lunes, 14 de marzo de 2011

Yann y Andreas: dos caminos divergentes que convergen en «Puzzle»

Yann (1954) y Andreas (1951), cuya única obra en común es la historieta publicada en este libro, son dos peones importantes de la historieta actual pero por motivos muy distintos. El guionista fran­cés Yann es una especie de enfant terrible de la his­torieta, un iconoclasta capaz de infiltrar el sexo descarnado en una revista infantil-juvenil, de paro­diar salvajemente a uno de los personajes más clá­sicos del cómic franco-belga —Bob Morane—, de sustituir el patetismo por el sarcasmo en la vida de unos portadores del virus del sida, o de despertar las iras de la comunidad judía internacional.

No existe tema tabú para Yann, que acentúa la crueldad de sus obras recurriendo al humor negro y que decapita por la vía rápida todo mito divino y humano. Su estilo narrativo es directo e impactan­te, tanto en su obra humorística como en sus más escasos álbumes realistas; sea como sea, sus histo­rietas no dejan indiferente al lector.

En la obra del alemán Andreas, en cambio, se funde la carga mística de mundos mágicos y fantás­ticos con un terror psicológico de inspiración love­craftiana. Los héroes de Andreas obtienen su fuer­za metafísica dé dioses profanos que libran una in­tensa batalla entre dos conceptos antagónicos de la magia. Su grafismo barroco, que recuerda a los gra­bados de Gustave Doré, imprime el tono adecuado a sus escenarios opresivos y recargados, cuyo con­trapunto es la pureza e intensidad de los colores. Andreas compone sus páginas siguiendo una pauta narrativa marcada por los tensos silencios de sus personajes, lo que conduce a la acumulación de pe­queñas viñetas que contrastan con la puntual apari­ción de espectaculares páginas-viñeta de ambiente.

Puzzle (1991) forma parte de una serie de histo­rietas cortas en la que Andreas adapta su estilo a la personalidad de sus distintos guionistas.

Antonio Guiral del libro Veinte Años de Cómic. Aula de Literatura Vicens Vives, 1993








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