lunes, 13 de julio de 2020
El cine animado lo inventó todo
Jordi Sánchez-Navarro revisa en ‘La imaginación tangible’ la historia del género y lo reivindica como el terreno más fértil para la experimentación y la innovación cinematográficas
Una escena de “The Thief and the Cobbler: A Moment in Time AMPAS
IVÁN VILA
10 JUL 2020
Richard Williams acudió en 2015 al festival de Sitges a presentar una copia de trabajo de The Thief and the Cobbler, la legendaria película a la que dedicó media vida y que nunca vio la luz. Al menos en la forma en que el reverenciado maestro de la animación había querido. Y explicó que, tras proyectar esa misma copia un par de años antes en la sede de Pixar, los animadores del estudio, atónitos, le preguntaron cómo lo había hecho, cómo había conseguido esos movimientos. “Pues dibujándolos. Lo piensas y luego lo dibujas”, les explicó el viejo artesano a los reyes de la animación digital.
The Thief and the Cobbler es un proyecto que Williams pergeñó en los sesenta, mientras cimentaba su prestigio diseñando animadísimos títulos de crédito hoy icónicos como los de ¿Qué tal, Pussycat? o La última carga. Una ambiciosa fantasía oriental repleta de diseños deslumbrantes y arabescos progresivamente sofisticados que se fue agigantando y complicando hasta descarrilar. En el ínterin, a Williams le propusieron la que acabaría siendo considerada su obra magna, esta sí acabada y triunfal: ¿Quién engañó a Roger Rabbit? Luego, el animador retomaría su viejo sueño, pero acabó perdiendo el control del material ya filmado y la película fue completada a sus espaldas para ser distribuida como un exploit de Aladdín. Que, de hecho, copiaba ideas del trabajo de Williams.
El caso ilustra a la perfección la a menudo espinosa encrucijada en la que respira el cine de animación, donde confluyen su enorme potencial comercial de cara a un público familiar y sus infinitas posibilidades en el campo de la experimentación visual. En esa tensión abunda Jordi Sánchez-Navarro, el anfitrión de Williams en Sitges, donde desde hace 15 años es el responsable de Anima’t, la sección de animación del festival, en La imaginación tangible (Editorial UOC), una panorámica ágil y didáctica de un género (si se le puede llamar así) tan versátil que por sí mismo permite trazar, defiende Sánchez-Navarro, una “historia paralela del cine” transcurrida a menudo en los márgenes y que, precisamente por ello, ha alcanzado niveles de osadía y libertad creativa con frecuencia mucho mayores que los del cine de carne y hueso. De ahí que el libro tome su título de las dos citas con las que se abre: si el cine, en palabras del pionero de la stop-motion Ladislas Starewitch, “hace visibles los sueños de la imaginación”, la animación, Spielberg dixit, es el ámbito fílmico más aventajado a la hora de “hacer de la imaginación algo tangible”.
La animación, dice el autor, ha sido “un medio privilegiado para el puro entretenimiento, para la expresión plástica de vanguardia, para el desarrollo de una genuina cultura pop y para la creación de auténticos fenómenos de culto”. En consecuencia, la propuesta, constreñida por el formato de la colección Filmografías esenciales, dirigida por el propio Sánchez-Navarro y cuyos títulos siempre se estructuran a modo de listas de 50 películas consideradas “esenciales” de una determinada temática, prioriza a creadores y films referenciales pero a menudo pasto de connaisseurs antes que a hits hiperpublicitados de los que todos tenemos sobrada noticia. La selección, lejos de proponer un canon, es un vehículo para recorrer épocas, países, autores y técnicas, de los dibujos animados de toda la vida a la animación de recortes, muñecos o plastilina; de la rotoscopia inventada por los hermanos Fleischer o el collage a la animación por ordenador, el 3D y la captura de movimientos.
Así, el libro despacha la ingente producción del gigante Disney en cuatro entradas –además de las reservadas a Pesadilla antes de Navidad, catedral timburtoniana levantada a contrapié y en los arrabales del imperio de Mickey Mouse, y a Roger Rabbit, esta dedicada, tan o más que al film en cuestión, a la trayectoria de Williams y a The Thief and the Cobbler– y obvia a su principal competidor en las últimas dos décadas, la Dreamworks de Shrek. A cambio, evoca a grandes maestros –los checos Karel Zeman o Jiří Trnka; el italiano Bruno Bozzetto; los estadunidenses Ralph Bakshi o Don Bluth; los japoneses Hayao Miyazaki, Isao Takahata o Mamoru Oshii; los franceses Michel Ocelot o Sylvain Chomet; el brasileño Ale Abreu...- e incluso apunta nuevos nombres que seguir, como el esloveno Mirolad Krstic (Ruben Brandt coleccionista) o el español Raul García, artífice de Extraordinary Tales, deliciosa colección de miniaturas basadas en relatos de Poe.
Además, un poco a la manera de algunos de los cineastas que convoca, Sánchez-Navarro hace del libro una especie de gabinete de curiosidades, donde descubrir, por ejemplo, otra historia parecida a la de The Thief and the Cobbler, pero con final feliz: la de Le Roi et l’oiseau, que Paul Grimault empezó en los cuarenta y no consiguió estrenar hasta 1980. O que la alemana Lotte Reiniger y su equipo, además de adelantarse a Disney en completar, 11 años antes de Blancanieves y los siete enanitos, el primer largometraje animado, Las aventuras del príncipe Achmed, también fueron quienes inventaron la cámara multiplano que después perfeccionaría la compañía norteamericana para registrar el movimiento en capas independientes y conseguir sensación de profundidad. O que el primer largo británico de dibujos animados, la adaptación que John Halas y Joy Batchelor hicieron en 1954 de Rebelión en la granja, fue auspiciado por la CIA. Este último, uno de los numerosos ejemplos con los que se apuntalan dos de las tesis, indisociables, en las que pone el acento Sánchez-Navarro: que el cine de animación nunca fue cosa de niños y que, en tanto que exigentísima disciplina artística, siempre ha sido rico en vínculos además de con el cómic, con la literatura, la música o, sobre todo, la pintura. Ya lo aventuró también Richard Williams en Sitges: “Si Goya viviera hoy, querría hacer animación”.
La imaginación tangible. Una historia esencial del cine de animación. Jordi Sánchez-Navarro. Editorial UOC. 2020. 230 páginas. 23 euros.
El Pais
Una escena de “The Thief and the Cobbler: A Moment in Time AMPAS
IVÁN VILA
10 JUL 2020
Richard Williams acudió en 2015 al festival de Sitges a presentar una copia de trabajo de The Thief and the Cobbler, la legendaria película a la que dedicó media vida y que nunca vio la luz. Al menos en la forma en que el reverenciado maestro de la animación había querido. Y explicó que, tras proyectar esa misma copia un par de años antes en la sede de Pixar, los animadores del estudio, atónitos, le preguntaron cómo lo había hecho, cómo había conseguido esos movimientos. “Pues dibujándolos. Lo piensas y luego lo dibujas”, les explicó el viejo artesano a los reyes de la animación digital.
The Thief and the Cobbler es un proyecto que Williams pergeñó en los sesenta, mientras cimentaba su prestigio diseñando animadísimos títulos de crédito hoy icónicos como los de ¿Qué tal, Pussycat? o La última carga. Una ambiciosa fantasía oriental repleta de diseños deslumbrantes y arabescos progresivamente sofisticados que se fue agigantando y complicando hasta descarrilar. En el ínterin, a Williams le propusieron la que acabaría siendo considerada su obra magna, esta sí acabada y triunfal: ¿Quién engañó a Roger Rabbit? Luego, el animador retomaría su viejo sueño, pero acabó perdiendo el control del material ya filmado y la película fue completada a sus espaldas para ser distribuida como un exploit de Aladdín. Que, de hecho, copiaba ideas del trabajo de Williams.
El caso ilustra a la perfección la a menudo espinosa encrucijada en la que respira el cine de animación, donde confluyen su enorme potencial comercial de cara a un público familiar y sus infinitas posibilidades en el campo de la experimentación visual. En esa tensión abunda Jordi Sánchez-Navarro, el anfitrión de Williams en Sitges, donde desde hace 15 años es el responsable de Anima’t, la sección de animación del festival, en La imaginación tangible (Editorial UOC), una panorámica ágil y didáctica de un género (si se le puede llamar así) tan versátil que por sí mismo permite trazar, defiende Sánchez-Navarro, una “historia paralela del cine” transcurrida a menudo en los márgenes y que, precisamente por ello, ha alcanzado niveles de osadía y libertad creativa con frecuencia mucho mayores que los del cine de carne y hueso. De ahí que el libro tome su título de las dos citas con las que se abre: si el cine, en palabras del pionero de la stop-motion Ladislas Starewitch, “hace visibles los sueños de la imaginación”, la animación, Spielberg dixit, es el ámbito fílmico más aventajado a la hora de “hacer de la imaginación algo tangible”.
La animación, dice el autor, ha sido “un medio privilegiado para el puro entretenimiento, para la expresión plástica de vanguardia, para el desarrollo de una genuina cultura pop y para la creación de auténticos fenómenos de culto”. En consecuencia, la propuesta, constreñida por el formato de la colección Filmografías esenciales, dirigida por el propio Sánchez-Navarro y cuyos títulos siempre se estructuran a modo de listas de 50 películas consideradas “esenciales” de una determinada temática, prioriza a creadores y films referenciales pero a menudo pasto de connaisseurs antes que a hits hiperpublicitados de los que todos tenemos sobrada noticia. La selección, lejos de proponer un canon, es un vehículo para recorrer épocas, países, autores y técnicas, de los dibujos animados de toda la vida a la animación de recortes, muñecos o plastilina; de la rotoscopia inventada por los hermanos Fleischer o el collage a la animación por ordenador, el 3D y la captura de movimientos.
Así, el libro despacha la ingente producción del gigante Disney en cuatro entradas –además de las reservadas a Pesadilla antes de Navidad, catedral timburtoniana levantada a contrapié y en los arrabales del imperio de Mickey Mouse, y a Roger Rabbit, esta dedicada, tan o más que al film en cuestión, a la trayectoria de Williams y a The Thief and the Cobbler– y obvia a su principal competidor en las últimas dos décadas, la Dreamworks de Shrek. A cambio, evoca a grandes maestros –los checos Karel Zeman o Jiří Trnka; el italiano Bruno Bozzetto; los estadunidenses Ralph Bakshi o Don Bluth; los japoneses Hayao Miyazaki, Isao Takahata o Mamoru Oshii; los franceses Michel Ocelot o Sylvain Chomet; el brasileño Ale Abreu...- e incluso apunta nuevos nombres que seguir, como el esloveno Mirolad Krstic (Ruben Brandt coleccionista) o el español Raul García, artífice de Extraordinary Tales, deliciosa colección de miniaturas basadas en relatos de Poe.
Además, un poco a la manera de algunos de los cineastas que convoca, Sánchez-Navarro hace del libro una especie de gabinete de curiosidades, donde descubrir, por ejemplo, otra historia parecida a la de The Thief and the Cobbler, pero con final feliz: la de Le Roi et l’oiseau, que Paul Grimault empezó en los cuarenta y no consiguió estrenar hasta 1980. O que la alemana Lotte Reiniger y su equipo, además de adelantarse a Disney en completar, 11 años antes de Blancanieves y los siete enanitos, el primer largometraje animado, Las aventuras del príncipe Achmed, también fueron quienes inventaron la cámara multiplano que después perfeccionaría la compañía norteamericana para registrar el movimiento en capas independientes y conseguir sensación de profundidad. O que el primer largo británico de dibujos animados, la adaptación que John Halas y Joy Batchelor hicieron en 1954 de Rebelión en la granja, fue auspiciado por la CIA. Este último, uno de los numerosos ejemplos con los que se apuntalan dos de las tesis, indisociables, en las que pone el acento Sánchez-Navarro: que el cine de animación nunca fue cosa de niños y que, en tanto que exigentísima disciplina artística, siempre ha sido rico en vínculos además de con el cómic, con la literatura, la música o, sobre todo, la pintura. Ya lo aventuró también Richard Williams en Sitges: “Si Goya viviera hoy, querría hacer animación”.
La imaginación tangible. Una historia esencial del cine de animación. Jordi Sánchez-Navarro. Editorial UOC. 2020. 230 páginas. 23 euros.
El Pais
domingo, 12 de julio de 2020
¡El poder del Metal!
Solo gracias a su talento musical y a la guitarra que portaba, el protagonista de esta historia sería capaz de hacer frente al Apocalipsis más monstruoso
JOSÉ LUIS VIDAL
12 Julio, 2020
En el cómic como medio no existe una renovación constante de talentos, es por eso que cuando surge un nuevo guionista o, en este caso, autor completo como Daniel Warren Johnson, nuestro fino olfato de lectores empedernidos se vuelve loco, y más en este caso, porque se trata de un creador que, desde su primera obra publicada en nuestro país, Extremity, nos dejó a todos boquiabiertos.
Murder Falcon
Autor: Daniel Warren Johnson
Cartoné
232 págs.
25 euros
Planeta Cómic
Malaga Hoy
JOSÉ LUIS VIDAL
12 Julio, 2020
En el cómic como medio no existe una renovación constante de talentos, es por eso que cuando surge un nuevo guionista o, en este caso, autor completo como Daniel Warren Johnson, nuestro fino olfato de lectores empedernidos se vuelve loco, y más en este caso, porque se trata de un creador que, desde su primera obra publicada en nuestro país, Extremity, nos dejó a todos boquiabiertos.
Murder Falcon
Autor: Daniel Warren Johnson
Cartoné
232 págs.
25 euros
Planeta Cómic
Su carrera está siendo meteórica, y como no podía ser de otra manera, una de las majors norteamericanas, DC Comics, le puso el ojo encima, poniéndole al frente de un proyecto protagonizado por la amazona más famosa de los cómics, titulado Wonder Woman: Dead Earth, que espero no tarde demasiado en ser publicado en nuestro país.
Ya solamente por su estilo gráfico es digno de mención, en pocas ocasiones había visto unas viñetas como aquellas, que se salían de las páginas, una fértil imaginación para la creación de seres monstruosos, pero sobre todo lo que más señalaría de Warren Johnson como autor es su labor en el guion. Sabe moverse perfectamente entre los géneros, ya sea la fantasía, la ciencia ficción o los superhéroes, y a cada personaje sabe darle su forma de ser, con pocas pinceladas vamos a conocerlos como si fueran amigos nuestros de toda la vida. Y, por supuesto, por debajo de toda la acción, la violencia desatada, las criaturas, etc, está el drama que salpica a sus protagonistas. Situaciones totalmente creíbles, probablemente algunas de ellas incluso autobiográficas, que hacen que sus argumentos sean totalmente redondos.
Pues bien, si como a mí, Extremity os volvió totalmente tarumbas, la novedad que Planeta Cómic trae a las librerías creo que os va a hacer el mismo efecto…
Jake es un ex músico heavy. Por una serie de circunstancias que iremos conociendo poco a poco, rompió su relación con los compañeros de banda, Brooticus, y a partir de ese momento vive en un estado de continua depresión que no consigue superar, pese a los consejos de Nate, el anciano dueño de una tienda de instrumentos que, desde el primer momento, vio el talento en él.
De repente, sin que nadie lo invoque, aparece un ser fantástico, que deja al protagonista boquiabierto. Se trata de Murder Falcon, un musculoso Halcón que, cuando Jake rasguea las cuerdas de su guitarra asesta unos mamporros a los temibles seres que están apareciendo a lo largo del planeta, los Veldar, capitaneados desde otro mundo por el cruel Magnus Khaos.
Pero claro, ante una amenaza de estas proporciones, Jake no puede estar solo, por lo que, venciendo su propia depresión y mirando hacia adelante, irá convocando a los miembros de la banda, Johann y Jimmi, triangulo musical que les va a poner las cosas muy difíciles a las hordas de seres venidos del más allá.
Una historia de redención, de heroísmo. Donde el dolor, que se encuentra en lo más profundo del corazón del protagonista tendrá que ser vencido a la vez que se enfrenta a los maquiavélicos planes de Magnus, y descubre el Heavy, un mundo paralelo de donde ha venido su mayor aliado, Murder Falcon.
¿Os gusta la música heavy? Pues subid el volumen al máximo y sumergíos de cabeza en la lectura, el disfrute de la nueva obra de ese genio de las viñetas llamado Daniel Warren Johnson.
VIDA MOSTRENCA:Una educación en familia
Texto: Jordi Costa Ilustración: Darío Adanti
Estamos en Knoxville (Tennessee) a finales de los setenta. Un padre de familia, propietario de una tienda de neumáticos, entra en la cocina, coge una salchicha de Francfort del frigorífico y la calienta en el microondas durante 10 segundos exactamente. Acto seguido, con la salchicha templada y suave al tacto en la mano, se dirige a la habitación de su hijo de siete años. Delicadamente, introduce la salchicha en la boca del infante dormido y espera. Ante los primeros indicios de interrupción del sueño, el padre, con gran precisión de movimientos, le saca la salchicha de la boca y simula estar subiéndose los pantalones y abrochándose la bragueta en el mismo momento en que se abren los perplejos ojos del chaval. Cuando el niño, que no da crédito a lo que está viendo, le pregunta a su padre qué demonios estaba haciendo, éste suelta una estruendosa carcajada. Esta simulación en familia de una violación pedófila por vía oral podría haber provocado un trauma mayúsculo en la indefensa víctima: sin embargo, es uno de los pilares sobre los que se asienta la admiración del hoy popularísimo Philip John Clapp por su progenitor, un pedazo de animal aficionado a las bromas crueles, un auténtico jackass. P. J. Clapp es el auténtico nombre de Johnny Knoxville, mastuerzo de 29 años que ha ocupado la portada del número de febrero del RollingStone americano por ser, precisamente, la cabeza visible de Jackass, el último éxito de riesgo de la cadena MTV, Seguido por tres millones de espectadores en Estados Unidos, Jackass es la amplificación espectacular de las heterodoxas enseñanzas que Knoxville recibió de su padre: un programa de bromas brutales y sádicas que flirtea constantemente con la idea de autodestrucción. Entre otras floridas anécdotas,
Knoxville recuerda en Rolling Stone aquel día en que su padre camufló una grabadora en el lavabo de su tienda y grabó a uno de sus empleados obrando. La cinta se convirtió en un hit familiar. ¿Quién se atrevería a decir que el señor Clapp no educó a su hijo para que fuera un hombre de provecho?
Estamos en Knoxville (Tennessee) a finales de los setenta. Un padre de familia, propietario de una tienda de neumáticos, entra en la cocina, coge una salchicha de Francfort del frigorífico y la calienta en el microondas durante 10 segundos exactamente. Acto seguido, con la salchicha templada y suave al tacto en la mano, se dirige a la habitación de su hijo de siete años. Delicadamente, introduce la salchicha en la boca del infante dormido y espera. Ante los primeros indicios de interrupción del sueño, el padre, con gran precisión de movimientos, le saca la salchicha de la boca y simula estar subiéndose los pantalones y abrochándose la bragueta en el mismo momento en que se abren los perplejos ojos del chaval. Cuando el niño, que no da crédito a lo que está viendo, le pregunta a su padre qué demonios estaba haciendo, éste suelta una estruendosa carcajada. Esta simulación en familia de una violación pedófila por vía oral podría haber provocado un trauma mayúsculo en la indefensa víctima: sin embargo, es uno de los pilares sobre los que se asienta la admiración del hoy popularísimo Philip John Clapp por su progenitor, un pedazo de animal aficionado a las bromas crueles, un auténtico jackass. P. J. Clapp es el auténtico nombre de Johnny Knoxville, mastuerzo de 29 años que ha ocupado la portada del número de febrero del RollingStone americano por ser, precisamente, la cabeza visible de Jackass, el último éxito de riesgo de la cadena MTV, Seguido por tres millones de espectadores en Estados Unidos, Jackass es la amplificación espectacular de las heterodoxas enseñanzas que Knoxville recibió de su padre: un programa de bromas brutales y sádicas que flirtea constantemente con la idea de autodestrucción. Entre otras floridas anécdotas,
Knoxville recuerda en Rolling Stone aquel día en que su padre camufló una grabadora en el lavabo de su tienda y grabó a uno de sus empleados obrando. La cinta se convirtió en un hit familiar. ¿Quién se atrevería a decir que el señor Clapp no educó a su hijo para que fuera un hombre de provecho?
sábado, 11 de julio de 2020
¡Desde Champignac al Mundo!
En el interior de este sexto integral nos encontraremos con un Spirou muy viajero, que va a recorrer el planeta en pos de sus aventuras
JOSÉ LUIS VIDAL
11 Julio, 2020
Y es que si algo caracteriza al botones reconvertido en aventurero es su pasión por conocer nuevos países, y lo hace casi siempre acompañado por su fiel y atolondrado amigo Fantasio. En las historias contenidas en esta sexta entrega de la fértil y magnífica etapa firmada por André Franquin, partiendo del pueblecito donde reside el Conde de Champignac, este dúo va a trasladarse a la lejana China, más tarde a la peligrosa África, terminando su recorrido en las profundidades marinas.
Spirou y Fantasio Integral 6
André Franquin, VV. AA.
Cartoné
176 págs.
29,50 euros
Dibbuks
Pero no adelantemos acontecimientos y hablemos algo, someramente, sobre el periodo en los que fueron publicadas obras, en las que su autor, Franquin, convertido en el gran nombre de la editorial Dupuis, tenía una carga de trabajo tal que no tuvo más remedio que acudir a otros profesionales del medio para crear un estudio y así poder dar salida tanto a los álbumes de Spirou como a otros trabajos. De ellos y sus circunstancias se habla más extensamente en los interesantes extras que contiene el volumen, mostrándonos una perfecta fotografía de aquella época.
Greg, Jidèhem y Roba fueron los 'acompañantes' de Franquin en estas historias, aligerándolo del peso que era, por ejemplo, dibujar los fondos en las historietas o aportando ideas que se incorporaban a la trama.
Gracias a ellos y su talento podemos disfrutar de estas joyas del tebeo francobelga.
En la primera, El prisionero de Buda, lo que iba a ser una visita sorpresa se transforma en el descubrimiento de que el Conde oculta en su mansión a un colega ruso que ha inventado un aparato con unas cualidades hasta entonces nunca vistas, el G.A.G., que va a traer de cabeza a los protagonistas, ya que en plena época de Guerra Fría, varios agentes querrán agenciarse con el invento.
Aunque también hay que decir que esta creación, que permite levitar entre otras cosas, les va a resultar de gran ayuda en su viaje a China, donde se encuentra encarcelado en un remoto paraje otro científico, Longplaying, al que este dúo simpar deberá liberar. Eso sí, también contarán con la ayuda de ese increíble animal llamado Marsupilami.
Y de ahí se trasladarán al continente africano, donde están buscando al periodista Thirstywell. Pero primero tendrán que vérselas con una extraña 'especie' de paquidermos que ha arrasado el lugar, además de salvar gracias al Marsupilami a una tribu de pigmeos para finalmente tratar de averiguar cuál es el misterio tras todos estos hechos…
Las profundidades marinas esconden infinidad de secretos, y tesoros. Uno de ellos se encuentra, aparentemente, en el interior de un barco hundido y el criminal apodado La Morena, equipado con lo último en inmersión va tras él. Lo que no sabe es que se va a encontrar con algo inesperado, al igual que Spirou, Fantasio y Champignac.
¿Quiénes son los Hombres Burbuja?
Y para rematar el tomo, regresamos a la apacible Champignac… Un momento, ¿he dicho apacible? Bueno, no tanto, ya que en “Las miniaturas” el pobre Spirou va a desesperar por momentos cuando se encuentre con un Fantasio miniaturizado. Un nuevo misterio que tendrá que resolver, esta vez sin su mejor amigo.
Pues bien, este ha sido un somero recorrido por el contenido de este volumen en el que, como siempre, vamos a encontrar acción, humor, aventura, misterio… Una perfecta combinación que encanta tanto a los que ya somos fans de su protagonista como a los nuevos lectores.
Y preparaos, porque en la siguiente entrega llega Z…
Malaga Hoy
JOSÉ LUIS VIDAL
11 Julio, 2020
Y es que si algo caracteriza al botones reconvertido en aventurero es su pasión por conocer nuevos países, y lo hace casi siempre acompañado por su fiel y atolondrado amigo Fantasio. En las historias contenidas en esta sexta entrega de la fértil y magnífica etapa firmada por André Franquin, partiendo del pueblecito donde reside el Conde de Champignac, este dúo va a trasladarse a la lejana China, más tarde a la peligrosa África, terminando su recorrido en las profundidades marinas.
Spirou y Fantasio Integral 6
André Franquin, VV. AA.
Cartoné
176 págs.
29,50 euros
Dibbuks
Pero no adelantemos acontecimientos y hablemos algo, someramente, sobre el periodo en los que fueron publicadas obras, en las que su autor, Franquin, convertido en el gran nombre de la editorial Dupuis, tenía una carga de trabajo tal que no tuvo más remedio que acudir a otros profesionales del medio para crear un estudio y así poder dar salida tanto a los álbumes de Spirou como a otros trabajos. De ellos y sus circunstancias se habla más extensamente en los interesantes extras que contiene el volumen, mostrándonos una perfecta fotografía de aquella época.
Greg, Jidèhem y Roba fueron los 'acompañantes' de Franquin en estas historias, aligerándolo del peso que era, por ejemplo, dibujar los fondos en las historietas o aportando ideas que se incorporaban a la trama.
Gracias a ellos y su talento podemos disfrutar de estas joyas del tebeo francobelga.
En la primera, El prisionero de Buda, lo que iba a ser una visita sorpresa se transforma en el descubrimiento de que el Conde oculta en su mansión a un colega ruso que ha inventado un aparato con unas cualidades hasta entonces nunca vistas, el G.A.G., que va a traer de cabeza a los protagonistas, ya que en plena época de Guerra Fría, varios agentes querrán agenciarse con el invento.
Aunque también hay que decir que esta creación, que permite levitar entre otras cosas, les va a resultar de gran ayuda en su viaje a China, donde se encuentra encarcelado en un remoto paraje otro científico, Longplaying, al que este dúo simpar deberá liberar. Eso sí, también contarán con la ayuda de ese increíble animal llamado Marsupilami.
Y de ahí se trasladarán al continente africano, donde están buscando al periodista Thirstywell. Pero primero tendrán que vérselas con una extraña 'especie' de paquidermos que ha arrasado el lugar, además de salvar gracias al Marsupilami a una tribu de pigmeos para finalmente tratar de averiguar cuál es el misterio tras todos estos hechos…
Las profundidades marinas esconden infinidad de secretos, y tesoros. Uno de ellos se encuentra, aparentemente, en el interior de un barco hundido y el criminal apodado La Morena, equipado con lo último en inmersión va tras él. Lo que no sabe es que se va a encontrar con algo inesperado, al igual que Spirou, Fantasio y Champignac.
¿Quiénes son los Hombres Burbuja?
Y para rematar el tomo, regresamos a la apacible Champignac… Un momento, ¿he dicho apacible? Bueno, no tanto, ya que en “Las miniaturas” el pobre Spirou va a desesperar por momentos cuando se encuentre con un Fantasio miniaturizado. Un nuevo misterio que tendrá que resolver, esta vez sin su mejor amigo.
Pues bien, este ha sido un somero recorrido por el contenido de este volumen en el que, como siempre, vamos a encontrar acción, humor, aventura, misterio… Una perfecta combinación que encanta tanto a los que ya somos fans de su protagonista como a los nuevos lectores.
Y preparaos, porque en la siguiente entrega llega Z…
Malaga Hoy
El momento más esperado del día
Entre carreras, griterío, pastelitos y bocatas, llegan las historias más inauditas que suceden cuando las clases del colegio se detienen
JOSÉ LUIS VIDAL
10 Julio, 2020
Y es que sí, aquella media horita era un oasis de diversión en medio de los libros, las odiadas matemáticas y demás lecciones. Salir al patio con tus amigos, a cambiar cromos, darle patadas al balón o, simplemente, sentarte a la sombra para deleitarte del bocata de chorizo que tu madre te había preparado con tanto amor era un ejercicio cotidiano con el que todos los que hemos sido niños soñábamos que llegara.
Leyendas del recreo. La media hora de los héroes y Campeones del mundo
Guion: El Hematocrítico
Dibujo: Albert Monteys
Cartoné
64 páginas
12,95
Anaya +Cómic
Pues bien, tengo buenas noticias. Anaya publica una nueva línea de tebeos llamada +Cómic y la inaugura con un dúo de categoría. Como guionista tenemos a El Hematocrítico (César Vidal), al que conoceréis por su particular visión del arte, dándole un nuevo significado a multitud de obras clásicas, de las que podéis disfrutar en los tres volúmenes publicados por Astiberri.
Y dibujando estas pequeñas grandes aventuras del patio de colegio nada más y nada menos que Albert Monteys, humorista gráfico (El Jueves, Orgullo & Satisfacción, etc…) y autor de cómic (¡Universo!, Solid State), con una ya larga y fructífera carrera a sus espaldas.
La línea se inicia con dos novedades. La primera de ellas, La media hora de los héroes, nos presenta a un chico futbolero por los cuatro costados, Roberto, pero que tiene un pequeño problema. Nadie quiere jugar al fútbol con él, por lo que se encuentra solo y mustio…
Lo que él no sabe es que una niña pelirroja lo va a introducir en un mundo secreto, 'oculto' a los ojos del resto de los niños, poblado por un grupo de defensores del bien, son ¡Las Leyendas del recreo!
¿Querrá el joven futbolista integrarse en ella?
Pero claro, en el patio hay infinidad de chavales, y nos fijaremos en algunos que juegan al escondite. Pero, de repente, algo sucede. Aparece alguien que lo va a cambiar todo.
Conoceremos a un peculiar personaje con alma de niño, Fernando. Obsesionado con el Libro Guinnes de los Records y su contenido, por el cual a base de mucho tesón ha conseguido convertirse en un auténtico recordman en una especialidad muy curiosa, y única…
Principalmente dirigidos a los más jóvenes de la casa, estas obras pueden ser disfrutadas por lectores de todas las edades, ya que es inevitable que caigamos bajo el influjo de la personalidad y estilo de sus autores, que nos van a enseñar lo que ocurría en el patio del colegio cuando nosotros, inocentones, mirábamos hacia otro lado, sacándonos más de una sonrisa cómplice.
Ojalá la línea perdure y podamos regresar una y otra vez a aquellos tiempos más felices, en los que nuestra única preocupación era conseguir aquel cromo que nos faltaba.
Malaga Hoy
JOSÉ LUIS VIDAL
10 Julio, 2020
Y es que sí, aquella media horita era un oasis de diversión en medio de los libros, las odiadas matemáticas y demás lecciones. Salir al patio con tus amigos, a cambiar cromos, darle patadas al balón o, simplemente, sentarte a la sombra para deleitarte del bocata de chorizo que tu madre te había preparado con tanto amor era un ejercicio cotidiano con el que todos los que hemos sido niños soñábamos que llegara.
Leyendas del recreo. La media hora de los héroes y Campeones del mundo
Guion: El Hematocrítico
Dibujo: Albert Monteys
Cartoné
64 páginas
12,95
Anaya +Cómic
Pues bien, tengo buenas noticias. Anaya publica una nueva línea de tebeos llamada +Cómic y la inaugura con un dúo de categoría. Como guionista tenemos a El Hematocrítico (César Vidal), al que conoceréis por su particular visión del arte, dándole un nuevo significado a multitud de obras clásicas, de las que podéis disfrutar en los tres volúmenes publicados por Astiberri.
Y dibujando estas pequeñas grandes aventuras del patio de colegio nada más y nada menos que Albert Monteys, humorista gráfico (El Jueves, Orgullo & Satisfacción, etc…) y autor de cómic (¡Universo!, Solid State), con una ya larga y fructífera carrera a sus espaldas.
La línea se inicia con dos novedades. La primera de ellas, La media hora de los héroes, nos presenta a un chico futbolero por los cuatro costados, Roberto, pero que tiene un pequeño problema. Nadie quiere jugar al fútbol con él, por lo que se encuentra solo y mustio…
Lo que él no sabe es que una niña pelirroja lo va a introducir en un mundo secreto, 'oculto' a los ojos del resto de los niños, poblado por un grupo de defensores del bien, son ¡Las Leyendas del recreo!
¿Querrá el joven futbolista integrarse en ella?
Pero claro, en el patio hay infinidad de chavales, y nos fijaremos en algunos que juegan al escondite. Pero, de repente, algo sucede. Aparece alguien que lo va a cambiar todo.
Conoceremos a un peculiar personaje con alma de niño, Fernando. Obsesionado con el Libro Guinnes de los Records y su contenido, por el cual a base de mucho tesón ha conseguido convertirse en un auténtico recordman en una especialidad muy curiosa, y única…
Principalmente dirigidos a los más jóvenes de la casa, estas obras pueden ser disfrutadas por lectores de todas las edades, ya que es inevitable que caigamos bajo el influjo de la personalidad y estilo de sus autores, que nos van a enseñar lo que ocurría en el patio del colegio cuando nosotros, inocentones, mirábamos hacia otro lado, sacándonos más de una sonrisa cómplice.
Ojalá la línea perdure y podamos regresar una y otra vez a aquellos tiempos más felices, en los que nuestra única preocupación era conseguir aquel cromo que nos faltaba.
Malaga Hoy
¡Grítalo!
Max se asoma a un imaginario balcón y nos dice a la cara más de cuatro, molestas para algunos, verdades
JOSÉ LUIS VIDAL
08 Julio, 2020
La corrección pública que nos oprime como una faja ha sido puesta a prueba durante los últimos tiempos. ¿Quién se iba a imaginar que, de golpe y porrazo, nos trasladaríamos de cabeza a una distopía que solo habíamos visto en las películas, los libros y los cómics?
Manifiestamente anormal
Max
Grapa
32 págs.
5,50 euros
La Cúpula
Vivimos en una burbuja de confort, por lo que nadie se esperaba tener que interpretar el papel de recluso en su propio hogar, muchos de ellos enclaustrados junto a esos vástagos a los que solo veían cuando les daban las buenas noches. No quieres sopa, ¡pues toma dos platos!
Y claro, como siempre, la mayoría tira de tópicos: “Hemos dado lo mejor de nosotros”; “La solidaridad se ha hecho patente”… y demás frasecillas que parecen sacadas de uno de esos inútiles libros de autoayuda con los que más de uno (y una) se auto engañan.
En fin, que ha sido mucho, y duro, el tener que estar confinados y, sobre todos, muertos de miedo (que levante la mano el que no) ante una situación que nos ha superado a todos…
Es por ello que cuando una mente tan preclara como la de Max, uno de los grandes de la viñeta de nuestro país, se revuelve y pare este manifiesto dirigido a todos creo que es hora de que nos replanteemos muchas cosas, y comportamientos, que hemos tenido y sufrido durante estos tres meses 'entre rejas'.
Todo estoico tiene un límite, y cuando éste se rebasa a saber lo que puede ocurrir, así que preparaos, todos, para recibir un chaparrón de merecidos improperios. Desde aquel que diariamente, para demostrar su 'talento' nos ha agobiado con sus cantos, a veces parecidos a los graznidos de un vencejo; pasando por esos que se ocultaban entre las cortinas, pendientes de que nadie pisara las calles, gozando en soledad del placer del acusica; o machacados diariamente por los actos, insultos y demás de esa casta política oscura, que cada vez que habla es para emitir una vomitona negra como el engrudo…
Tenemos derecho, como Max, a estar cabreados, cansados ya de esta situación que no hemos provocado y, claro está, cada uno se manifiesta de la mejor manera que sabe, así que el autor nos regala una obra breve en extensión pero profunda en reflexión, pese a lo alterado de sus contenidos. Tal vez muchos de vosotros os sonrojéis al sentiros identificados con todos aquellos, y aquellas, a los que el autor se dirige, de frente, mirándolos a los ojos, sin rubor y con la verdad, por mucho que os joda, por delante.
Una obra esta rebozada de fina ironía, que en más de una ocasión nos hará sonreír, al saber que lo que en ella se plasma son verdades como templos y, a lo mejor, a alguno nos hace reflexionar sobre todo este sombrío periodo, esos meses que nunca fueron, por los que hemos pasado.
Malaga Hoy
JOSÉ LUIS VIDAL
08 Julio, 2020
La corrección pública que nos oprime como una faja ha sido puesta a prueba durante los últimos tiempos. ¿Quién se iba a imaginar que, de golpe y porrazo, nos trasladaríamos de cabeza a una distopía que solo habíamos visto en las películas, los libros y los cómics?
Manifiestamente anormal
Max
Grapa
32 págs.
5,50 euros
La Cúpula
Vivimos en una burbuja de confort, por lo que nadie se esperaba tener que interpretar el papel de recluso en su propio hogar, muchos de ellos enclaustrados junto a esos vástagos a los que solo veían cuando les daban las buenas noches. No quieres sopa, ¡pues toma dos platos!
Y claro, como siempre, la mayoría tira de tópicos: “Hemos dado lo mejor de nosotros”; “La solidaridad se ha hecho patente”… y demás frasecillas que parecen sacadas de uno de esos inútiles libros de autoayuda con los que más de uno (y una) se auto engañan.
En fin, que ha sido mucho, y duro, el tener que estar confinados y, sobre todos, muertos de miedo (que levante la mano el que no) ante una situación que nos ha superado a todos…
Es por ello que cuando una mente tan preclara como la de Max, uno de los grandes de la viñeta de nuestro país, se revuelve y pare este manifiesto dirigido a todos creo que es hora de que nos replanteemos muchas cosas, y comportamientos, que hemos tenido y sufrido durante estos tres meses 'entre rejas'.
Todo estoico tiene un límite, y cuando éste se rebasa a saber lo que puede ocurrir, así que preparaos, todos, para recibir un chaparrón de merecidos improperios. Desde aquel que diariamente, para demostrar su 'talento' nos ha agobiado con sus cantos, a veces parecidos a los graznidos de un vencejo; pasando por esos que se ocultaban entre las cortinas, pendientes de que nadie pisara las calles, gozando en soledad del placer del acusica; o machacados diariamente por los actos, insultos y demás de esa casta política oscura, que cada vez que habla es para emitir una vomitona negra como el engrudo…
Tenemos derecho, como Max, a estar cabreados, cansados ya de esta situación que no hemos provocado y, claro está, cada uno se manifiesta de la mejor manera que sabe, así que el autor nos regala una obra breve en extensión pero profunda en reflexión, pese a lo alterado de sus contenidos. Tal vez muchos de vosotros os sonrojéis al sentiros identificados con todos aquellos, y aquellas, a los que el autor se dirige, de frente, mirándolos a los ojos, sin rubor y con la verdad, por mucho que os joda, por delante.
Una obra esta rebozada de fina ironía, que en más de una ocasión nos hará sonreír, al saber que lo que en ella se plasma son verdades como templos y, a lo mejor, a alguno nos hace reflexionar sobre todo este sombrío periodo, esos meses que nunca fueron, por los que hemos pasado.
Malaga Hoy
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