lunes, 25 de diciembre de 2023

Carlos Giménez - Dibujante de tebeos

En el Saló Internacional del Cómic de Barcelona recibió el Premio al mejor guión y a la mejor obra del año, y en la Feria del Cómic de Madrid el Premio a una vida dedicada a la creación de tebeos

L.C.

¿Este año ha sido el de su regreso?

No, no ha habido ningún regreso. La única diferencia es que he cambiado de editor en España, y el nuevo tiene un proyecto en España, y el nuevo tiene un proyecto editorial más amplio, mayor interés por publicar mis cosas. Ultimamente mi anterior editor no se preocupaba mucho por ello.



¿Se ha planteado la editorial lanzar sus obras completas o primero las que más se venden?

Se ha planteado hacer la "Colección Carlos Giménez" de Glénat; la idea es ir publicando toda mi obra hasta donde se pueda. Si se pudiera llegar hasta mis primeros trabajos, yendo lógicamente hacia atrás, estaría bien. Pero no hay garantía, porque no sabemos hasta dónde le interesará al público mi obra más juvenil. En cuanto al orden no se sigue un criterio cronológico, sino dar preferencia a los trabajos que el editor supone que son más esperados.

Sus anteriores editores, los más recientes, han sido De la Torre en Madrid y Planeta DeAgostini en Barcelona. ¿Qué ha pasado con ellos?

De la Torre publicaba fundamentalmente libros, y quería incluir algunos tebeos, especialmente los míos, pero al distribuirlos los colocaba donde se venden tebeos, con lo que el público interesado los encuentra.

¿Esta edición es sólo para nuestro país?

Esta colección en castellano es sólo para España, lo que no quiere decir que algún resto no se distribuya en países de habla hispana.

¿Y que pasó con Planeta DeAgostini?

Que sólo publicó el Dani Futuro y no se habló nunca de publicar nada más. Yo tampoco lo pretendí y no hubo, por tanto, ningún problema. Me gustó mucho cómo se realizó la edición: muy cuidada, popular y con precios asequibles.

Esta es la tercera o cuarta vez que Dani Futuro intenta una edición popular, si contamos los cuadernillos de Toutain...

La diferencia es que ahora se ha hecho bien. Se ha publicado completo, desde el primer número hasta el último. Y sin faltas de ortografía o errores de edición. De las diferentes ediciones de Dani Futuro, la primera de Bruguera era un desastre; la de Toutain se editó en cuadernillos de formato clásico, y además se quedó a medias. Así que esta última es la que se ha editado como la colección es, con rigor, con un cariño poco usual y arropada por artículos de profesionales y amigos, de críticos que han escrito reseñas sobre el personaje.

¿Reeditar es volver a vivir la emoción del primer momento?

Reeditar es volver a salir a la calle pero vestido con traje nuevo. No tiene la alegría de la primera vez, pero sí la de ver lo bien que te sienta el traje. Debo reconocer que esta colección de la editorial Glénat tiene los álbumes mejor editados actualmente en España. Para mí es un lujo, siendo yo una persona que siempre ha tendido a que su trabajo fuese popular. Pero eso era cuando los tebeos eran un producto barato que compraba la gente de los barrios. Ahora eso no es así; los tebeos van dirigidos a los coleccionistas, a los aficionados, que no se corresponden forzosamente con lo popular. Los quieren coleccionar, y en ese sentido creo que Glénat ha acertado plenamente con esta colección: algunos álbumes ya han sido reeditados, con el poco tiempo que llevan en la calle.

¿Qué contraste encuentra ahora con los lectores de entonces, los que compraban sus primeras ediciones?

Mis tebeos ahora, al ser reeditados, tienen más peso específico. Cuando se publicaron por primera vez en las páginas de las revistas -porque estos tebeos se publicaban primero en revistas y luego se recopilaban de álbumes- se mezclaban con el resto de materiales. Ahora, los tebeos hechos hace tiempo se presentan un poco con la idea de gozar de un clásico, ¿no? Aquellos tebeos de Carlos Giménez... Eso a mí me agrada, la idea de ser un clásico vivo. Así han sido presentados estos álbumes: obras que se hicieron hace tiempo, refiriéndose incluso a temas de hace tiempo. Como la Transición que yo reflejé en aquellos álbumes de España, una, grande, libre: contada a pie de actualidad. Con el tiempo se han convertido en una crónica de aquellos años.

De hecho, con estos álbumes se hizo cronista de un tiempo.

Cuando hice Paracuellos, Barrio, incluso Los Profesionales, quería hacer una crónica de la época que había vivido: contar cómo era, cómo éramos, las costumbres, cómo eran los barrios. Pero en los de la Transición no fue así. Yo simplemente hacía un trabajo semanal para una revista de actualidad. La idea que yo tenía era que la semana siguiente mataba la actualidad de la semana anterior: es un chiste, un comentario, una gracia que se pasa y que la actualidad cambia. No me daba cuenta de que, al hacer actualidad semanal, lo que has contado es, inevitablemente, lo que ha ocurrido en ese periodo de tiempo. Al final, lo que conté fue mi Transición, la Transición vista desde mi punto de vista.

Si pudiera, ¿le gustaría ahora hacer algo parecido, la crónica de estos tiempos de fin de siglo y milenio?

Hace muy poco tiempo me interesó, hasta el punto de que empecé a preparar dosieres, incluso hice unos primeros episodios de dos o tres páginas... Creo que se llamaba Fin de siglo o algo así. Reuní mucho material de prensa, con recortes sobre temas como el sida, el racismo, la solidaridad, la emigración, etc. Pero aunque se interesó alguna publicación no hubo una respuesta, y luego ya lo dejé. Y estos momentos sinceramente no me gustaría hacerlo pero no porque el tema no me apetezca, sino porque mi atención está puesta en otras cosas.

¿En qué está trabajando ahora?

Ahora estoy haciendo el Paracuellos 4, y tengo ya preparados el 5 y el 6. En estos momentos me gustaría seguir trabajando sobre Paracuellos, desarrollando los temas, tratándolos con más detalle. Este tema me sigue preocupando, y además he tenido la enorme suerte en este tiempo -una de las razones por las que he retomado el tema- de haber reunido mucho material de amigos, de gente de la época con la que me sigo viendo, con la que he grabado muchas cintas y me han sacado documentos y fotos. Me he encontrado con tanto material que no aprovecharlo sería un desperdicio. Escribir sobre estos temas me apasiona. Primero, porque es la biografía de mi infancia, lo recuerdo muy bien, y sobre todo es un mundo insólito, que muy poca gente ha conocido y que, quien lo ha hecho, raramente lo va a contar o lo ha contado. Quizás porque los de aquellos colegios en pocos casos han llegado a ser escritores, directores de cine, novelistas, y los que lo han sido no han escrito sobre estos temas, sino sobre otros más comerciales o lo que sea... Es como si yo dijera: yo puedo contarlo, yo sé contarlo, yo tengo el material y además me gusta contarlo. A mis casi 60 años de edad, las cosas las quiero matizar más.

Vamos, que tiene material para tres o cuatro años más...

De Paracuellos y quizás de otros también. Yo digo de mí mismo que soy un mendigo de historias, siempre le digo a los amigos: "Oye, ¿por qué no me cuentas tu...?". Y grabo cintas y reunimos material que es maravilloso para escribir, porque pone en marcha el mecanismo de tus propios recuerdos. Yo podría estar con Paracuellos muchos años.

En dibujar cada álbum, ¿cuánto tarda?

Aproximadamente un año por álbum...pero también es cierto que entretanto hay otras cosas que me interesan, que me encargan y tengo que hacer.

¿Sigue publicando en la revista satírica francesa Fluide Glacial?

Sigo publicando, aunque creo que ya mi relación con ellos está terminando, porque en Francia hay muchos autores que quieren publicar y ya no hay tantas revistas. Al director actual le intereso menos que al anterior y publico con una cadencia muy por debajo de lo que me gustaría. Por eso creo que voy a cortar mi colaboración, porque ya no me interesa.

¿Publica en algún otro país?

No, sólo en Francia y ya lo voy a dejar, como he dicho.

¿Cómo ve el mercado del tebeo actual?

En relación con el tebeo de autor, el que yo hago, hay una recesión mundial, al contrario de lo que ocurre con el de superhéroes. Pero como yo estoy más cerca de un novelista o un narrador que cuenta sus historias, no lo tengo fácil. Hacemos una obra cada cierto tiempo, como ocurre con el cine independiente. Hubo tiempos mejores: cuando había revistas que primero te publicaban y luego lo recopilaban, por que saliendo sólo con el álbum no cubres todo el ámbito.

¿Qué otras cosas hace?

Colaboro con la industria del cine haciendo story boards y decorados a lápiz muy creativos, para crear climas y ambientes generales. Es muy interesante y está muy bien pagado.

¿Qué autores de tebeos extranjeros le interesan?

Citaría dos que me gustan mucho; uno especialmente, Bill Watterson, el creador de Calvin y Hobbes. Y otro el de Hellboy, Mike Mignola.

Dos norteamericanos. ¿Y europeos?

Me sigue gustando mucho la serie de Christin y Mezieres, Valerian, y el Blueberry de Giraud. Los releo y busco los nuevos. Pero el Blueberry que busco es el Giraud, nada más. Y los Spirou y Fantasio, y muchos de los franco-belgas...

¿Cómo ve las adaptaciones del tebeo al cine?¿Cuáles considera mejor adaptados de un medio a otro?

Inevitablemente en el trasvase se pierde mucho. Recuerdo con horror el pase del caminado de Mafalda, cómo se perdía el gag en el cine. En el dibujo animado interviene el aspecto comercial. Otro horror me ha parecido el Asterix, o un Marsupilami que me espantó. Una que me ha gustado: una de Phantom que han pasado por televisión, y el primer Conan.

¿Le gustaría que Paracuellos pasara al cine?

Me gustaría, y ya tengo escrito un guión para cuando llegue la ocasión.


Revista Leer número 114. Julio-Agosto 2000

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