viernes, 13 de septiembre de 2024

RENGLONES TORCIDOS

Ander Luque




Look back

Tatsuki Fujimoto

Norma Editorial

Japón

Rústica con sobrecubierta/cartoné 

160 págs.

Blanco y negro

Traducción: Judit Moreno (cast.)/Marc Bernabé (cat.)

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17/21

Tatsuki Fujimoto

(Norma Editorial)  

Idea original y producto final. Guion y dibujo. Voluntad artística y voluntad lúdica. Talento y esfuerzo. A menudo, al hablar de cómic, tendemos a plantear estos conceptos como opuestos o, al menos, separados; como líneas que corren paralelas, independientes, aunque lo hagan en la misma dirección. Este juicio deriva de nuestra condición de lectores, no de artistas que participan del proceso creativo, ya que une artista afirmaría de forma tajante que no existe tal oposición entre estos conceptos, sino un cúmulo vibrante de acciones y reacciones. Las líneas no son paralelas, aunque tampoco sean necesariamente una maraña de hilos y, acaso en un hipotético escenario ideal, podrían presentarse como dos funciones que se cruzan y se separan en su desarrollo, siendo la historia el inevitable eje horizontal con el que se intersecan. Toda esta palabrería de dudosa precisión científica viene a presentar las dos caras de la creación artística que presenta esta Look back, en la forma de dos adolescentes, la desvergonzada y socialmente hábil Fujino y la talentosa y retraída Kyomoto, y su inevitable unión. Inevitable, tal vez, desde el momento en que el autor decide que los nombres de sus protagonistas partirán de dividir en dos su propio apellido, Fujimoto.

Al igual que estos planteamientos duales que no son tales, la historia de Look back es doble. Por un lado, el drama de una adolescente a la que toda la vida le han dicho que dibujaba genial y que sus tiras cómicas eran brillantes, hasta que una compañera de su curso, recluida en su casa por agorafobia, empieza a contribuir también en la gaceta escolar y las comparaciones resultan odiosas. De esta rivalidad unilateral nace una amistad y una unión que les proporciona una salida creativa conjunta de futuro y, sobre todo, un crecimiento personal donde las inseguridades de una y la ansiedad social de la otra se ven mutuamente compensadas. Pero, por otro lado, Fujimoto introduce una versión de una tragedia real ocurrida en Japón, exactamente dos años antes de la publicación de la obra (quien tenga interés, que busque lo ocurrido en el estudio Kyoto Animation), que vuelve a partir en dos la historia, en este caso quebrando el velo entre lo que es y lo que pudo ser.

Siendo una obra tan corta (para los estándares del manga) y autoconclusiva, y proviniendo del creador de las muy excesivas Fire Punch y, sobre todo, Chainsaw Man, sorprende (o tal vez no, a la luz del desarrollo de esta última) la sensibilidad que Fujimoto imprime al relato y los múltiples hilos de los que se podría tirar. Aunque tal vez lo que más destaque sea la sinceridad con la que aborda ese giro de guion de la segunda mitad de su relato, que podría haber arrastrado por rincones melodramáticos, de emociones a flor de piel y, sin embargo, opta por la contención y por ser fiel a la raíz temática de la obra: el poder y el peso de la creación artística, incluso para reescribir momentáneamente la realidad. Con nunca demasiadas líneas, los rostros de Fujimoto guardan a menudo dos lecturas en todas sus obras, con una capacidad sorprendente para que estos hablen sin palabras e incluso griten las emociones en conflicto. Sirva como ejemplo paradigmático el gesto en la cara de Fujino mientras baila bajo la lluvia tras conocer que su rival artística siente profunda admiración por ella.

Desconociendo prácticamente la biografía de Tatsuki Fujimoto más allá de que sus talentos fueron descubiertos cuando aún era menor de edad (véanse sus primeros pinitos publicados en 17/21, también en Norma Editorial), resulta inevitable pensar que hay un cierto componente autobiográfico en Look back. No tanto por la parte explícitamente trágica como por la otra tragedia, la que subyace: la del peso de las expectativas y la demoledora cultura del esfuerzo, acentuada en Japón y, en especial, en el ámbito del manga. Sin entrar en la lista de autores y autoras cuya salud física y mental se ha visto malograda por las exigencias editoriales, Look back sí que defiende esa arma de doble filo que es la devaluación de un supuesto talento «innato» en favor de un esfuerzo excesivo para poder destacar realmente. La metáfora que emplea para ello es el montón de cuadernos de bocetos y estudios que Fujino tira a la basura al rendirse ante el prodigio artístico de Kyomoto, para acabar descubriendo en casa de esta más de diez montañas más altas de esos cuadernos. Y este efectivo recurso sirve para recontextualizar el favor envenenado que son los halagos vacíos, fruto del cariño o el desconocimiento, de familiares y amistades para quienes quieren dedicarse a algo creativo y que, en última instancia, deberán toparse con la cruda realidad de que no hay talento que dé frutos sin una dedicación apropiada. De lo contrario, el artista nace y muere en la puerta de la nevera, con estigmas en forma de souvenirs imantados.

Expectativas y realidad. El apoyo acrítico y los triunfos efímeros. La amistad y la rivalidad. Lo imaginable y lo tangible. Lo no dicho y lo que nunca se debió decir. Lo vivido y lo contado. Renglones que a menudo suponemos que corren paralelos y, sin embargo, tienden a torcer- se para darse la mano, abrazarse y, por suerte o por desgracia, vuelven a separarse sin saber si se volverán a encontrar o si no les quedará más remedio, para reencontrarse, que mirar atrás.


Jot Down Comics

Año 2023




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