sábado, 23 de diciembre de 2023

Urbano y subversivo

L.C.

Hablar del tebeo urbano y el subversivo es casi hablar de la Historia del cómic hace más de un siglo. Más que nada porque el mismísimo Yellow Kid, el Chico amarillo, era un chico de barrio, un "barriobajero" inmigrante en la Nueva York del fin del siglo XIX. Y sus aventuras eran las propias de un descarado en trance de adaptación al país adoptivo. Las travesuras de la pandilla que lo acoge y secunda serán la pauta para otros héroes surgidos posteriormente. Así, a vuela pluma, se pueden recordar personajes y series como Buster Brown, Little Nemo, The Katzenjammer Kids, Red´lar Fellers, Skippy, Dennis the menace, Miss Peach, Krazy Kat, Maud the mule, The Monks, Happy hooligan, Mutt and Jeff, Popeye, Bringing up father, Blondie, The gumps, Betty Boop, Winnie Winkle, Little Orphan Annie, Gasoline Alley, Joe Palooka, dr. Kildare, Dick Tracy, Secret Agent X-9, Red Barry, Charlie Chan, Radio Patrol, Rip Kirby, Spirit, The Shadow, Batman, Spiderman y muchos otros superhéroes que pululan por la ciudad y ejercen de justicieros.




La mayoría de estos héroes son de ambiente urbano y perturban el orden natural de las cosas. Muchos de ellos actúan al margen del Orden, cuando no abiertamente en contra, o sin permiso expreso de la autoridades.

La subversión infantil o animal de los primitivos héroes va evolucionando hacia el héroe solitario, vengador de injusticias o desmanes y terror de malandrines de toda laya, con los que tienen a veces cosas en común.

Personajes como The Spirit, que surge como un resucitado o mal-enterrado para vengar injustícias y termina enamorando a la hija del comisario de Policía, es un arquetipo del héroe urbano y marginal, como lo puede ser el Batman señor de la noche, justiciero en horas libres y rival de la Policía que siempre llega tarde. Los miles de policías que llenan los tebeos del mundo como héroes del bien son un modelo imposible a seguir por los millones de lectores de tebeos, aunque los editores lo pretenden. Tienen que incluir algo del lado "oscuro", algo de lo alterador, para que el lector corriente se pueda sentir identificado. Lo "bueno" en abstracto es casi inhumano, difícil de imitar...

¿Será por eso que el "modelo" a seguir quizás deba venir del "exterior", aunque sea de otra galaxia? ¿Es una subversión aceptable? A lo visto, en los tebeos parece que sí.

Y el segundo aspecto: que el ámbito de ejercicio de esa actividad "justiciera" sea en la urbe quizás tiene su última ratio en el origen mismo de los tebeos: la prensa de la gran ciudad. Los cómics surgen en los grandes diarios y se desarrollan en los más vendidos.

El componente didáctico de los cómics con pocos textos y fáciles de leer por los inmigrantes casi iletrados, es un elemento a considerar cuando se estudian los potenciales consumidores de los cómics en la moderna sociedad. Y una posible explicación de tantos personajes marginales, para-policiales, perturbadores del orden establecido, subversivos inconscientes, "extranjeros", extraterrestres o "raros" .

En los primeros tiempos, los cómics tenian como protagonistas a niños, animales, marginales, grupos pandilleros, familias pintorescas o emergentes camino de la integración. La sociedad en proceso de formación en los Estados Unidos... El paraíso soñado para los oportunistas, los aventureros y los trepadores. Años después, tras las dos guerras mundiales en las que Estados Unidos intervino, el buen muchacho americano perdió la ingenuidad y volvió con redaños y desengaño. Las mujeres habian tenido que ir a las fábricas y ya no querían volver a quedarse en casa.

EL FINAL de la Segunda Guerra Mundial dio a los cómics norteamericanos una sensación de euforia por la victoria y desencanto al regreso de los héroes: Rip Kirby será ya un detective elegante y meticuloso, pero medido en la acción. Su creador, Alex Raymond, es un veterano y ha vivido la contienda. Como el creador del Spirit, Will Eisner, que se vuelca en analizar la vida en la ciudad, los barrios, la esclerosis de la familia y la hipocresía ambiente. Hasta Stan Drake con El corazón de Julieta Jones exhibe la vida mediocre en la pequeña ciudad de Devon.

Las comedias de teléfonos blancos intentan maquillar la realidad y mientras tanto la Guerra Fría desemboca en Corea y luego en Vietnam. De la confrontación ideológica frente al comunismo ruso y chino se llega a los conflictos en el Sudeste asiático. Los superhéroes incluso participan en las guerras, pero la sociedad cuestiona y los G.I. que regresan cuentan sus miserias. Primero MAD y luego el movimiento hippie impulsarán el cuestionamiento del expansionismo yanki: Kennedy ofrece la "nueva frontera" y las universidades críticas responden con la revuelta estudiantil. Pogo y sus fábulas satíricas, Jules Feiffer y sus personajes psicoanalizados, las luchas por los derechos de los negros y las minorías desembocan en el movimiento underground.

Nacen los comix en los campos universitarios y se extienden imparables al mundo. Robert Crumb, Gilbert Shelton, Richard Corben y otros muchos serán las nuevas estrellas rutilantes de los tebeos y ponen de moda la historieta subversiva y contestataria que, además, es fundamentalmente urbana: sus héroes son gente de la pequena o gran ciudad, gentes con problemas cotidianos que resolver con conflictos familiares y con quiebras en sus creencias fundamentales.

La revista Zap Comix abandera las que seguirán, como el MAD de Harvey Kurtzman había sido el ejemplo a seguir. Vendrán Help, The fabulous Furry Freak, Mr. Natural, Bijou Funnies y muchas otrasLa senda estaba abierta..

En Europa, la revuelta estudiantil del Mayo Francés del 68 será el detonante de lo que se venía cociendo. Los modelos norteamericanos se transfieren y surgen otros nuevos. El comix underground, los tebeos subversivos y corrosivos trastornan el mercado fasta que son absorbidos por el sistema: ¡Cualquiera hace una protesta y lo expresa en un tebeo!... Pero algunos de los que nacen dejarán huella: Fluide glacial, L'echo des Sabannes, Charlie, Frigi-Caire, Actuel y los brutales Hara-kiri y sus imitaciones soliviantan a Pilote, Spirou y el mismísimo Tintín.

Las historietas de nuevos personajes como El gran Duduche de Cabú, Los frustrados de Brétecher, las páginas de Gotlib, El pequeño Nicolás de Sempé y muchos más crean el clima para los Wuillemen, Veyron, Matiotti, Milo Manara y Maxmagnus. Jóvenes, mujeres, ancianos, todos son personajes de historietas. Y el sexo, la violencia, la marginalidad, la delincuencia, la entran en las páginas de los tebeos, donde nunca antes habían estado.

A ESPAÑA llego este movimiento mundial de los tebeos con sordina y amortiguado. Hacia el final de los años sesenta, los tebeos franceses y belgas llegaban filtrados en publicaciones como Bravo, Gran Pulgarcito, Strong y Gaceta Junior. Eran revistas juveniles envidiosas de los Pilote, Spirou o Tintín, a los que compraban material "juvenil". Y, como respuesta, desde el organismo propagandístico del franquismo, la Falange, se lanzó Trinca según el modelo europeo dominante, con autores españoles de calidad. Apenas duró dos años. Aunque hizo escuela y lanzó autores como Ventura y Nieto, que hacían historieta todo lo subversiva que se podía bajo el tardofranquismo. Sólo era el año 1970 cuando surgió y alcanzó a rescatar creadores "perdidos por Europa", como Carlos Giménez o Víctor de la Fuente.

Hubo que esperar a 1974 para que el coxim se publicara en este país. Y lo hizo de la mano de la muy meritoria y muy injustamente olvidada revista quincenal Star. En la portada se indicaba que era "sólo para adultos" y por sus páginas y portadas psicodélicas aparecieron los Druillet, Shelton, Crumb, Corben, Gotlib, Warner, Sheridan, Richards y muchos otros. Y empezaron los Nazario, Max, Alfonso López, Miracle, Martí, Albert, Cesepe, El Hortelano, Mariscal y casi todos. En el número 13 publicó como monográfico Fritz the cat, de Robert Crumb, y la policía lo secuestró porque, al parecer, un padre se lo compró a su hijo creyendo que era El gato Félix. Era el mes de julio de 1975 y hasta el 20 de noviembre no se murió Franco.

La semilla ya estaba echada y a trancas y barrancas y gracias a los del "Rollo enmascarado" pudimos aguantar hasta que llegó Totem en 1977. Allí se rescató el tiempo perdido y en aluvión llegaron los comix y los cómic adultos del resto de Europa, los Estados Unidos y el resto del mundo. Empezamos a  normalizarnos.

De la mitad de los 70 a la de los 80 fueron los del "destape" y "la ola de erotismo que nos arrollaba". En los quioscos llegó a haber más de veinte revistas de cómics y se publicó de todo: bueno, malo, regular y de Marruecos. Pero sirvió para que nuevos autores surgieran en España y hasta publicaran en el extranjero su obra.

FUERON los años de El Vibora y Makoki, de la ruptura y lo marginal; teníamos un comix español, agresivo. crítico y provocador: urbano, subversivo y chungo, el feísmo estadounidense y francés, adaptado y mediterráneo. No había nada que envidiar al resto del mundo. Triunfábamos en Angoulême, en Lucca y hasta en Grenoble.

Autores como Max, Mariscal, Pons, Kim, Martí, Bernet, Laura, Del Barrio, Raúl, Ana Juan, José Luis Martín, Gin, Garcés, Das Pastoras, Prado, Pellejero, Font, Ortiz, Giménez, Victoria Martos y muchos más demostraron su buen hacer. Y crearon escuela. Pero las revistas desaparecieron y volvió el muermo. Pocos siguen hoy publicando regularmente. Si acaso, el álbumes ocasionalmente.

Y tras la crisis de los 90, nuevas generaciones surgen y no se resignan y publican donde pueden, pero ahí están los Entrialgo, Miguel Angel Martín, Juaco, Ortega, De Felipe, Colino, Monteys, Alex Fito, Garay, Sequeiros y algunos más.

Casi todos ellos cumplen con su vocación de "desveladores de lo oculto", de ser testimonio de su tiempo y sus convicciones. Cuentan sus historias o las de su mundo, como hacen en los Estados Unidos Peter Bagge, Clowes, los Hernández, Burns, Lapham y otros.

Los editores "independientes" están lavando la cara al mercado adocenado, tanto a un lado como al otro del Atlántico. ¿Será ése el camino del tebeo de calidad y culto? Por lo menos, para lo urbano y subversivo, parece que sí.


Revista Leer nº 114. Julio-Agosto 2000

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