"Incluso el conocimiento instintivo de tan gran fuerza lógica como el principio de simetría empleado por Arquímedes puede inducirnos a error."
Ernst Mach- La Ciencia de la Mecánica
por Fernando de Felipe y Jaime Vane
Alan Moore visto por Glenn Barr
RORSCHACH nos devuelve la mirada. RORSCHACH es el abismo. La «aterradora simetría» de su máscara es la única soución al conflicto humano: el bien y el mal que todos llevamos dentro es ASIMETRICO, como lo es el símbolo del YIN-YANG —no superponible a su imagen especular, como nos pasa a todos al enfrentarnos a un espejo. Tan sólo una «cara» totalmente simétrica es capaz de enfrentarse a su reflejo, capaz de no sentir desasosiego ante esa trasposición óptica que nos habla de la PARIDAD de nuestras vidas. Tan sólo RORSCHACH es capaz de no desdoblarse ante el espejo, de seguir siendo él mismo —único, íntegro, simétrico...
«Y me hice una cara con que poderme mirar al espejo.» (cap. 6, pág. 10, viñ. 9).
RORSCHACH ha comprendido que la terrible y verdadera perturbación de nuestro mundo es que es casi racional, pero no por completo (G. Chesterton). Ha comprendido que hay un lugar para el desequilibrio. la basculación, la alteración; un talFeynman se preguntaba «,,por qué es la naturaleza tan casi simétrica?».
RORSCHACH comprende el porqué, y se rebela contra él. Su SUENO habla de buenos hombres, de su padre, del presidente Truman... es curioso que el análogo tridimensional del símbolo del YIN-YANG sea una pelota de BEISBOL, un elemento de SIMETRIA PERFECTA... un símbolo perfecto del SUEÑO AMERICANO.
Pero ese SUEÑO tiene muchas caras.
EL COMEDIANTE vio el verdadero rostro del siglo XX y escogió «convertirse en aun reflejo, en una parodia». Por ello lleva una insignia: una chapa de «Mr. Smile» perfectamente simétrica.
VEIDT, el tipo más perfecto del mundo, representa su imperio en simbologías simétricas. Es curioso como, al culminar su más perfecta coartada —el atentado contra sí mismo— la «V» se refleja en el suelo/espejo, formando una «X» que nos «lleva» a la imagen de las tibias piratas (cap. 5, pág. 12, viñ. 9 y pág. 13, viñ. 1).
El DR. MANHATTAN elige un símbolo simétrico, señalando inequívocamente su decisión de dejar de ser PURAMENTE HUMANO, de trascender del mundo en SU PERFECCION ESPECULAR —¿será perfectamente simétrico, o tendrá un testículo más alto que otro como todos los mortales?
Alan Moore es un perfecto «relojero suizo»; el capítulo quinto, «Aterradora simetría», es un perfecto ejemplo de guión elaborado de acuerdo con una tesis interna. Hay «preciosas» metáforas del hombre como destructor de la posible perfección/simetría de la vida, como aquellas en que los elementos simétricos (Mr. Smile, cartel budista, símbolos triangulares en furgonetas) pierden su perfecto equilibrio al mancharse de SANGRE o BARRO.
Sucesión de detalles sin interrupción, gravitando en torno a la idea central... Dan y Laurie reflejados en el espejo del restaurante (cap. 5, pág. 10, viñ. 7) preguntándose si tan sólo serán las SOBRAS. El náufrago que, mirando al agua, ve «un loco con los labios cubiertos de sangre» devolviéndole la mirada desde el mundo INVERTIDO, «abajo, donde las gaviotas volaban en círculo» (cap. 5, pág. 12, viñ. 8). La perfectamente simétrica calavera, invertida en su reflejo del charco, pisada por RORSACH al dirigirse a la trampa que le hará perder su perfecta simetría (cap. 5, pág. 23, viñ. 1).
Y más adelante en la acción, la repetida idea del hombre destruyendo/alterando la vida, en la escena del «Mr. Smile marciano» que pierde su perfecta simetría al derrumbarse sobre su ojo izquierdo la construcción del Dr. Manhattan... (cap. 9, pág. 27, viñ. 1) Moore es un perfecto relojero.
GARDNER, en «Izquierda y derecha en el Cosmos» dice: «la más ligera pérdida de simetría, tal como la pérdida del ojo derecho, tendría
Roscharch visto por F. de Felipe.
un inmediato valor negativo para la supervivencia del animal». Cuando los policías le quitan la máscara a RORSCHACH, lo dejan histérico e indefenso. Uno de ellos proclama. «todo se equilibra» (cap. 5, pág. 28, viñ. 8).
No estamos de acuerdo.
Sin disfraz, RORSCHACH tan sólo deja de ser ANONIMO. El sigue siendo el ABISMO. Y el ABISMO sigue siendo perfectamente simétrico.
Moore vuelve a relacionar un nuevo factor a su análisis en el capítulo sexto: las manchas del test/máscara de RORSCHACH. No son nada concreto. No son la realidad. Las manchas son inofensivas, la realidad no. La narración se vuelve terrible y poderosa cuando se nos hace creer que el efecto de «montaje que relaciona MANCHAS y RECUERDOS tiene un valor real.
«El auténtico horror es que al final sólo son unas manchas oscuras, vacías y sin sentido» dice el psiquiatra (cap. 6, pág. 28, viñ. 6).
RORSCHACH ya lo sabía: «Ningún significado. Sólo el que elegimos e imponemos» (cap. 6, pág. 26, viñ. 4). Esa era su arma frente al crimen: ¿qué terrible expresión se escondía tras las cambiantes y simétricas formas de su máscara?
Pero a veces las manchas, las sombras significan mucho. Como las de los amantes de Hiroshima; como las que proyecta el matrimonio Long sobre las paredes de su cada vez más desintegrado hogar (cap. 6, pág. 8, viñ. 6 y pág. 13, viñ. 6).
Las sombras pueden recordarnos árboles frondosos o bonitas mariposas... pero es más fácil que se refieran a cabezas de perro partidas. Es éste el universo de manchas, simetrías y reflejos que atormenta a RORSCHACH, el auténtico héroe de tragedia, desesperado, exiliado en su propia realidad... lleno de orgullo y «coherencia» al enfrentarse a sombras que le recuerdan el SIN-SENTIDO de la vida.
Las manchas de su máscara son sólo manchas, el disfraz de este personaje íntegro, único, tristemente irrepetible. En el capítulo doce, Moore nos sirve la última pista: un montaje puramente estético/narrativo de las sombras de Dan y Laurie con las manchas de la máscara de RORSCHACH (cap. 12, pág. 22, viñ. 7 y pág. 23, viñ. 1). La única significación es el vacío.
Hollis Mason lo intuía: «desaparecer no es ningún problema para un héroe disfrazado, sólo tienes que sacarte el disfraz». RORSCHACH lo sabe. Cuando la policía lo atrapo ya se dio cuenta; ahora, acepta su destino, su sacrificio... su SUICIDIO.
Se quita la máscara, pierde la simetría y llora (iLLORA!) al enfrentarse a su final, a su terrible final... no puede aceptar la mentira, la falsa perfección impuesta por Veidt. Y decide seguir fiel a sí mismo... y terminar.
Pero como el propio Dr. Manhattan sentencia, «nada termina nunca». Quizá lo sepa al haber intentado validar la TEORIA SUPERSIMETRICA... ¿no?
Fernando de Felipe - Dic.-89
O make me a mask (Dylan Thomas)
Tyger! Tyger! burning bright
In the forest of the night,
What immortal hand or eye
Could frame they fearful symmetry? (William Blake)
«Diario de Rorschach. 21 de octubre, 1985». Historietas. «Primero, me quité la 'cara', la doblé, la guardé en la chaqueta. Sin mi 'cara', nadie sabe. Nadie sabe quién soy». Historietas. Tomar una historia, segmentaria en proposiciones, asignar una imagen a cada proposición. Teniendo como referencia el orden de lectura en el occidente-norte, situarlas sobre un soporte, una tras otra, una línea. ¿La historia hecha historieta? «Mi cara». Rorschach escribe su diario. Una palabra tras otra. Watchmen no es eso. Las manchas van metamorfoseándose. «Traté de ver un árbol frondoso proyectando una sombra a sus pies, pero no pude». Simetría. Dimensión gráfico-visual. Imágenes articuladas tratadas como imágenes. «Se parecía más a un gato muerto que encontré una vez, lleno de gusanos brillantes y gordos, unos encima de otros, recorriéndolo, huyendo de la luz». Simetría. Organización sobre el soporte. Ordenación. Relación. Y también tiempo (¿también tiempo?). También línea. «Incluso eso es esquivar el verdadero horror». Cómo seguir tomando una historia, segmentándola en proposiciones, asignando una imagen a cada proposición... después de esto. Y sentir que Watchmen no es una historieta con pretensiones de elitista o marginal. Puede hacerse fuera de la burbuja. Seguro que Rorschach guarda otras formas, otros juegos, en su máscara. Quizás alguien los desvele. «El auténtico horror es que al final, sólo con unas manchas oscuras, vacías y sin sentido». En otros medios apuestan por ellos, en otros medios «menos» gráfico-visuales.
¿Vacías y sin sentido? «Me sentí limpio. El planeta giraba bajo mis pies y supe lo que a los gatos les hace llorar como niños en la noche». Leer el poema de Blake. Recordar los tigres borgianos. Jugar con la idea de la velada escritura de un dios. Acaso son, las manchas del tigre, la escritura secreta de un dios. Acaso sólo son unas manchas oscuras, vacías y sin sentido. «La existencia es azar. No hay esquema, excepto el que imaginamos después de vivirla... Ningún significado, sólo el que elegimos e imponemos». El sentido de la vida. La vida no tiene sentido, noo es la escritura secreta de un dios. El tigre. El significado de las proposiciones o de las manchas. «Si miras al abismo...». Sólo cuerpos. Sólo forma. Manchas sin alma.
Releyendo Watchmen, es fácil recordar a Wilde: que el que busca bajo la superficie y el símbolo lo hace a su propio riesgo; la rabia de Calibán viendo su rostro reflejado en el espejo; la crítica como una manera de autobiografía. «Vacías y sin sentido». Parece una burla. «... Y me hice una cara con la que poderme mirar al espejo». También recordar los trabajos de Christian-Marie Pons, el trabajo con el soporte y con las formas que en él se organizan. La grammatextualité de Jean-Gerard Lapacherie, la dimensión gráfico-visual de un texto. Jean Ricardou y su textique. Jan Baetens profundizando en las líneas de Lapacherie y Ricardou. La narración figurativa de Antonio Altarriba, quizás un intento de trasladar al terreno de la historieta, y a otros medios de lectura fundamentalmente visual (no verbal; gramma, no scripto), los planteamientos de Lapacherie, Baetens, Ricardou y otros han propuesto para la literatura. La relevancia de la dimensión gráfico-visual parece más evidente en la historieta. Quizás es más sencillo pensar que basta con tomar una historia, segmentarla en proposiciones, asignar una imagen a cada proposición,... que la semiótica es válida herramienta para la lectura de cualquier texto y que para su dominio es suficiente llevar los bártulos en un capazo y haber asistido a unos cursillos de macramé, que basta con extraer la proposición de cada imagen y ayuntar los segmentos para llegar a la historia.
Se señala que gran parte de los trabajos derivados de la consideración de los planteamientos de la narración figurativa se quedan en simple muestra de sus mecanismos, en presentación de un «truco». Evidentemente, Watchmen no es eso. Dudo que Alan Moore haya oído hablar de narración figurativa, aunque su trabajo constituya una importante aportación a ese ámbito.
.. Y me hice una cara con que poderme mirar al espejo.»
«El auténtico horror es que al final, sólo son unas manchas oscuras, vacías y sin sentido.»
Jaime Vane, Diciembre 1989
Revista Krazy Comics nº5 Febrero 1990
No hay comentarios:
Publicar un comentario