lunes, 17 de febrero de 2014

MANTICORE. CAMALEÓN EDICIONES. Autores: J. BUSQUET/R. F. BACHS


La aparición de MANTICORE viene a ilustrar con claridad diáfana la pobreza y miseria en la que se ha hundido el tebeo español durante los últimos años de pronunciada cuesta abajo. En otro tiempo, en un tiempo de negocio saneado, tiradas dignas y profesionales pagados, MANTICORE sería un as en la manga para cualquier editor perspicaz, un producto fácilmente explotable. Hoy, dadas las circunstancias, MANTICORE sólo es un número único repleto de buenas intenciones y excelentes momentos, y también un tebeo condenado a asfixiarse en unas circunstancias antinaturales y nocivas para su saludable crecimiento. El escenario natural de MANTICORE sería la colección con cadencia de salida regular (mensual, lógicamente, aunque sería más apropiado aún para una periodicidad semanal o quincenal, urgente) distribuida en quioscos para el disfrute continuo de las masas. Verlo aparecer como un fogonazo de luz en medio de la oscuridad es deprimente porque nos da la medida exacta de todas las cosas que hemos perdido.

Los personajes atractivos que enganchen al lector son una de esas cosas que hemos perdido y de las que alardea MANTICORE. El tebeo, en resumidas cuentas, es una aventurilla ligera, de templos perdidos en la jungla y civilizaciones ocultas dentro de montañas, de monstruos simpáticos y engendros con ojos saltones, enzarzados todos ellos en una anécdota frugal pero deliciosamente escrita y brillantemente dibujada. Hay un grupo de exploradores veteranos (algo así como un puñado de Indiana Jones otoñales) que hacen el papel de secundarios con una dignidad a la que ya estamos desacostumbrados (da la sensación de que tienen historia detrás, sin necesidad de arrojárnosla a la cara mediante flash-backs chapuceros) y hay una pareja protagonista chica-sátiro que hace pensar que MANTICORE podría haberse titulado HELLBOY & O'BRIEN al otro lado del Atlántico. Está claro que los chicos del sello Legend son referencia muy querida por Busquet y Bachs, y junto a ellos otras notas que revelan buen gusto y amplitud de miras, como Jeff Smith o el manga más acelerado (esas líneas cinéticas que son sólo indicativos de velocidad sin dirección), pero resulta más bien inútil andar rastreando "homenajes" cuando MANTICORE hace gala de una personalidad limpia y bien definida, mucho más alabable en una primera obra. Si bien el trabajo de Bachs es deslumbrante, el guión de Busquet no es, como tantas veces suele ocurrir en obras fiadas a la gracia del dibujante, una tontería a pesar de la cual el tebeo prospera. La historia es intrascendente, por supuesto (como debe ser, al igual que en casi todas las ficciones que ofrecen los medios de masas), pero está narrada con acierto, construida con atención a los detalles coherentes (por ejemplo, Manticore es aficionada al chicle porque fue lo primero que le dieron a probar cuando la encontraron abandonada de niña, y esto es algo que no se explica en ningún texto, sino que simplemente se ve) y siempre da la sensación de saber más de lo que nos cuenta sobre los personajes, sus motivaciones, su trasfondo y sus ambientes. Además, los diálogos no parecen tomados de tebeos mediocres traducidos del Inglés, vicio favorito de muchos autores más veteranos cada vez que intentan hacer algo de aventuras.

Si la herencia de El CAPITÁN TRUENO, EL GUERRERO DEL ANTIFAZ y ROBERTO ALCÁZAR Y PEDRÍN no hubiera sido dilapidada, MANTICORE sería la promesa del tebeo con más posibilidades de convertirse en una mina de oro. Tal y como están las cosas, tendremos que conformarnos con esta dolorosa muestra de lo que sería la realidad alternativa y hacer una súplica probablemente    inútil: ¡queremos mas aventuras de Manticore y Radu!
Trajano Bermúdez

Articulo publicado en la revista U, el hijo de Urich #2 Enero de 1997



















MANTICORE publicado Octubre 1996; MANTICORE Sub-world Attacks! 2nd special, publicado en Mayo 1997; MANTICORE: Rashsuskhan nº1 al 3, publicados de Mayo a Julio de 1998 por Camaleon Ediciones.

No hay comentarios: