DIARIO SUR. TERRITORIOS
Sobre el fundamento de la pintura
El Palacio Episcopal acoge una muestra que revisa a través del dibujo las colecciones públicas de arte en Andalucía
27.03.10 - 01:36 -
ENRIQUE CASTAÑOS |
Esta estupenda y exquisita muestra de dibujos pertenecientes a seis museos andaluces, organizada con indiscutible rigor y esfuerzo didáctico por la Consejería de Cultura del Gobierno regional, tiene al menos dos propósitos científicos y metodológicos claros: en primer lugar, revisar la noción misma de coleccionismo de las colecciones artísticas públicas de Andalucía, de las que sólo tal vez la colección de dibujos del Museo de Córdoba pueda ser considerada estrictamente como tal, impulsando al mismo tiempo el conocimiento y difusión de aquellos fondos entre los aficionados de la Comunidad, y en segundo lugar dejar constancia de la práctica del dibujo como verdadero fundamento de la pintura, así como de su importancia en la formación del artista. Esto último, desgraciadamente, ya no es así en algunos casos, pues nos encontramos con Facultades de Bellas Artes, en nuestra propia Comunidad, en las que o no se atiende debidamente a la enseñanza del dibujo, o, lo que resulta más grave aún, se le erradica prácticamente de la programación docente. Este es precisamente el error, creer que porque se haga una obra puramente conceptual, o una obra mestiza y fronteriza, o una pieza en la que los géneros artísticos tradicionales desaparezcan o se diluyan, ya no es necesario el dibujo, cuando el dibujo es la operación conceptual más específicamente artística, y constituye una disciplina imprescindible en la formación del artista, aunque después olvide, en el acto de la creación, todo lo aprendido, como decía Picasso.
Los más destacados teóricos y tratadistas españoles ya señalaron la primacía del dibujo en la formación del artista. Entre ellos Francisco Pacheco, Vicente Carducho y Antonio Acisclo Palomino. El suegro de Velázquez, en su «Arte de la Pintura» nos dice que «Es el debuxo la forma sustancial de la pintura. Es alma y vida della, sin el cual sería muerta, sin gracia, sin hermosura y movimiento». Por su parte, Carducho, en sus «Diálogos de la Pintura» afirma que «siempre que oigas decir, Dibujo, entiende, y se debe entender por antonomasia, que es la perfección del Arte». Y en cuanto a Palomino, escribe en su «Museo pictórico»: «Y así siempre ha de poner el principiante su mayor cuidado en la firmeza, y verdad de los contornos; porque ese es el principal fundamento del dibujo, sin el cual todo va por tierra».
Buena parte de los dibujos seleccionados para la muestra pertenecen, como señala en un documentado texto del catálogo Benito Navarrete Prieto, a un amplio campo de ejecución delimitado por dos concepciones complementarias: la firmeza en el trazo y el delineamiento perfecto que se advierte en algunos dibujos de Alonso Cano, y la fluidez, pictoricismo y la gran fuerza expresiva de los dibujos de Bartolomé Esteban Murillo.
Buen criterio
Hay dibujos sencillamente espléndidos en la exposición, aunque entre los anteriores a los lenguajes contemporáneos quizá sobresalga uno de José de Ribera del Museo de Córdoba, 'Sansón y Dalila', hecho con grafito y sanguina sobre papel verjurado. La armónica y equilibrada composición, las extraordinarias anatomías y proporción de los miembros del cuerpo, el dinamismo de la acción y el maravilloso sombreado lo convierten en una demostración de las portentosas capacidades para el dibujo de El Españoleto.
Se ha tenido también el buen criterio de editar un cuadernillo aparte con los dibujos seleccionados del Museo de Málaga, entre otros, no por conocidos menos admirables, algunos pasteles de Martínez de la Vega, así como la encantadora acuarela del cervatillo de Franz Marc, una auténtica rareza expresionista en nuestra ciudad.
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