martes, 15 de febrero de 2011
Una de romanos en el Thyssen. El museo madrileño exhibe por primera vez en España la obra de Jean-Léon Gérôme
Una de romanos en el Thyssen
El museo madrileño exhibe por primera vez en España la obra de Jean-Léon Gérôme
JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS - Madrid - 14/02/2011
Edipo, 1886
Jean-Léon Gérôme | 14-02-2011
Napoleón Bonaparte, a solas sobre su caballo, observa la Esfinge de El Cairo mientras las tropas francesas, al fondo, se preparan para la batalla.
El bardo negro, 1888
Jean-Léon Gérôme | 14-02-2011
Óleo sobre fotografía, también llamado El bardo africano
El pintor francés Jean-Léon Gérôme era un profesional, esto es, un artista cada vez más raro en un tiempo en el que, a efectos de historia del arte, importaba más el genio que el oficio. Tal vez por eso se evadió en oriente y se refugió en la historia. Entre su nacimiento (1824) y su muerte (1904) estalló el impresionismo y se gestó la revolución cubista, pero él se mantuvo voluntariamente al margen de toda veleidad revolucionaria, subido al trono de las academias. Dicen que, en 1900, cuando el presidente de la república francesa estaba a punto de entrar en la sala dedicada a los impresionistas en
Adorado por eso que llaman el gran público en un tiempo en el que el público todavía no era grande, Jean-Léon Gérôme pasó hace años al limbo de los pintores de género. Desde mañana y hasta el 22 de mayo, el Museo Thyssen expone casi 60 obras suyas entre pinturas y esculturas. El objetivo de la muestra no es "rehabilitar" al artista de Vesoul "ni hacer un alegato en su defensa, sino ponerlo ante nuestros ojos, ante un público de comienzo del siglo XXI que lo conoce poco y mal". Esa ha sido la pretensión de los comisarios de la exposición: Laurence des Cars (directora científica de
Final de la sesión, 1886
Jean-Léon Gérôme | 14-02-2011
Su taller de pinturas se convirtió a menudo en el tema de sus obras. Aquí se representa a sí mismo como escultor, con la redundancia de la presencia de la modelo y de la estatua que está esculpiendo
El padre y el hijo del artista en una puerta, 1866-67
Jean-Léon Gérôme | 14-02-2011
Esta es una de las 57 obras del pintor y escultor francés incluídas en la presente exposición
Al llegar a las salas subterráneas del Thyssen el visitante se encontrará con una desconcertante bienvenida: La jugadora de bolas (1901), un desnudo de mujer que parece haberse adelantado casi un siglo a la mezcla de pop y kitsch intelectualizado de Jeff Koons. Al menos en sus tiempos de idilio con aquella estrella del porno llamada Cicciolina. La comparación se impone. El universo de Gérôme queda en apariencia tan lejos del gusto moderno que, paradójicamente, la tentación es buscarle referentes contemporáneos. Curioso destino para un "archiacadémico" y "ultrarreaccionario" como él. Las comillas son de Guillermo Solana, director artístico del museo madrileño.
Pese a la tentación, una exposición como esta enseña a valorar en su contexto histórico la obra de un pintor que recorrió todas las estaciones que hasta el siglo XIX recorrían los de su gremio: del trabajo en el taller de un maestro (Paul Delaroche en su caso) a la labor de copia en las salas del Louvre pasando por un viaje a Italia y varios más a Egipto, Argelia o Turquía. Ese viaje termina, ya dijimos que Gérôme fue un profesional, en un lugar muy concreto: el mercado. Lo que no quiere decir que su obra -popularizada en su tiempo por multitud de reproducciones- carezca de esos fogonazos de expresividad que dicen que el dinero no puede comprar. Ahí están obras como La bacante (1853) o el retrato que hizo en una misma tabla de
Todas ellas pueden verse en el Thyssen durante un recorrido en el que tienen especial protagonismo sus cuadros de tema oriental e histórico. Los primeros, troquelados por el exotismo de la época, son fruto de una mezcla entre los viajes del artista y la demanda de sus clientes. Los segundos nacen tanto de la documentación -de la que Gérôme era un obseso- como de la evocación. Sus cuadros de gladiadores tienen, así, un aire teatral y cinematográfico de película de romanos, más de Cecil B. de Mille que de Suetonio.
Recepción del Gran Conde por Luis XVI, 1878
Jean-Léon Gérôme | 14-02-2011
En la gran escalera de los Embajadores, en Versalles, Luis XIV recibiendo al Gran Conde, reciente vencedor de la batalla de Seneffe contra Guillermo de Orange, en 1674
Sarah Bernhardt, 1895
Jean-Léon Gérôme | 14-02-2011
Retrato realizado en mármol policromado
lunes, 14 de febrero de 2011
EL MUNDO A TRAZOS
Un volumen de 2000 páginas dibujadas por 324 autores de todo el mundo. En este canon para historietistas creado en Francia por L´Associatión, participan españoles. Uno de ellos, Javier Olivares, cuenta, en clave de humor, cómo logró publicar en este Comix 2000.
Sumergido en un trabajo que parece no acabar nunca, una mañana salgo a la superficie para realizar alguna labor burocrática y escribo la fecha: 24 de abril.
El estómago se me encoge, el sudor frío y todos los demás síntomas tópicos desfilan ante mí cogidos de la mano, y el último escalofrío lleva un cartelito: "Ya no llego". Nerviosamente, busco entre una montaña de papel los bosquejos que hice. Los observo. Parece una historia complicada, si tuviese historia. Eso es lo peor: no tengo guión, tan solo unas pocas palabras y un personaje que me observa impaciente. Desesperado, barajo varias posibilidades. Puedo intentar escribir otra cosa, algo sencillo. Una secuencia con siluetas. Algo con dos personajes. Un mismo personaje que repite alguna acción. Ningún personaje. Ninguna historieta.
Quedan sólo unos días para la fecha límite. No me siento con ganas de improvisar, y menos para un proyecto tan especial como éste. Resignado a no formar parte de él me zambullo de nuevo en el trabajo interminable. Mientras buceo hacia el fondo me cruzo con un buscador de perlas manganesio, que nada hacia la superficie. Debe ser cosa de la presión, pero me pareció que se iba descojonado de risa.
Como todos los años, y siguiendo una especie de ritual (cada vez más parecido a una fiesta de ex alumnos) me acerco al Salón del Cómic de Barcelona, que se celebra a principios de mayo. Allí, casi todo el mundo ha oído hablar del Comix 2000 y mientras escucho de algunos amigos un envidiable "yo lo mandé hace algún tiempo", Max (como un druida que espanta el maleficio) pronuncia la frase mágica: "Han ampliado el plazo unos meses más".
Aliviado, vuelvo a casa lleno de ideas, descarto la historia anterior y me propongo pensar algo con calma, ya que tengo mucho tiempo por delante. Por supuesto, Umatac no se ha dado por vencido y me aleja durante algunos meses de ese trabajo con uno de sus más infames hechizos, el temible "mañana empieza".
Pero aunque es un espíritu poderoso, a veces es posible alejarse de él. Durante el mes de agosto, dejo de ir por el estudio y así, lejos de su venenoso cubil, logro escribir y dibujar una historia de cuatro páginas cuyo protagonista es un demonio llamado Hop. La termino y la envío cuatro días antes de la fecha.
Debido a la gran cantidad de participantes la gente de L´Associatión te mandan un bonito cuadernillo que, además de informarte del estado del proyecto, te notifica que has sido seleccionado para participar. Una mañana, en mi buzón asoma una pequeña carta. En su interior, el esperado folleto. Y en la casilla "Sí", una marca roja hecha con un rotulador francés. Después de esto, viene el alivio, la alegría, la satisfacción. En fin, una mezcla demasiado empalagosa para un cínico como Umatac, así que durante un tiempo, decide desaparecer.
¡Hoy por fin he recibido el voluminoso libro! Lo hojeo emocionado. Me detengo en el prólogo y leo una frase reveladora. A modo de disculpa, confiesan haber engañado en las fechas de entrega, ya que siendo ellos mismos dibujantes, conocen de sobra la tensa relación que dicho colectivo mantiene con los plazos.
¡Claro, debí suponérmelo! También ellos conocen la existencia del Diablo de
Texto: Javier Olivares.
domingo, 13 de febrero de 2011
Tintoretto. El Cautivo de Venecia
"Autorretrato". Esta visión deTintoretto sobre sí mismo cuelga habitualmente en el Louvre. Sartre vio en la imagen de este hombre de pelo blanco y ojos como "dos soles negros", la figura deteriorada de un insumiso.
Herb Ritts: Clásico y provocador
miércoles, 9 de febrero de 2011
Una ciudad en viñetas
Hay un lugar allá en el noroeste donde entre el 16 y el 22 de agosto los superhéroes se cuelgan de las fachadas y las historietas invaden las calles, el sitio se llama A Coruña y la razón, Viñetas desde o atlántico.
Desde el aire, se puede ver el sky line de A Coruña asomándose al océano. A un mar a menudo crespo y bravo. Allí está, justo en el borde y erguida como siempre,
El gran espectáculo del fútbol, en disputa por un trofeo decano en este ámbito, coincide en el tiempo, si bien no en el espacio, con las Walkirias de Royo; el pulpo, generosamente aderezado con sal gruesa y pimentón, y el sonido de las gaitas intentan sosegar a la descomunal anguila creada por MiguelAnxo Prado a propósito del Salón; la recreación de la defensa de la ciudad frente al inglés, con la heroína María Pita al frente del pueblo en armas, deja sin empleo temporalmente a los superhéroes. Mientras los ciudadanos pasean por su flamante plaza del Tebeo, tratando de adivinar donde se emplazará la réplica de su personaje preferido.
En A Coruña no hay tiempo para la siesta durante estos días. El programa deja poco margen a la inactividad. En cualquier caso, se corre el riesgo de que el sueño o la ensoñación, depende de la profundidad del ejercicio, dejen paso al tránsito libre de los personajes de Françoise Boucq, asidos a lianas de algas entre las galerias de
El Pais de las Tentaciones
-
Con motivo del 50 aniversario del Hombre de Acero, la cadena norteamericana CBS presentó en las pantallas de todo el mundo una s...
-
INTRODUCCIÓN El Taller de manga de Akira Toriyama y Akira Sakuma es un trabajo original. En sentido estricto, no se trata de una hist...
-
A modo de recapitulación, vamos a revisar los aspectos más importantes de lo que hemos aprendido hasta ahora, concentrándonos en el estudi...