martes, 8 de enero de 2013

El Laboratorio del Prado


 Atribuciones espectaculares, descubrimientos históricos, muestras que marcan época. ¿Qué hay tras las últimas y sensacionales noticias llegadas del Museo del Prado? Viajamos a sus entrañas para descubrir a los protagonistas de una revolución científica. Así trabajan los restauradores y conservadores que convierten la pinacoteca en referencia mundial de la investigación artística.
Por IKER SEISDEDOS. Fotografía de SOFÍA MORO

lunes, 7 de enero de 2013

Un Escaparate



 Adi granov, Steve Ditko, Howard Chaykin, Jack Kirby, Neal Adams, Dave Sim, Ben Temples, Frank Miller, Frank Frazetta, John Byrne, Gil Kane, Dave Stevens, René Follet, Michael Allred, Ryan Sook, Frank Brunner, Charles Vess, Will Eisner, Berni Wrightson, Jim Steranko, Herge, Stan Sakai, Jean-Claude Mezieres, SanJulian, John Buscema, Mark Schultz, John Romita, Carl Barks.

Un trovador anarquista en viñetas


La biografía en cómic de Georges Brassens desmitifica a una de las leyendas de la ‘chanson’
Su autor, Joann Sfar, ha vendido más de un millón de tebeos en Francia
BORJA HERMOSO Madrid 3 ENE 2013





Uno de los dibujos de Joann Sfar para 'Brassens. La libertad'. / FULGENCIO PIMENTEL EDITOR

Escondía el genio callado tras su bigote, su guitarra, su pipa y sus gatos, siempre, a poder ser, alejado de los focos, entre sombras de bambalina, dejándose llevar mar adentro, como mecido por un ritmo con sabor a espuma y sal, el de las olas recurrentes de la playa de Sète, donde nació en 1921 y donde pidió ser enterrado (Supplique pour être enterré à la plage de Sète), para él siempre pareció fácil lo que para tantos es imposible —derrochar sabiduría casi sin querer, en vez de aspirar a hacerlo y no poder—, rumiando la evidencia cruel de tener que ser músico al no poder ser novelista ni cineasta, se llamó Georges Brassens, enamoró a una generación y sostuvo, junto a gente como Ferré, Moustaki, Gainsbourg, Brel y Juliette Gréco los pilares de la chanson en su vertiente mítica: la de los cantantes inmortales, irrepetibles, maravillosas flores de ruina.

Frente a la interminable ristra de lo dicho y escrito/gama pompa y circunstancia acerca de Brassens y su fauna, a menudo por firmantes que no lo conocieron o lo hicieron muy de lejos, el ilustrador y escritor francés Joann Sfar (Niza, 1971) quiso desmitificar al autor de himnos al amor y a la acracia tales como La mauvaise réputation, Les copains d’ abord o Penélope. Lo hizo a lo grande: comisariando la gigantesca exposición que la Ciudad de la Música de París dedicó el año pasado a Brassens. Sfar montó la muestra y diseñó el catálogo: un extraordinario tebeo de 120 páginas que, bajo el título Brassens. La libertad, llega ahora a las librerías en su versión española (Fulgencio Pimentel Editor).

Afable y aparentemente tímido pese a ser una estrella del cómic francés y europeo (solo de su obra El gato del rabino vendió 800.000 álbumes y hace tiempo superó de forma global el millón de tebeos, además de haber ganado dos premios César del cine francés, uno de ellos por su película Gainsbourg. Vida heroica), Joann Sfar recibe en el piso de arriba del Café de Flore, eterno reducto chic en Saint-Germain-des-Prés. En las mismas mesas donde Sartre y Simone de Beauvoir solían escribir cada mañana, Sfar despliega sus rotuladores, lápices, plumillas y cuadernos y explica la génesis de su aventura con Brassens: “De estudiante, mi padre fue pianista en bares, cafés, restaurantes y burdeles de Argel, y su cantante favorito era Brassens; de hecho, le conoció en persona, y eso, de alguna forma, se quedó en la leyenda familiar”.

Cuando terminó la película sobre Gainsbourg, los responsables de la Ciudad de la Música de París le propusieron hacerse cargo de la exposición sobre la vida de Brassens. Lo que acabó por decidir a Sfar fue la cantidad —y la calidad— de los documentos sobre la vida privada del cantante a los que tuvo acceso. “En su mayoría eran documentos inéditos, que nadie había visto. Al contrario de lo que ocurre con cantantes franceses como Yves Montand, Gainsbourg, Moustaki e incluso Claude François, Brassens no había sido objeto de una abundante literatura, de hecho no había prácticamente nada… pero porque nadie se había interesado por ello. Ocurrió que sus descendientes me abrieron todos los archivos; ahí estaba la vida entera de Brassens, metida en maletas, sin abrir, sin clasificar”.


Fue Clementine Déroudille, nieta del fotógrafo Robert Doisneau, amigo personal del cantante, una de las personas que más colaboró con Joann Sfar en la búsqueda de pistas sobre la vida del trovador de Sète. Fue ella quien le abrió una enorme maleta en la que Sfar encontró tesoros impensables: por ejemplo, hasta 40 textos de canciones inéditas, cuadernillos con textos autobiográficos donde Brassens contaba su vida, una especie de diccionario donde comentaba todos los aspectos de la vida que se le pasaban por la cabeza, películas domésticas…

Joann Sfar erigió su personal edificio brassensiano a su manera y de forma anárquica. “Decidí hacerlo sin un orden cronológico, de forma que la gente pudiera recorrer su vida con total libertad, sin ataduras… mi principal intención al hacer su retrato era demostrar que era a la vez un provocador nato y un tipo entrañable, alguien que podía meterse con la religión y con la política sin ser malo… demostrar que la gente que cree que todos los anarquistas ponen bombas, se equivoca, que no todos los revolucionarios son temibles. Él era anarquista, pero no ponía bombas. Su pensamiento libertario no era peligroso para nadie”.


Sfar está convencido de que, junto al evidente carácter de carga de profundidad que subyace bajo muchos textos de Brassens, su vocación de Pepito Grillo justiciero contra el poderoso y su innegociable aspiración a un mundo mejor, su personalidad estaba entreverada por una mezcla de melancolía y carácter infantil, casi por ciertos retazos de ingenuidad en pantalón corto, por una ausencia de esos filtros que suelen actuar para, en algún momento concreto de la vida, transformar a los deliciosos aunque temibles locos bajitos en gente seria y respetable, y aburrida.





El ilustrador, cineasta y editor francés Joann Sfar, en una de sus ocupaciones predilectas: la pintura. / KOBAL
El autor de Le gorille no tuvo una adolescencia fácil (llegó a ser detenido por pequeños robos en Sète), tampoco, aunque pareciera lo contrario, una madurez fácil (fue pobre de solemnidad hasta que vio que sus canciones podían ser máquinas de hacer dinero). Y así lo pinta Sfar en esta biografía en viñetas. “Una de las cosas que más me llamó la atención de esos cuadernos autobiográficos fue cómo hablaba Brassens de la pobreza; cuando hablaba de aquel piso en el callejón Florimont con gatos, pájaros y patos… la forma en que incluso en medio de la pobreza, cuando apenas tenía un limón para comer, rechazaba trabajos que no le gustaban… porque Brassens decidió muy tarde ser cantante, él lo que quería ser era novelista, poeta o guionista de cine”.
En opinión del ilustrador, escritor, cineasta y editor (coordina una líneas de cómics en la prestigiosa editorial Gallimard) Joann Sfar, Georges Brassens es material perfecto para hablar de eso tan indefinible de lo francés: “Yo soy muy crítico con mi país, pero lo quiero mucho; y con mis tebeos y mis libros trato de ofrecer a los más jóvenes buenas razones para amar este país. Pues Brassens me parece una gran razón para amar Francia, alguien que encarna perfectamente las contradicciones francesas”. Sin embargo, el padre de Petit Vampire está convencido de que la cultura francesa atraviesa un mal momento, porque, sostiene, “está perdiendo sus señas de identidad por culpa de quienes solo defienden la cultura francesa, en francés y para los franceses, en lugar de ponerla al servicio de una política cultural europea fuerte”.

Brassens. La libertad incluye textos de Patricia Godes, Juan de Pablos, Dildo de Congost y Vicente Fabuel. Este rescata en el suyo las palabras de Gabriel García Márquez sobre la única noche de su vida que vio en directo a Brassens, en el Olympia de París: “Era un oso tierno, con los ojos más tristes que he visto nunca y un instinto poético que no se detenía ante nada. Era imposible saber si llorábamos por la belleza de sus canciones o por la compasión que nos suscitaba la soledad de aquel hombre hecho para otros mundos y otro tiempo”.



El Pais 03 de enero de 2013



Educado y tajante ‘no’ del mundo del tebeo a los premios oficiales



Jan, creador de Superlópez, rechaza la Medalla al Mérito en Bellas Artes, y el francés Jacques Tardi, la Legión de Honor
GREGORIO BELINCHÓN Madrid 3 ENE 2013 
Jan, en el Salón del Cómic de Barcelona en 2002. / SUSANNA SÁENZ

El asunto ha pasado bastante inadvertido entre las despedidas de un año y las bienvenidas al siguiente, pero dos comiqueros —sin ponerse de acuerdo, obviamente— se han levantado en pie de guerra contra el establishment justo cuando los sacrosantos guardianes oficiales de la cultura empezaban a igualar a los autores de tebeos con el resto de los artistas.

El pasado 28 de diciembre, el Consejo de Ministros concedió las medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes a un puñado de creadores, entre ellos Juan López, Jan (Toral de los Vados, León, 1939), creador sobre todo, o ante todo, de Superlópez. El lunes 31, a media mañana, Jan envió este comunicado: “Quiero expresar mi agradecimiento ante las muchas felicitaciones que me han llegado y, también, disculparme por haber provocado tantas expectativas entre colegas y amigos, y sobre todo, entre mis paisanos de Toral. Hubiera preferido que me lo preguntaran primero, pero ante las circunstancias sociales y políticas actuales no puedo, por ética personal, aceptar la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes que, según he sabido por la prensa, me concede el Ministerio de Cultura de España, de lo que todavía estoy esperando una confirmación oficial para actuar en consecuencia. Siempre he intentado sentirme bien conmigo mismo, y para ello debo actuar lo más ceñido posible a mis convicciones. Saludos y un abrazo muy solidario para todos”.

Este periódico ha intentado infructuosamente ponerse en contacto con Jan para que explicara esas “circunstancias sociales y políticas actuales”. Jan, autor de Superlópez —su creación más conocida, pero no la única—, otro de los dibujantes nacidos en Ediciones Bruguera, y que en los últimos tiempos ha llevado al tebeo a Tadeo Jones —el personaje de Enrique Gato que ha protagonizado la tercera película más taquillera en España en 2012—, ha recibido otros galardones como el Gran Premio del Salón del Cómic de Barcelona, por su trayectoria profesional, en 2002.

Reproducción del libro 'Fue la guerra de las trincheras (1914-1918)', del dibujante Jacques Tardi. / EL PAÍS

Cuando en el mundo del tebeo español se comentaba el comunicado de Jan, desde Francia llegaba una renuncia parecida. El primer día del año, el Gobierno francés hacía pública en el Journal Officiel la lista de los 681 posibles galardonados con la Legión de Honor. Ayer, uno de esos 681, el dibujante Jacques Tardi, uno de los santones del cómic europeo, rechazó la máxima distinción que se otorga en Francia, por no querer “recibir nada, ni del poder actual ni de ningún otro poder político cualquiera que este sea”. Tardi dejaba claro que para su decisión le daba igual el color del Gobierno. En caulquier caso, estar en la lista no significa recibir automáticamente la Legión de Honor. Según aclaró a la agencia Efe un portavoz de la Gran Cancillería de la Legión de Honor, para que la promoción sea realmente efectiva es preciso ser condecorado por una personalidad que ya haya sido galardonada antes con esta distinción y la única persona que puede organizar y costear dicha ceremonia es el interesado. Así que el decreto solo entra en vigor “a partir de la fecha de la recepción en su grado” y puede haber “múltiples razones”. Tardi se ha centrado sobre todo en la I Guerra Mundial, con obras como Fue la guerra de las trincheras (1914-1918) o ¡Puta guerra!. Su último álbum es Moi René Tardi, prisonnier de guerre au Stalag II B, en la que explora la vida de su padre, militar de carrera que dejó el Ejército tras los horrores de la II Guerra Mundial.


El Pais 03 de enero de 2013

domingo, 6 de enero de 2013

Metalocalipsis

Metalocalipsis es una comedia de animación nacida para poner patas arriba todos los tópicos del heavy metal, exagerando sus actitudes, estética y elementos típicos a través de un humor socarrón y cierta tendencia al gore más sangriento. Si en los 80 fue This Is Spinal Tab y en los 90 Beavis & Butt-Head, ahora es el momento de Metalocalipsis. El momento de Dethklok.




Visten tangas de piel de leopardo, beben como cosacos y dejan los locales empantanados de sangre tras sus conciertos. Son Dethklok, la banda de metal más importante de la historia del heavy. Tan poderosa, que ha llegado a convertirse en la duodécima potencia económica del planeta (por encima de países como Bélgica). Representan todo aquello que hay de insano, de excesivo, de pervertido y al fin y al cabo de divertido en el mundo del rock y eso les ha convertido en leyendas vivas. Al contrario que muchos otros grupos Dethklok odian a sus fans. En cambio ellos serían capaces de vender sus almas a Satán con tal de poder tocar las greñas de sus ídolos. Tan asombroso fenómeno ha llamado la atención de El Consejo, un misterioso grupo formado por algunos de los hombres más poderosos e influyentes del planeta, que se reúnen en cada episodio para conspirar contra la banda e impedir que se cumpla una legendaria profecía apocalíptica de Sumeria que señalaría a Dethklok como responsables del fin del mundo.
¿Tienen los heavys sentido del humor? Porque encontrar dos heavys en Estados Unidos no es muy difícil, pero encontrar dos heavys con capacidad para reírse de sí mismos y talento para la comedia... ahí se complica la cosa.

Los personajes en los que se basan

Brendon Small y Tommy Blacha son los (ir)responsables que han hecho de los cuernos, las chupas de cuero y las melenas al viento la base de su mayor éxito hasta la fecha. El primero, Small, es un viejo conocido: suya es la serie de animación Home Movies, emitida en España por Cartoon Network y basada en sus peripecias adolescentes; el segundo, Blacha, ha sido guionista de monumentos al gamberrismo televisivo como Ali G, Saturday Night Live o Late Nite With Conan O’Brien y, ojo al dato, productor de varios programas de la World Wrestling Federation. Juntos han dado a luz este artefacto infernal que es Metalocalipsis, una de las series más brutales vistas en la pequeña pantalla (con permiso de todos esos espacios de lucha libre que el propio Blacha solía producir).


La música tiene un papel esencial en Metalocalipsis. En cada episodio se presenta, como mínimo, un nuevo tema (con su respectivo videoclip) compuesto casi siempre por el inquieto showman de ascendencia vikinga, Brendon Small. La culminación de esta experiencia fue The Dethalbum, primer disco de Dethklok que fue lanzado el 25 de septiembre de 2007, vendiendo 33.741 copias en una sola semana y convirtiéndose en el álbum de death metal más exitoso de todos los tiempos. Además, fue descargado 45.000 veces tras subirse al sitio AOL Music durante la semana en que se lanzó.



The Dethalbum consistía en una recopilación de canciones de la serie y nuevos temas creados para la ocasión. Al lanzamiento del disco siguió una mini gira en la que una banda con Brendon Small al frente, Gene Hoglan (Dark Angel, Death) a la batería, Bryan Beller a la guitarra (Steve Bai), y Mike Keneally (Frank Zappa) a la guitarra rítmica tocaban en penumbra ante una pantalla gigante donde se proyectaban imágenes de los dibujos animados al más puro estilo Gorillaz. Sobra decir que la gira fue un éxito y se colgaron los carteles de “No hay entradas” en todos los puntos de venta.


                                                      Gene Hoglan


                                            Bryan Beller

                                                  Mike Keneally
El éxito de Dethklok es sólo una prueba más de que la música de esta serie triunfa entre los aficionados al metal más cañero y desmitificador. Entre sus mayores logros está el haber incluido una canción inédita en la banda sonora de SAW III ("Hatredcopter") y uno de sus mayores hits en el videojuego Guitar Hero II (“Thunderhorse”).


Pero la presencia de la música en Metalocalipsis no se limita a la banda sonora. Los cameos de pesos pesados de la escena heavy se prodigan en la serie: Warrel Dane, Jeff Loomis y Steve Smyth de Nevermore, Michael Amott y Angela Gossow de Arch Enemy, George Fisher de Cannibal Corpse, Marty Friedman de Megadeth, o los mismísimos James Hetfield y Kirk Hammett de Metallica. Todo el mundo que tiene algo que decir en el mundo del heavy quiere estar en Metalocalipsis.

El elenco


  • Al micrófono, Nathan Explosion, un bárbaro con el cuerpo de Conan, la voz de un vocalista de black metal y el cerebro de una lombriz.
  • Al bajo, William Murderface. Si no se hubiera metido en el negocio de la música ahora sería asesino en serie.
  • A la batería, Pickles, la prueba viviente de que se puede ser calvo y heavy al mismo tiempo. También es un poco idiota, pero ésa es otra historia...
  • A la guitarra, Skwisgaar Skwigelf, un sueco del tamaño de un árbol y el ego de una montaña. Considerado por muchos como el guitarrista más rápido en la faz de la tierra (aunque no sepa leer música).
  • A la segunda guitarra, Toki Wartooth, el segundo guitarrista más rápido del planeta. Imagínense un koala adoptado por una manada de lobos. Pues ésa es la situación exacta de Toki en Dethklok.

Fuente:


Más información:

miércoles, 2 de enero de 2013

El mapa de la creatividad


 El titulo de la entrada pertenece al blog Storyboard y su referencia al trabajo previo, a los bocetos, a las ideas primigenias plasmadas en loa lugares más diversos, aunque preferentemente libretas pequeñas, y es que finalmente el soporte importa si quieres que perdure en el tiempo pero es eso ya es cuestión de gustos y ya se sabe que ese es otro tema. Mi fascinación por ese alumbramiento inicial puede tener mucho que ver por la inmediatez de la realización, la velocidad, pero también con obtener esa información vital que destila el lugar donde quieres que se desarrolle tu obra, o el enfoque necesario, o tan solo dejar vagar tu imaginación, descubrir rostros, inventar algo nuevo, desear un futuro mejor, son solo ideas que puede que lleguen lejos o no. Estan son imagenes obtenidas de la red de redes, no hay más datos, ultimamente estoy algo desenfocado, tengo que esforzarme más.














































La letra, con dibujo entra

El género de los libros ilustrados para adultos vive un auge desconocido en medio de la crisis crónica del sector
VIRGINIA COLLERA Madrid 29 DIC 2012





Una ilustración de '20.000 leguas de viaje submarino'

Más que una noticia, toda una realidad. El gran Gatsby, Veinte mil leguas de viaje submarino, Grandes esperanzas, El fantasma de Canterville, Del enebro, Hermanito y hermanita… En realidad, la multitud de libros ilustrados para adultos que reposan sobre las mesas/estanterías de las librerías –aún más en estas fechas navideñas– no es una noticia sino una realidad: el género vive una época dorada.

Retrocedamos en el tiempo. “A principios de 2004, cuando editamos La metamorfosis de Kafka, la oferta era prácticamente inexistente”, relata Fernando Diego García de la editorial Libros del Zorro Rojo. Por entonces, a quienes les interesaba la obra ilustrada tenían que conformarse con el álbum infantil. “Que en muchas ocasiones, aunque parecía para niños, por su temática, autor e ilustrador, convocaba a lectores de todas las edades. En estos álbumes la ilustración no era un mero acompañamiento, como sucedía en muchos otros libros juveniles e infantiles, sino que dialogaba con el texto para construir un significado. Y en parte ellos han sido los que han facilitado la emergencia del libro ilustrado para adultos”.

“El lector que valora el libro como objeto permanece”, cree Diego Moreno
 En los noventa, cuando Noemí Villamuza empezaba en el oficio, la ilustración infantil, dice, era la reina absoluta. “Sin embargo, ahora los álbumes para niños tienen una vida breve en el mercado y son los libros para adultos los que cada vez cobran más fuerza”. Diego García lo certifica: “Se ha conseguido que estos títulos no se vean como libros de regalo o adicionales. Se ha logrado transmitir que una obra clásica interpretada por un artista plástico es una obra inédita, y el lector ha reaccionado con interés”.


Ilustración de 'El gran Gatsby', de Jonny Ruzzo.

 Y con sorpresa, reconoce Fernando Diego García, reaccionaron ellos ante el creciente interés de los lectores. “El auge de las obras ilustradas coincidió con la maduración de nuestro catálogo, pero también con la crisis del sector”, justifica. Y es que así están las cosas: entre 2008 y 2011 el sector editorial ha disminuido su facturación en más de un 16%, regresando a niveles de actividad de 2002, según el estudio Comercio Interior del Libro en España 2011 realizado por la Federación de Gremios de Editores de España. Los datos de 2012 aún no están disponibles, pero se calcula que el descenso rondará el 10%.

Diego Moreno, editor de Nórdica Libros, otra de las editoriales que más ha contribuido al esplendor del género, siempre confió en el éxito de los ilustrados: El festín de Babette de Isak Dinesen fue el primero en engrosar su colección ilustrada. También el primer encargo de ilustración para adultos de Noemí Villamuza. Ella pensó que sería “algo exótico” en su vida profesional, terminado el cometido volvería a la normalidad, es decir, a los álbumes infantiles. Pero el tiempo dio la razón a Moreno: desde 2006, año de publicación de El festín de Babette –que ya va por su sexta reedición– ha editado más de 45 obras ilustradas. “La crisis se ha cargado a ese tipo de lector que compraba best-sellers cuando iba a hacer la compra, que estaba de paso por la literatura, y se ha quedado el que valora el libro como objeto. Los ilustrados son de los pocos cuyas ventas no han descendido”, asegura. El cómic, los libros de texto y prácticos (cocina, bricolaje…) y la literatura infantil y juvenil son, junto a los ilustrados, los únicos que contradicen la tendencia de caída generalizada del sector.


De cualquier forma, las ediciones ilustradas de El gran Gatsby o Veinte mil leguas de viaje submarino no se codearían con Cincuenta sombras de Grey de EL James o El tango de la vieja guardia de Pérez Reverte “si no hubiesen abierto camino Maus de Art Spiegelman, Persépolis de Marjane Satrapi o Ciudad de cristal de Paul Auster. A la novela gráfica y al libro ilustrado les costó encontrar su sitio porque los libreros no sabían cómo manejarlos y es gracias a esos títulos que cada vez hay más riqueza en las librerías generalistas”, explica Enrique Redel de la editorial Impedimenta, que acaba de estrenarse en la novela gráfica con la biografía de Virginia Woolf.

El libro ilustrado para adultos ya tiene su sitio en las librerías, sí, pero su colocación sigue sin estar demasiado clara, opina Diego García. “Se suele asimilar a la novela gráfica y hay ciertos títulos que lo toleran mejor que otros. Por ejemplo, ese no sería el lugar natural de una edición ilustrada de Macbeth”. Y es que, precisamente, son los textos clásicos los que más se prestan a la ilustración: “Al plantearnos una edición ilustrada no pensamos en la antigüedad de la obra, sino su valía y perdurabilidad, pero esos son requisitos que se encuentran con mayor frecuencia en títulos clásicos”. Moreno está de acuerdo, pero añade una advertencia: la denominación libros ilustrados para adultos contiene un trampa. “No es cierto que en la mayoría de los casos los lectores sean adultos: hay muchos jóvenes que no han leído clásicos y prefieren hacerlo en libros con un plus visual”.

El Pais 29 diciembre 2012