miércoles, 24 de julio de 2013

Cuentos reales y ficticias memorias


Viñetas del dibujante peruano Martín Lopez Lam para su obra Parte de todo esto.

Martin Lopez Lam, Paola Gaviria o Joni B, historietistas de la joven narrativa gráfica latinoamericana, indagan en la memoria o la reformulan como ficción.

Por Valentín Vanó

LA HISTORIA DEL CUENTO puede ser real o inventada. Si es real debe parecer inventada y si es inventada, real". La segunda regla del decálogo sobre el cuento de Julio Ramón Ribeyro parece definir, por adscripción u oposición, la labor de varios jóvenes autores latinoamericanos de novela gráfica. La reelaboración de la memoria, pero también lo falsamente autobiográfico, se remueve en las viñetas de estos   dibujantes-narradores   con mucho que contar. Durante una mañana soleada, en Valencia, la ciudad adoptiva donde "vive y sobrevive" desde hace varios años, el peruano Martín López invoca a Ribeyro al ser cuestionado sobre los pasajes aparentemente vividos en primera persona de su torrencial cómic, Parte de todo esto. "El juego de la ficción consiste en parte en saber mentir. No me interesaba contar mis penas".


Ilustración de Virus tropical, de Paola Gaviria.


¿En qué momento el paisaje de América Latina se ha convertido en escenario narrativo del cómic reciente? Desde la perspectiva del mercado español, las monumentales novelas gráficas del argentino Jorge González, Fueye (2008) y Dear Patagonia (2011), podrían suponer un punto de inflexión. Si bien González las encuadra en una Argentina legendaria, a caballo entre el siglo XIX y el XX, la emotiva coda de Fueye, donde se introduce a sí mismo como personaje entre dos mundos, lo vincula con esta tendencia. La actitud de los jóvenes historietistas podría sintetizarse en esta reflexión de la autora de Virus tropical, Paola Gaviria: "Mi vida y el arte están ligados, no los puedo separar. Me siento artista". Martín López Lam dedicó varios a Parte de todo esto (Edicions de Ponent). Trabajada con un lenguaje literario inusualmente denso, esta novela gráfica de 200 páginas oscuras de tinta y abarrotadas de palabras describe una minuciosa comedia humana de la juventud peruana nacida en los ochenta y es, también, un canto de amor desde la distancia a la ciudad de Lima. La amistad femenina, los enamoramientos insanos o las heridas emocionales en la frontera de los treinta son argumentos que dan forma a "cuatro historias separadas en el tiempo y en el espacio". "Me interesaba cierta ambición literaria del lenguaje", comenta Martín, "en oposición a las tendencias actuales del cómic de hacer obras más ligeras. Creo que el texto es parte de su narrativa; no me gustan los tebeos que se leen en media hora. He preferido ponérselo más difícil al lector".

Hoy la imagen romántica del escritor en su buhardilla tecleando obsesivamente podría sustituirse por la del joven autor de historieta qué dibuja página tras página de su novela gráfica. "PowerPaola es la más genia del continente", asegura Joni B. Paola Gaviria es la última sensación de la novela gráfica en nuestro país. En Virus tropical está presente la destilación muy elaborada de una creadora que ha trabajando en diversas disciplinas con la representación de la memoria y la experiencia, hasta encontrar en el cómic una síntesis de sus inquietudes e intereses, a través de un estilo "cercano al art brut y al dibujo primitivista, un estilo que busca la expresión más que la belleza". Desde Berlín, donde vive, esta dibujante "nómada" reflexiona sobre la confluencia de elementos que aportan emoción al relato gráfico sobre su infancia y juventud. "Estudié Artes Plásticas y desde antes de graduarme exploré las posibilidades que tenía el dibujo, la narración, la cotidianeidad y la autobiografía en diferentes medios como la pintura, el libro de artista y hasta la performance". El descubrimiento, en la veintena, de Julie Doucet y Mariane Satrapi, junto a su interés por artistas que trabajan sobre la propia vida, como Sophie Calle, On Kawara o Marina Abramovic, dieron un impulso a su exploración autobiográfica. 

Entre las claves que caracterizan a esta nueva generación de autores destaca, una heredada del underground: el interés por la autoedición y la reunión creativa o editorial, que hoy facilita Internet. Diario, de PowerPaola, se ha editado a través de una acción de crowdfunding impulsada por el sello argentino, Jellyfish, en paralelo a la edición de Virus Tropical por Random House Mondadori. Martín López es conocido en España por su activismo a favor de la autoedición: es el responsable de Ediciones Valientes y del evento Tenderete, que reúne a colectivos de fanzines de diversos países. Paola y Martín no se conocen en persona, pero colaboran desde 2010, cuando el peruano la invitó a publicar en su fanzine Kovra. También, en Colombia, Joni B es miembro del colectivo editorial Robot y colaborador del festival Entreviñetas y del blog argentino Historietas Reales.

Como Martín López, Joni Benjumea prefiere desconcertar al entrevistador cuando le pregunta por el origen real de las historietas de Maldito planeta azul (Periférica). ¿Le ha servido la alusión a géneros como los superhéroes, los zombies o la ciencia ficción para disfrazar cuestiones que prefiere no contar de otra forma? "No creo, es más bien al revés", responde. "Intentaba contar historias con elementos de género, y encontré que podía hacer alusión a la autobiografía para disfrazarlos de cuestiones personales". Las historias de este libro, el primero publicado en España de Joni B, oscilan entre la comedia juvenil agridulce y la alusión referencial a géneros de ficción estandarizada. Según explica, la dinámica de lo autobiográfico le funcionó "un par de meses, al empezar a publicar en el blog Historietas Reales". Pero pronto se sintió restringido. "Al cabo de ese tiempo empecé a añadir elementos ficticios para hacerlo más divertido para mí". En Maldito planeta azul, el imaginario del "coleccionista nerd", que Joni confiesa fue en su niñez, se da la mano, con mucha ironía, con cuestiones importantes del tránsito a la madurez, como el peterpanismo o las dudas ante el compromiso sentimental.

En la amplia escena del actual cómic latinoamericano no son exclusivos, por supuesto, los temas locales o los vinculados a la memoria y el territorio. La fantasía carroliana de Aloha, de la jovencísima Maco (Periférica), o Dora, del argentino Ignacio Minaverry (Sinsentido), son ejemplos de diversidad estética y temática. La protagonista que da título a Dora es una cazadora de nazis en los años sesenta, y el estilo elegante y misterioso de su autor podría vincularse con una estética más nórdica que latina. Entre las novelas gráficas recientes situadas, sí, en la América hispana contemporánea, destaca una realizada por autores españoles. Plagio, de Hernán Migoya y Joan Marín (Norma), está inspirada en un secuestro real con la ciudad vibrante de Lima como telón de fondo. Ernán Ciriani, Rodrigo La Hoz, Marcela Trujillo o Jesús Cossío —en España está publicada Rupay (La Oveja Roja)— son algunos de los autores latinoamericanos que Joni B o PowerPaola sugieren como interesantes. Martín López Lam añade uno, Berliac, y confiesa tal fascinación por este dibujante argentino de 31 años, que él mismo acaba de publicar, a través de Ediciones Valientes, el cómic de Berliac inspirado en la vida del cineasta John Cassavettes, Playground. •

El Pais Babelia 20.07.2013




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