El Pais Semanal Número 1.379
Domingo 2 de marzo de 2003
1. Nocturnos. Laura Pérez. Astiberri
La noche como protagonista omnipresente de una obra coral, donde no es necesario un argumento canónico para sentirse subyugado por la poética de un trazo con el que la autora valenciana se adentra en el misterio de la noche a través de sensaciones y sentimientos. Las miradas y silencios de los personajes de esta obra nos llegan a través de una viñeta que actúa de ventana indiscreta, que nos hace sentirnos ladrones de esas percepciones hasta que advertimos en carne propia que esos ojos nos ven y nos interpelan como parte de esa fascinación por la nocturnidad, por esa oscuridad llena de magia, dolor, alegría, miedo o tranquilidad. Una obra para dejarse atrapar, coger la mano de la autora para que nos acompañe en este descubrimiento de sinuosas penumbras en las que la imaginación se libera por mil historias diferentes de ese lugar donde solo se permite entrar a la luz de la Luna.
2. La madriguera. Jules Mamone. Liana EditorialEl trazo y paleta cromática de Femimutancia, pseudónimo de Jules Mamone, es visceral, de una fuerza en apariencia incontenible y poderosa,, pero en esta obra que nos habla de la relación con su madre, todo ese torrente de energía se vuelca en un relato catártico e íntimo que llega al lector transmutado en sinceridad desbordada que busca ser envuelta en el abrazo de nuestra lectura. Leer se convierte así en un diálogo con nuestra experiencia, en una puerta abierta a sentimientos que muchas veces hemos querido olvidar, pero que siempre han estado ahí, a la espera del recuerdo.
3. Deep me. Marc-Antonie Mathieu. Traducción de Irene Oliva. Salamandra GraphicA lo largo de toda su carrera, Mathieu ha exprimido el lenguaje del cómic hasta límites impensables, experimentando con él en equilibrios imposibles que llevaban a reflexiones complejas. En la primera parte de este díptico se llega al extremo con una aparente sucesión de viñetas en negro, una oscuridad apenas rota por las palabras de Adán, el protagonista que conecta con ese aislamiento sensorial del protagonista de Johnny cogió su fusil. Una atmósfera cerrada y opresiva que ira dejando paso a preguntas sin respuesta que el lector deberá ir componiendo como un puzle sin referencias, pero que irá creando otras preguntas que resultan de rabiosa actualidad y ponen en tela de juicio el propio sentido de nuestra existencia en la era del transhumanismo.
4. Blake and Mortimer Integral Vol. II. Edgard P. Jacobs. Traducción de Ramón de España. Norma EditorialUn clásico absoluto del cómic europeo que llega a las que son, posiblemente, sus entregas más recordadas: S.O.S Meteoros, La marca amarilla y El enigma de la Atlántida, tres obras que marcan el registro definitivo de una serie que nacía con ecos de la ciencia ficción del cómic de prensa para lanzarse a esa seductora mezcla entre aventura y espionaje que tan hábilmente conformó Jacobs. El trazo limpio pero naturalista, esos textos interminables, la hierática acción de sus protagonistas... pueden ser vistos como defectos o aciertos, pero constituyen una firma única que dota a la serie de una poderosa personalidad que hace la lectura un goce continuo.
5. Lo que los espera. Liam Cobb. Traducción de Manuel Moreno. Libros Walden
Un recopilatorio de historias cortas que permite conocer por fin ña particular habilidad de este autor para el trazo camaleónico, que puede cambiar de una aséptica risografía deudora de Schrauwen a un trazo vitalista y orgánico para adecuarse a las necesidades de unas historias que rompen cualquier expectativa. Ya sea con un Bidedum ejerciendo de lógico crítico gastronómico, el drama en el interior de una tupida jungla o parajes de clima extremo, las narraciones de Cobb se mueven siempre por caminos inesperados, explorando destinos alternativos que no atienden a la lógica para entrar en sugerentes terrenos oníricos donde todo es posible, donde lo absurdo se convierte en implacable ley por la que asoman conclusiones sorprendentes.
El Pais. Babelia Núm. 1.713. Sábado 21 de septiembre de 2024
Si jugaste al videojuego Black Myth: Wukong lanzado el mes pasado, sin duda habrás visto 6 hermosas secuencias animadas , de diferentes artistas y estudios chinos (ver información a continuación).
Publicados oficialmente/gratuitamente en línea hoy en Bilibili , estos 6 segmentos son claramente visibles por primera vez, con las calibraciones correctas (diferentes del juego y sus filtros que habían distorsionado todo), y con los créditos al final de cada video.
Las guerras de Lucas recoge la historia de la creación de Star Wars como una lucha contra el negocio de Hollywood
Por Guillermo Altares
La primera entrega de La guerra de las galaxias representó una lucha de George Lucas contra los elementos -en el desierto no funcionaba ni siquiera R2-D2, una tormenta destrozó los decorados y el Ejército argelino apareció preguntando por esas armas tan raras cerca de la frontera-, contra sí mismo -hizo infinidad de tratamientos de guión-, contra los actores -consideraban ridículo esa cosa de la Fuerza-; pero sobre todo fue un combate contra las grandes corporaciones de Hollywood.
El guionista Lauent Hopman y el dibujante Renaud Roche lograron un merecido éxito con el cómic Las guerras de Lucas, en el que investigan una de las sagas más rentables del cine, una aventura personal en la que nunca creyó el estudio para el que trabajaba y que salió adelante gracias al apoyo de su productor, Alan Ladd Jr., contra la opinión de la directiva de Twentieth Century Fox. El estudio hizo todo lo posible para hundir el filme: pensaban que ya habían perdido bastante dinero con esa chorrada y su intención era cerrar el grifo y acabar con el proyecto.
El tebeo, una investigación realizada de forma independiente de Lucas y de Disney, propietario de la franquicia, tal vez no ofrezca grandes novedades para quienes saben la fecha de nacimiento de las criaturas que aparecen en la cantina de Mos Eisley; pero resulta apasionante para los aficionados a la saga o para cualquiera que esté interesado en uno de los grandes combates culturales de todos los tiempos: el que enfrenta a un creador visionario y quijotesco con la industria que pretende anularlo.
Al final de la lectura, resulta inevitable visualizar la enorme paradoja que plantea el libro (sin expresarlo en ningún momento): una creación individual, realizada contra las grandes productoras, contra las modas, en la que nadie confiaba, excepto su creador, su esposa, la montadora, y su amigo Spielberg -es memorable el momento en que enseña la película a sus colegas por primera vez y casi todos, entre ellos Brian de Palma, consideran que el filme es un desastre- se convierte en el mayor éxito de la historia del cine para, décadas después, ser devorada por una multinacional, que transforma el filme en parques de atracciones y películas que se copian unas a otras.
La guerra de las galaxias ha caído en su reverso tenebroso y se ha convertido en todo lo contrario del espíritu con el que fue creada. Su destino resulta un retrato del Hollywood actual, una máquina de remakes, festivales de efectos especiales, que parecen todos la misma película interminable. Cuando el éxito del filme estalló, pese a que solo fue distribuido en unas pocas salas y Lucas pensó que lo habían tirado a la basura, los ejecutivos de la Fox llamaron a capítulo a Ladd Jr. porque había cedido los derechos de las secuelas y el merchandising. "Dado que se están forrando a costa de su visión y de su talento, creo que no han salido mal parados", les respondió.
Pero, más allá de las conclusiones a las que llegue el lector, el tebeo es ante todo una celebración de la libertad creativa, de la imaginación, de la perseverancia, de la lucha contra los elementos. un sueño que logró que millones de espectadores compartiesen en todo el mundo y que ahora se ha convertido en una industria.
Las guerras de Lucas
Laurent Hopman y Renaud Roche
Traducción de Eva Reyes de Uña
Norma, 2024
200 páginas. 29,50 euros
El Pais. Babelia. Núm. 1.713. Sábado 21 de septiembre de 2024