Coincidiendo con el 75 aniversario de la creación de Flash, la editorial ECC publica un compendio de algunos de sus tebeos más significativos.
JAVIER FERNÁNDEZ
Si hay un personaje que ha servido de barómetro para los distintos cambios editoriales de DC, ese es Flash, el hombre más rápido del mundo. El primer número de la cabecera Flash Comics (enero, 1940) ejemplificó la avalancha de superhéroes que se venía encima en la Edad de Oro del cómic book: se presentó el propio Flash, pero también Hawkman y Johnny Thunder (que compartía destino con la entidad llamada Thunderbolt). Década y media más tarde, en 1956, el surgimiento de un nuevo superhéroe, otro relámpago escarlata que también respondía al nombre de Flash, con un álter ego y un disfraz distintos, supuso el pistoletazo de salida de la Edad de Plata, el renacimiento del género durante la era pop. En la década de los 80, las Crisis en Tierras Infinitas supusieron el paso de la Edad de Bronce a la Edad Moderna y el fin (provisional) del multiverso DC, y la anécdota que mejor resume la filosofía de aquella maxiserie es precisamente la muerte del segundo Flash. Y en época más cercana, un dramático evento relacionado con el personaje, Flashpoint, ha servido para dar comienzo a la breve temporada conocida como los Nuevos 52. No sabemos qué otras responsabilidades le aguardarán en el futuro.
Coincidiendo con el aniversario de la creación del superhéroe a manos de Gardner Fox y Harry Lampert, ECC publica el Especial Flash Comics (1940-2015): 75 años de Flash, un compendio de algunos de sus tebeos más significativos. La recopilación se abre con la historieta principal del propio Flash Comics 1, de Fox y Lampert, en la que Jay Garrick obtiene accidentalmente la capacidad de correr a velocidad supersónica, lo que le permite, por ejemplo, atrapar balas en el aire o jugar al tenis consigo mismo. Sigue con el número 4 de Showcase (octubre, 1956), presentación del segundo Flash a cargo de Robert Kanigher y Carmine Infantino: un rayo cae sobre el científico Barry Allen mientras ordena los productos químicos de su laboratorio, y la reacción consiguiente le proporciona una rapidez y unos reflejos prodigiosos. Estos dos episodios forman parte de la historia del género de superhéroes, y solo por ellos ya merece la pena adquirir el volumen.
Va también Flash de dos mundos, extraído del Secret Origins 50 (agosto, 1990), un original homenaje a los dos Flash (Garrick y Allen), de manos de Grant Morrison y Mike Parobeck. Sigue El gran día de Flash, de Brian Augustyn y Ty Templeton, extraído del especial Silver Age: Flash 1 (julio, 2000); y del Flash 80-Page Giant 1 (agosto, 1998) se han incluido La oscuridad del sol, escrita, dibujada y entintada por John Byrne, y Tu vida es asunto mío, de Mark Millar y Ariel Olivetti. Por último, el tomo ofrece las dos aventuras de DC Comics Presents: Flash 1 (octubre, 2004), El hombre más rápido… ¡Muerto! y ¡Flash-back!, una de Jeph Loeb y Ed McGuinnes, y otra de Dennis O'Neil y Doug Mahnke. Y la fiesta se completa con una divertidísima sección de portadas alternativas, siempre con Flash como invitado.
Malaga Hoy
No hay comentarios:
Publicar un comentario