Viaje a Italia 1
Colección Trazo Libre 10
Ediciones Junior
La irresponsable convulsión provocada por la publicación en España de la historieta adulta franco-belga nos legó algunos pingajos y se dejó en la cuneta auténticos talentos. Y es que si en este país hubiera capacidad y sensibilidad para el genuino escándalo cultural alzaríamos, airados, la voz al cielo, clamando por el vacío bibliográfico con que los editores han castigado al suizo Cosey. De veinte álbumes (cuatro, a mi entender, absolutamente indispensables) tan sólo tres, incluyendo los comentados, han pasado la censura comercial establecida por la industria de la historieta. Los criterios que nos han llevado a esta realidad quedan, de momento, en el insondable pozo de la falta de rigor, la ignorancia y las falsas veleidades artísticas, tanto de técnicos como de comentaristas/críticos como de algunos editores. Profundizar en un tema tan espinoso como éste es motivo de una reflexión más amplia; concentrémonos en los álbumes que nos ocupan y aprovechemos para reivindicar, tardíamente, la obra de Cosey.
Los dos volúmenes de VIAJE A ITALIA llegan en un momento artístico muy determinante para el autor suizo. Finalizada la saga JONATHAN (II álbumes) y los dos magníficos volúmenes compilados bajo el título genérico de A la recherche de Peter Pan, Cosey, en plena madurez estilística, escapa del tributo comercial que supone para un historietista la continuidad de una saga de éxito y escoge el camino más arduo: las obras unitarias exentas de continuidad. Para ello, Cosey deberá abandonar la política más conservadora de una editorial como Lombard, cuyos productos apuntan a un lector infantil/juvenil, y aprovechar la oportunidad que le brinda la colección Aire Libre, una idea de otra empresa limitada al sector antes apuntado, Dupuis, que con esta iniciativa rompe moldes y entra de lleno en el campo de la historieta para adultos.
La libertad estilística y formal de Aire Libre permite a Cosey abordar obras que se sirven de su experiencia anterior, aprovechando su enriquecedora capacidad visual y narrativa y desarrollando en profundidad los apuntes humanos, poéticos y sociológicos de su etapa anterior. Así, VIAJE A ITALIA vuelve a incidir en el choque de culturas tan querido a este autor, representado aquí por cuatro personajes que asumen raíces tan dispares pero tan complementarias como la occidental (Estados Unidos, Europa) y la oriental. Este auténtico mestizaje es el motor que arranca una vívida vivisección de las relaciones humanas, concentrada en sus puntos álgidos: la amistad y el amor. Y es que los personajes de Cosey son tan auténticos (o falsos, o indecisos, o inmaduros) como nosotros mismos; su móvil es la búsqueda, la vampirización de la esencia misma de la vida, dirigida por un destino que, demasiadas veces, escapa a nuestras posibilidades.
Arthur, Ian, Shirley y Keo, en el fondo no importan sus nombres, se creen dueños de su destino pero descubren que una fuerza superior los intimida. Cosey sacrifica la vanalidad por la profundización sicológica de sus criaturas, estableciendo entre ellas lazos indisolubles y vulnerables a la vez, que nos llevan a una reflexión íntima de la existencia, sin pedantería pero sin concesiones. Y todo esto Cosey lo hace consciente de la funcionalidad de su dibujo, que sirve a la esencia narrativa y argumental de una historieta tierna, sensible, vívida y llena de matices; palabras todas ellas exentas de su valor peyorativo, porque Cosey dibuja con el cerebro pero narra con el corazón y los intestinos.
Revista Viñetas nº1 Enero 1994 Ediciones Glenat