domingo, 10 de abril de 2011

Anders Zorn


otra entrada del autor en este mismo blog: http://1ojodemelkart.blogspot.com/2010/11/anders-leonard-zorn-1860-1920.html




































































Dibujar con vistas al cielo

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PERFIL: EL RINCÓN

Dibujar con vistas al cielo

CATALINA SERRA 09/04/2011

Kim, último premio Nacional del Cómic junto a Antonio Altarriba, desplegó su versatilidad de registros en El arte de volar

Basta decir que al final del encuentro baja con los periodistas al bar de la esquina para invitarlos a un café y poder seguir así hablando de cómic, costumbres y comida italiana. Parecería que para Kim, nacido Joaquim Aubert en 1942 en Barcelona, de padre médico y republicano, la vida es relativamente sencilla. Vive en un pequeño sobreático del Eixample de Barcelona que con los años ha ido moldeando conforme a sus gustos y necesidades de soltero vocacional. En la terraza, en la que suele desayunar mientras oye el bullicio del patio de una escuela y contempla las azoteas, se fabricó él mismo un cobertizo-estudio que tiene atiborrado de libros, objetos, herramientas de todo tipo (es un manitas) y, claro, papeles, rotuladores y viejas plumillas con las que sigue dibujando a tinta china sus historietas.

La fama de su personaje Martínez el Facha, que publica en El Jueves desde 1977, casi había conseguido encasillarlo en un humor caricaturesco y político que escondía sus otros registros. Pero a finales de 2009 saltó la sorpresa. Junto con el historiador Antonio Altarriba, autor del guión, publicó El arte de volar (Edicions de Ponent), una novela gráfica que narra la biografía de un personaje anónimo, el padre de Altarriba, pero que representa la de toda una generación de perdedores, de la guerra y de la vida, con una fuerza, un dramatismo y una poesía que les valió un merecido y aplaudido Premio Nacional del Cómic en 2010. "Lo dibujé a lo largo de cuatro años y de una manera inusual, página a página, sin saber lo que pasaba después ni al final", comenta. "No esperaba el éxito que tuvo, pero se ha publicado en Turquía y en breve saldrá en Francia, lo que me hace mucha ilusión", reconoce.

Se nota su amor por la historia. "Me documento mucho, creo que la gente lo agradece", comenta el autor, que se confiesa un compulsivo comprador de objetos y, sobre todo, de libros viejos. "Voy mucho a los Encantes y todavía pueden encontrarse libros interesantes", explica mientras enseña una edición de 1851 de la biografía de Cristóbal Colón que escribió Washington Irving. Pero el gusto por lo antiguo no le quita la curiosidad por lo nuevo. "Sigo mucho a los jóvenes, te aportan mucho y además los hay buenísimos", afirma. Para su trabajo semanal no le falta gasolina porque en política "la realidad supera a la ficción". A ratos sueltos, y a la espera de otra novela gráfica que llevarse al pincel, va ilustrando un libro de cocina y dándole vueltas a la crónica de un mestizo de la época de la colonización de América. "Cuando empecé, si decías que trabajabas haciendo cómic te miraban mal, pero ahora incluso da cierta categoría", comenta irónico.

De Buda a Kafka y Gardel

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REPORTAJE: EN PORTADA / Los elegidos

De Buda a Kafka y Gardel

ÁLVARO PONS 09/04/2011

Escritores y dibujantes dan una vuelta de tuerca al género biográfico.

Logicomix

A. Doxiadis y otros

(Sins Entido)

Aparentemente, la obra de Doxiadis, Papadimitriou y Papadatos es una ortodoxa versión en historieta de la vida de Bertrand Russell. Voluminosa, discreta en lo formal, tintiana quizás en el trazo... Sin embargo, la propuesta de los autores se transforma rápidamente en una lectura apasionante gracias a un acertadísimo guión que descubre la redacción de las obras clave del famoso matemático como un reto intelectual casi épico, transmitiendo al lego en las matemáticas la pasión de la investigación y la búsqueda del saber. Mezclando acertadamente todas las facetas de la rica personalidad de Russell con las propias dificultades que los autores encontraron en la realización de la obra, se logra componer un documental en viñetas tan entretenido como educativo.

Dublinés

Alfonso Zapico

(Astiberri)

Puede parecer a priori que la adaptación al cómic de la vida de James Joyce es labor excesivamente monumental para un autor que apenas tiene un par de obras en el mercado. Pero el acicate del reto espolea espectacularmente a un autor como Zapico, que si ya dejó muestras de buen hacer en sus anteriores obras, aquí confirma su valía y proyección, con un relato de ritmo vital que sabe combinar la exposición histórica rigurosa de los hechos con el acertado acento de aquellos aspectos vitales cotidianos que marcaran la producción artística del escritor, de esos momentos anecdóticos del acontecer diario, apenas visibles, que en su conjunto devendrán en claves referenciales de una de las obras magnas de la cultura, el Ulysses de James Joyce.

Kafka

R. Crumb y D. Z. Mairowitz

(La Cúpula)

Robert Crumb conocía bien las clásicas colecciones de cómics que se dedicaban a adaptar las vidas de personajes célebres, un género extraordinariamente prolífico, pero poco apreciado dentro del cómic, quizás por estar casi siempre lastrado por un exagerado didactismo. Una circunstancia a la que el guión de Mairowitz no es ajeno en su intento de acercar la obra de Kafka al profano a través de su biografía, pero que resuelve de un plumazo el gran genio del cómic underground, alejado de toda referencia anterior para demostrar que el lenguaje de la historieta tiene un potencial brutal aplicado de forma inteligente en la didáctica, acentuando y amplificando el mensaje del guionista, dotándolo de pleno significado para conseguir que el lector se acerque a Kafka con visión renovada.

Buda

Osamu Tezuka

(Planeta DeAgostini)

No hay que dejarse engañar por la estética de dibujo infantil de niños de grandes ojos de Osamu Tezuka tan común al manga. Su monumental -más de 3.000 páginas- aproximación a la biografía del fundador del budismo, Sidartha Gautama, Buda, no solo es un tebeo plenamente adulto, es una fascinante exploración de la naturaleza del ser humano, a la par que estricta revisión y exposición de las bases de la religión budista. El llamado "padre del manga" demuestra su increíble habilidad para hilvanar drama, humor, reflexión, rigor histórico y algo de ficción propia (e incluso algún anacronismo de intención didáctica) para convertir la biografía de Buda en una vibrante y épica historia que, no en vano, es considerada como una de las obras maestras de Tezuka.

Louis Riel

Chester Brown

(La Cúpula)

Parece extraño en la bibliografía de Chester Brown que, tras obras de índole autobiográfica como las brillantes Nunca me has gustado o The Playboy, se abordase la biografía del famoso líder político canadiense del siglo diecinueve, cabeza de la resistencia del pueblo Métis. Sin embargo, la elección no puede ser más acertada, ya que desde una asepsia histórica de exquisita rigurosidad, Chester Brown utiliza la vida de Louis Riel como elemento de reflexión sobre las relaciones entre el ser humano, el poder y la religión, llevando al papel una existencia que puede ser calificada como la de un mártir que lo dio todo por los demás, pero también en ejemplo de cómo la sociedad puede ser movida por los delirios de una locura sin rumbo.

Voodo Child / Carlos Gardel

Sienkiewicz / Muñoz y Sampayo

(Glénat / Libros del Zorro Rojo)

Puede parecer paradójico que la historieta, un arte silente por naturaleza, se acerque a la biografía de un músico. Sin embargo, la narrativa visual consigue, en manos expertas, sorprendentes efectos sinestésicos que tienen en estas dos obras demostración palpable. El dibujo de violento trazo y barroco color de Sienkiewicz, heredado de ilustradores comoBob Peak, adquiere musicalidad y da vida propia a esta biografía canónica de Jimi Hendrix. Por su parte, un José Muñoz más brillante que nunca -si cabe tal afirmación-, traslada la calidez de la voz de Gardel y la cadencia del tango a un pentagrama de viñetas y elegantes trazos. En ambos casos, desplazar la vista por las viñetas tiene el efecto de la aguja en el surco de un disco: la música empieza a sonar.

Mil vidas más

P. Gálvez, A. López, J. Mundet

(Edicions de Ponent)

Con el aval del Premi Nacional de Còmic de Catalunya, estos tres veteranos autores alivian la habitual tendencia en el género a buscar el nombre preeminente de la historia, el famoso personaje, centrándose en la figura del comunista Miguel Núñez. Tomando inicio en su afiliación en la Juventud Socialista Unificada y su adscripción a la República, realiza un recorrido exhaustivo por su circunstancia vital y lucha antifascista, que poco a poco deviene en crónica viva de la resistencia antifranquista española realizada desde el PCE y PSUC, pero también del compromiso solidario. Una visión alejada del ruido de la historia que se atreve, además, al poco común ejercicio del compromiso político sin prejuicios ni ambages, casi una osadía en tiempos donde se confunde el rigor histórico con la asepsia ideológica.

Modotti

Ángel de La Calle

(Sins Entido)

Es difícil que una biografía de la fotógrafa Tina Modotti no resulte apasionante: su vinculación con la política y el arte de los años veinte en el explosivo México revolucionario, su personalidad libre y de activismo tan comprometido como rebelde son sinónimos de interés para cualquier lector interesado en la cultura y la historia. Sin embargo, el dibujante Ángel de la Calle consigue dar una vuelta de tuerca al género biográfico al imbricarlo profundamente con el autobiográfico, buscando relaciones entre uno y otro, las motivaciones que llevan a un autor a imbuirse en la vida de alguien. En un relato paralelo, personaje y autor irán intercambiando experiencias, construyéndose uno al otro a medida que avanza la búsqueda, encontrándose mutuamente en un complejo pero fructífero equilibrio vital.

Tras la pista del cómic biográfico



REPORTAJE: EN PORTADA

Tras la pista del cómic biográfico

ANDRÉS S. BRAUN 09/04/2011


La historieta vive una refrescante renovación aunque hace décadas que ambos géneros caminan juntos. Los autores de Logicomix, uno de los últimos éxitos internacionales, explican su proyecto a través de viñetas exclusivas realizadas para Babelia. Esta tendencia en alza estará presente en el próximo Salón del Cómic de Barcelona.

De Moisés a Dante. De Hitler al Che. De Kiki de Montparnasse a Evita Perón. De la perrita Laika al último fenómeno adolescente del pop globalizado, Justin Bieber. El cómic biográfico ha sido desde hace décadas un formato fructífero -y aún lo es- como demuestran colecciones españolas de antaño como Vidas Ilustres (Novaro) o Cómic Biografías (Bruguera), o la reciente apuesta de la editorial estadounidense Bluewater Productions por el género a través de sus series Fuerza Femenina (que recoge la vida y milagros de mujeres influyentes, desde Margaret Thatcher hasta Oprah Winfrey), Poder Político (desde Obama hasta Mandela) o Fama (desde David Beckham pasando por Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, Lady Gaga o el mencionado Bieber).

Entremedias, se han publicado cientos de colecciones y volúmenes independientes en medio mundo firmados tanto por autores de escaso renombre como por figuras reputadas (por ejemplo, los argentinos Héctor G. Oesterheld, Alberto Breccia, José Muñoz y Carlos Sampayo, la francesa Catel Muller, el estadounidense Nick Bertozzi o los japoneses Shigeru Mizuki y Osamu Tezuka) que demuestran que el género es inagotable.

Coincidiendo con el Salón del Cómic de Barcelona (del 14 al 17 de abril), aterrizan en España dos tebeos llamados a convertirse en obras de referencia para las biografías en viñetas. Ambas evidencian no solo el talento de sus autores, también la excelente salud del género, el potencial narrativo de la novela gráfica y el olfato del tejido editorial que la sustenta. Muchos dudan de que las grandes casas o los editores independientes hubieran apostado por estos dos cómics hace poco más de una década. Más aún teniendo en cuenta que ambos se centran en dos figuras tan universales como complejas. El primero es Logicomix (Sins Entido), un monumental y brillante repaso a la historia moderna de la lógica y las matemáticas a cargo de cuatro autores -tres griegos y una francesa- centrado en la vida del británico Bertrand Russell. El segundo, Dublinés (Astiberri), es un excelente cómic biográfico del irlandés James Joyce firmado por el asturiano Alfonso Zapico.

"Cuando explicábamos el proyecto, la mitad de la gente pensaba que íbamos a hacer un libro de texto ilustrado. La otra mitad simplemente pensaba que éramos unos descerebrados", cuenta por teléfono, desde Atenas, Apostolos Doxiadis, el autor que primero concibió la idea de hacer Logicomix. Escritor que estudió matemáticas en Columbia, Doxiadis llevaba tiempo queriendo componer algo sobre la apasionante historia de los lógicos y matemáticos del XIX y el XX. "Pero nunca pensé en hacer una novela histórica, porque la descripción es una faceta literaria que nunca me ha gustado", explica.

La ecuación quedó despejada cuando conoció al matrimonio formado por el griego Alecos Papadatos y la francesa Annie Di Donna, dibujante y colorista del volumen, respectivamente. "Querían producir su primera novela gráfica. Les encantó mi idea y yo me libré del aspecto descriptivo", cuenta Doxiadis. Poco después el también griego Christos H. Papadimitriou se embarcó como guionista junto a Doxiadis en este titánico proyecto que comenzó siendo autofinanciado por sus responsables.

Los dos comenzaron a armar el argumento de este tomo de casi cuatrocientas páginas mientras Papadatos y Di Donna recorrieron media Europa en tres semanas para documentar sus ilustraciones. "Al principio no lo compusimos en torno a una figura central. Al poco comprobamos que la estructura era débil y nos dimos cuenta de que la vida de Russell era la columna vertebral que necesitaba", detalla Doxiadis. "¿Que por qué Russell? Porque además de su importancia como pensador, su biografía es apasionante, a diferencia de muchos otros lógicos cuya vida fue 'nació, estudió, escribió, dijo, siguió estudiando...", argumenta el autor griego. "Russell incluso abandonó el estudio al comprender que la ciencia no le bastaba para comprender el sentido del mundo". Esta decisión inclinó a los cuatro a apostar aún más por el enfoque biográfico en lo que respecta al resto de pensadores que aparecen en el cómic. Así lo resume Doxiadis: "Comprendimos que lo más interesante de esta búsqueda épica de las certezas matemáticas y lógicas estaba en que sus protagonistas, desde Poincaré a Wittgenstein, emprendieron esta aventura movidos por sus necesidades emocionales. La única manera de satisfacerlas era dar forma y sentido a la realidad. Por eso lo esencial para nosotros pasó a ser la descripción de la relación interpersonal de los personajes y sus ideas". Esta última frase es una estupenda manera de definir lo que es este cómic, en el que sus propios autores cobran vida en las viñetas para narrar paralelamente el arduo proceso creativo que ha durado cinco años, al igual que hacen en las viñetas compuestas paraBabelia que ilustran la portada y estas páginas.

"Lo que más nos alegra de haber apostado por una biografía en forma de novela gráfica es que hemos logrado contar una historia complicada -que de primeras resulta antipática tanto al lector habitual de tebeos como al que no tiene ni idea ni interés por las matemáticas- que ha gustado a unos y a otros". El que Logicomix se haya convertido en la novela gráfica griega más extensa, ambiciosa y de más éxito tanto a nivel nacional como internacional (ha sido durante 11 semanas la obra más vendida en la lista de cómics de The New York Times) certifica las palabras de Doxiadis.

"Es verdad que dejamos fuera capítulos de la vida de Russell y que introdujimos ficción, sobre todo encuentros que no se produjeron entre algunos pensadores -aunque intercambiaron esas mismas opiniones por correspondencia- o el mantener vivo a Gottlob Frege seis años después de su muerte. De hecho, en todo el cómic solo debe haber dos o tres frases literales pronunciadas por Russell en vida. Pero era la manera de que los personajes cobraran vida y consideramos que es una obra muy fiel, más que muchas novelas históricas", argumenta Doxiadis.

Por su parte, Alfonso Zapico, a quien el Salón del Cómic otorgó el año pasado el Premio Josep Toutain al Autor Revelación, no ha introducido eventos ficcionados en Dublinés."La vida de Joyce es tan rica y tan surrealista que no me ha hecho falta", comenta por teléfono desde la ciudad francesa de Angulema, cuyo prestigioso festival premió precisamente este proyecto y le concedió una beca hace tres años para residir en la reputada Maison des Auteurs y completar allí en ese periodo la obra. "La idea surgió al leer dos biografías suyas y comprobar que su obra estaba ahí, en su vida, en las personas que conoció y en los sitios en los que residió". Estos dos libros son Joyce para Principiantes, de David Norris y Carl Flint (Lectorum, 2007), a partir del cual Zapico extrae el espíritu de Dublinés -"lo que significó la vida para Joyce"-, y James Joyce, de Richard Ellmann (Anagrama, 2002). "Sintetizando el trabajo cronológico de Ellmann obtuve el esqueleto y le añadí el enfoque de una guía de viaje. Dublinés es como un recorrido en tren por los escenarios de la vida de ese irlandés universal", añade Zapico, que se documentó a partir de los libros fotográficos James Joyce's Ireland, de David Pierce (Yale University Press, 1992), y Faithfull Departed, de Kieran Hickey (The Lilliput Press, 2004), una reconstrucción del Dublín de 1904, el año en el que transcurreUlises. "De Joyce hay pocas fotos. Son muy antiguas, y por ello muy estáticas. Usé mi imaginación para aplicar al personaje lo que se deduce de sus biografías: que debió ser un tipo muy histriónico", desvela.

De Dublinés sorprende su fluidez y ritmo ágil pese a la abundancia de cartelas (los recuadros de texto que actúan como la voz del narrador). "Nunca quise hacer un Ulises en viñetas. He intentado alternar el exceso de texto con cuadros de acción pura y dura y también aligerar estos pasajes y plasmarlos en un lenguaje sobrio. Pretendía establecer una conversación sencilla entre el narrador y el lector", matiza Zapico. Es de eso de lo que más se enorgullece: de no haber sacrificado la fluidez narrativa en favor de toda la información que contiene esta historieta de casi 250 páginas. "La ventaja de producir una biografía en formato cómic es que la historieta es más digerible siempre que se haga bien. Aún más en el caso de Joyce, que para muchos es sinónimo de obras voluminosas y crípticas que requieren guías aún más voluminosas para su comprensión". En ese sentido, Zapico cumple con nota el objetivo que se plantean -no sin cierto dolor- muchos autores; que el lector devore con fruición en apenas unos segundos una página que ha llevado horas o incluso días de trabajo.

Zapico admite que no tomó como ejemplo ninguna de las notables biografías en cómic que se han hecho hasta ahora. "Simplemente porque, como ya he dicho, la alucinante vida de Joyce me bastó como única inspiración". En todo caso es su nuevo tebeo el que puede servir de referencia a aquellos que se aproximen en un futuro al género biográfico a través del cómic.

Logicomix. Una búsqueda épica de la verdad. Apostolos Doxiadis, Christos H. Papadimitriou, Alecos Papadatos y Annie Di Donna. Traducción de Julia Osuna Aguilar. Sins Entido. Madrid, 2011. 352 páginas. 24 euros. Dublinés. Alfonso Zapico. Astiberri. Bilbao, 2011. 232 páginas. 18 euros. El 29º Salón del Cómic de Barcelona se celebrará del 14 al 17 de abril en el Palacio 8 de la Fira de Barcelona. ficomic.com.








Félix Ziem (1821-1911)


Félix Ziem (26 de febrero 182110 de noviembre 1911) fue un pintor francés perteneciente a la escuela de Barbizon.

Nacido Félix-Francois Georges Philibert Ziem en Beaune en el departamento Côte d'Or de la región de Borgoña, en Francia, su madre era nativa de Borgoña y se casó con un inmigrante croata. Originalmente, Ziem planeó ser arquitecto y estudió en la Escuela de Arquitectura de Dijon, y durante un tiempo trabajó como arquitecto. La pintura fue pasando de una afición a una carrera después de una visita a Italia en 1841, donde se enamoró de la ciudad de Venecia, un lugar que se convertiría en la fuente de muchas de sus obras. Aparte de escenas venecianas, pintó también muchos bodegones, retratos y paisajes de lugares variados incluyendo Constantinopla, Martigues, Cagnes-sur-Mer y su Borgoña nativa.

Las obras de Ziem se exhibieron por vez primera en el Salón de París de 1849 y allí expuso con regularidad durante muchos años. Parte de la escuela de Barbizon, viajó ampliamente por toda Europa y en 1860 se trasladó a Montmartre, el barrio artístico de París. Tuvo éxito financiero, y ayudó a otros artistas jóvenes.

En 1857, el gobierno de Francia reconoció su contribución al mundo del arte nombrándole caballero de la Legión de Honor.

Félix Ziem falleció en 1911 y fue enterrado en el Cementerio de Père-Lachaise de París.

Texto via Wikipedia




















jueves, 7 de abril de 2011

ASPIRINO Y COLODION el humor en la obra de Figueras por Ludolfo Paramio


Resulta fácil darse cuenta de que hay algo en la obra de humor de Alfonso Figueras que la distingue netamente del humor que se está haciendo en los úl­timos tiempos en España, pese a que Figueras esté enmarcado por el mismo aparato industrial en el que tienen su origen la mayor parte de las series que definen este «humor» del momento actual del comic español.

A mi entender, la diferencia debe bus­carse en la existencia en Figueras de unos planteamientos que le distancian de lo que podríamos llamar humor in­dustrializado. En vez de tratar de crear una mecánica de la risa, de producir la risa por un sistema que bordea a veces el reflejo condicionado, Figueras parece haberse propuesto la creación de un humorismo que descansa fundamen­talmente en la distorsión distanciadora de lo narrado.

«En mis historietas no he querido, adre­de, provocar la risotada, sino que busco la sonrisa mediante la parodia, el absur­do y digamos cierta «pantomima» em­parentada con el cine cómico mudo». La realización de estos propósitos de Figueras tiene un magnífico ejemplo en la serie «Aspirino y Colodión», la histo­rieta a la que Figueras habría querido bautizar como «Los experimentos del doctor Pastillofsky»,

LA ESTRUCTURA DE LA SERIE

En «Aspirino y Colodión», al igual que en «Topolino», la otra serie ejemplar en la última producción de Figueras, la estructura de la historieta descansa sobre la existencia de tres personajes, y sobre las relaciones y acciones que se establecen y desarrollan entre ellos. Figueras reconoce su profunda admira­ción por la obra del norteamericano \ George Harriman, en la que según él lo absurdo bordea lo sublime. Y es en el «Krazy Kat» de Harriman donde debe buscarse el modelo para la interpreta­ción de las historietas de Figueras. De «Krazy Kat» escribe George Perry: «... una situación básica persistía, el triángulo del amor de Kat por el ratón lgnatz y del policía Ofissa Pupp por Kat. lgnatz no amaba a nadie, y gastaba la mayor parte de su tiempo en arrojar ladrillos a Krazy, quien los tomaba como un signo de renovado afecto». Es este triángulo el que aparece en la obra de Figueras, tanto en «Topolino» como en «Aspirino y Colodión». Por otra par­te, sólo uno de los elementos del trián­gulo varía de una serie a otra : el papel de Topolino en la historieta de su nom­bre lo desempeña Aspirino en la otra. Este papel es el del hombrecillo insigni­ficante que conserva una cierta lucidez en un universo desquiciado, y es análo_ go en su función al desempeñado por Krazy Kat en la obra de Herriman.

El equivalente a lgnatz es el personaje de Colodión, mezcla de genio y deficien­te mental cuyos tortuosos vericuetos mentales desconciertan a Aspirino, que trata de permanecer como una persona lógica y normal en medio de una colec­tividad de orates. Las relaciones de As­pirino y Colodión oscilan sobre la am­bivalencia amor-odio, motivada proba­blemente por el atractivo y la repulsión que simultáneamente se establecen entre el cuerdo Aspirino y el demencial Colodión.

El Ofissa Pupp de Figueras se llama Adolfo, y es un gendarme inefable que pretende mantener el orden que el in­sensato Colodión altera de continuo con su errática conducta. Sólo o acompaña­do por sus compañeros gendarmes o por sus innumerables y pintorescos su­periores —el jefe, el inspector general, el superintendente—, Adolfo intenta en lo posible proteger a Aspirino contra las genialidades de su compañero, sin conseguirlo en demasiadas ocasiones.

EL HUMORISMO CREADOR DE FIGUERAS

Las diferencias entre el desarrollo del triángulo básico en Harriman y en Figueras son evidentes, en ellas reside, precisamente, la esencia del humorismo creador del dibujante español. En pri­mer término, la ambigüedad de las si­tuaciones es, en Aspirino y Colodión, total. Los dos protagonistas son inven­tores, y la trama de cada historieta suele girar en torno a alguna delirante invención de uno de los dos. Aparece una clara componente de competitivi­dad, Cada uno pretende demostrar que los inventos del otro son inútiles y de­menciales. Pero además existe una com­ponente de dependencia : Aspirino —de más edad, calvo, y con una curiosa bar­bita blanca— es de alguna forma el superior de Colodión, más joven e inexperto, con frecuencia obligado a tareas serviles o secundarias —traer probetas o hacer de conejo de indias—. Sin embargo, Aspirino no puede libe­rarse de una cierta envidia por su com­pañero, en cuyas locuras cada vez ma­yores parece existir una componente de genialidad.

De tan complejas relaciones entre los dos inventores surgen las actuaciones de Adolfo, el policía, que a veces no debe proteger a Aspirino de las locuras de su compañero, sino a éste contra los ataques del primero. Y, con gran fre­cuencia, Adolfo resulta ser sólo una víctima de la rivalidad de los dos inven­tores.

Además de esta mayor complejidad de las relaciones entre los personajes, dife­rencia a Figueras de Harriman el distinto camino que ambos emplean para sumergir al lector en una atmóstera onírica y surreal. En Harriman el paisa­je se mostraba ominosamente cambian­te, carente de identidad. En Figueras existe un ambiente identificable, pero la forma en que los elementos cotidia­nos se articulan para formar este am­biente los hace casi irreconocibles, con­siguiéndose que las acciones transcurran en un clima grotesco, paródico, por emplear la misma palabra de Figueras; en este clima todas las acciones son posibles, pues su misma esencia es ser una burla de la realidad. Lo que nos advierte de que no estamos en la reali­dad «habitual» es un conjunto de ele­mentos dispersos cuya aparición podría pasar desapercibida en una lectura pre­cipitada. El policía Adolfo va vestido como los de Nueva York en el siglo pasado, con toques de «bobby» inglés, y los personajes se expresan en una ex­traña jerga que parece arrancada de los viejos folletines, plagada además de retruécanos y anacronismos.

El uso de la jerga para el establecimien­to de una realidad paródica es uno de los factores fundamentales en la obra de Figueras. Este idioma caricaturesco convierte el mundo de los personajes de Figueras en imitación de una imita­ción, por cuanto remite al lector al mundo de las viejas películas, de los viejos seriales, con una mezcla de nos­talgia y burla, de añoranza y humor. Otro elemento que contribuye a remitir al lector a la pantomima del cine mudo es la disponibilidad de los personajes, Aspirino y Colodión pueden hacerse un día gendarmes y actúar codo con codo con Adolfo, sin que por ello queden mar­cados como policías. Su propia actua­ción entre los gendarmes será tan anár_ quica y delirante como lo era su activi­dad de inventores. Probablemente son la torpeza, el despiste y el carácter caótico las virtudes de los personajes de Fi­gueras que mejor retratan su mundo y, a la vez, los identifican con nosotros. Pues su mundo imposible —imitación de una imitación, parodia de una paro­dia— no los aleja de nosotros, como no consigue alejarnos de Buster Keaton su universo de caídas y coincidencias estrafalaria










s. n L. P.


Alfonso Figueras crea en 1966 —a petición de editorial Bruguera— una serie nueva que, según su deseo, debería llamarse «Los experimentos del Doctor Pastillofsky», pero que aparece por primera vez en el nº 334 de la revista El Capitán Trueno (6 de junio de 1966) con el título «Aspirino y Colodión investigan con fruición», en formato de historieta corta de dos tiras, Impresa en bicolor. Con una escasa vida en esta publicación, los personajes pasan al DDT, donde aparecen desde el nº cero de su tercera época (10 julio, 1967) hasta nuestros días, publicándose en formato de página completa.


Aspirino y Colodión han hecho ya de todo, desde el clásico papel del sabio despistado hasta el de filósofos de ocasión, inventores geniales y, actual. mente, el de gendarmes más o menos de pacotilla, y ello sin contar las breves e importantes incursiones de Colodión en las aventuras de Topolino, Aquí dos ejemplos tipo: su primera historieta en El Capitán Trueno y una reciente en el DDT.


Bang! información y estudios sobre la historieta numero 7/8, Barcelona 1973