domingo, 2 de junio de 2024

Ghost In The Shell sur Playstation (Making of) año 1997

 





Tras el anuncio ayer de la futura nueva serie animada "Ghost In The Shell" (del estudio Science Saru), quería recuperar (de nuevo ;-) el legendario opening del juego de Playstation, firmado en 1997 por el estudio Production IG.

Esta cinemática fue dirigida por Hiroyuki Kitakubo (Blood The Last Vampire, Robot Carnival...), con Toshihiro Kawamoto (Cowboy Bebop) como director de animación.

Porque si este estreno había sido, sobre todo en aquel momento (hace 27 años), una gran actuación de uso CG/digital en una producción animada, el tour de force estuvo también y sobre todo del lado de los planos 2D (a mano), sin una base 3D como hoy).

Los nombres de los animadores clave de la secuencia de introducción: Toshihiro Kawamoto, Toshiyuki. Inoue, Mitsuo Iso, Yoh Yoshinari, Ko Yoshinari, Koichi Arai, Hisashi Ezura, Yasushi Muraki.

Recomiendo encarecidamente visitar la página de Catsuka. Página francesa dedicada a la animación que sabe muy bien lo que hace.

Nueva serie "Ghost on the shell" del Estudio Science Saru


 


El estudio Science Saru acaba de anunciar la producción de una nueva serie animada de “Ghost In The Shell”.

No hay información adicional por el momento, excepto un lanzamiento previsto para 2026, un póster que también menciona a Production I.G. y un vídeo teaser que también incluye solo imágenes del manga de Masamune Shirow.

Via Catsuka

Soul Man (trailer), Guillaume Ivernel (2010)


Tráiler de "Soul Man", largometraje de animación francés abortado. 


Via Catsuka


Flow (2024) Clip

 



Directed by : Gints Zilbalodis 
Genre: Animated film - Runtime: 1 h 15 min 
Production year: 2024 

sábado, 1 de junio de 2024

El conde Almásy y Tutankamón

 El faro del fin del mundo/ Jacinto Antón

Ralph Fiennes, en El paciente inglés (1996)

El conde Almásy está en el aire y valga la frase para un tipo que fue un excelente piloto y, pese a lo que mostraba El paciente inglés (novela y película), nunca se estrelló y se abrasó en el desierto como en la ficción. Es posible que el nuevo acenso de nuestro aventurero favorito, Lászlo Almásy (Borostyanko, actual Bernstein, 1895 - Salzsburgo, 1951), sea como la estrella de Belén el anuncio del nacimiento de algún futuro gran explorador. De momento, decía, Almásy está muy presente estos días. No solo porque me acabo de leer un libro suyo que por fin se ha traducido al inglés del húngaro, With Motorcar to the Sudan (BoD 2022), sino porque el jueves asistí en Barcelona a una interesante charla sobre el personaje, Tras las huellas de El paciente inglés: por el Sahara más inaccesible. Fue una curiosísima experiencia dada que yo mismo, sin ir más lejos, he dado este año una conferencia en el Ateneo de Madrid sobre el tema bajo el título Almásy, el romántico conde de las arenas. A ver: que coincidan dos charlas sobre el posprocés, la IA o la crisis del Barça no es sorprendente, pero ¿dos conferencias sobre el conde Almásy?

La charla la daba el relevante economista Juan Corona en su avatar de explorador y aventurero, y era nada menos que en el exclusivo Círculo Ecuestre de Barcelona. Lo que me llevó a preguntar por el dress code y si podía llevar el gorro y las gafas de vuelo. "Bastará con una americana", me informaron. Afortunadamente, el Club Zerzura (el de los exploradores que buscaban la legendaria ciudad del desierto, entre ellos Almásy) era más casual. Corona, que es miembro de la Royal Geographical Society británica y de la Sociedad Geográfica Española, ha viajado por los lugares que exploró Almásy, entre ellos sitios tan a desmano como el Jebel Uweinat o el Gran Mar de Arena, que es realmente grande. Yo no he estado en esos sitios - ni de momento me esperan- pero en cambio tengo un botón de la guerrera del conde y he pasado la noche (hablando) con su sobrina en el castillo de la familia.

Corona empezó poniéndonos la música de El paciente inglés e imágenes de la película, con lo que se metió ya de entrada en el bolsillo a la audiencia. Fue una velada muy interesante, aunque Corona, ay, priorizó la parte histórica y geográfica sobre la leyenda romántica. Su PowerPoint fue desde luego mucho mejor que el mío, que se quedó clavado en la primera foto, e incluyó las magníficas imágenes en las que aparece el propio Corona en sus expediciones posando en los mismos sitios donde estuvo Almásy, como el Gil Kebir o la Cueva de los Nadadores (afortunadamente no en la bañera de El Cairo donde se metía con Katherine en la película; en la realidad, Almásy, que era homosexual, debía bañarse con su amante alemán Hans Entholt). Puestos a criticar la impecable conferencia, muy documentada, quizá la falta de adjetivos (en la mía desde luego sobraban).

Pasando al libro, With Motorcar to the Sudan tiene la gracia de que es el relato de la primera aventura africana de Almásy y su encuentro con las tierras en las que desarrollaría su pasión exploradora. En 1926 nuestro conde realizó un arriesgado viaje de Alejandría a Jartum en coche (un Steyr, marca austríaca para la que Almásy hacía de piloto de pruebas) mano a mano con su amigo y futuro cuñado el príncipe Antal Esterházy. Fue una empresa que duró dos meses y medio, en la que acabaron haciendo 3.000 kilómetros y que impresionó en el ámbito deportivo internacional.

Sobre el papel, son mucho más interesantes los otros dos libros del conde, pero With Motorcar to the Sudan es apasionante y no solo por lo que tiene de iniciático en el interés (y verdadero enamoramiento) de Almásy por el desierto: durante el viaje ¡Almásy visita la tumba de Tutamkamón! (¡dos de mis iconos juntos!), que había sido descubierta tan solo cuatro años años antes y estaba siendo investigada (se tardó ocho años en vaciarla). Podemos suponer hasta qué punto esa visita fue decisiva en la segunda de las obsesiones posteriores del conde -además de Zerzura-: la búsqueda de otro de los grandes misterios arqueológicos de Egipto, el ejército perdido del rey persa Cambises II.

Su primer contacto con el desierto sobrecoge a Almásy. "La primera impresión del desierto infinito aturde. En la luz roja del sol naciente, la planicie sin límites proporcionaba una visión majestuosa. Hasta donde la mirada alcanzaba no había nada más que olas de dunas de arena anaranjada. Era extraño adentrarse en el temible vacío". El alma de Almásy se va contagiando del hervor de las arenas, un ansia que no le abandonará nunca. Al llegar a Jartum, los viajeros se retratan a los pies del monumento a Gordon Pasha subido en camello. Es sabido que todos los aventureros y los exploradores siguen los pasos de otros que le precedieron: una cadena áurea que destella deslumbrante como las dunas del Gran Mar de Arena bajo el sol del desierto.



El Pais. Cultura. Sábado 18 de mayo de 2024


viernes, 31 de mayo de 2024

Barcelona, una ciudad de portada

Lo que la ilustradora Luisa Vera creó durante el confinamiento a modo de juego se ha convertido en un proyecto colectivo, The Barcelonian, en el que distintos dibujantes reinterpretan la ciudad, su carácter y también sus problemas



MARGARYTA YAKOVENKO

30 MAY 2024

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No hay una Barcelona sino 251. Tantas como ediciones hay de The Barcelonian, una cubierta de revista sin revista detrás donde lo importante es la ilustración de portada. El proyecto, idea de la ilustradora Luisa Vera (Elda, 1962), nació como otras tantas cosas durante el confinamiento por la covid en 2020. “Yo iba haciendo un diario ilustrado y en uno de esos dibujos decidí ponerle una cabecera que decía The Barcelonian”, cuenta y prosigue, riendo: “Todo fue un poco broma y fíjate adónde nos ha llevado la broma”. En esa primera cubierta salía la propia Luisa leyendo en la azotea de su casa números atrasados de The New Yorker. De fondo, la ciudad de Barcelona y sus tejados. A esa ilustración siguieron varias más hasta que Luisa mandó un wasap a su grupo de amigos de la profesión: “Oye, ¿os apetece participar?”.


Ilustración de Andreu Zaragoza.

Del entusiasmo nació una cuenta en Instagram (@thebarcelonian­illustrated) que hoy tiene casi 30.000 seguidores, 251 ilustraciones subidas, tres exposiciones, un libro publicado y un segundo en marcha. El proyecto personal de Vera sobre la ciudad confinada se convirtió en un proyecto colectivo en el que la acompañan la periodista y gestora cultural Inés García-Albi y el diseñador Stefano Puddu y los ilustradores le mandan su visión de Barcelona. Y ella, que no interviene ni les dice qué mostrar, solo pone una condición: que tengan un lazo con la ciudad, un vínculo que les permita representarla no solo físicamente, sino también su carácter y lo que significa para los propios ilustradores. “Postales de Barcelona ya hay muchas. Queremos ilustraciones que cuenten historias”.

De ahí que, entre símbolos como La Sagrada Familia o el teleférico de Montjuïc, también haya portadas como la de Carles Arbat de un crucero engullendo la ciudad o una de Andreu Zaragoza titulada ‘Derecho a la vivienda’ en la que una pareja de ancianos baja una escalera marchándose de un edificio de pisos mientras dos jóvenes turistas que acaban de llegar la suben. Esta última, la más viral en redes, hizo que a Vera le llegaran imágenes de la misma portada manipulada en las que habían cambiado la cabecera por nombres de ciudades como Medellín, Lisboa o Venecia, todas ellas con una alta saturación turística y desarrollado proceso de gentrificación. “Es nuestro principal problema, ese y la masificación y la falta de acceso a la vivienda. Vas a pasear a la Rambla y hay gente de cinco cruceros que han desembarcado a la vez o vas a comer a un sitio que te gustaba y está lleno. Y en mercados como el de la Boquería, si vas, sientes que te han puesto allí en plan: ‘Mira, una indígena”, denuncia Luisa Vera, que agrega que el problema no es la gente que viene, sino la gestión que se ha hecho durante todos estos años.


Ilustración de Luisa Vera.

Ella, que nació en Elda (Alicante), estudió en Valencia, vivió 20 años en Nueva York y en 2002 llegó a Barcelona con su pareja y su hijo, que entonces tenía tres meses, considera a la ciudad su hogar y el sitio en el que más cómoda se siente. También, el lugar ideal para desarrollar un proyecto como The Barcelonian por la cantidad de ilustradores que viven en sus barrios. “Recibimos las propuestas y las publicamos, después vendemos los dibujos en una página web y cada ilustrador recibe liquidaciones por sus trabajos vendidos. Pero este no es un proyecto para forrarse”. Las ventas de las ilustraciones sirvieron para financiar parte de la publicación del primer libro, que incluía las primeras 102 portadas. La otra parte la puso el Ayuntamiento de Barcelona con una subvención pública. El segundo esperan financiarlo con el dinero que tienen recaudado y con patrocinadores que quieran colaborar.

Aunque Luisa no lo sabía al subir su primer The Barcelonian, en otras ciudades ya existían proyectos parecidos. El primero fue The Parisianer, creado en 2013, con cubiertas imaginadas de la ciudad de París. También hay otros como The Milaneser, The Tokyoiter o The Shanghairen. En España, The Barcelonian marcó el camino y ya existen The Madrileñer, The Gaditaner y The Zaragozian, entre otras.



Ilustración de Alex Fito.

Sobre el futuro, la ilustradora es más partidaria de improvisar que de planear, y asegura que tienen ideas a corto plazo como la publicación del libro o montar otra exposición. “Bueno, un sueño sería una gran exposición internacional con portadas de ciudades de otros países”, confiesa. Por el momento, y a razón de una publicación por semana, ya tiene todo el año planeado hasta diciembre de la cantidad de ilustraciones que recibe. Un escaparate para una ciudad que actúa de musa, pero, sobre todo, para el talento creativo.














































SOBRE LA FIRMA

Margaryta Yakovenko

Periodista y escritora, antes de llegar a EL PAÍS fue editora en la revista PlayGround y redactora en El Periódico de Cataluña y La Opinión. Estudió periodismo en la Universidad de Murcia y realizó el máster de Periodismo Político Internacional de la Universitat Pompeu Fabra. Es autora de la novela 'Desencajada' y varios relatos.


El Pais 30 de mayo de 2024



Riki Blanco / En pocas palabras

En su aparente simplicidad, las viñetas de Riki Blanco (Barcelona, 1978) esconden un humor subversivo cargado de críticas demoledoras. El ilustrador ha editado una selección de sus trabajos publicados en El Pais en Libro de reclamaciones.

¿Cuándo supo que se dedicaría a la ilustración?

Tuve la suerte de saberlo muy joven, todavía no me había cambiado la voz. (Metáfora).

¿Con qué tres adjetivos definiría la viñeta perfecta?

Inteligente, evocadora y reveladora

¿Cuál es la mejor crítica que ha recibido?

"Esto es demasiado antiguo y demasiado nuevo". Me la dijo un cliente. Pensé que era un piropo, pero no lo era.

¿Qué ilustrador/a poco conocido en nuestro país recomendaría?

Ana Bustelo. Ana hace algo inclasificable, entre el diseño, la ilustración y el arte contemporáneo, que está lleno de emoción y de verdad.

¿Cual ha sido el último libro que le ha gustado?

La mejor persona, de Xavi Puig. Una novela perfecta.

¿El que tiene abierto ahora mismo en la mesilla de noche?

El hombre de los dados, de Luke Rhinehart. Tengo sentimientos encontrados con esta novela. Y también ganas de acabarla para salir de dudas.

¿Uno que no pudo terminar?

Las primas, de Aurora Venturini. Lo disfruté hasta que perdí el hilo de una forma irreversible.

¿Qué película ha visto más veces?

Hot Shots 2, cuando era pequeño veíamos ese VHS de forma recurrente. Esa y una de Emmanuelle que alguien grabó por error sobre un vídeo de comunión.

¿La última serie que vió del tirón?

The Office, la americana. La he visto ya cuatro veces... Cinco.

Si tuviese que usar una canción o una pieza musical como autorretrato, ¿cuál sería?

Diría Wild Is the Wind, en versión de Nina Simone, o mejor aún , interpretada por Xiu Xiu.

¿La que suena en bucle en su cabeza?

Nada cambiará mi amor por tí, de Glen Medeiros.

¿En qué museo se quedaría a vivir?

Entre semana viviría en el Museo de la Ciencia de la Universidad de Coimbra, y los fines de semana en el Museo de la Ciencia y Tecnología de Múnich.

¿Qué suceso histórico admira más?

El 4 de abril del 45360 antes de Cristo, el día que se descubrió el humor.

¿Que encargo no aceptaría jamás?

Una campaña gráfica para La Casa de la Carcasas.

¿Qué está socialmente sobrevalorado?

Dibujar bien está sobrevalorado. Lo importante, desde mi punto de vista, es la capacidad para transmitir con ese medio. También están sobreestimados los ojos, que son solamente esferas gelatinosas y regulares. Son los párpados lo que hacen bonitas las miradas.

De no ser ilustrador le habría gustado ser...

Ser ilustrador me ha obligado a observar y a representar la vida, pero no estoy seguro de si la he vivido. Así que responderé a este pregunta de la siguiente manera: de no ser ilustrador me habría gustado ser.


El Pais. Babelia nº 1.696. Sábado 25 de mayo de 2024