jueves, 21 de noviembre de 2024

Torpedo 1936 / Enrique Sánchez Abulí y Jordi Bernet

 



Tras las dos primeras historias de Torpedo en 1981, el dibujante álex Toth dijo «hasta aquí hemos llegado». No compartía el peculiar sentido del humor del guionista Enrique Sánchez Abulí. Qué son unas palizas a mujeres por aquí, una propuesta a un pederasta para que viole a un niño por acá, jugar al rugby con un bebé como balón, que un par de hampones degusten la leche materna directamente de donde mana, cuarto y mitad de estupro con una prostituta menor de edad o algunos asesinatos arbitrarios. Era demasiado sensible y tierno. Abulí necesitaba a un tipo duro para un cómic de duros. Llegó Jordi Bernet y juntos dieron la personalidad que caracteriza a las andanzas del asesino a sueldo Luca Torelli en la América de la Gran Depresión, consiguiendo un éxito inusitado para el cómic español gracias a sus ventas y prestigio en numerosos países.

Con una apariencia de serie negra que reúne desde el primer momento todos los tópicos sin ningún tipo de disimulo —implacables mafiosos, sicarios, burdeles, mujeres fatales, venganzas, ambientes hampones, policías corruptos, violencia, erotismo—, Torpedo, 1936 utiliza en cierto modo los lugares comunes de este género, y exageramos un poco, como un gran mcguffin que encauce lo que realmente interesa. Si el halcón maltés, en la paradigmática película de gánsteres, servía de excusa que empujaba a la acción y la evolución de los personajes, toda la atmósfera de Torpedo, 1936 y su situación en determinada época de la historia sirve de particular halcón maltés que envuelve las tramas y permite que los personajes se comporten como se comportan. Ya tenemos el pretexto, hasta el punto de que todos sus episodios empiezan de forma semejante, a modo de fórmula repetitiva, y las relaciones entre los personajes, su propio origen, sus motivaciones se suelen omitir o simplificar, porque no importan. Lo que realmente cuenta es el humor, la transgresión, orientados fundamentalmente al sexo y la violencia entre todos y hacia todos. Curiosamente, este cómic ha pasado por ser un modelo del género negro cuando, si se piensa bien, con unos retoques, se podría trasladar a otro «universo». Hay que ver- lo como el gran mérito de Bernet, cuyos dibujos llenos de dinamismo y expresividad consiguen sumergir al lector en ese mundo. Ya tenemos la coartada para el«crimen».

El «crimen» lo comete Sánchez Abulí con sus chistes directos de humor negro brutal, junto a algunos juegos de palabras muy característicos, solamente comprensibles en español (desconozco cómo han solucionado esto los traductores). Entre negros anda el juego: la serie negra resulta ser el mcguffin del humor negro.



Pero entre estos negros hay cierta desigualdad. Se produce un desequilibrio entre forma y fondo. El dibujo de Bernet es extraordinario en todos los sentidos, tanto para describir la acción, como la comedia o el sexo. En comparación, el guion de Sánchez Abulí, suele ser más bien previsible, reiterativo y con un ingenio enfocado sobre todo a un público juvenil, incluso a veces roza momentos infantiloides. En ocasiones el lector puede tener la sensación de que semejante dibujo no casa bien con estos guiones y que tales trazos merecían de mayor complejidad y adultez sin dejar de lado el tono propuesto. La excelencia del dibujo no cuenta con unas historias a su altura. Curiosamente parece una constante para Bernet, pues le sucede lo mismo en su conocida serie para la revista El Jueves, Clara de Noche, en este caso con los guionistas Carlos Trillo y Eduardo Maicas. De esta manera, Torpedo, 1936 queda como una buena introducción al cómic erótico y de serie negra para alguien que empieza a leer estos temas en su adolescencia. Pero difícilmente resiste una lectura adulta mínimamente exigente, aunque sí la demande su dibujo.

En 1999, el cantante Loquillo publicaba un disco con una canción dedicada a Torpedo (en CD, en la era preinternet todavía sucedían estas cosas). En el interior del libreto mencionaba a Jordi Bernet como único creador del personaje, cuando en realidad lo inventó Sánchez Abulí que, contrariado, denunció a Loquillo, al letrista de la canción, Óscar Aibar, y al propio Bernet. Tanto Bernet como Aibar habían hecho esto desinteresadamente e incluso mandaron la letra al guionista, que dio el visto bueno aunque con ciertas reticencias. Tras la publicación del álbum y al verse apeado de la autoría se produce la demanda y el fin de la colaboración, y por tanto de Torpedo. Paradójicamente, el trabajo de Bernet es tan característico y competente que se puede decir que se apropia del personaje y lo hace suyo por encima del guionista que lo ideó. Parece que todo fue un error de im- prenta, pero el error de imprenta...tenía sus motivos, nunca personales, por supuesto. Como un sicario implacable mató al padre natural para hacer peculiar justicia con el padre adoptivo. Ese error de imprenta bien pudiera ser el último personaje de Torpedo, 1936 ya fuera de sus páginas. El extraño asesino sin sueldo que acaba con todo un exitoso cómic y con su creador original.


Jot Down - Cien Tebeos Imprescindibles (2014)




El balance final por Paco Roca

 


El Pais Semanal número 1.961
Domingo 27 de abril de 2014

miércoles, 20 de noviembre de 2024

Hombre / Antonio Segura y José Ortiz



«Los políticos prometieron que la crisis sería superada en breve con el sacrificio común».

Cuando el dibujante José Ortiz y el guionista Antonio Segura comenzaron a publicar Hombre en 1981 no podían imaginar que su sombrío retrato de un mundo en ruinas perduraría en el tiempo de la manera en que lo ha hecho. Quizá porque fantasear con el apocalipsis y la sociedad que surgiría de sus cenizas no deja de resultarnos fascinante. Ese fin del mundo puede provenir de una devastadora crisis económica o energética, de una epidemia incontrolada o de una guerra nuclear, pero el resultado siempre es el mismo: la lucha despiadada por los recursos entre los supervivientes, el abandono de toda restricción ética una vez desmoronado el orden social. ¿Y por qué imaginar un mundo así excita tanto nuestra imaginación? En primer lugar porque es divertido ver nuestro entorno desde otra perspectiva. Quién no fantasea caminando por las calles a horas intempestivas con que ha habido una catástrofe que ha matado a todos los demás, que entonces podemos asaltar cualquier tienda o supermercado y coger lo que deseemos, que cualquier zombi, mutante o el mismísimo Humungus, ayatolá del rock & roll, acecha a la vuelta de la esquina... Bueno, yo al menos lo hago y se me hace así el trayecto más llevadero. Pero otro motivo de más alcance para dicha atracción es que quizá un mundo posapocalíptico nos resulta aparentemente extraño, sí, pero al mismo tiempo intuimos que esa barbarie es la realidad, temporalmente oculta por el barniz de la civilización.

Si echamos un vistazo a la historia vemos, como en el poema Ozymandias de Shelley, que vastos imperios aparentemente in- vencibles quedaron reducidos a la nada y sus fastuosas capitales pasaron a ser ruinas por las que vagaban supervivientes que nada sabían sobre su pasada gloria. ¿Cómo no pensar entonces que eso podría volver a ocurrir? Cuando eso sucede la reacción de sus habitantes siempre es la misma: sálvese quien pueda. Las sociedades prosperan fundándose en un frágil equilibrio sobre los intereses de sus miembros. Cada uno de ellos renuncia a tomarse la venganza por su mano y se somete a unas leyes comunes. Acepta esfuerzos en el presente a cambio de beneficios en el futuro. Paga impuestos y dedica esfuerzos al bien colectivo. Se especializa en una profesión en lugar de producir sus propios alimentos porque confía en que los demás lo harán, proporcionándole lo que necesite. El resultado de todo ello es un sistema cada vez más complejo, y por tanto más frágil. Mientras funciona aceptamos sus reglas y resistimos las tentaciones. ¿Y cuando deja de hacerlo?



Como en una reacción en cadena surge el caos, la destrucción, la miseria —en la que un bidón de gasolina bien merece una vida humana y una rata pasa a ser la única carne que degustar—, en definitiva la lucha de todos contra todos. Y de entre todos ellos emerge un superviviente nato: alguien como Hombre. Así se le conoce, sin nombre propio, como tampoco lo tiene la ciudad sitiada de la que entra y sale en sus aventuras. Un personaje sin piedad ni remordimientos, sin altruismo ni idealismos vanos. Su día a día está en vengarse de las afrentas, no en agradecer la ayuda. Un tipo realmente duro, pero también atormentado, porque tiene recuerdos de cuando la vida era de otra manera. Acepta las nuevas reglas, pero en el fondo sabe que el mundo podría ser mejor. En ocasiones incluso parece dispuesto a luchar por conseguirlo, creemos ver entonces un atisbo de humanidad y esperanza en su interior... Pero el amago apenas germina porque ve a su alrededor que hacerse ilusiones es la forma más rápida de acabar muerto. Como la vida misma, en la que madurar consiste precisamente en dejar de hacerse ilusiones.

Hombre no se abriría un perfil en una red social definiéndose como «amigo de sus amigos», ni llenaría su cuenta con fotos de gatitos, ni terminaría sus frases con un «:P». Pero a pesar de su brutalidad y su gesto siempre ceñudo, no es difícil identificarse con él. Va a lo suyo, como todos lo hacemos. Y como todos, a veces desea romper esas barreras y escapar de su soledad. Anhelando íntimamente un mundo, una época, una vida donde las cosas eran de otra forma.


Jot Down - 100 Tebeos Imprescindibles (2014)



BARBARELLA Un nuevo tipo de heroína

Asier Mensuro


En 1962, se inicia un movimiento internacional, pero muy focalizado en Francia, que reclaman la consideración del cómic como un arte que va mucho más allá del mero entretenimiento infantil y juvenil. El historietista Jean-Claude Forest decide aportar a este movimiento desde la praxis, y se plantea publicar historietas creadas específicamente para un público adulto. De este modo, nace un cómic pionero, Barbarella, que ve la luz de forma seriada en 1962, en la mítica revista V Magazine, dirigida por Eric Losfeld. Dicha publicación está destinada a un público adulto y sus contenidos son claramente eróticos, por lo que el sagaz editor sugiere a Forest que su historieta podría ser una especie de exuberante tarzán de género femenino; pero Forest tiene la genial idea de combinar el erotismo con la ciencia ficción, otro género de gran tradición en el mundo de la historieta que ha producido un sinfín de personajes clásicos, como Flash Gordon o Dan Dare. El éxito de esta combinación es inmediato, abriendo camino a lo que se conoce como el boom del cómic adulto que, desde Francia, ensancha el mercado de lectores que hasta la fecha estaba marcado por producciones dirigidas casi exclusivamente al público infantil y juvenil.

Para crear al personaje de Barbarella, Jean-Claude Forest se inspira en la icónica Brigitte Bardot (mito sexual de la Francia de la época), e imagina a una aventurera espacial, que es una pacifista decidida a sembrar la «cordialidad interestelar» del modo más placentero posible, ya que es dueña y señora de sus actos y deseos. De este modo, dota a su personaje de una autonomía que la diferencia enormemente de otras heroínas del cómic cuyo rol era el de mera comparsa del héroe (por poner un ejemplo, baste citar una vez más a Dale Arden, novia de Flash Gordon).


   Así, las aventuras eróticas de Barbarella llevan implícito un mensaje de empoderamiento femenino y liberación sexual, muy alejado de los roles de los personajes femeninos que poblaban las grandes revistas de cómics de la época. Si a esto se le suma un dibujo sumamente atractivo, una vez más, alejado de los cánones habituales en los cómics del momento, que de un modo fresco y diferente incorpora una estética pop novedosa y atractiva, se entiende con facilidad su rotundo éxito, y su profunda huella en el cómic posterior.

Por eso, resulta incomprensible que este cómic mítico de Jean-Claude Forest haya permanecido inédito en nuestro país hasta ahora.

Respecto a la edición española, hay que decir que recoge los dos primeros álbumes de las aventuras de Barbarella. Creo que Dolmen ha realizado el mejor trabajo posible en este álbum. Las aventuras de Barbarella se publican en Dolmen a un tamaño nada desdeñable, con buen papel, y con un blanco y negro restaurado de forma más que digna, pero se deja de lado el estupendo bicolor con el que ve la luz en su edición original.

Los propios textos que, a modo de complemento, acompañan a esta edición explican el motivo.



                                

Barbarella

Jean-Claude Forest 

Dolmen Editorial 

Francia

Cartoné

184 págs. Blanco y negro 

Traducción: x

Obras relacionadas

Lorna

Azpiri.

(Norma Editorial)

Los náufragos del tiempo

Jean-Claude Forest y Paul Gillon

(Ediciones Glénat)

Ici Mème

Jean-Claude Forest y Tardi

(Norma Editorial)

Hypocrite

Jean-Claude Forest 

(Ediciones Glénat)

Parece ser que Jean-Claude Forest trabajaba el original en blanco y negro puro, y, en hoja aparte, añadía el bitono. De este modo, el efecto de bicolor solo se consigue por adición en la imprenta.

Con el transcurrir de los años, estas hojas que contienen el color se han perdido, dejando como única opción viable la edición en blanco y negro.

Creo que el bicolor aporta, y mucho, a la estética pop de este cómic, por lo que hubiera preferido una labor de creación de un nuevo coloreado partiendo de ejemplares de la edición original de Losfeld.

Sea como fuere, esta edición de Barbarella resulta imprescindible para todo amante de la sci-fi, el cómic erótico, o simplemente, de la cultura pop de los años sesenta. Y es que esta historieta trasciende el mundo del cómic.

Como bien nos recuerda Jesús Palacios en su texto dedicado a la adaptación cinematográfica del personaje (que se incluye como uno de los apéndices del libro), Barbarella cuenta con una exitosa adaptación cinematográfica dirigida en 1968 por Roger Vadim, con una jovencísima Jane Fonda, en aquella época casada con el director, que da vida al personaje. La actriz se convierte en un mito erótico de los años sesenta gracias a esta interpretación, y la película convierte al personaje de Forest en un auténtico icono pop que aún perdura dentro del imaginario visual de nuestro tiempo.

Cabe destacar igualmente un texto del historietista Ángel de la Calle que pone en valor a este cómic dentro del pensar y sentir de la época, desgranando hasta el último detalle o curiosidad que tiene que ver con Barbarella.

Por último, para los amantes de las ediciones integras, Dolmen no se ha olvidado de las ilustraciones y portadas de Barbarella que vieron la luz en las diversas ediciones de este exitoso cómic, incluyendo en este tomo un apéndice con un generoso número de ellas.




Jot Down Comics 2024


martes, 19 de noviembre de 2024

Criaturas, el proyecto cinematográfico abortado de Genndy Tartakovsky



A Genndy Tartakovsky (Samurai Jack, Primal...) le gusta compartir viejos recuerdos en Instagram y hoy ha desvelado un póster conceptual de un proyecto de largometraje de animación abortado y poco conocido llamado " Creatures ", que había desarrollado hace una veintena de años. hace años que.

" Quizás hace unos 20 años estaba desarrollando una película sobre cómo descubrir quién eres y cómo encajas en el universo... Hice un dibujo para un póster y Scott Wills me lo hizo. Ha pasado un tiempo, así que pensé que Lo compartiría, nunca visto por muchos .


Via Catsuka


LA DIFÍCIL RELACIÓN ENTRE TEBEOS Y UNIVERSIDAD. DE LA IGNORANCIA AL ROMANCE ENTREGADO

Álvaro Pons y Noelia Ibarra Universitat de València

No ha sido la relación entre el cómic y la universidad un camino de rosas. Durante años, los tebeos han vivido completamente apartados de los ámbitos académicos, apenas considerados por loables iniciativas particulares, como las de los profesores Juan Antonio Ramírez o Antonio Altarriba, pero ignoradas con frecuencia tanto en los planes de estudio como en las líneas de investigación desarrolladas en la universidad. Si tomamos como referencia la exhaustiva investigación hecha por Julio Gracia sobre el número de tesis doctorales sobre cómic leídas en la universidad española, resulta evidente que hasta bien entrado el siglo XXI la historieta era motivo de nulo interés para las instituciones de educación superior nacionales. La única relación continuada que se podía detectar era la celebración de Unicómic, el festival de cómic de la Universitat d’Alacant que comienza su trayectoria en 1999, organizado desde el Consejo de Alumnos de la universidad con el apoyo del entonces Vicerrectorado de Extensión Universitaria. Un evento que se organizaba en la universidad, pero visto como una actividad cultural ajena a las perspectivas de investigación. Sin embargo, a partir de finales de la primera década de la nueva centuria se detecta un indudable cambio de ciclo. Desde las aulas comienzan a aparecer tímidas inclusiones de contenidos alrededor de la historieta, generalmente desde nuevas titulaciones, como Comunicación Audiovisual, que parecen despertar el interés por el cómic como objeto de estudio. Y, en un campo prácticamente virgen para la investigación, algunas publicaciones académicas del ámbito filológico toman la iniciativa con números especiales dedicados a la historieta, como el del Boletin Galego de Literatura de la Universidad de Santiago de Compostela en 2006 o la revista Quaderns de Filologia de la Universitat de València en 2009. Así también, Unicómic de Alicante comienza a dedicar una parte de sus contenidos a ponencias de investigación sobre historieta y crea el Club de Lectura Universitario de Cómic y Álbum Ilustrado CLUECA, que finalmente daría lugar al primer Aula de Cómic en la universidad española. Síntomas evidentes de que se estaba produciendo un cambio de sensibilidad hacia el noveno arte, pero que todavía plantea claras reticencias. De hecho, si se analizan las tesis o artículos publicados en estos años, se encuentra siempre como punto de partida la necesidad imperiosa de justificar por qué el cómic es un objeto de estudio válido y riguroso, esto es, se parte de la asunción de la necesidad de conseguir una validación y abogar por su inclusión en las líneas preferentes de investigación, generalmente desde la dependencia o comparación con otras artes «mayores» como argumento de autoridad. No obstante, la mecha había ya prendido y corría en paralelo a un reconocimiento cada vez mayor por parte de la sociedad.

Si bien la Academia reacciona con lentitud a los cambios sociales y suele ir siempre a remolque de estos, en el caso del cómic resultaba ya nítido apreciar que su consideración abandonaba con rapidez la tradicional identificación del tebeo como una forma de entretenimiento infantil y juvenil para comenzar a ser considerado como un arte de potencial inabarcable. La inclusión continuada del cómic en los suplementos culturales de la prensa, la creación del Premio Nacional de Cómic o la atención mediática creciente constituían pruebas obvias de que los tebeos no solo representaban un objeto prescindible sin interés, sino un campo de sorprendentes posibilidades en el ámbito académico. Todas estas transformaciones se aceleraron definitivamente en 2017 con la celebración del I Congreso Internacional de Estudios Interdisciplinares de Cómic en la Universidad de Zaragoza, la primera gran cita dedicada a la investigación en historieta con un gran éxito en número de comunicaciones presentadas. Esta cita abrió el camino a la celebración en 2019 del Congreso Internacional de Estudios Universitarios del Cómic en la Universidad d’Alacant, como lógica evolución de Unicómic, a la que se unieron The International Conference Comics in Dialogue en la Universidad Complutense de Madrid (2020), Teaching with comics en la Universitat de Valencia (2022) o el Congreso Internacional de Investigación sobre Cómic en la Universidad de Alcalá de Henares (2023), consolidando un circuito de citas académicas que certifican el interés de las universidades por la investigación.



También en torno a estas fechas destaca un hito relevante, como es la creación de la primera cátedra institucional de cómic en España: la Cátedra de Estudios del Cómic Fundación SM-Universitat de València, que será seguida posteriormente por la Cátedra Cultural Moebius de la Universidad de La Laguna, la Cátedra ECC- UAH de Investigación y Cultura del Cómic en la Universidad de Alcalá de Henares y la Cátedra Martín Morales de Humor gráfico y Cómic en la Universidad de Granada. Estas cátedras han multiplicado las actividades y jornadas alrededor del cómic en el seno de las universidades, a través de su clara apuesta por la programación continuada del noveno arte en la oferta cultural de los centros, pero también a través de la creación de un interés por el cómic como un objeto de estudio de interés especial para la comunidad académica. Su naturaleza transversal ha permitido que no solo se desarrollen perspectivas en torno a su aplicación en campos humanísticos, como la Historia del Arte o la Filología, sino que prácticamente todos los campos se acerquen al cómic, desde la Educación y la Sociología a las Ciencias Experimentales, llegando a las Ciencias de la Salud a través de la Medicina Gráfica, en una auténtica ebullición de iniciativas re- lacionadas con el cómic desde la universidad. Así, podemos encontrar ofertas formativas de posgrado relacionadas con la historieta que han saltado de una presencia más reducida al círculo de las universidades de verano para entrar deci- didamente en las titulaciones propias que ofer- tan algunas instituciones, como el consolidado Máster en Cómic y Educación de la Universitat de València.

Sin embargo, este camino que parece abrazar el cómic con tanto entusiasmo tiene todavía muchos pasos que conseguir: para el primero, la necesaria cooperación en busca de sinergias que ayuden a canalizar todas las iniciativas que se están realizando alrededor del cómic, se han

dado ya las primeras acciones. En 2024 se ha creado la Sociedad Académica de Estudios del Cómic, impulsada por las universidades de Alacant, Alcalá de Henares y València, que tiene como objetivo precisamente la búsqueda de dinámicas comunes para potenciar y promover la investigación sobre cómic en la universidad española. En este sentido, es importante la consolidación e inclusión de las revistas de investigación en historieta de nuestro país dentro los sistemas de indexación reconocidos para que las contribuciones en estas publicaciones tengan el necesario impacto en el currículum que acredita a los investigadores e investigadoras y les permite avanzar en su carrera académica.



El siguiente y último, mucho más complejo por la intrincada burocracia asociada, pasa por la inclusión del cómic de forma transversal en los planes de estudio de las titulaciones españolas. Más allá de la creación de una titulación específica sobre cómic, parece mucho más accesible y necesario que la historieta esté presente en todas sus perspectivas en los estudios de grado: desde parte necesaria de los estudios de Historia del Arte a opción clave en el fomento lector y la formación del profesorado en esta línea, como mecanismo de comunicación con los pacientes en los ámbitos de salud, como lenguaje visual propio de nuestro tiempo en los estudios de semiótica, etc. Las posibilidades son infinitas y deben ser exploradas, aprovechando el indudable romance que se vive entre universidad y cómic.


Jot Down Comics 2024

El ecuador del viaje por Paco Roca

 


El Pais Semanal número 1.925
Domingo 18 de agosto de 2013