Periódico Málaga Hoy sábado 20/03/2010
Juanjo Guarnido Dibujante de comic
José Abad
-Debería ser la última pregunta, pero será la primera ¿Para cuándo la nueva entrega de Blacksad?¿Qué puede adelantarnos?
-Para después del verano, si Dios quiere. El álbum está muy avanzado, pero ha ido retrasándose, inevitablemente. En esta aventura, a Blacksad le encargan que encuentre a un músico desaparecido. Sucede en un escenario muy particular, no en la ciudad de Nueva York, como en álbumes anteriores. Pero no quiero desvelar más.
-¿Es consciente de la expectación?¿Le influye?
-Sí a las dos preguntas. Soy consciente de esa expectación y crea un poco de ansiedad. El anterior álbum salió hace cuatro años. Uno no es siempre responsable de estos retrasos, pero se crea un cargo de conciencia. En cuanto a su calidad, estoy seguro de que no decepcionará. No me lo permitiría; soy perfeccionista hasta la obsesión. La historia, además, es fantástica. Estará a la altura del segundo volumen de la serie, que es el preferido de los fans, y también el mío.
-Hay quienes se han sentido traicionados por pasarse al cómic infantil. ¿Qué diferencias hay entre dibujar para adultos y para niños?
-La principal diferencia no es temática, sino de estilo. Es necesario un dibujo más sintético que me ha obligado a mejorar el entintado, hacerlo más expresivo, eficaz y directo. Pienso que la serie Brujeando me ha ayudado a mejorar como dibujante.
-Cuando comenzaba su carrera profesional, el sello Marvel le cerró las puertas, pero se las abrió
-El rechazo de Marvel fue frustrante, pero se compensó con la entrada en Disney, efectivamente. Y hoy, echando la vista atrás, sólo puedo regocijarme de cómo han ido las cosas, de lo que han supuesto esos diez años en Disney. Esto me hizo renunciar al comic de superhéroes y orientarme hacia el cómic europeo. Al final, los de Marvel me hicieron un favor. Blacksad no existiría de haber entrado en
-Un poco de psicoanálisis: ¿con qué personaje de
-Con Hades, de la película Hércules. Era un personaje muy agradecido de dibujar y animar. Era un personaje cómico y, al mismo tiempo, con una construcción realista. Ese estilo caricaturesco me daba unas enormes posibilidades de animación, y haciéndolo tuve el honor de tener por mentor a Sergio Pablos, que es un animador fuera de serie.
-¿Y con cuál se sintió más a disgusto?
-No se trata de una mala experiencia, pero hubo cierta incompatibilidad gráfica con Sabor, la pantera de Tarzán. Por un lado, fue un placer trabajar en esta película, pero el diseño particular de este personaje estaba en las antípodas de mi instinto gráfico. Fue duro dar vida a este personaje, tan ajeno a mi estilo.
-¿Y a cuál le habría gustado dibujar?
-Al pato Donald. Se parece mucho a mí por temperamento -es un cascarrabias como yo-, y estoy enamorado de su forma de actuar. Nunca tuve que ocasión de dibujarlo; la verdad es que ni siquiera me sale demasiado bien...
-Blacksad se considera una perversión del Mundo Disney...
-No estoy de acuerdo, Blacksad no fue creado con esa intención. La idea inicial de Juan Díaz Canales era mezclar fábula y novela policiaca, y la propuesta ha gustado a todos. Imagínate, hay quien dice que Blacksad es una mezcla de Maus y Pulp Fiction. No lo comparto.
-Usted vive en París desde 1993. El mercado español es insuficiente, ¿no?
-Me fui a Francia para trabajar con Disney pero, efectivamente, los autores que apuntan al mercado europeo tienen que hacerlo necesariamente con editoriales francesas. Lo que ocurre en el mercado franco-belga no tiene comparación en ningún lugar del mundo. En Japón, el cómic es muy popular, pero el manga es casi de usar y tirar. En Estados Unidos, si se trata de superhéroes, también goza de bastante popularidad. Pero ni en Japón ni en Estados Unidos, el cómic tiene el estatus de producto cultural de que goza en Francia y Bélgica. La riqueza de géneros es única.
-El día 25 inaugura una exposición en Granada. Usted es profeta en su tierra...
-Esta exposición es un motivo de orgullo para mí y mi familia. Es una de las alegrías más grandes que me han dado en la vida, de verdad. Es un lujo que le ha sido dado a muy pocos.
Haciendo historia en el cómic
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