Por Pepe Gálvez
En primer lugar se recurre a adjetivos, como preciso, minucioso, perfeccionista.... con los que se hace referencia a los elementos mas llamativos, o evidentes, de su estilo narrativo, y no es extraño que después, de una forma u otra, se comparen sus obras historietísticas con novelas.
La atribución de este último parentesco evidencia no sólo las pertinentes Influencias literarias, en un tiempo y mundo narrativo influido casi exclusivamente por el cine, sino que expone un elemento esencial en la obra de Giardino: la ambición narrativa.
Giardino tiene el mérito de haber sido un autor que ha tratado, avanzándose a reconocimientos posteriores, al medio historietístico con el respeto que se debe; atribuyéndole y desarrollando unas posibilidades, que han contribuido a la madurez de aquel y a consolidar su especificidad. Porque lo que él ha pretendido y ha conseguido hacer, no es una imitación de las novelas o una subordinación del lenguaje de la historieta al literario, sino abarcar similares objetivos narrativos que este.
Yo quiero hablar de cosas muy sencillas y busco un estilo de narración tranquila, lenta, una estructura de ficción que permite abordar los verdaderos problemas.... y esto parecerá en Francia y en Italia mas propio de una novela que de una historieta.
Declaraciones de Giardino en una entrevista publicada en el fanzine francés P.L.G. n° 26 de Marzo de 1990.
El gran avance, el gran salto que la historieta, como medio de expresión, ha dado estos últimos años no se ha producido tanto en el campo del lenguaje, que también, como en de la ambición expresiva, en la voluntad de abarcar objetivos narrativos mas profundos y mas complejos. Un amplio bagaje de vocabulario y de construcciones sintácticas, había sido acumulado durante mas o menos un siglo.
Y sin embargo, la situación de ese lenguaje dentro de la jerarquía de la cultura de masas había limitado doblemente su desarrollo. Las convenciones, impuestas desde el supuesto de ser un medio dirigido casi exclusivamente hacia un público infantil o infantilizado, actuaban como un rígido corsé que limitaba su desarrollo. El maniqueísmo y la artificialidad de las situaciones, la unidimensionalidad de los personajes, la acción como motivo argumental casi excluyente de otros, las formulas de producción y de comercialización (1), permitían obras imaginativas, divertidas que enganchaban con sus propuestas de evasión o con un sencillo y efectivo humor costumbrista, pero que impedían el objetivo de todo medio de expresión que madura: aspirar a recrear, no a reproducir, con credibilidad, la vida en su globalidad.
Hay una estrecha relación entre ficción y vida, y de la primera se espera la capacidad de crear universos complejos que vayan mas allá de la imitación de los de la segunda.
Cuando Giardino se incorpora al mundo de la historieta, no sólo aporta el bagaje de sus conocimientos literarios (2), sino la ambición de construir estructuras narrativas que pudieran reproducir la vida aunque fuera parcialmente y a través de unos códigos de comunicación determinados. Siento una cierta ansia de racionalidad, de encontrar lo que da sentido a las cosas.Y estas historias -las de espionaje- tienen una estructura que da sentido al relato. Allá donde la fantasía campa por sus fueros, donde no se intenta construir nada, no me encuentro a gusto. A lo mejor intento hacer cuadrar el mundo. Giardino en el libro Il mio Giardino del crítico italiano Gianni Brunoro.
Sam Pezzo
Así sus primeros trabajos dispersos -1978- darán rápidamente paso a un propuesta consistente: Sam Pezzo -1979-.
Esta serie de género negro destaca por la densidad de sus argumentos, inspirados en los bajos fondos de la realidad italiana, localizada en la ciudad de Bolonia de aquellos años; por la ajustada construcción de sus tramas y por la entidad de sus personajes. Son historias que hablan de los inmigrantes, de especuladores, de la guerra de Eritrea....
Con el tiempo Giardino, ha autocriticado la calidad de su trabajo en Sam Pezzo en base a que el entorno italiano no era el adecuado para una serie de género negro. Es cierto que no todas las historietas tenían una coherencia de contexto, pero a medida que se salía de la adaptación de los códigos del genero negro para adentrarse en el entorno de Italia de aquel momento, la serie ganaba en intensidad y credibilidad.
Este fue el caso de las historietas Merry Christmas (3) y Shit City (4). El punto débil de Sam Pezzo radicaba en la discordancia entre los códigos del género y la referencia social en los que estos se insertaban. De manera que para el autor, más que para el lector seducido por la intriga, había una artificialidad en el relato que chirriaba, una artificialidad que rompía la coherencia global de la estructura narrativa. Otro elemento que seguramente distorsionaba la relación de Giardino con esta serie era su ubicación en el presente, hablando de su siguiente serie diría: Fridman es un personaje del pasado y no del presente porque es mucho mas fácil hablar de algo que históricamente es seguro. Con el presente te puedes equivocar del todo -EA, Mayo 1988, entrevista realizada por Josep Rom y Pepe Gálvez- Por otra parte hay que señalar que en el aspecto gráfico Sam Pezzo es una fase muy importante, ya que en ella el dibujo evoluciona con tremenda rapidez hacia la precisión y la seguridad.
Max Fridman
Así llegamos a Rapsodia húngara, un relato de espionaje ambientado en la turbulenta Europa de antes de la II Guerra Mundial.
Esta es la obra con la que el lector español conoce a Giardino (5), conocimiento que se impregna inmediatamente de admiración. En aquellos años ese tipo de historietas, no sólo no abundaban sino que eran excepciones (6). De esta obra impresionaba la riqueza de personajes y de su caracterización, atraía la densidad narrativa y el pedigrí cultural, seducía el tratamiento narrativo de la emoción y por otra parte la legibilidad gráfica de su línea clara facilitaba la simpatía del lector. Finalmente todo ello era coronado, en una equilibrada simbiosis que culminaba y diferenciaba su poder de seducción, por la complejidad de una seductora trama ajustada con cuidado y de una intriga resuelta con precisión
Respecto a Sam Pezzo en Rapsodia húngara se había producido un salto en los ritmos narrativos, siempre intensos pero progresivamente mas equilibrados.
En la primera el vértigo de los hechos marca el ritmo, en la segunda predominan los personajes, la acción surge de ellos y no al revés. No en vano Giardino se confiesa admirador de Graham Greene: he copiado sus mecanismos narrativos de tensión inversa, en lugar de que las cosas sencillas se compliquen el personaje ya vive en sus propios miedos que son los que le hacen pasar momentos de tensión, como sucede en Rapsodia húngara situación del taxi -de la ya citada entrevista de EA-
Tanto en Rapsodia húngara como en su siguiente obra; La puerta de Oriente, Giardino desarrolla una intriga que además de situar a los personajes ante un cúmulo de adversidades los envuelve en un entramado de apariencias de dudosa autenticidad. Y este es uno de los leit-motivs mas sugerentes de la obra de Giardino el tratamiento de la ambigüedad y falsedad de las apariencias.
La trampa de la apariencia
Tanto en el genero negro como en el de espías, por lo menos en aquellas obras que no se limitan a aplicar los códigos mas evidentes, se juega alrededor de la sustancia de la verdad. Se establecen dos escenarios narrativos: el que provoca el inicio de la acción, el mas evidente y el que la resuelve paralelo y oculto tras el anterior. El primero es un universo dominado por las apariencias, detrás de las que actúa el poder, origen de los delitos mas significativos. Estos son los que el poder, -el económico, el social, el político, el contrapoder de la delincuencia y las diversas combinaciones que pueden establecerse entre ellos- provoca al enfrentarse a la apariencia de legalidad, o sea de equilibrio social, para satisfacer su tendencia absolutista.
El tratamiento que Giardino ofrece de la fragilidad de las apariencias, congénita al espionaje en el camuflaje de las vidas falsas, en la apariencia honesta de los Estados y en el juego de los dobles agentes; lo extiende también a otros ámbitos de las relaciones humanas. Así en el álbum Vacaciones Fatales aparece el tema del engaño referencial en las falsificaciones o en el trabajo de los negros -Encuentro en París y La tercera verdad- . También en la vida cotidiana se da en el intento de manipular la realidad, la verdad se esconde detrás de mentiras y la mentira detrás de verdades -Vacaciones fatales-. Otro aspecto de la misma temática es el de la suplantación de personalidades -Bajo nombre falso-. Y desde una perspectiva general Giardino denuncia la falsedad de las convenciones que está ligada a la ambigüedad moral, al tiempo que desmitifica el maniqueísmo y plantea la falta de verismo que son propias al relato y a sus códigos.
Little Ego es una obra explícitamente erótica ya que su temática se centra en el desarrollo de fantasías sexuales, de origen masculino aunque sabiamente servidas a través del cuerpo de una mujer. La estructura narrativa onírica es un claro y bien realizado homenaje, evidenciado ya en título, a Little Nemo.
Sin embargo lo que interesa destacar ahora y aquí no es su buen hacer narrativo sino que Little Ego -titulo con referencias narcisistas- es la explicitación de un erotismo siempre presente en sus obras. Ya en Sam Pezzo aparece Lia Wang, protagonista de Shit City, un personaje femenino dotado de un especial e intenso atractivo.
Luego en sus siguientes obras siempre estará presente el erotismo, ya sea en la emoción sexual como figuras femeninas de explícita carnalidad.
El erotismo que se manifiesta en muchas ocasiones en detalles, en gestos femeninos cargados de insinuaciones y de disponibilidad, en otras no sólo en Little Ego, es sobre todo carnalidad, evidencia del cuerpo femenino y de sus encantos.
Sin embargo el sexo y su personificación femenina, que aparece como inevitable y placentero, se presenta al mismo tiempo cargado de potencialidades peligrosas.
Son muchas las ocasiones, en sus obras, en que una relación sexual, contiene un doble elemento de auténtica atracción y de manipulación.
Por otra parte y a pesar de que según él sus modelos femeninos son Ingrid Bergman o Katheryn Hepburn y de que es cierto que en la representación femenina casi nunca cae en la exhuberancia, su tipología femenina es muy amplia y con una muy acertada representación de la mejor sensualidad mediterránea.
Sobre el esqueleto de la intriga de conspiraciones emanadas de la lucha entre y contra los poderes secretos de los estados, Giardino introducía en Rapsodia húngara y La puerta de Oriente un toque de melancolía por la inevitable perdida de inocencia de la izquierda. Asimismo aparecía implícitamente la importancia de armonizar el componente individual y el colectivo, con el correlato de sus confrontaciones con el dogmatismo y sectarismo de la izquierda estalinista. Esta problemática toma forma de contexto social y cotidiano en la serie Jonás Fink. En ella recreará la asfixia impuesta por una concepción burocrática y antidemocrática del poder popular sobre la sociedad checoslovaca de antes de la Primavera de Praga. Jonás Fink es una obra iniciática que narra el proceso de maduración del protagonista dentro de la infancia y de la adolescencia. El obstáculo al que se ha de enfrentar es el de la marginación originada por la persecución política que sufre su padre y la prueba que ha de superar es el desarrollo emotivo dentro de la normalización de su existencia. En esta obra, Vittorio Giardino construye un estimulante retablo de pequeñas reivindicaciones de la belleza, del placer, de la alegría, que en su conjunto anuncian el fin de la oscuridad y la proximidad del cambio. En una atmósfera opresiva y mezquina que expande el miedo y exalta la ley de la sospecha, la amistad y la solidaridad serán los valores que abrirán perspectivas vitales renovadas para el joven Jonás. Como canta uno de los personajes de este álbum no hay noche eternas, y el nuevo día llega impulsado bien por sucesos de la importancia de la muerte de Stalin, bien por la acumulación de pequeños gestos de cariño, de ejercicio de la libertad o de afirmación frente al autoritarismo. Actos que se suceden con fluidez narrativa y que están protagonizados por, una vez más, una amplia y rica galería de personajes cálidamente expresivos .
Vittorio Giardino vuelve a viajar hacia atrás en el tiempo con ¡No Pasarán!, y lo hace en varias direcciones tanto hacia el pasado histórico como hacia el de Max Fridman. Ya en Rapsodia húngara se mencionaba la participación de Max en nuestra guerra contra el fascismo, y en realidad el embrión de No pasarán existía antes de La Puerta de Oriente (7). En esta tendencia a recuperar el pasado histórico vemos a un Giardino reparador de las distorsiones con que podemos mirar hacia atrás y que intenta cuadrar al mundo con cierta retroactividad. En concreto muestra su inquietud por el carácter etéreo que se tiene de la guerra española sometido a muy diversas y contradictorias interpretaciones y visiones. (8)
En la primera entrega de la serie nos encontramos con una Barcelona, una ciudad sobre la que se dibuja una intriga que es también un homenaje a los vencidos, reproducida con el uso narrativo de la documentación que caracteriza a Giardino. Un uso especial en el que el detallismo y la línea clara generan una falsa apariencia de verismo reconstructor. Y es que Giardino no se guía por una ansia de fidelidad documental, sino por el placer de recrear una época y por la voluntad de contextualizar. Así pasa que determinados detalles no se corresponden con la realidad estricta sino que sirven para lanzar los necesarios y suficientes mensajes referenciales-culturales al lector.
Línea clara y detallismo
Finalmente, querría señalar una aspecto importante del estilo Giardino: la credibilidad gráfica y su repercusión en el lector. Se trata de su capacidad de hacer creíble, mediante técnicas narrativas gráficas, una ficción, de integrar realidad e irrealidad en una síntesis y de hacer que el lector la acepte naturalmente.
Para ello combina y equilibra dos elementos: la capacidad referencial de la documentación, a la que nos hemos referido anteriormente y el grafismo de línea clara.
Es un estilo emparentado con Hergé, en lo que se trata de capacidad de dotar a la caricatura de verismo, pero no con su potencial capacidad de generar asepsia emotiva. Pero además, los códigos que nuestro autor introduce en la narración aportan una capacidad crítica al lector, le motivan a interrogarse sobre lo que ha leído y sobre su trasfondo.
Todo ello revierte en una sugerente tensión en el mantenimiento del equilibrio entre el sentimiento de identificación y la capacidad crítica que su obra estimula en el lector. Esta situación nos aleja de la clásica adicción del lector a una iterativa propuesta narrativa, y en cambio puede provocar que éste
demande progresivamente aún mayor rigurosidad narrativa en el autor.
Álbumes de Giardino publicados en España
Max Friedman: Rapsodia Húngara, 1984. La puerta de Oriente. No pasarán, 2000 Norma Editorial.
Sam Pezzo: Shit city. Colección El Muro, 1991- Norma Editorial
Vacaciones Fatales 1990-1993. Norma Editorial
Little Ego,1989. Norma Editorial Jonás Fink, 1995-1997-1998. Norma Editorial
Notas
(1) Pienso en los pobres niños de entonces, que se quedaban a medias y debían esperar una semana para saber qué pasaba. Bueno, muchas veces yo también era de los que esperaba a ver que pasaba, porque como hacía tres o cuatro cuadernos a la vez, no tenía ni idea de por donde iba la cosa. O sea que el suspense también me afectaba a mí. Entrevista a Víctor Mora realizada por Antoni Guiral y Pepe Gálvez para el U número 16.
(2) Sus influencias literarias confesas y explícitas son a nivel general: En primer lugar Graham Greene, luego Le Carré, Ambler y Conrad . Sobre la historia de la guerra civil española: Hugh Thomas Orwell, Koestler, Malraux, Neruda, Machado, Hemingway. Las influencias historietísticas también reconocidas son el Pato Donald de Carl Barks, Mickey Mouse de Goodfreson, Hugo Pratt, Moebius y Muñoz y Sampayo.
(3) En la entrevista que Thierry Groensteen le realizó en el número 71 de Cahiers de la bande dessinée, Giardino realiza respecto a esta historieta unas reflexiones llenas de actualidad: Los que organizan la entrada clandestina de los eritreos son considerados como criminales. Pero desde un cierto punto de vista puede que sean menos criminales que los Estados que rehusan dejar entrar a los extranjeros.
(4) Shit City fue dibujada entre Rapsodia húngara y la Puerta de Oriente, por lo que en realidad pertenece a un grado de mayor madurez creativa de Giardino.
(5) Apareció en el número 26 -Julio de 1984- de la revista Cairo. Y en el artículo que la presentaba Ignacio Vidal recogía una frase de Giardino, significativa de su modestia y responsabilidad creativa: Rapsodia está llena de errores, pero en muchas cosas me parece genial. No logro comprender cómo pude meter en ella tantas ideas. En ese sentido es magnífica.
(6) Las primeras páginas, en las que se narra el exterminio de la red de espionaje francesa Rapsodia en Budapest, a manos de agentes del servicio de espionaje nazi, son deslumbrantes y en el momento en que se dibujaron estaban por la inteligencia y nivel cultural del guión y por su virtuosismo gráfico, a años luz de lo que se estaba creando en el campo de la historieta en cualquier lugar de Europa. Ignacio Vidal-Folch y Ramón de España en El Canon de los Comics.
(7) Antes de dibujar La puerta de Oriente, yo había comenzado otra aventura de Friedman cuyo inicio se situaría en Suiza y en Navidad y cuya acción se trasladaría rápidamente a España, en plena guerra civil. He dibujado algunas páginas y acabado de escribir el guión, pero finalmente he abandonado la historia al darme cuenta de que habría sido demasiado larga
Entrevista realizada por Thierry Groensteen en Cahiers de la Bande Dessinée número 71.
(8) La guerra de España fue el primer enfrentamiento sangriento entre lo que nosotros llamamos la derecha y la izquierda.
Entrevista realizada por Thierry Groensteen
Publicado en la revista Dentro de la Viñeta nº15, año 2001, editada por Dude Comics
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