domingo, 30 de abril de 2017

The Sandman Preludios y Nocturnos




 INTRODUCCIÓN KAREN   BERGER
THE SANDMAN nunca cumplió mis expectativas iniciales. De ser así, no se habría convertido en la determinante serie que es hoy en día. Es más, se convirtió en algo que jamás habría imaginado: una de las mejores obras en cómic producidas jamás.

No me entendáis mal. No es que creyera que la serie no tenía potencial. Aunque la propuesta inicial se realizó hace mucho tiempo, entre las nieblas de mi memoria todavía puedo recordar los personajes interesantes, la atmósfera misteriosa e imaginativa y algunas pistas sobre futuros arcos arguméntales. Estaba claro que Neil Gaiman era un buen "creador", pero no estaba nada claro si podría ejecutar esos conceptos con la habilidad necesaria.

Allá por 1987, Neil era un guionista de cómics primerizo que me había enviado una historia para LA COSA DEL PANTANO un par de meses antes. Siempre se había dedicado al periodismo y, como buen reportero, me acosaba cada pocos meses preguntándome por aquel relato de la Cosa del Pantano. Hasta que no nos conocimos en Londres durante mi primer viaje en busca de talentos británicos, no me di cuenta de que aquel era el mismo tipo británico persistente pero educado que me había estado incordiando todo ese tiempo. Fue en una reunión en la que Neil me presentó la miniserie ORQUÍDEA NEGRA, una miniserie de THE SANDMAN y una serie que presentaba a John Constantine, entre muchas otras. Ya se había hablado de Sandman en la Sociedad de la Justicia de América, y Constantine ya comenzaba a ser desarrollado por Jamie Delano- Por lo tanto, parecía que la propuesta con más futuro era ORQUÍDEA NEGRA- Poco después acepté la propuesta definitiva de Neil, y tanto él como el silencioso, joven y formidablemente capacitado Dave McKean se pusieron a trabajar.

ORQUÍDEA NEGRA fue el segundo trabajo en cómic de Neil- Al igual que su primera creación, CASOS VIOLENTOS, era técnicamente muy sólido, pero probablemente demasiado preciso. El arte estaba ahí, pero tan alejado del guión de Neil que no conseguí sentirme identificada con los personajes. Sin embargo, había suficiente chispa en su trabajo para que estuviéramos dispuestos a comprobar si sería capaz de encender un nuevo proyecto. Ese proyecto acabaría siendo una nueva serie sobre Sandman, protagonizada por un personaje completamente nuevo.

En toda mi vida he editado incontables títulos nuevos, y THE SANDMAN como la mayoría de los demás, tuvo sus propios problemas de nacimiento. Cuando volví a leer el argumento del primer arco argumental de la serie, me asaltó un dilema. Por un lado, los primeros siete números eran un sencillo relato de una búsqueda por parte del antiguo gobernante del reino de los sueños, y presentaban a personajes conocidos de DC en su entorno y papeles habituales. Venganza, batalla, búsqueda finalizada. ¿Demasiado típico? Quizás. Por otro lado, la primera historia presentaba a un misterioso aunque poderoso grupo de ocultistas y magos descerebrados, en un ambicioso, relato que llevaba a dichos personajes a través de varias décadas de cambios tumultuosos y extraños.; ¿Demasiado típico? En absoluto. Aun así, en manos de un guionista diferente, las semillas plantadas en este fértil terreno historietístico podrían haber acabado convirtiéndose en un título de horror/fantasía de "serie B".

Pero a medida que la serie se iba ramificando en direcciones totalmente inesperadas, THE SANDMAN se desarrolló hasta convertirse en uno de los cómics mas atípicos de la historia. Para mí, el punto de inflexión fue el n° 8, El son de sus alas. No se debía únicamente a la aparición de la adorable pero inevitablemente pragmática Muerte, intentando animar a su taciturno hermano menor. Ni al hecho de que ya no apareciera en ningún sitio la cara de ningún personaje famoso de DC. Era el elemento de humanidad y de relaciones interpersonales que comenzaba a adivinarse en el trabajo de Neil..irónicamente, el catalizador de esta resonancia emocional fue un personaje que tradicionalmente representa la antítesis de todos estos conceptos.

Los dibujantes de PRELUDIOS Y NOCTURNOS, Sam Kieth, Mike Dringenberg y Malcolm
Jones III, proporcionaron la atmósfera adecuada para la oscura historia sobre el origen de Morpheus. Al igual que Neil, eran relativamente unos recién llegados al mundo de los cómics, y estaban evolucionando dentro de sus respectivos estilos. Sam realizó unos fabulosos retratos de Caín y Abel, y sus viscerales reproducciones del Infierno y sus grotescos habitantes eran realmente aterradoras. Mike destacó por su vivaz concepción de Muerte, y su representación de Morpheus es probablemente una de las mejores hasta la fecha. La línea de trabajo ilustrativo de Malcolm aportó una cohesión y aspecto acabado a la serie en general.

Las portadas de este primer arco argumental (y de todos los futuros) fueron ilustradas, construidas y reunidas por Dave McKean. Dave era un artista extraordinariamente dotado a su temprana edad (22 años), y acababa de salir de la escuela de arte cuando comenzó a trabajar en ORQUÍDEA NEGRA.

Ha sido realmente innovador con su trabajo en las portadas de THE SANDMAN, experimentando con diferentes estilos y técnicas a partir de los primeros retratos, que complementaba con todo tipo de artilugios colocados en torno al marco. Conceptualmente, Dave rompió todos los convencionalismos desde el principio. Todavía recuerdo el día en que me dijo que no tenía pensado incluir a Sandman en ninguna de las portadas (y creedme, eso significaba mucho por aquel entonces).

Este primer volumen de THE SANDMAN es una especie de trabajo en progreso: el de un escritor lleno de talento que poco a poco fue refinando su habilidad y desarrolló progresivamente su concepto inicial -una serie sobre sueños, bien personales, nocturnos o imaginarios- y lo expandió de manera que creó varias historias "clásicas" modernas realmente inolvidables.

Las historias que vendrían más tarde -reunidas en LA CASA DE MUÑECAS, PAÍS DE SUEÑOS, ESTACIÓN DE NIEBLAS, UN JUEGO DE TI, FÁBULAS Y REFLEJOS, VIDAS BREVES, LAS BENÉVOLAS y EL VELATORIO- representan un tesoro de riqueza narrativa. Hay muchas historias que giran en torno a Morpheus, a su panteón familiar disfuncional, los Eternos, a sus amantes, a sus enemigos, a su reino y a sus conflictos personales y profundos. Pero también hay numerosos relatos en los que Sandman aparece sólo por breves momentos, o incluso no aparece en absoluto. Es en estas historias (mis favoritas son Lugares blandos, Ramadán, Historia de dos ciudades y Mortajas) donde el amor que siente Neil por la mitología, las figuras históricas y la literatura clásica se entremezcla con sus propios: conocimientos oníricos y personales.

Al igual que el resto de series que marcaron una historia antes que ella (léase EL REGRESO DEL SEÑOR DE LA NOCHE, WATCHMEN y V DE VENDETTA), el atractivo de THE SANDMAN ha trascendido el mercado tradicional de los cómics. Y eso se debe a varias razones. Al fin y al cabo, a Neil Gaiman le gusta contar historias, y las historias que cuenta son atemporales, resonantes y universales. Su trabajo en THE SANDMAN interesará a gente de diferentes formas de vida, atrayendo a una constelación de lectores que normalmente no cohabitan en la misma esfera literaria. THE SANDMAN también cuenta con un número desproporcionadamente alto de mujeres lectoras, probablemente el mayor en toda la historia de los cómics. En un medio que todavía está ocupado en su mayor parte por varones, sólo este hecho ya supone una verdadera hazaña.

La popularidad y el éxito de THE SANDMAN fueron las razones de mayor peso que me llevaron a fundar un nuevo sello en 1992. Siempre había querido crear una línea de cómics separada en la que se pudieran publicar las visiones más provocativas y personales de los mejores talentos del mundo del cómic. THE SANDMAN, junto con un grupo de títulos bastante bien considerados, formó el núcleo del nuevo sello de DC, Vértigo. El alcance y el tirón que tuvo THE SANDMAN tanto dentro como fuera del mundo de los cómics jugó un papel vital en el posicionamiento y adquisición de imagen de Vértigo.

Desde un principio supe que Neil tenía previsto un final concreto para THE SANDMAN, y aunque me hubiera encantado que hubiera continuado con la serie de forma indefinida, tiene todo el sentido del mundo el que un escritor quiera completar su trabajo y ver cómo finaliza, especialmente en el caso de un libro que había conseguido todo lo que éste. En los seis años que han pasado desde su publicación, THE SANDMAN ha ganado más premios de la industria del cómic que cualquier otra serie de historietas. También cuenta con un premio World Fantasy a la mejor historia corta (por El sueño de una noche de verano) y una impresionante lista de citas e introducciones realizadas por gente tan famosa como Norman Mailer, Stephen King y Tori Amos-La capacidad de Neil para crear personajes singulares y cautivadores alcanza su máxima expresión en los Eternos, que han acabado siendo tan populares como el propio Rey del Sueño. Cada Eterno verá su historia contada. Neil y Chris Bachalo comenzaron con MUERTE: EL ALTO COSTE DE LA VIDA y continuaron con MUERTE: LO MEJOR DE TU VIDA- Poco después del cierre de THE SANDMAN, SU influencia se mantuvo en THE DREAMING, un título mensual que no presenta a Morpheus ni a sus hermanos sino a algunos de los los personajes sobrenaturales y horrendos que Neil utilizó en THE SANDMAN. Y lo que es más importante, permite a otros escritores explorar y crear nuevos territorios oníricos, ocupados por soñadores o por cualquier otro tipo de seres.

He tenido una sensación punzante y extraña al escribir esta introducción al primer volumen recopilatorio de las historias de THE SANDMAN- ES interesante examinar el final de esta compleja y magistral saga épica desde sus más sencillos inicios. Aun así, los cimientos ya eran fuertes en esos primeros relatos, lo que permitió a la serie arraigar con fuerza y explotar todo el potencial que le permitiría crear mundos ricos y fantásticos, que a la postre acabarían convirtiéndose en todo un fenómeno social.

Como he dicho al principio de esta introducción, nunca esperé que THE SANDMAN se convirtiera en la serie que ha sido. Pero si hay algo que se debe aprender de las propias expectativas, es que es maravilloso que te hayas equivocado.

Nos vemos en los sueños,
Karen Berger
Editora ejecutiva, Vértigo





EPILOGO

En septiembre de 1987, Karen Berger me telefoneó y me preguntó si estaría interesado en escribir un título mensual para DC. Así es como empezó todo. Karen ya era mi editora en el cómic ORQUÍDEA NEGRA, y era (y sigue siendo) el contacto de DC con Inglaterra. Rechazó todas mis sugerencias iniciales (sobre personajes abandonados de DC que yo pensaba que podía ser divertido rescatar del limbo), y me recordó una conversación que habíamos tenido la última vez que ella estuvo en Inglaterra, y que yo casi había olvidado, en la que yo le había sugerido revivir a un personaje de DC casi olvidado, Sandman, creando una historia ambientada casi íntegramente en los sueños. "Hazlo, pero crea un nuevo personaje", sugirió. "Alguien nunca visto antes." Y eso hice. Un año más tarde apareció en las tiendas el primer número de THE SANDMAN. Dicho de esta manera, todo parece muy simple.

Pero no creo que lo fuera. En realidad no. Cuando miro hacia atrás, el proceso de gestación del Señor de los Sueños parece menos un acto de creación que uno de escultura; como si ya estuviera esperando, grave y silencioso, dentro de un bloque de mármol blanco, y todo lo que tuviera que hacer fuera ir quitando todo lo que no formara parte de él.

Tenía una imagen inicial, antes incluso de que supiera quién era: un hombre, joven, pálido y desnudo, prisionero en una minúscula celda, aguardando a que sus captores murieran, dispuesto a esperar hasta que la habitación en la que estaba se convirtiera en polvo; mortalmente delgado, con el pelo largo y negro, y unos ojos muy extraños: Sueño. Así es como era. Él era así. La inspiración para sus ropas llegó a raíz de una foto en un libro de diseño japonés, de un kimono negro, con marcas amarillas en la parte inferior, lejanamente parecidas a llamas; pero también de mi deseo por escribir sobre alguien por quien sintiera cierta simpatía. (Como yo nunca llevaría un traje, no entiendo por qué él debería hacerlo. Y como la mayor parte de mis ropas son de color negro [es un buen color. Hace juego con todo. Bueno, con todo lo que sea negro], su gusto en la ropa reflejó el mío.) Nunca había escrito un título mensual, y no estaba seguro de si sería capaz. Cada vez, todos y cada uno de los meses, tenía que escribir una historia. Teniendo eso en cuenta, quería explicar historias que fueran de lo real a lo surrealista, desde los relatos más mundanos hasta los más extravagantes. THE SANDMAN parecía capaz de todo aquello, de convertirse en algo más que un título mensual de horror.

Escribí un proyecto inicial, describiendo el personaje del título y los primeros ocho números tan bien como pude, y entregué copias de ese proyecto a mis amigos (e ilustradores) Dave McKean y Leigh Baulch: ambos realizaron diversos bocetos del personaje y los enviaron junto con el proyecto a Karen.

Pasamos a enero de 1988. Karen visita Inglaterra por unos días. Dave McKean, Karen y yo nos encontramos en Londres, y acabamos comiendo en el peor restaurante francés del Soho (tenía un pianista que conocía las primeras líneas de al menos dos canciones, los cuadros más feos que te puedas imaginar colgados en las paredes y una camarera que no hablaba ningún idioma conocido. Tardaron dos horas en servirnos la comida, y cuando llegó, ni estaba caliente ni era comestible.) Entonces Dave intentó liberar su coche de un párking subterráneo, mientras Karen y yo volvíamos a su habitación del hotel, devorábamos la fruta y los correspondientes frutos secos, y hablamos de THE SANDMAN.

Le enseñé los bocetos que tenía del personaje en mi bloc de notas, y hablamos sobre dibujantes, lanzándonos nombres el uno al otro. Al final, Karen sugirió a Sam Kieth. Había visto algún trabajo de Sam, y me gustaba, así que se lo dije. Llamamos a Sam. A Karen le costó mucho convencerle de que no se trataba de una broma (y yo no conseguí convencerle de que había visto su trabajo y me gustaba mucho), de forma que le envió una copia del proyecto. Hizo algunos bocetos del personaje, uno de los cuales se parecía bastante a la cara que me había imaginado, y enseguida comenzamos a trabajar juntos.

Mike Dringenberg, cuyo trabajo había visto y disfrutado en ENCHANTER, sería el encargado de entintar los lápices de Sam. Dave McKean, amigo y frecuente colaborador mío, accedió a pintar (y generalmente también construir) las portadas. Todd Klein, posiblemente el mejor rotulista del negocio, accedió a rotular la serie, y Robbie Busch se encargó del color. Habíamos comenzado. Los primeros números fueron un tanto desafortunados. Ni Sam, ni Mike, ni Robbie ni yo habíamos trabajado en una colección mensual de una empresa grande, y todos tirábamos y empujábamos en diferentes direcciones. Sam nos dejó durante el número 3 ("Me siento como Jimi Hendrix en Los Beatles", me dijo, "Estoy en la banda equivocada". Me supo mal verle marchar), y a partir de 24 horas, Mike Dringenberg se encargaría también de los lápices. El hábil Malcolm Jones sería a partir de entonces nuestro entintador habitual. Juntos finalizamos el primer arco argumental de THE SANDMAN, reunido en este libro. Cada una de las historias de este volumen contaba con un generoso esfuerzo por mi parte para explorar los diferentes géneros: El sueño de los justos pretendía ser una historia de terror clásica inglesa; Anfitriones imperfectos juega con algunas de las convenciones de los antiguos títulos de terror de DC y EC (así como sus anfitriones); Sueña conmigo era una historia de terror inglesa ligeramente más contemporánea; Una esperanza en el Infierno revisita la fantasía oscura que se podía encontrar en UNKNOWN en los años 40; Pasajeros era mi intento (puede que no demasiado acertado) de mezclar los superhéroes con el mundo de Sandman; 24 horas es un ensayo sobre las historias y los autores, y también uno de los pocos relatos genuinamente de terror que he escrito; Ruido y furia redondeaba todo el arco argumental. Cuando vuelvo a leer hoy en día estas historias, debo confesar que a muchas de ellas las encuentro un tanto torpes, aunque incluso la más torpe de ellas tiene algo -una frase, quizás, o una idea, o una imagen- de lo que estoy orgulloso. Pero aquí es donde empieza la historia, y en los relatos de este libro se sembraron las semillas de todo lo que vendría más adelante... que fue mucho.

PRELUDIOS Y NOCTURNOS: un poco de música nocturna para todos vosotros. Espero que os guste. Buenas noches. Dulces sueños,

Neil Gaiman Junio de 1991






Neil Gaiman es un guionista de cómics que ha conseguido convertirse en una figura reconocida en diversas artes y medios. Tiene una novela de gran éxito (BUENOS PRESAGIOS), una serie de televisión (NEVERWHERE) que se ha convertido en novela y va camino de ser una película, ha colaborado en un disco de Alice Cooper (THE LAST TEMPTATION) y su nombre aparece en boca de cantantes de culto como Tori Amos. Y para rematarlo todo, actualmente se preparan dos o tres proyectos cinematográficos inspirados en THE SANDMAN, la serie de cómic que lo empezó todo en 1988 y que le hizo alcanzar la fama.

Con THE SANDMAN, el joven periodista y guionista ocasional de cómic que era Neil Gaiman pasó a ser alguien apreciado y valorado por todo el mundo, incluso por aquellos que normalmente no leen cómics. Por un lado, la sofisticación y la florida prosa de Gaiman destacaba fácilmente en una industria del cómic como la americana, poco habituada a hacer literatura. Y, por otro lado, la inseguridad de que THE SANDMAN llegara a ser una colección de larga vida hizo que su autor prefiriera no dirigirse a un público determinado y optara por escribir lo que más le apetecía, consiguiendo paradójicamente llegar a un público más amplio del previsto.

La fantasía, el terror y el folklore se entremezclaban en sus primeras historias para crear una mitología tan identificable por todo el mundo que resultaba tan nueva como vieja. Mitología con dioses como el sueño y la muerte, a los que acompañan elementos tan tradicionales como como el Infierno o Lucifer en su vertiente de ángel caído. Dioses tan atrapados por el papel que les ha tocado interpretar y tan escasos de salidas como cualquier ser humano corriente. No es de extrañar que todo esto encontrase eco en lectores adolescentes del mundo entero.

Pero, además, THE SANDMAN se beneficiaba de un público adulto gracias al trasfondo naturalista que el autor consigue insuflar en su trabajo, lleno de referencias y homenajes, y que queda en evidencia en los mejores momentos de su obra: los más humanos. Como en aquella historia maravillosa en la que Sueño habla con su hermana Muerte; una simple conversación de veinte páginas que resulta deliciosa, conmovedora v humana, por muy simbólicos que sean los interlocutores.

El conjunto final hizo que THE SANDMAN siguiese su publicación y que acabara convirtiéndose en el fenómeno mediático que es hoy día, amén de dar pie a la línea Vértigo, concebida para publicar material dirigido únicamente al público adulto.

En este volumen se recopilan los siete primeros números de la serie, un verdadero muestrario de lo que puede dar de sí Gaiman: dioses y seres humanos atrapados por designios que les superan, infiernos mitológicos y reales... todo ello terriblemente humano y hermoso. Y lo mejor es que este racimo de historias sólo es el principio, va que Gaiman no hizo más que mejorar. Los que se inicien en THE SANDMAN con este volumen, tienen la enorme suerte de ir descubriendo poco a poco esta obra que ha hecho historia. Lo mejor está por llegar.

Lorenzo F. Díaz

BODY BAGS por Jason Pearson



 JASON PEARSON SE PRODIGA POCO.
Como en el caso de sus colegas del Gaijin Studio (Adam Hughes, Cully Hamner o Brian Stelfreeze, entre otros) -especialistas en no arriesgarse aceptando series regulares y encargos de gran duración, pero ofreciendo en cambio una calidad de dibujo y storytelling poco comunes-, las obras de Pearson caben en menos de 30 centímetros de estantería: 17 números de LEGIÓN OF SUPERHEROES (1991-92), UNCANNY X-MEN ANNUAL '93, VANGUARD nº 2 (1993), DRAGÓN: BLOOD AND GUTS (1995), además de varias portadas y pin-up's, e historietas para PENTHOUSE COMIX y YOUNGBLOOD STRIKEFILE (1994). Como en el caso de Adam Hughes, cada nueva ilustración u obra de Pearson es noticia y nunca ha defraudado a sus fans.

JASON PEARSON ES UN ARTISTA COMPLETO.
Sus dos últimos trabajos, DRAGÓN: BLOGD AND GUTS y BODY BAGS han sido realizados íntegramente por él. Imágenes de gran fuerza, con fijación por el detalle, acompañan a un guión casi cinematográfico. Pearson consigue que te quedes un rato mirando cada página, disfrutándola, descubriendo gags ocultos; en definitiva, gozando del espectáculo. En BODY BAGS, también se encarga del color. Imposible de adulterar. Control total sobre la obra..

JASON PEARSON ES MÁS VIOLENTO DE LO QUE PARECE.
Desde que le dejaran hacer lo que quisiera con THE SAVAGE DRAGÓN, algo quedo muy claro en su forma de contar historias: cuando menos te lo esperas, el nivel de violencia de sus tebeos se dispara, aunque su técnica gráfica sea tan limpia y depurada que disimule la crudeza de actos muy, pero que muy salvajes. Parece como si nos quisiera decir "la vida es así, chicos; y, en consecuencia, así reaccionan mis personajes. No había otra salida". Que nadie se engañe: BODY BAGS no es un tebeo para niños. Tanta protesta por insulsos deslices en series como SPAWN, PREDICADOR o GEN13, y nadie se ha metido con Pearson. El camuflaje funciona. Mala leche y humor negro. Ya podéis empezar a acostumbraros...

JASON PEARSON VISTE MUY BIEN A SUS CREACIONES.
Volvemos a la pasión por el detalle. Ropa que va con la personalidad de cada individuo, ropa que se adapta al cuerpo, ropa bien dibujada que cubre anatomías bien diferenciadas. Y no olvidemos esas bambas, botas y zapatos cuidados hasta la última costura, un calzado de suela característica que ha sido imitado hasta la saciedad.

JASON PEARSON SE TOMA CON CALMA SUS PROYECTOS.
 La idea de BODY BAGS surgió hace años, en 1992. En un principio, Clownface debía formar equipo con una asesina oriental llamada Noh (género teatral japonés que muestra los cinco aspectos de la vida y la muerte). Existe un documento gráfico, un cromo de Creators Universe aparecido en 1993 en el que aparecen ambos personajes. Reflexionando mucho, Pearson acabó por desechar la idea por falta de consistencia. El proyecto, más elaborado, pasó a Image: Gaijin Studios propuso una serie limitada, GROUND ZERO, numerada del 10 al 0, formada por historias cortas a cargo de Pearson y compañía. Image declinó el proyecto y finalmente, en 1996, BODY BAGS se convirtió en el primer comicbook editado por Dark Horse bajo el sello Blanc Noir, al que se unirán títulos como THE HERETIC, BRAVE, No ONE o MÁXIMUM VELOCITY, todos ellos realizados por los componentes de Gaijin Studios. Tanto Pearson como sus compañeros de habitación de Atlanta han esperado pacientemente la mejor opción para ver publicadas sus obras.


JASON PEARSON ES EL "HIJO" DE MICHAEL GOLDEN EN LA TIERRA

Michael Golden, portadista de BODY BAGS, declaró en un revista especializada que si tuviera un heredero gráfico, ése sería Todd McFarlane. No podemos discutir las afirmaciones del maestro Golden, pero debemos puntualizar que si alguien ha sido influido por tan magno dibujante, apostando por la innovación y la cuidada selección de productos que quiere ofrecer a los lectores, además de recoger con talento una herencia tan sublime como la de Michael Golden... ése es sin duda Jason Pearson.
Cels Piñol



Body Bags nº 1 y 2 Noviembre y Diciembre de 1997. Norma Editorial. S.A.


La escena del cr1men por Ed Brubaker, Michael Lark y Sean Phillips





 ¿Quién dijo que Vértigo era una línea especializada en temas mágicos y fantásticos, que buceaba exclusivamente en el lado oscuro de la psique humana? Para empezar, no hay más que pensar en series como SANDMAN MYSTERY THEATRE O, más recientemente, JONNY DOUBLE, para darse cuenta de la riqueza de la propuesta de Vértigo en lo tocante a los géneros.

Últimamente, otras series se han ocupado de ampliar los horizontes de Vértigo en lo que a temas se refiere, pero ahora vamos a detenernos en la que tienes entre tus manos: una serie publicada originariamente en cuatro números titulada LA ESCENA DEL CRIMEN.

Atención, porque estamos ante una de las más agradables sorpresas que nos ha deparado Vértigo este año. Por muchos motivos. De entrada, por sus autores. El guión es del prolífico Ed Brubaker, autor completo de obras como AT THE SEAMS o DETOUR, y guionista de historias como AN ACCIDENTAL DEATH O VÉRTIGO VlSIONS: PREZ, ambas dibujadas por Eric Shanower y, esta última, ya en el corral de Vértigo. Brubaker ha demostrado ser un autor camaleónico, capaz de enganchar al lector desde la primera página de sus propuestas.

Para seguir, contamos con Michael Lark como dibujante. Sí, os suena; os suena por ser el ilustrador   de TERMINAL CITY, por ejemplo, pero también ha lucido su grafismo en títulos como SUPERMAN:  WAR  OF  THE WORLDS o ALL STAR COMICS. Lo primero, asegurado: la calidad del producto por la capacidad de su creadores.


Luego tenemos el tema; o, mejor, dicho, el tratamiento del tema. Porque LA ESCENA DEL CRIMEN es un cómic de serie negra, de la más objetiva y punzante serie negra. Brubaker plantea la historia en capítulos cortos, con un narrador en primera persona, Jack Herriman, el detective privado, y desenrolla el ovillo argumental paulatinamente, aportando datos que hacen avanzar la acción con el tempo muy medido. Para ello, el guionista plantea un esquema clásico: un detective privado que recibe el encargo de buscar a una persona, sólo que después |as cosas se van complicando, al tiempo que personajes como Kurt, el famoso , tío de Herriman, o Molly,una de las mujeres de papel más vibrantes e interesantes de los últimos tiempos, aportan un tono crepuscular, casi morboso, que confiere un interés añadido a la historia.

Por su parte, Lark abandona parcialmente el exquisitismo estetizante de TERMINAL ClTY (por otra parte obligado en aquella serie) para adaptarse, como hacen los excelentes narradores, a las exigencias del guión. El tono semidocumental y neorrealista de la serie es reforzado por Lark provocando el tratamiento de los contrastes entre luces y sombras, que dotan a la historia de un tono sombrío, tenue, acorde con los sentimientos que se están tratando. Aquí Lark demuestra ser un dibujante narrativo, al servicio de la narración, algo nada común en estos días, hasta el punto de dividir cada página en cuatro tiras y no escatimar viñetas ni información gráfica al lector; eso sí, la información que necesita, al punto, ni más ni menos. De hecho, la estructura narrativa y el diseño de página de LA ESCENA DEL CRIMEN son muy poco comunes en el comic book norteamericano. Brubaker y Lark son conscientes de las necesidades que les plantea la historia y las ofrecen a raudales, poniendo énfasis en provocar al lector las sensaciones que están buscando.

En este caso, además, el trabajo del colorista James Sinclair es básico para el acabado final, ya que se ajusta perfectamente al ambiente que demanda la serie. Añadamos, para terminar con los autores, que el entintador de varios de los números es Sean Phillips, y con ello redondearemos el excelente póker de creadores.

LA ESCENA DEL CRIMEN es uno de esos cómics que pueden leerse más de una vez y que permitirán al lector descubrir nuevos hallazgos en cada lectura. Estamos ante una obra de serie negra, sí, pero también ante una historieta que no necesita de catalogación, porque las pequeñas obras maestras son incatalogables. La personalidad de los personajes es sólida, la estructura narrativa es compleja pero sencilla a la vez, y exige del lector su participación, como sólo los autores inteligentes saben provocar.

Cuando terminéis de leer LA ESCENA DEL CRIMEN sabréis que no me he dejado llevar por el entusiasmo. Sólo obras como ésta saben provocar un entusiasmo que pocas veces nos sabe reservar cualquier medio de comunicación.

Albert Pons

LA ESCENA DEL CRIMEN nº1 y 2 Colección Vertigo nº 117  y 120 Enero y Febrero de 2000. Publicación de Norma Editorial S.A. Barcelona

LOS AUTORES:



ED BRUBAKER
Critico de cine y excelente autor de estética underground, Ed Brubaker entró en el mundo del cómic allá por 1991 con su título LOW LIFE, claramente entroncado en la temática autobiográfica que se puso de moda en el cómic alternativo americano de principios de los noventa.



Esta magnífica serie fue publicada por Caliber en sus dos primeros números, encargándose Aeon Comics de lanzar al mercado los tres siguientes. La periodicidad del título era anual, al ganarse Brubaker la vida fuera del mundo del cómic. Mientras realizaba el quinto y último número de la serie, realizó las tres historias del triángulo amoroso que componen AT THE SEAMS y que editó Alternative Press en 1997, recibiendo el premio Ignatz a la mejor obra del año, además de numerosas nominaciones a otros muchos galardones.



Durante todo este tiempo realizó también diversas historias sueltas para DARK HORSE PRESENTS (entre las que se contaban más historias de LOWLIFE y las de un personaje nuevo, THE TALL.), así como colaboraciones varias para editoriales como Slave Labor, Fantagraphics o Blackthorne. Todas ellas eran narraciones puntuales de entre ocho y diez páginas, sin ánimo de establecer una continuidad dramática.

En 1997 empezó a publicar su nuevo título, DETOUR. De periodicidad teóricamente trimestral, la aparición del segundo número está prevista para el año 2000. Mientras tanto, ha iniciado una brillante carrera como guionista con LA ESCENA DEL CRIMEN, junto a Michael Lark. Tras una historia corta, publicada en la antología VÉRTIGO: AL FILO DEL INVIERNO 2, la miniserie de cuatro números vio la luz en Estados Unidos a mediados del año 1999. Su éxito de critica y público ha posibilitado la creación de una serie regular de LA ESCENA DEL CRINEN que se empezará a publicar en el año 2000. Hasta entonces, Brubaker dedica sus esfuerzos como guionista a un nuevo título Vértigo, DEADENDERS, con dibujos del inglés Warren Pleece.


MlCHAEL   LARK
Con su trabajo en la novela gráfica THE LITTLE SISTER que adaptaba la obra homónima de Raymond Chandler para ese desconcertante editor que es Byron Preiss, Michael Lark se convirtió en un autor bien considerado por los profesionales del medio. Había nacido un dibujante clásico con todas las de la ley, capacitado para dibujar cualquier cosa y especialmente dotado para la ambientación y la iluminación.

THE LITTLE SISTER apareció en 1995, pero Michael Lark ya era un veterano con cuatro años de profesión a sus espaldas. Sus primeros trabajos para la editorial Caliber denotaban a un imitador de Ted McKeever que aspiraba a ser algo más y que tenía un control de la iluminación muy superior al de su modelo. AlRWAVES y TAKEN UNDER (esta última historia serializada dentro de CALIBER PRESENTS) fueron sus principales trabajos para esa editorial antes de ilustrar para Topp Comics EL VISITANTE, cuento de Ray Bradbury adaptado para la ocasión por P.Craig Russell.
 
Teniendo en cuenta su dibujo realista, poco habitual entre la mayoría de sus colegas norteamericanos, era evidente que el principal destinatario de sus esfuerzos sólo podía ser la línea Vértigo de DC Comics. Así, en 1996 inició una relación laboral con esa editorial que ha permanecido ininterrumpida desde entonces. Si bien empezó realizando colaboraciones esporádicas para SHADE, THE CHANGING MAN, con guiones de Peter Milligan, pronto encontró un proyecto propio, más adecuado a sus intereses de creador absoluto, en la mini-serie TERMINAL CITY, formada por nueve números escritos por Dean Motter.


Obra interesante y llena de ideas, TERMINAL CITY se apoyaba en el excelente dibujo de Michael Lark para dar verosimilitud a una trama camp basada en la arquitectura de la ciudad del título. La serie obtuvo buenas ventas y se ganó el apoyo de crítica y público, recibiendo varios premios. Un año después se publicó una segunda miniserie, esta vez de cinco números, titulada TERMINAL CITY: GRAFFITI AÉREO, con el mismo brillante resultado.



A finales de 1997 dibujó una historia para SANDMAN MYSTERY THEATRE (de los números 57 al 60), que guionizó Steven Seagle, y en 1998 realizó SUPERMAN: WAR OF THE WORLDS, un especial de ELSEWORLDS con el que Roy Thomas logró uno de sus mejores guiones de los últimos años. Parecía que cualquier trabajo de Michael Lark, además de un excelente dibujo, también garantizaba una buena historia. LA ESCENA DEL CRIMEN, aparecida en 1999, es un buen ejemplo de ello, ya que el espléndido guión de Ed Brubaker le ha permitido llevar a cabo su mejor trabajo hasta la fecha.

Dos especiales de ALL-STAR COMICS, con guión de James Robinson y David Goyer, recuperando a la antigua Sociedad de la Justicia, son sus últimos trabajos mientras prepara la serie regular de LA ESCENA DEL CRIMEN.


LORENZO F. DÍAZ

El arcángel surfista

Con guión de Stan Lee y dibujos de John Buscema la colección de Estela Plateada nace en plena eclosión del movimiento hippie con una temática más de reflexión que de acción.

GERARDO MACÍAS
26 Abril, 2017


'Marvel Gold. Estela Plateada de Stan Lee y John Buscema'. Guión: Stan Lee. Dibujos: John Buscema. Panini Cómics, 2015. Edición Original USA: Silver Surfer nº 1-18 (Marvel Comics, 1968-1970), Fantastic Four Annual nº 5 (Marvel Comics, 1967), Epic Illustrated nº 1 (Marvel Comics, 1980) y Not Brand Ecch nº 13 (Marvel Comics, 1969).


Galactus debutó en Fantastic Four nº 48 (1966), en un intento de elevar el nivel de los antagonistas de Los Cuatro Fantásticos. Habiéndoles enfrentado a monstruos subterráneos, antihéroes submarinos, tiranos europeos, y a invasores alienígenas, a Lee y a Kirby se les ocurrió plantear un adversario que fuera una divinidad.

Galactus, el devorador de mundos, es un gigante con una G de God (Dios en inglés) en el pecho. El Dios imaginado por Stan Lee y Jack Kirby. Los Cuatro Fantásticos se sienten hormigas ante él.

El método Marvel en sus primeros años era una lluvia de ideas de guionista y dibujante que los convertía en coargumentistas. Luego, el dibujante traía las páginas y el guionista ponía los diálogos.

Cuando le llegaron a Stan Lee las páginas de Fantastic Four nº 48, había un personaje volando sobre una tabla de surf. Según Kirby, si Galactus era un ser divino, tenía que tener un heraldo. Y ese era Silver Surfer, el arcángel del Dios que era Galactus.

En 1968, Stan Lee decidió darle su primera oportunidad a Silver Surfer en su propia serie en solitario, y no sólo eso, sino que se reservó como único guionista del personaje durante mucho tiempo. En España se tradujo por Estela Plateada.

Esta primera serie protagonizada por Estela Plateada no es de superhéroes, sino de carácter filosófico, religioso y moral como corresponde al arcángel de un Dios extraterrestre.

El nº 1 cuenta que Norrin Radd se había ofrecido como heraldo a Galactus en sacrificio para que éste no devorara su propio mundo, el planeta Zenn-La.

Galactus le otorgó poderes cósmicos, piel plateada y una tabla de surf voladora para ejercer de heraldo. Silver Surfer vagó por las galaxias buscando planetas deshabitados pero con suficiente energía para alimentar a Galactus.

Al haber traicionado a su Dios para proteger a la Humanidad impidiéndole devorar La Tierra en Fantastic Four nº 48-50, Silver Surfer es condenado a no poder salir jamás de nuestro planeta. Estela Plateada se va enfrentando a las lacras de la Humanidad, reflexiona sobre las miserias de ésta, y se pregunta si merece la pena luchar por ella.

En el apartado gráfico, tenemos a John Buscema, justo entre dos de sus trabajos más recordados: Los Vengadores y Conan el Bárbaro, ambas con guiones de Roy Thomas.

Este extraterrestre mesiánico lo daría todo por redimir a esa Humanidad que no comprende y que tampoco le comprende a él. La belleza de su discurso, y lo puro de sus intenciones, hacen que su filosofía sea aún válida. En 1968, el cómic tuvo a Stan Lee, John Buscema y su Silver Surfer; en 1971, la música tuvo a John Lennon y su Imagine.

El principal enemigo de Silver Surfer es un demonio llamado Mefisto, que, en el Universo Marvel, es considerado como la encarnación personificada del Mal.

Inspirado en el Mefistófeles de Fausto de Goethe, Mefisto es capaz de lo que sea para apoderarse de las almas que considera valiosas. Puede cambiar de forma a voluntad y manipular la materia. Tiene su propia dimensión parecida al Infierno, donde gobierna a sus almas esclavas.

No puede pasarse por alto el año 1968 en el que fueron publicados estos cómics: la eclosión hippie y el pacifismo opuesto a la guerra de Vietnam se reflejan perfectamente en este extraterrestre incapaz de comprender las contradicciones del ser humano, enfrascado en poéticos monólogos, donde Stan Lee da lo mejor de sí mismo, y que John Buscema interpreta en clave teatral, con bonitas poses declamatorias.

Esta colección tuvo una duración corta. Quizás por la temática más orientada a la reflexión y menos a la acción que otras series, o a que tuviese más páginas, que implicaban un precio mayor que el de las demás colecciones. En el nº 9 se abarató el precio reduciendo el número de páginas, pero la serie fue cancelada en el nº 18.

Después del cierre, Estela Plateada obtuvo a lo largo de los años siete series mensuales y varios especiales. En 1998 se emitió en Fox Kids la teleserie animada Silver Surfer. En 2007, se estrenó en cines el largometraje Fantastic Four: Rise of the Silver Surfer, con este personaje interpretado por Doug Jones en movimientos, mientras la voz la recrea Laurence Fishburne.

Malaga Hoy


El clasicismo transgresor de un maestro: Irving Penn


Revolucionó la fotografía de moda a principios de los 40, pero su maestría creativa abarcó distintos campos. Una retrospectiva en el MET celebra su centenario



GLORIA CRESPO MACLENNAN
28 ABR 2017


Nude No. 72, Nueva York, 1949–50 IRVING PENN / CORTESÍA IRVING PENN FOUNDATION

“Una buena fotografía es aquella que toca el corazón del espectador y lo cambia después de haberla visto”, decía Irving Penn. Sencilla explicación por parte de uno de los grandes maestros de la fotografía del siglo XX, quien durante casi siete décadas no dejó de sorprender al público a través de imágenes de engañosa simplicidad e intransigente y austero clasicismo, capaces de desafiar a las convenciones del lenguaje fotográfico con el talante renovador de la vanguardia. Compleja tarea.

Consideró la fotografía como el medio para ahondar en la historia visual del hombre. Un enlace adecuado que conectaba el Paleolítico con un presente multicultural. En sus imágenes el tiempo se detiene. Es eterno. “Debido a que Penn se empapó del arte de todas las eras, sus imágenes están cargadas de profundas conexiones históricas, y aunque estas son en gran parte invisibles en una primera consideración, todos las presentimos de forma instintiva”, señala la comisaria Maria Morris Hambourg. “Esta aceptación histórica, junto con la autoridad del talento de Penn, es lo que otorga a sus fotografías esa calidad atemporal que identificamos en el gran arte”.

Rochas Mermaid Dress (Lisa Fonssagrives-Penn), París, 1950 IRVING PENN / CORTESÍA IRVING PENN FOUNDATION

Morris es la comisaría de Irving Penn:Centennial, una exposición inaugurada la semana pasada en el Metropolitan Museum de Nueva York, que celebra los cien años de este célebre creador nacido el 16 de junio en Plainfield, New Jersey, Estados Unidos. Muestra que aspira a ser la retrospectiva más extensa del artista norteamericano celebrada hasta el momento, y que incluye tanto las obras más grandiosas como las más desconocidas, de sus principales series.


“Uno está perdido en el momento en que sabe cual será el resultado”, decía Juan Gris. De forma intuitiva Penn supo de esta máxima del pensamiento creativo cuando, en los albores de su carrera, trabajando con Alexei Brodovitch, sin cobrar, en la revista Harper´s Bazaar, un becario tiró por accidente un negativo del diseñador ruso al suelo. Penn recordaba que al llevarle el negativo a su maestro, este lo miró y sin inmutarse le dijo:“forma parte del medio”. “¡Sorpréndeme!”, reclamaba con frecuencia Brodovitch; este enemigo del cliché y de la imitación, que en esos momentos rediseñaba el diseñó gráfico de América como director artístico, y con quien había iniciado contacto cuando lo tuvo de profesor en el Penssylvania Museum and School of Industrial Art. Debido a su precaria economía, Penn dormía en el estudio de su mentor. Por las noches examinaba minuciosamente una colección de publicaciones que incluían a Arts et Métiers Graphiques, Cahiers d´Art, Verve y Minotaure, alumbrándole por los senderos de la rutilante vanguardia parisina; en especial el surrealismo.

Truman Capote, Nueva York, 5 de marzo, 1948 IRVING PENN / CORTESÍA IRVING PENN FOUNDATION

Penn no hubiera sido Penn sin Brodovitch, pero tampoco lo hubiese sido sin Alexander Liberman. Este era también un exiliado ruso. Llevó el arte de vanguardia a las páginas de Vogue, ejerciendo como director de arte; aunando la sofisticación europea con el pragmatismo americano. Penn sería una figura clave en esta hazaña. Fue Liberman quien incitó al joven americano a realizar él mismo sus fotografías, cuando trabajando como diseñador para la revista, los fotógrafos (entre ellos Horst, Cecil Beaton y Erwin Blumenfeld) objetaban sus propuestas como portadas. Su primera portada para la famosa publicación de Condé Nast se publicó en 1943: un bodegón de un bolso, un pañuelo y un cinturón, a color.

Su reputación se forjó a través de las páginas de Vogue mediante la fotografía de moda, los bodegones y los retratos. Realizaría más de 150 portadas durante toda su carrera. Desde sus inicios marcó los estándares estéticos para la elegante moda de la década de los cuarenta y los cincuenta, con exquisitas imágenes de lenguaje rotundo, meticulosamente orquestadas, donde las telas adquieren una calidad escultórica que transmuta a sus modelos, convirtiéndolas en clásicas diosas contemporáneas. La ropa más que un artículo para ser lucido, queda sintetizada en formas que desvelan una silueta. Sin duda alguna, su modelo favorita fue Lisa Fonssagrives, con quien se casó en 1950. Ella protagonizó algunas de sus fotos más icónicas.

After-Dinner Games, Nueva York, 1947 IRVING PENN / CORTESÍA IRVING PENN FOUNDATION

Entre 1946 y 48 Liberman le encargó una serie de retratos de los personajes más relevantes del mundo de la cultura del momento. En su estudio construyó un ángulo vertical de fondo a modo de esquina, donde situaba a sus modelos. Esta incomoda localización potenciaba la expresión del modelo y junto a las distorsiones creadas por la perspectiva, y una cuidada atención a la iluminación, otorgaba a los personajes un poderío indiscutible. “Muchos fotógrafos piensan que su cliente es el sujeto”, señalaba Penn en una entrevista al The New York Times en 1991. “Mi cliente es una mujer de Kansas que lee el Vogue, a la que trato de intrigar, estimular, alimentar... Puede que un retrato severo no suponga para al sujeto la mayor alegría del mundo, pero es enormemente importante para el lector”.

Cigarette No. 37, Nueva York, 1972 IRVING PENN / CORTESÍA IRVING PENN FOUNDATION

La necesidad de ser libre para experimentar estuvo muy presente durante toda la vida del artista. De ahí que supo trabajar simultáneamente como artista y como fotógrafo para revistas y publicidad, marcando una pauta que hoy nos puede parecer habitual, pero no lo era entonces. Su serie de desnudos femeninos forma parte de uno de sus proyectos personales. Su cámara, está vez, se deleitaba en cuerpos rollizos retratados sin ningún pudor en planos cercanos de cruda textura y tonalidad poco realista.“Estos desnudos no solo se rebelaban contra las convenciones de belleza de mitad de siglo sino que iban en contra de la práctica fotográfica, donde aún se perseguía una buena resolución en el detalle y una representación realista”, señala Morris. Liberman se negó a publicarlos, menos uno. Edward Steichen, entonces conservador del MoMA, también los rechazó.

“Fotografiar una tarta puede ser arte”, defendía. Así buscó la belleza en lo perecedero, en la fruta madura, en las colillas de los cigarros, en los desperdicios, o en las calaveras de animales. También posó su mirada en las culturas exóticas, retratando a los indios Quechua en Perú, y a las tribus de Guinea Papúa, cuya estética de la belleza retaba a los cánones occidentales. Pero en todo ello siempre había una búsqueda por la perfección. En la introducción al libro Passage: A word record, Liberman recuerda este afán, cuando en un encargo en el que Penn debía fotografiar unas copas rotas en una bandeja, insistió en que, en pro de la autenticidad, las copas fueran del carísimo cristal Baccarat; así varias docenas de copas cayeron al suelo antes de que Penn se sintiera satisfecho.

Murió en 2009 habiendo aportado, como diría la crítica de arte Rosamond Bernier, “una poesía a la inmovilidad”.

Irving Penn, Centennial. The Metropolitan Museum of Art. Nueva York. Hasta el 30 de julio


Cuzco Children, diciembre, 1948
IRVING PENN/ CORTESÍA IRVING PENN FOUNDATION

Mouth (for L'Oréal), New York
IRVING PENN / CPRTESÍA IRVING PENN FOUNDATION 

Deli Package, Nueva York, 1975
IRVING PENN/ CORTESÍA IRVING PENN FOUNDATION 

Girl Drinking (Mary Jane Russell), Nueva York, 1949,
IRVING PENN / CORTESÍA IRVING PENN FOUNDATION 

Three Asaro Mud Men, Nueva Guinea, 1970
IRVING PENN/ CORTESÍA IRVING PENN FOUNDATION

Glove and Shoe, Nueva York, 7 de julio, 1947
IRVING PENN/ CORTESÍA IRVING PENN FOUNDATION


Ingmar Bergman, Estocolmo, 1964
IRVING PENN/ CORTESÍA IRVING PENN FOUNDATION

Marlene Dietrich, Nueva York, 3 de noviembre , 1948
IRVING PENN/ CORTESÍA IRVING PENN FOUNDATION

Naomi Sims in Scarf, Nueva York, ca. 1969
IRVING PENN/ CORTESÍA IRVING PENN FOUNDATION 

Pablo Picasso at La Californie, Cannes, 1957
IRVING PENN/ CORTESÍA IRVING PENN FOUNDATION


Single Oriental Poppy, Nueva York, 1968
IRVING PENN/ CORTESÍA IRVING PENN FOUNDATION

Ta Tooin (The Bowery), Nueva York, ca. 1939
IRVING PENN/ CORTESÍA IRVING PENN FOUNDATION 

Three Dahomey Girls, One Reclining, 1967
IRVING PENN/ CORTESÍA IRVING PENN FOUNDATION 

Tribesman with Nose Disc, Nueva Guinea, 1970
IRVING PENN/ CORTESÍA IRVING PENN FOUNDATION


Two Miyake Warriors, Nueva York, 3 de junio, 1999
IRVING PENN/ CORTESÍA IRVING PENN FOUNDATION 


Ungaro Bride Body Sculpture (Marisa Berenson), París, 1969
IRVING PENN/ CORTESÍA IRVING PENN FOUNDATION
























El Pais Babelia

miércoles, 26 de abril de 2017

El beso del Ayuntamiento ROBERT DOISNEAU / 1950





  "Esta foto me recuerda lo que yo llamo el universo visceral: un hombre, una mujer, dos bocas, dos cuerpos, el deseo del otro y de amarse para siempre... Sucedió en otra vida", afirma sonriendo Jacques Carteaud desde el sur de Francia. "Resulta difícil creer que sea yo, ¿verdad?".

Desde luego. Retratos de la época confirman que es él el joven que abraza apasionadamente a una joven con una chaqueta de punto delante del Ayuntamiento de París. Pero éste de ahora es otro, alguien que cuenta los años con serenidad: "48 años ya. ¿Quién iba a pensar que ese beso pasaría a la posteridad?". Nadie. Ni Robert Doisneau ni la agencia Rapho, a la que, en la primavera de 1950, la revista Life encarga un reportaje sobre los enamorados en París. Minada por la escasez, Francia está en plena reconstrucción y no hay nada que se libre de la cartilla de racionamiento. Sólo una cosa. "París y el amor forman un tema eterno", subraya Anette Doisneau, hija mayor de Robert. Se da la consigna de recurrir a figurantes, porque la agencia Rapho acaba de perder un juicio. Así es como Robert Doisneau acude a la Academia Simón en busca de una pareja que pueda posar. Entre los 350 estudiantes de arte dramático destacan "dos enamorados auténticos": Francoise Bornet y Jacques Carteaud. Éste ha ido a París para dedicarse al teatro. Es un joven atractivo que, para (sobre)vivir, posa para fotonovelas, publicidad o fotografías de moda: "Y me encontré con que me pagaban ¡por besar a la mujer que amaba! ¡Un sueño en estado puro!". En la placa de contactos se ve a la pareja que pasea en torno al Ayuntamiento, un "lugar simbólico de París". Solamente cinco fotos. "En aquella época todo era escaso y caro, y mi padre se preocupaba por ahorrar", explica Annette Doisneau. En cuanto a la foto, se impuso con claridad cuando la publicaron en Life, pese a que a Robert Doisneau no le agradaba especialmente: "La encontraba un poco facilona. Él, que se comparaba a un pescador de imágenes más que un cazador, prefería esperar que las fotos fuesen a él, más que forzarlas". Robert Doisneau nace en 1912, en Gentilly (Francia), en una familia de artesanos. Después de formarse como grabador-litógrafo, trabaja en un taller especializado en publicidad. Allí es donde descubre la fotografía. Durante sus horas libres hace fotos de los alrededores para "inscribir los decorados", con su Rolleiflex 6"6. "En ese medio vulgar que me rodeaba", deja escrito, "a veces percibía fragmentos de tiempo en los que el universo cotidiano parecía liberarse de la seriedad. Mostrar esos momentos podía ocupar toda una vida". Así fue.

Después de pasar por el departamento de publicidad de Renault, entra en la agencia Rapho tras la guerra. Acaba de nacer la revista Paris-Match, que encarna una "loca sed de imágenes". Robert Doisneau se traslada a Montrouge, en las afueras del sur de París, de donde no se mudará nunca más. Allí instala su estudio, en el que hoy se conservan los 350.000 clichés de su colección. Un fresco formidable de su época en el que este humanista cuenta la vida de la gente importante y la gente corriente de la región parisiense. Pasea por las calles, se sumerge en un café o en una fábrica de gas, en busca de "la imaginación social": "París es un teatro en el que pagamos la butaca con el tiempo perdido", escribe él, que maneja la cámara reivindicando la subjetividad. Es un director nato, y no duda en reconstruir una escena que le ha gustado con un figurante. Cuando, en 1986, Éditions du Desastre inician la publicación de carteles, Doisneau es un fotógrafo de renombre. Después de que su foto del beso haya dormido más de 40 años en sus archivos, el editor la selecciona y sella así el nacimiento de un símbolo. "El cartel se vendió inmediatamente en el mundo entero", cuenta Annette Doisneau, "y mi padre empezó a recibir enseguida cartas de personas que aseguraban reconocerse en la foto". El primero, el hombre con la boina a la izquierda de la pareja, un abogado de Montreal que descubrió la imagen gracias a un vecino. Envía a Doisneau una foto en la que posa con el célebre cliché en la mano. La misma boina, las mismas gafas, el mismo traje: es él. Y después hay decenas de enamorados que "decían amablemente que se reconocían en la pareja". Robert Doisneau les responde con la misma amabilidad hasta que "la historia se convierte en pesadilla". Una pareja exige conocerle. Se organiza una cena. "Por desgracia", suspira Annette, "mi padre no les dijo que eran ellos, pero tampoco les dijo que no eran. No quería, según me explicó, derribar su sueño". La pareja lleva al fotógrafo a los tribunales y reclama daños e intereses. Desestiman la querella, pero recurren. "Fue indigno", recuerda Jacques Carteaud, al que Robert Doisneau localizó para que le ayudara en su defensa. "Lo único positivo fue que me permitió conocer de verdad a ese hombre tan delicioso". En cuanto a la antigua novia del guapo actor, también ella corre al ataque para obtener derechos de autor. Pierde, pero Doisneau queda profundamente afectado: "Esos asuntos arruinaron el último año de su vida", cuenta Annette. "Decía con frecuencia: es triste pensar que lo único que voy a dejar es esta foto". Texto: Mane-Monique Robín / Capa



Annette, hija, del famoso fotógrafo Robert Doisneau, con la histórica y polémica imagen del beso ante el mismo escenario de la fotografía: el Ayuntamiento de París,
 
El Pais Semanal 100 fotos del siglo.

jueves, 20 de abril de 2017

Una colección frenética

JAVIER FERNÁNDEZ
19 Abril, 2017





'Demon, de Garth Ennis, 1'. Garth Ennis, John McCrea. ECC. 296 páginas. 29,50 euros.

Antes de firmar la serie Hitman, el guionista Garth Ennis y el dibujante John McCrea pasaron un tiempo relatando las desventuras de Demon, el antihéroe creado por Jack Kirby a comienzos de los 70, y que más tarde fue recuperado por Alan Moore en Swamp Thing. Es precisamente en el segundo anual de The Demon donde Ennis y McCrea inventaron al célebre asesino a sueldo, pero Demon ofrece mucho más que el debut de Hitman. Demonios, fanáticos religiosos, moteros sacrílegos, supervillanos de medio pelo y hasta un ejército de nazis zombis se dan cita en las páginas de esta colección frenética y alucinante. Son dos tomos recopilatorios, el primero de los cuales incluye el citado anual y los números 40 y 42 a 49 de The Demon (1993-94).


Malaga Hoy

Una guerrera romana

JAVIER FERNÁNDEZ
19 Abril, 2017


'Marada: La mujer lobo'. Chris Claremont, John Bolton. ECC. 112 páginas. 13,50 euros.


Ecc recupera en un solo volumen a todo color las aventuras de Marada: La mujer lobo, un clásico de los 80 publicado originalmente en la revista Epic Illustrated, y que solo había visto la luz parcialmente en nuestro país. Son, en total, tres historias: La espada quebrada, Caza real y La máscara del hechicero. Las dos primeras salieron en blanco y negro en la revista y fueron recuperadas en su día en forma de novela gráfica, con las páginas coloreadas para la ocasión por el propio Bolton, que se confiesa en el prólogo muy satisfecho con el resultado final; la tercera ya vio la luz directamente a color. Escrito inicialmente como un guión de Red Sonja, Claremont transformó a la protagonista en una guerrera romana del principio de nuestra era para evitar problemas de derechos, y Bolton se volcó en estas páginas sofisticadas, bellas y muy excitantes.


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100% Paul Pope

JAVIER FERNÁNDEZ
19 Abril, 2017




'Grandes autores de Vértigo: Paul Pope'. Paul Pope y otros. ECC. 112 páginas. 13,50 euros.

Pocos historietistas estadounidenses de los últimos años han generado tantas críticas positivas como Paul Pope (Filadelfia, 1970). Con cuatro premios Eisner en su haber, Pope se vende, o al menos se ha vendido en la década anterior, como uno de los dibujantes más radicales y avanzados del panorama contemporáneo, y aunque creo que dista mucho de ser la verdadera vanguardia del medio, lo cierto es que todos sus trabajos tienen una cualidad especial que los hace brillar, especialmente si se los compara con su entorno más cercano, esto es, el mainstream o el indie convencional. No quiero que piensen que no me emociona el trabajo de Pope, lo cierto es que he flipado con todo lo que he leído suyo. Me alucinó su Batman: Año 100 y me gustaron mucho las otras cosas que hizo para Batman, su monográfico de la serie Solo, las historietas cortas y portadas en Bizarro Comics y Strange Tales y, por encima de todo, el maravilloso serial de Adam Strange que publicó por entregas en Wednesday Comics. Sucede que lo de Pope me parece más destacable, más rupturista, en un entorno fosilizado como el género de superhéroes que en la vibrante, y más irredenta, escena del tebeo de autor, y es por eso que destaco las intervenciones que ha realizado en cabeceras de alta visibilidad por encima de otros títulos, digamos, más personales.

Con su particular mezcla de influencias, la densidad de sus imágenes y su continua búsqueda de un estilo propio, Pope es de los autores a los que merece la pena seguir de cerca, y el tomo Grandes autores de Vertigo: Paul Pope ofrece una estupenda oportunidad de acercase a su obra. Van aquí reunidas un buen montón de historietas que vieron la luz en publicaciones de los sellos Vertigo y Paradox Press: The Big Book of Hoaxes, Vertigo Winter's Edge, Weird War Tales Special, The Big Book of the '70s, The Dreaming, Weird Western Tales, Solo, Ghosts, Strange Sports Stories, así como ilustraciones y portadas de series como Transmetropolitan, The Sandman: The Dream Hunters o Strange Adventures.


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¡Odio la sopa!

Mafalda es una niña espejo de la clase media hispanoamericana y de la juventud progresista que se preocupa por la paz mundial. Se rebela contra el mundo legado por sus mayores.

GERARDO MACÍAS
19 Abril, 2017

'Todo Mafalda'. Guión y dibujos: Quino. Edición Original Argentina: semanario Primera Plana, diario El Mundo, semanario Siete Días Ilustrados, etc (1964-1973). Edición Española: Todo Mafalda (Editorial Lumen, 2013).

Si leemos la frase "odio la sopa", todo el mundo la asociamos enseguida a la niña filósofa, Mafalda. La sopa era el alimento de las clases bajas argentinas de los años sesenta, era el único plato en la mesa de los que menos tenían... Pero en las tiras de Mafalda, la sopa era una alegoría a los regímenes militares, una sutil manera que encontró el genio de Quino para mostrar su rechazo por las dictaduras.

Joaquín Salvador Lavado Tejón, conocido como Quino (Mendoza, 1932), es un humorista gráfico e historietista hispano-argentino. Su obra más renombrada es la tira cómica Mafalda, publicada originalmente entre 1964 y 1973. Los padres de Quino fueron emigrantes andaluces y los primeros dibujos los hizo inspirado por un tío suyo, Joaquín, dibujante publicitario.

Mafalda es una niña, espejo de la clase media hispanoamericana y de la juventud progresista, que se muestra preocupada por la paz mundial, y se rebela contra el mundo legado por sus mayores. Precisamente son sus mayores, pero también los amigos de su edad de la pandilla y el colegio, los que coprotagonizan estas tiras. Quino lleva ya muchos años demostrándonos que los niños son los depositarios de la sabiduría.

Mafalda es muy popular en Hispanoamérica, y en algunos países europeos como por ejemplo España, Italia, Grecia y Francia. Ha sido traducida a más de treinta idiomas.

El escritor, filósofo y profesor de universidad italiano Umberto Eco (1932-2016) considera muy importante leer la tira Mafalda para entender Argentina; sin embargo, las inquietudes que manifiestan ella y sus amigos en la historieta son de índole universal.

En 1962, Quino llevaba ya cerca de una década realizando humor gráfico, cuando su amigo Miguel Brascó, humorista y escritor que había trabajado en algunas de las mismas revistas que aquél, fue contactado por Agens Publicidad con el fin de crear una tira de historietas para promocionar la marca de electrodomésticos Mansfield, de la empresa Siam Di Tella.

La tira funcionaría como publicidad encubierta al aparecer en medios impresos. Brascó recordó que Quino le había comentado que tenía ganas de dibujar una tira con chicos y le sugirió realizar una historieta que combinara a Peanuts (Carlitos y Snoopy) con Blondie. La empresa había puesto como condiciones indispensables que en la historieta apareciesen dibujados algunos electrodomésticos y que los nombres de los personajes comenzaran con M.

Quino dibujó entonces varias tiras protagonizadas por una familia tipo constituida por un matrimonio de clase media con dos hijos: un niño y una niña. En esta familia ficticia, los rasgos del matrimonio son similares a los de los padres de Mafalda de la etapa posterior, mientras que el hijo no se asemeja a ninguno de los personajes clásicos de Mafalda. Su hermanita sí es reconocible como Mafalda, aunque exhibe un diseño arcaico.

La historieta realizada por Quino fue ofrecida al diario Clarín, pero la estratagema publicitaria fue descubierta y la campaña no se llevó a cabo. Posteriormente, Miguel Brascó publicó en el suplemento humorístico Gregorio de la revista Leoplán, del cual era director, tres de las tiras dibujadas para la campaña fallida.

En 1964, Julián Delgado, director de la revista Primera Plana, acuerda con Quino comenzar a publicar en ese medio Mafalda, ya desvinculada de propósitos publicitarios.

Mafalda está muy ligada a la pantalla. De hecho, el propio Quino reconoció que tomó su nombre de la película argentina Dar la cara (1962), un drama basado en la novela homónima de David Viñas dirigido por José A. Martínez Suárez.

El personaje saltó a la pequeña pantalla en 1965 en una serie de animación de 260 episodios que contó con la participación del propio Quino. Una ficción que fue exportada a numerosos países y que ha tenido varias ediciones en DVD bajo el título de El mundo de Mafalda.

Mafalda también tuvo adaptaciones al cine. Fue en el año 1982 en Mafalda (La película), una cinta de animación dirigida por Carlos D. Márquez y Alberto Cabado.

En 1993 llegó el segundo largometraje basado en este personaje, dirigido por el cubano Juan Padrón (¡Vampiros en La Habana!), colaborador habitual de Quino.


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