Amore amore / Mordillo golf
Guillermo Mordillo
Mordillo, 1 / 2
Ediciones Glenat España
PVP 1.960 Ptas.
JESÚS CUADRADO
Viene a ser lo mismo; que se desenrede (o endere, según), la historia, en escaques o que se presente en un único golpe visual. Viene a ser lo mismo que el relato adopte el formato historietístico o que se apoye en el encuadre solitario y aislado del humor gráfico, el chiste icónico (y mudo). Viene a ser lo mismo: siempre el resultado está medido, es preciso, demoledor, concreto, exacto: milimétricamente sabio.
Mordillo lo sabe, lo sé yo (y hasta, es posible, algún que otro crítico), lo saben (presumo) los editores, y no lo saben, pero se lo tragan (lo devoran, quise decir) los lectores.
Don Guillermo, o sea, el Mordillo, es un inmenso puestista, que no puestero (discúlpenme ustedes los vocablos: el primero nos lo ha trasvasado el viajero Imanol Arias, y sirve para definir a los directores escénicos; el segundo es, también, americanismo, pero está relacionado con la zootécnia). Es un gran director de su plana (Mordillo, digo, que no Imanol).
Esto que parece cosa fácil, lo de contar algo de un sólo golpe (o en escaques, ya dije, pero en un golpe unitario al fin), no, no es fácil.
Normalmente, cada día lo vemos: se busca la gracia y se pasa al papel, pero la imagen queda al servicio del texto (y, si es muda la entrega, al servicio del silencio); sin más. Se garrapatea, se emplaza sin más y no hay más. Hombre, a veces, sí, algún otro genio, pues, no sé, Mingote, ¿no?, pues sí se trabaja el bosquejo (o, es más, basamenta todo en la técnica del esbozo). Pero no es lo habitual: la cosa está en agarrar el rotulador y soltar, ya dije, la supuesta gracieta.
Y, en Mordillo, no; ahí sí hay premeditación, sí hay puesta en escena (sí, ya sé que es muy afrancesado el término, pero no tengo otro; además, fui del gremio y no lo puedo, no lo quiero evitar). En Mordillo está lo deslizante, lo clivoso; y está el planteaminto filosófico, o sea el pensamiento, el uso de él. Y está la luz: el Mordillo colorista sí conoce (reconoce) que el cromatismo es (en la actual chapuza ajena, casi debiéramos decir fue) lenguaje.
En fin, yo que ustedes, no me lo pensaría dos veces (qué digo dos, ni media).
Revista Viñetas nº5 Mayo 1994
Glenat Ediciones
Barcelona
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