Pat Mills es toda una institución del cómic británico; constituyendo junto a John Wagner y Alan Grant, y desde hace más de 20 años, el principal motor de arrastre del cómic realizado y editado en la nación en la que una vez gobernó Maggie Thatcher. No es de extrañar, por tanto, que algunas de sus obras -las de Mills, no las de Thatcher- formen parte ya de la leyenda viva del cómic anglosajón, tal es el caso de Sláine.
Mike McMahon en su periodo de máxima influencia de Víctor de la Fuente. Fleetway, 1983. Reproducido de la edición española de MC Ediciones, 1987.
La ley de Mills
De todos modos, tengo la impresión de que en este otro estado, en el que nunca gobernó Thatcher -al menos directamente-, la visión que se tiene de Pat Mills no se corresponde con su valía. La razón habría que buscarla en el hecho de que lo que se conoce principalmente es su trabajo para la industria yanqui. Porque, a diferencia del caso de la mayoría de sus compatriotas, la aventura americana de Pat Mills no ha dado, al menos hasta el momento, los frutos que se esperaba de ella -exceptuando, eso sí, sus trabajos con Kevin O'Neill-. Ni su labor en Punisher, Ravage 2099, Punisher 2099 o en las miniseries Sex Warriors y Accident Man, ofrecían lo que se espera de un guionista de su categoría.
Muy distinto es el caso de sus trabajos USA con Kevin O'Neill. Metalzoic, Death Race 2020 y la genial Marshal Law sí son obras de una calidad incuestionable y que por si solas merecerían, en especial esta última, un texto dedicado a ellas en estas mismas páginas -y que espero poder abordar en un futuro no demasiado lejano-. De todos modos, los actuales proyectos de Mills en el mercado yanqui sin la colaboración de O'Neill, un prestigio de Batman y una miniserie de Zombie World para Dark Horse, presentan un mayor interés que sus anteriores trabajos sin el co-creador de Marshal Law.
El panorama cambia más que significativamente al referirnos a su labor en el mercado de su lugar de nacimiento. Pat Mills comenzó su carrera como editor adjunto en cómics románticos para la editorial DC Thomson. Desde"entonces, ha intervenido como editor en la creación de revistas como Battle, Action, 2000ad o Crisis. Como anécdota, referida a esta labor de editor, encontramos el hecho de que Pat Mills fue acreditado durante muchos años como co-creador del Juez Dredd, debido a algunos de los cambios que introdujo en el personaje ideado por John Wagner y Carlos Ezquerra -parece ser que a Mills se debe el propio nombre del personaje-.
Paralelo a ello, Mills ha llevado una carrera como escritor de cómics, creando series y personajes capitales dentro del tebeo británico, como puedan ser Sláine, Charlie's War -tebeo referencial dentro del cómic de guerra antimilitarista-, ABC Warriors, Nemesis the Warlock, Finn o Third World War -serie, esta última, que adelantaba algunos de los contenidos de lo que luego sería el Give me Liberty de Miller y Gibbons y cuyo título es un juego de palabras que puede traducirse como La tercera guerra mundial o como La guerra del tercer Mundo-.
De todas sus creaciones para el mercado británico, Sláine es aquella que ha alcanzado una
mayor difusión, sobre todo a nivel internacional, siendo ésta una de las pocas series que ha sido capaz de dar sombra al mismísimo Juez Dredd: como hecho significativo cabe destacar que el conmemorativo número 1.000 de la revista 2000ad dedicaba su portada a Sláine en lugar de al siniestro Juez de Megacity-1.
El monstruo del tiempo
Esos hombres que tu admiras,
que parecen visigodos,
mucho músculo, poco cerebro
y luego lloran como todos.
Siniestro Total
Sláine fue creado en 1983 en el número 330 del 2000ad; siendo su curioso equipo creativo el formado por Pat Mills y su esposa, Angie Kincaid. Curioso equipo, porque Kincaid no era exactamente historietista, sino ilustradora -preferentemente de libros infantiles-. Este primer episodio, titulado The time monster, narra el encuentro de Sláine y el enano Ukko, cuando el primero se dispone a volver a su tribu irlandesa tras cinco años de exilio -motivado, dicho exilio, por un asunto de faldas, en versión de su protagonista-.
Ya desde un primer momento queda de manifiesto que Sláine y Ukko forman un tándem consistente ya que a una portentosa fuerza física -procedente casi en su totalidad de Sláine- hay que añadir el hecho de que entre los dos son capaces de juntar medio cerebro -procedente en su mayor parte de Ukko-. Mills utilizará además a partir de ese momento al enano como contrapunto humorístico del protagonista, y más adelante como un poco fiable narrador de las andanzas de éste.
Cubierta de Duncan Fegredo,
donde se nos ofrece al protagonista en actitud devota. Fleetway, 1998.
de la casa de la revista-, en las que Ukko y Sláine intentaban infructuosamente llegar a la tribu del segundo sin meterse en lió alguno. Sus andanzas se desarrollaban en el territorio de los celtas correspondiente a lo que hoy sería Irlanda y que por aquel entonces se denominaba como Tierra de los jóvenes.
Desde un primer momento, y parece ser que a instancias de su propia esposa, Pat Mills introduce una fuerte carga de mitología céltica en la serie. Pero no sólo en el escenario en el que se desarrollan las aventuras, sino que el propio Sláine está basado en el mítico héroe celta Cuchulainn: que según las leyendas, fue el primero en experimentar el Espasmo de la furia, en el que el poder de la Diosa Tierra se introducía en el cuerpo del héroe, deformándolo a la par que le convertía en invencible.
Estas aventuras iniciales contaron, para su plasmación gráfica, con la labor de dos dibujantes que iban alternándose, Massimo Belardinelli y Mike McMahon, y que entre ambos llegaron a realizar más de doscientas páginas. Belardinelli era un dibujante asiduo en el 2000ad desde su creación y durante la primera mitad de la década de los ochenta, pasando en algún momento por casi todas las series de la revista. Se trata de un autor con un grafismo un tanto blando y mucho menos atractivo que el de McMahon. Sin embargo su aportación a la serie resultó importante ya que fue el primer dibujante que ilustró el Espasmo de la furia, y además durante sus episodios se presentaron personajes y entidades como Mebd, Lord Weird Slough Feg o Crom-Cruach que resultarán de capital importancia en posteriores etapas de la colección.
Mike McMahon por su parte es todo un clásico del tebeo británico, uno de los principales baluartes de lo que se ha dado en denominar como el estilo inglés. Por cuestiones del azar los episodios que le correspondió ilustrar no serían a la postre tan importantes dentro del posterior desarrollo de la serie, pero gráficamente son de los más interesantes. McMahon une para la ocasión su habitual y personal estilo de dibujo a una utilización de los sombreados y un entintado realmente Impresionantes. A él se debe, en buena parte, la buena aceptación que los lectores dispensaron a la serie
El rey de los Celtas
La llegada en 1985 de Glenn Fabry a la serie marca el primer punto de inflexión dentro de la misma. Bryan Talbot, que por aquel entonces estaba haciendo Nemesis the Warlock con Pat Mills, fue quien le recomendó para el puesto. En un principio Fabry se turnaría en la realización de la serle con David Pugh, hasta pasar a ser el único encargado de la parte gráfica en la saga Sláine the King.
Pero no sólo destaca este punto por la llegada de Fabry, motivo más que suficiente, si no que además a partir de este momento Pat Mills reforzara la carga histórica y mitológica de sus guiones. El propio Mills explica en un texto introductorio al tomo recopilatorio de Sláine the King, que su intención era la de rebatir algunas de las ideas erróneas sobre sus ancestros: como el que se trataba de bárbaros semidesnudos que fueron conducidos a los maravillosos beneficios de la civilización por los thatcheristas romanos.
La página reproducida, junto a las dos que siguen, forman una. historieta cuasi muda, que tiene como particularidad el ser la única no escrita por Pat Mills. El guión fue realizado por su esposa. Angie Kincaid, y Fabry e ilustrada por el propio Glenn Fabry. Fleetway, 1988.
Tras un par de aventuras, en las que Sláine y Ukko ya habían regresado a su época, ilustradas por Mike Collins y Mark Farmer, el conmemorativo número 500 de 2000ad marca el arranque de la mencionada Sláine the King. Esta es la saga en la que Sláine regresa finalmente a su tribu tras el exilio, para descubrir que tiene un hijo, que Niamh -la mujer a la que dice amar, la madre de su hijo y la causa de su exilio- le ignora y para ser nombrado rey de su tribu -lo que no resulta ningún chollo si tenemos en cuenta que la tribu estaba esclavizada por unos demonios femorios de los que Sláine tendrá que librarse por el método traumático.
Especialmente reseñables son su versión del Espasmo de la Furia, todavía por igualar, y sus diseños para toda la serie de monstruos antropomórficos que pueblan la Tierra de los jóvenes. En contra de lo que mucha gente parece creer, Fabry demuestra además que nos encontramos no solo ante un gran ilustrador, sino que su labor como narrador es también destacable. A una buena composición hay que añadir un dominio de la expresión poco común, mostrándose igual de eficaz con el lápiz y la tinta de lo que lo pueda ser con óleos o acrílicos en su actual faceta de portadista.
Quisiera insistir en destacar la faceta narrativa del trabajo de Glenn Fabry porque existe una tendencia poco afortunada a considerarle como un autor limitado en su labor como historietista.
El Dios cornudo
Indudablemente El Dios cornudo constituye el segundo gran punto de inflexión de la serie. La saga ilustrada por Simón Bisley, agrupada en tres partes que representan 31 episodios aparecidos entre 1989 y 1990, es la que definitivamente impulsó el lanzamiento a nivel internacional del personaje -y del propio dibujante-, y a ese hecho no ha sido ajeno el espectacular estilo de dibujo de éste. Bisley venía de encargarse de los ABC Warriors también con Pat Mills, y su entrada en la serie resultó fulgurante.
Desgraciadamente, y parafraseando el viejo refrán, no era oro todo lo que relucía. Cierto es que Bisley realiza un trabajo atractivo desde el punto de vista estético, pero que narrativamente se resiente continuamente; acentuado por el hecho de que al ir avanzando la serie parece resolverlo cada vez de forma más apresurada y que su innegable dominio de la expresión está cada vez más desbocado. El resultado es que Pat Mills se ve obligado a explicar con los textos lo que no explica el dibujo; encontrándonos así con el hecho de que El Dios cornudo presente una carga de textos mucho mayor que el resto de la serie.
Lo que se nos cuenta en los tres tomos que abarca El Dios cornudo es el proceso por el que Sláine consigue unir a todas las tribus celtas bajo su mando -con las correspondientes armas sagradas de cada una de ellas- y derrotar así a sus enemigos femorios y a su cabecilla Lord Weird Slough Feg. Unido al de Alto Rey de las tribus celtas esta el título de Dios Cornudo, el consorte de la Diosa Tierra, que Sláine también ostenta. Con esto Pat Mills cierra lo que podríamos considerar como el segundo ciclo de la serie, ya que el reinado de Sláine sólo puede durar los siete años preceptivos, al final de los cuales debe ser sacrificado en el ritual correspondiente.
Dermont Power consigue, finalmente, vestir a Ukko con el traje más adecuado para él. En The treasures of Briíain. Fleetway, 1997.
El campeón de la Diosa
Precisamente este sacrificio marca el inicio de la tercera fase de las aventuras de Sláine. Demon Killer -1993- será la siguiente saga y marca el regreso de Glenn Fabry para ilustrar la primera de las dos partes que la componen -los ocho episodios que forman la segunda parte los ilustrará un Dermot Power bastante primerizo-. La principal novedad es que el trabajo de Fabry es directamente pintado, ya que a partir de El Dios Cornudo está será la técnica habitualmente utilizada para la serie. Como decimos, el arranque de esta saga coincide con el sacrificio ritual de Sláine, que será interrumpido por la Diosa Tierra en persona para llevárselo, junto a Ukko, y concederle el papel de campeón de la Diosa a través del tiempo
Esta primera aventura lleva a Sláine, y a Ukko, a los tiempos de la invasión romana y nos narra, aparte del regreso del demonio Elfric, el enfrentamiento entre ambos pueblos, en este caso en los territorios de Britania, y la derrota de los celtas. Se puede decir que Mills no es especialmente delicado a la hora de mostrar las atrocidades cometidas por el bando del protagonista, pero también las explica -que no justifica- en función de la mentalidad y creencias de la sociedad celta y de lo brutal de la invasión romana.
Lord of Misrule -1995- será la siguiente saga, compuesta de once episodios e ilustrada por Clint Langley, un dibujante no demasiado sobrado de talento por aquella época. En esta ocasión Sláine se convierte en Robin de Greenwood, una nueva versión de Robin Hood -existen distintas versiones de Robín Hood que lo sitúan como otra de las encarnaciones el Dios Cornudo-. Aparte de las fuerzas demónicas a las que la Diosa le envía a combatir, el principal problema para el protagonista será el encontrarse a su amada Niamh reencarnada como una monja cristiana, la Hermana Marian.
Dermot Power es el encargado gráfico de los 18 episodios de la siguiente saga, The Treasures of Britain; y hay que decir que en esta ocasión realiza uno de los trabajos más vistosos y brillantes que se han llevado a cabo en la serie. La Diosa manda en esta ocasión a Sláine en auxilio del Rey Arturo -otra de las encarnaciones del Dios Cornudo- que ha sido hechizado por su esposa Ginebra, que a su vez esta controlada por el demonio Guledig, para obligarlo a renunciar al culto a la Diosa y abrazar el cristianismo. Sláine contará en su tarea con la ayuda de Morgana primero, y de Merlín más adelante -y el habitual estorbo de Ukko-, y tendrá que reunir además las armas de la Diosa que han sido desperdigadas para eliminar y pervertir su poder. El hecho de que Sláine complete su labor con acierto, no impide que Arturo y su hijo Mordred tengan el final que todos conocemos, aunque Pat Mills se encarga de darle otro significado.
Braveheart y el Grial
William Wallace es el coprotagonista de la siguiente saga, King of Hearts -1997-. Sláine acude en ayuda del rebelde escocés, para auxiliarle en su labor de asunción del manto de Dios Cornudo y el sacrificio que ello supone. En esta ocasión Ukko jugará un papel esencial, ya que ¿quién mejor para traicionar a Wallace y facilitarle así su sacrificio?
Nick Percival es el encargado de ilustrar los siete episodios de la aventura, con un estilo bastante acertado, pero al que perjudica él mismo con unas tonalidades demasiado oscuras que hacen que en ocasiones no se sepa muy bien qué es lo que muestra el dibujo.
Steve Tapin por su parte es el responsable de la parte gráfica de las dos siguiente aventuras que forman parte de un ciclo, todavía sin cerrar, en el que están implicados los cataros, los cruzados y el Santo Grial. De la labor de Tapin lo mejor que puede decirse es que, por momentos, su utilización de los colores resulta agradable.
Muestra del trabajo del prometedor Wayne Reinolds, en el episodio The banishing. Fleetway, 1998.
Tan traumático descubrimiento, espoleará a Sláine en su tarea originaria, la de encontrar el Grial -no hay que olvidar que el Santo Grial es la superposición que la mitología cristiana realizó del Caldero Mágico de los celtas-, con el fin de utilizarlo para revertir a Niamh a su estado natural -es decir, el femenino-. Durante tal tarea, Sláine entrará en contacto con los cataros, lo que Mills aprovecha para explicar las bases de las teorías gnósticas. Bajo custodia de los cataros, Sláine deberá sufrir un curioso juicio, en el que Ukko será su abogado defensor, destinado no a juzgar ningún tipo de culpabilidad, si no que lo que se debe determinar es si su amor por Niamh es verdadero, y su búsqueda del Grial, por extensión, legítima.
Los años perdidos
En espera de la próxima saga que verá la luz en el 2000 y que, bajo el título The Secret Commonwealth, es de esperar que resuelva el tema del Grial y de la reencarnación de Niamh, Pat Mills decidió realizar una serie de historias de menor duración -entre dos y cuatro episodios-que bautizó como Los años perdidos. Estos años perdidos se refieren a aventuras no contadas con anterioridad y que sucedieron durante los siete años de reinado de Sláine.
Rafael Garres es el absoluto protagonista de la primera de estas aventuras perdidas. Su aportación a la serle consistió además en un número especial en el que Sláine ocupaba la totalidad del espacio del número 1100 del 2000AD. The Lord of the beast narra lo acontecido una ocasión en la que por actuación de un Lord Druida enemigo Sláine queda atrapado dentro del Espasmo de la Furia, recluyéndose en el bosque en un estado fiero semi-animal. Observando el argumento del episodio, y viendo su resultado, puede comprobarse como Mills eligió al dibujante adecuado para mostrar toda esa ferocidad.
Mills, auxiliado ocasionalmente por Debbie Gallagher, escribió otras cinco de estas aventuras perdidas que utiliza para profundizar en la relación entre Sláine, Niamh y el hijo de ambos, Kai, y para contar la historia de la madre de Sláine, Macha. Paul Staples, Siku y el debutante Wayne Reynolds son los encargados de ilustrar las distintas aventuras; destacando sobre todo la labor de este último, que a pesar de su calidad de principiante realiza un trabajo muy prometedor, y al que le corresponde ilustrar uno de los episodios más interesantes, aquél en el que Sláine debe propinar la Triple Muerte -muerte en la Tierra, muerte en el Agua y muerte en el Fuego- a unos espectros bastante persistentes.
Versión de Glenn Fabry del Espasmo de la Furia, en Sláine the king. Fleetway, 1988
Pat Mills: agente del Caos
Una vez liquidado todo el material de Sláine producido hasta el momento, queda profundizar un poco en aquellos elementos que subyacen en la serie y que aparecen en casi todos los trabajos de su guionista: lo que podríamos llamar algo así como las teorías paganas de Pat Mills. No es sólo el hecho de que cada vez que Mills pone en la balanza las teorías paganas de la mitología celta frente a las de las mitologías posteriores basadas en dioses masculinos -y sobre todo la cristiana-, el balance sea siempre favorable a las primeras, si no que éste es en realidad un argumento que, de una manera u otra, se repite en todas sus obras.
Los héroes de las obras de Pat Mills son, siguiendo la nomenclatura que nos ha hecho tragar la religión cristiana, más defensores de la Oscuridad que de la Luz. Para Mills el Caos es el orden natural de las cosas: algo que se puede demostrar científicamente, ya que principios elementales de la física nos dicen que en todo sistema cerrado -sin intervención exterior- la Entropía -o lo que es lo mismo, el desorden- aumenta siempre.
Sláine combate a lo largo del tiempo a los enemigos de la Diosa Madre que pretenden controlar y pervertir la leyes naturales para sus oscuros fines de manipulación y control de la sociedad. Finn, otra de las creaciones de Mills, es en realidad una versión del Dios Cornudo en el tiempo actual, que debe encargarse, orientado por una misteriosa mujer, de combatir una fuerza alienígena que pretende dominar la Tierra. La miniserie Sex Warriors, editada por Dark Horse, nos mostraba un mundo dominado por seres biotecnologicos, al que llegaba una extraña mujer que enseñaba a los pocos humanos que formaban la resistencia a enfrentarse a esos seres biónicos, a través de la exploración de su propia naturaleza.
Por su parte, Nemesis es un Alinigena astado que lucha contra la Iglesia y la mismísima Inquisición, encabezada por un tal Torquemada, en una galaxia futura.
Finalmente los ABC Warriors llevan bajo su nombre el significativo epígrafe: Guerreros del Caos. Ante todo esto sólo cabe preguntarse si el propio Pat Mills no será una nueva encarnación del Dios Cornudo.
Sláine en la lengua de Cervantes
- MC publicó en 1987 dos tebeos en formato comic-book, a partir de una edición americana, correspondientes a la etapa de Mills y McMahon y que abarcaban las aventuras Héroes blood, Shoggey beast y parte de Sky chariots.
- Norma Editorial lleva editados, entre 1991 y 1996, en los números 75, 82, 85, 136 y 137 de la colección Cimoc Extra Color, los tres álbumes que componen El Dios cornudo y los dos de la saga Demon Killer.
Impresionante viñeta de Garres para el n° 1100 de 2000AD. Fleetway, 1997.
Dentro de la Viñeta nº6, año 1999
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