domingo, 21 de agosto de 2016

The Ultimates por Millar y Hitch












¿Los Vengadores definitivos?
La Línea Ultimate nació con un planteamiento básico: publicar colecciones de los personajes clásicos de Marvel donde se partiera de cero; y así poder prescindir de la "temida" continuidad de treinta o cuarenta años que parecía haberse convertido en un lastre para muchos lectores. Con el nacimiento de esta línea se perseguían dos objetivos primordiales: 1º) actualizar estos grandes personajes ante la llegada del siglo XXI, y 2º) (y casi más importante) lograr que las nuevas generaciones se pudieran interesar por
ellos.

La Línea Ultimate fue presentada por medio de Ultimate Spider-Man; y poco después aparecieron Ultimate X-Men y Ultimate Marvel-Team-Up. Pero una vez que este nuevo proyecto ha sido cimentado en el mercado, gracias a un éxito realmente importante, los editores de Marvel decidieron que había llegado el momento de "la colección definitiva"; o sea, había llegado el momento de The Ultimates.

Lo primero que es importante destacar es que The Ultimales no son, como podría parecer en un principio, una "lógica" versión Ultimate de Los Vengadores. La intención de su guionista, Mark Millar, es romper con todas las convenciones previas para plantear un grupo de superhéroes absolutamente distinto a lo visto con anterioridad. De hecho, este escritor ha comentado que "sus" personajes tienen poco que ver con aquellos que aparecen en el título mensual de Los Héroes Más Poderosos de la Tierra.

El primer punto en el que se difiere es en el mismísimo comienzo de la acción. Originalmente Los Vengadores empezaron su andadura en la época contemporánea y, poco después, recibieron el ingreso del legendario Capitán América. En cambio, la acción de The Ultimates se inicia en plena Segunda Guerra Mundial, ya que se respeta escrupulosamente el orden cronológico de aparición de sus componentes. De ahí que el primero en ocupar la atención del lector sea el Centinela de la Libertad, el cual se nos mostrará más súpersoldado que nunca.

Otra de las diferencias radica en lron Man, uno de los personajes que más ha cambiado. En esta versión, su armadura no es una especie de segunda piel que, además, puede llevarse a cualquier sitio con gran facilidad. Todo lo contrario. El Ultimate lron Man tiene una armadura que se asemeja más a la de una avión-caza F-14, y para ponérsela necesita un completo equipo de técnicos.

Por su parte, el resto de los componentes del grupo también ofrecen grandes diferencias con respecto a sus homólogos del Universo Marvel de toda la vida...

El Bruce Banner del Universo Ultímate no odia, ni de lejos, a su mastodóntico alter-ego. De hecho, se encuentra muy cómodo como Hulk, ya que se podría decir que le permite exteriorizar muchas de las inhibiciones que sería incapaz de mostrar cuando es un científico normal y corriente.

El Henry Pym que hemos conocido siempre ha sido uno de los biólogos más importantes de su tiempo... Pero lo cierto es que esta inteligencia no ha tenido una proyección en otras facetas. En esta colección, la situación será "algo" distinta, ya que Mark Millar tiene la intención de convertirlo en el cerebro de muchas de las operaciones del grupo.

Y algo parecido ocurre con la Avispa, cuya versión Ultimate es una consumada experta en informática.

Y finalmente tenemos a Thor, quien se ve a sí mismo como una especie de mesías, en lugar del dios magnánimo y "normalizado" que siempre hemos conocido.

En resumen, el objetivo de Mark Millar no ha sido, sencillamente, el de escribir una nueva colección de Los Vengadores, ambientada en una realidad donde la trayectoria del grupo acaba de empezar desde cero. Es evidente que sus planes van mucho más allá.

Desde el primer momento ha tratado de imaginar nuevamente a Los Héroes Más Poderosos de la Tierra (la Ultimate, naturalmente) para responder a una pregunta: ¿cómo serían Los Vengadores si los creara a principios del siglo XXI? La respuesta a esta pregunta es una colección rompedora, donde todo es realmente nuevo y en la que el concepto Ultimate es llevado hasta sus últimas consecuencias. De ahí que su título no haga referencia al grupo del que ha surgido.

Dicho de otra forma, parece claro que los componentes de este grupo son más definitivos que Vengadores ■ Raimon Fonseca





Conjugando un futuro perfecto
Resulta arriesgado escribir la historia al mismo tiempo que está ocurriendo, pero las sensaciones sí pueden describirse- Y las sensaciones dictan que The Ultimates marca un antes y un después similar al que supondría en 1986 la publicación de Watchmen. Puede que en apariencia tengamos ante nuestros ojos la puesta al día de Los Héroes Más Poderosos de la Tierra, pero eso sería quedarse en la superficie. En estas páginas, Millar y Hitch reinventan el género de superhéroes, y lo hacen con la insolencia y la convicción de los que no albergan miedo a ser ambiciosos. Si el fin último de la línea Ultímate consiste en hacer el mundo del cómic accesible a la nueva generación de lectores cosechada por Marvel gracias a sus adaptaciones cinematográficas, The Ultimates va un paso más allá, al cambiar el lenguaje y el modo en el que entendemos la narrativa gráfica, acercándola a las técnicas cinematográficas.

Así lo demuestra el primer arco argumental de la serie, que termina con el presente número. La historia se despliega como si de una espectacular película se tratase, de tal manera que las primeras páginas, con esa última misión del Capitán América que emula los mejores momentos de Salvar al soldado Ryan o la teleserie Hermanos de sangre, sirve como prólogo a ese hipotético filme, con una doble página posterior (la de Tony Stark en lo alto del Everest) donde el guionista había imaginado los títulos de crédito. A partir de ahí, la acción va construyéndose mediante los diálogos entre personajes y las situaciones cotidianas, con una calculada dosificación de las escenas que quitan el aliento (la conversión de Hank Pym en Hombre Gigante, el despertar del Capí, la entrada de Iron Man en el edificio de Stark Internacional...), hasta que la cataclismica batalla contra Hulk acalla las criticas de los que echaban de menos algo más de acción en estas páginas.

The UItimates 6, epílogo de la primera historia, rompe con algunas de las ideas que en las páginas anteriores pudiera haberse formado el lector sobre los protagonistas, lo que evidencia el cuidado de los autores por mantener el suspense y la sorpresa como arma de interés. Es un capítulo que abre el interés sobre lo que va a ocurrir a continuación. ¿Y qué será? Después de conocer a los principales miembros del grupo. Millar y Hitch procederán a presentarnos a aquéllos que llevan a cabo las operaciones encubiertas, las que nunca salen a la luz pero que posibilitan que los ciudadanos duerman tranquilos por la noche. Mientras tanto, los sucesos de este número tendrán sus consecuencias entre los integrantes del equipo, justo a tiempo para afrontar una invasión extraterrestre que, lejos de romper el aire de cotidianeidad que impregna la serie, sirve para asentarlo, hacerlo más real y, tal vez por ello, más terrible.

En Marvel son conscientes del extraordinario juguete que tienen entre manos, y por ello se han propuesto cuidarlo al máximo. En otras series, la incapacidad de muchos dibujantes para entregar un episodio completo al mes ha sido solucionada mediante un suplente, pero eso no ocurrirá en The Ultimates. Tanto Mark Millar como Brian Hitch han manifestado su intención de mantenerse en la colección durante un periodo de dos años. Para eso es necesario que un artista tan lento (pero de resultados tan contundentes) como Hitch cuente con el tiempo suficiente para finalizar todos los episodios. Ése es el motivo por el que, en Estados Unidos, la cadencia del título es muy irregular, con números que han de anunciarse dos y tres veces en los catálogos hasta que por fin llegan a la librería. Lo cierto es que la inmensa mayoría de los lectores prefieren esperar quince o incluso treinta días más para leer el siguiente número que tener que soportar cambios continuos en el equipo artístico que, al final, sólo consiguen desinflar la serie. En su edición española, The Ultimates reaparecerá periódicamente en forma de miniseries que agrupen los diversos arcos arguméntales. En el momento de escribir estas líneas, falta por completarse el segundo de esos arcos en EE.UU., y sólo entonces se verá publicado entre nosotros. Es una manera de mantener vivo el interés del fan sin que pierda durante largo tiempo el hilo de la historia que está leyendo. Por lo tanto, recordad: muy pronto volveremos a estar con vosotros. Como habréis ya imaginado... ¡Esto no ha hecho más que comenzar! ■ Julián M. Clemente









 La reconstrucción del héroe
Fin. Que pasen los títulos de crédito. Fin de la primera parte, porque Los Ultimates volverán. Todavía no sabemos cuándo ni en qué circunstancias. Si los trece primeros números que componen el primer volumen americano de la serie han tardado la friolera de dos años completos en ver la luz, a día de hoy no se sabe cuándo comenzará el segundo volumen ni mucho menos está garantizada su periodicidad mensual. Que nadie se alarme, porque Marvel no va a dejar que caiga en el olvido la que se ha convertido en su serie más rentable y esperada, pese a los enfados que se cogen los lectores cada vez que ven retrasarse un episodio. A lo largo de estos dos años, Mark Millar y Bryan Hitch han renovado el género de superhéroes como no ocurría desde la publicación de Watchmen en 1986. En cierta forma, The Ultimates sigue el discurso de la obra maestra de Alan Moore y Dave Gibbons: asume su discurso destructor del arquetipo heroico para a continuación superarlo e incluso negarlo. Veamos cómo.

En el primer arco argumental de The Ultimates, nos encontramos con el grupo de élite creado por Nick Furia para hacer frente a las crecientes amenazas padecidas por unos americanos que han sufrido los ataques del terrorismo y se sienten, por primera vez en su historia, inseguros dentro de las fronteras de su país. De las connotaciones de tal argumento con la realidad actual de Estados Unidos ya hablamos el mes pasado y no es el objetivo de este artículo reiterarlas. Lo cierto es que Millar y Hitch no se quedan ahí, sino que analizan las consecuencias del planteamiento. Mientras que otros personajes del Universo Ultímate, como Spiderman o La Patrulla-X, realizan acciones heroicas, la unidad de combate liderada por Furia escapa a tal calificativo. Sí, es cierto que el Capitán América se presenta como un héroe de guerra, pero enseguida entra en el engranaje institucional que le proponen, mientras los objetivos de sus compañeros tampoco quedan del todo claros: el Hombre Gigante y la Avispa parecen más interesados en la investigación que en otra cosa, Bruce Banner tiene serios problemas de autoestima, Tony Stark es víctima de su hedonismo y Thor de sus desvarios. Una vez organizado el grupo, no hay amenaza a la que combatir, hasta que el peligro nace de ellos mismos en forma de Hulk. Sí, Los Ultimates salvan la situación, vencen al coloso gris y vuelven a casa glorificados, pero, ¿merecen esa gloria? Toda la tragedia ha sido desencadenada por uno de sus integrantes, y por razones de lo más egoístas. No, al final del primer arco argumental no estamos ante héroes. Estamos ante peones del poder en el mejor de los casos, ante tipos desorientados y peligrosos en el peor, conclusión similar a la alcanzada por Moore en la mencionada Watchmen.

En el segundo arco argumental esos peones, esos individuos desestabilizados, han de enfrentarse a un auténtico peligro que amenaza el destino de la Tierra. Si todo empieza con una operación encubierta, tan propia de las agencias de inteligencia con dudosa moralidad, la acción enseguida escapa a cualquier control, teniendo como consecuencia una guerra abierta contra una potencia extraterrestre. Todos, en mayor o menor medida, se ven entonces obligados a luchar por el destino del planeta, a costa de sus vidas si hiciera falta. Esa, y no otra es la gran diferencia de estos, ahora sí, héroes con los del Universo Marvel clásico nacido en los años sesenta: mientras que aquellos respondían a un carácter fundamentalmente desprendido, éstos se convierten en héroes a su pesar y forzados por las circunstancias. Ni ellos mismos llegan a creerse su recién adquirida condición, como prueban las palabras finales que pronuncia la Avispa en este número.

Según la tesis planteada por los autores, el mundo en el que vivimos no tiene nada que ver con el inocente escenario que presentaban los sesenta, pero tampoco con el vacío y el descreimiento que trajeron los ochenta. La tragedia nos ha golpeado y nos ha hecho ver las cosas de otra manera. Sólo en esos momentos, en los verdaderamente duros, es cuando surgen los hombres y las mujeres capaces de conducir nuestro destino y salvarnos del horror. Puede que ellos nunca pensaran en hacerse cargo de semejante responsabilidad, pero, ¿quién tiene la opción de elegir la vida que quiere llevar? Los Ultimates han visto cara a cara el destino que les espera, tan distinto al que ellos habían planeado. Ahora es cuando de verdad empieza su historia ■ Julián M. Clemente




 The Ultimates y The Ultimates volumen 2, Comics Forum, mayo de 2003 a julio de 2003 y marzo de 2004 a junio de 2004. Editorial Planeta DeAgostini, Barcelona.

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