera, y de la angustia. El diario de Christine Spar convierte la narración en primera persona, elemento literario que garantiza la limpieza del juego del que Wagner quiere hacernos partícipes: página a página, la mentalidad de Christine va cambiando, conforme la posesión de Grendel va haciéndose efectiva, y somos asi testigos de su personalidad inicial, de un comportamiento un tanto esquizoide en la parte central de relato, y de su absoluta y definitiva conversión en Grendel al final de la obra. El trabajo que Wagner desarrolla evita la inclusión de twists arguméntales. El modelado del argumento es absolutamente preciso.

Es un relato de corte fantástico, pero insiste, como siempre, en los viejos temas de la tragedia: la lealtad, el amor y la venganza. Temas que, de modo obvio, se reflejan en el arte Kabuki. Vuelvo a la intuición pura: hay una ritualización del tempo del relato, una búsqueda de identidad en el ritmo, en los enfrentamientos, que me devuelve a la asociación inicial.

En la elaboración literaria de Wagner no hay que olvidar sus modos descriptivos. Su dominio del terror como elemento dramático que surge tanto de lo cotidiano como de lo sobrenatural: ese terror no es más que el que sus personajes exudan, y que nace mucho antes del descubrimiento de la desagradable identidad de Tujiro -el vampiro Kabuki-, en el cotidiano regreso a casa, cuando Christine descubre que su hijo ha desaparecido. Wagner demuestra a lo largo de todo el relato una profunda vena de narrador, que se inclina más en favor del aprovechamiento de los recursos a su alcance que en el abuso de estos. Evidentemente, en todo ello tiene mucho que ver su experiencia como dibujante, y a pesar de que esta saga de Grendel esté dibujada por los hermanos Pander, Wagner concede a estos la posibilidad de desarrollar a su modo el universo gráfico de su personaje, no imponiendo la batuta de su creador/guionista que en otros casos hubiese sido suponible.

Pero es a través del contraste con otras obras de Wagner cuando entrevemos la flexibilidad narrativa de éste. MAGE, su otro trabajo importante hasta la fecha, prescinde de elementos como la narración en off, la utilización de bocadillos de pensamiento o cualquier otro recurso que pueda ralentizar su lectura. En MAGE, la influencia del Manga (otra creación japonesa) es evidente, y Wagner sintetiza al máximo los elementos narrativos para potenciar esta acción continua, frenética, sin cortes. En MAGE, la base inspiradora se sustenta en mitologías célticas y en ciclos artúricos. Grendel es, sin embargo, un thriller psicológico ante todo, y los recursos a emplear deben ser muy distintos. Es a través de esta comparación cuando logramos apreciar la justificación de los recursos narrativos: tienen un tiempo, un lugar y un motivo, y Wagner los emplea con conciencia de ello.



II. BU
En GINGER FOX (una serie limitada de cuatro números) los hermanos Pander realizaban uno de sus primeros trabajos. El resultado, en comparación con la recreación realizada en GENDEL, sencillamente palidece por contrastes. Tal vez fuese debido a que, en aquella ocasión, los guiones de Mike Barón propiciaban una atmósfera cínica, irreverente y un tanto desquiciada del mundo de la "alta costura". Lo cierto es que la macrosaga de este espíritu aficionado a las posesiones ha resultado ser su mejor trabajo hasta la fecha. Tanto en dibujo como en composición, la realización de este GRENDEL supone una interesante síntesis de los estilos standard europeo y americano, aportando una rica mezcolanza de elementos de ambas tendencias, hasta conseguir un híbrido gráfico que beneficia el relato. Rasgo faciales, anatomía, movilidad... Cada personaje posee una interesante gama de atributos personalizados, identificables al instante. En posteriores sagas de GRENDEL, Wagner siempre ha procurado rodearse de dibujantes que se alejasen del dibujo standard del comic book, tales como Bernie Mireault o Tim Sale. La aproximación gráfica a GRENDEL acaba resultando, en su totalidad, de una irregularidad pasmosa, tanto en su calidad como en su personalísima visión. Losnhermanos Pander acusan, no obstante, graves defectos de técnica, con una tendencia a la caricatura que entorpece la buena marcha del relato, pero su narrativa es potente, directa y, en algunos casos, afortunada. Tal vez sea el episodio DEVIL'S REVENGE, narrado en su totalidad única y exclusivamente a través de las imágenes, donde evidencian sus mayores virtudes y sus más inmediatos desaciertos: entre estos últimos, una composición de página que no beneficia en absoluto al ritmo que Wagner quiere plantear, un storytelling un tanto confuso, cierta rigidez en el trazo y la ya citada tendencia al cartoon, que aparece tan sólo de modo intermitente, dando cierta sensación de bisoñez, o bien de indecisión, a la hora de decantarse por una caracterización definitiva de los personajes. Por otro lado, el movimiento, las angulaciones escogidas, cierto sentido macabro del humor y la puesta en escena son irreprochables: consiguen transmitir a la perfección toda la angustia, el desánimo, la ira y el valor terminal de un hombre acosado por Grendel. Se consuma así la mixtura guionista-dibujantes de modo satisfactorio, y aunque la libertad de interpretación gráfica de los personajes corre a cargo de los Pander, la sombra de Wagner planea sobre toda la obra, haciéndola coherente con sagas precedentes y posteriores.



III. KI
En una entrevista concedida a la revista AMAZING HÉROES, Wagner intentaba descifrar la interpretación que los personajes protagonistas tenían sobre Grendel. Según Wagner, para el primer Grendel, Hunter Rose, un hombre egocéntrico y soberbio, Grendel no era más que una manifestación salvaje de su personalidad; para la protagonista de DEVIL'S LEGACY, Christine Spar, Grendel viene a suponer una especie de estigma, una maldición familiar que se manifiesta en ella misma. El tercer "cuerpo huésped" de este espíritu violento, Brian Li Sung, amante de Christine en esta saga, empieza a sospechar que está siendo sometido a algún tipo de posesión. En los tres casos, sus diferentes interpretaciones les hacen actuar de modos muy distintos. Todas ellas son válidas de algún modo: aunque el modus operandi de éste espíritu ritualice la utilización de la máscara y el bastón, los sentimientos que despierta en los protagonistas (sensualidad, culpa y rabia, respectivamente) regulan la actitud con que se desenvuelven.

Mi interpretación del fenómeno Grendel se acerca, probablemente, a la intuida por Brian Li Sung: Grendel, como espíritu que utiliza cuerpos para realizar sus fines, es no obstante un ser profundamente auto-destructivo. Cuando la posesión se ve completada, el protagonista se ve sometido a una ira ciega, irracional, que lo impulsa a una entrega rabiosa a su causa. Grendel sabe que puede reencarnarse, y emplea a sus encarnaciones como kamikazes. Esa ira ciega que antes mencionaba le impide ser moral: su conducta transgrede la ley, la ética. Sus motivaciones acaban siempre en una orgia de sangre. No es extraño que al final de la saga, como en el llano de Salisbury, como en el Ragnarok nórdico, los dos enemigos se destruyan el uno al otro, incapaces de destacar física, moral o intelectualmente el uno sobre el otro. En las grandes tragedias nunca hay tablas.

Mención aparte merece el personaje de Tujiro, el vampiro Kabuki: como siempre, Wagner fusiona influencias y las destila en algo nuevo. Deja el conflicto inconcluso, y retira a este personaje en el segundo tercio de la historia, cuando la personalidad de Grendel va imponiéndose sobre la de Christine: a Grendel le importan bien poco las motivaciones por las cuales Christine se coloca el traje ritual. Tujiro, no obstante, se destaca como un personaje enormemente bien construido, con una mezcla de elegancia, sadismo, brutalidad y misticismo que le confiere una personalidad compleja y fascinante.

El resto de los personajes secundarios cobran importancia poco a poco: el ayudante de la bestia-policía pasará a un primer plano en la siguiente historia. La utilización del hijo de Christine no es gratuita, ni sensiblera: se limita a actuar como catalizador de los acontecimientos. La amiga de Christine, a pesar de tener un papel virtualmente nulo en el desarrollo de los acontecimientos, es cuidadosamente descrita, en ese afán de Wagner de dotar de coherencia y densidad al argumento. Todos los actores de este drama Kabuki, por escasa que sea su aparición, están meticulosamente maquillados y disfrazados, para no desentonar con el primer plano de los actores principales.

 IV. EL DIABLO AFORTUNADO
Conforme la saga de Grendel se ha ido desarrollando, Wagner ha ido demostrando
su enorme ductilidad como narrador. La propia estructura de la serie propicia tratamientos totalmente dispares, en base a su premisa principal. Wagner, un autor que ha evolucionado rápidamente, ha demostrado inteligencia, coherencia y buen hacer. En el caso que nos ocupa (es difícil hablar de la colección en su conjunto, en vista de esa irregularidad estética y temática), Wagner comenzaba a destapar el tarro de las esencias. MAGE lo encontraba un tanto desacertado, carente de constancia, principiante. La miniserie de DEMON todavía acusaba cierta falta de ritmo, una tendencia al exceso literario, un dibujo apenas bosquejo del que sería después.
 
En este DEVIL'S LEGACY ya hay un ritmo casi perfecto, un tratamiento a conciencia de personajes y ambientes, un estilo narrativo definido, y una orientación en el tipo de trabajo. Es el Wagner que cabía esperar, dados sus pasos iniciales. Ese autor prácticamente desconocido entre nosotros, que a menudo sospecho se maquilla antes de salir a escena, es quizá uno de los más prometedores autores del comic book actual. Y digo prometedor porque, como siempre en los States, la consagración se produce a través del trabajo en las majors. En todo lo demás, es un autor completo. Y su personaje, Grendel, brilla en el panorama USA como una de las colecciones más originales, experimentales e interesantes de los últimos cinco años.


Publicado en Urich nº18, junio 1991.