domingo, 23 de marzo de 2014

The MARVEL X-MEN Collection nº1 de 3: The Children of the Atom by Jim Lee









































The Marvel X-men Collection vol 1, nº1 Publicado por Marvel Entertainment Group, inc en Enero de 1993

La aventura de Tristram Shandy en novela gráfica

 Por:
Virginia Collera
12/03/2014

Avazamos en primicia las primeras páginas de la novela gráfica Vida y opiniones de Tristram Shandy, caballero, de Sterne, ilustrada por Martin Rowson. La editorial Impedimenta lo publicará el lunes 17 de marzo. (Lee las primeras páginas AQUÍ).



Javier Marías atribuyó a “la inconsciencia de las edades tempranas” la osadía de traducir al español La vida y opiniones del caballero Tristram Shandy de Laurence Sterne. En el caso del dibujante británico Martin Rowson el pretexto de la edad quedaba descartado: tenía 35 años y, además, una pesadillesca adaptación gráfica previa, La tierra baldía de T.S. Eliot, que le había hecho prometerse que nunca jamás repetiría la experiencia.

Sin embargo, transcurridos unos años, un editor le sugirió a Rowson que valorase la idea de adaptar la novela de Sterne. Él respondió que estaba loco, pero cumplió. “Dejé que la idea reposase y me di cuenta de que me parecía factible y muy interesante. A pesar de que Tristram Shandy es una de las narrativas menos lineales jamás escritas, la naturaleza del libro permitiría que Tristram viajase físicamente a través de la viñetas. Y, cómo no, iba a ser divertido trastear con la estructura del cómic, del mismo modo que Sterne lo había hecho con la de la novela. En otras palabras, iba a producir un cómic sobre la imposibilidad de producir una adaptación gráfica de una novela sobre la imposibilidad de escribir la novela”, explica Rowson a propósito de Vida y opiniones de Tristram Shandy, caballero, obra que la editorial Impedimenta recupera casi dos décadas después de su publicación en inglés. De repente, el proyecto no parecía tan descabellado y, además, Rowson sabía por dónde empezar. “Me vino a la cabeza la imagen inicial del relato, Tristram estaría en una ruinosa cárcel piranesiana que resultaría ser el interior de los testículos de su padre, Walter Shandy. Una vez que tienes algo visualmente interesante, y obsceno, todo va rodado”.



TristramDespués de todo, como el propio Rowson relató en la revista The Shandean, adaptar esa “fascinante e impenetrable anti-novela del siglo XVIII” comportaba ciertas ventajas con respecto a La tierra baldía de Eliot: Sterne llevaba más de 200 años muerto, también su viuda –la del autor de Cuatro cuartetos, no–, el inglés le parecía un colaborador agradable y digno de admiración y, por último, sus agentes habían negociado un suculento adelanto –en el caso de La tierra baldía no hubo dinero ni para promoción–. Por primera vez en más de una década, el dibujante se acercaba al ejemplar que acumulaba polvo en una de sus estanterías desde su época de estudiante en la Universidad de Cambridge: allí había ido a parar después de que un inflexible tutor rechazase todas sus disparatadas hipótesis en torno a la novela y asfixiase su interés por Sterne. En las sucesivas relecturas, necesarias para condensar visualmente las más de 700 páginas de La vida y opiniones del caballero Tristram Shandy en 176, Rowson descubrió, recuerda hoy, que el libro era mucho más obsceno de lo que le había parecido en su época estudiantil. “E hice todo lo posible por reflejarlo en mi obra”.  

Rowson no cree en las adaptaciones “clásicas”. “La tierra baldía de Eliot se convirtió en un filme negro chandleresco, mi Tristram Shandy enredaba con el texto original, pero de una forma shandyana porque mi perro Pete y yo somos personajes que entran y salen del metatexto, y actualicé Los viajes de Gulliver. Hace un par de años abandoné la adaptación gráfica de la biografía de Karl Marx del periodista británico Francis Wheen porque no encontré una razón que justificase la publicación de su versión gráfica, el original era más o menos perfecto”.

De hecho, le cuesta entender el torrente de adaptaciones gráficas que llegan a las librerías. “Tengo sentimientos ambiguos. Hace un par de años le presenté varias ideas a [la editorial] SelfMadeHero. Entre ellas, una adaptación de Frankenstein dibujada al estilo de William Blake y El retrato de Dorian Gray al estilo de Aubrey Beardsley. Su respuesta fue que ya había muchas versiones gráficas de ambos libros pero cuando las hojeé me parecieron muy poco imaginativas. Siento un gran respeto por SelfMadeHero, a quienes quiero y admiro enormemente, pero tras su respuesta yo añadí que lo último que necesitaba el mundo era un cómic de Orgullo y prejuicio: lo publicaron dos semanas más tarde. Dicho esto, reconozco que me estoy poniendo un tanto puritano y pretencioso pero, oye, ¿por qué no?”.

Vida y opiniones de Tristram Shandy, caballero llegará a las librerías el próximo lunes. “Solo puedo decir que fue una delicia convivir con Sterne, cuyo fantasma me acompañó durante tres años y medio. El libro me supuso trabajar muchísimo (estaba fuera de plazo, así que tuve que producir las últimas 60 páginas en tres meses, pasé noches enteras trabajando), pero cuando echo la vista atrás, recuerdo su creación con enorme placer y el libro me sigue inspirando un gran afecto. Cuando el difunto Kenneth Monkman, fundador y presidente del Laurence Sterne Trust y propietario de Shandy Hall, la casa de Sterne en Yorkshire, me dijo que el escritor hubiera dado su aprobación a mi versión casi estallo de orgullo”.  

Lee las primeras páginas de Vida y opiniones de Tristram Shandy, caballero.


El Pais/Blogs: Papeles Perdidos 12.03.14

Las viñetas laureadas de Angulema

 Fauve d’Or al mejor cómic: 'Come prima' del artista italiano Lionel Papagalli 'Alfred'. Un viaje en un Fiat 500 con dos hermanos, Favio y Giovanni, por la Italia de los sesenta.


 Fauve d’Angoulême, premio especial del público: 'Mauvais Genre', de Chloé Cruchadet. La historia real de un desertor de las trincheras de la gran guerra que se convierte en la travesti Suzanne inspira esta novela gráfica.


 Fauve d’Angoulême – Premio especial del jurado: 'La propiété' de la israelí Rufu Modan. La herida siempre abierta del Holocausto se narra en este cómic a través de la visita de una superviviente y su pequeña hija a su apartamento en Varsovia después de que la guerra haya terminado.


 Fauve d’Angoulême – Premio a la serie: 'Fuzz & Pluck 2', del norteamericano Ted Stern. Las desventuras de un oso hipocondríaco y un pollo con mala uva continúan en este segundo volumen de tiras cómicas.

 Fauve d’Angoulême – Premio revelación (ex-aequo): 'Mi amigo, Dahmer' del norteamericano Derf Backderf. Narración autobiográfica que desvela la infancia del asesino en serie Jeffrey Dammer a través de los recuerdos de uno de sus compañeros de instituto, el autor del cómic.


 Fauve d’Angoulême – Premio revelación (ex-aequo): 'El libro del Leviatán' de Peter Blegvad. Colección de las tiras de humor surreal escritas por el autor para 'The Independent' durante siete años, de 1992 a 1999.




Fauve d’Angoulême – Premio joven: 'Les carnets de Cerise' del dúo francés de Joris Chamblain y Aurélie Neyret. El jurado de niños entre ocho y 12 años han considerado que este relato que enfrenta a una joven de once años con un misterio era el mejor de los 12 cómics de la categoría.


El Pais 03.02.14
















La Fundación Juan March publica todos sus catálogos en Internet


La plataforma reúne los libros de las 182 exposiciones organizadas por la institución desde 1973 1.400 artistas y 18.000 imágenes se dan cita en un impulso por crear nuevas vías de entrada al arte

FLOR GRAGERA DE LEÓN Madrid 10 FEB 2014

Cabecera de la plataforma de catálogos de la Fundación Juan March.

La mudanza de los museos y de las colecciones a los espacios virtuales ha dado un paso más entre las fundaciones españolas. Manuel Fontán, director de exposiciones de la Fundación Juan March, recuerda el cuento de Carson McCullers Un árbol, una roca, una nube para explicar qué supone que la institución que dirige haya digitalizado los 182 catálogos de las exposiciones que ha organizado desde 1973, que estarán disponibles en su página web a partir de este martes 11 de febrero. Los libros se hacen del papel y después se transforman en una roca “de contenido” valioso, pero “que la actualidad aplasta”. Pero resulta que Internet ha facilitado que este material duro se ablande y se pueda transformar en una nube a la que accedan los amantes del arte y que, de alguna manera, regresen a aquellos momentos en que se levantó el telón de muestras de artistas como Picasso, Matisse, Hockney, Kandinsky, Turner, Klimt, Léger, O'Keeffe o Warhol. Entre las paredes de la fundación se celebró Arte’73 de pintura y escultura abstracta y programas de arte contemporáneo pioneros cuando el panorama español de exposiciones era un páramo. Su labor se ha centrado sobre todo en la difusión de los maestros del siglo XX y de las vanguardias artísticas.

Contenido en desarrollo de la plataforma de catálogos.
Este proyecto de digitalización ha supuesto dos años de trabajo que comenzó cuando en la fundación se dieron cuenta de que el 99% de los catálogos ya estaban agotados. Pero el bagaje de 600 exposiciones bien en solitario o en colaboración con otras instituciones internacionales y nacionales era digno de ser conservado. Pintura, escultura, grabado y fotografía se reúnen ahora en la realidad virtual a través de más de 27.000 páginas, los textos de más de 400 autores e imágenes de 18.000 obras de casi 1.400 artistas.

Estas cifras se han intentado ordenar a través de un sistema de búsqueda que se establece por autor, artista o estilo de las muestras en las sedes que la Juan March tiene en Madrid, Cuenca (Museo del Arte Abstracto Español) y Palma de Mallorca (Museu Fundación Juan March). Con la posibilidad de que se descarguen los documentos, y se lean como un libro con fotografías en relieve, el filtrado de resultados por fecha, título, idioma y relevancia, y la incorporación de una serie de recomendaciones para la consulta de otros catálogos afines. Parte de la labor ha consistido en la corrección y en la revisión de los libros.

Un ejemplo de resultado de búsqueda: catálogo de la exposición de 2012 que la Fundación Juan march dedicó al arte británico.
La Fundación Juan March ya había apostado por el acercamiento digital de sus contenidos y de sus diversas actividades con ejemplos como los fondos de la Biblioteca Julio Cortázar, o la plataforma que reúne desde 2006 los audios y videos de las conferencias y de los conciertos que han acogido la institución. El paso más reciente que atañe a los catálogos ha significado no obstante, explica Fontán, “un auténtico striptease”, con la convicción de que Internet supone verdaderamente “una segunda vida para las cosas, además de una plataforma”. El camino comenzó con la investigación de la labor de museos y colecciones a lo largo y ancho del planeta y la conclusión fue interesante: “No se ha hecho tanto ni tampoco de una manera sistemática [con los catálogos]”, dice Fontán. “Había más desarrollo en el campo de las colecciones que de las publicaciones”.

Cada catálogo se publicará como electrónico un año después de que se celebre la exposición a la que acompaña o una vez que se haya agotado la edición impresa. Y la inmersión en la nube continuará en 2015 con el mismo impulso de difundir y crear nuevas vías de entrada y complicidad con los contenidos que alberga la Fundación Juan March. Entonces se hará con la recreación digital de las exposiciones.

El Pais 10.02.14

sábado, 22 de marzo de 2014

HELLBOY: Los primeros 20 años



Hoy se cumplen 20 años desde que llegó Hellboy y hay una especie de celebración. Pongo una serie de enlaces con algunas curiosidades: un poster promocional, aquí, una página en Facebook, un enlace con Dark Horse (su editorial), una entrevista en Tor.com al creador Mike Mignola, la página de Mignola, y otro en Meltdown.

20 años, y parece que fue ayer cuando compraba sus primeros comics. Ah, la nostalgia.











jueves, 20 de marzo de 2014

Klimt, explosión de luz y color




 'Klimt y Viena, un siglo de oro y de colores': espectáculo multimedia en el que se utilizan un centenar de proyectores para la exhibición de las obras de Gustav Klimt (1862-1918), Egon Schiele (1890-1918) y Friedensreich Hundertwasser (1928-2000) sobre las paredes de las Canteras de Luces en Les Baux-de-Provence, Francia.
BERTRAND LANGLOIS (AFP)


 La proyección de imágenes va acompañada de un sonido espacial que se integra en las canteras haciendo que el visitante quede inmerso en las pinturas.
BERTRAND LANGLOIS (AFP)



 Pruebas de luz y sonido previas a la inauguración de la exposición, 'Klimt y Viena, un siglo de oro y de colores'. La instalación se podrá visitar desde el 7 de marzo de 2014 al 4 de enero de 2015 en las Canteras de Luces de Les Baux-de-Provence, Francia.
BERTRAND LANGLOIS (AFP)



 Detalle de la obra 'Muerte y vida' de Gustav Klimt.
BERTRAND LANGLOIS (AFP)



Las Canteras de Luces de Les Baux-de-Provence acogen un espectáculo de luz, color y sonido que recorren un siglo de pintura vienesa a través de la proyección de obras de Gustav Klimt y sus contemporáneos y aquellos artistas en los que se inspiró el pintor austriaco.
BERTRAND LANGLOIS (AFP)



Imagen de la obra 'El Friso de Beethoven' de Klimt, proyectada en una de las paredes de las Canteras de Luces, lugar donde se podrá visitar la insatalación multimedia hasta enero de 2015.
BERTRAND LANGLOIS (AFP)



 Las obras de Klimt están divididas por las temáticas que abordó a lo largo de su obra: mujeres, retratos, naturaleza, dorados...
BERTRAND LANGLOIS (AFP)



'Klimt y Viena, un siglo de oro y de colores' de Gianfranco Iannuzzi, Renato Gatto et Massimiliano Siccard es un espectáculo compuesto de miles de imágenes de obras de arte numeradas y proyectadas en las viejas paredes de las cuevas, de hasta 14 metros de alto, y puestas en movimiento a ritmo de la música.
BERTRAND LANGLOIS (AFP)



 Este espectáculo de las imágenes de las obras de Klimt y sus compañeros de Viena se celebra en 7.000 metros cuadrados.
BERTRAND LANGLOIS (AFP)



El proyecto realizado por Gianfranco Lannuzzi, Renato Gatto y Massimilano Siccardi utiliza fibra óptica para una resolución máxima. En la imagen, unos espectadores asisten a las pruebas de luz y sonido la víspera de la inauguración.
BERTRAND LANGLOIS (AFP) 

 El Pais 07.03.14


Fotografía, de la A a la Z

Con enfoques tan diferentes como complementarios, dos volúmenes pioneros - un diccionario y un directorio- coinciden en abordar la historia del medio en España a través de una exhaustiva relación de sus profesionales



Ext. Beach, Normandy (France), Sorie War Theatre (2010-2011). Dawn, 1944, de Mikel Bastida

 Por Alberto Martín
LA PUBLICACIÓN SIMULTÁNEA de dos importantes libros sobre la fotografía en España es una oportuna y gratificante coincidencia, llena de interesantes paralelismos. Se trata del primer diccionario de fotógrafos españoles y del primer directorio de fotógrafos en España, dos obras pioneras, ambiciosas, extensas y necesarias. Ambas abordan la historia del medio en nuestro país y apuestan por hacerlo a través de una exhaustiva relación de fotógrafos. Aunque pudiera parecer que comparten planteamiento y contenido, en realidad estamos ante dos obras tan diferentes como complementarias. El diccionario recopila más de quinientos fotógrafos, abarcando desde el siglo XIX al XXI; el directorio, por su parte, registra unos 9.000 profesionales de la fotografía activos en España entre 1851 y 1936. Esta diferencia cuantitativa da cuenta del diferente enfoque y de la diferente aproximación al hecho fotográfico.

El Diccionario responde al modelo más o menos canónico, con una entrada para cada fotógrafo, en la que se reúne información biográfica y curricular, imágenes de su obra y comentarios críticos. Las diferencias más nítidas en este tipo de ediciones, comparando entre los diccionarios existentes, residen en el peso o el equilibrio entre texto e imagen, en la profundidad crítica del análisis, y sobre todo en el criterio seguido para abordar cuestiones tan espinosas como la política de autor y de género en el ámbito fotográfico y la diferenciación," más o menos presente, entre



Patino, Murcia, febrero de 1988, de Juan de la Cruz. 

 do entre los diccionarios existentes, residen en el peso o el equilibrio entre texto e imagen, en la profundidad crítica del análisis, y sobre todo en el criterio seguido para abordar cuestiones tan espinosas como la política de autor y de género en el ámbito fotográfico y la diferenciación; más o menos presente, entre fotógrafos y artistas. En este caso, la opción elegida es un tanto híbrida, intentando incorporar algo de los diferentes modelos. Se tiende al equilibrio entre texto e imagen, aunque predomina esta última, se intenta prestar una atención homogénea a los diferentes géneros, incluso aquellos menos considerados en los diferentes diccionarios como la fotografía de moda, editorial o de prensa en su vertiente más profesional, se trata de profundizar en el comentario crítico, añadiendo algún texto ya publicado previamente) i»'i<> Bolo en


Dear: The dearest couplés, Madrid, 2012, de Gorka Postigo y Nicolás Santos.

Megías, San Petersburgo, Rusia, 2012, de Andrea Santolaya


determinados autores, y se opta por diferenciar claramente fotógrafos y artistas, relegando esta última categoría a un anexo al final del volumen, con un menor desarrollo para los nombres reseñados. El problema que presenta este diccionario probablemente resida en su ambición integradora: intenta incorporarlo todo. Dada la generosidad de criterio en la selección de fotógrafos, la obra presenta ausencias destacables, dejando fuera nombres importantes y representativos en casi todos los periodos y géneros, pero sobre todo en lo que se refiere al siglo XIX y a los años, ochenta y noventa del XX. Algo que ocurre también, de modo aún más claro, en esa complicada entrada que hace el diccionario en el siglo XXI. A modo de simple ejemplo se pueden mencionar, a Viaplana y Palacín, Biel Capllonch, Ana Busto, Ana Ferrer, Juan Urrios, Tomy Ceballos, Ouka Lele, Antonio Suárez, Cándido Ansede, Martínez de Hebert, Jesús Unturbe, Alex Francés, Maider López o Begoña Montalbán, entre otros. También es significativo ver que autores incluidos en otros diccionarios, como en 100 Fotógrafos españoles, no aparezcan aquí, o que prácticamente la mitad de los reunidos en la reciente y representativa exposición Contexto crítico. Fotografía española siglo XXI, tampoco estén incorporados. La mención que se hace en la introducción, justificando de manera genérica posibles ausencias, no explica las mismas, y más teniendo en cuenta la enunciada pretensión de exhaustividad. En cuanto a la diferenciación entre fotógrafos y artistas, parece ir en contra de la evolución del medio en las últimas décadas, actuando como una especie de repliegue hacia el campo fotográfico, dando lugar al mismo tiempo a ciertas contradicciones, disonancias y problemas clasificatorios. Es esta una cuestión que sorprende, al haber sido ya ampliamente superada de un modo abierto e inclusivo por diferentes diccionarios de referencia publicados en los noventa. En esa línea, la política de autor aplicada al siglo XIX se manifiesta igualmente problemática.

En cuanto al Directorio de fotógrafos, hay que señalar su absoluta pertinencia, especialmente en relación con la investigación sobre la historia de la fotografía española. El método seguido, muy riguroso, ha consistido en realizar el vaciado de cerca de 200 anuarios y guías comerciales de España editados entre 1851 y 1936. El resultado es un censo con aproximadamente 9.000 entradas, tanto de fotógrafos como de otros profesionales relacionados con el medio (vendedores de material fotográfico, editores de postales, etcétera). La edición también incorpora una amplia selección de imágenes, especialmente de tarjetas fotográficas del siglo XIX, que funciona como un auténtico catálogo de los diferentes formatos y soportes (cartones) sobre los que iban pegadas las fotografías. El interés que ofrecen los dos volúmenes, qué componen la obra es enorme y permite profundizar en múltiples direcciones: la implantación y el tejido territorial de la fotografía, la evolución técnica y el desarrollo de la industria fotográfica, el fotógrafo como figura a medio camino entre el profesional y el artesano, las sagas personales y profesionales y las relaciones comerciales entre fotógrafos, el comercio del retrato, la centralidad del estudio fotográfico, las pautas y estrategias comerciales, los usos, gustos y tendencias, el público de la fotografía, el consumo de imágenes o la progresiva vulgarización del medio. Si algo fundamental puede decirse de esta importante obra, es que posibilita adentrarse un poco más en ese complejo y escurridizo territorio que conforma la verdad social de la fotografía. •

Diccionario de fotógrafos españoles. La Fábrica / Acción Cultural Española, 2013. 660 páginas. 65 euros. Directorio de fotógrafos en España (1851-1936). María José Rodríguez Molina y José Ramón Sanchis Alfonso. Archivo General y Fotográfico de la Diputación de Valencia, 2013. 2 volúmenes. 1.024 páginas. 69 euros.


El Pais Babelia 01.03.14


miércoles, 19 de marzo de 2014

TRAZOS SUBVERSIVOS




De ‘La Codorniz’ a ‘Mongolia’, tres cuartos de siglo de humor gráfico en la prensa española señalan la vitalidad de un género asociado a la memoria de varias generaciones

Luis Conde Martín

El humor gráfico español, con más de dos siglos de existencia, ocupa un lugar propio en la evolución de la prensa satírica y, como ella, ha sufrido los avatares históricos del progreso hacia la libertad de expresión, los problemas con la censura y las luchas por su reconocimiento como una manifestación del arte crítico e independiente. Rastrear su huella —en los archivos, en las bibliotecas o sobre todo en las hemerotecas— requiere un recorrido por la prensa general y la especializada, pues el humor se concentraba en las publicaciones y periódicos satíricos, pero también ha tenido espacio en la prensa generalista, informativa y de opinión. Se ofrece aquí una visión panorámica de este material sensible, documental e histórico, que abarca desde la aparición de La Codorniz, en 1941, hasta Mongolia, que está en los quioscos desde marzo de 2012. Un periodo que reúne cerca de setenta y cinco años de la vida española.

La revista más audaz

La revista humorística La Codorniz inicia su andadura en Madrid en el verano de 1941, impulsada por el dramaturgo Miguel Mihura, que durante la Guerra Civil había dirigido la revista combatiente La Ametralladora, desde 1937 a 1939. Con gente muy cercana a Dionisio Ridruejo y parece que con su acuerdo, circuló la propuesta de una revista titulada La Perdiz, de la que hasta hubo alguna maqueta o monstruo manejable, pero que finalmente fue desechada por la elección de otra, con el título de La Codorniz, que propugnaba Mihura y aprobó el director general de Prensa, Jesús Ercilla, su amigo desde la contienda. Con la experiencia de sus colaboraciones en la prensa satírica de anteguerra, Mihura se rodeó de amigos y especialistas prestigiados, para sacar adelante una revista que crearía escuela. Ahí estaban Antonio de Lara (“Tono”), Enrique Herreros, Picó, Galindo, José López Rubio y Álvaro de Laiglesia.

La peripecia de La Codorniz, con cuarenta y siete años de existencia a lo largo del franquismo y aun en los primeros años de la Transición, es conocida por numerosos estudios e investigaciones especializadas. De la mano de Mihura, hasta 1944, y luego de Álvaro de Laiglesia hasta 1977, la revista decana del humor en la España de aquellas décadas, vivió años de éxitos y preponderancia, con el orgulloso lema de “La revista más audaz, para el lector más inteligente”. Se apelaba así a un público exigente y enterado, no a cualquier lector de periódico masivo. Su clasismo era evidente y no todos entendían algunos de sus chistes, textos o ilustraciones subidos de tono.

Eran una leyenda urbana sus desencuentros con los censores y todavía se comentan los números y portadas dedicados a asuntos conflictivos, que inevitablemente había que eludir y ni por asomo podían publicarse. Aún quedan quienes aseguran haber visto esos ejemplares descartados... De esa época son recordados humoristas gráficos como Gila, Mingote, Chumy Chúmez, Goñi, Dátile, Se- rafín, Tilu, Pablo San José, Máximo, Cebrián y muchos más. Entre 1977 y 1978, La Codorniz se resistía a desaparecer y todavía aguantó otras 76 semanas de la mano de Summers y Cándido.


El lento despegue hasta ‘Hermano Lobo’

Desde 1941 hasta 1972, cuando aparece Hermano Lobo, el humor gráfico español estuvo marcado por los dictados de la revista decana e intentando competir tímidamente con ella u otras publicaciones que surgían y desaparecían, devoradas por el mercado empecinado en un modelo ya obsoleto. Contra La Codorniz surgieron revistas como Cucú, El DDT, Don Venerando, Pepote, ¡Tururut!, Titirimundi, Humorismo Mundial, El Caimán, Don José, Locus, La Olla, Pepe Cola, PZ, Can Can, Mata Ratos, Reseso, Tele-Cómico, El Pito, Barrabás, El Papus y, sobre todo, Hermano Lobo y Por Favor. Cada una de estas publicaciones aportaba algún detalle innovador, en formato, diseño, contenidos o estructura global, pero no podían competir con el dominio y la rutina del mercado, aherrojado por los modos de La Codorniz.

Con el tardofranquismo, tras las revueltas de 1968 en París y los EE.UU, la prensa sufrió el empuje de las nuevas tendencias de lo hippy, el rock y lo marginal, corrientes culturales que arrasaron en todo el mundo y de las que España no quedó fuera. A ellas se apuntó Hermano Lobo en 1972, con un humor gráfico que representaba como ninguna otra publicación los nuevos tiempos y se erigió como portavoz de la disidencia, símbolo del humor político contestatario y contrario al régimen franquista, aun sin decirlo expresamente. De la mano de Chumy Chúmez, Summers, Perich, Forges, Máximo, Ramón, Saltés, OPS, Dodot, Sir Cámara y otros, algunos que incluso habían debutado en la revista decana, se impusieron con nuevos bríos y modos de hacer sátira crítica. Su inicio arrollador, con ciento cincuenta mil ejemplares que se agotaron, era algo nunca visto. Su subtítulo, “Semanario de humor dentro de lo que cabe”, aludía a sus luchas semanales contra la censura.

Humor libertario

Otra revista innovadora fue El Papus, que surgió en 1973 y llegó mucho más lejos en su virulencia sociopolítica. Su propuesta anarquizante y libertaria, con una tirada inicial de ciento quince mil ejemplares, alcanzó un techo de cuatrocientos mil en marzo de 1976. Algunos de sus dibujantes destacados eran Gin, Ja, Ivá, García Lorente, Oscar, Tom, Fer, Ventura & Nieto, Vives y Oli. Blanco de las iras de la extrema derecha, la revista fue objeto de un atentado ultra en el que murió una persona y hubo numerosos heridos.

En marzo de 1974, como escisión de Hermano Lobo ya en decadencia, aparece Por Favor, que fue mucho más lejos en su humor politizado y de actualidad. Su impulsor principal era Perich, que se llevó con él a Forges, Cesc, Máximo, Guillén, Romeu, El Cubri, Turnes y Vallés. Su tirada media rondaba los cincuenta mil ejemplares y también sufrió multas y la suspensión por cuatro meses. El virulento humor de estas revistas sería ahora difícilmente comprensible, pero entonces los lectores entendían sus guiños y asimismo la censura, que los perseguía implacable. Vinieron después El Jueves, Butifarra, El Cuervo, Nacional Show, Balalaika, HDiosO, Tmeo, Cuadernos de Humor, La Puta Mili, ¡A las barricadas! o El virus mutante. Y otras con menos aguante y mucha carga crítica, en cada una de las diecisiete autonomías.


De la Transición a nuestros días

Casi todas estas publicaciones humorísticas eran semanales y aguantaban dos o tres años, a lo sumo, salvo El Jueves, que aún sobrevive con 1.910 semanas y 37 años a sus espaldas. Empezó en mayo de 1977, con el subtítulo de “La revista que sale los viernes” —luego pasó a los miércoles— y una tirada de cien mil ejemplares de los que vendió la mitad. Entre sus dibujantes figuraban Gin, J.L. Martín, Romeu, Tha, Fer, Kim, Gallego & Rey, Azagra, Alfons López, Tom, Martinmorales, Bernet, Ventura, Mariel, Monteys, Manel, Ozelui, Vera, Guillermo y Bernardo Vergara, entre otros. Su humor, más costumbrista y menos politizado, enganchó con la juventud y la clase media ciudadana, a la que todavía se dirige.



La más reciente revista satírica es Mongolia, de periodicidad mensual, que incluye una sección crítica, feroz, titulada “Reality News”, donde se aborda en serio todo tipo de asuntos de corrupción. Junto al propio nombre, un guiño para “expertos”, destaca una selección de nuevos humoristas como Darío Adanti, Mauro Entrialgo, Liniers, Langer, Javirroyo, Jlus Nonok, Javier Vázquez o Niño Rodríguez, toda una generación rompedora. Iniciada en marzo de 2012, recupera el humor político feroz de El Papus o Por Favor y aún más el de las revistas satíricas de la anteguerra civil.

Luis Conde Martín es periodista e historiador del humor gráfico español


Articulo publicado en la revista Mercurio nº 159 marzo 2014