sábado, 7 de septiembre de 2024

Palabra ilustrada contra el miedo

[En la página de Jot Down, entrevista a María Hesse]


Maria Hesse nos invita a abrazar y a comprender la desazón a través de su último libro, una obra que exorciza las heridas a través de un vocabulario plástico y un léxico honesto y vibrante.

Texto: María Ovelar Fotos: Antártica


El miedo (Lumen) es quizá el proyecto más personal de María Hesse (Huelva, 42 años), un libro de autoficción que aúna ilustraciones y textos sobre la angustia y con el que no cuesta identificarse: el trauma infantil del bullying, la consecuente baja autoestima, las relaciones tóxicas, la soledad, las dudas ante la maternidad... Una obra de redención que exorciza las heridas a través de una prosa sincera y sin artificios y unos dibujos de alto colorido y sensualidad. Un emotivo trabajo cromático y semántico que contagia esperanza. "Empecé a darle forma en 2020: necesitaba ilustrar mis miedos, convertir en pintura sensaciones como un nudo en el estómago o la falta de aire. De las ilustraciones estáticas, fue surgiendo una secuencia tipo cómic, y de ahí, fueron brotando las palabras. He necesitado un largo proceso para decidir qué quería contar y cómo. Entremedias, lancé Marilyn y Malas Mujeres", cuenta Hesse. El placer también surgía de su experiencia personal. "Pero quedaba diluida en la investigación histórica, y en las referencias culturales. No he ideado El miedo como un libro reivindicativo, aunque se pueda defender que defiende la importancia de la salud mental".



La autora en su estudio. 


Aunque dibuja desde los seis años. Hesse no estudió Bellas Artes, sino Magisterio: en medio de unas oposiciones, decidió abandonar la carrera docente para cursar un ciclo superior de ilustración. Autora de varias biografías gráficas (Frida Kahlo, David Bowie, Marilyn Monroe), de la renovación de clásicos a través del dibujo como Mujercitas (de Louisa May Alcott) y Orgullo y prejuicio (de Jane Austen), y de libros ilustrados que reflexionan sobre arquetipos como el de la femme fatale (Malas mujeres), Hesse ha desarrollado un estilo reconocible por los tonos vibrantes y el trazo curvilineo y acuoso. Un efecto al que contribuye no solo su técnica -basada en el gouche y la tinta china-, sino también un vocabulario plástico altamente sensitivo y feminista.

Algunas experiencias, razona la autora, son tan traumáticas que las confinamos en una guarida para que no campen a sus anchas por nuestra memoria. "Cuando los miedos se escapan, hablo mucho con mi pareja [Boris, con quien lleva seis años y a quien dedica el libro] y con mis amigas, un refugio. Si no soy capaz de controlarlos, recurro a la psicóloga. Cualquier preocupación se refleja en el cuerpo. He aprendido técnicas de relajación para parar el flujo del pensamiento. Pero confieso que ahora no las practico mucho". A la falta de tiempo, ha contribuido la maternidad. Hesse es madre de un bebé de un año. "He aprendido a decir que no, a que no pasa nada por rechazar proyectos. No quiero renunciar a la crianza. Durante el embarazo, noté que mi cabeza funcionaba lentamente. No podía abarcar tanto trabajo y en el posparto he preferido dedicarme a mi bebé".

La protagonista de El miedo sucumbe a varias metamorfosis, al principio es la chica-pelícano, en referencia al poema de Adrienne Rich, incluido, junto a otras poesías, en la obra, aunque no son los únicos versos en los que se ha refugiado: Anne Sexton, Alejandra Pizarnik, Raymond Carver, Piedad Bonet y Lara Moreno también están presentes. Enseñanzas sobre la desazón que conviven con las sugerentes letras de canciones de Tulsa y de Lorena Álvarez, y con citas de Marie Curie, quien nos recuerda que "no hay que temer nada en la vida, solo comprenderlo", y que "es el momento de comprender más para temer menos".

En medio de una relación tóxica, a la protagonista le falta el aire, el corazón y las pulsaciones se le aceleran y la habitación le da vueltas... En urgencias, la tranquilizan; "Es un simple ataque de ansiedad", le dicen, y el médico de cabecera le receta tranquilizantes. "Mucha gente sufre depresión y ansiedad. Vivimos en una sociedad que nos genera la necesidad de hacer un millón de cosas, de encontrar un oficio que nos apasione. Una sociedad que mercantiliza nuestras aspiraciones y nuestro estilo de vida", argumenta en alusión a la cultura del esfuerzo, el capitalismo hiperconsumista y a la sociedad del cansancio de Byung-Chul Han. "Todo esto genera frustración. Sé lo que es agotarse física y mentalmente de tanto trabajar; te anula". Hesse sigue escribiendo y pintando sobre la maternidad, un tema presente en El miedo: "Mis amigas madres solteras son muy valientes. Aunque, mucho mejor ser madre monoparental que con una pareja disfuncional".


Revista Smoda Nº 313- Septiembre 2024




EL PARAÍSO DE LA ALTA COSTURA

Mònica Rex Garcia


Paradise Kiss (Glamour Edition)

Ai Yazawa

Editorial Ivrea

Japón

Rústica con sobrecubierta (5 vols.) 

190 págs. (cada vol.) 

Blanco y negro y algunas a color 

Traducción: Agustín Gómez Sanz

Obras relacionadas

Helter Skelter

Kyoko Okazaki

(Ponent Mon)

Las mentiras de la profesora

Akane Torikai

(Panini Cómics)

Tokyo Girls

Akiko Higashimura

(Planeta Cómic)

My broken Mariko

Waka Hirako

(Milky Way Ediciones)


Hace prácticamente quince años que Ai Yazawa abandonó el mundo del manga dejando su obra magna, Nana, en un hiatus indefinido. Nunca ha trascendido el porqué, aunque siempre ha corrido el rumor de una grave e incapacitante enfermedad. Pero, pese a que Yazawa no se haya extendido en su producción artística, los casi veinticinco años que le dedicó al cómic han servido para construir una biblioteca de lo más sugerente.

Ai Yazawa debutó en el año 1985, con diecisiete años, en la revista Ribbon de la editorial Shûeisha, con una historia corta, Ano Natsu. Durante sus primeros años publicó varios one-shot y algunas historias cortas. Poco a poco, sus trabajos empezaron a alargarse hasta que en 1989 publicó su primer manga de más de dos volúmenes: Marine Blue, el azul que abraza el viento. La buena racha no paró y nada más terminar esta historia empezaron a llegar sus grandes obras: No soy un ángel, Historias de un vecindario, Last Quarter, Paradise Kiss y Nana.

A lo largo de este tiempo, su estilo artístico empezó a alejarse de los estándares de la época y se consolidó con unas características propias que han convertido su estilo en único. Largas piernas y cuerpos delgados con ojos grandes de mirada penetrante. Trazos delicados y limpios, ricos en fondos con gran presencia de tramas. Unas decisiones artísticas que evocan el trabajo de mangakas clásicas como Ryoko Ikeda y Keiko Takemiya.

Mientras los años corrían sus guiones se alejaban de las historias de instituto y amores de verano hacia algo más maduro y profundo. Yazawa encontró su público entre aquellas lectoras que ya han conocido el desamor y las amarguras de la vida adulta. Para ellas escribe historias reales y crudas donde la complejidad de la vida se retrata con desazón.



Con esta madurez creativa asentada no es de extrañar que la revista de moda Zipper fuera el espacio donde se serializó Paradise Kiss. La historia de autodescubrimiento de Yukari Hayasaka, una estudiante de bachillerato centrada únicamente en conseguir entrar en una buena universidad. Pero, esto cambia cuando conoce a George, sus compañeros de clase y el atelier donde trabajan todos, el Paradise Kiss. Todos ellos estudian en el Instituto de Arte Yazawa y su visión artística del mundo choca con la visión pragmática de Yukari. Ahora, ella tiene la oportunidad de ver, comprender e interpretar el mundo de otra manera. Y, poco a poco, estas nuevas amistades se convertirán en el faro que ilumina el futuro de la protagonista. Yukari encontrará su lugar, su presente y su futuro en el lugar menos esperado. Aunque por el camino las decisiones sean difíciles y las renuncias complejas. Pese a que muchas de las personas con las que se cruce no la entiendan ni compartan su nueva visión de la vida.

Paradise Kiss es un manga de encrucijadas que nos invita a reflexionar sobre los caminos que escogemos y nos recuerda que estas decisiones no son inamovibles. Para ello nos presenta a un reparto de personajes cuya vida ha estado marcada por varios eventos traumáticos, desde agresiones sexuales hasta diferentes traumas infantiles. Cada uno de ellos conseguirá superar este punto de partida escogiendo su propio camino con el apoyo del resto.

Pero, del mismo modo que Paradise Kiss no es un manga romántico, tampoco es un drama que se regocije en los aspectos más trágicos de sus protagonistas. Yazawa consigue un equilibrio prácticamente perfecto entre romance, drama y humor, un escenario ideal para unos personajes muy humanos y verosímiles.

Los miembros del Paradise Kiss quieren que Yukari sea la modelo de su trabajo final de bachillerato. Gracias a este contexto, podremos ver una cantidad increíble de vestidos imposibles y diseños fantásticos. Una temática —la de la moda— que permite a Yazawa potenciar al máximo su inventiva y ofrecernos un apartado gráfico excelente que nos dejará con la boca abierta en cada volumen.

Tras las capas de seda, tul y crepé se esconde una mordaz crítica a los sistemas educativos entendidos como fábricas de trabajadores y no como un espacio donde la creatividad sea valorada como una característica positiva. Yazawa nos retrotrae al momento académico donde los adolescentes sienten que tienen que tomar la decisión más importante de su vida. Y nos enseña una alternativa a la inercia de la universidad, las carreras pragmáticas y la satisfacción de los sueños paternos. La autora de Nana nos recuerda que hay más caminos y que en ellos, también podemos ser felices.


Jot Down Comics nº7

Año 2023


martes, 3 de septiembre de 2024

Otoño enviñetado




De Laura Pérez y María Hesse a Joann Sfar y Daniel Clowes, voces españolas e internacionales vuelven a las librerías, además de un clásico como Moebius.

Por Alvaro Pons










Tras un primer semestre plagado de novedades interesantes, parecía que el nuevo curso comenzaría tranquilo a la espera de la campaña navideña, pero el cómic sigue embarcado en una inercia de publicación constante que contrasta con la precaria situación que viven los creadores. Paradójicamente, es la obra de autoría patria la que más está destacando en calidad y este otoño volverá a hacerlo, estrenando temporada con la sugerente Nocturnos (Astiberri), donde Laura Pérez confirma su magisterio a la hora de crear atmósferas misteriosas que se arman de poesía. A esta obra se sumarán las nuevas contribuciones de nombres bien establecidos, como las de Jorge Carrión y Javier Olivares, que volverán a explorar el mundo literario desde la viñeta en Samuel & Beckett (Salamandra Graphic); el acercamiento al mito cinematográfico que firman Emilio Ruiz y Ana Miralles en Ava (Astiberri), o la nueva entrega de las aventuras de Corto Maltés, que Díaz Canales y Pellejero llevan al México de la guerra Cristera, La línea de la vida (Norma Editorial). En este grupo hay que incluir a Fermín Solís con Buñuel y los sueños del deseo (Reservoir Books), que se une a Óscar Arce y Esteve Soler para volver al universo del director aragonés y la creación de Belle de jour, y a Ana Oncina, también recuperando sus personajes más existosos en Croqueta y Empanadilla en Japón (Planeta), adentrándonos en el manga, que tanto reconocimiento le ha dado a la autora. No acaba ahí la cosecha nacional: Lorenzo Montatore se adentra en la música de su grupo musical favorito, Talking Heads, en Si bailáis, entenderéis mejor las letras (ECC), mientras que Alicia Jaraba vuelve tras su elogiada Soy la Malinche con Lejos (Nuevo Nueve). El robo de obras de arte durante la guerra civil española será el escenario del nuevo trabajo del exquisito trazo de Agustín Ferrer Casas, Plan de huida (Grafito). Mientras que María Hesse llevará su inconfundible estilo al límite en El miedo (Lumen) y Sergio Mora romperá fronteras ente cómic y novela aproximándose a Milicent Patrick, la diseñadora del mítico monstruo de la laguna cinematográfico en La rocambolesca historia de la chica de serie B (Autsaider).

Pero también habrá espacio para nuevas voces, como la de Lorenzo Caudevilla, que adapta relatos del humorista Juan Carlos Ortega en una mordaz sátira sobre la creación literaria, Una obra maestra (Dolmen); o la de los flamentes ganadores de premios prestigiosos como el Castelao de BD o el FNAC/Salamandra: el primero con la elegante El beso de la sirena, de Luis Yang y Uxía Larrosa (La Cúpula), y el segundo de la mano de David Sancho y la España vaciada en Barbecho (Salamandra Graphic).



Habrá, claro, espacio para la obra de más allá de nuestras fronteras, en las que se mezclará la llegada de nuevas firmas con la de otras bien conocidas, como la de Joann Sfar, que llegará por partida doble, como guionista para el dibujante Tony Sandoval en El París de los dragones (Nuevo Nueve) y como autor completo en su revisión del clásico épico francés en El cantar de Renardo (Fulgencio Pimentel). La siempre interesante Keum Suk Gendry-Kim seguirá explorando la compleja sociedad coreana en Mañana será otro día (Reservoir Books), esta vez acercándose a la realidad de la fecundación in vitro en un entorno familiar patriarcal. Una década después de su última obra, llega Raíces de Ginseng (Astiberri), donde Craig Thompson sigue investigando en aquello que le ha conformado, desde la religión a su pasión por el cómic, a medio camino entre la ficción y el ensayo. No será la única vuelta: Peter Bagge vuelve a Buddy Bradley con nuevas entregas en Odio desatado (La Cúpula). En otoño se publicará por fin a una de las autoras más importantes del manga más comprometido, Yamada Murasaki, de la que Reservoir Books publicará la fundamental Una mujer de espaldas. Por su parte, por fin verá la luz en España Los Pizzlys, de Jérémie Moreau (Norma Editorial en castellano, Finestres en catalán), una hermosa parábola de la búsqueda interior desde el contacto con la naturaleza. Y no podemos olvidar la edición en España de La madriguera (Liana Editorial), la interesantísima obra de Jules Mamone, Femimutancia en redes sociales, dibujante y activiste no binarie de obligada lectura. Y será, también, temporada de clásicos: la editorial Diábolo traerá una de las series de prensa más importantes de la historia del cómic, Bringing Up Father, de George McManus; Fulgencio Pimentel recopilará en formato integral Bola Ocho, de Daniel Clowes, una de las publicaciones independientes con más influencia en la historieta americana; Reservoir Books reunirá en solo e imponente volumen la obra del mítico Moebius para la indispensable Métal Hurlant en Obra hermética y Cartem recuperará una de las series españolas más recordadas de la década de los ochenta, las aventuras del reportero Frank Cappa, de Manfred Sommer. Apenas una selección mínima de una amplísima lista de novedades que inundará las estanterías de las librerías este otoño.


El País. Babelia núm. 1.710 Sábado 31 de agosto de 2024


lunes, 2 de septiembre de 2024

Llamadme Ismael...

'Moby Dick' (1990), de Bill Sienkiewicz. que adapta al cómic la novela que escribió el conocido literato estadounidense Herman Melville, y fue publicada por primera vez en el año 1851


Portada Moby Dick. / M.G.


Gerardo Macías

01 de septiembre 2024

Huelva/En 1990, la editorial estadounidense First Comics estrenó una colección de cómics de cuarenta páginas en buen papel que serían una versión de libros y cuentos clásicos adaptados al cómic por diversos artistas. En febrero de 1990 se publicaron cuatro a la vez: El cuervo de Edgar Allan Poe, adaptado por Graham Wilson; Grandes esperanzas de Charles Dickens, adaptada por Rick Geary; Alicia a través del espejo de Lewis Carroll, por Kyle Baker; y Moby Dick de Herman Melville, por Bill Sienkiewicz. La colección se llamaría Classics Illustrated y estuvo viva hasta junio de 1991 con veintitrés números.

Sienkiewicz venía de revolucionar Marvel con Los Nuevos Mutantes (1984-1986), con Chris Claremont, Daredevil: amor y guerra (1986) y Elektra Asesina (1986-1987), con Frank Miller, y su propia serie de cuatro números para la Línea Epic, Stray Toasters (1989), cuando recibió el encargo de First.

Condensar ochocientas páginas de novela en cuarenta de cómic sería imposible para cualquier historietista. Sienkiewicz trató la narración casi como un libro ilustrado, con muy poca narrativa secuencial. Es Sienkiewicz en estado puro, haciendo gala del dominio de la ilustración, y el uso del color tan cercano al cómic como a la pintura.


Sienkiewicz hace gala del dominio del color tan cercano al cómic como a la pintura. / M.G.

Bill Sienkiewicz ha marcado una época en la historia del cómic, con un estilo que le convierte en un artista único en esta industria. Astiberri saca en 2021 una obra que vio la luz en 1990 y adapta uno de los clásicos de la literatura contemporánea. La dificultad que tiene adaptar una obra como Moby Dick es evidente: en primer lugar porque se trata de una obra de más de 700 páginas y, además, porque al ser un referente como es, su lectura se puede hacer de manera más crítica de lo habitual, por el conocimiento del libro original. Estamos, probablemente, ante uno de los mejores trabajos de Sienkiewicz como dibujante, que estaba en uno de los puntos más álgidos de su carrera y su estilo resulta apabullante aquí.

Todo el mundo sabe conoce cuando menos su sinopsis, y que trata de la odisea de un capitán de barco ballenero que busca a la ballena blanca que hizo que perdiera una pierna, y cuya muerte se ha convertido en la única meta en la vida. La obra está contada por Ismael, que se enrola en la tripulación del Pequod en busca de aventuras, pero no se imagina siquiera dónde se ha embarcado.

Moby Dick es mucho más que una historia de aventuras. La obra se considera un clásico de la literatura por la cantidad de referencias que tiene: la diversidad de orígenes de la tripulación del barco, la obsesión por la vendetta de Ahab y cómo prioriza su consecución a la propia seguridad de sus hombres, las continuas referencias religiosas, o el camino hacia la locura del capitán del barco.


 

Sienkiewicz consigue aportar una sensación claustrofóbica al relato. / M.G.

Bastante difícil es adaptar un relato como este, de modo que no se les puede achacar demasiado a Chichester ni a Sienkiewicz, que se vuelcan en evocar esa locura de Ahab y en su descenso a los infiernos a través de un relato asfixiante y a unas ilustraciones distorsionadas que transmiten perfectamente la sensación de la novela. No es necesario conocer todos los detalles que el propio Melville vivió en sus carnes como tripulante en su juventud de este tipo de barcos, aunque recortar tanto una novela tan conocida tiene el riesgo de que la representación de personajes como el indígena Queequeg o el resto de la tripulación puede dejar con cierta sensación de insatisfacción.

Moby Dick por Sienkiewicz

Sienkiewicz está en sus momentos más dulces artísticamente, y su dibujo es lo más destacable de esta adaptación, si asumimos la ausencia de secuencialidad. Lo mejor de todo es cómo consigue aportar una sensación claustrofóbica a un relato que, de por sí, queda excesivamente resumido y carente de ritmo y de épica en sus escenas más memorables. Del enfrentamiento entre Ahab y Moby Dick nos quedamos con unas ilustraciones de indiscutible valor artístico, aunque como secuencia se ve demasiado resumida.

Moby Dick es una obra para el disfrute del dibujo de un artista único, y para conocer su peculiar visión sobre uno de los relatos más conocidos de la Literatura Universal. La edición de Astiberri es en tamaño aumentado, en cartoné, con papel estucado de alto gramaje, que permite disfrutar el dibujo.


Huelva Información


domingo, 1 de septiembre de 2024

Transformers 40 aniversario (teaser trailer)

 Obra del Estudio Trigger



Via Catsuka

Vuelva usted mañana...

"Dias moscosos" (2024), de Raúl Deamo y Jan, un anecdotario humorístico donde los autores desmitifican, todo lo posible, la mala imagen que suelen tener los funcionarios españoles.


Por Gerado Macías

El escritor, periodista y político Mariano José de Larra (Madrid, 1809-1837) está considerado, junto a grandes figuras como José de Espronceda, Gustavo Adolfo Bécquer, José Zorrilla y Rosalía de Castro, la máxima representación del Romanticismo literario español. Dentro de la obra de Mariano José de Larra, es especialmente popular su artículo titulado Vuelva usted mañana, publicado en el año 1833 en la revista El pobrecito hablador. En él, satiriza la burocracia y la ineficacia del sistema administrativo de España. Con el tiempo, la frase se ha convertido en un símbolo de la falta de atención al ciudadano. Esto se ha acentuado con los excesos de rigor en la Administración tras la pandemia de coronavirus con el sistema de cita previa. Como si tuviéramos una continuidad de aquel Estado de Alarma, conseguir ser atendido sin reserva de fecha es imposible en muchos casos. Hemos perdido el contacto directo con una Administración Pública que se supone que nació para atender con cercanía a los ciudadanos. En lugar de eso, vemos cómo las webs institucionales se han llenado de formularios para ser atendidos con certificados digitales, a veces sin números de teléfono, ni tan siquiera correos electrónicos que nos permitan agilizar nuestros asuntos. En el año 2002, en la revista Amaníaco, Jan publicaba una serie titulada Situaciones insólitas. Al finalizar la serie, Jan comentó que le apetecía dibujar algo más para la revista, pero que tendría que ser el propio editor, Jordi Coll, quien tendría que encontrarle un guionista.




Dicho y hecho, poco tiempo después, Jordi Coll presentó a Jan y a Raúl Deamo, quien junto a su hermano Danide, habían colaborado también en la revista Amaníaco, donde publicaron la serie Mundo Absurdo. A Jan le gustó su propuesta, crear una serie de historietas sobre el mundo de los funcionarios. En 2008, nació la serie Días Moscosos, que, en 2024, la propia editorial Amaníaco ha conseguido recopilar en este libro.

El término "moscoso" se refiere a los días de libre disposición que tienen los funcionarios en España, y recibe su nombre por Javier Moscoso, político español, que lo instauró en 1983, siendo Ministro de la Presidencia en el primer Gobierno de Felipe González.

Los autores se preguntan porqué la gente le tiene tanta manía a los funcionarios. ¿Es cierto que su trabajo es un chollo? ¿Son todos unos vagos, como muchos se imaginan, o solo algunos? ¿Son personajes deshumanizados sin empatía por los ciudadanos?

Lo cierto es que también son personas y, como todo el mundo, también odian los lunes, se agobian en la oficina, han de aguantar a más de un pelmazo a lo largo de su carrera laboral, y esperan con ansia la llegada del fin de semana.

Ni Raúl Deamo ni Jan tratan en ningún momento de juzgar a los funcionarios, sino de acercarse a través de toda una serie de historias sobre el mundo del funcionariado que, unas más, otras menos, pueden ser reales o no.

Como guinda, este cómic incluye un prólogo escrito por un funcionario, Xavier Águeda, quien dedica unas palabras de agradecimiento a los autores del cómic.

El guionista Raúl Deamo (Barcelona, 1978) es hermano del dibujante Danide, con quien trabaja bajo la firma Deamo Bros. Estudió en la Escola de Comics Joso, ganando varios concursos de cómic y publicando su obra en diversos fanzines. Ha trabajado como diseñador gráfico y como realizador audivisual, compaginando estas actividades con la de guionista de cómics y dibujante ocasional. Como guionista de Deamo Bros, ha publicado títulos como Telekillers, asesinos a domicilio, Sèrie B y Walter & Beep. Colaborador de las revistas El Jueves y Amaníaco, donde ha publicado la serie Días Moscosos, con dibujos de Jan, y la serie Mundo Absurdo.

El dibujante Jan (Juan López Fernández, 1939, Toral de los Vados, León) es un historietista conocido por series como: SuperLópez, Pulgarcito, Cab Halloloco, Los Últimos de Villapiñas, Cederrón, Rich Tex Format, Tax y Taxi, Don Talarico, Don Talarico, ect... Jan ha trabajado para editoriales como Brugera, Ediciones B, Penguin Random House, DQomics... A lo largo de su carrera ha ganado premios como el Haxtur, el Gran Premio del Salón del Cómic de Barcelona en 2001 o el Ivá de 2005.



Días Moscosos

Guión: Raúl Deamo Dibujo: Jan

Edición Original Española: Días Moscosos (Amaníaco Ediciones, 2024)

Huelva Información