miércoles, 20 de mayo de 2020

VIÑETAS DESDE EL INFIERNO

EL PAÍS DE LAS TENTACIONES
VIERNES 29 DE JUNIO DE 2001

 HAY MUCHAS FORMAS DE CONTAR UNA GUERRA COMO LA DE BOSNIA. EL PERIODISTA JOE SACCO ELIGIÓ UNA INSÓLITA: EL TEBEO.




Tener unos Levl's 501. Pero auténticos. Eso es lo que quieren Nudjejma y Sabina. Todo normal si no fueran dos chicas musulmanas en una ciudad rodeada por los paramilitares separatistas serbios, antiguos vecinos que ahora queman sus casas, roban y asesinan a sus familiares. Una imagen impactante. En medio del infierno, su ilusión es lucir unos vaqueros. Joe Sacco, un periodista estadounidense que viajó a la ciudad sitiada de Gorazde (57.000 habitantes), quedó tan impresionado por este detalle que decidió incluirlo en el relato de su experiencia como corresponsal. Pero Joe Sacco (Malta, 1960) no escribió una crónica. Tras recoger centenares de testimonios durante casi cinco meses, volvió a casa y dibujó un tebeo.

Gorazde: zona protegida. La guerra en Bosnia Oriental. 1992-1995 no es sólo un recuento de horrores. Es la historia de unas personas que vieron cómo la Historia -con mayúsculas- irrumpió en sus casas y arrasó con todo. A través de ellos, Sacco desovilla la tragedia. Pero, ¿qué diferencia a Gorazde de tantos noticiarios, fotografías y reportajes que hemos visto en la última década sobre los conflictos de Yugoslavia? Pues que Sacco encuentra el medio adecuado para transportarnos a un mundo de vidas en ruinas. Las fotos captan ambientes con fuerza, pero difícilmente cuentan historias complejas. Los reportajes se apoyan en dos o tres imágenes, mientras que Sacco ofrece información visual a raudales en 230 páginas de viñetas. Y en cuanto a los telediarios, poco se puede decir en dos minutos.

Gorazde es un cómic pacifista, pero su preocupación por unas personas concretas, con todas sus miserias y grandezas, provoca un resultado distinto del habitual cuando se piensa en cultura comprometida. Al empezar la guerra alguien escribió Wellcome to hell (Bienvenidos al infierno) en un muro de una calle de Sarajevo que luego sería rebautizada como la avenida de los Francotiradores. Y mientras los intelectuales de Occidente organizaban actos de solidaridad con la capital, se olvidaban de ciudades asediadas como Srebrenica y Gorazde. La primera terminó arrasada por los paramilitares serbios, con cientos de musulmanes enterrados en fosas comunes. La segunda estuvo a punto de ser entregada a los chetniks durante las negociaciones de paz. Si el vestíbulo del infierno estaba en Sarajevo, las calderas llameantes se encontraban en Gorazde.
 Andrés Padilla

Gorazde: zona protegida. Joe Sacco. Planeta-DeAgostini. 238 páginas. 2.995 pesetas.

DIBUJOS BÉLICOS

 No esperó a que ningún editor se decidiera a publicarla. Tras dibujar 'Nosotros somos los muertos', una historieta de 10 páginas en terrible blanco y negro que denunciaba la impasibilidad de la Europa Occidental ante el conflicto bélico de los Balcanes, el dibujante Max no vaciló en editarla en 1993. Le bastó un 'fanzine' de edición simple y seca como el grito que realizaba el autor ante lo que consideraba una banalización de la guerra. "Nosotros somos los muertos, pero el dolor y la ira no se van con nosotros. ¡No!, se quedan con ustedes. Con ustedes que no han hecho nada por impedirlo", denunciaba ante la opinión pública europea uno de los personajes. Esta obra fue reeditada por Ediciones La Cúpula en el álbum recopilatorio 'Como perros!'.

La Bosnia en llamas, la Sarajevo de los francotiradores, inspiraron dos historias en viñetas, ambas realizadas por autores de renombrada trayectoria: 'Fax from Sarajevo', del estadounidense Joe Kubert, y 'Sarajevo-Tango', del belga Hermann, publicadas por Planeta-DeAgostini. Aun-que la mirada de Kubert rozaba un cierto maniqueísmo que la perspectiva europea más escéptica de Hermann corregía, en el trasfondo de las dos obras se encontraba un mismo personaje real: Ervin Rustemagic, el agente artístico de ambos en Yugoslavia. Rustemagic vivió toda una odisea para sacar a su mujer y a sus dos hijos del país y llevarlos a una zona neutral. La personificación de la historia fue una buena manera de narrar la terrible experiencia que vivieron miles de personas.  JAUME VIDAL





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