Iria Ros Piñeiro
Lightfall: La última llama
Tim Probert
HarperKids
Estados Unidos
Rústica
256 págs.
Color
Traducción: Diego de los Santos
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Existen en la actualidad infinidad de publicaciones que entran dentro del género de la fantasía para un público infantil y/o juvenil. Y de entre toda esa oferta a veces es complicado elegir qué comprar o leer. La saga Lightfall, que empieza con este volumen llamado La última llama, es una magnífica opción para todos los públicos. Incluidas las personas adultas, porque los cómics juveniles realmente interesantes no se adscriben a las edades del público lector objetivo, sino que es capaz de llegar a todo tipo de lectores.
Lightfall es una historia protagonizada por una niña llamada Bea y un galduriano llamado Cad. Bea y su abuelo adoptivo, el Cerdo Mago, son los responsables de la Llama Eterna, viven en una casa en medio de un bosque mágico y hacen pociones y medicinas por encargo. Bea se encuentra con Cad, perteneciente a una supuesta especie extinta, por casualidad cuando este iba en busca de su abuelo para pedirle ayuda. Pero cuando ambos llegan a casa, el abuelo de Bea ha desaparecido. Empieza así una aventura en busca no solo del abuelo, sino también de respuestas, enfrentarse a conflictos y aprender a través de la amistad entre Bea y Cad.
Aunque la trama inicial pueda parecer excesivamente sencilla, Tim Probert se sirve de esos tropos conocidos para darles una vuelta de tuerca tanto a nivel gráfico como en su guion. El universo fantástico que crea Probert está plagado no solo de seres diversos y misteriosos, como los propios Galdurian, sino que incluso dentro de los personajes de la misma especie existen infinidad de diferencias. Porque en la diversidad es donde se encuentra la unión de experiencias. Y es que, seamos como seamos, a todes pueden pasarnos las mismas cosas. En este caso, Bea, la protagonista, representa el paso de la infancia a la vida adolescente. Con un camino de pérdida de la inocencia que, sin embargo, no es drástico ni traumático. Algo que estamos ya poco acostumbrades a leer en estas obras. Una inocencia que, en este primer volumen, toma forma física en Cad, el galduriano, un personaje que pese a ser el último de su especie tiene un optimismo y una alegría más que contagiosas.
Algo que hace brillar a Lightfall es el trato que da a un tema complicado como es la ansiedad infantil. Bea se ve superada en muchos momentos por las situaciones que tiene que vivir, por todo lo que se espera de ella y el miedo que todo ello le genera. Pero, al mismo tiempo, cuenta con la amistad que le ofrece Cad, creando un contrapeso a la montaña de preocupaciones de la niña. El reflejo perfecto de una sociedad cada vez más empeñada en que se crezca rápido. Apuntando el foco, a través de la fantasía, en los errores que cometemos como sociedad. Y creando capas de lectura, como se comentaba al principio, para lectores adultes.
El apartado gráfico de Lightfall es de estilo preciosista, incluso las escenas más oscuras tienen una belleza difícil de evitar, ya que Probert prioriza el color por encima de cualquier otra cosa. Y, sobre todo, por su formación y experiencia en el campo de la animación. Da un valor constante a los entornos en los que se mueven los personajes y conforma un universo propio en el que les lectores se van adentrando y conociendo al mismo tiempo que lo hacen Bea y Cad, evolucionando con elles y enfrentándose tanto al mundo exterior como a sus dudas personales. Razón por la que les lectores más jóvenes se sentirán más que representades.
Además, si hay algo que no falta en ningún momento es el humor, como alivio cómico —valga la redundancia— y como forma de enfrentarse a lo desconocido. Las conversaciones entre Bea y Cad no son lineales y, como ocurre muchas ve- ces con les peques de la casa, a veces se van por las ramas. Creando situaciones absurdas y muy divertidas de las que aprender, incluso cuando se equivocan. Porque equivocarse no es malo, solo es un paso más del aprendizaje. Y si hay algo que predica el autor en esta obra, es el descubrimiento tanto de quiénes somos como del mundo que nos rodea, por mágico que sea. Pero el autor juega también con los silencios, y la expresividad de sus personajes, en escenas sin texto que, todavía más, consiguen transmitir un cúmulo de emociones que llegarán a todo tipo de lectores.
Lightfall es una serie envuelta en aventuras y fantasía que consigue atrapar a todas aquellas personas que le den una oportunidad, tengan la edad que tengan. Sirviéndose de un amplio mundo para mostrar una verdad universal: lo complicado que es crecer, pero lo necesario que termina siendo. Y cómo sentirse acompañado siempre hace de ese viaje una mejor experiencia. Porque a todes nos pasan cosas, y compartirlas es lo que marca la diferencia. Una obra que supera sus propias etiquetas.
Jot Down Comics
Año 2023
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