miércoles, 20 de septiembre de 2017

Craig Russell CUENTOS DE OSCAR WILDE


Alvaro Pérez

Ediciones Júnior

Era inevitable.. No podía ser de otra manera. Russell y Wilde. Otra vez. Sí, otra vez, porque Russell ya adaptó a Wilde en Salomé, una de sus primeras óperas. Y sin duda una de las mejores.

El estilo gráfico de Russell, su composición, su utilización de los espacios, su decoración, la importancia que le confiere a la curva, el movimiento de los personajes-actores, la luminosidad, nos recuerdan en algunos aspectos a los prerrafaelistas ingleses de finales del siglo XIX, y en otros a los modernistas, que no eran sino la lógica evolución de los primeros.¿Y qué era Wilde, sino un prerrafaelista literario y un amante de la belleza como valor absoluto ? Russell, con sus obras, nos está demostrando que él es en realidad un romántico, como lo fue Oscar Wilde en su tiempo. Es lógico, por tanto, su interés por el dandy irlandés. Como también es lógico que el resultado de este interés sea el magnífico álbum que tenemos entre manos. El sugestivo vitalismo del más encantador Wilde, su júbilo por la felicidad, la misericordia, su búsqueda del paraíso terrenal encuentran la mejor representación que se le podría dar en el pincel de P. Craig Russell. A pesar de la adaptación literal de los cuentos, su lectura no es en absoluto lenta, gracias a unos dibujos sencillos, en los cuales se busca el reflejo del espíritu infantil que impregna la obra del escritor. Con lo que no se pretende dirigir este libro únicamente hacia los niños, sino buscar a todos aquellos que podamos sentirnos como tales, libres de prejuicios y dispuestos a adentrarnos en la magia, para lo cual Russell se ha desprendido del preciosismo de sus anteriores obras.

Esto no quiere decir que el trazo carezca de fuerza. Más bien todo lo contrario. Fuerza y movimiento vienen dados tanto por esas líneas en continua fuga, esas curvas y espirales omnipresentes, como por la expresividad de los personajes, no solamente facial, sino también corporal, ya sea en planos generales o en detalles de brazos y piernas. Russell capta y transmite a la perfección la lucha entre la caridad, la generosidad, el egoísmo y la mezquindad ,en un mundo en el que la belleza está asociada a la victoria de las primeras.





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