Con enfoques tan diferentes como complementarios, dos volúmenes pioneros - un diccionario y un directorio- coinciden en abordar la historia del medio en España a través de una exhaustiva relación de sus profesionales
Ext. Beach, Normandy (France), Sorie War Theatre (2010-2011). Dawn, 1944, de Mikel Bastida
Por Alberto Martín
LA PUBLICACIÓN SIMULTÁNEA de dos importantes libros sobre la fotografía en España es una oportuna y gratificante coincidencia, llena de interesantes paralelismos. Se trata del primer diccionario de fotógrafos españoles y del primer directorio de fotógrafos en España, dos obras pioneras, ambiciosas, extensas y necesarias. Ambas abordan la historia del medio en nuestro país y apuestan por hacerlo a través de una exhaustiva relación de fotógrafos. Aunque pudiera parecer que comparten planteamiento y contenido, en realidad estamos ante dos obras tan diferentes como complementarias. El diccionario recopila más de quinientos fotógrafos, abarcando desde el siglo XIX al XXI; el directorio, por su parte, registra unos 9.000 profesionales de la fotografía activos en España entre 1851 y 1936. Esta diferencia cuantitativa da cuenta del diferente enfoque y de la diferente aproximación al hecho fotográfico.
El Diccionario responde al modelo más o menos canónico, con una entrada para cada fotógrafo, en la que se reúne información biográfica y curricular, imágenes de su obra y comentarios críticos. Las diferencias más nítidas en este tipo de ediciones, comparando entre los diccionarios existentes, residen en el peso o el equilibrio entre texto e imagen, en la profundidad crítica del análisis, y sobre todo en el criterio seguido para abordar cuestiones tan espinosas como la política de autor y de género en el ámbito fotográfico y la diferenciación," más o menos presente, entre
Patino, Murcia, febrero de 1988, de Juan de la Cruz.
Dear: The dearest couplés, Madrid, 2012, de Gorka Postigo y Nicolás Santos.
Megías, San Petersburgo, Rusia, 2012, de Andrea Santolaya
determinados autores, y se opta por diferenciar claramente fotógrafos y artistas, relegando esta última categoría a un anexo al final del volumen, con un menor desarrollo para los nombres reseñados. El problema que presenta este diccionario probablemente resida en su ambición integradora: intenta incorporarlo todo. Dada la generosidad de criterio en la selección de fotógrafos, la obra presenta ausencias destacables, dejando fuera nombres importantes y representativos en casi todos los periodos y géneros, pero sobre todo en lo que se refiere al siglo XIX y a los años, ochenta y noventa del XX. Algo que ocurre también, de modo aún más claro, en esa complicada entrada que hace el diccionario en el siglo XXI. A modo de simple ejemplo se pueden mencionar, a Viaplana y Palacín, Biel Capllonch, Ana Busto, Ana Ferrer, Juan Urrios, Tomy Ceballos, Ouka Lele, Antonio Suárez, Cándido Ansede, Martínez de Hebert, Jesús Unturbe, Alex Francés, Maider López o Begoña Montalbán, entre otros. También es significativo ver que autores incluidos en otros diccionarios, como en 100 Fotógrafos españoles, no aparezcan aquí, o que prácticamente la mitad de los reunidos en la reciente y representativa exposición Contexto crítico. Fotografía española siglo XXI, tampoco estén incorporados. La mención que se hace en la introducción, justificando de manera genérica posibles ausencias, no explica las mismas, y más teniendo en cuenta la enunciada pretensión de exhaustividad. En cuanto a la diferenciación entre fotógrafos y artistas, parece ir en contra de la evolución del medio en las últimas décadas, actuando como una especie de repliegue hacia el campo fotográfico, dando lugar al mismo tiempo a ciertas contradicciones, disonancias y problemas clasificatorios. Es esta una cuestión que sorprende, al haber sido ya ampliamente superada de un modo abierto e inclusivo por diferentes diccionarios de referencia publicados en los noventa. En esa línea, la política de autor aplicada al siglo XIX se manifiesta igualmente problemática.
En cuanto al Directorio de fotógrafos, hay que señalar su absoluta pertinencia, especialmente en relación con la investigación sobre la historia de la fotografía española. El método seguido, muy riguroso, ha consistido en realizar el vaciado de cerca de 200 anuarios y guías comerciales de España editados entre 1851 y 1936. El resultado es un censo con aproximadamente 9.000 entradas, tanto de fotógrafos como de otros profesionales relacionados con el medio (vendedores de material fotográfico, editores de postales, etcétera). La edición también incorpora una amplia selección de imágenes, especialmente de tarjetas fotográficas del siglo XIX, que funciona como un auténtico catálogo de los diferentes formatos y soportes (cartones) sobre los que iban pegadas las fotografías. El interés que ofrecen los dos volúmenes, qué componen la obra es enorme y permite profundizar en múltiples direcciones: la implantación y el tejido territorial de la fotografía, la evolución técnica y el desarrollo de la industria fotográfica, el fotógrafo como figura a medio camino entre el profesional y el artesano, las sagas personales y profesionales y las relaciones comerciales entre fotógrafos, el comercio del retrato, la centralidad del estudio fotográfico, las pautas y estrategias comerciales, los usos, gustos y tendencias, el público de la fotografía, el consumo de imágenes o la progresiva vulgarización del medio. Si algo fundamental puede decirse de esta importante obra, es que posibilita adentrarse un poco más en ese complejo y escurridizo territorio que conforma la verdad social de la fotografía. •
Diccionario de fotógrafos españoles. La Fábrica / Acción Cultural Española, 2013. 660 páginas. 65 euros. Directorio de fotógrafos en España (1851-1936). María José Rodríguez Molina y José Ramón Sanchis Alfonso. Archivo General y Fotográfico de la Diputación de Valencia, 2013. 2 volúmenes. 1.024 páginas. 69 euros.
El Pais Babelia 01.03.14
No hay comentarios:
Publicar un comentario