domingo, 15 de septiembre de 2024

Mensaje en una botella

 El faro del fin del mundo /  Jacinto Antón

La botella, justo antes de ser lanzada al mar desde un ferri en la ruta Ibiza-Barcelona. J.A.


Las vacaciones te permiten embarcarte en proyectos que en otro momento encontrarías disparatados. Por ejemplo, enviar un mensaje en una botella lanzada al mar. Eso es algo que -confesémoslo- todos hemos querido hacer alguna vez, a ver qué pasa, pero la mayoría hemos ido aplazándolo porque no sabíamos qué poner o nos parecía una solemne tontería. En mi caso, ha sido fundamental ahora para entregarme al experimento la lectura de un libro definitivo sobre el tema, Mensaje en una botella, de Wolfgang Struck (Ariel, 2024). Presentado como "una obra cautivadora sobre la relación entre las botellas mensajeras, la investigación científica, las corrientes marinas, la cartografía del globo y el colonialismo", me pareció imprescindible para el verano en Formentera, que ofrece grandes oportunidades de lanzar botellas al agua (y para vaciarlas ni digamos).

El de Struck, profesor de Literatura Comparada en Erfurt (Alemania), no es un libro de manualidades sobre cómo proceder con el tan azaroso sistema de comunicación marítima, sino un ensayo sobre un experimento científico histórico que a primera vista puede parecer bastante pintoresco. Struck ha estudiado los más de 600 mensajes recuperados de botellas que se conservan en la biblioteca de la Agencia Federal Alemana para el Transporte Marítimo e Hidrografía, en Hamburgo. Dichos mensajes embotellados, lanzados desde barcos y hallados en una gran variedad de circunstancias fueron recopilados por el Observatorio Marítimo Alemán y analizados y archivados por Georg Balthasar Neumayer (1826-1909), pionero de la oceanografía en Alemania. Los mensajes de la colección Neumayer no son peticiones de auxilio de náufragos, testimonios finales de catástrofes navales o desesperadas notas románticas (o mapas del tesoro), sino formularios en los que constan los datos fríos del lanzamiento y las coordenadas, y cuyo propósito era calcular las corrientes marinas.

De entrada, uno siente cierta decepción por el pragmatismo del asunto - a Neumayer no le interesaban los dramas del mar ni las aventuras, sino poner al servicio de la ciencia la costumbre del lanzamiento de botellas-, pero Struck nos arrastra a una singladura apasionante en la que aparecen, entre otros, Michelet, Edgar Allan Poe (Manuscrito encontrado en una botella) y, por supuesto, Los hijos del capitán Grant. El libro presenta en sendos capítulos 15 mensajes seleccionados de la colección Neumayer y que le sirven al autor para explicar el sistema, la historia y las visicitudes de la empresa y a la vez para trazar una reflexión sobre la ciencia y sus métodos, sin olvidar la proyección literaria del motivo de la botella con mensaje.

Con toda esta información en la mano, he procedido a enviar mi propio mensaje en botella. La primera decisión a tomar es, claro, qué botella escoger. Un paso previo es vaciarla y ahí me tentaba usar una de las contundentes hierbas isleñas que te ofrecen a granel en los restaurantes de Formentera, probablemente para que te falle la visión y veas borrosamente la cuenta y no te desmayes. Finalmente, opté por una bonita botella en forma de frasco antiguo que evocaba una historia de piratas. Me llevó bastante tiempo decidir qué tipo de mensaje escribir. Una posibilidad era introducir directamente una cuenta de restaurante y añadir con mano trémula "¡No vengáis!, ¡hay caníbales!". ¿La letra de la canción de Police? Fantaseé con inventarme mensajes del capitán Cook o de Long John Silver, unas líneas de Ahab, o de Nemo. Pero el experimento requería ser serios. Quizá unos pensamientos íntimos. O una confesión.

Finalmente, bajo la influencia de Neumayer, escribí un mensaje pragmático sobre la naturaleza del experimento. Y añadí que agradecería que, de encontrar la botella y su contenido, entre el que incluí 10 euros por las molestias (probablemente los 10 euros peor gastados de mi vida), se me informará a mi número de móvil. Introduje por último una nota personal por si quien encontraba la botella era una sirena (¿qué haría una sirena con 10 euros?). Y sellé minuciosamente el tapón de corcho con cera. 

Lancé la botella aprovechando el regreso de vacaciones, desde el ferri GNV Sealand en el trayecto Ibiza-Barcelona. Trazó una larga curva y cayó destellando entre las olas para alejarse flotando. Fue un momento de rara emoción en el que se fundían tantas imágenes y relatos. Tanta aventura y esperanza. Todo el mundo debería lanzar alguna vez una botella al mar.

Y si alguien la encuentra y avisa, ¿no será esa otra bonita historia?


El Pais, sábado 24 de agosto de 2024


Hay mil Harleys, pero están en este cómic

José Luis Vidal

Alocada, pizpireta, encantadora, violenta, malhablada… Todos estos, y muchos más adjetivos son aplicables a este singular personaje que es retratado por una legión de creadores en este volumen

14 de septiembre 2024

Si hay algo que hubiera que destacar en la trayectoria de Harley Quinn ha sido su brutal evolución, ya que pasó de ser la eterna acompañante del Payaso del Crimen, Joker, a convertirse en una mujer maltratada por este psicópata en el que nunca debió confiar (que nadie se pierda esa obra maestra titulada Amor Loco, por favor) y de ahí a iniciar un camino en solitario en el mundo del crimen, iniciando una relación amorosa con Poison Ivy, entre cuyos brazos y plantas pudo ir curando las heridas que se ven y las que no.




Harley Quinn: Black, White and Redder.

Guion: VV AA

Dibujo: VV AA

Tapa dura

Color

224 pags.

28.50 euros

ECC Ediciones


Es por ello que Harley se ha ganado a pulso su lugar en el Universo DC, por lo que más temprano que tarde, además de su colección, era obligado que protagonizara un proyecto tan especial como este Black, White and Redder, donde un buen montón de guionistas y dibujantes, de lo mejorcito de la profesión, se dan cita para mostrarnos las infinitas facetas de un personaje al que es un gustazo retratar, ya que no sabes por dónde va a salir con una de sus alocadas ocurrencias…

Porque, ¿a quién se le iba a pasar por la imaginación que robar en la Fortaleza de la Soledad de Superman era un buen plan…?

Si algo ha marcado la personalidad de Harley ha sido su pasado, hechos de su juventud como gimnasta, en los que ya demostrará poseer una vena bastante vengativa ante el maltrato de una demasiado exigente entrenadora.

Insatisfecha, su cabecita es tal caos que le pide a Zatanna que, con su magia, la transforme. El resultado será tan caótico como divertido.

Al igual de desopilante que la participación de Harley y sus amadas mascotas, una pareja de hienas, en un concurso.

Y es que, sin proponérselo, la protagonista puede acabar con sus huesos en Rann, el lejano planeta donde habitualmente reside Adam Strange, y acabar convertida en una heroína cósmica, haciendo muy buenas “migas” con Alanna, la pareja de Strange…

Y así hasta dieciocho relatos en los que guionistas cono Chip Zdarsky, Kelly Thompson, Gail Simone, Chris Condon Kyle Starks, Tini Howard, entre otros, se unen a los talentos gráficos de maestros como Kevin Maguire, Natacha Bustos, Juni Ba, Bolquis Evely, Bruno Redondo (en su primera historia para DC como autor completo) o Babs Tarr…

En fin, que si queréis conocer a Harley Quinn, qué mejor manera que acompañarla en esta auténtica montaña rusa de emociones, donde es imposible adivinar qué vas a encontrarte a la vuelta de la página, aunque seguro que será algo muy divertido. Ya sea en blanco y negro, o rojo…


Diario de Cadiz



sábado, 14 de septiembre de 2024

QUE NO SE APAGUE NUNCA LA ILUSIÓN DE APRENDER

Iria Ros Piñeiro




Lightfall: La última llama

Tim Probert 

HarperKids 

Estados Unidos 

Rústica

256 págs.

Color

Traducción: Diego de los Santos

Obras relacionadas

Kodi

Jared Cullum

(Editorial Astronave)

Un viaje por las letras

Pedro Cifuentes

(HarperKids)

El pavoroso miedo de Epifanía Susto

Clément Lefèvre y Severine Gauthier

(Editorial Astronave)

Sarah Holmes y las agujas del Big Ben

Luis Ponce e Inma Almansa 

(Planeta Cómic)


Existen en la actualidad infinidad de publicaciones que entran dentro del género de la fantasía para un público infantil y/o juvenil. Y de entre toda esa oferta a veces es complicado elegir qué comprar o leer. La saga Lightfallque empieza con este volumen llamado La última llama, es una magnífica opción para todos los públicos. Incluidas las personas adultas, porque los cómics juveniles realmente interesantes no se adscriben a las edades del público lector objetivo, sino que es capaz de llegar a todo tipo de lectores.

Lightfall es una historia protagonizada por una niña llamada Bea y un galduriano llamado Cad. Bea y su abuelo adoptivo, el Cerdo Mago, son los responsables de la Llama Eterna, viven en una casa en medio de un bosque mágico y hacen pociones y medicinas por encargo. Bea se encuentra con Cad, perteneciente a una supuesta especie extinta, por casualidad cuando este iba en busca de su abuelo para pedirle ayuda. Pero cuando ambos llegan a casa, el abuelo de Bea ha desaparecido. Empieza así una aventura en busca no solo del abuelo, sino también de respuestas, enfrentarse a conflictos y aprender a través de la amistad entre Bea y Cad.

Aunque la trama inicial pueda parecer excesivamente sencilla, Tim Probert se sirve de esos tropos conocidos para darles una vuelta de tuerca tanto a nivel gráfico como en su guion. El universo fantástico que crea Probert está plagado no solo de seres diversos y misteriosos, como los propios Galdurian, sino que incluso dentro de los personajes de la misma especie existen infinidad de diferencias. Porque en la diversidad es donde se encuentra la unión de experiencias. Y es que, seamos como seamos, a todes pueden pasarnos las mismas cosas. En este caso, Bea, la protagonista, representa el paso de la infancia a la vida adolescente. Con un camino de pérdida de la inocencia que, sin embargo, no es drástico ni traumático. Algo que estamos ya poco acostumbrades a leer en estas obras. Una inocencia que, en este primer volumen, toma forma física en Cad, el galduriano, un personaje que pese a ser el último de su especie tiene un optimismo y una alegría más que contagiosas.

Algo que hace brillar a Lightfall es el trato que da a un tema complicado como es la ansiedad infantil. Bea se ve superada en muchos momentos por las situaciones que tiene que vivir, por todo lo que se espera de ella y el miedo que todo ello le genera. Pero, al mismo tiempo, cuenta con la amistad que le ofrece Cad, creando un contrapeso a la montaña de preocupaciones de la niña. El reflejo perfecto de una sociedad cada vez más empeñada en que se crezca rápido. Apuntando el foco, a través de la fantasía, en los errores que cometemos como sociedad. Y creando capas de lectura, como se comentaba al principio, para lectores adultes.

El apartado gráfico de Lightfall es de estilo preciosista, incluso las escenas más oscuras tienen una belleza difícil de evitar, ya que Probert prioriza el color por encima de cualquier otra cosa. Y, sobre todo, por su formación y experiencia en el campo de la animación. Da un valor constante a los entornos en los que se mueven los personajes y conforma un universo propio en el que les lectores se van adentrando y conociendo al mismo tiempo que lo hacen Bea y Cad, evolucionando con elles y enfrentándose tanto al mundo exterior como a sus dudas personales. Razón por la que les lectores más jóvenes se sentirán más que representades.

Además, si hay algo que no falta en ningún momento es el humor, como alivio cómico —valga la redundancia— y como forma de enfrentarse a lo desconocido. Las conversaciones entre Bea y Cad no son lineales y, como ocurre muchas ve- ces con les peques de la casa, a veces se van por las ramas. Creando situaciones absurdas y muy divertidas de las que aprender, incluso cuando se equivocan. Porque equivocarse no es malo, solo es un paso más del aprendizaje. Y si hay algo que predica el autor en esta obra, es el descubrimiento tanto de quiénes somos como del mundo que nos rodea, por mágico que sea. Pero el autor juega también con los silencios, y la expresividad de sus personajes, en escenas sin texto que, todavía más, consiguen transmitir un cúmulo de emociones que llegarán a todo tipo de lectores.

Lightfall es una serie envuelta en aventuras y fantasía que consigue atrapar a todas aquellas personas que le den una oportunidad, tengan la edad que tengan. Sirviéndose de un amplio mundo para mostrar una verdad universal: lo complicado que es crecer, pero lo necesario que termina siendo. Y cómo sentirse acompañado siempre hace de ese viaje una mejor experiencia. Porque a todes nos pasan cosas, y compartirlas es lo que marca la diferencia. Una obra que supera sus propias etiquetas.


Jot Down Comics

Año 2023




Kamigoroshi - Prólogo: online

(cortometraje independiente de Tomoyuki Niho, prólogo de una película)

El animador japonés Tomoyuki Niho acaba de publicar en línea su " Prólogo " de " Kamigoroshi ", un cortometraje de 8 minutos que dirigió/animó solo, sabiendo que ha anunciado que quiere convertirlo en un largometraje de 90 minutos. siempre solo

Y todo esto en su tiempo libre y sus ya ocupados días en la profesión, ya que es un animador experimentado habiendo trabajado en varios animes como Kaiju No8, Noein, Birdy the Mighty Decode, Ping Pong, Little Witch Academia, Lu over the wall. , Tatami Galaxy, Lupin, Jujutsu Kaisen, Attack on Titan, películas de Berserk, FMA, etc


Via Catsuka

viernes, 13 de septiembre de 2024

RENGLONES TORCIDOS

Ander Luque




Look back

Tatsuki Fujimoto

Norma Editorial

Japón

Rústica con sobrecubierta/cartoné 

160 págs.

Blanco y negro

Traducción: Judit Moreno (cast.)/Marc Bernabé (cat.)

Obras relacionadas

Bakuman

Tsugumi Ōba y Takeshi Obata

(Norma Editorial)

Blue Period

Tsubasa Yamaguchi

(MilkyWay Ediciones)

Goodbye Eri

Tatsuki Fujimoto

(Norma Editorial)

My broken Mariko

Waka Hirako

(MilkyWay Ediciones)

17/21

Tatsuki Fujimoto

(Norma Editorial)  

Idea original y producto final. Guion y dibujo. Voluntad artística y voluntad lúdica. Talento y esfuerzo. A menudo, al hablar de cómic, tendemos a plantear estos conceptos como opuestos o, al menos, separados; como líneas que corren paralelas, independientes, aunque lo hagan en la misma dirección. Este juicio deriva de nuestra condición de lectores, no de artistas que participan del proceso creativo, ya que une artista afirmaría de forma tajante que no existe tal oposición entre estos conceptos, sino un cúmulo vibrante de acciones y reacciones. Las líneas no son paralelas, aunque tampoco sean necesariamente una maraña de hilos y, acaso en un hipotético escenario ideal, podrían presentarse como dos funciones que se cruzan y se separan en su desarrollo, siendo la historia el inevitable eje horizontal con el que se intersecan. Toda esta palabrería de dudosa precisión científica viene a presentar las dos caras de la creación artística que presenta esta Look back, en la forma de dos adolescentes, la desvergonzada y socialmente hábil Fujino y la talentosa y retraída Kyomoto, y su inevitable unión. Inevitable, tal vez, desde el momento en que el autor decide que los nombres de sus protagonistas partirán de dividir en dos su propio apellido, Fujimoto.

Al igual que estos planteamientos duales que no son tales, la historia de Look back es doble. Por un lado, el drama de una adolescente a la que toda la vida le han dicho que dibujaba genial y que sus tiras cómicas eran brillantes, hasta que una compañera de su curso, recluida en su casa por agorafobia, empieza a contribuir también en la gaceta escolar y las comparaciones resultan odiosas. De esta rivalidad unilateral nace una amistad y una unión que les proporciona una salida creativa conjunta de futuro y, sobre todo, un crecimiento personal donde las inseguridades de una y la ansiedad social de la otra se ven mutuamente compensadas. Pero, por otro lado, Fujimoto introduce una versión de una tragedia real ocurrida en Japón, exactamente dos años antes de la publicación de la obra (quien tenga interés, que busque lo ocurrido en el estudio Kyoto Animation), que vuelve a partir en dos la historia, en este caso quebrando el velo entre lo que es y lo que pudo ser.

Siendo una obra tan corta (para los estándares del manga) y autoconclusiva, y proviniendo del creador de las muy excesivas Fire Punch y, sobre todo, Chainsaw Man, sorprende (o tal vez no, a la luz del desarrollo de esta última) la sensibilidad que Fujimoto imprime al relato y los múltiples hilos de los que se podría tirar. Aunque tal vez lo que más destaque sea la sinceridad con la que aborda ese giro de guion de la segunda mitad de su relato, que podría haber arrastrado por rincones melodramáticos, de emociones a flor de piel y, sin embargo, opta por la contención y por ser fiel a la raíz temática de la obra: el poder y el peso de la creación artística, incluso para reescribir momentáneamente la realidad. Con nunca demasiadas líneas, los rostros de Fujimoto guardan a menudo dos lecturas en todas sus obras, con una capacidad sorprendente para que estos hablen sin palabras e incluso griten las emociones en conflicto. Sirva como ejemplo paradigmático el gesto en la cara de Fujino mientras baila bajo la lluvia tras conocer que su rival artística siente profunda admiración por ella.

Desconociendo prácticamente la biografía de Tatsuki Fujimoto más allá de que sus talentos fueron descubiertos cuando aún era menor de edad (véanse sus primeros pinitos publicados en 17/21, también en Norma Editorial), resulta inevitable pensar que hay un cierto componente autobiográfico en Look back. No tanto por la parte explícitamente trágica como por la otra tragedia, la que subyace: la del peso de las expectativas y la demoledora cultura del esfuerzo, acentuada en Japón y, en especial, en el ámbito del manga. Sin entrar en la lista de autores y autoras cuya salud física y mental se ha visto malograda por las exigencias editoriales, Look back sí que defiende esa arma de doble filo que es la devaluación de un supuesto talento «innato» en favor de un esfuerzo excesivo para poder destacar realmente. La metáfora que emplea para ello es el montón de cuadernos de bocetos y estudios que Fujino tira a la basura al rendirse ante el prodigio artístico de Kyomoto, para acabar descubriendo en casa de esta más de diez montañas más altas de esos cuadernos. Y este efectivo recurso sirve para recontextualizar el favor envenenado que son los halagos vacíos, fruto del cariño o el desconocimiento, de familiares y amistades para quienes quieren dedicarse a algo creativo y que, en última instancia, deberán toparse con la cruda realidad de que no hay talento que dé frutos sin una dedicación apropiada. De lo contrario, el artista nace y muere en la puerta de la nevera, con estigmas en forma de souvenirs imantados.

Expectativas y realidad. El apoyo acrítico y los triunfos efímeros. La amistad y la rivalidad. Lo imaginable y lo tangible. Lo no dicho y lo que nunca se debió decir. Lo vivido y lo contado. Renglones que a menudo suponemos que corren paralelos y, sin embargo, tienden a torcer- se para darse la mano, abrazarse y, por suerte o por desgracia, vuelven a separarse sin saber si se volverán a encontrar o si no les quedará más remedio, para reencontrarse, que mirar atrás.


Jot Down Comics

Año 2023




Fiat x Lupin III (Solo en Japón)

En Japón se acaba de anunciar una colaboración especial entre la marca de automóviles Fiat y el manga/anime Lupin III .

Obviamente, estas personalizaciones de automóviles sólo están disponibles en Japón, el único país capaz de operar este tipo de crossovers de marketing, y recordando también, por supuesto, que el Fiat 500 está vinculado icónica/históricamente a las aventuras de Lupin.

Al menos podrás disfrutar de 3 nuevas ilustraciones especiales (abajo en HD) producidas para la campaña.





Via Catsuka

jueves, 12 de septiembre de 2024

REDEFINIENDO EL MITO

Nerea Fernández Rodríguez




Lore Olympus

Rachel Smythe 

Random Comics 

Nueva Zelanda 

Rústica

384 págs. Color

Obras relacionadas

Perséfone

Loic Locatelli-Kounwsky

(Sapristi Comic)

Heartstopper

Alice Oseman

(Planeta Cómic)

Medea

Nancy Peña y Blandine Le Callet

(Tengu Ediciones)

¿Pueden volver a la vida los mitos clásicos en la sociedad actual? Si algo nos han enseñado las series de éxito que pueblan las diversas plataformas de streaming es que no hay nada que guste más que un buen salseo, y no hay mayores ni mejores que en la mitología grecolatina. Así, Lore Olympus trata de reelaborar la archiconocida historia de Hades y Perséfone en la que el dios del Inframundo se enamora perdidamente de la hija de Deméter, la rapta y termina por casarse con ella, provocando así la sucesión de las estaciones del año.

No es esta la primera adaptación que se realiza de dicho relato, ni tampoco la primera en dirigirse a un público joven; sin embargo, sí que se trata de una redefinición del mito en el que la escala de grises se atenúa en lo que a los protagonistas de este romance se refiere, y en el que pueden encontrarse temas de gran vigencia, como el adulterio, las relaciones tóxicas, el acoso sexual o la violación. De esta manera, con unos tonos pastel que lo inundan todo y que se desparraman por la página, nos enfrentamos ante una versión actualizada donde una jovencísima y virginal Proserpina sufre los celos de Afrodita quien, después de escuchar cómo los Olímpicos ensalzan la belleza de la hija de Ceres, obliga a Eros a emborrachar a la muchacha para que acabe en el coche de Hades (quien tiene varios cientos de años más que ella). De este modo, no solo arruinaría la reputación de la joven virgen, sino que también provocaría la ira de Deméter contra Plutón. Parecía un plan sin fisuras, pero lo que nadie esperaba es que surgieran la compasión y la caballerosidad de Hades, quien poco a poco se quedará prendado de Kore, dándole un vuelco a todo su amargo y oscuro mundo.

Este cómic, de la neozelandesa Rachel Smythe, supuso un éxito en WebToon (si conocéis a algún adolescente que se haya leído la obra, probablemente lo haya hecho a través de esta página... y seguramente vaya más adelantado en la trama que los que esperamos a leerla en papel), hasta el punto de que ha cosechado numerosos premios, entre los que se encuentra el cotizado Eisner y que ha supuesto el pistoletazo de salida para la recepción de premios de cómics publicados en esta página (si bien ya recibió un premio Harvey por la misma obra). Esto tal vez no sería tan relevante si no nos encontráramos ante una autora de la que solo conocemos esta obra y su colaboración en Wonder Woman Black and Gold como guionista.

Entonces, ¿por qué la obra de una novata ha logrado tener millones de suscriptores que ansían continuar conociendo las idas y venidas de es- tos dos dioses? La respuesta puede ser sencilla; el esquema que ha ideado Smythe es el mismo que ya tuvo éxito en la Grecia clásica: el de las historias de enamorados que sufren por su separación y se enfrentan a diversos peligros. Se trata del mismo tipo de obra (la novela bizantina) que continuó cosechando triunfos durante la época renacentista y que, ya en el siglo xix, mutó en las novelas por entregas con temáticas más amplias que la romántica (aunque sin perderla de vista del todo). En la actualidad, diversas series de televisión (sean telenovelas o no) mantienen este ritmo de intriga en cuyas tramas se intercalan historias de amor. Ejemplo de ello lo encontraríamos en otras obras que, aun sin ser de trasfondo mítico, muestran los mismos mimbres argumentales como, por ejemplo, Heartstopper, que ha dado el salto a la pequeña pantalla.

Los adolescentes (y los que ya no lo son tanto) disfrutan con los padecimientos y las alegrías de Hades y Perséfone, con los giros de guion y las sorpresas argumentales, ansiando que llegue el esperado final feliz (pervirtiendo, de este modo, la narración original) y, al mismo tiempo, deseando que los mantengan en vilo, sostenidos por el fino hilo que, en cualquier momento la autora, como una de las Parcas, puede romper.

Los jóvenes del siglo XXI comparten, por tanto, la misma emoción que los románticos, los renacentistas o los antiguos griegos, a través de un medio de origen finisecular y con una historia con miles de años de antigüedad actualizada con elementos propios de la sociedad tecnológica presente.

¿Pueden volver a la vida los mitos clásicos en la sociedad actual? Por supuesto que sí.


Jot Down Comics 

Año 2023