Aunque se acerque peligrosamente a la cuarentena (nació en 1957), el dibujante norteamericano Peter Bagge ha conseguido, con las casposas y patéticas andanzas del antihéroe Buddy Bradley, un ajustado retrato de la perpleja y desnortada juven tud de los años 90. Las historias protago nizadas por este perdedor profesional y su lamentable círculo de amistades, aunque ambientadas en el Seattle de ahora mismo, pueden ser comprendidas y disfrutadas por los lectores de todo el mundo que compartan el peculiar sentido del humor del señor Bagge. Por eso, José María Berenguer, director de la revista El Víbora y de Ediciones
. Peter Bagge empezó a publicar a principios de los ochenta. Primero en Weirdo, un tebeo que controlaba el mismísimo Robert Crumb. Luego en un invento propio, Neat stuff en el que nacieron sus primeros personajes, siempre divertidos, siempre patéticos. La obsesión de este hombre por los aspectos más deplorables de la condición humana es de juzgado de guardia. De esa obsesión salieron tipejos como Junior (un adolescente paranoico, hijo de mamá, al que aterra el mundo exterior) o Studs Kirby (un mamarracho incoherente y reaccionario que admira a Rush Limbaugh y que, como él, quiere tener un programa de radio que le permita convertirse en la voz de América). Quienes lean inglés pueden familiarizarse con estos simpáticos majaderos a través de sendos libros publicados por la editorial Fantagraphics, Junior and other losers y Studs Kirby, the voice of America.
Matar comunistas
Fue también en Neat stuff donde asomó su jeta por primera vez Buddy Bradley. Lo hizo en compañía de su muy disfuncional familia (otro libro de lectura obligada para políglotas: The Bradley), compuesta por un padre cervecero, una madre beata, una hermana con la cabeza llena de pájaros y un hermano patriotero que sueña con matar comunistas, marcianos y cualquier colectivo susceptible, en su mente enferma, de poner en aprietos al Tío Sam. Las aventuras de Buddy que ahora aparecen en España son posteriores a la etapa familiar. Aparecieron en Estados Unidos en la revista Hate y se centran en la vida independiente del mayor de los Bradley en la capital del grunge. En Seattle, Buddy vive como un perro, pero es evidente que su falta de ambiciones no le permitiría vivir mejor en ninguna parte. El hombre sobrevive como puede en compañía de su novia Lisa (neurótica, maníaca depresiva, violenta y con un coeficiente de inteligencia inferior a cero), su compinche Apestoso (un tipejo insoportable que se cree irresistible) y un extraño misántropo negro llamado George Hamilton III (pensador pesimista instalado en la melancolía).
De vez en cuando aparecen los familiares de Buddy, y vemos lo que el tiempo ha hecho de ellos: papá está definitivamente alcoholizado, mamá reza y reza mientras intenta comprender por qué todo le ha salido tan mal, su hermana Babs está divorciada y tiene dos hijos monstruosos, su hermano Butch ha sido expulsado del ejército por disparar, bajo los efectos del alcohol, a una camarera de un bar de Hawai... Las aventuras de Buddy Bradley son una verdadera galería de horrores. Y también una de las mejores muestras de costumbrismo contemporáneo procedentes de ese lugar, fascinante y tremebundo, que conocemos como Estados Unidos de América.
Ramón de España
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