Image Comics, querida por muchos, odiada por demasiados. Ahora mismo está en
la cresta de la ola gracias a la indudable calidad de series tan punteras como
Saga,
Fatale,
The Manhattan Projects,
The Walking Dead, etc. Es muy difícil
encontrar críticas negativas a la nueva política editorial de Image. Sin
embargo, no siempre fue así. Cuando Image nació también estaba en lo más alto,
pero por una cabeceras – muchas de ellas de dudosa calidad – que centraban su
atención única y exclusivamente en el apartado gráfico. Las críticas no las
acompañaron, aunque las ventas eran absolutamente espectaculares. Seguramente
estábamos ante un caso de editorial que daba a los lectores lo que pedían, sin
darse cuenta de que lo que éstos solicitaban no era exactamente lo que ellos
querían; de manera que tras las consiguiente hecatombe, Image Comics inició una
evolución que continúa hoy en día. Empezó en lo más alto, cayó a lo más bajo, y
ahora vuelve a saborear las mieles del éxito… Ese es el resumen de la vida de
Image. Nosotros vamos a ir más allá y hoy os explicaremos cómo se creó y cómo
fueron esos primeros años de la casa de
Los muertos vivientes…
Los primeros
años de Image
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Todo iba miel sobre hojuelas… Pero la gente empezó a leerse esos tebeos y
las críticas no se hicieron esperar. Algunas fueron malintencionadas,
realizadas por autores y editores de la competencia. Otras eran comprensibles
dado lo que sucedía en el primer episodio de
Youngblood. No obstante,
una de las cosas que más daño hizo a Image en los primeros días fue la
inexperiencia como editores de los fundadores. Publicitaban tebeos que nunca
veían la luz, o lo hacían muy tarde. Y desde inicios del siglo XX, los tebeos
salían a la luz con puntualidad británica. Los retrasos eran un nuevo concepto
que tardaría años en ser aceptado por los lectores. Para corregir este error, los
chicos de Image contrataron a
Larry Marder como director
ejecutivo.
El primer año de Image fue una locura. Image cambió la forma de publicar
tebeos, tanto en su organización como en el resultado final, es decir, Image
llevó a un nivel nunca visto la libertad creativa y el respeto económico hacia
los creadores. Pero a la hora de publicar, iniciaron una política que incluía
papel de calidad, portadas múltiples, portadas con efectos especiales, etc.
Cualquier triquiñuela era válida para vender los tebeos por su portada. Y sus
principales competidores (DC y Marvel), copiaron esto último. Además, nacieron
otras editoriales que intentaron emular a Image. Además de estas, casi todas
las existentes crearon sus propios universos superheroicos para aumentar sus
ventas. Image había abierto una caja de Pandora que más adelante se vería
acrecentada cuando en DC Comics decidieron matar a Superman. A partir de ahí
los años noventa se convirtieron en millones de tebeos de superhéroes, la
mayoría de ellos de nuevo cuño, con portadas múltiples y con todo tipo de
efectos, y… con todo superhéroe falleciendo en una nueva era de oscuridad. Lo
que “molaba” eran las grandes pistolas y los cuerpos con músculos que no
existen en la realidad… y la sangre… mucha sangre…
El mercado no podía aguantar todo eso y ya en 1993 empezó la caída, pero no
tanto para Image. Lo cierto es que la editorial que hoy tratamos fue fundada
por siete estrellas. Las colecciones punteras – sobre todo
Spawn, que
permaneció eones en lo más alto de las listas de ventas – se mantenían con
salud, si bien perdieron lectores con el tiempo. Fueron los otros universos los
que perdieron la batalla… ¿O no? Pues no. En 1996,
Rob Liefeld
y
Jim Lee volvieron por un tiempo limitado a Marvel bajo unas
condiciones envidiables (sueldo astronómico y total libertad creativa). En
1997,
Rob Liefeld se fue de Image para fundar su propia
editorial: Awesome Comics. Y ya el 27 de agosto de 1998,
Jim Lee
vendió su editorial a DC Comics. Image nació de una manera espectacular, pero
en unos seis años peligraba su propia existencia.
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Spawn
fue la bandera de Image durante muchos años. | |
Ya en 1998, las colecciones no llegaban ni por asomo a los 100.000
ejemplares (ni las de Image ni las de nadie), y en Image se inició un camino
que dura hasta nuestros días: se dio el salto al cómic indie, que no
independiente. Los términos aquí son complicados, ya que independiente sería
cualquier editorial no
mainstream (explicándolo muy resumidamente)
pero indie hace referencia a aquellos tebeos de autores de editoriales
independientes que se alejan de lo que se publica en las dos grandes (también
explicación rápida). Empezaron a llegar talentos como
Robert Kirkman
y
Brian Michael Bendis y el mundo siguió girando.
Estos últimos años de Image se caracteriza por la simbiosis. Una constante
desde antes de la formación de Image es el éxodo de autores. En 1986,
John
Byrne se marchó a DC Comics y relanzó Superman, con un éxito
equiparable al nacimiento de Image.
Batman Año Uno es obra de
Frank
Miller, quien se había hecho famoso por su trabajo en
Daredevil.
Los
Jóvenes Titanes y
Crisis en tierras infinitas triunfaban
gracias a un
Marv Wolfman que estaba en su mejor momento,
pero, mira por donde, Wolfman abandonó Marvel Comics en 1980 tras una
discusión. DC no triunfó en los 80 únicamente por el desembarco de autores
británicos, también robó autores a Marvel. Ya en los años 90, los autores que
fundaron Image vinieron de Marvel, como recién acabamos de explicar… Sin
embargo, a mediados de los 90, los implicados se empezaron a mover de una casa
a otra con una facilidad pasmosa.
Aquí
tenéis unos cuantos ejemplos, que ya hice un artículo sobre el tema y no es
cuestión de repetirse…
Los sospechosos
habituales
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Ahora hagamos un rápido vistazo a las personas más importantes de la Image de sus primeros años:
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De izquierda a derecha, arriba: Erik
Larsen, Rob Liefeld, Todd McFarlane
y Marc Silvestri. Abajo: Whilce Portacio,
Jim Lee y Jim Valentino. | |
Erik Jon Larsen:
Debutó en 1983 dentro del circuito independiente con un cómic titulado
Megaton,
y en 1987 se pasó a las dos grandes con un ejemplar de
Secret Origins
(DC Comics) y otro de
The Amazing Spider-Man (Marvel) que se
publicaron el mismo mes. En aquellos primeros años, la casa de Superman tentó
con más fuerza a Larsen, pues le encargaron los lápices de
The Outsiders
y
Doom Patrol. Sin embargo, Larsen despuntó realmente en la Casa de las Ideas cuando se
convirtió en el sustituto de McFarlane en
The Amazing Spider-Man. Su
problema fue evidente. McFarlane estaba de moda, mucho. Las comparaciones entre
uno y otro hicieron que Larsen obtuviese una etiqueta de segundón, que no
tardaría en quitarse ya que su estilo era tan personal que no era comparable al
de su compañero. Ya en Image, Larsen publicó
The Savage Dragon, una de
las pocas colecciones que continúan al pie del cañón desde el primer día.
Actualmente, esta colección se acerca al número 200.
Jim Lee:
En 1987,
Jim Lee debutó en las páginas de
Alpha Flight
#51 y a partir de ahí empezó una meteórica carrera dentro de Marvel que supuso
su paso por series tan importantes como
The Punisher War Journal y
Uncanny
X-Men.
Jim Lee fue el elegido para dibujar otra cabecera
de la Patrulla X
que se dio a conocer simplemente como X-Men. Como ya hemos dicho antes, ese
ejemplar vendió unos 8 millones de ejemplares. Ya en Image, Lee creó los
WildC.A.T.S. y un universo entero de personajes – perteneciente al sello
WildStorm Studios – que posteriormente vendería a DC Comics. Aun así, no perdió
el contacto con sus personajes ya que continuó dirigiendo el Universo WildStorm
hasta su reciente fusión con el Universo DC tradicional. Los lápices de Lee son
unos de los más cotizados del mundo, lo cual explica que cada vez que dibuja
una serie, ésta entra de repente en el Top #10 de ventas, si no lidera en el
primer puesto…
Todd McFarlane:
Debutó en una serie de Eclipse llamada
Coyote en 1985, pero casi de
manera inmediata se convirtió en el dibujante regular de
Infinity Inc.,
donde fue creciendo como artista y fue evolucionando progresivamente de artista
convencional a dibujante único. En 1988 dio el salto a Marvel Comics, donde
primero se encargaría de ilustrar
The Incredible Hulk y, más adelante,
The Amazing Spider-man. Fue en esta colección donde McFarlane se
transformó en el hombre del momento, convirtiéndose en el dibujante icónico del
hombre araña. Tanto es así que en 1991 se convirtió en el autor completo de
Spider-man,
donde pudo dar rienda suelta a todas sus rallas sin limitación de tinta… Ese
tebeo se convirtió en un éxito de ventas y anticipó lo que sucedería tras su
marcha, y es que su colección en Image, por todos conocida como
Spawn,
fue la bandera de Image durante muchos años. Para bien o para mal, McFarlane
acabó dejando sus dotes artísticas en los tebeos para dedicarse a controlar sus
creaciones y potenciar su línea de figuras articuladas, un producto que también
revolucionó tras la creación de Image.
Whilce Portacio:
Inicialmente lo pudimos ver como entintador de
Alien Legion y de la
famosa miniserie de Longshot de 1985.
A partir de ahí, Portacio se convirtió en un entintador
estrella, embelleciendo lápices en
Alpha Fligh,
Uncanny X-Men
y muchas otras cabeceras hasta que finalmente se convirtió en el dibujante de
The
Punisher. Después dio el salto a
X-Factor y finalmente se
convirtió en el sustituto regular (porque hubieron sustitutos de relleno antes
de él) de
Jim Lee en
Uncanny X-Men. De hecho, si no
fuese por su trabajo de entintador, las biografías de ambos dibujantes serían
muy similares. Ya en Image, Portacio creó Wetworks y ayudó a desarrollar los
estudios WildStorm, pero a mediados de los noventa marchó a Filipinas para
enseñar a una nueva generación de artistas. Aun así, fue publicando en todo
tipo de editoriales. Ya en 2006 volvió a los tebeos mainstream con
Batman
Confidencial, y a los independientes con una nueva versión de
Wetworks.
Marc Silvestri:
Aun a riesgo de sonar repetitivo, he de decir que Silvestri saltó a la fama
gracias a
Uncanny X-Men, si bien inició su carrera en 1981 en
antologías de DC como
Ghosts o
House of Secrets. En Marvel
fue saltando de una colección a otra, pasando por
King Conan,
Web
of Spider-Man o
X-Factor antes de encargarse de la más importante
de las colecciones de mutantes. En Image, Silvestri lanzó
Cyberforce,
un título que debutó con unas ventas de 850.000 copias y que permitió que el
lanzamiento de su sello, Top Cow Studios, fuese todo un éxito, sobre todo a
partir de la aparición de
Witchblade y
Darkness, dos títulos
que actualmente siguen siendo dos joyas que aún brillan en Image. A mediados de
los noventa, Silvestri se mudó, con su estudio, a Hollywood. Y más adelante
convirtió
Witchblade en una serie de televisión. Actualmente se
encarga de la última versión de Cyberforce, además de dirigir su sello.
Jim Valentino:
Valentino es el autor más independiente de todos los citados hasta ahora,
pues inició su carrera en 1984 en el noveno arte escribiendo y dibujando
Normalman
para Aardvark-Vanaheim. No se prodigó tanto como sus compañeros y publicó
trabajos menores hasta que en 1990 se convirtió en el autor completo de
Guardians
of the Galaxy. Cuando anunció su marcha a Image, Valentino fue
fulminantemente despedido de esta serie, de manera que no le quedó otra que
triunfar en su propia editorial. El autor inició su aventura en Image con
ShadowHawk
y debutó con cerca de medio millón de copias vendidas. A partir de 1999
disminuyó su participación en los cómics porque se convirtió en una especie de
editor de Image. De hecho, fue él quien trajo a
Brian Michael Bendis
a esa casa. En 2004, volvió a sus labores tradicionales, pero sin una línea
clara de publicación. Suele escribir y dibujar lo que le apetece.
Rob Liefeld:
Como buen autor independiente, Liefel debutó en 1987 en Dark Horse Comics
con una historia corta escrita y dibujada por él, que podéis encontrar en
Boris
the Bear #6. Después fue ocupándose de trabajos menores hasta que se
convirtió en toda una sensación con la publicación en 1988 de una miniserie de
Halcón y Paloma. Marvel vio el futuro en aquellos cómics y rápidamente robó
Liefeld a DC para que se encargarse, entre otras cosas, de
X-Factor y
The
New Mutants, serie que Liefeld acabaría transformando en
X-Force,
una inolvidable cabecera donde asumiría funciones de dibujante y guionista. Ya
en 1992, Liefeld dio el pistoletazo de salida en Image con la publicación de
Youngblood
y creó todo un universo que después se llevaría a otra editorial de
creación propia. Inexplicablemente, porque sus tebeos son de una calidad
envidiable (léase lo anterior en tono irónico), con el paso de los años,
Liefeld se ha convertido en un artista criticado por casi todos y que ya no
vende tanto como antes. En 2005 empezó a tontear con DC Comics y en el nuevo
relanzamiento llegó a ocuparse de varias series, hasta que dejó esta casa por
discrepancias editoriales. Afortunadamente, Liefeld siempre tendrá su lugar en
el mundo independiente.
Ya para finalizar, os incluyo algunas reflexiones sueltas sobre el asunto
extraídas de
Image Comics: The Road to Independence de
George
Khoury.
Uno de los factores que permitieron el éxito de Image y la proliferación de
editoriales independientes fue la creación del sistema de distribución en
librerías especializadas ya que éstas conseguían tebeos mucho más baratos (por
lo tanto tenían más margen de beneficios) a cambio de no poder devolverlos,
cosa que no sucedía con anterioridad. Eso suponía que los vendedores eran los
que realmente asumían los riesgos, por lo que la crisis de los 90 se debió en
gran parte a que se pidieron muchos más tebeos de los que realmente se
vendieron… Aún quedan muchas tiendas que no saben qué hacer con esos grandes
“éxitos” de venta… Según
Steve Milo (fundador de una de las
tiendas más grandes de los noventa, “
ellos podían entrar en el mercado sin
el sistema de devolución, lo cual suponía un riesgo muy bajo, y podían
arriesgarse más en lo que ofrecían. Así que no tenían que preocuparse en sacar
productos mainstream.
Podían tomar riesgos. Y esto creó una especia de
revolución creativa, y realmente abrió más oportunidades para el nuevo talento
que anteriormente había estado restringido por DC y Marvel“.
El boom especulativo posiblemente se inició con la Batmania tras la película
de Batman de
Tim Burton. Los tebeos llamaron la atención de
gente que no los leían y finalmente fueron tratados como cartas coleccionables.
Ese fue un factor determinante a la hora de solicitar tebeos de Image, además
de los grandes nombres implicados. Según Milo, “r
ealmente pensaba que Image
iba a ser una gran triunfadora porque estaba muy ligada a Marvel. Había un
método Marvel por aquel entonces, y desde el punto de vista de la creatividad,
ese era el camino a seguir…. Creo que vendimos 40.000 ejemplares de
Youngblood,
50.000 de Spawn
y entre 30.000 y 40.000 de
WildC.A.T.s .
Ésta había aparecido más tarde. Se empezaron a disolver por
sí mismos, así que los tebeos iniciales tuvieron mejores ventas porque no
habían tantos de ellos cuando salieron“.
¿Era algo bueno? Según
Steve Geppi, fundador de Diamond
Comics, sí. “
El momento era bueno. Era un tiempo innovador. Y creo que
marcaron tendencia, y creo que aprendieron algunas lecciones por el camino, y
gente como Todd y Jim Lee mantuvieron un buen
sistema de negocios e hicieron unos cuantos aciertos por sí mismos cuando
vieron que no se podía seguir por el mismo camino… Era una especie de
Renacimiento. Incluso puedes, con todo el respeto, compararlo a la Marvel de 1962. De repente
el mercado se vio convulsionado. Nuevas cosas estaban sucediendo. Podía haber
un tebeo independiente vendiendo grandes cantidades de comics y eso era, muy,
muy, muy…. era genial para la industria. Como dije, el problema fue que cuando
colapsó esto no se había construido en una base sólida, pero la calidad de los
títulos se mantuvo, y la calidad de los creadores se mantuvo. Y creo que
expandió el mercado. Estoy seguro que DC y Marvel no estaban felices en aquel tiempo.
Sobre todo Marvel“.
Poco después de la creación de Image, Marvel y DC hicieron de todo para
mantenerse en la cresta de la ola, provocando un aumento de la especulación con
trucos cuestionables, como los de la competencia. ¿Cuando se empezó a derrumbar
el mercado de los cómics? Según
Chuck Rozanski, “
incluso
te puedo dar una fecha, fue el 25 de abril de 1993. Ese fue el día en que se
vendió el tebeo en el que volvía Superman. (…) Aquellos tebeos fueron el beso
de la muerte. Cualquiera que pidiese más de los que vendía tuvo pérdidas porque
en efecto estabas invirtiendo en tebeos en los que pagabas un dolar o más por
tebeos que, un años después, (…) valdrían cinco centavos, si llegaba. Así que
cuando inviertes en un negocio del que obtienes un 95 % de pérdidas ya sea en
esta o cualquier otra industria (…) estás jodido. Y el motivo por el que estoy
aquí hablando contigo es porque nosotros pedimos a nuestros clientes que nos
pagasen por adelantado. No aceptábamos pedidos de nadie a no ser que tuviésemos
su número de targeta en nuestros archivos, y eso nos salvó“.
Fuente:
http://www.zonanegativa.com/?p=69044