lunes, 19 de agosto de 2024

EL PRECIO DE LA AMISTAD NUNCA ES SUFICIENTE

Jaume Vilarrubí




The nice house in the lake

James Tynion IV, Álvaro Martínez Bueno y Jordie Bellaire


ECC Ediciones

Estados Unidos

Grapa (12 núm.)

32 págs. (cada núm.)

Color

Traducción: Bárbara Azagra Rueda

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(Ediciones La Cúpula)  


Nos encontramos ante una de las aproximaciones más brillantes que he tenido ocasión de leer sobre esa fina línea roja que es el fin del mundo (o no fin). No siempre nos cruzamos con planteamientos tan sorprendentes ni excitantes con los que es prácticamente imposible mantenerse al margen: terror, ciencia ficción, aventura, investigación, y un poco de humor negro. La combinación es imbatible si está bien ensamblada, y sin duda lo está.

Un grupo de jóvenes son invitados por Walter, un viejo amigo de los que dejan huella a pasar un fin de semana en una mansión idílica situada en el centro de un paraje fantástico. Un planazo irrenunciable, vamos. A partir de aquí, por supuesto, nada será lo que parece, excepto el paraje. Ni Walter, ni la motivación que les reúne son del todo verdaderos, aunque tampoco totalmente falsos. Los invitados se verán abocados a conocerse no solo entre ellos, sino también a sí mismos y en profundidad, con las sorpresas que conlleva acercarse al abismo. La serie de inimaginables sucesos que se desencadenaran superará todas las expectativas para las que evidentemente nadie está preparado. La casa más allá de convertirse en un personaje más, se elevará a un contexto que condicionará tanto su vida como sus elecciones.

Quizás si reducimos el argumento tan solo a espacio y personajes, nos encontramos con un planteamiento muy deudor de las intrigas elaboradas por Agatha Christie, y no tan lejos de la serie Perdidos (2004; J. J. Abrams), que consiste en encerrar a un grupo de personas en un espacio cerrado y que ellas se encarguen de construir un argumento. Dicho así suena muy simple. Es evidente que no es así ni en Asesinato en el Orient Express (1934) o en Los diez negritos (1939), pues es el talento de la escritora la que hilvana los hilos y nos va escondiendo y mostrando por ejemplo, y en este último caso, a los negritos a su antojo. Aquí es Walter (sí, aquel amigo que todos recordamos con cariño de cuando éramos jóvenes y que hace una eternidad que no vemos) el que va mostrando y escondiendo elementos a su capricho, dosificando pistas e indicios hasta el punto de hacernos partícipes y empujarnos a elucubrar teorías.

A nivel estructural cada capítulo repite esqueleto, nos presenta a un personaje (desde un supuesto futuro) que nos va intercalando cápsulas de su pasado con el presente, que es el que sucede en la casa. Entre tanto, va desgranando poco a poco los mecanismos de esta, hay un funcionamiento lógico para que la casa subsane las necesidades fisiológicas básicas de los huéspedes. Mientras, estos se encargan de explorar el entorno. Hay un límite en el bosque que no se puede cruzar, pero hay zonas inexploradas que contienen otros espacios singulares y que serán especialmente significativos. El haz de misterio se desliza por cada metro cuadrado creando una gran expectativa.

Los autores son viejos conocidos, que ya coincidieron en Batman y en la Liga de la Justicia Oscura. Ahora vuelven a unirse con un libro que les concede mucha más libertad creativa, lejos de las ataduras congénitas del mundo de los superhéroes; aquí pueden dar rienda suelta tanto a su talento como a su ingenio. James Tynion IV, también conocido por ser el guionista de la exitosa Hay algo matando niños (2021), despliega aquí su mejor versión para entregarnos una historia meticulosamente medida, con una narración ágil y cinematográfica, con giros de guion, con diálogos interesantes, y conduciendo a un montón de personajes por diferentes caminos. Por otra parte, el cántabro Álvaro Martínez Bueno firma unos dibujos que hablan por sí solos: por su composición, su estructura de página, sus viñetas flotantes, sus añadidos en forma de redes sociales, su descomposición estética de personajes o por sus splash pages. Álvaro procede tanto del mundo de las viñetas como del de los storyboards, y entiende muy bien tanto el lenguaje del movimiento como el de la acción, dejándolo patente en cada secuencia. Después de haber pasado por las mejores series de Marvel y de DC, aprovecha sin duda esta oportunidad para lucirse con una serie de autor, congeniando perfectamente tanto con el guionista como con la colorista. Jordie Bellaire está absolutamente a la altura, haciendo gala de un trabajo espectacular: coloreando tanto para crear atmósferas como para ayudar a definir las diferentes personalidades de los personajes, pero sobre todo para fundirse con el dibujo como si solo hubiera sido concebido para esto. Una maravilla.

Las portadas merecen un punto y aparte. Son todas secuencias conceptuales en las que un personaje ejecuta una acción rutinaria sobre un fondo catastrofista, como si se tratara de dos líneas temporales superpuestas: la del personaje, iluminada por la luz de un flash, y la del fondo, quemada por la oscuridad derivada de la ausencia de la misma. Una idea brillante.

Serie publicada originalmente en formato de grapas y posteriormente en tomo, agrupando seis números por tomo. Admito que leerla capítulo por capítulo consume al más paciente, dada su gran capacidad adictiva.

Dicen que «A casa del amigo rico, irás siendo requerido, y a casa del necesitado, iras sin ser llamado». Pues eso... más o menos.


Jot Down Comics nº7

Año 2023



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