jueves, 25 de octubre de 2012

Auguste Rodin baja a los infiernos



La Academia de Bellas Artes de San Fernando expone las visiones del autor de ‘El pensador’
Se trata de 140 grabados inspirados en la obra de Dante Alighieri
Una de las obras del 'Album Fenaille' de Rodin expuestas en las salas de la Calcografía Nacional.


BORJA HERMOSO Madrid 15 SEP 2012

Los mecenas son gente muy suya, pero necesaria. Indispensable, si lo que se pretende es que los creadores de obras de arte puedan seguir ejercitándose en sus estudios sin ser molestados por las moscas cojoneras del prosaico y mundanal ruido. Cuidado: no es que el mundo del arte esté precisamente ante unos señores cuya vocación y acción se deslicen por los caminos del puro altruismo. No. El mecenas siempre pide algo a cambio de su generosidad, que a veces es sincera y otras hipócrita. Por ejemplo, reconocimiento social. Por ejemplo, favor político. Por ejemplo, el acceso meteórico a ciertas esferas del arco social en teoría vedadas al común de los mortales, un poco como si fueran el Julien Sorel parido por Stendhal en su Rojo y negro: el acceso a un mundo que, en teoría, no nos toca.

Pongamos por caso Maurice Fenaille. Este señor, además de pionero y magnate de la industria petrolífera en la Francia de finales del XIX, fue miembro de la Academia de Bellas Artes. ¿El motivo? Su condición de coleccionista impenitente y de amigo de los artistas, entre ellos, y sobre todo, aunque no solo, Auguste Rodin.

Entre viaje y viaje a lo largo y ancho del mundo y entre invención y comercialización de lubrificantes, saxoleínas, oleonaftinas y todo tipo de aceites de petróleo (lo que le hizo rico) Fenaille fue comprando obra a Rodin, le encargó unas Bañistas para decorar la piscina interior de su mansión de Neuilly, se dedicó a entender por igual al genio y al ogro y, en el caso que nos ocupa, sufragó los gastos de lo que desde 1897 es conocido como el Album Fenaille, cuyos 139 estremecedores grabadoscuelgan desde ayer y hasta el 11 de noviembre en las salas de la Calcografía Nacional, Academia de Bellas Artes de San Fernando, según se entra a la izquierda, en la exposición Figuras de sombras.

Son los popularmente conocidos como dibujos negros de Rodin, inquietante saga gráfica edificada a lo largo del tiempo por el creador deEl pensador y Los burgueses de Calais. Su relación con las Pinturasnegras de Goya transcurre, en el caso de esta exposición, por una doble vía: sus propias concomitancias temáticas y el hecho de que, en noviembre, los Desastres de la guerra propiedad de la Academia de Bellas Artes de San Fernando viajarán hasta Burdeos para ser expuestos en el Museo de Aquitania, que es justo de donde proceden las estampas del Album Fenaille.

El álbum fue editado en 1897 por la casa Goupil, firma pionera en las nuevas técnicas de reproducción de imágenes artísticas. Eran los balbuceos de la democratización del arte: la multiplicación y comercialización de obras de arte mediante la técnica del fotograbado, creada en 1870 por Henri Rousselon, permitió a muchos acceder a un universo que hasta entonces había sido exclusiva o fundamentalmente cosa de aristócratas y demás adinerados. Las obras ejecutadas por Rodin en el Album Fenaille encuentran su inspiración en el Infierno de Dante, y fueron creadas por el artista de forma paralela a una de sus creaciones mayores, Las puertas del Infierno, obra inacabada y colosal (seis metros de alto por cuatro de ancho) que pueden contemplarse en un lugar de honor del Museo Rodin de París, una suerte de respuesta a las Puertas del Paraíso esculpidas cuatro siglos antes en Florencia por Lorenzo Ghiberti. Las visiones de origen bíblico expresadas por Rodin resultan estremecedoras: espectros condenados al suplicio, amantes arrastrados por la tempestad, violentos acosados por centauros, herejes (Mahoma incluido) destripados, blasfemos como pasto de las llamas, ladrones convertidos en reptiles, corruptos ahogados en pez...

El visitante potencial a las salas de la Calcografía Nacional ha de saber que la exposición que verá, que solo ha visitado Tokyo, Roma y Florencia, apenas tiene precedentes en España, si nos referimos a la dimensión de Auguste Rodin (París, 1840-Meudon, 1917) como dibujante: solo la muestra celebrada hace diez años en Salamanca sobre los Arrepentimientos del artista puede servir de referencia.

Pero, lo que son las cosas, puede que una exposición así acabe pasando por Madrid sin pena ni gloria. Porque no habrá vallas publicitarias que la anuncien ni en calles ni en autobuses ni en prensa. Tampoco el visitante podrá adquirir el catálogo. No lo hay. Y no lo hay porque no ha habido dinero para editarlo. Y no lo ha habido porque todos los hipotéticos patrocinadores a los que se dirigieron los responsables de la Calcografía Nacional, con su responsable Juan Bordes a la cabeza, se toparon con un innegociable “no”. “Es increíble, solo pedíamos 8.000 euros, pero hoy las entidades financieras prefieren indemnizar a sus directivos salientes que ayudar a la cultura”, lamenta Bordes.

Los mecenas son gente muy suya, etcétera, etcétera...



El Pais sabado 15 de septiembre de 2012


Arte, genio, amor, tormento

Auguste Rodin. / JERRY TAVIN/EVERETT COLLECTION (CORDON PRESS)
François-Auguste René Rodin (París, 1840-Meudon, 1917) es uno de los nombres capitales en la historia de la escultura. El primer moderno, como le llamaron algunos críticos, estudió con obsesión la anatomía del cuerpo humano antes de lanzarse a interpretarlo —y deformarlo— desde postulados impresionistas y poco académicos, lo que le valió la inquina inicial de parte del mundillo artístico de la época.
Sus obras fundamentales son El pensadorLos burgueses de Calais, el Monumento a Balzac, Las puertas del Infierno y El beso.
Genial y dueño de un carácter explosivo, el artista mantuvo una intensa y tormentosa relación sentimental con la también escultora Camille Claudel, que fue su pupila y a la que acabaría abandonando, siendo esta ingresada en una institución psiquiátrica. Una película, Camille Claudel, protagonizada por Gérard Depardieu e Isabelle Adjani, cuenta aquella historia.

El Regreso del Señor de la Noche


  El regreso del caballero oscuro, aunque siempre me gustó más El regreso del señor de la noche como lo tradujo Norma Comics. El cómic, publicado allá por el año 1986, dibujado y guionizado por Frank Miller, fue lo más parecido a una resurrección, todo un fenómeno de cotas insospechadas y que se prolongó en el tiempo.
Es probable que los grandes creadores se sientan muy bien sacando lo mejor de los géneros, algo así como lo que ocurre por ejemplo con Francis Ford Coppola dirigiendo El Padrino, obteniendo obras que en su conjunto tienen un aura especial aunque sus autores no lo crean, o sean mucho más críticas con ellas que la mayoría.
Desde luego, para mi fue una epifanía, efectos nostálgicos aparte, lo cierto es que me enamoré perdidamente de esta obra . Como explicaba Alan Moore, gracias a Frank Miller por fin Batman iba adquirir la categoría de leyenda, saltábamos en el tiempo, abandonábamos  la eterna juventud del héroe y llegábamos a la vejez y la muerte de Batman.


Frank Miller en plenitud de fuerzas realiza un ejercicio para la Historieta de características colosales, conseguía conjuntar todas las ventajas del cómic, de la página, el texto y la imagen, sentía como con esos elementos me seducían para contar una historia épica y legendaria.
A todo esto, el porqué del comentario, DC, empresa propietaria de los derechos de la obra y de muchas más en un archivo que lleva alimentado durante 75 años, ha encontrado nuevas formas de "divulgación", de vender su legado, tienen un nuevo filón en versiones cinematográficas de los cómics, una parte de las películas son de animación y llevan bastantes. Si en un principio eran películas o largometrajes continuando con el éxito de las series de animación que producían, principalmente Batman, a partir de 2007 comienzan a realizar películas expresamente en formato de largometraje, y sobre todo tras el elaborado film a raíz de las nuevas películas de Christopher Nolan sobre Batman, y finalmente realizar animaciones sobre cómics de los personajes, sobre todo de Batman. Y ahí es donde voy.




 Lo que en principio debería poseerme, embriagarme, y más a alguien enamorado de la animación como yo, vibrar ante la visión de la primera parte, porque son dos películas del Regreso del Caballero Oscuro, animación realizada por un estudio de animación japonés de relevancia, con profesionales en la ejecutiva de la empresa como Bruce Timm y otros, a pesar de todo eso hay un pero.
Pero… eso es lo malo, a pesar de su apariencia perfecta, PERFECTA, estéticamente hablando, las viñetas de Frank Miller cobran vida, realmente es como ver el cómic, pero… no es así, aún siente uno más añoranza del cómic, es algo casi incomprensible, pero lo cierto es que se escapa, la emoción se pierde, es posible que no juzgue con claridad, tal vez no lo vea claro, y sin embargo... 
He visto todas las películas de animación de DC/Warner y hay auténticas maravillas, hay una clara evolución, un enfoque cada vez más adulto y aún así en este enfoque de adaptar cómics algo chirría, o al menos en los cómics grandes, porque le pasaba algo parecido a Batman: Año Uno también realizada para el cine de animación y también otro inmenso cómic de Frank Miller al guión y un dibujo espectacular de David Mazzuchelli, tal vez sea casualidad.



















martes, 16 de octubre de 2012

Vapor por Max


Solo roca y arena. El nuevo personaje de Max huye al desierto, despojado de todo, en busca del punto cero. Vapor persigue la utopía de expresar lo máximo con los mínimos elementos



Por Amelia Castilla




YA Ni EN EL DESIERTO se siente uno tranquilo. "¡Estoy harto, harto de todo! ¡Del mundo y de la gente, de las cosas y de las ideas, de las palabras y de las imágenes!". Las palabras desesperadas de Nick, protagonista de Vapor, la nueva historieta del dibujante Max, que La Cúpula publica el 19 de octubre, resuenan ante el vacío existencial, en el que parecemos habernos sumergido de un tiempo a esta parte, precisamente ante el aluvión de información, en muchos casos perfectamente innecesaria, que nos llega en tiempo real. El creador de Nick, como su personaje, también se siente cansado de tanta imagen y tanto discurso vacío de contenido como nos rodea: "Busco un poco de aire libre entre tanto bla, bla, bla". Huyendo precisamente de todo ese barullo, el protagonista de Vapor se despoja de todo lo que lleva encima —por perder pierde incluso su sombra—-, y escapa al desierto en busca de la necesaria soledad y el silencio para intentar vaciar su mente, pero ¿encontrará ese punto cero original?

A Max (Barcelona, 1956) le fascinan los escépticos cabreados, son una dé sus especialidades. Le gusta también el mundo futuro y las historias de santos y mártires. Y ahí se asientan los cimientos de Vapor. Para buscar el origen de esta nueva historieta de Francesc Capdevilla, conocido como Max, conviene recurrir al santoral, en busca de la fiesta de San Antonio Abad. El 17 de enero, en muchos pueblos de Mallorca, la isla donde vive este dibujante desde hace años, se representan popularmente las tentaciones de san Antonio por parte del demonio. Max daba vueltas al nuevo guión con esa base, cuando un amigo le recordó La tentación de San Antonio de Gustave Flaubert. Fue leerlo y empezaron a fluir ideas. "He traducido la historia clásica al mundo contemporáneo, pero sin necesidad de dios ni diablo. Queda, por tanto, una persona agobiada con el mundo, alguien que huye del show permanente al que nos vemos sometidos".

Los bosques de retorcidas raíces donde las plantas trepadoras se adueñaban de las páginas, que adornaron otros guiones anteriores en la larga trayectoria del creador de Peter Punk, se han evaporado en esta nueva entrega. "Me interesaba mucho visualmente conseguir hacer todo un libro con un ambiente desértico donde todo resulta de lo más austero". En blanco y negro y a base de meterle tinta a la roca y la arena del desierto, Max concentra la narración en lo visual. Como dibujante ha perseguido la utopía que supone "expresar lo máximo con los mínimos elementos".

A Max, primer autor ganador del Premio Nacional del Cómic en 2007, le ha llevado casi tres años de trabajo intermitente conseguir "poner emoción a lo largo de 112 páginas en medio de un escenario aburrido". Para reforzar ese discurso ha recurrido a la contención en el texto: "He tratado de ser minimalista y nada retórico. Quería que hablaran los dibujos, pues no en vano se trata de otra forma de escritura. En esa búsqueda de equilibrio tenía claro que trabajaba en un arte visual".

Vapor se sirve también del humor, de la poesía y la fantasía. "He tratado de situar la historia entre la realidad y la inspiración", añade. Como en algunos de sus trabajos anteriores, el creador dé Bardín el Superrealista avisa que no conviene confiarse porque en cualquier momento se puede saltar al horror.

Max, colaborador habitual de Babelia, como ilustrador semanal de Sillón de Orejas,, habla desde su domicilio de Mallorca, recién llegado de Brasil, donde se exhibe Panóptico, una retrospectiva de su carrera, en los centros Cervantes de diferentes ciudades. Los últimos años ha compaginado su tarea como dibujante con la de ilustrador. "Hay muchos vasos comunicantes entre ambas tareas; diría que son primas hermanas. En el cómic firmo como autor, historias que pienso y dibujo, y en la ilustración lidio con lo visual". La primera representa su faceta más artística, pero con la segunda se gana la vida y, dice, le pone todo su corazón. Dicho esto cuelga el téfono y se vuelve a la mesa de trabajo para poner los últimos trazos al dibujo que ilustra la página 14 de este suplemento. •

Vapor. Max. Novela gráfica de humor metafísico. Ediciones La Cúpula. Barcelona, 2012. 120 pági-nas. 16 euros.

El Pais Babelia 13.10.2012

Obsesión por el dibujo




Portugal

Cyril Pedrosa .

Traducción de Manel Domínguez Norma Editorial. Barcelona, 2012 262 páginas. 29 euros

ENTRE LAS características estimulantes que proporciona el cómic como disciplina, destaca la variedad de aproximaciones que permite su carácter híbrido. Recientemente se ha publicado en España ¿Eres mi madre?, de Alison Bechdel, una novela gráfica que incide en lo literario para resolver enigmas de la memoria familiar de la autora. Como contrapartida, también Cyril Pedrosa investiga en Portugal sobre sus raíces, sobre la historia esquiva de su propia familia, pero con una estrategia diferente: el afán y la obsesión de Pedrosa están en lo gráfico, en elpuro dibujo. La introspección psicológica es aquí mucho más liviana, porque el autor está interesado en otra cosa. Portugal surge como respuesta de Cyril Pedrosa ante su propio bloqueo creativo. Como su alter ego, Simón Muchat, Pedrosa se sintió bloqueado unos años, tras publicar varias novelas gráficas de éxito, y su estancamiento creativo debió coincidir con una época de deriva personal. Francés de raíces portuguesas, el dibujante realizó un viaje casual al país luso, y allí sintió desencadenarse en su interior un cúmulo de sensaciones que cristalizaron en la realización de Portugal. El autor dibuja, colorea y narra en imágenes con un gozo interminable, contagioso. Las extendidas escenas de encuentros familiares, las idas y venidas del protagonista entre ambos países, permiten al artista desarrollar sus extraordinarias habilidades gráficas y narrativas con evidente deleite. V. Vanó


El Pais Babelia 13.10.2012

El rey de lo gonzo




Gonzo. La historia gráfica de Hunter S. Thompson

Will Bingley y Anthony Hope-Smith Traducción de Santiago García 451 Editores. Madrid, 2012 182 páginas. 19,50 euros

UNA DE LAS REGLAS del decálogo del buen periodista asegura que el redactor no tiene que convertirse en noticia. Pero a Hunter S. Thompson las reglas jamás le gustaron. Así que en los sesenta este estadounidense "adicto a las drogas y el alcohol, egoísta y desagradable, pero también un observador muy sensible, inteligente y crítico de la sociedad", en palabras de su editor Alan Rinzler, empezó a escribir una serie de crónicas en las que él no solo era protagonista, sino que influenciaba activamente la noticia. De Los ángeles del infierno —donde iluminaba las sombras de la organización de moteros— a Miedo y asco en Las Vegas (llevada al cine con Johnny Depp en el papel de Thompson), sus piezas llegaron a ser mitos. Y su peculiar estilo fundó un auténtico género: el periodismo gonzo. De eso y de las peripecias de este tipo nacido en Louis-ville (Kentucky) en 1939 se Ocupa Gonzo, La historia gráfica de Hunter S. Thompson, el cómic de Will Bingley y Anthony Hope-Smith. En blanco y negro, con más trazos oscuros que palabras, los dos autores repasan la alucinante trayectoria de un hombre que algunos consideraron un visionario y otros una suerte de psicópata. Con el fondo de los Estados Unidos de los jipis, la generación Beat y las protestas contra la guerra de Vietnam, la novela'gráfica acompaña a Thompson a lo largo de sus páginas por sus reportajes, sus excesos y su intento de desenmascarar la hipocresía del sueño americano. Hasta su dramático y reciente (2005) epílogo. Tommaso Koch


El Pais Babelia 13.10.2012

Larsson y el nazismo


Stieg Larsson, antes de Millenium

Guillaume Lebeau y Frédéric Rébéna Traducción de Enrique S. Abulí Norma Editorial. Barcelona, 2012 64 páginas. 13,50 euros

STIEG LARSSON, antes de Millenium arranca con una escena en la Suecia profunda de 1962. La protagoniza el exitoso autor a los ocho años. Lo acompaña su abuelo Severin, empeñado en cazar un zorro. Su conversación profundiza en su lado más personal y cómo influyó en su posterior bibliografía. Su preocupación por el racismo, con el relato del paso de su abuelo por un campo de concentración. Severin se declara "antinazi, sindicalista, pacifista y comunista". Una ideología que heredó el nieto, que militó en la Liga Comunista de Trabajadores y luchó contra la ultraderecha desde sus artículos.

El cómic, a la venta el 31 de octubre, recoge datos desconocidos de la vida del autor como su viaje a la independentista Eritrea en 1977. Su defensa de las mujeres, una obsesión que le persiguió toda la vida, tras presenciar una violación colectiva y no tratar de evitarla. Allí enseña a las amazonas a utilizar el armamento. A lo largo de la historieta vive la fundación con su pareja de la revista antiracista Expo a la que le llueven las amenazas —les envían balas por correo —y por fin en 2004 aceptan editar Millenium. Era tarde, ese mismo año murió "sin poder disfrutar de la riqueza, el éxito y la gloria". Tras leer el cuidado volumen de viñetas en blanco y negro, y cerrado con una detallada crononogía, uno entiende por qué su trilogía es tan marcadamente antinazi y rechaza la violencia a las mujeres. E. Silió


El Pais Babelia 13.10.2012

lunes, 15 de octubre de 2012

Arte del cómic: Los cuadernos inéditos de los grandes artistas



Por Valentín Vanó



EN EL propio título de su edición española, este libro lleva implícita una consideración de trascendencia hacia el cómic que está calan­do, cada día más, entre autores, especialis­tas y lectores. Es un título casi de manifies­to, más rotundo que el original anglosajón (Comics Sketchbooks: The Private Worlds of Today's Most Creative Talents) y por ello menos ajustado al contenido. Pero, dia­blos, la gente del cómic quiere llamar la atención de la alta cultura; cualquier ayuda es poca. Arte del cómic: Los cuadernos inédi­tos de los grandes artistas participa de la corriente contemporánea que identifica a los autores de cómic como creadores de pleno derecho. Mientras en los ámbitos aca­démicos se discute si el cómic es literatura o, en realidad, es arte, en el terreno práctico hay una o varias oleadas de nuevos lectores cultos y formados dispuestos a leerlo y dis­frutarlo sin detenerse demasiado en disqui­siciones teóricas. Nuevas generaciones, pe­ro también generaciones de lectores vetera­nos, personas ilustradas de toda índole, que jamás leyeron un tebeo de superhéroes o un manga comercial; y hoy se muestran intrigados por las incesantes novedades que el cómic de autor, o el cómic artístico, o la novela gráfica, proporcionan regularmente a las librerías y supermercados culturales.

El Otro motivo por el cual resulta capcio­so el cambio de título del volumen en espa­ñol es porque los autores seleccionados han sido invitados a entregar bocetos, esbozos, dibujos informales extraídos de los "mundos privados" de sus cuadernos perso­nales. Esto es lo que encontrará el lector en estas 350 páginas: estudios previos, garaba­tos de calentamiento, material no concebi­do para ser publicado. Exuberante y genero­so, diseñado con un gusto remarcable, Arte del cómic se dirige, sobre todo, a ese nuevo lector de cómic que quiere orientarse en lo que intuye como un mundo de maravillas. La elección de Steven Heller, editor y activis­ta cultural vinculado a las artes visuales, ha sido cristalina en cuanto al criterio de selec­ción, y hay que respetarla. Quizás habría aumentado la calidad de su desafío al antologizar a otros profesionales del cómic co­mercial; ya fuese americano, europeo o ja­ponés, pero apenas han entrado varios en la selección del volumen. "Las páginas que siguen deben ser consideradas una especie de regalo. Una especie de ofrenda. Una ofrenda íntima", escribe Heller en el prólo­go sobre la naturaleza de revelación que denotan los dibujos privados al ser exhibi­dos públicamente. "Los bocetos libres es­tán más cerca de aquello que los surrealis­tas definieron como escritura automática", concede el holandés Joost Swarte.

La lista es impresionante, aunque real­mente lo bastante ecléctica como para transmitir un efecto positivo de selección caprichosa. Y en determinados nombres, se echa en falta alguna página más para enriquecer la muestra. Entre los clásicos indis­cutibles destacan tres esenciales del underground como Robert Crumb, Víctor Moscoso y Kim Deitch, además de varios profesio­nales venerables como Arnold Rom o Denis Kitchen, y un mito viviente del cómic de género, Jim Steranko. También renovado­res de los setenta, a los que Heller se refiere como "viejas glorias", Gary Panter y Charles Burns; varios europeos ilustres como Joost Swarte y Javier Mariscal, y una buena cantidad de artistas internacionales, que están en la primera fila del cómic actual: David Mazzucchelli, Posy Simmonds, Seth, Ben Katchor, Vanessa Davis, Rutu Modan, Johnny Ryan, Matt Maden, David Heatley, Kevin Huizenga, Benoït Guillaume o Takeshi Tadatsu, entre otros muchos. La inclusión de Jim Steranko es significativa, pues encarna el paradigma de historietista comercial, al reconocer que no dibuja por placer, sino siempre por encargo. "El dibujo es trabajo, y la única razón por la que sigo dibujando es por mi afiliación religiosa: ¡El culto al dinero!", bromea.
"Para mí los bocetos son una forma de pensar sobre el papel", reflexiona David Mazzucchelli. Mientras, el japonés Takeshi Tadatsu elogia la libertad que siente al esbozar, "algunos bocetos son incluso más libres de lo que eran en mi imaginación". Destacan, al pasar las páginas, los formidables y detallados cuadernos de viaje de Peter Kuper; que además, según reconoce, le sirven para hacerse entender en países extraños. "Son una especie de documento histórico de determinados periodos de mi vida y de cómo me sentía entonces". Del mismo modo, los estilos gráficos de dos mujeres historietistas, la británica Posy Simmonds y la israelí Rutu Modan, adquieren una calidez y belleza considerables en sus sketchbooks. Como coloso del dibujo, Charles Burns evidencia en su aproximación al arte del esbozo su gusto por el plagio, las apropiaciones y las referencias a la cultura pop. "Tengo la intención de quemar la mayor parte de esas páginas antes de dejar el planeta. No quiero que mi hija ni nadie más tenga que cargar con ellas cuando yo no esté". Una boutade que, en boca de un artista fogueado en las llamas del punk, suena bastante creíble. •
Arte del cómic. Los cuadernos inéditos de los grandes artistas. Steven Heller. Traducción de Laura Fernández. Lunwerg. Barcelona, 2012. 352 páginas. 34,50 euros.

El Pais Babelia 13.10.2012