El dibujo al pastel fue una incursión al color, un aprendizaje tardío para unos novatos ilusionados con el de trabajo de los pintores, una evolución natural para gente obsesionada con los cómics, pero dependiendo de un aprendizaje autodidacta, lento y en cierto sentido absurdo.
Venantius nos enseñó a perderle un poco el miedo escénico al color con el pastel, y para empezar realizó un dibujo de algo que nos motivara, y que al mismo tiempo pudiésemos compartir. Así, ante mis maravillados ojos, con unos gestos de las manos, trasladó el póster de la película Matrix, la primera, al papel. La idea, terminar cada uno de los protagonistas, tres rostros, tres dibujantes. Nunca se terminó. Me quedé con el dibujo. No creo que se termine nunca. Hicimos más dibujos, yo nunca pasé de una fase simple, torpe. Mi amigo Francisco Miguel si dominó la técnica con soltura
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