sábado, 4 de noviembre de 2017

Un samurái sin señor

Ambientada en el Japón feudal, en el periodo del Shogunato Tokugawa que acabó con casi un siglo de guerra civil, Usagi Yojimbo narra la historia de un 'ronin' que sobrevive como mercenario

GERARDO MACÍAS
01 Noviembre, 2017




'Usagi Yojimbo: La colección Fantagraphics nº 1'. Guion y dibujos: Stan Sakai. Planeta Cómic, 2017.


A principios de los ochenta, Stan Sakai trabajaba como rotulista de cómics. Influido por el trabajo de Sergio Aragonés y Mark Evanier en Groo el errante (serie donde colabora haciendo la misma función) se lanzó como autor completo con una serie protagonizada por animales antropomórficos y ambientada en la Edad Media, The Adventures of Nilson Groundthumper and Hermy. Para esa serie diseñó un conejo samurái llamado Miyamoto Usagi (en homenaje a Miyamoto Mushashi, guerrero del Japón feudal y autor del tratado sobre artes marciales El Libro de los Cinco Anillos). Miyamoto Usagi acabaría debutando en su propia cabecera en ese mismo año 1984, y se convertiría en la más célebre de las aportaciones de Stan Sakai al noveno arte. Fantagraphics, Mirage y Dark Horse acogieron la publicación de Usagi Yojimbo.

Ambientada en el Japón feudal, en el periodo del Shogunato Tokugawa que acabó con casi un siglo de guerra civil, Usagi Yojimbo narra la historia de un ronin, un samurái sin señor, que sobrevive aceptando trabajos como mercenario.

El clan de Miyamoto Usagi ha sido exterminado como consecuencia de una derrota provocada por una traición. Su antiguo hogar, donde su padre ejercía como magistrado, pertenece ahora a un nuevo señor, al vencedor de su caído amo, que ha decretado la persecución de todos aquellos que aún son leales al antiguo estandarte. El nuevo jefe de la aldea es un antiguo compañero de juegos y rival, que ha contraído matrimonio con Mariko, el antiguo amor de Usagi Yojimbo. Sin hogar y sin bandera, el héroe decidirá convertirse en guerrero-estudiante y peregrinar para perfeccionar su dominio de la espada.

En su búsqueda del camino del perfecto samurái, Usagi Yojimbo emprende un interminable viaje. Vagando por los caminos, encuentra y reencuentra toda clase de personajes: espíritus y fantasmas, gente corriente, mercaderes, artistas o ninjas, amigos, aliados y enemigos. Cada encuentro, cada aventura, añade una nueva pincelada en el complejo retrato del mundo en el que se mueve Usagi, así como de la personalidad del protagonista. Aunque por lo general viaja solo, Usagi también hará algunos amigos y compañeros de armas que se convertirán en personajes secundarios recurrentes que reaparecerán de vez en cuando en sus historias.

Un detalle que a primera vista sorprende es que todos los personajes de la historia son animales antromorfizados, lo que se utiliza para añadir simbología a cada personaje, escogiendo rasgos de un animal que tiene alguna relación con su carácter. De hecho en japonés el nombre del protagonista, Usagi Yojimbo, significa "conejo guardaespaldas" o "conejo mercenario" (sí, el protagonista es un conejo samurái).

En uno de sus primeros encuentros trabará amistad con Lord Noriyuki, jefe del clan Geishu y con la dama Tomoe Ame, samurái de su plena confianza. Una aventura en esta compañía sancionará la condición de yojimbo o guardaespaldas de Usagi, y terminará por sentar las bases de su modus vivendi. El espadachín rechazará la oferta de Noriyuki de servir bajo el estandarte de su clan, pues cada samurái sólo puede servir a un señor en su vida. No obstante, surgirá una amistad que implicará al protagonista de la serie en las intrigas por el poder en el convulso Japón de principios del siglo XVII. En todas ellas, estará siempre Lord Hikiji, el señor oscuro que venciera a Lord Mifune, el antiguo señor de Usagi, y se convierte en archienemigo del conejo guardaespaldas.

Uno de los puntos fuertes de la serie es la ambientación desarrollada por Stan Sakai. Cada entrega de la colección constituye un repaso a algún aspecto de la historia, el folclore, la mitología, las tradiciones y la cultura de Japón.

La variedad de temáticas ha permitido que la serie contenga multitud de géneros distintos: comedia, drama, intriga, acción, terror… Sakai demuestra que conoce bien los mecanismos de cada género. Usagi ha hecho en sus correrías multitud de adversarios y aliados. Muchos constituyen bonitos homenajes a un sinfín de personajes, tanto ficticios como históricos, entre los que destacan los asesinos Cabra Solitaria y su hijo, un trasunto del Lobo solitario y su cachorro de Kazuo Koike y Goseki Kojima (clásico entre los clásicos del manga).

Monitor del club de lectura de cómic

Marco Macías de la Biblioteca Pública Provincial de Huelva


Malaga Hoy


Una serie excitante

JAVIER FERNÁNDEZ
01 Noviembre, 2017

'Tom Strong: Libro 2'. Alan Moore, Chris Sprouse y otros. ECC. 304 páginas. 29,50 euros.

Divertida, imaginativa y muy excitante, la serie de Tom Strong ofrece aventuras, ciencia ficción y fantasía, con un aire pulp (pasado por el tamiz posmoderno) y unas gotas del género de superhéroes. El segundo de los tres tomos de que constará la reedición emprendida por ECC contiene los números 15 a 25 de la cabecera homónima, publicados originalmente entre 2002 y 2004 dentro del sello America's Best Comics de DC. La mayoría de las páginas se deben, cómo no, a los padres de la criatura, Alan Moore y Chris Sprouse, aunque hay aportaciones puntuales de los guionistas Leah Moore, Peter Hogan y Geoff Johns, así como de los dibujantes Howard Chaykin, Shawn McManus, Jerry Ordway y John Paul Leon. Delicioso de principio a fin.


Malaga Hoy


Una historia iconoclasta

JAVIER FERNÁNDEZ
01 Noviembre, 2017



'Batman: Ciudad oscura'. Scott Snyder, Greg Capullo. ECC. 256 páginas. 25 euros.

Batman: Zero Year es el nombre del evento con el que Scott Snyder y Greg Capullo redefinieron de manera radical el origen del Hombre Murciélago en el entorno de los Nuevos 52. Dejando de lado los tie-ins y centrándonos en los episodios protagonizados directamente por Batman, esta historia espectacular e iconoclasta se puede dividir en tres actos, el primero de los cuales fue recopilado por ECC en el tomo titulado Ciudad secreta. Los actos dos y tres (Ciudad oscura y Ciudad salvaje) están contenidos, a su vez, en el reciente volumen Ciudad oscura, que reúne los números 25 a 27 y 29 a 33 de Batman (2014), con algunas aportaciones del también guionista James Tynion IV y del dibujante Andy Clarke. Historietas tan ricas y sorprendentes como esta han situado el trabajo de Snyder y Capullo a la altura de las mejores etapas de la historia del personaje.

Malaga Hoy


El Batman de Breyfogle

JAVIER FERNÁNDEZ
01 Noviembre, 2017





'Grandes autores de Batman: Norm Breyfogle - Noctámbulos'. Alan Grant, John Wagner, Norm Breyfogle y otros. ECC. 360 páginas. 33,50 euros.

Cuando uno piensa en los autores que han fijado la imagen de Batman a lo largo del tiempo, los nombres de Dick Sprang y Neal Adams vienen inmediatamente a la cabeza. Pero la lista puede ampliarse con otros como Sheldon Moldoff o Jim Aparo, que matizaron y ampliaron la labor de los antes citados; o Jim Lee, cuya influencia gráfica en el Hombre Murciélago sigue patente en la actualidad. En este selecto listado, cabe citar también a Norm Breyfogle, un dibujante que ayudó a definir el estándar visual de la serie durante finales de los ochenta y primeros noventa.

ECC emprende ahora la recuperación del trabajo de Breyfogle con Noctámbulos, primero de los cinco tomos previstos dentro de la colección Grandes autores de Batman. Van aquí recopilados los números 579 y 582 a 594 de la cabecera Detective Comics (1987-89), más los anuales 11 y 12 de Batman (1987 y 1988), con los que da comienzo una de las etapas más recordadas por toda una generación de aficionados al personaje. En el apartado literario, la nómina de escritores que acompaña al artista es igualmente representativa del momento: Mike W. Barr, Max Allan Collins, John Wagner y Alan Grant (a los que se suman dos historias puntuales de Jo Duffy y Robert Greenberger). Tal como explica Felip Tobar en su introducción: "Si las historias iniciales, con guionistas tan reputados como Max Allan Collins, se decantan por villanos más clásicos, no tardamos en toparnos con un tándem con el que Breyfogle colaboraría a menudo: John Wagner y, sobre todo, Alan Grant. Ambos escribas se mostraban reacios a usar a los grandes rivales de Batman y a la vez querían dejar su huella en tan formidable galería de villanos. Entre los que debutaron en los cómics en este tomo figuran el Ratonero, el Hombre Corrosivo, Cornelius Stirk y un dúo ineludible, el Ventrílocuo y Scarface". Un conjunto colorido y entretenidísimo, en el que tienen mucho peso el dinámico storytelling, la línea angulosa y la variedad gestual de un Breyfogle que se va soltando y creciendo en sus composiciones de página.



Malaga Hoy

Un país dividido

La obra es un ensayo dramático sobre la vida y muerte del presidente chileno Salvador Allende y el alzamiento y caída de Augusto Pinochet

JAVIER FERNÁNDEZ
01 Noviembre, 2017

'¡Maldito Allende!'. Olivier Bras, Jorge González. ECC. 144 páginas. 19,95 euros.

El tebeo más notable de los publicados recientemente por ECC no pertenece al catálogo de DC. Les hablo de la impactante novela gráfica ¡Maldito Allende!, del periodista y escritor francés Olivier Bras y el dibujante bonaerense Jorge González.

Bras fue corresponsal en Chile para medios francófonos como RFI, Radio Canadá o Libération, y González es uno de los nombres destacados de la nueva historieta argentina, con una trayectoria que incluye títulos imprescindibles como Fueye (2008) o Dear Patagonia (2011). Juntos firman una especie de ensayo dramatizado sobre la vida y muerte de Salvador Allende y el alzamiento y caída de Augusto Pinochet. Contada a través de los ojos de Leo, un joven chileno criado en Sudáfrica, hijo de emigrantes defensores del general golpista, el argumento sigue el despertar de la conciencia del protagonista, que decide investigar la historia de su país cuando Pinochet es arrestado en Londres en 1998. Con intención didáctica, pero sin descuidar en absoluto los aspectos narrativos, la obra muestra la trágica suerte de la revolución socialista en Chile, los conflictos que rompieron el país en dos y crearon un cisma que aún persiste. En palabras de Bras, citadas de la estupenda entrevista que complementa el volumen: "En Chile [a donde fue de vacaciones en 1998 y en donde se quedó de corresponsal tras la detención de Pinochet] descubrí una sociedad muy dividida, con dos campos que no se trataban en ningún término. Fui en busca de pinochetistas para que compartieran su punto de vista conmigo, pero, a menudo, resultaba muy complicado hablar con ellos. Poco a poco, me fui dando cuenta del peso que llegó a tener en el país la herencia de la dictadura. Y estoy convencido de que el arresto de Pinochet hizo que muchos chilenos abrieran los ojos. Hasta ese momento, algunos medios muy influyentes se habían negado a hablar de la represión que tuvo lugar entre 1973 y 1990. Hay que llevar a cabo un trabajo importante de educación e información. La novela ¡Maldito Allende! va en ese sentido".

Esta labor de "educación e información" es la que emprenderá Leo. El viaje intelectual del joven comienza cuando se topa con el último discurso de Allende en el Palacio de la Moneda, guardado en el interior del Don Quijote que le regala una de las pocas visitas que la familia recibe en Sudáfrica. Surgen las dudas y, años después, cuando el padre de su novia francesa le pregunta: "¿Tu familia padeció la dictadura?", Leo, avergonzado por la adoración que su propio padre profesa a Pinochet, guarda silencio. Una creciente desazón lo lleva a bucear en la historia, en los hechos, en la herida.

Termino mi recomendación de ¡Maldito Allende! subrayando el prodigioso trabajo plástico de González, que sostiene el argumento, y lo eleva a la categoría de obra de arte, con una puesta en escena tan radical como hermosa. La mezcla de lápiz, pastel, carboncillo, fotografías y collages otorga a sus páginas un sabor y una fuerza visual poco comunes. La presente edición incluye, además, una galería de bocetos del dibujante.


Malaga Hoy

RETRATO RECTILÍNEO DE UNA GENERACIÓN MARCIANA Javier Marquina Susín






Materia
Antonio Hitos
Astiberri Ediciones
España
Cartoné
112 págs.
Color

A la larga, el gato de Schrödinger siempre acaba muriendo. Si la caja permanece cerrada el tiempo necesario, lo único que encontraremos al abrirla será el cadáver reseco de un felino. Usar como patrón de nuestra existencia el principio de indeterminación de Heisenberg es una falacia aplicada a una novela vital de la que conocemos perfectamente el final. Podemos elegir el camino que transitamos, la forma en que lo andamos, incluso el calzado que llevamos para recorrer la senda de nuestros años, pero nada impedirá que lleguemos a la meta conociendo la resolución de la historia: palmamos. Pocas cosas hay más seguras que el destino al que nos dirigimos, y esa terrorífica angustia creada por las brumas del mañana no es más que una excusa para ejercer la comodidad que produce el inmovilismo. Ya que crecer es inevitable, deberíamos no limitarnos a envejecer. Sabiendo que, en el fondo, todos vamos a acabar en el mismo sitio, es nuestra obligación esforzarnos por tomar las riendas de la vida y no dejar que el entorno escriba nuestra historia.

El entorno o los marcianos. Lo que venga primero.

Materia ha sido catalogada, con acierto, como una obra propia del costumbrismo extraterrestre, etiqueta que viene propiciada por muchas de las cualidades siderales que la caracterizan. Más allá de jugar con las abducciones alienígenas como elemento catalizador que revoluciona, trunca o adormece la vida de los protagonistas y de sustituir a los humanos por lagartos antropomorfizados, el incómodo ambiente que se respira en cada viñeta identifica el ideario extraño, frío y desolador con el que juega el autor. El desencanto de toda una generación, las frustraciones que los padres vuelcan en sus propios hijos y el aburrido paso de la adolescencia a una mediocre madurez son los tres temas sobre los que gira un mundo lleno de implantes biónicos, rayos tractores, alienación y vacas. Lo incomprensible no oculta ni suaviza lo depresivo del mensaje. Las desgracias sufridas por anfibios no son menos desgracias. Enterrar un lema incuestionable en un contexto críptico nos hace más susceptibles a la descarga subliminal de una idea poderosa. En definitiva, si esperamos lo suficiente, el gato siempre acaba muerto.

Esta novela gráfica es un perfecto ejemplo de arquitectura pulcra y medida, reflejada en la limpieza y precisión de las líneas y tramas que delimitan un mundo carente de perspectiva en el que se desarrolla Materia. La ausencia de profundidad en los escenarios; el juego de volúmenes que Antonio Hitos consigue con el grosor variable de los trazos; las colmenas de edificios, habitadas pero difícilmente habitables; el simbolismo repleto de máquinas extraídas de las peores pesadillas de Jack Kirby... no hay nada dejado al azar en esta obra compleja, que exige del lector una implicación total en la lectura. Milimétrica, rectilínea como un plano trazado con plóter, el desenlace es un reto que invita a reflexionar; un runrún que te acompaña en cuanto acabas su lectura; una bofetada que, nada más llegar al final, te obliga a volver a la primera página para comenzar a leer de nuevo. Es un rompecabezas que surge del desconcierto y nos consume en una extraña mezcla de sensaciones impropias. Presos de una simetría claustrofóbica, nos debatimos conscientes de esa existencia anodina y llena de sensacionalismo de tienda de electrodomésticos que nos acosa.
Materia es una lección. Un tratado. El libro de estilo de un autor característico, reconocible e indispensable. Una voz nueva y en proceso de consolidación que dará mucho que hablar por lo complejo de su propuesta y la fascinante eficacia de su dibujo. Ciento doce páginas de pistolas de rayos láser, salas de conciertos con suelos pegajosos, sexo en un banco del parque y lobotomías estándar que nos vuelven dóciles y socialmente aceptables.




Obra relacionada:

Inercia
Antonio Hitos
(Salamandra Graphic)
Soufflé
Cristian Robles
(Ediciones La Cúpula)
Aventuras de un oficinista japonés
José Domingo
(Bang Ediciones)
Agujero negro
Charles Burns
(Ediciones La Cúpula)

COMICS ESENCIALES 2016 un anuario de ACDCOMICS & JOT DOWN

BLOCKBUSTER EN CUATRICROMÍA Joel Mercé




Crononautas Mark Millar (guión), Sean Murphy (dibujo) y Matt Hollingsworth (color)
Panini Cómics. Estados Unidos. Cartoné. 120 págs. Color 

Cuando se empieza a leer un cómic de los que últimamente escribe Mark Millar, hay que hacerlo con el mismo ánimo con el que se va al cine a ver el blockbuster de turno: con las palomitas y dispuesto a pasarlo bien. Desde que decidió dejar de trabajar con personajes ajenos y se embarcó en construir su propio universo, el llamado Millarworld, el guionista no nos ha brindado ninguna obra maestra pero todos, absolutamente todos, los tebeos que ha escrito son divertidos e interesantes. Y lo que es más interesante para el autor: los estudios cinematográficos compran los derechos de sus obras para adaptarlas a la gran pantalla. Ya hemos visto las películas de Wanted, Kick Ass o Kingsman y, más pronto que tarde, veremos la adaptación de estos Crononautas de la mano de Universal. Millar ha dado con un tipo de historias y con una forma de contarlas que funciona bien tanto en viñetas como en pantalla.

Lo de escribir tebeos con espíritu cinematográfico le viene de lejos al guionista. Las películas de los Vengadores, esas que han visto millones de personas en todo el mundo, no hubieran sido lo mismo si Millar no hubiera reinventado a los personajes en su serie The Ultimates, que nos contaba la historia de los Vengadores de un mundo paralelo. Marvel le dejó una copia de sus héroes para que hiciera con ellos lo que quisiera y tuvo tanto acierto que la copia acabó convirtiéndose en la versión canónica. No solo eso, sino que, después de leer The Ultimates, a nadie le cabía duda de que era posible hacer una película de los Vengadores. Y se hizo.

Con Crononautas, Mark Millar lo intenta ahora con la ciencia ficción. Aunque sus series de creación propia siguen siendo mayoritariamente de superhéroes, que es lo que mejor se le da, de vez en cuando se atreve con otros géneros, como el thriller de espionaje en Kingsman o la ciencia ficción de esta serie, de Empress o de Reborn. En este caso nos presenta una historia de viajes en el tiempo, protagonizada por dos científicos que han inventado un método para viajar al pasado, en el que acabarán estando más tiempo del que deberían y haciendo cosas que no deberían en épocas que no son la suya.

Cuando nos enfrentamos a historias de viajes al pasado, los autores pueden seguir dos teorías. Algunos defienden que no se puede cambiar el pasado, que cualquier intervención en otra época acabará dando como resultado el mismo presente que tenemos. Si un viajero en el tiempo intenta alterar los hechos pasados, el tiempo acabará corrigiendo la situación para que el presente quede inalterado. Y la otra teoría es la que nos dice que, si andamos trasteando con el pasado, provocaremos desastres múltiples y variopintos: no llegaremos a nacer, se crearán realidades alternativas, mundos apocalípticos y un largo etcétera. O, si hay suerte, evitaremos esos desastres. Este suele ser el escenario favorito de la mayoría de autores, ya que da mucho más juego. ¿Por qué opta Mark Millar? En teoría, por lo segundo, pero digamos que no le importa demasiado. Porque Crononautas no va de teorizar sobre los viajes en el tiempo, sino que es una aventura alocada, gamberra y con mucho sentido del humor que tiene lugar a caballo entre diferentes épocas. A Millar le importa más lo molón que puede resultar ver a un puñado de samurais del Japón clásico montando en un tanque o a un caza enfrentándose a un dinosaurio que teorizar sobre qué consecuencias tiene viajar al pasado y alterarlo.
En cuanto al dibujo, Millar suele acertar bastante con la elección de sus compañeros de viaje. Cierto es que suele elegirlos entre lo mejor de lo mejor, porque no todo el mundo puede contar con gente como Frank Quitely, Greg Capullo o Stuart Immonen para sus proyectos de creación propia. Pero tiene buen ojo para juntarse en cada ocasión con el dibujante que mejor le va a la historia. En este caso, los lápices son de Sean Murphy, que tiene un estilo dinámico y aparentemente apresurado. Su
forma de dibujar casa perfectamente con el ritmo frenético de la acción.

Crononautas es un cómic para divertirse leyendo, no tiene más pretensión que esa. ¿Por qué debería ser eso malo? Y, en este caso, no hace falta que esperéis a ver la película: en las algo más de cien páginas que tiene este tebeo tenéis todo lo que se puede esperar de una buena película de acción. Id preparando las palomitas.

Obra relacionada:

KickAss 
Mark Millar y John Romita Jr.
(Panini Comics)
Marvel deluxe: The Ultimates
Mark Millar y Bryn Hitch
(Panini Comics)
Marvel Héroes: La Patrulla-X: La era de Apocalipsis
Scott Lobdell, Fabian Nicieza, Joe Madureira, Andy Kubert y otros
(Panini Comics)
Marvel Gold: Los Vengadores Costa Oeste. Perdidos en el Espaciotiempo
Steve Englehart y Al Milgrom
(Panini Comics)



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