miércoles, 24 de julio de 2013
Sandman: Overture en la Comic-Con
2013 da comienzo al 25 aniversario de la primera publicación del Sandman de Neil Gaiman, para celebrarlo, Vertigo mostrará parte de la miniserie Sandman: Overture.
Proyectada originalmente para el 20 aniversario , Gaiman no encontró tiempo para escribirla. Overture explicará donde estaba Morfeo y los hechos que ocurrieron en los comienzos de Sandman y que ocurrió que le dejase tan exhausto para que un mago humano pudiese capturar a uno de los Eternos.
Al principio Gaiman no estaba seguro de poder escribir Sandman de nuevo. "Tenia la preocupación de que los personajes se hubiesen marchado. Las primeras cinco páginas no estaba seguro si estaban bien, y entonces llegó la página seis. Estaba Muerte y estaba Destino, y sonaban como ellos. Era maravilloso"
El Morfeo que vemos en Overture no es el Morfeo que los lectores conocen , y para Gaiman ese es el punto esencial. " Es El (Morfeo) quien escapa en Sandman #1, y había otro antes. El estuvo prisionero, encerrado. En muchos sentidos, Sandman es la meditación de como esos años de prisión le cambiaron."
Overture es, el nombre que viene cronologicamente antes de Preludios & Nocturnos.
Con Gaiman, el dibujante J.H. Williams III, del cual adora su trabajo. Así como el que realizó en Promethea de Alan Moore y pensó en él para Overture. "Era una lista corta. Una lista muy corta. J.H. era el único que estaba en ella."
Sandman: Overture se publicará en Octubre 2013.
Traducido (de aquella manera) de Tor.com, el enlace: aquí
Tres siglos de tebeos españoles
El proyecto Tebeosfera cataloga 17.000 títulos de más de 15.000 autores
‘TBO’ llegó a tener, en 1954, una tirada de 300.000 ejemplares
AURORA INTXAUSTI Madrid 23 JUL 2013
Detalle de una portada de 'Pulgarcito', uno de los tebeos españoles más populares.
La mayoría han estado perdidos en desvanes, arcones y cajas abandonadas durante años. El entusiasmo, la afición y el voluntariado han posibilitado que miles de tebeos salgan a la luz. El proyecto que Manuel Barrero (Milla de Tera, Zamora, 1967) inició de forma apasionada ha llevado a catalogar 17.000 títulos de tebeos españoles desde el siglo XIX hasta la actualidad. ¿Cómo es el tebeo de esa etapa de la historia? “Muy rica, sobre todo en la prensa donde la tira satírica resultaba muy interesante, pero para desgracia de este país es la peor conservada y en las hemerotecas no encuentras todo lo que se ha publicado. Por dejadez de un país como el nuestro, que no es capaz de cuidar muchos aspectos de su cultura, se ha perdido una parte de la historia gráfica de España”.
El proyecto Tebeosfera, según su director, Manuel Barrero, surgió en 2001 y los fines del mismo son “comprender, estudiar y divulgar el medio historieta, también conocido como cómic, en el que engloban al humor gráfico por el paralelismo que hay con el lenguaje usado en las viñetas satíricas, el mismo que se usa en los tebeos”. Actualmente cuentan con 93 socios y 180 personas, nacionales y extranjeros, que colaboran en este trabajo de recopilación. “Estudian el medio —la historieta— y sus productos —los tebeos— en toda su extensión: lenguaje verboicónico, la historia de la prensa, y el medio de expresión con cualidades artísticas o destacables dentro de lo que se llama arte”, puntualiza Barrero.
Tebeosfera se manifiesta en tres áreas: en la Red (www.tebeosfera.com) fundamentalmente; en actividades colectivas —ciclos, presentaciones y jornadas— y en productos impresos —catálogos, revistas y libros—. El primer catálogo impreso lo presentaron en el Salón del Cómic de Barcelona coincidiendo con su 30ª edición.
Portada de 'TBO', una tira cómica cuyo coste era de 10 céntimos.
Las imágenes que se exhiben en la página son una pequeña muestra de lo que hay recopilado en Tebeosfera. Una portada de The Monigoty, uno de los primeros tebeos españoles del siglo XIX. Otra de Le Pele-Mele, revista francesa publicada en España, en la que se inspiraría la cabecera TBO. Un ejemplar de Charlot, que ya era un genuino tebeo antes de que naciese TBO —donde escribía guiones el escritor, periodista y político Vicente Blasco Ibáñez—.
Los colaboradores de este proyecto han rescatado un ejemplar de Dominguín, la primera revista española con historietas a todo color de 1916. Juanito ha sido otro de los grandes hallazgos de los investigadores, un pequeño tebeo que se editó antes que TBO. Barrero considera que “Pulgarcitono era un tebeo per se, era una revista infantil con historietas y textos, pero en el que ya se anunciaba El Corte Inglés”. Entre los “tesoros” que se encuentran en poder de este grupo figura una portada de TBO realizada por Opisso, un excelente dibujante de la época. Otra de Pocholo, tebeo editado en los años treinta. Pulgarcito, según Barrero, es “nuestra cabecera más interesante, en este caso con El Gordo y El Flaco [nombres en español con los que se conocía al dúo de cómicos Laurel & Hardy] participando en la Guerra Civil, que aún no había finalizado”. Aunque fundamentalmente las publicaciones iban dirigidas al público masculino, las niñas no se quedaron al margen y se publicó una colección que llevaba de título Mis chicas.
De la edad dorada de ese tipo de revistas de la década de los cuarenta se encuentra El Gran Chicos. Un almanaque de Pulgarcito, tebeo magnífico con portada del dibujante Cifré. Otro para niños de la editorial Augusta. Un almanaque de Pulgarcito, de los primeros editados, en el que se ve a Carpanta comiendo opíparamente. Un número de Clarín, tebeo propagandístico de Franco; Yumbo, uno de los mejores editados de los años cincuenta, de Ediciones Clíper. Y un almanaque humorístico de TBO, de 1954, en el momento en el que las tiradas de este tipo de revistas superaban los 300.000 ejemplares.
El Pais 23.07.2013
ILUSTRAR LA MODA: INTUICIÓN FEMENINA
En sus comienzos, la moda se comunicaba a través de ensoñadores dibujos. Casi un siglo después, marcas y publicaciones se vuelven a inspirar en sus exclusivos trazos. Combinando clasicismo y modernidad y con una mirada muy femenina, una nueva generación de mujeres protagoniza el regreso del armario ilustrado.
TEXTO— LETICIA GARCÍA
La ilustración de moda es más antigua que la propia moda. Antes de que Charles Frederick Worth, considerado el primer diseñador, empezara a firmar sus creaciones a finales del siglo XIX, publicaciones femeninas como The Lady's Magazine o Le Mercure Galant ya incluían figurines cuyo atuendo servía de inspiración a las costureras.
A partir de entonces y durante décadas, el dibujo ha sido un importante medio de expresión de vestidos, estilos y cánones de belleza. Desde las Gibson girls, esas mujeres victorianas de ojos grandes y pelo largo que introdujo Charles Gibson, a las rectilíneas y liberadas flappers de George Lepape, estos artistas delinearon modelos imaginadas y vestidos de ensueño que, en ocasiones, seducían más a las espectadoras que su contemplación en directo.
Que se lo digan, si no, a Paul Iribe, cuyos figurines fueron en parte los responsables de la fama del diseñador Paul Poiret. O al propio Andy Warhol, quien comenzó su carrera pintando zapatos en catálogos y terminó dejando huella en varias generaciones de creadores de esta industria
Pero en la segunda mitad del siglo XX, los dibujantes cedieron el protagonismo a los fotógrafos. Y aunque artistas como Rene Gruau o Antonio López permanecen ligados a la historia del traje reciente, el editorial de moda se erigió como el rey indiscutible de campañas y publicaciones.
Hoy, se presagia el regreso de esta tradición centenaria: Vogue Australia le pidió a David Downton que dibujara a Cate Blanchett para la portada de su 50 aniversario. En el último september issue de la edición estadounidense, Grace Coddington sorprendió a todos con su faceta de ilustradora. Las colaboraciones con marcas, como la de la famosa bloguera y dibujante Garance Doré con GAP, son cada vez más frecuentes. Incluso las latas de Coca-Cola actuales están pintadas por Pierre Louis Mascia para Marc Jacobs. «El dibujo está recuperando un lugar preeminente dentro de las publicaciones», afirma NoéMie Schwaller, editora de Dash Magazine, una revista bianual que difunde el trabajo de ilustradores emergentes en el Reino Unido.
En una época dominada por la imagen, ¿por qué esta vuelta a la ilustración? ¿Qué aporta a una publicación o a una campaña que no pueda hacer la fotografía? En 2002, The New York Times vaticinaba el creciente uso de estas obras en escaparates como una estrategia para crear el ambiente exclusivo, artístico y novedoso que se les supone a las tiendas de lujo. Una práctica que tuvo de nuevo a Warhol entre sus pioneros y que casos como el de Lotta Nieminen para Hermés o el de Garance Doré para Kate Spade, ambos el pasado verano, han vuelto a poner en boga. Tal vez sea el deseo de artesanía dentro de un ámbito dominado por lo digital el que está convirtiendo a este oficio del pasado en un arte del presente. Un legado que se actualiza a través de técnicas y estilos, pero que, sobre todo, posee aires renovados gracias a sus protagonistas.
Es cierto que la edad dorada del dibujo de moda estuvo dominada por hombres. El papel de las mujeres en las publicaciones femeninas solía encontrarse en la redacción, el estilismo o la dirección. No fue hasta bien entrado el siglo XX cuando ellas empezaron a tener cabida en el ámbito artístico. A fotógrafas como Inez Van Lamsweerde, Elle von Unwerth o Camilla Akrans se les suman ahora una generación de jóvenes ilustradoras. Consumidoras de estilo y sensibles a la mirada femenina, crean obras de estilos diversos que conectan con las aspiraciones y deseos de lectoras y cuentas.
A esta nueva hornada pertenecen la británica Montana Forbes, habitual de las columnas de moda del The Sunday Times, y la sueca Cecilia Carlstedt, quien ha trabajado para H&M, Paul Smith o Swarovski. Sus estilos están bastante alejados, pero ambas citan a Egon Schiele o a David Downton entre sus artistas favoritos. Y a Internet o el arte callejero entre sus principales fuentes de inspiración. Porque la ilustración actual bebe tanto de lo clásico como de lo moderno, revisita el legado y lo convierte en un ámbito con futuro. «Este revival de la ilustración parte del dibujo de principios de siglo», sostiene Cecilia. Por su parte, las mujeres pop-art con ropa casual de Montana «nacen de investigar prendas, poses o complementos probando a la vez con el lápiz y el Photoshop».
Además de género femenino, el presente y el futuro del dibujo de moda tiene acento nacional. España siempre ha sido cantera de buenos ilustradores. De las portadas para los primeros Vanity Fair de Eduardo García Benito a las realizadas para la mítica The New Yorker por Ana Juan, la historia de este oficio pasa irremediablemente por nuestro país. Ana, premio nacional de ilustración en 2010, cree que una buena obra «puede emocionar como un relato o una canción». El lápiz de Silvia Prada, el otro gran baluarte español, ha trazado pinturas contemporáneas para The Face, Dazed & Confused, Candy, Uniqlo o Nike, entre otros. Sin embargo, esta artista confiesa que lo más gratificante es saber que muchos retratos que ha realizado a personalidades cuelgan ahora de las paredes de sus casas. Para ella, una buen dibujo «debe nacer de un discurso honesto, original y único, que no recuerde a otros ilustradores».
ARTE DE MARCA. El pasado invierno, Chloé celebró su 6o aniversario cubriendo las paredes de los almacenes Printemps con las ilustraciones de Sandra Suy. Esta catalana recuerda con ilusión su trabajo para la firma de alta joyería Van Cleef & Arpels. «Ahí me di cuenta de que esto empezaba a ir en serio», comenta. Desde entonces, sus mujeres de elegancia atemporal han ocupado páginas en revistas internacionales o decorado los envases de colonia de Zara. Admite que trabajar en campañas de esta envergadura suele ser más complicado que hacerlo en publicaciones, «porque a veces es difícil darle al cliente lo que necesita sin perder tu identidad», afirma. «En pocas ocasiones te dan absoluta libertad, pero cuando lo hacen tienes la satisfacción plena de haber hecho algo que ha salido totalmente de ti», cuenta la joven artista Carla Fuentes. Más conocida bajo el pseudónimo LittleisDrawing, su reconocible estilo ya ha adornado portadas de discos, catálogos e incluso las paredes de las tiendas Kling y Women'secret.
El interés por la moda pintada sigue creciendo: en los últimos años, se han publicado volúmenes como Masters of Illustration (David Downton) o 100 Years of Fashion Illustration (Cally Blackman). Exposiciones sobre esta materia ocupan la Biblioteca Pública de Brooklyn o el Design Museum londinense, y el London College of Fashion o el Instituto Europeo de Diseño, entre otras escuelas, ofertan ya la especialidad en Ilustración. La fotografía seguirá siendo el canal predilecto, pero eso no impide que el dibujo esté estableciéndose como un lenguaje tan independiente como necesario. «Es un medio de expresión por sí mismo. Ni sustituye ni compite con la fotografía, simplemente ofrece otro punto de vista», afirma Sandra. Silvia coincide en que ambas «son dos formas de arte maravillosas a expensas de la moda que se complementan sin competir».
TRAZOS QUE INSINÚAN. Las mujeres dibujadas no pretenden ser reales, sino condensar en sus líneas ciertos ideales que en ocasiones la foto no puede reunir. «La ilustración da más libertad a la imaginación de quien la contempla», afirma NoéMie. Silvia Prada nos habla de su potencial al combinarla con la fotografía y Carla Fuentes incide en la versatilidad de un buen dibujo. Ana Juan cree que esta forma de expresión «tiene una mayor capacidad de sugerir y, por lo tanto, de hacer soñar>, algo que también enfatiza Sandra Suy. «Las buenas ilustraciones dicen más de lo que representan», asegura.
Por eso, pese a los adelantos tecnológicos, la mayoría de los diseñadores no prescinden del ritual de esbozar sus figurines; en ellos se recoge la energía que el creador quiere darle a su prenda. De igual modo, el glamour atemporal de Sandra Suy, el descaro de Silvia Prada o las mujeres pop de Montana Forbes nos hablan implícitamente del potencial que puede albergar una tendencia, una prenda o un estilo concretos. La mirada onírica de Ana Juan, la minimalista de Garance Doré, la naif de Carla Fuentes o la expresionista de Cecilia Carlstedt filtran la realidad y nos la devuelven realzada de forma sugerente e imaginativa. Los nuevos trazos femeninos seducen a marcas y revistas. Sus obras demuestran que la moda, si no es un arte, incita a él.
Revista Smoda nº96 20.07.2013
TEXTO— LETICIA GARCÍA
La ilustración de moda es más antigua que la propia moda. Antes de que Charles Frederick Worth, considerado el primer diseñador, empezara a firmar sus creaciones a finales del siglo XIX, publicaciones femeninas como The Lady's Magazine o Le Mercure Galant ya incluían figurines cuyo atuendo servía de inspiración a las costureras.
A partir de entonces y durante décadas, el dibujo ha sido un importante medio de expresión de vestidos, estilos y cánones de belleza. Desde las Gibson girls, esas mujeres victorianas de ojos grandes y pelo largo que introdujo Charles Gibson, a las rectilíneas y liberadas flappers de George Lepape, estos artistas delinearon modelos imaginadas y vestidos de ensueño que, en ocasiones, seducían más a las espectadoras que su contemplación en directo.
Que se lo digan, si no, a Paul Iribe, cuyos figurines fueron en parte los responsables de la fama del diseñador Paul Poiret. O al propio Andy Warhol, quien comenzó su carrera pintando zapatos en catálogos y terminó dejando huella en varias generaciones de creadores de esta industria
Dibujos de cuento: Aunque ahora se encuentra centrada en la ilustración de relatos. Ana Juan ha cumplido varias veces el sueño de todo ilustrador: crear la portada de la revista The New Yorker
Hoy, se presagia el regreso de esta tradición centenaria: Vogue Australia le pidió a David Downton que dibujara a Cate Blanchett para la portada de su 50 aniversario. En el último september issue de la edición estadounidense, Grace Coddington sorprendió a todos con su faceta de ilustradora. Las colaboraciones con marcas, como la de la famosa bloguera y dibujante Garance Doré con GAP, son cada vez más frecuentes. Incluso las latas de Coca-Cola actuales están pintadas por Pierre Louis Mascia para Marc Jacobs. «El dibujo está recuperando un lugar preeminente dentro de las publicaciones», afirma NoéMie Schwaller, editora de Dash Magazine, una revista bianual que difunde el trabajo de ilustradores emergentes en el Reino Unido.
En una época dominada por la imagen, ¿por qué esta vuelta a la ilustración? ¿Qué aporta a una publicación o a una campaña que no pueda hacer la fotografía? En 2002, The New York Times vaticinaba el creciente uso de estas obras en escaparates como una estrategia para crear el ambiente exclusivo, artístico y novedoso que se les supone a las tiendas de lujo. Una práctica que tuvo de nuevo a Warhol entre sus pioneros y que casos como el de Lotta Nieminen para Hermés o el de Garance Doré para Kate Spade, ambos el pasado verano, han vuelto a poner en boga. Tal vez sea el deseo de artesanía dentro de un ámbito dominado por lo digital el que está convirtiendo a este oficio del pasado en un arte del presente. Un legado que se actualiza a través de técnicas y estilos, pero que, sobre todo, posee aires renovados gracias a sus protagonistas.
Es cierto que la edad dorada del dibujo de moda estuvo dominada por hombres. El papel de las mujeres en las publicaciones femeninas solía encontrarse en la redacción, el estilismo o la dirección. No fue hasta bien entrado el siglo XX cuando ellas empezaron a tener cabida en el ámbito artístico. A fotógrafas como Inez Van Lamsweerde, Elle von Unwerth o Camilla Akrans se les suman ahora una generación de jóvenes ilustradoras. Consumidoras de estilo y sensibles a la mirada femenina, crean obras de estilos diversos que conectan con las aspiraciones y deseos de lectoras y cuentas.
Sandra Suy (abajo derecha)
A esta nueva hornada pertenecen la británica Montana Forbes, habitual de las columnas de moda del The Sunday Times, y la sueca Cecilia Carlstedt, quien ha trabajado para H&M, Paul Smith o Swarovski. Sus estilos están bastante alejados, pero ambas citan a Egon Schiele o a David Downton entre sus artistas favoritos. Y a Internet o el arte callejero entre sus principales fuentes de inspiración. Porque la ilustración actual bebe tanto de lo clásico como de lo moderno, revisita el legado y lo convierte en un ámbito con futuro. «Este revival de la ilustración parte del dibujo de principios de siglo», sostiene Cecilia. Por su parte, las mujeres pop-art con ropa casual de Montana «nacen de investigar prendas, poses o complementos probando a la vez con el lápiz y el Photoshop».
Además de género femenino, el presente y el futuro del dibujo de moda tiene acento nacional. España siempre ha sido cantera de buenos ilustradores. De las portadas para los primeros Vanity Fair de Eduardo García Benito a las realizadas para la mítica The New Yorker por Ana Juan, la historia de este oficio pasa irremediablemente por nuestro país. Ana, premio nacional de ilustración en 2010, cree que una buena obra «puede emocionar como un relato o una canción». El lápiz de Silvia Prada, el otro gran baluarte español, ha trazado pinturas contemporáneas para The Face, Dazed & Confused, Candy, Uniqlo o Nike, entre otros. Sin embargo, esta artista confiesa que lo más gratificante es saber que muchos retratos que ha realizado a personalidades cuelgan ahora de las paredes de sus casas. Para ella, una buen dibujo «debe nacer de un discurso honesto, original y único, que no recuerde a otros ilustradores».
ARTE DE MARCA. El pasado invierno, Chloé celebró su 6o aniversario cubriendo las paredes de los almacenes Printemps con las ilustraciones de Sandra Suy. Esta catalana recuerda con ilusión su trabajo para la firma de alta joyería Van Cleef & Arpels. «Ahí me di cuenta de que esto empezaba a ir en serio», comenta. Desde entonces, sus mujeres de elegancia atemporal han ocupado páginas en revistas internacionales o decorado los envases de colonia de Zara. Admite que trabajar en campañas de esta envergadura suele ser más complicado que hacerlo en publicaciones, «porque a veces es difícil darle al cliente lo que necesita sin perder tu identidad», afirma. «En pocas ocasiones te dan absoluta libertad, pero cuando lo hacen tienes la satisfacción plena de haber hecho algo que ha salido totalmente de ti», cuenta la joven artista Carla Fuentes. Más conocida bajo el pseudónimo LittleisDrawing, su reconocible estilo ya ha adornado portadas de discos, catálogos e incluso las paredes de las tiendas Kling y Women'secret.
El interés por la moda pintada sigue creciendo: en los últimos años, se han publicado volúmenes como Masters of Illustration (David Downton) o 100 Years of Fashion Illustration (Cally Blackman). Exposiciones sobre esta materia ocupan la Biblioteca Pública de Brooklyn o el Design Museum londinense, y el London College of Fashion o el Instituto Europeo de Diseño, entre otras escuelas, ofertan ya la especialidad en Ilustración. La fotografía seguirá siendo el canal predilecto, pero eso no impide que el dibujo esté estableciéndose como un lenguaje tan independiente como necesario. «Es un medio de expresión por sí mismo. Ni sustituye ni compite con la fotografía, simplemente ofrece otro punto de vista», afirma Sandra. Silvia coincide en que ambas «son dos formas de arte maravillosas a expensas de la moda que se complementan sin competir».
TRAZOS QUE INSINÚAN. Las mujeres dibujadas no pretenden ser reales, sino condensar en sus líneas ciertos ideales que en ocasiones la foto no puede reunir. «La ilustración da más libertad a la imaginación de quien la contempla», afirma NoéMie. Silvia Prada nos habla de su potencial al combinarla con la fotografía y Carla Fuentes incide en la versatilidad de un buen dibujo. Ana Juan cree que esta forma de expresión «tiene una mayor capacidad de sugerir y, por lo tanto, de hacer soñar>, algo que también enfatiza Sandra Suy. «Las buenas ilustraciones dicen más de lo que representan», asegura.
Por eso, pese a los adelantos tecnológicos, la mayoría de los diseñadores no prescinden del ritual de esbozar sus figurines; en ellos se recoge la energía que el creador quiere darle a su prenda. De igual modo, el glamour atemporal de Sandra Suy, el descaro de Silvia Prada o las mujeres pop de Montana Forbes nos hablan implícitamente del potencial que puede albergar una tendencia, una prenda o un estilo concretos. La mirada onírica de Ana Juan, la minimalista de Garance Doré, la naif de Carla Fuentes o la expresionista de Cecilia Carlstedt filtran la realidad y nos la devuelven realzada de forma sugerente e imaginativa. Los nuevos trazos femeninos seducen a marcas y revistas. Sus obras demuestran que la moda, si no es un arte, incita a él.
De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Carla Fuentes, Montana Forbes, Garance Doré y Cecilia Carlstedt
Revista Smoda nº96 20.07.2013
Cuentos reales y ficticias memorias
Viñetas del dibujante peruano Martín Lopez Lam para su obra Parte de todo esto.
Martin Lopez Lam, Paola Gaviria o Joni B, historietistas de la joven narrativa gráfica latinoamericana, indagan en la memoria o la reformulan como ficción.
Por Valentín Vanó
LA HISTORIA DEL CUENTO puede ser real o inventada. Si es real debe parecer inventada y si es inventada, real". La segunda regla del decálogo sobre el cuento de Julio Ramón Ribeyro parece definir, por adscripción u oposición, la labor de varios jóvenes autores latinoamericanos de novela gráfica. La reelaboración de la memoria, pero también lo falsamente autobiográfico, se remueve en las viñetas de estos dibujantes-narradores con mucho que contar. Durante una mañana soleada, en Valencia, la ciudad adoptiva donde "vive y sobrevive" desde hace varios años, el peruano Martín López invoca a Ribeyro al ser cuestionado sobre los pasajes aparentemente vividos en primera persona de su torrencial cómic, Parte de todo esto. "El juego de la ficción consiste en parte en saber mentir. No me interesaba contar mis penas".
Ilustración de Virus tropical, de Paola Gaviria.
¿En qué momento el paisaje de América Latina se ha convertido en escenario narrativo del cómic reciente? Desde la perspectiva del mercado español, las monumentales novelas gráficas del argentino Jorge González, Fueye (2008) y Dear Patagonia (2011), podrían suponer un punto de inflexión. Si bien González las encuadra en una Argentina legendaria, a caballo entre el siglo XIX y el XX, la emotiva coda de Fueye, donde se introduce a sí mismo como personaje entre dos mundos, lo vincula con esta tendencia. La actitud de los jóvenes historietistas podría sintetizarse en esta reflexión de la autora de Virus tropical, Paola Gaviria: "Mi vida y el arte están ligados, no los puedo separar. Me siento artista". Martín López Lam dedicó varios a Parte de todo esto (Edicions de Ponent). Trabajada con un lenguaje literario inusualmente denso, esta novela gráfica de 200 páginas oscuras de tinta y abarrotadas de palabras describe una minuciosa comedia humana de la juventud peruana nacida en los ochenta y es, también, un canto de amor desde la distancia a la ciudad de Lima. La amistad femenina, los enamoramientos insanos o las heridas emocionales en la frontera de los treinta son argumentos que dan forma a "cuatro historias separadas en el tiempo y en el espacio". "Me interesaba cierta ambición literaria del lenguaje", comenta Martín, "en oposición a las tendencias actuales del cómic de hacer obras más ligeras. Creo que el texto es parte de su narrativa; no me gustan los tebeos que se leen en media hora. He preferido ponérselo más difícil al lector".
Hoy la imagen romántica del escritor en su buhardilla tecleando obsesivamente podría sustituirse por la del joven autor de historieta qué dibuja página tras página de su novela gráfica. "PowerPaola es la más genia del continente", asegura Joni B. Paola Gaviria es la última sensación de la novela gráfica en nuestro país. En Virus tropical está presente la destilación muy elaborada de una creadora que ha trabajando en diversas disciplinas con la representación de la memoria y la experiencia, hasta encontrar en el cómic una síntesis de sus inquietudes e intereses, a través de un estilo "cercano al art brut y al dibujo primitivista, un estilo que busca la expresión más que la belleza". Desde Berlín, donde vive, esta dibujante "nómada" reflexiona sobre la confluencia de elementos que aportan emoción al relato gráfico sobre su infancia y juventud. "Estudié Artes Plásticas y desde antes de graduarme exploré las posibilidades que tenía el dibujo, la narración, la cotidianeidad y la autobiografía en diferentes medios como la pintura, el libro de artista y hasta la performance". El descubrimiento, en la veintena, de Julie Doucet y Mariane Satrapi, junto a su interés por artistas que trabajan sobre la propia vida, como Sophie Calle, On Kawara o Marina Abramovic, dieron un impulso a su exploración autobiográfica.
Entre las claves que caracterizan a esta nueva generación de autores destaca, una heredada del underground: el interés por la autoedición y la reunión creativa o editorial, que hoy facilita Internet. Diario, de PowerPaola, se ha editado a través de una acción de crowdfunding impulsada por el sello argentino, Jellyfish, en paralelo a la edición de Virus Tropical por Random House Mondadori. Martín López es conocido en España por su activismo a favor de la autoedición: es el responsable de Ediciones Valientes y del evento Tenderete, que reúne a colectivos de fanzines de diversos países. Paola y Martín no se conocen en persona, pero colaboran desde 2010, cuando el peruano la invitó a publicar en su fanzine Kovra. También, en Colombia, Joni B es miembro del colectivo editorial Robot y colaborador del festival Entreviñetas y del blog argentino Historietas Reales.
Como Martín López, Joni Benjumea prefiere desconcertar al entrevistador cuando le pregunta por el origen real de las historietas de Maldito planeta azul (Periférica). ¿Le ha servido la alusión a géneros como los superhéroes, los zombies o la ciencia ficción para disfrazar cuestiones que prefiere no contar de otra forma? "No creo, es más bien al revés", responde. "Intentaba contar historias con elementos de género, y encontré que podía hacer alusión a la autobiografía para disfrazarlos de cuestiones personales". Las historias de este libro, el primero publicado en España de Joni B, oscilan entre la comedia juvenil agridulce y la alusión referencial a géneros de ficción estandarizada. Según explica, la dinámica de lo autobiográfico le funcionó "un par de meses, al empezar a publicar en el blog Historietas Reales". Pero pronto se sintió restringido. "Al cabo de ese tiempo empecé a añadir elementos ficticios para hacerlo más divertido para mí". En Maldito planeta azul, el imaginario del "coleccionista nerd", que Joni confiesa fue en su niñez, se da la mano, con mucha ironía, con cuestiones importantes del tránsito a la madurez, como el peterpanismo o las dudas ante el compromiso sentimental.
En la amplia escena del actual cómic latinoamericano no son exclusivos, por supuesto, los temas locales o los vinculados a la memoria y el territorio. La fantasía carroliana de Aloha, de la jovencísima Maco (Periférica), o Dora, del argentino Ignacio Minaverry (Sinsentido), son ejemplos de diversidad estética y temática. La protagonista que da título a Dora es una cazadora de nazis en los años sesenta, y el estilo elegante y misterioso de su autor podría vincularse con una estética más nórdica que latina. Entre las novelas gráficas recientes situadas, sí, en la América hispana contemporánea, destaca una realizada por autores españoles. Plagio, de Hernán Migoya y Joan Marín (Norma), está inspirada en un secuestro real con la ciudad vibrante de Lima como telón de fondo. Ernán Ciriani, Rodrigo La Hoz, Marcela Trujillo o Jesús Cossío —en España está publicada Rupay (La Oveja Roja)— son algunos de los autores latinoamericanos que Joni B o PowerPaola sugieren como interesantes. Martín López Lam añade uno, Berliac, y confiesa tal fascinación por este dibujante argentino de 31 años, que él mismo acaba de publicar, a través de Ediciones Valientes, el cómic de Berliac inspirado en la vida del cineasta John Cassavettes, Playground. •
El Pais Babelia 20.07.2013
lunes, 22 de julio de 2013
Marvel anuncia secuelas de 'Los vengadores', 'Capitán América' y 'Thor'
EFE/ Antonio Martín Guirado 21.07.2013
La respuesta de la factoría Marvel al anuncio de Warner Bros de juntar a Superman y Batman en una misma película no se ha hecho esperar y, apenas unas horas después, ha contraatacado este domingo en Cómic-Con con con una presentación de las secuelas de Los vengadores, Capitán América y Thor.
El presidente de producción de Marvel, Kevin Feige, y el director de Marvel. Los vengadores, Joss Whedon, han mostrado un pequeño avance de la secuela de la que es la tercera película de mayor recaudación de la historia -más de 1.141 millones de euros- y han revelado que se titulará The Avengers. Age of Ultron.
La cinta, cuyo estreno se prevé para mayo de 2015, se basará en el cómic homónimo publicado por Marvel Cómics acerca de la conquista de la Tierra a cargo del villano Ultron y sus centinelas.
Esa fue la guinda del pastel, ya que previamente el estudio ha mostrado nuevo material de Captain America: The Winter Soldier, (de estreno en abril de 2014) y "Thor: El mundo oscuro" (noviembre de este año).
El actor Tom Hiddleston -el malvado de Los vengadores y Thor- ha acudido representando al villano Loki para deleite del público con su discurso.
"Humanidad, mirad qué bajo habéis caído. Haciendo cola durante horas bajo un calor de muerte. Apiñados en la oscuridad como bestias. ¡Gritad mi nombre! ¡Arrodillaos ante mí!", gritaba el intérprete.
La respuesta de la factoría Marvel al anuncio de Warner Bros de juntar a Superman y Batman en una misma película no se ha hecho esperar y, apenas unas horas después, ha contraatacado este domingo en Cómic-Con con con una presentación de las secuelas de Los vengadores, Capitán América y Thor.
El presidente de producción de Marvel, Kevin Feige, y el director de Marvel. Los vengadores, Joss Whedon, han mostrado un pequeño avance de la secuela de la que es la tercera película de mayor recaudación de la historia -más de 1.141 millones de euros- y han revelado que se titulará The Avengers. Age of Ultron.
La cinta, cuyo estreno se prevé para mayo de 2015, se basará en el cómic homónimo publicado por Marvel Cómics acerca de la conquista de la Tierra a cargo del villano Ultron y sus centinelas.
Esa fue la guinda del pastel, ya que previamente el estudio ha mostrado nuevo material de Captain America: The Winter Soldier, (de estreno en abril de 2014) y "Thor: El mundo oscuro" (noviembre de este año).
El actor Tom Hiddleston -el malvado de Los vengadores y Thor- ha acudido representando al villano Loki para deleite del público con su discurso.
"Humanidad, mirad qué bajo habéis caído. Haciendo cola durante horas bajo un calor de muerte. Apiñados en la oscuridad como bestias. ¡Gritad mi nombre! ¡Arrodillaos ante mí!", gritaba el intérprete.
Comic-Con: Batman y Superman juntos en el cine
21.Jul.2013 Por Jesús Jiménez
El estudio Warner Bros ha revelado en la feria Cómic Con que la segunda parte de Man of Steel, la nueva versión de Superman dirigida por Zack Snyder, contará con la aparición de otro héroe del universo de DC Cómics, en este caso Batman.
El estudio Warner Bros ha revelado en la feria Cómic Con que la segunda parte de Man of Steel, la nueva versión de Superman dirigida por Zack Snyder, contará con la aparición de otro héroe del universo de DC Cómics, en este caso Batman.
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