jueves, 27 de febrero de 2025

Cápsulas: Temporadas 1 y 2 en línea (24 cortometrajes independientes chinos, producidos por Bilibili)

Las dos primeras temporadas de la antología china “Capsules Project” están online en Youtube , reuniendo un total de 24 cortometrajes de artistas y estudios independientes, disponibles de forma gratuita y con subtítulos en inglés .

Son casi 6 horas de visualización. De hecho, estos cortos han sido puestos en línea gradualmente durante varias semanas en Youtube por Bilibili.

Pasen por la página de Catsuka que ha realizado un trabajo excepcional (como siempre): aquí y podrán disfrutar de los cortometrajes.



Cápsulas S02E01: Ruthless Blade (喵十一)
Director: Zhang Bo (张勃)
Cocreador / Director artístico: Nicolas Nemiri
Producción: Ideomotor, Paper Plane (念动文化, 纸飞机动画) y Studio Tumble


Tú y yo, Bicho, hasta el final

Nueva historia de Jeff Lemire: ¿Qué oscuros misterios oculta Belle River, esta población con sus calles cubiertas por las moscas de agua?

José Luis Vidal

09 de febrero 2025 



Francis Fox nunca ha tenido amigos. Además, ella prefiera que la llamen Franny. En la escuela tiene que soportar las burlas de sus crueles compañeros y compañeras de clases, que se meten por ella debido a su aspecto desaliñado y, sobre todo, por esos eternos mocos que siempre surge de su nariz.

Con el tiempo se ha acostumbrado a la soledad, ya que la compañía de su padre, alcohólico y violento, tampoco es que sea muy grata.

Pero todo esto cambió el día que conoció a Lee David Simard, un tipo sin rumbo en la vida que protagonizó un robo en el lugar, dejando casi muerto a un chaval, Paul Dupuis.

Malherido también, algo extraño ocurrió con las moscas de agua, que lo transformaron en algo muy alejado de la humanidad, un ser insectoide al que Franny rápidamente dio cobijo y bautizó como Bicho.

Juntos van a protagonizar muchas peripecias, algunas de ellas nos darán alguna pista de todo lo que está ocurriendo.

En esta apasionante historia ellos no son los únicos protagonistas, ya que, por una parte tenemos al agente de policía Danny Laraque, un tipo que pese a la advertencia de su superior, buscará con empeño a la niña que cree secuestrada, topándose con el camino con alguna que otra persona que aportará datos, algunos increíbles, a este suceso.

Sobre todo, el punto álgido de su investigación sucederá cuando con sus propios ojos vea lo imposible…

Y por otra parte tenemos a una de las víctimas colaterales del tiroteo. En sus ojos se refleja el dolor, el cansancio. Ella es Helen Dupuis y, pese a la desesperanza de ver a su hijo en coma, conectado a una máquina que le mantiene con vida, no se va a rendir, y recorrerá el pueblo y alrededores buscando una respuesta a lo que ha ocurrido. Y justo entonces se topará con algo ajeno al lugar, una muestra palpable que nos llevará más tarde a otro tiempo, mucho más lejano, en los que un drama condujo a la venganza más expeditiva, condenando al pueblo para siempre cada vez que las moscas de agua hicieran su aparición.

Aunque tal vez hay algunos habitantes del pueblo que saben más de lo que aparentan. Como una pareja de hermanos, ancianos, a los que la gente no parece tomar muy en serio pero que tal vez hayan vivido el horror y la violencia en sus propias carnes…

Jeff Lemire, en esta ocasión como autor completo, vuelve a demostrar su extraordinaria habilidad para crear personajes muy humanos, que cargan con esos dramas cotidianos, tan reales: el maltrato familiar, el alcoholismo, el bullying, la soledad extrema, la incomprensión…

Una lista de padecimientos que, como losas, pesan sobre las espaldas de los protagonistas, ya sean la solitaria Franny, el profesional agente Laroque o Helen, esa madre rota por fuera.

Pero esto no es todo, ya que Lemire crea un argumento en el que lo fantástico se cuela en estas vidas grises, componiendo una leyenda que sucede en unas tierras que él conoce a la perfección, ya que es oriundo del condado de Essex.

Y como guinda al pastel, Lemire se marca un doble salto mortal en forma de flashback, en el que abandona su reconocible estilo gráfico para cambiar el registro, y narrarnos la desgraciada historia de los Murphy, familia oriunda de Irlanda, cuyo sueño de una nueva vida se transformará en pesadilla cuando lleguen a Belle River.

En definitiva, otra interesante obra de este artista, de fértil imaginación y brutal trayectoria, que no para de crear, como constatan su exitosa Carretera Fantasma junto a Gabriel Hernández Walta (también editada en España por Astiberri en su catálogo, como casi la mayoría de obras firmadas por el canadiense, en soledad o junto a una autentica legión de talentosos dibujantes) y las nuevas series, Minor Arcana (una vez más como autor completo), para BOOM Studios, además de su regreso al universo de los superhéroes DC, en las colecciones Justice League y la nueva visión del héroe velocista en Absolute Flash.


Diario de Cadiz


Daredevil: Le poing rouge (II)

 















miércoles, 26 de febrero de 2025

El futuro en sus manos

Llega a las librerías una nueva entrega de la revista 'Autores de Cómic', dedicada en esta ocasión a Albert Monteys

José Luis Vidal

14 de febrero 2025




Me gusta mucho el humor gráfico, creo que siempre es sano disfrutar de la lúcida mirada de la legión de autores y autoras que no solamente nos hacen sonreír con sus chistes sino que, además, logran que reflexionemos sobre lo que plasman en el papel.

Pero he de confesar que desde siempre ha habido uno que ha conseguido que una incontenible carcajada surja, y me retuerza sin poder evitarlo, mientras lagrimones como puños me recorren la cara.

Sí, no es otro que Albert Monteys, el autor al que se le dedica el tercer número de esta publicación que en muy poco tiempo se ha hecho imprescindible para todos aquellos que amamos este medio, el noveno arte, el cómic.

Aún recuerdo aquellas maratonianas expediciones a las papelerías y librerías de mi ciudad, buscando como loco el nuevo número de aquella genial locura colectiva titulada Mondo Lirondo, que tanto tiempo me costó completar…

Pero dejémonos de nostalgia y loemos una vez más (nunca me canso) la labor de los nombres tras esta publicación, que no son otros que su editor Javier Alcázar y Pablo Portillo, que juntos cogieron sus respectivas maletas de mano y aquí que se colaron en la Ciudad Condal para realizar una larga e interesante entrevista a Monteys en las que repasan con precisión de cirujano toda la trayectoria artística del autor, desde sus comienzos como estudiante en la Escola Joso, su salto a Bellas Artes, donde conoció al resto de componentes de la mítica Penya, el nacimiento de la genial Calavera Lunar (aún sigo infructuosamente buscando en mercadillos la esquiva figurita de los Airgamboys…), su profesionalización al ocuparse de las tareas editoriales de varias cabeceras, entre ellas El Jueves, de la que salió junto a muchos otros para fundar la genial (y muy necesaria) Orgullo & Satisfacción

Y de ahí, un cambio, libre de las ataduras que durante muchos años le supuso su labor de editor, por fin pudo dar rienda suelta a una de sus pasiones, la ciencia ficción.

La creación de ¡Universo!, serie que ha hecho que su nombre sea conocido, admirado y premiado fuera de nuestras fronteras ocupa buena parte de la charla, así como un repaso milimétrico por parte de uno de los grandes teóricos de nuestro país, Manuel Barrero que, junto a Jordi Canyissà y Jorge García nos hablan de algunas de las más destacadas obras del autor.

Pero no quisiera olvidarme de un texto que también me ha puesto una sonrisa en la cara, y es el escrito por José Miguel Álvarez que, como miembro de La Penya, relata en primera persona cómo esos cinco alocados y jóvenes genios se conocieron, naciendo de su unión un cómic que ya, a estas alturas, es un auténtico clásico.

Esta entrega se completa, y disfruta, con una ingente cantidad de material gráfico que para muchos será inédito, que es buena muestra de la pasión completista de los responsables de la cabecera.

Admiro mucho a Monteys, sí, y sigo y disfruto todo lo que nace de su imaginación, como esa breve historia (cinco geniales páginas) en las que enfrenta al Trepamuros a una de sus peores amenazas. Nada más y nada menos que Perry Thomas, un tipo con una curiosa afición, que lo coloca siempre en el centro del peligro…

Sí, Monteys ha logrado lo que pocos, escribir y dibujar una historia para Marvel, un hito al que pienso no se le ha dado la importancia debida.

Ah, y que no se me olvide. Con la generosidad que caracteriza al editor Javier Alcázar, pone la guinda este suculento pastel incluyendo un regalo muy especial, recopilado por primera vez y del que tan solo unos pocos podremos disfrutar en su edición física. El inktober que Monteys dedicó a otras de sus pasiones, el juego de rol Dungeons & Dragons.

¿Se le puede pedir más al tercer número de 'Autores de Cómic'?


Diario de Cadiz


lunes, 24 de febrero de 2025

Por una estética de blanco y negro

 


Guido Crepax: "Valentina" © Milano Libri 

Crepax es uno de los primeros dibujantes europeos en introducir el blanco y negro en la B. D., fraccionando la misma página en pequeñas viñetas, dando una nueva vía a la técnica narrativa



Una reseña de cómics en blanco y negro puede parecer una elección extraña para un lector de los 80 acostumbrado a descubrir sus cómics favoritos en color. “La utilización de grandes superficies blancas o negras en los “cómics” es un aspecto de un fenómeno más amplio”, subraya Pierre Couperie en su introducción a la Exposición sobre el blanco y negro. “¡El hecho extraordinario es que nadie, sin duda, usó un verdadero color negro, puro y sólido de gran tamaño en Occidente, entre el declive de la cerámica griega antigua y el final del siglo XIX! Incluso en la época de la pintura románica, los negros eran, de hecho, marrones oscuros.

Los grabados, de todas las técnicas, están tramados minuciosamente. Desde finales del siglo XV, era una regla absoluta que en la naturaleza no había nada perfectamente negro o blanco y que nunca se debía pintar con blanco o negro puro, porque el blanco “sale” del cuadro y el negro parece un agujero. Los “negros” más profundos de Tiziano, Velásquez o Manet, mezclados con reflejos, son casi siempre marrones oscuros".

Fue en el siglo XIX cuando esta situación cambió a nivel plástico, a través de una verdadera revolución en la visión bajo la influencia de las xilografías japonesas... Artistas como Toulouse-Lautrec y Beardsley se inspiraron en los grandes kimonos negros de las estampas de Utamaro.

Milton Caniff: "Steve Canyon" © Field Enterprise
El estilo de Miton Caniff, con sus violentos contrastes con el estilo de Moniere, recuerda las diferencias del cine americano de aquellos años 40.


Cuarenta años después, Milton Caniff y Chester Gould resucitarán esta técnica, redescubriendo el uso de la mancha negra... Cliff Sterret, con "Polly and her friends", nos hará una brillante demostración y George McManus, con "Bringing up father" (Illico), completará su dibujo jugando con el blanco y negro de la ropa de Illico.

Fue en 1934 cuando un joven diseñador, Noël Sickles, revolucionó la técnica del cómic, modificando su dibujo, hasta entonces realizado a pluma, introduciendo el color negro liso... una técnica que permitió obtener efectos exitosos, ya que la reproducción de las historietas diarias en la prensa dejaba que desear. Milton Caniff asimilará esta innovación y creará una obra maestra pura en blanco y negro en los cómics con “Terry and the Pirates”…..

Su estilo se convertirá en escuela: Frank Robbins con “Johnny Hazard" producirá blancos y negros muy bellos, Ray Bailey (Bruce Gentry) y Alex Toth, venerado por algunos, también jugarán con colores sólidos...

La página superior de izquierda a derecha y de arriba a abajo:
George MacManus: “Bringing up father” © K.F.S.
La mezcla de la arquitectura rococó, del mobiliario
“Estilo moderno” y los objetos más extraños cada uno
los demás, se utilizan de fondo para la construcción plástica de esta historieta.
Chester Gould: “Dick Tracy” © Chicago Tribune.
 El grafismo  de Chester Gould, expresionista, juega con la dureza del dibujo.
Cliff Sterret: « Polly and Pals » © K.F.S.
Cliff Sterrett dijo que fue influenciado por el cubismo de siluetas negras, al que movió hábilmente por los fondos blancos.
Hugo Pratt: “La balada del mar salado” © Casterman
Hugo Pratt, bajo la influencia de Caniff, creó a lo largo de los
años su propio estilo blanco y negro que, sucesivamente,
influirá en toda una generación.


Durante más de veinte años, este estilo de prensa dominó la prensa mundial e influyó en decenas de caricaturistas europeos y sudamericanos...

En 1965, Guido Crepax, con “Neutron” publicado en la revista italiana “Linus”, devolvió el blanco y negro, olvidado durante varias décadas, a su antiguo esplendor. Es un redescubrimiento para algunos y esta estética del blanco y negro despertará la conciencia entre autores como Georges Pichard. (Blanche Epiphanie) y Robert Gigi (Scarlett Dream).

No fue hasta la llegada de Hugo Pratt en 1967, con “La balada del mar salado”, que el blanco y negro realmente se afianzó en el mundo del cómic moderno. Pratt se convertirá en uno de los autores de cómics con estilo instintivo. Con el paso de los años, creará una nueva tira cómica, compuesta de puntos negros sobre una hoja de papel blanco... Los resultados serán sorprendentes y verá la luz una escuela inspirada en el maestro de “Malamocco”. Las obras de Muñoz (Le bar à Joe), de Viene con “Silencio”, serán las demostraciones más brillantes de ello.

Este regreso al blanco y negro permitirá una nueva lectura del cómic durante muchos años e incluso animará a los editores a publicar obras en blanco y negro, con éxito... Hay que subrayar que no descuidaremos a los artistas especializados en el rayado, el rayado, el uso del marco, la técnica del doble tono y la aguada. Su estilo no es inferior y queremos crear una estética en torno al blanco y negro. Depende de usted decirnos si valió la pena intentar este redescubrimiento, más pictórico que gráfico...

Claude Moliterni


Extraído de alguna revista francesa de información, lamento no poder decir cual. (Acumulo revistas información de comics como un avaro monedas de oro)


Daredevil: Le poing rouge

 






















domingo, 23 de febrero de 2025

Ese viejo escalofrío…

Han pasado veinte años desde su publicación, y el cómic ‘Miedo’ regresa a las librerías en una flamante edición conmemorativa

José Luis Vidal

16 de febrero 2025



Sí, yo también pertenezco a la misma generación que David Muñoz, Antonio Trashorras y Javier Rodríguez. Aquella en la que, a principios de los años ochenta, padecimos en nuestras carnes los antiguos métodos educativos de la EGB. Aquellos cuyo principal, y temible, lema era “La letra, con sangre entra” (de hecho, mi clase del colegio estaba coronada por un gran cartel con esta ominosa frase).

Recordar aquellos días ahora es como repetir una vieja pesadilla, en la que te levantabas por la mañana, tomabas tu desayuno y al salir a la calle, rumbo al colegio, no sabías lo que allí te esperaba. Porque ya no era solamente la competitividad que los profesores generaban entre los alumnos, sometiéndolos a exámenes diarios, elaborando un ranking diario que hacía que pudieras estar sentado el primero de la clase, o el último, con todo el escarnio que ello conllevaba.

Pero lo peor, sin duda, era esa maldita herencia de los tiempos franquistas, en una España que aún se estaba recuperando de los cuarenta años de férrea dictadura. No puedo borrar de mi memoria a uno de mis profesores, don Francisco, ex guardia civil, que tras una socarrona sonrisa ocultaba el más cruel y violento de los métodos ‘educativos’, por llamarlos de alguna manera.

En más de una ocasión probé en mi mano derecha a su regla preferida, la Colombo; o ese sello de oro que portaba en uno de sus dedos, y que remachaba su peculiar forma de enseñarte los acentos, dejando una sangrienta marca en tu cabeza…

Y no solo eso. Sumemos a este temor la obligación del rezo diario antes de las clases, o el tener que cantar a viva voz aquella tonadilla que hizo famosa Marujita Díaz, el “banderita”.

Pues bien, esta época, los ochenta, es precisamente donde vamos a regresar con la lectura del cómic Miedo, que ahora Astiberri reedita en una edición que además incluye una sección de extras en la que los tres autores, Muñoz, Trashorras y Rodríguez, conversan y tiran de recuerdos para volver a aquellos tiempos en los que la palabra bullying no existía, y las pasabas canutas por culpa no tan solo del comportamiento de algunos profesores, sino que además, ya fueras gordito, delgado, alto, bajo, llevaras gafas, fueras tímido o tartamudearas, te convertías en la diana de los golfos de la clase, que con rapidez te adjudicaban un mote por el que se te iba a conocer a lo largo de tu trayectoria como estudiante.

Eso mismo les ocurre a los atribulados personajes protagonistas de este cómic, Adrián y Raúl, que soportan diariamente las chanzas de muchos de sus compañeros, que los han rebautizado como Porky y Patapalo.

Adrián es un niño callado, amante los tebeos y cuyo único amigo es Raúl, en el que confía plenamente. Su vida en la calle le ha convertido en un paria, ya que siempre es el objetivo de las más crueles pullas en clase, ya sea de sus compañeros o de profesores como el detestable don Arsenio, al que por supuesto, como no podía ser de otra manera, apodan El Lapo, debido a una repugnante costumbre que os dejo descubráis al leer el cómic.

Afortunadamente, una nueva y fresca generación de jóvenes profesores estaba comenzando a llegar a las escuelas e institutos, cuyos métodos de estudio no incluían la violencia entre sus enseñanzas. Es el caso de Chema, un profe que va a enfrentarse en más de una ocasión a sus carcamales compañeros.

Pero el miedo que da título a esta obra era el que también se vivía en los hogares de aquellos españolitos que temblaron cuando un grupo de guardia civiles, comandados por el infame Tejero, se colaron en el Congreso de los Diputados, con la intención de traer de regreso unos tiempos oscuros, tenebrosos.

En la figura de los padres de Adrián, Raúl, el propio Chema, estará representada aquella población que se agarró con fuerza a sus aparatos de radio para conocer qué estaba ocurriendo en el país, mientras los más pequeños de la casa disfrutaban de un largo, larguísimo día en lo que lo único que podían verse en la televisión eran dibujos animados y series de la época. Doy fe de ello.

Y por si esto no fuera poco en la trama, unos amenazantes mensajes anónimos comienzan a llegar a la escuela de los protagonistas…

Miedo es una obra que no ha perdido un ápice de frescura, debido al talento de sus creadores, dos guionistas con una larguísima experiencia en el terreno de la ficción, ya sea televisiva o cinematográfica, y un dibujante que es uno de los artistas españoles más interesantes y personales dentro del comic-book norteamericano.

Una última cosa, estaría muy bien que este cómic formara parte de las bibliotecas de los colegios e institutos, para que los chicos y chicas de hoy conozcan un pasado, y unas maneras de actuar, no tan lejanos.


Diario de Cadiz