miércoles, 1 de febrero de 2017

¿Qué fue de Laika?

Concluye 'Los proyectos Manhattan' en su sexto volumen, una de las series más apasionantes de los últimos tiempos, publicada por Planeta Cómic.

JOSÉ LUIS VIDAL

01 Febrero, 2017



Antes que nada, para aquellos que no la conozcáis, un pequeño resumen de Los Proyectos Manhattan, serie en la que Jonathan Hickman al teclado del ordenador y Nick Pitarra a los lápices nos proponen una ucronía, o sea, un "qué hubiera pasado si…"

Son los años de la Guerra Fría y un grupo de mentes maestras, los mejores científicos, se reúnen en un emplazamiento secreto y hacen todo lo contrario de lo que se esperaría de ellos, ya que utilizando sus conocimientos, y algún que otro artefacto de procedencia desconocida, logran establecer contacto con otras civilizaciones y dimensiones paralelas. Pero todo lo que obtienen de estos escarceos hará que bajo la supervisión del general Leslie Groves, un militar cuya ambición de poder no conoce límites, traspasen más de una frontera. Estos hombres, mentes preclaras, "elegidos para su propia gloria", fueron Joseph Oppemheimer (que guarda un terrible y sangriento secreto), Albretch Einstein, Richard Feynman, Enrico Fermi, Harry Daghlian, el ex nazi Wernher Von Braun…

Alianzas secretas con los rusos, portales interdimensionales, presidentes que sobreviven como una Inteligencia Artificial, militares psicópatas, sectas, el poder atómico y, sobre todo, la conquista, al precio que sea, del espacio exterior.

Y justamente ahí enlazamos con el quinto volumen de la saga, en el que las cosas se ponen bastante feas para todos los protagonistas, ya que el acuerdo secreto entre los políticos rusos y los miembros de estos "Proyectos" es descubierto por un recién llegado al poder Bresnev, que ha mutado y se propone conquistar el mundo, empezando por Cuba (la resolución de la Crisis de los misiles cubanos nunca fue tan retorcida y bizarra…); Mientras tanto, Groves y Westmorelan, otro curtido militar que luce con orgullo un collar con las orejas de sus víctimas bélicas, se hacen cargo del vicioso JFK y por fin sabremos quién lo asesinó realmente.

Mientras, el cosmonauta ruso Yuri Gagarin llora a su querida perra Laika, que se perdió en las estrellas. Aunque, nosotros lectores, sabemos de las aventuras del cánido que, apresada por una nave de la Unión Científica Sionn, cuya misión es recopilar información al precio que sea, es recluida en una celda-zoológico con una multitud de especies alienígenas. Allí conocerá a los que serán sus compañeros de aventura en el sexto y, por ahora, último volumen de esta serie publicada en los Estados Unidos por una de las editoriales más interesantes del panorama comiquero, Image.

Pues bien, después del final de la quinta entrega, en la que todos los personajes conocerán su destino (el de algunos no será nada agradable…) vemos como Gagarin ha sido también apresado por un tribunal extraterrestre, cuya juez es el implacable Ryleth, El Martillo. El destino de Yuri dependerá de este curioso tipo, que ve una oportunidad única cuando a ellos se une un rebelde Sionn que ha planeado una terrible venganza contra aquellos que lo esclavizaron a él y a su pueblo, comandados por el Gran Sionox, líder del Concejo Científico.

Cuando finalmente Yuri y Laika se reúnan de nuevo en el sexto tomo de la serie, titulado El sol más allá de las estrellas, el astronauta alucinará ante lo cambiada que está su perra, ya que al ser bañada por un líquido evolucionador, el chucho ha dejado de caminar a cuatro patas y comparte rasgos humanos. Junto a Ryleth, la robot UNa (de la que nunca uno puede llegar a fiarse, ya que es una unidad espía) y Rys, una masa flotante con dos cabezas, cuya única respuesta a todo lo que se le plantea es un gutural "blarg!" serán protagonistas de una peripecia que los llevará a enfrentarse a un imperio y sufrirán la traición de uno de sus miembros. Todo ello narrado con un fino humor negro por parte del guionista y creador de esta serie, que seguro que os suena a muchos ávidos lectores, ya que durante bastantes años fue, junto a otros escritores de cómic como Matt Fraction, pilar fundamental del eternamente cambiante Universo Marvel. Por sus manos pasaron, entre otras, las series protagonizadas por Los Vengadores y Los 4 Fantásticos.

Pero Hickman tenía otra faceta que era la que realmente le llenaba como creador, y la vino desarrollando en Image. Series y miniseries como The Nightly News, The Red Wing, Pax Romana, East os West, Secret, le dieron una merecida fama, por lo que finalmente abandonó la Casa de las ideas y en la actuliadad sigue publicando nuevas propuestas, como The Dying and the Dead; The Black Monday Murders…

¿Y qué decir del abigarrado, caricaturesco y barroco estilo de Nick Pitarra, el dibujante de la serie? Heredero directo de otro genio de las viñetas como Geoff Darrow, nos hace disfrutar de su magnífico trabajo, que lo ha llevado, tiempo después, a ilustrar las peripecias de ciertas tortugas adolescentes y mutantes…

Si queréis saber más sobre estos proyectos, abrid sus páginas. Seguro que os sorprenderán…


Malaga Hoy


Enredos y perdedores

JAVIER FERNÁNDEZ

01 Febrero, 2017

'Barón Bean'. George Herriman. Reino de Cordelia. 176 páginas. 16,95 euros.

Del gran George Herriman se conoce, sobre todo, esa obra maestra del cómic de prensa que es Krazy Kat, pero el genio de la comedia surrealista creó otras muchas maravillas, como la serie Barón Bean (1916-1919), protagonizada por un aristócrata venido a menos y vagabundo, en la línea del Charlot de Charles Chaplin. La editorial Reino de Cordelia editó con mimo hace un tiempo una recopilación de todas las tiras diarias fechadas en 1916, con traducción de Gonzalo Quesada y prólogo de la estudiosa Ana Merino. "Estas tiras", nos recuerda Merino, "no eran siempre de trama breve y cerrada; sus viñetas iban acumulando cada día muchos episodios con enredos de largo aliento, donde los perdedores eran los verdaderos protagonistas".


Malaga Hoy

La unión de dos genios

JAVIER FERNÁNDEZ

01 Febrero, 2017




'Agente secreto X-9'. Dashiell Hammett y Alex Raymond. Planeta Cómic. 304 páginas. 45 euros.

Planeta Cómic nos ha ofrecido a lo largo de los años numerosos clásicos del cómic de prensa estadounidense, entre los que cabe destacar la serie Snoopy y Carlitos (versión patria del Peanuts de Charles Schulz), y ahora nos sorprende muy gratamente con el primer tomo de Agente Secreto X-9, la maravillosa serie de género negro en la que coincidieron dos genios como Dashiell Hammett y Alex Raymond. Más de 800 tiras de prensa, fechadas entre el 22 de enero de 1934 y el 31 de octubre de 1936, aparecen recopiladas en este volumen imprescindible, de gran formato, que contiene además una completa introducción de Bruce Canwell en la que se repasa la creación y el desarrollo inicial del personaje y se da cuenta de la breve, pero sustanciosa colaboración entre Hammett y Raymond. Pocas veces el adjetivo imprescindible resulta tan apropiado como en esta ocasión.

Malaga Hoy

Obra maestra

El 6 de marzo se cumplirán 100 años del nacimiento de Will Eisner, uno de los artistas capitales de la historia del cómic, que inició su carrera en 1936.

JAVIER FERNÁNDEZ

01 Febrero, 2017



'Los archivos de The Spirit, Vol. 1'. Will Eisner. Norma Editorial. 240 páginas. 35 euros.


El próximo 6 de marzo se cumplirán 100 años del nacimiento de Will Eisner (Nueva York 1917-Florida, 2005), uno de los artistas capitales de la historia del cómic. La larguísima carrera de Eisner comenzó en 1936, cuando el joven neoyorkino comenzó a dibujar para la cabecera Wow, editada por Jerry Iger, con quien pronto formaría el mítico Eisner and Iger Studio. Eran los primeros tiempos de un nuevo formato llamado a revolucionar el medio, el cómic-book (cuadernos grapados), que ofrecía al principio reimpresiones de tiras de prensa y, poco a poco, fue abasteciéndose de material realizado expresamente para dicho formato. Con la llegada de Superman, en 1938, y su enorme éxito, la industria estadounidense inundó de superhéroes el mercado, y Eisner fue uno de los creadores más activos en el desarrollo temprano del género. Para la editorial Fox, el dibujante inventó el efímero Wonder Man, cancelado inmediatamente cuando los dueños de Superman lo demandaron por plagio, y se especula que pudo ser el primer guionista del Blue Beetle de Charles Nicholas. En Quality Comics, sello imprescindible en el desarrollo de la historieta, Eisner participó en la creación de personajes inolvidables como Doll Man, Black Condor, Uncle Sam o los Blackhawks.

Precisamente fue Everett M. Arnold, el editor de Quality, el que propuso en 1939 a Eisner realizar un cómic-book para periódicos, un suplemento que competiría con las entonces habituales páginas dominicales de cómic. Era una idea novedosa que representaba un volumen importante de trabajo, de modo que el joven dibujante partió peras con Iger y se embarcó en la producción del suplemento. Negoció con Arnold un acuerdo poco habitual para la época, por el que se aseguraba la propiedad intelectual de los personajes y la explotación futura de sus derechos en el momento en que surgiesen desacuerdos entre artista y editor. Con los dibujantes Bob Powell y Chuck Mazoujian, Eisner creó dos de las tres series del inserto periodístico que debutó el 2 de junio de 1940, Mr. Mystic y Lady Luck. La otra, protagonizada por un policía que volvía de la muerte para seguir combatiendo el crimen, la dibujó él mismo y se tituló The Spirit.

Calificada recurrentemente por críticos y aficionados como la mejor serie de historietas de todos los tiempos, The Spirit es una obra maestra que mezcla los géneros (siempre con el noir como ingrediente principal) y explora los límites gramaticales de la página. La serie es imaginativa, entrañable, divertida, a veces dura, formalmente hermosa y siempre sorprendente. Su periplo en prensa abarca desde 1940 hasta 1952, y contó no solo con el talento inconmensurable de Eisner, sino también de un largo grupo de colaboradores que incluye nombres tan reputados como Jack Cole, Lou Fine, Jules Feiffer o Wally Wood, por citar solo cuatro de los más brillantes. Ha conocido numerosas reediciones, pero la más completa es la colección de 26 volúmenes a color publicados por DC entre 2000 y 2009 y que Norma Editorial ha venido sirviendo en castellano desde 2002.

Malaga Hoy


La etapa dorada

JAVIER FERNÁNDEZ

01 Febrero, 2017


'Los archivos de The Spirit, Vol. 12'. Will Eisner y otros. Norma Editorial. 196 páginas. 35 euros.


A finales de 1941, Will Eisner fue llamado a filas por el ejército y tuvo que abandonar temporalmente su trabajo en The Spirit. A partir de entonces, la serie siguió publicándose con el concurso de guionistas como William Woolfolk o Manly Wade Wellman y dibujantes como Jack Cole o Lou Fine, colaboradores habituales de Eisner. La elección de Fine, uno de los artistas más espectaculares de la Edad Dorada del cómic, parecía de lo más adecuado, pero lo cierto es que el creador de Black Condor o The Ray no supo mantener el espíritu juguetón y desenfadado de Eisner, de modo que el producto final fue resintiéndose progresivamente. Como dice Dennis Kitchen en su introducción al tomo 11 de Los archivos de The Spirit: "Los episodios que van desde finales de 1942 hasta mediados de diciembre de 1945 no representan lo más destacado -ni tampoco lo medianamente destacado- del personaje". Por fortuna, en dicho mes de diciembre, Eisner regresó y dio comienzo la mejor etapa del conjunto de la serie. "Según el mismo Eisner", nos recuerda Kitchen, "tanto él como su personaje maduraron durante su ausencia. Su estilo (…) se ha vuelto más firme y atrevido. Sus layouts y primeras páginas de presentación son más espectaculares y ambiciosas. El propio Spirit no siempre es el personaje central, y se ve superado por la historia que se narra".

El citado volumen 11 de Los archivos de The Spirit contiene las últimas páginas de Fine y las dos primeras historietas nuevamente producidas por Eisner (guion y tintas), acompañado por John Spranger a los lápices. Es en 1946 cuando la serie levanta poderosamente el vuelo, gracias al férreo control del padre de la criatura, que firma los guiones y alterna sus bocetos, lápices y tintas con los de otros profesionales como Spranger, Bob Palmer o Alex Kotzky. Toda la producción de ese año inolvidable está recogida en los tomos 12 y 13 de Los archivos…, publicados en España por Norma Editorial, y es este quizá el momento ideal para asomarse a The Spirit, una de las obras maestras del tebeo estadounidense.


Malaga Hoy

Liberté, Égalité, Fanzine











Folios doblados, grapas y ganas de escribir sobre algo que te apasiona o dibujar sin realizar concesiones a ningún editor. La fórmula, sencilla pero efectiva, que define al fanzine, la mágica combinación de fan + magazine. La contracultura de los sesenta y setenta vio florecer una creatividad inusitada que, en España, arrancó cuando se intuía la Transición y sirvió de plataforma a una generación de autores hoy considerados como referentes. En el siglo de la hegemonía digital, el fanzine vive una época de esplendor creativo respaldada por un sólida comunidad de autores, editoriales, eventos y tiendas especializadas. Bienvenidos a la edad de oro de la autoedición

Texto Alex Serrano Fotografía Elisa Sánchez Fernández

Los primeros fanzines de ciencia-ficción y cómic se remontan a la década de los años 30 del siglo pasado, e incluso los prestigiosos premios Hugo entregan un galardón a la mejor publicación de este tipo desde 1955. En España, los primeros fanzines sobre ciencia-ficción y fantasía heroica datan de finales de los años sesenta. Sin embargo, es a mediados de la década siguiente cuando dibujantes como Max, Mariscal, Nazario o Ceesepe comienzan a autoeditar su primeras publicaciones de cómic en una época en la que gente como Alaska, Fernando Márquez "El Zurdo" o Carlos Berlanga vendían sus fanzines musicales en el rastro de Madrid. Unos y otros tomarían modestas publicaciones en blanco y negro como punto de partida para exitosas carreras artísticas.

Este muerto está muy vivo
Han tenido que pasar cuarenta años y devenir una revolución digital para que el fanzine viva en nuestro país una eclosión que camina de la mano de un exuberante ecosistema en el mundo del cómic patrio. Hay quien podría pensar que la tupida red de editoriales y autores que habitan en un momento de máxima exposición y difusión habría hecho que los fanzines, tebeos guerrilleros en formato pequeño, tirada reducida y producción cuasi artesanal, se convirtiesen en reliquias del pasado. Y, sin embargo, en el momento en el que más y mejor se publica cómic en España, en el que más fácil es encontrar tebeos y novelas gráficas en grandes superficies o librerías especializadas, leer sobre ellos en medios de todo tipo o difundirlos en formato digital a un público global es cuando el fanzine goza de una mejor salud.

"Lo bueno de la autoedición es que no existen más criterios que el tuyo propio para editar", señala Roberta Vázquez. La dibujante sí que admite que existe "una estética formal para reconocer un fanzine, asociada a la grapa, al papel, y a los pocos medios". Pero, advierte, "hoy en día mucha gente autoedita sus propios libros y cómics y puede tener el mismo aspecto que un libro de una gran editorial, solo que gestionando tú todo el proceso".

Vázquez, gallega residente en Barcelona, es una de las autoras más inquietas del panorama actual. Ha realizado ilustraciones e historietas para múltiples medios (incluido TENTACIONES), portadas de discos y carteles de conciertos para grupos como Kalashnikoff, Mujeres o Fantasmage, ha participado en diversas exposiciones y su obra ha sido publicada por diversas editoriales. Y, claro, autoedita sus propios fanzines. El último, Pizza y sofá, reúne a 42 artistas alrededor de, efectivamente, los dos elementos indispensables de una tarde-noche de Netflix. Aun así, Roberta confiesa no hacer "ni la mitad que creo que debería hacer o que se me pasan por la cabeza".

Desde Madrid, Klari Moreno destaca del fanzine "la libertad creativa, el espíritu casero, hacer pequeños experimentos y ejercicios gráficos, la implicación física, el papel". También subraya que su proceso de creación y venta es "mucho más directo y personal; se crean unos lazos diferentes que con las grandes superficies". La artista destaca además cómo el formato de folios y grapas es solo un punto de partida: "Se ven muchas publicaciones con cualidades técnicas muy cuidadas, fanzines de naturaleza artística". Como ella misma admite, ya no es simplemente tener la necesidad de publicar con pocos medios, sino que esos medios sean únicos.

La madrileña, de 23 años, ha autoeditado fanzines como Origen, Nudo y origen y Hocicos calientes, pero también ha colaborado con editoriales como Libros de Autoengaño, Ediciones Valientes o Fosfatina. En esta última coincide con Roberta Vázquez en la antología Teen wolf, en el que cerca dos docenas de autoras le dan vueltas al mito del hombre lobo.

Las dos, junto a nombres como Néstor F„ Mirena Ossorno, Roberto Massó, Irkus Zeberio, Martín López Lam, Julia Huete, CF, Carlos González Boy, Conxita Herrero, Joaquín Guirao, Los Bravú, Michael Perrinow, Juarma, María Ramos, Nacho García, Puño, Mireia Pérez o Jorge Parras, por citar solo a algunos, conforman un ecosistema que, repartido por toda la geografía nacional, disfruta de una más que saludable heterogeneidad. Pueden haber intercambiado fanzines autoeditados en eventos como el Gripo Gripo, las jornadas de edición modesta del Liceo Mutante de Pontevedra, en eventos de autoedición como el Tenderete (Valencia) o el Gutterfest (Barcelona) o encuentros de cómic de autor como el Graf (Madrid y Barcelona). Quizás han compartido páginas o colección en microeditoriales como Ediciones Valientes, Fosfatina, Apa-Apa, Tik Tok, Ultrarradio o Libros de Autoengaño, o puede que sus obras estén una al lado de la otra en tiendas especializadas como Sandwich Mixto (Madrid), Fatbottom Books (Barcelona) o El Armadillo Ilustrado (Zaragoza).
El caso es que el panorama del cómic y la ilustración autoe-ditados en España es tan grande como para que en él coexistan fanzines de gran disparidad. Como El gruñiverso, antología abierta fruto del taller de cómic de una asociación cultural, proyectos de duración concreta como Paranoidland o fanzines colectivos con diez años de trayectoria a sus espaldas como Rantifuso. También como para que sea imposible realizar un reportaje sin dejar fuera nombres de autores, editoriales, librerías especializas o eventos, por no hablar de otras disciplinas como la fotografía, poesía, cine o música. Al mismo tiempo, también es lo suficientemente pequeño para que todos, muchos o algunos de ellos se conozcan, admiren, interactúen y lleven adelante proyectos conjuntos. El punto de encuentro puede ser Internet y las redes sociales, pero también las jornadas y eventos o las tiendas especializadas.





ENCUENTROS EN LA TERCERA GRAPA
Mondo Brutto o 2.000 Maníacos crearon escuela en materia de cultura popular trash. La labor de estos titanes de la autoedición se vio acompañada puntualmente por luminarias como Yoyo, descacharrante artefacto "para gilipollas como tú". Sus herederos son un grupo de publicaciones que abogan por la música, el cine, la televisión y los tebeos desde el nicho, la actitud avant la lettre o el abierto frikismo. Son cabeceras como el camaleónico Jo, tía!, autoproclamado primer fanzine de teenage explotation. El colectivo Teenage Thunder defiende la postadolescencia y el hedonismo desvergonzado desde su web y actividades, pero también con el Fanzine para Chicas y Maricas, a caballo entre lo reivindicativo, la nostalgia y lo disfrutón. O los Libritos Jenkins de Oscar Alarcia: pasión por el cine raro, la lucha libre o series como Búscate la vida. Le freak, c'est chic, vaya que sí.




De izquierda a derecha y de arriba abajo, el fanzine Pizza y sofá, de Robería Vázquez; el fanzine Chicas y maricas; el cómic Suspensión líquida, de Klari Moreno; Románticos ciberpunk, de Roberto Massó;




La furia, de Los Bravú.



 DÍAS DE LIBRITOS Y COSAS Con trece ediciones a sus espaldas, el Tenderete de Valencia es el festival de autoedición sonora y gráfica más longevo del país. Otros como el Gutterfest (Barcelona) se fijaron en un modelo auto-gestionado, gratuito y sin ningún tipo de subvención pública que reúne a artistas de toda España y parte de Europa. El Graf (Madrid y Barcelona) toma como modelo el Small Press Expo, evento de comics indie por excelencia en EEUU. Organizado por un grupo de artistas, estudiosos y fans del cómic y la ilustración, ha asentado una firme identidad propia y una interesantísima programación. Los eventos de autoedicion del Liceo Mutante (Pontevedra) o el festival Libros Mutantes (Madrid), centrado en la relación entre las artes visuales y la edición, destacan en un panorama que en los últimos años ha sido testigo de eventos y jornadas en los que el fanzine y el do it yourself han jugado un papel fundamental.










Arriba, varios fanzines expuestos en Sandwich Mixto (Madrid). Sobre estas líneas, de izda. a dcha., la tienda Fatbottom de Barcelona, una imagen del encuentro de cómic de autor y autoedición Graf en Madrid, y tos carteles de Tenderete y Gutterfest.

Hay un lugar donde se reúnen
El fanzine ha pasado de ocupar un apartado rincón en los mostradores y estanterías de las tiendas de cómics a figurar de pleno derecho en las librerías de museos como el Instituto Valenciano de Arte Moderno o el MUVIM, ambos en Valencia. También cuenta con diversas tiendas especializadas en las que la autoedición ocupa un lugar principal o es apoyado a través de talleres, actividades y presentaciones. Unos espacios que, en conjunto, no se ajustan específicamente al concepto de librería. "Librería me suena a negocio de libros, y esto no es eso. Me parece correcto ligarlo al activismo, por supuesto... yo monté esto porque la primera que hago fanzines o publicaciones soy yo", cuenta Virginia de Diego, cerebro y corazón de Sandwich Mixto. "Siempre me pareció bonito esa idea de meter lo que quisiera entre dos panes y que siguiera siendo un sandwich", explica Virginia, aclarando doblemente el sentido de su espacio, que nació ocupando un puesto del mercado madrileño de Antón Martín para pasar a ocupar un local cercano y organiza exposiciones, talleres, microrresidencias y hasta un club que envía por correo a sus suscriptores obras y fanzines de tirada limitada de autores seleccionados.

De Diego destaca que el fanzine "siempre ha sido un ente con un lenguaje, intención y acción propios". Desde su faceta como diseñadora, aclara: "En mi propio trabajo hay proyectos en formato fanzine y son igualmente importantes que los cua¬dros o las fotografías. El fanzine es un medio más". Un medio caracterizado, eso sí, por tiradas pequeñas y un apego por la edición física. Y es que, como cuenta Nico, responsable de la tienda especializada Fatbottom de Barcelona, publicar en papel "tiene un punto romántico, y se fija en un pasado idealizado en el que crecieron los autores". Aclara, además, que el cómic "es un medio muy viejo y con un pasado y una historia enormes". Un medio que, si sigue vivo, "no es precisamente gracias a las expectativas económicas. Mucha de la gente que está implicada en esto, desde los autores a los libreros, pasando por los editores, sigue en ello simple y llanamente, porque les da la gana". Ello, explica, supone un factor importante para que la frontera entre autor, editor y fanzine sea en ocasiones difusa. También la falta de dependencia económica brinda una total libertad creativa. Un modelo que, en cierto modo, asumen también editoriales independientes que se han afanzinerado, "no solo por editar en tiradas muy cortas y con técnicas de impresión en principio relacionadas con la autoedición", aclara Nico, sino porque muchas "funcionan con personal reducidísimo, en algunos casos solo una o dos personas".

Boomerang o jabalina
Autores y tenderos coinciden en destacar el excepcional momento de la autoedición en España. La duda es si la escena actual podrá mantener el impulso actual y echar raíces o sucumbirá ante la omnipresente cultura de lo digital, que premia la novedad por encima de todo. Klari Moreno admite la posibilidad de que el fanzine tenga en la actualidad algo de moda, pero apuesta por que está perdurará. "Y si no, confío en que se vayan creando otras redes y medios que sean igual de atrayentes. Estamos en un momento de efervescencia audiovisual muy interesante", concluye. Roberta Vázquez destaca que gracias a este momento dulce "se están consolidando proyectos y entidades que favorecen al medio. No sé si esto durará para siempre, pero ojalá que así sea", subraya. Nico Fatbottom alude a que hoy en día "es más fácil hacer público tu trabajo de lo que era antes. Luego está el hecho de que ahora es más fácil y más barato imprimir". Admite, además, que "se mezclan varios factores, no necesariamente positivos, que hacen que el nivel de creatividad sea, al menos, más vistoso". Para Virginia de Diego, el mundo del cómic y la ilustración en España se encuentran en un muy buen momento. "No sé si está exactamente en un boom o a finales del mismo", puntualiza, "pero parece que se van asentando grandes iniciativas, ferias y editoriales, con una planificación y unas ganas de hacer y, sobre todo, de quedarse". Lo bueno, en el fondo, es que la respuesta a estas preguntas depende de ellos mismos.


El Pais, revista Tentaciones Número 21 - Febrero 2017









MARÍA, LLENA ERES DE... ¿GRACIA?

Después de relatar sus miserias sexuales, Chester Brown se basa en la Biblia para hablar del oficio más antiguo del mundo

VÍCTOR PARKAS

Hay un componente muy alto de irrealidad en el hecho de estar sentado al lado de Chester Brown; el mismo que tendría sentarse junto a, no sé, ¿Batman? "Cuando me utilizo a mí mismo como personaje en mis tebeos", cuenta Brown, "intento ser lo más fiel que puedo a los recuerdos que deseo poner sobre el papel; aun y así, soy consciente de que capturar la realidad en términos absolutos es imposible". Donde no llega él, con esos selfíes hechos cómic que fueron El playboy o El hombrecito, llegan Seth y Joe Matt: en La vida es buena sí no te rindes y Peepshow, Brown fue aprisionado, pero esta vez en las viñetas de sus colegas. "Sigo manteniendo el contacto con ellos", confiesa sobre esos otros tótems del cómic contemporáneo. "Con Joe puedo tirarme tranquilamente dos horas hablando por teléfono".

La manera que tuvo Brown de devolverles el favor a sus amigos fue incluirlos en Pagando con ello, un cómic en el que cuenta sus experiencias con prostitutas. El tebeo, que termina siendo un panfleto en defensa del sexo de pago, recibió críticas incluso de los sectores más progresistas. "¿De dónde iban a venir si no? La gente de derechas ignora la existencia de mi cómic". A partir de entonces, Brown se convirtió en un activista por los derechos de las trabajadoras sexuales. "Además, estoy en contra de cualquier ley que intente criminalizar la prostitución".






No es para menos: Chester lleva 14 años acostándose única y exclusivamente con la misma prostituta. El dato está extraído de María lloró sobre los pies de Jesús, su última obra, en la que el autor adapta aquellos pasajes de las sagradas escrituras protagonizados por mujeres con conductas sexuales reprobables. Por lo menos, para sensibilidades católicas. "Si eres inteligente, sabes que en la Biblia hay un montón de sexo; no puedes obviar eso si quieres hacer una adaptación seria", recuerda Brown. "No me preocupaba tanto la reacción que tendrían mis lectores, sino la de aquellos que, como yo, son creyentes", determina, antes de contar como el libro casi le cuesta una amistad muy cercana.
Y es que María lloró sobre los pies de Jesús, además de adaptar textos bíblicos, propone teorías audaces; no es la menor de ellas aquella en la que Brown afirma que la Virgen María también fue prostituta. "Es una opinión minoritaria, pero no soy el único que piensa que la madre de Jesús era trabajadora sexual". Aunque este aspecto del libro haya sido el que más clickbait ha generado, poco se está hablando de lo auténticamente irreverente del nuevo cómic de Brown: éste intenta decirnos que todos nuestros prejuicios contra la prostitución tienen su origen en la Biblia y, por tanto, en nuestra educación judeocristiana. "Cada uno tiene derecho a creer en lo que quiera", expresa Chester. "Yo lo único que intento es no interpretar la Biblia desde una posición fundamentalista".

Llegados a este punto, no puedo resistirme a preguntarle a Brown por su carrera política: el dibujante ha ido en dos ocasiones en las listas del Libertarían Party, una formación mal llamada 'anarcocapitalista'. "Yo era de izquierdas, pero me di cuenta de que no estaba completamente cómodo con sus parámetros ideológicos", explica. "Fue entonces cuando me hice libertarian. Esta opción política, con la que también se identifican otros dibujantes indies como Peter Bagge, no consiguió arañar ningún escaño en las elecciones canadienses. "Aun así, si el partido me volviese a pedir que fuera en sus listas, aceptaría sin dudarlo".
SAGRADAS ESCRITURAS: LAS INFLUENCIAS DE CHESTER
1."Me da reparo que comparen mi obra con el Génesis de Robert Crumb", asegura Brown. "Ese tebeo me parece una absoluta obra maestra".
2.Chester, con este cómic, pretende dar la réplica a la ensayista Jane Schaberg. "Me ayudó a mirar la Biblia con ojos nuevos", asegura.
3."He visto varias veces La última tentación de Cristo", añade. "Creo que Martin Scorsese creó un trabajo muy conmovedor".
4.En el tebeo, cita a Kurt Vonnegut: "Somos lo que pretendemos ser, así que debemos tener mucho cuidado con lo que pretendemos ser".


El Pais, Revista Tentaciones Número 21- Febrero 2017