Un artista, francés, de Annecy. La ficha técnica, muy buena, en el blog Uno de los Nuestros, o en Wikipedia. Le sigo en Instagram aunque el tio mantiene cantidad de sitios en internet, y me resulta simpático a rabiar desde que ha homenajeado a Bernet, con unos poco dibujos (estan mas abajo), pura mancha de tinta negra.
domingo, 30 de julio de 2017
VITTORIO GIARDINO Una aportación decisiva a la madurez de la historieta
Por Pepe Gálvez
En primer lugar se recurre a adjetivos, como preciso, minucioso, perfeccionista.... con los que se hace referencia a los elementos mas llamativos, o evidentes, de su estilo narrativo, y no es extraño que después, de una forma u otra, se comparen sus obras historietísticas con novelas.
La atribución de este último parentesco evidencia no sólo las pertinentes Influencias literarias, en un tiempo y mundo narrativo influido casi exclusivamente por el cine, sino que expone un elemento esencial en la obra de Giardino: la ambición narrativa.
Giardino tiene el mérito de haber sido un autor que ha tratado, avanzándose a reconocimientos posteriores, al medio historietístico con el respeto que se debe; atribuyéndole y desarrollando unas posibilidades, que han contribuido a la madurez de aquel y a consolidar su especificidad. Porque lo que él ha pretendido y ha conseguido hacer, no es una imitación de las novelas o una subordinación del lenguaje de la historieta al literario, sino abarcar similares objetivos narrativos que este.
Yo quiero hablar de cosas muy sencillas y busco un estilo de narración tranquila, lenta, una estructura de ficción que permite abordar los verdaderos problemas.... y esto parecerá en Francia y en Italia mas propio de una novela que de una historieta.
Declaraciones de Giardino en una entrevista publicada en el fanzine francés P.L.G. n° 26 de Marzo de 1990.
El gran avance, el gran salto que la historieta, como medio de expresión, ha dado estos últimos años no se ha producido tanto en el campo del lenguaje, que también, como en de la ambición expresiva, en la voluntad de abarcar objetivos narrativos mas profundos y mas complejos. Un amplio bagaje de vocabulario y de construcciones sintácticas, había sido acumulado durante mas o menos un siglo.
Y sin embargo, la situación de ese lenguaje dentro de la jerarquía de la cultura de masas había limitado doblemente su desarrollo. Las convenciones, impuestas desde el supuesto de ser un medio dirigido casi exclusivamente hacia un público infantil o infantilizado, actuaban como un rígido corsé que limitaba su desarrollo. El maniqueísmo y la artificialidad de las situaciones, la unidimensionalidad de los personajes, la acción como motivo argumental casi excluyente de otros, las formulas de producción y de comercialización (1), permitían obras imaginativas, divertidas que enganchaban con sus propuestas de evasión o con un sencillo y efectivo humor costumbrista, pero que impedían el objetivo de todo medio de expresión que madura: aspirar a recrear, no a reproducir, con credibilidad, la vida en su globalidad.
Hay una estrecha relación entre ficción y vida, y de la primera se espera la capacidad de crear universos complejos que vayan mas allá de la imitación de los de la segunda.
Cuando Giardino se incorpora al mundo de la historieta, no sólo aporta el bagaje de sus conocimientos literarios (2), sino la ambición de construir estructuras narrativas que pudieran reproducir la vida aunque fuera parcialmente y a través de unos códigos de comunicación determinados. Siento una cierta ansia de racionalidad, de encontrar lo que da sentido a las cosas.Y estas historias -las de espionaje- tienen una estructura que da sentido al relato. Allá donde la fantasía campa por sus fueros, donde no se intenta construir nada, no me encuentro a gusto. A lo mejor intento hacer cuadrar el mundo. Giardino en el libro Il mio Giardino del crítico italiano Gianni Brunoro.
Sam Pezzo
Así sus primeros trabajos dispersos -1978- darán rápidamente paso a un propuesta consistente: Sam Pezzo -1979-.
Esta serie de género negro destaca por la densidad de sus argumentos, inspirados en los bajos fondos de la realidad italiana, localizada en la ciudad de Bolonia de aquellos años; por la ajustada construcción de sus tramas y por la entidad de sus personajes. Son historias que hablan de los inmigrantes, de especuladores, de la guerra de Eritrea....
Con el tiempo Giardino, ha autocriticado la calidad de su trabajo en Sam Pezzo en base a que el entorno italiano no era el adecuado para una serie de género negro. Es cierto que no todas las historietas tenían una coherencia de contexto, pero a medida que se salía de la adaptación de los códigos del genero negro para adentrarse en el entorno de Italia de aquel momento, la serie ganaba en intensidad y credibilidad.
Este fue el caso de las historietas Merry Christmas (3) y Shit City (4). El punto débil de Sam Pezzo radicaba en la discordancia entre los códigos del género y la referencia social en los que estos se insertaban. De manera que para el autor, más que para el lector seducido por la intriga, había una artificialidad en el relato que chirriaba, una artificialidad que rompía la coherencia global de la estructura narrativa. Otro elemento que seguramente distorsionaba la relación de Giardino con esta serie era su ubicación en el presente, hablando de su siguiente serie diría: Fridman es un personaje del pasado y no del presente porque es mucho mas fácil hablar de algo que históricamente es seguro. Con el presente te puedes equivocar del todo -EA, Mayo 1988, entrevista realizada por Josep Rom y Pepe Gálvez- Por otra parte hay que señalar que en el aspecto gráfico Sam Pezzo es una fase muy importante, ya que en ella el dibujo evoluciona con tremenda rapidez hacia la precisión y la seguridad.
Max Fridman
Así llegamos a Rapsodia húngara, un relato de espionaje ambientado en la turbulenta Europa de antes de la II Guerra Mundial.
Esta es la obra con la que el lector español conoce a Giardino (5), conocimiento que se impregna inmediatamente de admiración. En aquellos años ese tipo de historietas, no sólo no abundaban sino que eran excepciones (6). De esta obra impresionaba la riqueza de personajes y de su caracterización, atraía la densidad narrativa y el pedigrí cultural, seducía el tratamiento narrativo de la emoción y por otra parte la legibilidad gráfica de su línea clara facilitaba la simpatía del lector. Finalmente todo ello era coronado, en una equilibrada simbiosis que culminaba y diferenciaba su poder de seducción, por la complejidad de una seductora trama ajustada con cuidado y de una intriga resuelta con precisión
Respecto a Sam Pezzo en Rapsodia húngara se había producido un salto en los ritmos narrativos, siempre intensos pero progresivamente mas equilibrados.
En la primera el vértigo de los hechos marca el ritmo, en la segunda predominan los personajes, la acción surge de ellos y no al revés. No en vano Giardino se confiesa admirador de Graham Greene: he copiado sus mecanismos narrativos de tensión inversa, en lugar de que las cosas sencillas se compliquen el personaje ya vive en sus propios miedos que son los que le hacen pasar momentos de tensión, como sucede en Rapsodia húngara situación del taxi -de la ya citada entrevista de EA-
Tanto en Rapsodia húngara como en su siguiente obra; La puerta de Oriente, Giardino desarrolla una intriga que además de situar a los personajes ante un cúmulo de adversidades los envuelve en un entramado de apariencias de dudosa autenticidad. Y este es uno de los leit-motivs mas sugerentes de la obra de Giardino el tratamiento de la ambigüedad y falsedad de las apariencias.
La trampa de la apariencia
Tanto en el genero negro como en el de espías, por lo menos en aquellas obras que no se limitan a aplicar los códigos mas evidentes, se juega alrededor de la sustancia de la verdad. Se establecen dos escenarios narrativos: el que provoca el inicio de la acción, el mas evidente y el que la resuelve paralelo y oculto tras el anterior. El primero es un universo dominado por las apariencias, detrás de las que actúa el poder, origen de los delitos mas significativos. Estos son los que el poder, -el económico, el social, el político, el contrapoder de la delincuencia y las diversas combinaciones que pueden establecerse entre ellos- provoca al enfrentarse a la apariencia de legalidad, o sea de equilibrio social, para satisfacer su tendencia absolutista.
El tratamiento que Giardino ofrece de la fragilidad de las apariencias, congénita al espionaje en el camuflaje de las vidas falsas, en la apariencia honesta de los Estados y en el juego de los dobles agentes; lo extiende también a otros ámbitos de las relaciones humanas. Así en el álbum Vacaciones Fatales aparece el tema del engaño referencial en las falsificaciones o en el trabajo de los negros -Encuentro en París y La tercera verdad- . También en la vida cotidiana se da en el intento de manipular la realidad, la verdad se esconde detrás de mentiras y la mentira detrás de verdades -Vacaciones fatales-. Otro aspecto de la misma temática es el de la suplantación de personalidades -Bajo nombre falso-. Y desde una perspectiva general Giardino denuncia la falsedad de las convenciones que está ligada a la ambigüedad moral, al tiempo que desmitifica el maniqueísmo y plantea la falta de verismo que son propias al relato y a sus códigos.
Little Ego es una obra explícitamente erótica ya que su temática se centra en el desarrollo de fantasías sexuales, de origen masculino aunque sabiamente servidas a través del cuerpo de una mujer. La estructura narrativa onírica es un claro y bien realizado homenaje, evidenciado ya en título, a Little Nemo.
Sin embargo lo que interesa destacar ahora y aquí no es su buen hacer narrativo sino que Little Ego -titulo con referencias narcisistas- es la explicitación de un erotismo siempre presente en sus obras. Ya en Sam Pezzo aparece Lia Wang, protagonista de Shit City, un personaje femenino dotado de un especial e intenso atractivo.
Luego en sus siguientes obras siempre estará presente el erotismo, ya sea en la emoción sexual como figuras femeninas de explícita carnalidad.
El erotismo que se manifiesta en muchas ocasiones en detalles, en gestos femeninos cargados de insinuaciones y de disponibilidad, en otras no sólo en Little Ego, es sobre todo carnalidad, evidencia del cuerpo femenino y de sus encantos.
Sin embargo el sexo y su personificación femenina, que aparece como inevitable y placentero, se presenta al mismo tiempo cargado de potencialidades peligrosas.
Son muchas las ocasiones, en sus obras, en que una relación sexual, contiene un doble elemento de auténtica atracción y de manipulación.
Por otra parte y a pesar de que según él sus modelos femeninos son Ingrid Bergman o Katheryn Hepburn y de que es cierto que en la representación femenina casi nunca cae en la exhuberancia, su tipología femenina es muy amplia y con una muy acertada representación de la mejor sensualidad mediterránea.
Sobre el esqueleto de la intriga de conspiraciones emanadas de la lucha entre y contra los poderes secretos de los estados, Giardino introducía en Rapsodia húngara y La puerta de Oriente un toque de melancolía por la inevitable perdida de inocencia de la izquierda. Asimismo aparecía implícitamente la importancia de armonizar el componente individual y el colectivo, con el correlato de sus confrontaciones con el dogmatismo y sectarismo de la izquierda estalinista. Esta problemática toma forma de contexto social y cotidiano en la serie Jonás Fink. En ella recreará la asfixia impuesta por una concepción burocrática y antidemocrática del poder popular sobre la sociedad checoslovaca de antes de la Primavera de Praga. Jonás Fink es una obra iniciática que narra el proceso de maduración del protagonista dentro de la infancia y de la adolescencia. El obstáculo al que se ha de enfrentar es el de la marginación originada por la persecución política que sufre su padre y la prueba que ha de superar es el desarrollo emotivo dentro de la normalización de su existencia. En esta obra, Vittorio Giardino construye un estimulante retablo de pequeñas reivindicaciones de la belleza, del placer, de la alegría, que en su conjunto anuncian el fin de la oscuridad y la proximidad del cambio. En una atmósfera opresiva y mezquina que expande el miedo y exalta la ley de la sospecha, la amistad y la solidaridad serán los valores que abrirán perspectivas vitales renovadas para el joven Jonás. Como canta uno de los personajes de este álbum no hay noche eternas, y el nuevo día llega impulsado bien por sucesos de la importancia de la muerte de Stalin, bien por la acumulación de pequeños gestos de cariño, de ejercicio de la libertad o de afirmación frente al autoritarismo. Actos que se suceden con fluidez narrativa y que están protagonizados por, una vez más, una amplia y rica galería de personajes cálidamente expresivos .
Vittorio Giardino vuelve a viajar hacia atrás en el tiempo con ¡No Pasarán!, y lo hace en varias direcciones tanto hacia el pasado histórico como hacia el de Max Fridman. Ya en Rapsodia húngara se mencionaba la participación de Max en nuestra guerra contra el fascismo, y en realidad el embrión de No pasarán existía antes de La Puerta de Oriente (7). En esta tendencia a recuperar el pasado histórico vemos a un Giardino reparador de las distorsiones con que podemos mirar hacia atrás y que intenta cuadrar al mundo con cierta retroactividad. En concreto muestra su inquietud por el carácter etéreo que se tiene de la guerra española sometido a muy diversas y contradictorias interpretaciones y visiones. (8)
En la primera entrega de la serie nos encontramos con una Barcelona, una ciudad sobre la que se dibuja una intriga que es también un homenaje a los vencidos, reproducida con el uso narrativo de la documentación que caracteriza a Giardino. Un uso especial en el que el detallismo y la línea clara generan una falsa apariencia de verismo reconstructor. Y es que Giardino no se guía por una ansia de fidelidad documental, sino por el placer de recrear una época y por la voluntad de contextualizar. Así pasa que determinados detalles no se corresponden con la realidad estricta sino que sirven para lanzar los necesarios y suficientes mensajes referenciales-culturales al lector.
Línea clara y detallismo
Finalmente, querría señalar una aspecto importante del estilo Giardino: la credibilidad gráfica y su repercusión en el lector. Se trata de su capacidad de hacer creíble, mediante técnicas narrativas gráficas, una ficción, de integrar realidad e irrealidad en una síntesis y de hacer que el lector la acepte naturalmente.
Para ello combina y equilibra dos elementos: la capacidad referencial de la documentación, a la que nos hemos referido anteriormente y el grafismo de línea clara.
Es un estilo emparentado con Hergé, en lo que se trata de capacidad de dotar a la caricatura de verismo, pero no con su potencial capacidad de generar asepsia emotiva. Pero además, los códigos que nuestro autor introduce en la narración aportan una capacidad crítica al lector, le motivan a interrogarse sobre lo que ha leído y sobre su trasfondo.
Todo ello revierte en una sugerente tensión en el mantenimiento del equilibrio entre el sentimiento de identificación y la capacidad crítica que su obra estimula en el lector. Esta situación nos aleja de la clásica adicción del lector a una iterativa propuesta narrativa, y en cambio puede provocar que éste
demande progresivamente aún mayor rigurosidad narrativa en el autor.
Álbumes de Giardino publicados en España
Max Friedman: Rapsodia Húngara, 1984. La puerta de Oriente. No pasarán, 2000 Norma Editorial.
Sam Pezzo: Shit city. Colección El Muro, 1991- Norma Editorial
Vacaciones Fatales 1990-1993. Norma Editorial
Little Ego,1989. Norma Editorial Jonás Fink, 1995-1997-1998. Norma Editorial
Notas
(1) Pienso en los pobres niños de entonces, que se quedaban a medias y debían esperar una semana para saber qué pasaba. Bueno, muchas veces yo también era de los que esperaba a ver que pasaba, porque como hacía tres o cuatro cuadernos a la vez, no tenía ni idea de por donde iba la cosa. O sea que el suspense también me afectaba a mí. Entrevista a Víctor Mora realizada por Antoni Guiral y Pepe Gálvez para el U número 16.
(2) Sus influencias literarias confesas y explícitas son a nivel general: En primer lugar Graham Greene, luego Le Carré, Ambler y Conrad . Sobre la historia de la guerra civil española: Hugh Thomas Orwell, Koestler, Malraux, Neruda, Machado, Hemingway. Las influencias historietísticas también reconocidas son el Pato Donald de Carl Barks, Mickey Mouse de Goodfreson, Hugo Pratt, Moebius y Muñoz y Sampayo.
(3) En la entrevista que Thierry Groensteen le realizó en el número 71 de Cahiers de la bande dessinée, Giardino realiza respecto a esta historieta unas reflexiones llenas de actualidad: Los que organizan la entrada clandestina de los eritreos son considerados como criminales. Pero desde un cierto punto de vista puede que sean menos criminales que los Estados que rehusan dejar entrar a los extranjeros.
(4) Shit City fue dibujada entre Rapsodia húngara y la Puerta de Oriente, por lo que en realidad pertenece a un grado de mayor madurez creativa de Giardino.
(5) Apareció en el número 26 -Julio de 1984- de la revista Cairo. Y en el artículo que la presentaba Ignacio Vidal recogía una frase de Giardino, significativa de su modestia y responsabilidad creativa: Rapsodia está llena de errores, pero en muchas cosas me parece genial. No logro comprender cómo pude meter en ella tantas ideas. En ese sentido es magnífica.
(6) Las primeras páginas, en las que se narra el exterminio de la red de espionaje francesa Rapsodia en Budapest, a manos de agentes del servicio de espionaje nazi, son deslumbrantes y en el momento en que se dibujaron estaban por la inteligencia y nivel cultural del guión y por su virtuosismo gráfico, a años luz de lo que se estaba creando en el campo de la historieta en cualquier lugar de Europa. Ignacio Vidal-Folch y Ramón de España en El Canon de los Comics.
(7) Antes de dibujar La puerta de Oriente, yo había comenzado otra aventura de Friedman cuyo inicio se situaría en Suiza y en Navidad y cuya acción se trasladaría rápidamente a España, en plena guerra civil. He dibujado algunas páginas y acabado de escribir el guión, pero finalmente he abandonado la historia al darme cuenta de que habría sido demasiado larga
Entrevista realizada por Thierry Groensteen en Cahiers de la Bande Dessinée número 71.
(8) La guerra de España fue el primer enfrentamiento sangriento entre lo que nosotros llamamos la derecha y la izquierda.
Entrevista realizada por Thierry Groensteen
Publicado en la revista Dentro de la Viñeta nº15, año 2001, editada por Dude Comics
sábado, 29 de julio de 2017
Toda la rabia de un dibujo
La imagen, ya saben, vale más que mil palabras. Y así podemos argumentar que los dibujantes e ilustradores han contado más historias que muchos escritores.
Desde Antiguo se narra con imágenes. Me gusta, particularmente, la Nueva York de finales del siglo XIX, cuando la ciudad se convertía, por la inmigración global, en una de las ciudades más cosmopolitas del mundo, y en ese Babel de lenguas, fueron los humoristas gráficos, a través de la prensa, quienes consiguieron narrar las historias de la ciudad, poner rostro a los políticos que buscaban los votos de quienes llegaban y explicarles las acciones los legisladores (normalmente acciones delictivas).
Normalmente la dificultad es encontrar una gran capacidad de abstracción y síntesis. No andamos sobrados de espacio, y a día de hoy, arrancar una sonrisa, o incluso enarcar una ceja, hacernos parar un segundo requiere sangre y sudor.
Y a pesar de todos los contratiempos, negaciones y apuros económicos, ilustradores, dibujantes y gentes de mal vivir, continúan luchando. Y no es una expresión metafórica, literalmente, luchan. La simbología del dibujo, la expresión gráfica y lo que suele representar ha sido atacada regular y constantemente junto a cualquier otra forma de libertad de expresión. Y eso es algo impresionante.
Tampoco hace falta una radicalización total, también es una lucha el espacio en los medios, espacio vital para contar, narrar, mostrar. Es curioso como la existencia de una red global que permite verlo todo ha restringido muchos otros medios. La constante falta de escrúpulos, a la hora de apropiarse de ideas o simplemente negarse a pagar un trabajo (también hay que comer).
Tan solo es la rabia de un dibujo.
domingo, 23 de julio de 2017
Tebeorama. Minimalistas complejos y barrocos etéreos POR ALVARO PONS
1. Portadas de Cuentos y leyendas, de Dino Battaglia. 2. Portada de Hernan Esteve, de Esteban Hernández. 3. Una página de El Bueno de Cuttlas, de Calpurnio.
Los aficionados a los tebeos somos, además de incondicionales del arte de la viñeta, adictos a la rivalidad desmedida entre correligionarios. La cosa es antigua y afecta a todas las ramificaciones de la historieta: o se es de Astérix o de Tintín, o de Mortadelo y Filemón o de Zipi y Zape. Puede que uno sea más global y decida ser o de Marvel o de DC, o bien de europeo o americano, y no se libran ni los aficionados al manga, que tienen sus particulares puyas entre narutianos y songukianos. Pero de todos esos piques, quizás el más intrigante es el que enfrenta a los seguidores del canon del dibujo académico frente a los que admiran el trazo más sencillo e iconoclasta, que podría resumirse en "o eres de Foster o eres de Calpurnio". Una discusión sesuda de serios argumentos, pero en la que los bandos olvidan que, en el tebeo, el dibujo está al servicio de la transmisión de un mensaje, del establecimiento de una relación íntima entre autor y lector. Tan personal e intransferible que matiza el debate y lo lleva fuera del ámbito estricto de la técnica o el estilo. Nada mejor que unos ejemplos:
El bueno de Cuttlas, de Calpurnio (De-Bolsillo), recoge en un grueso volumen las tiras publicadas en el diario 20 Minutos durante la última década de un personaje que ya lleva casi 35 años rompiendo moldes. Los garabatos de Cuttlas son, en esencia, minimalistas que, pese, a tener antecesores insignes como los Striking effects produced by Unes & dotsfor the assistance of young draftsmen que George Cruikshank dibujara a principios del XIX, entran generalmente en la categoría de "esto lo dibujaría mi hijo de tres años". Y no me cabe duda de que cualquier avezado parvulito o parvulita podría dibujar al aguerrido vaquero, pero ¿contaría las maravillas que narran las historietas de Cuttlas? Porque esas historias de una página son un prodigio de narrativa visual, donde Calpurnio experimenta con el lenguaje del cómic exprimiéndolo y generando nuevos caminos donde no hay más límite que los cuatro lados de la página, que a veces incluso parecen desaparecer. El minimalismo gráfico esconde un barroquismo narrativo prolífico y sorprendente, capaz de evitar repetirse durante siete lustros atendiendo a la actualidad, a la física cuántica o a la electroacústica de Kraftwerk. Todo es posible en un espacio donde Cuttlas, Jim, Mabel y 37 —no olvidemos nunca a 37, emparentado, es posible, con el 42. admasiano— corren aventuras imposibles en las que, paradójicamente, siempre —o casi— se es fiel a las reglas del wéstern. El bueno de Cuttlas es, así, una obra maestra de la narrativa gráfica, de ese arte invisible que no necesita de trazo académico para ser perfecta.
Pero la gran maravilla del cómic es que no es excluyente: junto a este prodigio del minimalismo, el lector puede disfrutar sin solución de continuidad de un portento del barroquismo visual como Dino Battaglia, de quien la editorial Ponent Mon recupera en un volumen de exquisita factura sus Cuentos y leyendas. El veneciano está en las antípodas gráficas del valencianoaragonés, pero su genialidad se mueve en la misma liga. Reconocido por sus adaptaciones literarias de Maupassant, Poe, Stevenson o Hoffman, este volumen recoge las traslaciones de los cuentos clásicos a la historieta de la famosa publicación infantil Corrieri dei piccoli, editados entre finales de los sesenta y los primeros setenta. Su dominio de la historia corta le permite sintetizar con precisión obras como El gigante egoísta, El pájaro de fuego o Una canción de Navidad en el reducido espacio de 8 o 10 páginas, en ejercicio arriesgado de síntesis narrativa que resuelve gracias a su elegante estilo, deudor tanto del grabado clásico como de dibujan¬tes como Ronald Searle, asimilados en un estilo personalísimo donde la exactitud de la plumilla contrasta con el uso de sombras realizadas con técnicas que van del sfumato a la textura vigorosa, en páginas de cuidada composición donde la viñeta desaparece para que sea el espacio en blanco el que cargue con la responsabilidad de guiar al lector. Paradójicamente, toda esa pomposa carga gráfica es casi transparente para el aficionado, que se encuentra con la apariencia de una narrativa simple y sencilla, eficaz en su pura esencia, perfecta.
Lo que en uno es minimalismo gráfico y barroquismo narrativo, en el otro es barroquismo gráfico y minimalismo narrativo. En ambos, pura genialidad del noveno arte. Y es que el arte del cómic tiene esa grandeza: se puede gozar de la elegante coreografía clasicista de Alex Raymond en Flash Gordon o de la aventura pura del héroe mainstream moderno que supuso el Johnny Hazard de Frank Robbins (ambas editadas por Dolmen), pero sin renunciar a la expe¬rimentación libre y atrevida de Klari Moreno en Ya será o al intimismo desafiante de catarsis especular que Esteban Hernández practica en Hernán Esteve (dos obras editadas por Libros de Autoengaño).
Y todo, disfrutando de leer tebeos. ¿Quién da más?
El Pais. Babelia. Nº 1.339 Sabado 23 de julio de 2017
sábado, 22 de julio de 2017
El dibujante español Gabriel H. Walta gana un Oscar del cómic por ‘La visión’
La obra, que el creador firma junto con el guionista Tom King, se lleva un premio Eisner a la mejor serie limitada
El Pais
Madrid 22 JUL 2017
Una página de 'La visión' de Walta.
El universo Marvel vuelve a tener tinta española. Gabriel H. Walta, uno de los últimos dibujantes españoles en dar el salto a la editorial estadounidense, ya cuenta con su premio Eisner —conocido popularmente como "los Oscar del cómic"— gracias a su trabajo en La Visión, colección escrita por Tom King que ha logrado este año el galardón a mejor serie limitada. Los reconocimientos más importantes de la industria del cómic se entregaron el viernes en San Diego dentro de la Comic-Con, macroevento de cultura popular que se celebra en esta ciudad californiana hasta el domingo.
La Visión, aplaudida obra de 12 números de King y Walta que ya se había llevado este año el premio a la mejor obra extranjera en el Salón del Cómic de Barcelona, aborda la historia más íntima de Visión, uno de los personajes más famosos del grupo de superhéroes Los Vengadores, creado en 1968 por Roy Thomas y que en el cine ha sido popularizado por el actor Paul Bettany.
En la singular aproximación de King y Walta al androide, tras años salvando el mundo y de ajetreados romances con La Bruja Escarlata, trata de comportarse como un ser humano más. Todo comienza con el héroe decidido a construirse su propia familia (con perro incluido) y mudarse a un barrio residencial. Una aventura que se aleja del habitual tebeo de superhéroes para convertirse en una trama de ciencia-ficción más cercana a La dimensión desconocida.
El Dr. Extraño de Walta. MARVEL
"Desde un principio, supimos que iba a ser especial para nosotros, aunque no estábamos nada seguros de que fuera a llegar a todos los lectores”, reconocía a EL PAÍS Walta tras conocer su nominación. Era la única serie de superhéroes en la categoría: "Nos alegra especialmente que le guste a lectores que no suelen acercarse a este tipo de tebeos".
Nacido en 1973 en la ciudad española de Melilla, la obra de Walta incluye, entre otros títulos, El Velo y El Bosque de los Suicidas, así como diversos trabajos para el gigante Marvel, que acaba de anunciarlo como el nuevo dibujante de Dr. Extraño. El premio a mejor serie limitada para Walta fue la única buena noticia para los artistas hispanos en la 29ª edición de los Eisner, ya que fue el único de los nominados iberoamericanos que se alzó con el triunfo.
El español Paco Roca no ganó con Arrugas el premio a la mejor edición estadounidense de un cómic internacional, mientras que sus compatriotas Emma Ríos (Island Magazine) y Santiago García (responsable de la recopilación que reúne a autores de nuevo cuño con caras reconocibles del tebeo patrio, Panorama - La novela gráfica española hoy) tampoco lograron el reconocimiento a la mejor antología. Otro español, Albert Monteys, conocido por su trabajo en El Jueves, era candidato al Eisner al mejor cómic digital por la epopeya de ciencia-ficción ¡Universo!, publicado por Panel Syndicate, mientras que el dibujante Pere Pérez optaba al galardón a la mejor nueva serie por la superheroína Faith y Florentino Flórez estaba nominado al mejor libro relacionado con los cómics por Ditko Unleashed: An American Hero, alrededor de la exposición dedicada al creador de Spiderman.
Al otro lado del Atlántico, la mexicana Eva Cabrera no pudo llevarse el premio a la mejor serie limitada con Kim and Kim, mientras que su compatriota Mauricio Caballero tampoco triunfó en el apartado de mejor cómic digital por Helm. Finalmente, el argentino Eduardo Risso no se llevó el premio al mejor cómic basado en la realidad por Dark Night: A True Batman Story como tampoco lo hizo el brasileño Rafael Albuquerque por Batgirl en la categoría de mejor publicación para adolescentes.
El Pais
Akira Toriyama Taller de manga
El Taller de manga de Akira Toriyama y Akira Sakuma es un trabajo original. En sentido estricto, no se trata de una historia; se trata de una obra de referencia, una clave interesante para entender muchos aspectos relacionados con el manga, en Japón y en España. Además, a nivel editorial también es una novedad especial: es el primer manga de Planeta-DeAgostini que se ha publicado en el sentido de lectura japonés. El Taller de manga reúne lo que es un libro sobre comic, un manual para aprender a dibujar, una obra juvenil y, además, la firma de un autor famoso, cosas bastante diferentes que es raro encontrar bajo el mismo título, Por todo esto, Akira Toriyama-Taller de manga es una obra diferente.
TORIYAMA ENSENA MANGA
Akira Toriyama estaba en 1985 dibujando Dr. Slump. Era su primera obra larga, había quemado todos los récords de tiempo en su adaptación al anime y le había consagrado definitivamente como un autor popular, y sobre todo, como un autor original, capaz de hacer cosas inesperadas. Entonces recibió de Fresh Jump, una revista que viene a ser, por la eaaa de sus lectores, la hermana menor del famoso Shonen Jump, el encargo de dibujar el Taller de manga, o si lo preferís, el Hetappi-Manga Kenkyujo, el "Laboratorio de Manga Hetappi". "Hetappi" es una palabra que deriva de "heta' que significa "torpe" y la idea de este "laboratorio de manga para torpes" era darle a los jóvenes lectores del Fresh Jump algunas referencias básicas sobre el manga y algunos consejos relativos a la vida profesional.
TALLER DE MANGA
El Taller de manga pretende explicar brevemente los conceptos básicos, teóricos y prácticos necesarios para dibujar comics o, más bien, para dibujar mangas, ¿Es dibujar manga lo mismo que dibujar comics? Es una pregunta con trampa: "manga" y "comic" son usados como sinónimos en Japón. El lenguaje de viñetas y bocadillos, los recursos de la narración, son los mismos; no hay nada en este libro que un lector occidental no vaya a reconocer.
Pero hay diferencias entre el 'comic" tal como lo entiende ese lector occidental y el "manga" tal como lo explica Akira Toriyama. La diferencia más evidente es el orden de lectura. La edición de este libro se ha realizado en el orden de lectura japonés porque resultaba imposible hacerlo de otra manera. Las explicaciones de Toriyama sobre composición, por ejemplo, están pensadas para comics que se leen de derecha a izquierda; alterarlas significaba reescribir el libro, y en este libro era especialmente importante respetar la integridad de la obra. Hay otras diferencias relativas al mundo del manga: puede resultar extraño que se hable, por ejemplo, de
El Taller de manga gustará a los aficionados que tengan ganas de saber más sobre cómo funciona el manga, y quieran leer un manga en "versión original". Gustará también a los que tengan curiosidad por una obra casi desconocida de Akira Toriyama. Y, sobre todo, resultará una referencia insustituible para los que sientan la fiebre del lápiz, y quieran aprender a dibujar mangas (o comics) con la ayuda del mejor maestro. Editar esta obra ha sido para nosotros una auténtica aventura. Esperamos que para los lectores sea igualmente una aventura leerla.
Ana María Meca
AKIRA TORIYAMA-TALLER DE MANGA
de Akira Toriyama & Akira Sakuma
Publicación de la Editorial Planeta-DeAgostini, Barcelona.
Primera edición española: Octubre 1996
DELIRIO LACHAPELLE
Es el maestro de la fantasía, la imaginación, el erotismo y el surrealismo. Tras 20 años fotografiando a las grandes estrellas en situaciones imposibles edita un libro gigantesco que recopila lo mejor de toda su carrera y además se estrena como realizador de largometrajes. Por Eugenia de la Torriente
CON O SIN ROPA. Madonna, con un misticismo propio de Bollywood, entre los cisnes. Nada es imposible para LaChapelle. O sí. "Madonna no se desnudó cuando se lo pedí. Supongo que siente que ya lo hecho demasiado".
ESTRELLAS 8N FANTASÍA. La cantante Björk, retratada en abril de 2001 en un decorado tan original como su música.
Cuando Andy Warhol murió, las cosas se torcieron para David LaChapelle. Era 1987 y los nuevos editores de la revista Interview, en la que el chico de Connecticut que Warhol conoció en una fiesta había aprendido a hacer fotos, le echaron. Él dedicó dos años a trabajar los negativos de color hasta conseguir un vibrante espectro cromático que se convertiría en una de sus señas de identidad. Cuando volvió al negocio nadie quería ver su book. "La gente decía: 'Está acabado', 'Ya no tiene 19 años", recordaba LaChapelle en una entrevista concedida en 1996.
Hoy, 10 años después de esa entrevista y a casi 20 de su despido, pasados ya los 40, LaChapelle tiene una prueba más que evidente de cuánto se equivocaron los que le enterraron a los 25. Más de una, en realidad: 2.500, para ser exactos. Cada una viene en una caja de 35 por 50 centímetros y tiene 698 páginas y una firma suya. Cada una cuesta 1.500 euros. Cada una es un libro, Artists & prostitutes, edición limitada publicada por Taschen que recoge los mejores trabajos de su carrera entre 1985 y 2005. Una categoría que, tratándose de LaChapelle, significa las imágenes más circenses y provocativas que su imaginación ha ideado. Y que personajes tan mediáticos como Eminem, Madonna, Drew Barrymore o David Beckham se han prestado a interpretar.
"Mis fotografías son escapistas. Para mí la fotografía es fantasía", afirmaba en 2001 LaChapelle en American Photo. Estrellas del pomo, rockeros y modelos situados en un escenario artificial y artificioso que abraza con pasión los símbolos de la cultura pop y aquella parte de la realidad estadounidense que no encaja en las convenciones del buen gusto: centros comerciales, hamburguesas gigantes, autopistas anónimas. Y todo ello con la menor cantidad de ropa posible, por favor: Eminem, desnudo, sujetando un fálico cartucho de dinamita entre sus muslos; Amanda Lepore, su transexual favorita,.esnifando diamantes; la ropera Lil'Kim, también desnuda y sólo cubierta por el logo Monogram de Vuitton, como si ella misma se hubiera convertido en un bolso... Reivindicar la vulgaridad y redimirla como belleza.
EL PODER 'KiTSCH'. Vestuario, decoración, maquillaje..., nada se deja al azar. La actriz Elizabeth Taylor, retratada por David LaChapelle en el mes de febrero de 2002.
Una vocación por lo carnavalesco y lo delirante que le ha reportado una de sus más recurrentes etiquetas. El nuevo surrealista. El Fellini de la fotografía. El heredero del maestro francés Guy Bourdin (una de las pocas influencias confesas, junto a Helmut Newton y Diane Arbus, de un hombre que odia la nostalgia). Tal vez, uno de los primeros en encasillarle en esa categoría fuera uno de sus iniciales valedores. James Truman, directivo de Conde Nast que publicó su trabajo en la revista Details, declaraba a The New York Times en 1994: "El suyo es un surrealismo muy contemporáneo. Una especie de mezcla del dadaísmo, la diversión de los años cincuenta, el mal gusto de los setenta y la cibercultura de los noventa". Una suma de referencias que desde entonces ha permanecido como la ecuación favorita para definir a David LaChapelle.Entre estos elementos, uno a tener especialmente en cuenta. El lúdico. Para un hombre cuyo mayor éxito es que alguien arranque una fotografía suya de una revista y la pegue en la nevera -"ésos son
hoy los museos"-, reírse de casi todo es lo importante. Diversión era lo que buscaba su teatral y aburrida madre cuando vestía a su hijo pequeño con alas de papel y le retrataba como un ángel. O cuando disfrazaba a sus tres vastagos con complicados atuendos y les hacía posar frente a mansiones de extraños. "Mi madre construía su realidad a través de esas fotos. Tal vez de ahí saqué la idea de fabricar fantasías en imágenes", reflexionaba en 1999 en la revista i-D. Aunque no todo en la infancia de LaChapelle fueron juegos y risas. A los 15 años, el instituto de Farmington podía ser un lugar bastante duro. "Fue una época jodida. Básicamente era un marginado. Me interesaba el punk rock y el disco, y sólo iba a clases de arte. La gente me tiraba cosas en la cafetería porque vestía distinto a los demás. Todo el mundo asumía que era gay y me insultaba. Había veces que no lo soportaba", confesó a The Advocate en 1996. Así que empaquetó sus cosas y dejó su casa para conocer el fascinante espectáculo de Nueva York al inicio de los ochenta.
En el suelo de la más mitificada pista de baile de la época, Studio 54, dice la leyenda que encontró un pendiente que vendió para comprar su primera cámara. Luego descubriría que la joya pertenecía a Pa-loma Picasso. Cuento o realidad, lo seguro es que, tras un año en Nueva York, el adolescente LaChapelle fue aceptado en la escuela de arte de North Carolina gracias a sus dibujos y pinturas. Y aquél fue el lugar en el que descubrió la fotografía. "Estaba muy interesado en el realismo y en el arte figurativo, así que la fotografía me pareció una forma más eficiente de reflejar la realidad. Nunca volví a dibujar tras coger la cámara", declaró en 1996. Paradójicamente, el maestro del artificio llegó a la fotografía en busca de veracidad. Pero en un oscuro y triste episodio de su vida, su punto de vista cambió. Radicalmente.
De vuelta en Nueva York, LaChapelle le enseñó sus fotos a Warhol. "Estupendo", dijo el artista. Y le contrató para su revista. Las cosas empezaban a ir bien cuando, en 1984, su novio desde hacía tres años murió de sida. Al dolor por la pérdida se le unió la incertidumbre sobre su propia salud. Y a las pruebas que despejaron ese miedo concede LaChapelle una notable influencia sobre su estilo. "Esos resultados cambiaron mi vida", dijo en 1996. "Después de ellos quería volver a reír y tomar un tipo distinto de foto". Vital, alegre, sexy, provocativa, sin prejuicios, libre y entretenida; simple y llanamente, entretenida. Un mensaje que ha seducido igual a Vogue que a Rolling Stone, lo mismo a Diesel que a L'Oréal. Sueños e imposibles capturados en una imagen altamente manipulada. "Cambio hasta las caras con el ordenador.
No hay límite. No hay razón para ello. Nada es, en realidad, puro. Todo lo que haces en fotografía es artificio".
Pero no todo lo que hace LaChapelle es fotografía. Con un cortometraje de seis minutos en que satirizaba a Donatella Versace y Giorgio Armani y con un anuncio de 50 segundos para la cadena MTV en el que Madonna y Courtney Love parodiaban a las protagonistas de ¿Quién teme a Baby Jane? descubrió el poder de la imagen en movimiento. Y dada su cercanía con las estrellas de la música, de ahí a los vídeos medió un pequeño paso. Se estrenó en 1997 con un clip para el grupo Dandy Warhols, y dos años después, con su tercera creación (Natural blues, de Moby, en la que Christina Ricci era un ángel, y el músico, un anciano), se alzó con un montón de premios que le encumbraron como el realizador de moda. Elton John, Jennifer López, Christina Aguilera o Norah Jones son sólo algunos de los que han contado con él para convertir su música en sofisticada y alocada película. Pero, ay, LaChapelle necesitaba más.
"He estado trabajando con famosos durante 20 años. Algunos proyectos son gratificantes, pero en otros me he encontrado con una famosilla sin talento a la que voy a hacer un vídeo que no le interesa nada. Había un vacío. Quería hacer algo, pero no sabía qué", declaraba en 2005. La respuesta la encontró en la calle. En el conflictivo barrio de South Central, en Los Ángeles, donde jóvenes e increíbles bailarines han creado el krumping. "Lo más explosivo que he conocido desde el break dance". Un movimiento de vertiginosas contorsiones que ha retratado en Rize, su primer documental y largometraje, que en 2005 pasó por los festivales de Sundance y de Tribeca, en Nueva York. Aunque, tratándose de LaChapelle, que nadie espere un documental al uso. "No tenía intención de hacer una película didáctica y política, sino una entretenida que la gente fuera a ver al cine. Los personajes explicando sus historias, sin expertos ni estadísticas". Esto es espectáculo, por supuesto, y nadie lo sabe mejor que él, que ha hallado la respuesta a su vacío en jóvenes de un barrio deprimido que se convierten en héroes a través del baile, pero sin que eso signifique un abandono de su pulsión por lo brillante, lo decadente y lo glamouroso. Después de todo, éste es el hombre que dijo: "Yo no quiero fama, sólo hacer fotos famosas". Y el que ya dispone de un gigantesco libro (casi 700 páginas, recuerde) lleno de ellas. •
El libro Artists & prostitutes está editado por Taschen. Es una edición limitada de 2.500 ejemplares firmados y cuesta 1.500 euros. Más información en: www.taschen.com.
El Pais Semanal Número 1.542 Domingo 16 de abril 2006
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
-
Con motivo del 50 aniversario del Hombre de Acero, la cadena norteamericana CBS presentó en las pantallas de todo el mundo una s...
-
André Edouard Marty (1882-1974) colaboró con revistas como Fémina, Le Sourire, Vogue, Harper's Bazaar o Gazette du bon ton (imagen dch...
-
UNIDADES NARRATIVAS Constituyen los parámetros por los que se rigen la narración gráfica. Sin ellas no tendríamos historia, se encargan de l...