sábado, 16 de agosto de 2014

GRENDEL: El diablo ritual


J.   v.   Chuliá

El arte oriental es un delicado tapiz que evita de modo sutil los excesos. Utiliza la tragedia como forma mayor de expresión, pero la visualiza de manera colorista, elegante, pausada. Hay una ritualización, una estilización que sustancializa las expresiones, los gestos, las pinceladas más pequeñas. El teatro Kabuki surge en el siglo XVII, y es una de las tantas gemas de la summa artística oriental. La palabra surge de la unión de tres sílabas, que a su vez significan canto, danza y personajes. El Kabuki es un drama burgués. Grendel es un espíritu de la venganza.

Estas dos proposiciones, o premisas, no van unidas por ningún tipo de silogismo. Nada indica una relación lógica entre ellas. Se limitan a ser piezas de un puzzle intuitivo. Su único punto tangente es su participación en la trama argumental de DEVIL'S LEGACY, un trabajo de Matt Wagner con su personaje Grendel como protagonista. Más allá, se limitan a mostrarse tal cual son, de modo desnudo: frases de contenido completo. Inasociables. Y aún así...

Recopilado en un frac/e paperback, DEVIL'S LEGACY inicia de modo oficioso la colección GRENDEL, editada por Cómico, tras una novela gráfica con las andanzas del anterior protagonista, Hunter Rose. En este caso, Wagner optó por encargarse exclusivamente de la parte narrativa, dejando el dibujo en manos de los hermanos Pander. Queda asi abonada la situación para realizar una disección inspirada en las tres sílabas niponas. Y es que, ay, la crítica...



I. KA
Bajo los delicados pliegues del trabajo de Matt Wagner, descubrimos elementos narrativos y recursos pertenecientes a estructuras de tipo literario. La vocación literaria de Wagner llama poderosamente la atención al adentrarse en el análisis de la obra. Una vocación literaria que, al contrario que Alan Moore en algunos trabajos, no satura, ni empalaga, ni se disocia del medio en el que está trabajando. Simplemente se constata, beneficiando la narración. Algunas de estas estructuras son parte fundamental del estilo resultante:
- El meticuloso estudio del perfil psicológico de la protagonista -Christine Spar- así como de su evolución como personaje, motivada tanto por los factores externos que la fuerzan a actuar -el rapto de su hijo- como por elementos que actúan desde dentro suyo -la progresiva posesión a la que Grendel la somete-.
- La utilización de secundarios personalizados, y no meros contraplanos verbales. La importancia de estos secundarios se prolonga más allá de esta saga, robando incluso el papel protagonista. Wagner demuestra una visión de conjunto de su trabajo, y aunque no deje a un lado la improvisación, da a entender que sabe siempre a dónde quiere llegar. Dotar de identidad a estos secundarios otorga profundidad a la obra. El enriquecimiento del dramatis personae, a pesar de no tratarse de una obra coral, le da una densidad al conflicto protagonista, que se mueve entre seres tridimensionales y se reafirma a través de estos.
- La narración detallada de la acción, que elude las fáciles y burdas elipsis, otorgando mayor coherencia argumental a la obra. Aquí, los silencios, los tiempos muertos, son tan importantes como los encuentros entre personajes. Ello fortalece los climax temáticos, los subraya, los justifica. Estamos tan acostumbrados a las escenas climáticas en el comic book, reflejo de las pretensiones épicas aplicadas al género, que éstas acaban banalizándose, prescindiendo de todo su valor como recurso. Aquí se trata de darle un por qué a las acciones clave del relato, evitando su gratuidad.

Wagner intenta transmitirnos estas sensaciones a través de la espera, y de la angustia. El diario de Christine Spar convierte la narración en primera persona, elemento literario que garantiza la limpieza del juego del que Wagner quiere hacernos partícipes: página a página, la mentalidad de Christine va cambiando, conforme la posesión de Grendel va haciéndose efectiva, y somos asi testigos de su personalidad inicial, de un comportamiento un tanto esquizoide en la parte central de relato, y de su absoluta y definitiva conversión en Grendel al final de la obra. El trabajo que Wagner desarrolla evita la inclusión de twists arguméntales. El modelado del argumento es absolutamente preciso.

Es un relato de corte fantástico, pero insiste, como siempre, en los viejos temas de la tragedia: la lealtad, el amor y la venganza. Temas que, de modo obvio, se reflejan en el arte Kabuki. Vuelvo a la intuición pura: hay una ritualización del tempo del relato, una búsqueda de identidad en el ritmo, en los enfrentamientos, que me devuelve a la asociación inicial.

En la elaboración literaria de Wagner no hay que olvidar sus modos descriptivos. Su dominio del terror como elemento dramático que surge tanto de lo cotidiano como de lo sobrenatural: ese terror no es más que el que sus personajes exudan, y que nace mucho antes del descubrimiento de la desagradable identidad de Tujiro -el vampiro Kabuki-, en el cotidiano regreso a casa, cuando Christine descubre que su hijo ha desaparecido. Wagner demuestra a lo largo de todo el relato una profunda vena de narrador, que se inclina más en favor del aprovechamiento de los recursos a su alcance que en el abuso de estos. Evidentemente, en todo ello tiene mucho que ver su experiencia como dibujante, y a pesar de que esta saga de Grendel esté dibujada por los hermanos Pander, Wagner concede a estos la posibilidad de desarrollar a su modo el universo gráfico de su personaje, no imponiendo la batuta de su creador/guionista que en otros casos hubiese sido suponible.

Pero es a través del contraste con otras obras de Wagner cuando entrevemos la flexibilidad narrativa de éste. MAGE, su otro trabajo importante hasta la fecha, prescinde de elementos como la narración en off, la utilización de bocadillos de pensamiento o cualquier otro recurso que pueda ralentizar su lectura. En MAGE, la influencia del Manga (otra creación japonesa) es evidente, y Wagner sintetiza al máximo los elementos narrativos para potenciar esta acción continua, frenética, sin cortes. En MAGE, la base inspiradora se sustenta en mitologías célticas y en ciclos artúricos. Grendel es, sin embargo, un thriller psicológico ante todo, y los recursos a emplear deben ser muy distintos. Es a través de esta comparación cuando logramos apreciar la justificación de los recursos narrativos: tienen un tiempo, un lugar y un motivo, y Wagner los emplea con conciencia de ello.



II. BU
En GINGER FOX (una serie limitada de cuatro números) los hermanos Pander realizaban uno de sus primeros trabajos. El resultado, en comparación con la recreación realizada en GENDEL, sencillamente palidece por contrastes. Tal vez fuese debido a que, en aquella ocasión, los guiones de Mike Barón propiciaban una atmósfera cínica, irreverente y un tanto desquiciada del mundo de la "alta costura". Lo cierto es que la macrosaga de este espíritu aficionado a las posesiones ha resultado ser su mejor trabajo hasta la fecha. Tanto en dibujo como en composición, la realización de este GRENDEL supone una interesante síntesis de los estilos standard europeo y americano, aportando una rica mezcolanza de elementos de ambas tendencias, hasta conseguir un híbrido gráfico que beneficia el relato. Rasgo faciales, anatomía, movilidad... Cada personaje posee una interesante gama de atributos personalizados, identificables al instante. En posteriores sagas de GRENDEL, Wagner siempre ha procurado rodearse de dibujantes que se alejasen del dibujo standard del comic book, tales como Bernie Mireault o Tim Sale. La aproximación gráfica a GRENDEL acaba resultando, en su totalidad, de una irregularidad pasmosa, tanto en su calidad como en su personalísima visión. Losnhermanos Pander acusan, no obstante, graves defectos de técnica, con una tendencia a la caricatura que entorpece la buena marcha del relato, pero su narrativa es potente, directa y, en algunos casos, afortunada. Tal vez sea el episodio DEVIL'S REVENGE, narrado en su totalidad única y exclusivamente a través de las imágenes, donde evidencian sus mayores virtudes y sus más inmediatos desaciertos: entre estos últimos, una composición de página que no beneficia en absoluto al ritmo que Wagner quiere plantear, un storytelling un tanto confuso, cierta rigidez en el trazo y la ya citada tendencia al cartoon, que aparece tan sólo de modo intermitente, dando cierta sensación de bisoñez, o bien de indecisión, a la hora de decantarse por una caracterización definitiva de los personajes. Por otro lado, el movimiento, las angulaciones escogidas, cierto sentido macabro del humor y la puesta en escena son irreprochables: consiguen transmitir a la perfección toda la angustia, el desánimo, la ira y el valor terminal de un hombre acosado por Grendel. Se consuma así la mixtura guionista-dibujantes de modo satisfactorio, y aunque la libertad de interpretación gráfica de los personajes corre a cargo de los Pander, la sombra de Wagner planea sobre toda la obra, haciéndola coherente con sagas precedentes y posteriores.



III. KI
En una entrevista concedida a la revista AMAZING HÉROES, Wagner intentaba descifrar la interpretación que los personajes protagonistas tenían sobre Grendel. Según Wagner, para el primer Grendel, Hunter Rose, un hombre egocéntrico y soberbio, Grendel no era más que una manifestación salvaje de su personalidad; para la protagonista de DEVIL'S LEGACY, Christine Spar, Grendel viene a suponer una especie de estigma, una maldición familiar que se manifiesta en ella misma. El tercer "cuerpo huésped" de este espíritu violento, Brian Li Sung, amante de Christine en esta saga, empieza a sospechar que está siendo sometido a algún tipo de posesión. En los tres casos, sus diferentes interpretaciones les hacen actuar de modos muy distintos. Todas ellas son válidas de algún modo: aunque el modus operandi de éste espíritu ritualice la utilización de la máscara y el bastón, los sentimientos que despierta en los protagonistas (sensualidad, culpa y rabia, respectivamente) regulan la actitud con que se desenvuelven.

Mi interpretación del fenómeno Grendel se acerca, probablemente, a la intuida por Brian Li Sung: Grendel, como espíritu que utiliza cuerpos para realizar sus fines, es no obstante un ser profundamente auto-destructivo. Cuando la posesión se ve completada, el protagonista se ve sometido a una ira ciega, irracional, que lo impulsa a una entrega rabiosa a su causa. Grendel sabe que puede reencarnarse, y emplea a sus encarnaciones como kamikazes. Esa ira ciega que antes mencionaba le impide ser moral: su conducta transgrede la ley, la ética. Sus motivaciones acaban siempre en una orgia de sangre. No es extraño que al final de la saga, como en el llano de Salisbury, como en el Ragnarok nórdico, los dos enemigos se destruyan el uno al otro, incapaces de destacar física, moral o intelectualmente el uno sobre el otro. En las grandes tragedias nunca hay tablas.

Mención aparte merece el personaje de Tujiro, el vampiro Kabuki: como siempre, Wagner fusiona influencias y las destila en algo nuevo. Deja el conflicto inconcluso, y retira a este personaje en el segundo tercio de la historia, cuando la personalidad de Grendel va imponiéndose sobre la de Christine: a Grendel le importan bien poco las motivaciones por las cuales Christine se coloca el traje ritual. Tujiro, no obstante, se destaca como un personaje enormemente bien construido, con una mezcla de elegancia, sadismo, brutalidad y misticismo que le confiere una personalidad compleja y fascinante.

El resto de los personajes secundarios cobran importancia poco a poco: el ayudante de la bestia-policía pasará a un primer plano en la siguiente historia. La utilización del hijo de Christine no es gratuita, ni sensiblera: se limita a actuar como catalizador de los acontecimientos. La amiga de Christine, a pesar de tener un papel virtualmente nulo en el desarrollo de los acontecimientos, es cuidadosamente descrita, en ese afán de Wagner de dotar de coherencia y densidad al argumento. Todos los actores de este drama Kabuki, por escasa que sea su aparición, están meticulosamente maquillados y disfrazados, para no desentonar con el primer plano de los actores principales.

 IV. EL DIABLO AFORTUNADO
Conforme la saga de Grendel se ha ido desarrollando, Wagner ha ido demostrando
su enorme ductilidad como narrador. La propia estructura de la serie propicia tratamientos totalmente dispares, en base a su premisa principal. Wagner, un autor que ha evolucionado rápidamente, ha demostrado inteligencia, coherencia y buen hacer. En el caso que nos ocupa (es difícil hablar de la colección en su conjunto, en vista de esa irregularidad estética y temática), Wagner comenzaba a destapar el tarro de las esencias. MAGE lo encontraba un tanto desacertado, carente de constancia, principiante. La miniserie de DEMON todavía acusaba cierta falta de ritmo, una tendencia al exceso literario, un dibujo apenas bosquejo del que sería después.
 
En este DEVIL'S LEGACY ya hay un ritmo casi perfecto, un tratamiento a conciencia de personajes y ambientes, un estilo narrativo definido, y una orientación en el tipo de trabajo. Es el Wagner que cabía esperar, dados sus pasos iniciales. Ese autor prácticamente desconocido entre nosotros, que a menudo sospecho se maquilla antes de salir a escena, es quizá uno de los más prometedores autores del comic book actual. Y digo prometedor porque, como siempre en los States, la consagración se produce a través del trabajo en las majors. En todo lo demás, es un autor completo. Y su personaje, Grendel, brilla en el panorama USA como una de las colecciones más originales, experimentales e interesantes de los últimos cinco años.


Publicado en Urich nº18, junio 1991.
 

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