sábado, 17 de enero de 2015

A DEATH GALLERY


 She arrived in my head about a week after her brother.

He had arrived brooding, quiet, pale and gaunt; and while there was indeed a definite family resemblance, she was in many ways his opposite: sensible, delightful, nice.

Mike Dringenberg was at that time the inker of SANDMAN (Sam Kieth was pencilling).
He read my description of Death in the original SANDMAN outline and decided that she
should look less like a young Nico or Louise Brooks (as l'd suggested) and more like his
friend Cinnamon. Mike did a drawing of her — the same drawing that appeared as a pinup
in SANDMAN, and later as a T-shirt and a watch face.

The day the drawing arrived in England, I had to meet Dave McKean at a London pancake
house: he was to show me transparencies of the fir'st few SANDMAN covers. Our waitress
was Death: skinny and pale and elfin and sweet, with long dark hair and black clothes, and
a silver ankh. I nearly showed her Mike's drawing, but then decided not to.

There's a tale in the Caballa that suggests that the Angel of Death is so beautiful that on finally seeing it (or him, or her) you fall in love so hard, so fast, that your soul is pulled
out through your eyes.

I like that story.

There's an Islamic story that declares that the Angel of Death has huge wings covered in eyes, and that as each mortal dies one of its eyes closes, just for a moment.

I like that story too, and take pleasure in imagining huge wings, and a ripple of ever-opening,
ever-closing beautiful eyes.

And there's a touch of wish fulfillment ih there too. I didn't want a Death who agonised oVer
her role, or who took a grim delight in her job, or who didn't care. I wanted a Death that l'd
like to meet, in the end. Someone who would care.

Like her.


Neil Gaiman













































A Death Gallery, DC Comics, 1994


Toc, toc, pastelito



Regresa a las librerías la novela gráfica 'Amor loco', obra maestra de Paul Dini y Bruce Timm, que ofrecen un trabajo ejemplar a diversos niveles.
JAVIER FERNÁNDEZ





Batman: Amor loco y otras historias. Paul Dini, Bruce Timm. ECC. 208 páginas. 20,50 euros.

Con la presente avalancha de reimpresiones y nuevas ediciones de tebeos emblemáticos, era cuestión de tiempo que volviese a librerías la estupenda novela gráfica Amor loco, obra maestra de Paul Dini y Bruce Timm. En palabras del mismísimo Frank Miller: "Amor loco es la mejor historia de Batman de la década [de los 90]". No puedo estar más de acuerdo con el autor del Dark Knight, tan solo añadiría: "y no solo de Batman". En mi opinión, esta deliciosa indagación sobre el triángulo amoroso que forman Batman, el Joker y Harley Quinn merece figurar entre lo mejor del género de superhéroes de su tiempo.

El libro vio la luz por primera vez con fecha de febrero de 1994, en plena ebullición de la escudería Image (los McFarlane, Lee, Larsen y compañía), y forma parte de una reacción al tenebrismo que había dominado los superhéroes desde el primer tercio de la década anterior. Es coetáneo de Marvels y se adelanta en muy poco a Astro City, por citar dos títulos luminosos, pero, a diferencia de ambos, es mucho más divertido. Se publicó como novela gráfica autoconclusiva, dentro de la serie Batman Adventures, vinculada estéticamente a la serie de dibujos animados Batman: The Animated Series, que buscaba ofrecer a los niños un producto maduro y que, visto desde otra óptica, ofreció a los adultos un producto fresco y desenfadado. Gran parte del acierto de esta línea de DC residió en su profundo respeto a la esencia del género, el entendimiento de que los cómics son una diversión sencilla (ojo, no he dicho simple) que, cuando no se dirige directamente a los niños, apela al niño que todos fuimos alguna vez. Pero no debemos olvidar que, en última instancia, la propuesta resultó un éxito gracias al fenomenal talento artístico implicado.


Y es que el trabajo de Paul Dini y Bruce Timm es ejemplar a diversos niveles. Funciona por sí solo, como muestra de una buena historia, excelentemente dibujada. Lo hace también como remedio a la citada depresión que invadía el género en su momento, y como sabia reconciliación entre lo clásico y lo moderno. A la luz de Amor loco, se entienden los giros dados por Alan Moore y Grant Morrison un par de años más tarde, y se reivindican las grandes obras de la década de los 50 y principios de los 60.

Por si no bastara con este título inolvidable, ganador de los premios Eisner y Harvey, la edición que nos regala ECC incluye el resto de colaboraciones entre Dini y Timm para las viñetas de Batman, realizadas entre 1994 y 1997. The Batman Adventures Annual 1 y 2, The Batman Adventures Holiday Special (otro premio Eisner del equipo creativo), Adventures in the DC Universe 3 y la historia corta incluida en el número 1 de Batman Black and White componen un verdadero festín para todos los amantes del género de superhéroes. A la celebrada pareja, se unen en estas páginas Mike Parobeck, Matt Wagner, el gran Dan DeCarlo, Klaus Janson, John Byrne, Rich Burchett y Glen Murakami, y el libro incluye jugosos extras como bocetos, páginas "censuradas" y comentarios de los propios Timm y Dini.


Malaga Hoy

viernes, 16 de enero de 2015

Delirante Morrison

JAVIER FERNÁNDEZ






7 soldados de la victoria, vol, 2. Grant Morrison, Cameron Stewart, Frazen Irving, etc. ECC. 176 páginas. 17,95 euros.

Las reediciones publicadas por ECC resultan tan manejables y atractivas que merece la pena hacerse con ellas aunque se disponga ya de las ediciones anteriores de Zinco, Norma o Planeta (en ocasiones, totalmente ilegibles). En el caso de los 7 Soldados de la Victoria, el título lo merece doblemente, pues el material parece aquí organizado de manera singular, siguiendo la propuesta de lectura del propio Grant Morrison, esto es, mezclando y alternando las distintas miniseries, no presentándolas por separado. El segundo volumen (de cuatro) contiene los números 2 y 3 de Seven Soldiers: Klarion the Witchboy, los 3 y 4 de Seven Soldiers: Shining Knight y Seven Soldiers: Guardian, y el 3 de Seven Soldiers: Zatanna. El trabajo de Morrison es tan delirante y fascinador como cabe esperar, y los dibujos son realmente chulos.


Malaga Hoy

De Superman a Spiderman

Mañana sábado a las 23:00 en La 2. Documental de superhéroes:

http://www.rtve.es/alacarta/videos/la-noche-tematica/lnt-superman-spiderman-140115/2952028/

Acertando en la diana



JAVIER FERNÁNDEZ


Green Arrow: La guerra de los Outsiders. Jeff Lemire, Andrea Sorrentino. ECC. 168 páginas. 15,50 euros.

Al contemplar con cierta distancia el enésimo relanzamiento del universo DC, publicitado bajo la marca The New 52 o Los nuevos 52, resulta evidente que algunos personajes han tenido más suerte que otros. Wonder Woman, por ejemplo, es una de las que más han salido ganando con el cambio, gracias a la sobresaliente labor de Brian Azzarello, Cliff Chiang y compañía. Otro que ha sorprendido positivamente es Animal Man, pues le ha sentado de maravilla la estancia de Jeff Lemire en el apartado literario. En el lado opuesto, y procurando no hacer sangre, hay que reconocer que el pobre Green Arrow entró con mal pie en el quinto volumen de sus aventuras. Tanto es así que, apenas medio año más tarde, recaía en la otrora apreciada Ann Nocenti la responsabilidad de dar un golpe de timón y llevar la nave a buen puerto. Por desgracia, a punto estuvo de hundirla. Lejos de la excelencia de su viejo Daredevil, la propuesta de Nocenti fue un despropósito muy pasado de moda, lastrado además por el inapropiado apartado gráfico.

Sin embargo, con una exitosa serie televisiva en danza, DC no podía dar por perdida la cabecera de Green Arrow, así que volvió a cambiar el equipo creativo y otorgó libertad a los recién llegados para que enderezaran el rumbo. Que el guionista fuese Lemire era ya una garantía, pero sumarle a un dibujante como Andrea Sorrentino mejoró la apuesta. Ya lo dice el refrán, a la tercera va la vencida: el nuevo, nuevo, nuevo Flecha Verde acabó siendo uno de los tebeos imprescindibles de esta DC post Flashpoint, al menos durante la intervención de Lemire y Sorrentino (que por desgracia finalizó en septiembre de 2014). En España, la edición va con una pizca de retraso, así que aún estamos a tiempo de degustar este excelente tebeo. De momento van dos tomitos, el primero se titula La máquina de matar, y contiene los últimos coletazos de lo de Nocenti, más cinco estupendos episodios de Lemire y Sorrentino. El segundo, La guerra de los Outsiders, recopila los números 25 a 31 de Green Arrow, todos ellos del dúo en cuestión.

Malaga Hoy



jueves, 15 de enero de 2015

Spirou repite curso


La editorial Dibbuks lanza este febrero su primer album del botones belga, tras recibir los derechos en España

Aún así, su influencia es grande: inspiró a Ibáñez el Botones Sacarino y su autor más famoso, Franquin, era un ídolo para la escuela Bruguera

El personaje, un clásico comparable a Tintín o Astérix, nunca ha funcionado en nuestro país

Portada del cómic 'El botones de verde caqui', que llegará a España en febrero.


JOSÉ A. CANO Granada

En Francia, Spirou es un superventas y un icono cultural comparable a Astérix o Tintín. En España, es ese personaje que viste parecido al Botones Sacarino. Dependiendo de la edad, unos recuerdan aquella revista a caballo entre los 70 y 80 que fue Spirou Ardilla, otros las tiras de 'El Pequeño Spirou' que editaba un suplemento de 'El País' y los más jóvenes la serie de dibujos animados del Marsupilami, secundario de lujo de las aventuras del botones belga. Pero está lejos de ser un personaje popular.

Parte de la culpa la tienen las calamitosas ediciones que ha tenido a lo largo de los años, que ahora la editorial Dibbuks trata de arreglar. Si Astérix y Tintín -incluso iconos menores, como Blake&Mortimer- ven publicadas sus nuevas entregas al español casi de manera inmediata, lo de Spirou es un rosario de inéditos que se saltan la numeración francesa y al que la casa madre, Dupuis, quería poner fin. El proyecto de Dibbuks, que con este fichaje celebra su décimo aniversario a lo grande, fue el que más les atrajo.

"Quizás Spirou no funcionó hasta ahora en España porque llegó tarde y en un momento en que existía una versión más adaptada a nuestra forma de entender los cómics entonces, que era el Botones Sacarino", valora Ricardo Esteban, editor en jefe de Dibbuks y ahora máximo responsable de traer el personaje a nuestro país. "En los 50 y 60 el mercado español estaba saturado de revistas y ya había personajes más populares, así que Spirou lo tuvo muy difícil desde el principio".

Sacarino, por cierto, fue el homenaje de Ibáñez a Franquin, el autor del Spirou clásico de los 50, y se parece más a otra creación de este, Gaston Lagaffe, conocido en España como 'Tomás El Gafe'. La influencia de Franquin, de hecho, se nota en Mortadelo y Filemón con obras como 'El sulfato atómico'. La propia personalidad de Filemón, sin perder su esencia de jefe cascarrabias, coge algunas características del trepa y calavera Fantasio que da la réplica Spirou como él se la da a Mortadelo.

Este febrero saldrá a la venta 'El botones de verde caqui', de Yann y Schwartz, una aventura ambientada en la Bruselas ocupada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, publicada originalmente en 2009. Forma parte de un programa editorial que incluye recuperar este mismo año los integrales 12 y 13 de la edición francesa, que reúnen las etapas de últimos 70 y primeros 80, con los autores Nic y Cauvin y posteriormente sus sustitutos, Tome y Janry. Igualmente antes de que acabe 2015, Dibbuks publicará el primer tomo de la etapa moderna completamente inédito, el número 51 de la colección, Peligro, Zorkons, de Vehlman y Chivard.

Ricardo Esteban, editor jefe de Dibbuks, explica que el personaje "se adapta muy bien a nuestra editorial, que sobre todo se centra en aventuras clásicas. Además, creo que nos escogieron porque al ser una editorial pequeña no íbamos a perder al personaje entre las novedades de cada, sino que le íbamos a dar mucha importancia en nuestro catálogo. Para Dupuis es su buque insignia, su personaje más señero, así que querían una edición en España que respetase la manera en que se ha hecho en Francia previamente".

Sí eligen arrancar por la aventura de Yann y Schwartz, que está fuera de la continuidad de la serie canónica, es "porque sabemos que en España existe un gran público que desconoce al personaje. Nuestro plan editorial es recuperar los álbumes 'one-shot', que en Francia se titulan 'Una aventura de Spirou y Fantasio por...', y ofrecen una aventura nueva y desde cero que sirve para familiarizarse con los personajes sin necesidad de coger la serie desde el número 51. Poco a poco queremos ofrecer más material, en los integrales van a ir alrededor de 100 páginas de extras, porque también existe un grupo de fans del personaje que quieren esa clase de contenidos".

Después de meses de trabajo previo -se sabe del 'fichaje' de Spirou con Dibbuks desde octubre del año pasado-, y con una campaña muy activa a través de redes sociales para llamar la atención de los 'fans', este febrero llegará el momento decisivo para el botones de rojo y sus lectores españoles.


El Mundo 14.01.2015

El otro mundo de Appleseed por Masamune Shirow

 Al terminar la publicación, la editorial Planeta DeAgostini, de los comics en España de Appleseed, complementó la edición con dos publicaciones más, en formato comic-book, Appleseed Databook, una especie de cajón de sastre donde incluyó comentarios de todo tipo del propio autor: armas, municiones, sobre la propia historia de Appleseed (cuanto mejor este construido un mundo imaginario mejor para el autor), sobre los personajes, incluso un mapa del mundo de Appleseed y una historia corta (nº26: Las cartas sobre la mesa).

También incluyó una serie de bocetos y páginas, algunas de las cuales no fueron publicadas. Que ustedes las disfrutan tanto como yo.



Appleseed Databook nº2 de 2 por Masamune Shirow, publicado por editorial Planeta DeAgostini, año 1996













Little Nemo en el País de los Sueños por Winsor Mc Cay

El sueño enorme
JESÚS CUADRADO

Obra completa, vol. II Norma Editorial PVP 3.900 Ptas.

Aquello del soñar no cuesta dinero, según y cómo. Vamos, que si lo aplican aquí, quiero decir, si la aplica, la frase, al precio de sobrecubierta, pues no es verdad, porque costar, pues cuesta una pasta (justo la que me pagan los de Glénat por avisarles a ustedes; ya ven, desprendido que es uno).

Sí, aquí está el segundo tomo: si no compraron el primero, mal hicieron. Miren: en la edición (continente) los tomazos son fieles, respetuosos, cuidados y profesionales; hasta en tela se abrigan. Y en la obra (contenido), poéticos, ácratas, intransigentes y dulces.

No es Historieta, ladróme el político de turno (o sea que corría turno: hoy es un imbécil olvidado y yo sigo aquí, hablándoles a ustedes de eso, de viñetas y de McCay). Corría, en fin, la democracia (es decir, que ya no nos corrían a gorrazos; o no del todo): hacia 1986 o así. Yo había ido con mis bocetos al Minis y llevaba un gigantesco desglose escenográfico: la cama de Nemito, faraónica en su diseño, se centraba en la sala y, bajo sus patas zancudas, se deslizaba un travelling sobre el que el futuro e inquieto espectador podría cruzar en diagonal y atisbar los originales expuestos a través del visor de una Arri. En fin, para unos, iluminadas chorradas cuadradas, para otros, tenía su empaque (y hasta su metalenguaje y tal). Pero el político, ya dije, preguntó lo de que qué era aquel armatoste; la cama de Nemito, díjele; Nemiqué, insistió; el de McCay, ¡ah, ya, pero eso no es Historieta! Vale, tío, que ni zorra idea tienes (bueno, entiéndanme, este final no lo dije en voz alta, tan sólo me lo pensé, que yo, como todo el mundo sabe y más el Borrollo, estoy siempre al borde del pesebre).

No se vayan a pensar ustedes que me estoy escondiendo: la misma frase se la escuché el otro martes a un famosillo en el FNAC (ya saben, el edificio madrileño ése que cobija los tebeos como si cultura fueran). Y quedóse tan ancho. Tal como lo oyen.

Si usted, en alguna ocasión, se pensó la misma cosa, que el McCay no es Historieta, vigílese: puede que algo del tumor cerebral le quede por ahí rondando; si aún lo piensa y no lo compró, mala cosa: está a punto de diñarla; si lo piensa y, aún así, lo compró, buen asunto, sobre todo para mí: usted la va a diñar, eso seguro, pero puede nombrarme su heredero.


Revista Viñetas nº4, abril 1994, ediciones Glenat.

Dramagrama por Fernando Krahn



 Ediciones Glénat PVP 2.300 Ptas
LLÁTZER MOIX

Fernando Krahn (Santiago de Chile, 1935) viene publicando sus DRAMAGRAMA en el "magazine" de La Vanguardia desde hace años. Gracias a Krahn, los barceloneses pueden asomarse cada domingo a una ventana privilegiada, desde la que se ven los más recónditos rincones del cerebro humano. Habida cuenta de lo mucho que ignora la ciencia sobre nuestro órgano rector, estos dibujos pueden considerarse como un auténtico lujo.

Los DRAMAGRAMA son el auténtico -destilado Krahn-. Las viñetas para artículos de opinión que firma este autor son sintéticas e inten-cionadas. Sus ilustraciones a todo color para temas científicos son una delicia. Y su trabajo para cuentos y narraciones juveniles ha alcanzado merecida fama. Pero es en los DRAMAGRAMA donde Krahn parece exponer con mayor comodidad su visión de la tragedia -perdón, del drama- humano.

A medio camino entre la amabilidad envenenada de Sempé y el horror recreativo de Topor, Krahn combina en sus DRAMAGRAMA el humor con la crueldad, la poesía con el misterio, la paradoja con el retrato de la ridiculez.

Su mano para concentrar en cuatro viñetas estos procesos -que se adivinan irreversibles- protagonizados por hombres y mujeres es ya legendaria. El uso que hace del color, nada encorsetado y siempre al servicio de la narración, revela sus completas facultades. Lo personal e intransferible de su discurso, por último, hacen de él un autor singular y admirado, cuya obra quedará sin duda para disfrute de las generaciones a venir.

Por todo ello (y aunque esté feo glosar la publicación de una editorial en una revista que le pertenece), hay que felicitarse por la reciente publicación de DRAMAGRAMAS. En este álbum, el propio autor ha seleccionado los que considera mejores dibujos de la serie y, lógicamente, ha conseguido una obra excelente, de cabecera.

A primera vista -a juzgar por la historieta colocada en portada (o por la siguiente: la del cerdito rentista)- uno diría que Krahn ha optado por sus dibujos más simpáticos, menos abisales, revelando así su auténtico talante. Pero, según se avanza, el Krahn multifacético, ora risueño, ora enrevesadísimo -es decir, el gran y diverso Krahn-, aflora irremisiblemente.
Háganse con DRAMAGRAMAS. NO se publican muchos álbumes con tanta inteligencia por viñeta.


Revista Viñetas nº4, abril 1994, ediciones Glenat.


L´exercit errant por Xavier Excura i Dalmau, Francesc Riart i Jou, Oriol García i Quera




Colección: Temps d´Espases nº1 
Signament Edicions
P.V.P: 1.390 Ptas


SERGI VICH

La aparición en el mercado de una nueva serie de cómics es siempre una buena noticia, pero la publicación del primer episodio de la colección Temps d'Espases, es una grata nueva por partida doble. Nos explicaremos.

Con un dibujo sobrio y realista, que en algún momento puede parecer algo tosco, sus autores recrean, mediante el recurso al fiash-back que se inicia en el ortodoxo monasterio de Meteora allá por 1360, la historia del caballero catalán Roger Desllor de Rosselló. Un noble al servicio del duque de Atenas, Gautier de Brienne, un descendiente de aquellos guerreros de la IV Cruzada que, en vez de enfrentarse a los musulmanes que asediaban Tierra Santa, se volvieron contra sus aliados bizantinos e invirtieron sus energías en crear una serie de pequeños estados feudales en tierra helena a imagen y semejanza de sus solares de origen en la lejana Francia.

Enviado por su señor a contratar a los errantes restos de las partidas almogávares que, privadas de sus jefes naturales por la traición del coemperador Miguel y abandonados a su suerte por la Corona de Aragón, arrasaban los campos de Tracia y Macedonia, más en busca de la mera subsistencia que por mor de un magro botín, Roger Desllor inicia una especie de simbiosis, nacida tanto de su nobleza de carácter como de un incipiente nacionalismo catalán, con estas gentes tenidas por salvajes y primitivas tanto por los franceses como por los griegos. Sentimiento que aquéllos correspondían con el desprecio hacía los francos, como opresores en tierra extraña, y hacia los bizantinos, que no representaban ya sino un pálido y decadente reflejo de lo que un día fueron en los esplendorosos tiempos del emperador Justiniano.

Hasta aquí una breve sinopsis argumental, pero lo que destaca a esta obra de otras de parecidas características, tal como aludíamos al principio, es el hecho de que nos hallamos ante personajes y situaciones históricas, que se mueven en un marco real en el que todos los elementos representados, desde los escenarios naturales hasta las armas y vestimentas, pasando por las arquitecturas y los escudos heráldicos, han sido convenientemente documentados por los autores, a fin de otorgarles el pertinente verismo, y cuyo climax se alcanza con la excelente reconstrucción de la batalla de Cefis, acaecida un 15 de Marzo de 1311.

El resultado, lejos de otras obras de parecidos presupuestos como la Dargaud Histoire, las Histoire de France y Decouvrir la Bible de Larousse, nos acerca más a la línea de El Cid de Hernández Palacios, Las Torres de Bois Maury de Hermann o La Crónica de Leodegundo de Gaspar Meana, al ofrecernos una narración ágil y vivaz que puede ser abordada desde dos perspectivas distintas: como un cómic de aventuras, prescindiente de su contenido histórico, ó como la recreación en historietas de un episodio de nuestro pasado, para lo cual cuenta con un notable apéndide en el que amén de describir los antecedentes y el desarrollo histórico de los acontecimientos nos ayuda a comprenderlos con mapas, planos, escudos heráldicos, vocabulario, etc., amén de una somera bibliografía para quienes estén interesados en profundizar sobre el tema. En definitiva, un notable acierto que nos obliga a esperar con avidez la salida del próximo volumen de tan interesante serie.

Revista Viñetas nº4, abril 1994, ediciones Glenat.


Dylan Dog por Piccatto y Sclavi

Si lo dice Umberto Eco..
RAMÓN DE ESPAÑA




Ediciones B
PVP: 495 Ptas.


Dice Umberto Eco que podría pasarse días y días leyendo la Biblia, Homero y Dylan Dog sin aburrirse ni un momento. Esta afirmación categórica ha sido colocada en la edición española de ese (sorprendente) éxito del tebeo italiano con la intuición, juraría, de atraer a los miles y miles de lectores que (por razones que se me escapan) han disfrutado de las muy cultas ficciones del reputado semiólogo metido a novelista. La jugada es astuta. Si ha funcionado conmigo, que me aburro mortalmente con todo lo que hace don Umberto, ¿cómo no va a funcionar con la legión de seguidores que tiene el autor de El nombre de la rosa y El péndulo de Foucault?

EL RETORNO DEL MONSTRUO, primer álbum de Dylan Dog publicado por Ediciones B, tiene un punto inmediato a su favor: es largo (casi 100 páginas) y ofrece bastante letra. O sea, que por tus 495 cucas tienes lectura para un buen rato. Pero también ofrece un agravio igualmente inmediato: el dibujo del señor Luigi Piccatto es malo, descuidado y vulgar, con lo que deviene un obstáculo a la hora de internarse en la historia. Una vez vencido el inicial repelús gráfico (solventable si Alfonso Font, además de la portada, se hubiera hecho cargo del interior) hay que reconocer que el creador de la serie, Tiziano Sclavi, es un tipo que sabe explicar una historia. Desde luego, no es Homero ni (mucho menos) Dios, pero se trata de un guionista veterano, curtido en cientos de productos de gran consumo, que se las apaña muy bien para mantener el interés del lector gracias a su dominio del suspense y los golpes de efecto.

EL RETORNO DEL MONSTRUO se lee de un tirón, que es bastante más de lo que se puede decir de una gran parte de la producción tebeística mundial. Evidentemente, el señor Sclavi no descubre la pólvora y no pasará a la Historia como un gran renovador del mundo del cómic. Pero lo que hace lo hace bien: construye bien su trama, mantiene interesado a un lector no demasiado exigente y consigue que éste se olvide del lamentable dibujo del amigo Piccatto.

Habrá que esperar a nuevas entregas para comprobar si en España Dylan Dog puede ser tan adictivo como en Italia, pero de momento hay que reconocer que este primer álbum entretiene y deja al lector con ganas de ver con qué se descuelga el señor Sclavi el mes que viene. Aún lamentando la presencia de un personaje secundario como ese sosias de Groucho Marx (cuyas gracias sin gracia molestan más de lo que pretenden divertir), las aventuras de Dylan Dog se revelan como un buen modelo de lo que debería ser la historieta popular de amplio consumo. Otorguémosle un margen de confianza a Tiziano Sclavi y, puestos a ser buenos, confiemos también en que Luigi Piccatto aprenda a dibujar.


Revista Viñetas nº4, abril 1994 Ediciones Glenat