lunes, 6 de diciembre de 2010

Sabor salado

Francamente, es un placer. Me alegra tener algo de tiempo para dibujar, entintar, abocetar. No es algo forzado, o extraño, lo que realmente comienzas a lamentar después de un buen rato es no poder dedicarle aún más tiempo y esfuerzo. Me gusta este mundillo, aunque no soy nada especial, me gusta el lapiz, la tinta, el papel, leer buenos tebeos, supongo que la pasión-atrayente-absorbente va para largo. Otro día, más.







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