lunes, 21 de enero de 2008

Las Aguilas de Roma




Con las manos a la espalda, Galba salió de entre las sombras y caminó lentamente hacia la luz del sol. Sin duda aquellos lusitanos no carecían de espíritu. Al igual que la mayoría de culturas guerreras, se aferraban a un código de honor el cual garantizaba que aceptaban la guerra con una imprudente arrogancia y una ferocidad terrible. Más preocupante aún era el hecho de que la relajada coalición de tribus estaba encabezada por un hombre que sabía utilizar bien las fuerzas. Galba sentía un respeto forzado por el líder de los lusitanos, Viriato. Ese hombre todavía tenía algo reservado y sería mejor que el ejército romano del general Aulo Plautio tratara al enemigo con más respeto de lo que hasta entonces había sido el caso. La muerte del mirmidón ilustraba a la perfección la despiadada naturaleza de aquella campaña.

viernes, 11 de enero de 2008

DESFILADERO DE LOS GAITANES




Este es uno de los escenarios donde se desarrolla "El Ojo de Melkart"


El abismo comienza a un centenar de metros del final de la pista que viene de Ardales (Málaga). Como de la nada, las paredes del valle comienzan a elevarse, el rio se desfonda y el espíritu del caminante se acongoja ante las dimensiones que cobra el desfiladero. El río Guadalhorce, cuyos rugidos se intuyen ya muy abajo, continúa así durante los siguientes siete kilómetros, abriéndose paso a través de la sierra malagueña por un profundo cañón de paredes cortadas a pico que llegan a alcanzar los 400 metros de altura.
El desfiladero de los Gaitanes, formado por la acción de las aguas del río Guadalhorce al penetrar a favor de los plegamientos calcáreos, parte en dos las sierras de la Pizarra y de Huma, formando uno de los más curiosos ecosistemas de la provincia de Málaga. En sus paredes anidan cernícalos, aguilas y quebrantahuesos, mientras que pinos, encinas, majuelos y sabinas colonizan las exiguas cornisas que interrumpen la uniforme perpendicularidad de sus muros calizos.Su riqueza natural y la belleza de su entorno hizo que se declarase parque natural en 1989.
El desfiladero de los Gaitanes está próximo a la ciudad de Antequera. También a cuatro kilómetros de Ardales, fue descubierta en 1821 gracias a un terremoto que desescombró la entrada, una cueva, templo de arte rupestre del Paleolítico cuyas pinturas fueron realizadas entre 18.000 y 14.000 años antes de Cristo. También posee abundantes restos humanos, cerámicas y utensilios del Neolítico. Y a unos ocho kilómetros del desfiladero, y en lo alto de la sierra de Huma, la ciudad romana de Nescania.Allí también está la laguna de Fuente Piedra, el mayor depósito lacustre del sur de Europa (famosa por las grandes bandadas de flamencos rosados que acuden cada año a nidificar), y otros lagunas menores.

miércoles, 26 de diciembre de 2007

LECCIONES DE DIBUJO

No me resisto a cortar y pegar este artículo de Antonio Muñoz Molina publicado en BABELIA ,la sección literaria de EL PAIS.




CRÓNICA: IDA Y VUELTA Lecciones de dibujo Antonio Muñoz Molina 22/12/2007 

  Aprendemos en el arte del dibujo lecciones valiosas para otros campos de la vida, no sólo el de la experiencia estética. Aprendemos sigilo: el dibujante se acerca con cautela y cierta calma a su modelo, a su tema, a veces muy en línea recta, a veces dando un rodeo, con instinto y destreza de cazador. Cazador de caza menor, desde luego, porque el dibujo elude las piezas muy pesadas, la grosería de un empeño demasiado muscular. El dibujo, que tiende siempre al formato modesto, puede hacerse muy pequeño, casi ínfimo, ocupar el espacio de uno de esos papeles que uno encuentra en el bolsillo al ponerse de nuevo el chaquetón del invierno pasado, donde está la arqueología mínima de una velada sin recuerdo: la factura de un restaurante, la entrada de un concierto o de una película que nos gustaron tanto y sin embargo no dejaron huella. Lo que se convertirá en peso en la pintura en el dibujo es ligereza; la densidad cremosa del óleo, aquí es puro boceto, espacio en blanco, papel, rastro mineral de la punta del lápiz El dibujo es lo logrado, pero también lo contrario de lo muy logrado. Es la incertidumbre de una línea que avanza descubriendo, que parece ir por delante de la mano y del pensamiento En el reverso de uno de esos papeles puede caber un dibujo. En ellos cabían las frases que anotaba con su letra imposible Juan Carlos Onetti, y que luego aparecían o desaparecían en el azar de los bolsillos, fragmentos de una melodía que iría a agregarse más tarde a la música sutil y dibujada de su literatura. Así de pequeños son dos de los dibujos más impresionantes que he visto esta mañana en el Museo Thyssen, en una de las salas de casi penumbra -el dibujo es tan frágil que una luz fuerte o directa puede dañarlo- en las que se expone la colección Abelló: una tahitiana de espaldas de Paul Gauguin, Josefa Bayeu retratada de perfil por su marido, Francisco de Goya, en 1805. Aprendemos del dibujo que la pobreza de los materiales es en sí misma una decisión estética: un trozo de papel, ni siquiera una hoja, un lápiz. El dibujo de Gauguin es una lámina alargada, recortada irregularmente, como un resto de algo: mide 19 por 7 centímetros; el de Goya, casi cuadrado, es poco más que un sello en el centro de la cartulina; hay que medirlo en milímetros: 111 por 81. Gauguin lo dice todo en tan pocas líneas que también podrían contarse: la sensualidad de la espalda desnuda, las caderas ceñidas por una larga falda de flores, la melena larga y lisa de la mujer de espaldas. La vería y buscaría a tientas en sus bolsillos un lápiz y cualquier cosa sobre la que dibujar, ese papel que yo ahora miro, detrás del cristal, a la luz prudente de los focos, lo guardaría luego en alguna parte, quizás con la idea de incluir a esa mujer entre los personajes de uno de sus cuadros. Lo que se convertirá en peso en la pintura en el dibujo es ligereza; lo muy trabajado y meditado, la densidad cremosa del óleo, aquí es puro boceto, espacio en blanco, papel, rastro mineral de la punta del lápiz. En un papel que luego perdí -dónde si no- apunté hace tiempo una máxima fragmentaria de Ramón Gómez de la Serna, que ya se me quedó en la memoria: ...porque somos lo acabado en lo inacabado y odiamos el artificio de lo muy logrado. ¿No es eso lo que nos cansa tantas veces, sin que nos demos cuenta, en una película, en un libro, en un cuadro o una música? El artificio de lo muy logrado: como esos platos muy hechos de la cocina francesa o los abrumadores bodegones flamencos, o la prosa demasiado lograda y como regodeada en sí misma que nos disgusta en otros y que alguna vez, para nuestro remordimiento, no hemos sabido ver en nosotros mismos. El dibujo es lo logrado, porque su sentido es la instantaneidad de una percepción, pero también lo contrario de lo muy logrado. Me inclino sobre una vitrina con mariposas disecadas sobre el dibujo de Goya, liviano como una mariposa o una hoja disecada, con todos sus matices y nervaduras bien visibles. El dibujo nos enseña lecciones de intimidad, antídoto de los gestos demasiado públicos. Goya, en privado, para hacer mano, por simple gusto, porque no tiene a ninguna duquesa ni reina que pintar esa tarde, dibuja a su mujer, absorta y de perfil, un chal sumario sobre los hombros, el pelo cubierto por un gorro doméstico, un gorro más bien absurdo, con rizos y lazos, el gorro de una mujer madura y gordita que tiene la mirada perdida quién sabe en qué pensamiento, o que simplemente contiene la impaciencia y quiere abandonar su inmovilidad para dedicarse a alguna tarea. El dibujo es atención y ternura: los labios gruesos de Josefa Bayeu casi están a punto de sonreír, hay un principio de flacidez en su papada, en sus mofletes. Está posando pero no finge ni representa nada: el dibujo nos enseña a eludir los motivos profundos, los grandes pretextos. El dibujo es la incertidumbre de una línea que avanza descubriendo, que parece ir por delante de la mano y del pensamiento. Escuchamos el roce del lápiz sobre el papel, sobre todo cuando el carboncillo persigue un claroscuro, la sugerencia de un volumen. Es una mezcla muy rara de indecisión y certeza: encuentra el único camino posible yendo como a tientas y haciendo como que no sabe adónde va. Lester Young está dibujando en el aire cuando parece que sugiere indecisamente una línea melódica y está enunciando entera una canción, tocando sólo las notas justas para que el oído atento la reconozca, pistas veloces cazadas al vuelo. El dibujo es una lección de sigilo: los mocasines de piel muy suave que Lester Young calzaba siempre, incluso en la nieve de Nueva York, de modo que se movía tan gatunamente como tocaba el saxo alto, sin que nadie escuchara sus pasos, igual que nadie podía predecir adónde lo llevaba una improvisación que había partido de una melodía trivial. El dibujo es Thelonious Monk, grande y letárgico, levantándose del piano y dando unos pasos de baile como si no pesara, moviéndose apenas sobre sus zapatos enormes. Las líneas de un tenue dibujo cubista de María Blanchard son tan precisas, tan aisladas, como las notas de Erik Satie o de Monk en el papel pautado: pájaros diminutos posados en los alambres del pentagrama. Líneas de tinta, manchas desleídas: como la acuarela, el dibujo incluye el azar en el vuelo de su desenvoltura; pinceladas y manchas de tinta y de aguada se convierten sobre la hoja de papel en una escena taurina de Picasso, en una mujer recostada de Édouard Manet; una caricia sinuosa es la línea de un lápiz de punta muy afilada en el dibujo de una muchacha desnuda de Gustav Klimt: el lápiz sigue la mirada del deseo y se adensa en una caligrafía de sombra en la mancha del pubis. Llega el rumor de otras salas, más iluminadas, el de la gente que empieza a llenar el museo. Aquí apenas hay nadie, unas pocas personas moviéndose con sigilo de un dibujo a otro, en la penumbra protectora. Qué desgana de irse. El dibujo nos enseña a aparecer y desaparecer sin ruido y a brillar por la ausencia. A terminar de improviso, como se detiene una línea, como queda sonando una última nota. - 

Maestros modernos del dibujo. Colección Abelló. Museo Thyssen-Bornemisza. Madrid. Hasta el 17 de febrero de 2008. www.museothyssen.org



viernes, 21 de diciembre de 2007

Un nuevo motor gráfico


Jose Antonio entra a formar parte del grupo de dibujantes que hace aportaciones al guión y dibujo de "El Ojo de Melkart". Nuevas visiones, perspectivas y enfoques para una obra que queremos.

Casualidades

En la página lineandcolors.com tienen comentario sobre un enlace, links.leoartz.com, el menú está adjunto y es un brillante conjunto de enlaces todos relacionados con la imagen, ilustración y comics. Lo curioso es que voy primero a la última carpeta, Blogroll, y entre los enlaces que allí hay consulto el de idrawgirls.blogspot.com, y es hoy en la entrada del jueves 20 de diciembre cuando tiene un video de como ha dibujado y pintado un retrato de Adriana Lima. Realmente hace un buen trabajo.

viernes, 14 de diciembre de 2007

LAS KENNINGAR




Alrededor del siglo I después de Cristo proliferaron unas menciones enigmaticas o kenningar en la poesía islandesa. Los Thulir o rapsodas repetidores anónimos fueron desposeídos por los esclados, poetas de intención personal.
Un ejemplo, unos versos de Egil Skalagrímsson:

Los teñidores de los dientes de lobo
Prodigaron la carne del cisne rojo
El halcón del rocío de la espada
Se alimentó con héroes de la llanura
Serpientes de la luna de los piratas
Cumplieron la voluntad de los Hierros

Los Hierros son los dioses; la luna de los piratas, el escudo; su serpiente, la lanza; rocío de la espada, la sangre; su halcón, el cuervo; cisne rojo, todo pájaro ensangrentado; carne del cisne rojo, los muertos; los teñidores de los dientes de lobo, los guerreros felices. Estas flores retóricas fueron compiladas por vez primera por Snorri Sturluson - famoso como: historiador, arqueólogo. constructor de termas, genealogista, presidente de una asamblea, poeta, doble traidor y decapitado. Este tratado se tirula la Edda Prosaica. Consta de dos partes en prosa y una tercera en verso. La segunda refiere la aventura de Aegir o Hler, versadísimo en artes de hechicería, que visitó a los dioses en la fortaleza de Asgard que los mortales llaman Troya. Hacia el anochecer, Odin hizo traer unas espadas de tan bruñido acero que no se precisaba otra luz. Hler se amistó con su vecino que era el dios Bragi, ejercitado en la elocuencia y la métrica. Un vasto cuerno de aguamiel iba de mano en mano y conversaron de poesía el hombre y el dios. Éste le fue diciendo las metáforas que se deben emplear. Y aquí unas cuantas.

casa de los vientos - el aire
flechas de mar - los arenques
cerdo del oleaje - la ballena
bosque de la quijada - la barba
tempestad de espadas
canción de lanzas -la batalla
fuerza del arco - el brazo
gallo de los muertos - el buitre
ola del cuerno - la cerveza
camino de la luna - el cielo
gaviota del odio - el cuervo
riscos de las palabras- los dientes
fuego de yelmos - la espada
gansos de la batalla - las flechas
lobo de los templos- el fuego
teñidor de espadas - el guerrero
querido alimentador de los lobos - el hacha
prado de la gaviota- el mar
trigo de los lobos - el muerto
halcón de la ribera- la nave
fuego del mar- el oro
señor de los anillos - el rey
sangre de los peñascos - el río
agua de la espada - la sangre
caballo de la neblina- la tierra

Hay unas pocas más, no demasiadas, porque los poetas preferían aprovechar ligeras variantes de las ya existentes. Respecto a su traducción, o aplicación a nuestro idioma, conviene recordar la tendencia a ignorar las palabras compuestas, así "espina de la batalla" no es "kampfdorn" o "battlethorn".

jueves, 13 de diciembre de 2007

MOTOR GRÁFICO















































Hoy una mención especial para uno de los motores gráficos del Ojo de Melkart, Javier Mena. Por que en su trabajo no hay azar o extrañas posibilidades, tan solo un esfuerzo constante, yo diria que titanico, por la superación en su trabajo, que no es otro que esto del comic. Dibujo, tinta, color, y todo lo que se refiere a la impresión y edición de los comics.