domingo, 24 de julio de 2011

Apolo y los indignados por Emma Reverter y Màriam Ben-Arab





El Pais Semanal nº1814

Roma, siglo XVII: ha nacido el paisaje


El Museo del Prado recupera un género esencial en la historia del arte para una de las grandes citas del verano
ÁNGELES GARCÍA - Madrid - 02/07/2011
La pintura realizada en Italia a lo largo del XVII marcó el nacimiento de un nuevo género artístico: el paisajismo. Roma era entonces un auténtico laboratorio de experimentación e intercambio de ideas en el que todos los artistas europeos querían participar. La espectacular arquitectura de la ciudad atrajo a pintores no solo nacidos en Italia sino también en Francia, Holanda, Alemania o España.

'San Cristobal'

02-07-2011

San Cristobal (h. 1605-1615), de Orazio Gentileschi, perteneciente al Staatliche Museen zu Berlin.



Los artistas quisieron llevar a las telas lo que sus ojos contemplaban en el exterior y los jardines pasaron a ser los auténticos personajes de unos cuadros en los que los pintores se entregaron devotamente a la naturaleza. Annibale Carracci, Rubens, Nicolas Poussin, Claudio de Lorena y Velázquez son algunos de los grandes maestros europeos que se dejaron seducir por esta nueva forma de entender el arte. El Museo del Prado abre el martes Roma. Naturaleza e Ideal. Paisajes 1600-1650, una exposición, procedente del Grand Palais y montada en colaboración con el Museo del Louvre, en la que por primera vez se enhebran las piezas maestras del género. Ochenta y cuatro pinturas y 19 dibujos de 36 autores , colgados en orden cronológico, conforman lo que será una de las grandes citas del verano.

Paisaje fluvial, de Annibale Carracci (Bolonia, 1560-Roma, 1609), uno de los fundadores del género, contiene los elementos esenciales de esta nueva forma de entender la pintura. La vegetación ocupa el primer plano y las dos minúsculas figuras que aparecen en la tela solo sirven de referencia para definir las distancias y ensalzar el frondoso entorno de la escena, en palabras del comisario español Andrés Úbeda.

El recorrido por la muestra es una luminosa lección por los mejores cuadros del género que se adentra en el paisaje boloñés, sigue por el nórdico y su proyección europea y se detiene con especial atención en dos autores fundamentales: Claudio de Lorena y Nicolas Poussin.

La galería de los paisajes del palacio del Buen Retiro parte en dos el colorido montaje para centrar la atención del visitante. Realizadas por encargo de Felipe IV para decorar el palacio del Buen Retiro, los artistas fueron obligados a trabajar con unos tamaños inusuales, capaces de cubrir los huecos de los grandes ventanales del edificio. Hasta entonces, el paisaje se trabajaba en pequeño y medio formato. Las deslumbrantes vistas de exteriores realizadas por De Lorena, Poussin o Salvador Rosa dieron un radical giro al género.

Las joyas de la exposición son muchas pero una de las más fascinantes sale del propio Museo del Prado: Vista del jardín de la Villa Médicis, pintado por Velázquez hacia 1630 y de pequeñas dimensiones (48,5 cm × 43 cm). Es una obra que, en opinión de Gabriele Finaldi, director adjunto del Prado, constituye una manera diferente y radical de entender el paisaje que marcó nuevos rumbos en la historia del arte.

Bernet en la Comic-Con de San Diego

Si alguien tiene un rato libre entre las once y media y las doce y media de hoy domingo 24 de julio y se puede pasar por la "Room 8" de la Comic-Con de San Diego en California, en los Estados Unidos de America, podrá ver a Jordi Bernet que por primera vez acude al magno evento y será entrevistado por Sergio Aragones. Me ha parecido curioso.

Wednesday Comics, así hay que quejarse.



En la película "Salvar al soldado Ryan" hay una secuencia en la que unos soldados y el oficial al mando discuten acerca de lo acertado o no sobre arriesgar la vida de ocho hombres para salvar a uno, y uno de los soldados opina que su inclusión en aquel pelotón era un desperdicio porque el es un valioso instrumento militar que podría poner fin a la guerra, y el oficial recalca "Así hay que quejarse", sirva este preámbulo para destacar de que forma la editorial de comics DC realiza un prodigioso trabajo de nostalgia apelando al trabajo actual de un grupo de los mejores autores de comics que actualmente hay. Nada de melancolía, trabajo duro y a mirar hacia adelante, así hay que quejarse. Es una gozada de trabajo, 200 páginas inmensas que podrían condensar cerca de cincuenta años de ediciones de comics en los Estados Unidos. Por cierto he tardado casi un mes en volver por la red y me ha encantado que sea con estas imágenes, me he regalado una obra de cabecera que tardaré en guardar.


























BIOGRAFÍAS

MICHAEL ALLRED
Michael "Doc" Allred, nacido en los años 60, señala las "tres B" de esa década como su fuente de inspiración: los Beatles, Bond y Bat­man. Empezó su carrera como periodista televisivo en Europa, y entró en el mundo de los cómics en 1989 con la novela gráfica de 104 pági­nas Dead Air para Slave Labor Graphics, a la que siguieron Graphique, Musique y Grafik Muzik. En 1992, Tundra Publishing lanzó su primera miniserie de Madman, serie que se relanzaría en 1994 en Dark Horse y que consiguió varias nominaciones a los premios Harvey.
Para DC Comics, Allred ha trabajado en The Sandman, Fábulas y en Solo. También reinventó para Marvel X- Force y cocreó X-Statix con Peter Milligan. Ahora mismo está trabajando para 1, Zombie de Vertigo. Allred está casado con la colorista Laura Allred.

JOHN ARCUDI
John Arcudi aplicó su narrativa única, que mezcla acción, humor y una ácida crítica social en la aclamada Major. Bummer También ha es­crito cosas notables para The Mask, Gen13, Doom Patrol, B.R.P.D, Aliens y Predator.

BRIAN AZZARELLO
Brian Azzarello lleva escribiendo cómics profesionalmente des­de mediados de los años 90. Es el escritor y cocreador junto a Eduardo Risso de la aclamada serie de Vertigo 100 Balas, que ha ganado varios premios Eisner y Harvey.
Otras obras de Brian como guionista para DC incluyen Batman: Ciudad rota y Jonny Double (ambas con Risso); Superman: Por el mañana (con Jim Lee); Sgt. Rock: Between Hell and a Hard Place (con Joe Ku­bert), Joker y Lex Luthor: Hombre de Acero (ambas con Lee Bermejo) y una etapa nominada a un Eisner en Hellblazer. También ha escrito Filthy Rich para la línea Vertigo Crime.

KYLE BAKER
Kyle Baker es el galardonado creador de 15 novelas gráficas entre las que se incluyen Plastic Man, Por qué odio Saturno, You are here, El show de Cowboy Wally y Rey David. Su alocada mezcla de dibujo cinéti­co y un sentido del humor retorcido lo convierten en un auténtico genio único del mundo del cómic.

BEN CALDWELL
Ben Caldwell es el guionista y dibujante no premiado que ha diseñado juguetes, ha hecho libros para niños, cómics y desarrollo de animación para franquicias que van de Wonder Woman a The Hercu­loids pasando por Harry Potter.
El trabajo de Caldwell en Wonder Woman para Wednesday Co­mics se ha definido como "obtuso", "indulgente", "ilegible", "no entendió el sentido del formato", "una precisa combinación de LSD, cocaína y películas de Disney", "narrativamente malo" y "uno de los experimentos más valientes en la industria del cómic comercial".

ERIC CANETE
Eric Canete es un ilustrador y diseñador que trabaja en la indus­tria de la animación y la del cómic. Algunos de sus anteriores proyectos incluyen (en animación) Aeon Flux, Men in Black, Dark Fury, Batman, Justice League Unlimited, Ben10 y (en cómics) Cybernary lron Man: Enter the Mandarin, Comic Book Tattoo y The End League.
Sus ilustraciones suelen ser en blanco y negro debido a su programación simple y binaria. Actualmente reside en Los Ángeles.

AMANDA CONNER
Amanda Conner empezó en los cómics después de trabajar como ilustradora para agencias publicitarias de Nueva York. Sin em­bargo, debido a su amor por los cómics. Amanda encontró trabajo en Archie, Marvel y Claypool a principios de su carrera. Posiblemente se la conoce más por su trabajo en Vampirella para Harris Comics, así como por Painkiller Jane, Codename: Knockout, Birds of Prey y las series de creación propia Gatecrasher y The Pro (con Jimmy Palmiotti y Garth Ennis).
Amanda, el dibujante/guionista/prometido Jimmy Palmiotti y el guionista Justin Gray trabajan juntos en PaperFilms, un estudio de en­tretenimiento multimedia dedicado a guiones, producción y desarrollo. Actualmente está trabajando en Terra y Power Girl para DC Comics.

STEPHEN DeSTEFANO
Stephen DeStefano es un ilustrador cuyo trabajo había apareci­do en ´Mazing Man, Sweatshop y Billy Batson & The Magic of Shazam. También trabajó haciendo storyboards para Ren y Stimpy y como direc­tor de arte en The Venture Bros.

DAN DiDIO
Dan DiDio es el vicepresidente y editor ejecutivo del Universo DC para DC Comics. Desde 2003, ha encabezado títulos tan exitosos como Crisis de Identidad, Crisis Infinita, 52 y Crisis Final. Antes de unirse a DC, Dan trabajó en la televisión para la CBS y la ABC en relaciones públicas y en desarrollo de programación para niños, y luego pasó a Mainframe Entertainment, donde fue editor de historias de la primera serie de animación 3D, Reboot. Puedes leer sus guiones en Outsiders.

EVAN DORKIN
Evan Dorkin es un dibujante y guionista de cómics como Milk and Cheese y Dork. También ha escrito para series de animación como Superman: The Animated Series, Batman Beyond, Space Ghost: Coast to Coast y Welcome to Eltingville.

BRENDEN FLETCHER
Brenden Fletcher pasó gran parte de su infancia con sus abue­los escoceses, que dieron forma a su visión de la narrativa y la música. Creció en la campiña canadiense creando historias y canciones míti­cas. Se graduó en el conservatorio real de música de la universidad de Windsor, y fue vocalista de la banda de St. Catharines, Bedroom Astronomers. Brenden, junto a su compañero músico y compositor Jakub Zapotoczny, está tras el talento creativo de Ragni.

NEIL GAIMAN
N ei I Ga iman vive en una casa grande y oscura en América, con tres gatos, un perro grande y blanco y muchos premios de todo el mun­do. Aún no entiende cómo se hizo responsable de la alimentación y el cuidado de estos animales ni qué hace en América. Tiene dos colmenas y muchas abejas. Viste chaquetas negras de piel, camisetas negras y tejanos negros, y le asusta despertarse un día y ver que toda su ropa se ha convertido en tweed. Ha escrito novelas, cómics, películas, televi­sión, poemas, ópera y mantiene un blog enorme, que no tiene nada que ver con cuidar de las abejas. Disfruta de las estilográficas y del sushi.

SEAN GALLOWAY
Sean Galloway es un autodidacta y un relativo novato en el mundo de la animación, pues solo lleva trabajando desde 2004, y sin estudios de arte. Antes de trabajar como diseñador de personajes en The Spectacular Spider-Man, Galloway aportó su talento artístico a va­rios cómics, como dibujante, como por ejemplo Teen Titans Go! para DC y Venom para Marvel.
En películas, ha trabajando haciendo storyboards para el vi­deojuego God of War de Sony, y como artista conceptual para Disney y Dreamworks. También diseñó personajes para las películas Hellboy Animated: Sword of Storms y Blood and ¡ron. Ha diseñado juegos para Blizzard, EA, Sony y THQ, y ha diseñado juguetes para Hasbro y para la línea de vinilos de la NFL de Upper Deck.

EDDIE BERGANZA
El editor Eddie Berganza es un veterano de DC que ha trabajado en los grandes eventos de la compañía: Nuestros mundos en guerra, Crisis Infinita y Crisis Final. También intentó desesperadamente no dejar descansar en paz a los muertos durante La noche más oscura. Entre sus otras tareas editoriales se encuentran Green Lantern, JLA y Superman/ Batman. Como guionista, ha contribuido en el DC Halloween Special y la línea infantil Batman: Brave and the Bold, y ha escrito algunos números de Superboy. De lo que está más orgulloso es de sus dos hijos, Matt y Kim.

LEE BERMEJO
Lee empezó a dibujar cómics en 1997 para Wildstorm Studios, en San Diego, a los 19 años. Entre los trabajos anteriores de Lee se encuentran Joker, Batman/Deathblow y Lex Luthor: Hombre de Acero (todos con Brian Azzarello), así como Global Frequency (con Warren Ellis), Su­perman/Gen13 (con Adam Hughes) y Hellblazer (con Mike Carey). En 2003 se mudó a Italia, donde espera reunir suficiente dinero para alejarse de todo. No puede seguir haciendo su trabajo con esa... gente.

DAVE BULLOCK
Dave Bullock ha trabajado principalmente como dibujante en el campo de la animación, en series tan conocidas como Kim Possible, Las aventuras de Batman y Superman, Batman Beyond, Teen Titans, Justice League Unlimited y, más recientemente, The Avengers. En 2008, estuvo nominado a un premio Annie por sus storyboards.
En 2008, Bullock estuvo nominado a un Emmy por su dirección de la película de animación de WB La Liga de la Justicia: La nueva fron­tera. También ha dirigido capítulos de la serie de animación en 3D de Lucasfilm Star Wars: Las Guerras Clon, y The Spectacular Spider-Man de Sony Animation. Aparte de la animación, Dave ha ilustrado portadas para DC y Marvel en Action Comics, Teen Titans Go!, The Age of the Sentry, lron Man y Exiles.
Dave Bullock nació en 1971 en la pintoresca Nueva Jersey. Ac­tualmente reside en el soleado sur de California con su encantadora novia Kellie y su fiel perro Berkley. Dave está trabajando con la talentosa gente de Cartoon Network en la serie de animación Sym-Bionic Titan.

KURT BUSIEK
Kurt Busiek nació en Boston (Massachusetts). Empezó a escri­bir cómics de forma profesional en 1982, vendiendo historias tanto a DC como a Marvel en el mismo mes, y ambas aparecieron el mismo día. Desde entonces, ha escrito historias y personajes que van desde Mickey Mouse a Vampirella, pasando por Aquaman, Spiderman, Conan, ron man, los Vengadores y otros. Es muy conocido por Marvels y su cocreación Astro City, ambas ganadoras de numerosos premios de la industria. Vive en el noroeste del Pacífico con su mujer, Ann, y sus dos hijas. Pasa demasiado tiempo en internet.

JOSÉ LUIS GARCÍA-LÓPEZ
José Luis García-López ayudó a dar forma a la imagen de los su­perhéroes en los años 70 y 80 con su extenso trabajo para DC Comics y su departamento de licencias. Su ilustraciones, que aúnan estilo y rea­lismo, se pueden encontrar en cientos de cómics de DC, entre los que se incluyen Superman, Batman: Venom, Jóvenes Titanes y la aclamada miniserie Twilight (con Howard Chaykin).

DAVE GIBBONS
Dave Gibbons empezó su carrera en los cómics en 1973, tra­bajando para IPC y DC Thompson antes de realizar ilustraciones para 2000 AD. También trabajó en las tiras de aventuras de Doctor Who an­tes de que le invitaran a trabajar para DC Comics, empezando con Green Lantern. En 1985 empezó a colaborar con Alan Moore en varios títulos, lo que le llevó a Watchmen, su novela gráfica más vendida. La pareja ganó tres premios Kirby en 1987 por ese trabajo. Como guionista y dibujan­te, Gibbons ha trabajado en Green Lantern Corps y en The Originals. Con Frank Miller, produjo la serie de Martha Washington. Gibbons también ha trabajado con el director Zack Snyder en la adaptación al cine de Watch­men.

KEITH GIFFEN
Keith Giffen trabaja demasiaaaaado y, francamente, nos preo­cupa. Keith, un auténtico hombre renacentista, ha participado, ya fuera escribiendo, ideando, dibujando o una combinación de todo eso, en tí­tulos como All-Star Comics, Legión de Superhéroes, Ragman, Creeper, Lobo, Suicide Squad, Hero Squared!, 52 y, bueno... Ambush Bug. Re­cientemente ha trabajado en Doom Patrol, Magog y en millones de cosas más.

VINTON HEUCK
Vinton creció en el lluvioso noroeste americano leyendo mon­tañas de cómics de mercadillo, sin portada y mordisqueados por las po­lillas, y tiras recortadas del Príncipe Valiente. Entonces, su joven y febril mente soñaba con convertirse un día en ilustrador profesional de có­mics y guionista. Después de abandonar la universidad para perseguir su sueño, empezó su carrera como ambicioso, aunque no totalmente exitoso, dibujante de cómics, antes de que el dinero lo atrajera al mun­do de los dibujos animados de los sábados por la mañana. Después de dejar su húmedo hogar por la soleada California, hizo storyboards para series como Batman y El rey de la colina. Actualmente dirige la serie Avengers de Marvel, y le emociona debutar como guionista para DC en Wednesday Comics junto a algunos de los mejores nombres del negocio.

KARL KERSCHL
Karl lleva 14 años dibujando cómics. Ha trabajado en Adventu­res of Superman, All Flash, Robin y Jóvenes Titanes: Año uno, entre otras cosas heroicas, y recientemente se ha autopublicado la novela gráfica que escribió y dibujó para la banda Ragni. Ahora está trabajando en una novela gráfica original y produciendo webcomics con sus colegas de Toronto. Tiene dos gatos muy exigentes con sobrepeso, ambos franco­canadienses.

ADAM KUBERT
Adam Kubert ha ganado muchos premios de la industria, inclu­yendo un premio Eisner, varios premios Wizard y premios de los fans. Entre sus trabajos se incluyen Superman: Last Son (con Richard Donner y Geoff Johns), Batman vs. Predator, X-Men, Wo/verine, The lncredible Hulk, Fantastic Four, Spirits of Vengeance y Doc Savage: The Silver Pyramid. Cuando no da clases en la Joe Kubert School of Cartoon and Graphic Art, se puede encontrar a Adam en su casa de Nueva Jersey con sus tres hijos y sus dos Harley.

JOE KUBERT
Nacido en 1926, Joe Kubert empezó su carrera en los cómics a la edad de 11 años como aprendiz en uno de los talleres de cómic de Ha­rry Chesler. Desde entonces, ha trabajado en la industria, y en sus más de 70 años en este campo, ha producido incontables y memorables his­torias para infinidad de personajes, entre los que se incluyen Hawkman, Tarzan, As Enemigo, Batman y Flash. Kubert también editó, escribió y dibujó durante más de 30 años Sargento Rock, empezando por su título original Our Army at War.
Kubert también fue uno de los primeros creadores que adoptó el formato largo de cómic que se terminó conociendo como novela gráfica. Sus dos primeros trabajos en este medio fueron una novela gráfica de su creación más conocida, el heroico cavernícola Tor y la aventura de guerra Abraham Stone. Kubert también ha sido un pionero en el reino de la educación en cómics. En 1976 fundó la primera y única escuela acre­ditada que se centra en el arte de los cómics, la Joe Kubert School of Cartoon and Graphic Art en Dover (Nueva Jersey), de la que han salido muchos de los mejores dibujantes actuales.
Kubert vive en Nueva Jersey. Dos de sus cinco hijos, Adam y Andy, también han conseguido mucha popularidad en el mundo del cómic.

JIMMY PALMIOTTI
Jimmy es un autor premiado, cofundador de Event Comics, Black Bull Media, Marvel Knights y Paperfilms, donde tiene como socios a Amanda Conner y Justin Gray. Juntos han creado y cocreado The New West, Monolith, 21 Down, The Resistance, The Pro, Gatecrasher, Beau­tiful Killer, Ash, Cloudburst, Trigger Girl 6, Splatterman, Thríll Seeker, Trailblazer, Ballerina, The Twilight Experiment y la serie de televisión de Painkil/er Jane.
Actualmente trabaja en Power Girl, Jonah Hex y Prototype para DC, The Last Resort para IDW, Back to Brooklyn para Image, Spartacus para Devil's Due, y Time Bomb para Radical Comics.

PAUL POPE
En América, es conocido como "el Destructor de los Cómics". En Francia le han llamado "el Jim Morrison de los cómics" y "el Pequeño Príncipe de los cómics". Su obra se ha traducido a varios idiomas en tres continentes. Es uno de los pocos artistas jóvenes que no dejan de obtener apoyos de la crítica y atención de los medios, con apariciones en el canal Sci-Fi, Much Music y en otros sitios. También ha aparecido en revistas como Spin, A+F, Entertainment Week/y, V Magazine y The Village Voice, y es el único dibujante americano que ha trabajado con la editorial más grande de manga de Japón (Kodansha) durante más de cinco años. Cree en el poder del arte pop y en la universalidad de los cómics como medio narrativo. Cree en el poder del diseño gráfico. Su estilo de dibujo refleja una sensibilidad hacia las tradiciones gráficas y narrativas de los mejores cómics de Europa, Japón y América. Es un constructor de mundos de ciencia ficción que sueña en papel. "Una de las características de Pope", decía la revista Comic Journal, "es su estilo de dibujo, suelto y densamente poblado de trazos largos y sinuosos, con la gracia y la fluidez de la caligrafía asiática." Desde su estudio de dos habitaciones en Nueva York, Paul Pope tiene la meta de crear "cómics mundiales, del siglo XXI, historias de cómic que lleguen y hablen a todo el mundo".

JOE QUIÑONES
Joe Quiñones se graduó en 2003 en Bellas Artes por la Rho-de Island School of Design. Ahí estudió las diversas facetas de la ilustración, pero se enamoró de los cómics bajo la tutela de David Mazzucchelli (Batman: Año uno). Joe empezó su carrera en otoño de 2007 con Teen Titans Go!. Tras el esfuerzo excitante (y agotador) que supuso su contribución a ese cómic, Joe se ha mantenido ocupado con varios cómics para DC y otros. Actualmente trabaja en Black Canary /Zatanna: Bloodspell, una novela gráfica de 96 páginas escrita por Paul Dini.

EDUARDO RISSO
Eduardo Risso nació en 1959 en Leones (Argentina), y empezó su carrera en 1981 haciendo ilustraciones para periódicos y revistas. En 1987, Risso hizo su primera colaboración con el escritor Ricardo Barreiro, Parque Chas. En 1989, se publicó Fulu, el primer trabajo francés de Risso para Vécu Magazine y después para Glénat. En total fueron cinco volúmenes, todos escritos por su colaborador habitual, el escritor Carlos Trillo.
En 1998, Risso colaboró por primera vez con Brian Azzarello en Jonny Double, y a continuación la pareja creó la saga criminal 100 Balas. El trabajo de Risso en esa serie le proporcionó un premio Yellow Kid y varios Eisner y Harvey.

WALTER SIMONSON
El trabajo de Walter Simonson en la premiada Manhunter (con el guionista Archie Goodwin) lanzó una carrera que incluye etapas his­tóricas en The Mighty Thor y X-Factor. Los guiones y dibujos de Simon­son han aparecido en muchos títulos de DC, incluyendo Orion, Michael Moorcock's Multiverse, Hawkgirl y World of Warcraft. Walter trabaja des­de su casa en el norte de Nueva York, donde vive con su mujer, la guio­nista de cómics Louise Simonson.

RYAN SOOK
Ryan Sook empezó su carrera en el mundo del cómic con Cha­llengers of the Unknown núm. 15 en 1998. A continuación hizo una his­toria corta para Tangent Comics: Tales of the Green Lantern, lo que le permitió dejar a los 21 años su trabajo como conductor de camión y empezar con una profesión (casi) a tiempo completo como ilustrador de cómics.
Aunque Ryan ha conseguido mantener un perfil bajo en la in­dustria, su trabajo ha incluido a muchos de los personajes más icónicos, como Superman. Batman o el Capitán América, y lo ha realizado junto a grandes nombres como Mike Mignola, Mark Waid, J.M. DeMatteis o Grant Morrison.
Wednesday Comics representa uno de los trabajos más inspira­dos de Sook hasta la fecha. Ryan, que se encargó de los lápices, la tinta, el color y la rotulación, trabajó junto a Dave Gibbons para crear una visión de "el último chico de la Tierra" de Jack Kirby que recupera el aspecto y la sensación de los cómics de antaño, a la vez que insufla nueva vida a ese personaje tan querido.

BRIAN STELFREEZE
Brian Stelfreeze ostenta el honor de haber ilustrado más de 50 portadas consecutivas de Batman: Shadow of the Bat. También ha he­cho más portadas de las que nadie puede contar para DC, Marvel y otras editoriales. En los últimos años se ha centrado más en las páginas interiores, y ha creado cómics como Matador (junto a Devin Grayson), Gun Candy, The Ride: Die Valkyrie!, Domino y Midnighter.



viernes, 17 de junio de 2011

Wednesday Comics o de como me alegraron el día




Por Crom y Mitra que no acabo de creermelo, veo en la red unas imagenes, la portada de un comic, curioseo, busco y me encuentro con un ejercicio de nostalgia pero de proporciones inmensas (cuando quieren estos yanquis hacen verdaderos prodigios). Wednesday Comics, un comic semanal, pero serializado a una página por personaje (recordando épocas preteritas cuando los periodicos americanos mostraban historietas que se tornarían míticas), autores sobresalientes y además en el tamaño de aquella época, aquellas sabanas de papel. Por todo ello, yo que ando un pelín desconectado de las novedades en los comics, ya hubiese merecido la pena descubrirlo, esto se publicó allá en los Estados Unidos de Norteamérica en el 2009, lo asombroso es que este mes sale a la venta en España una edición integral con el tamaño de los periodicos de aquí (algo menor que el yanqui) pero que pienso comprar en cuanto lo encuentre.


Y es que hacía mucho tiempo que no veía algo tan increible: Batman con guion de Azzarello y dibujo de Risso, Kamandi con Gibbons y Sook, Hawkman con Kyle Baker, Deadman, Superman, Green Latern, Metamorpho con Neil Gaiman y Mike Allred, Teen Titans con Berganza y Sean Galloway, Adam Strange con Pope, Supergirl, Metalmen con Didio, Jose Luis Garcia Lopez y Kevin Nowlan, Wonder Woman con Ben Caldwell, Sgt Rock con Adam Kubert y Joe Kubert, the Flash y Demon y Catwoman con Simonson y Stelfreeze. La lista es enorme e impresionante, pero me gustaria recalcar que de todas ellas, la que más me ha deslumbrado y hay historietas impactantes, la que más digo, es la de Kamandi: el último hombre en la Tierra, creado por Jack Kirby, esta versión actualizada esta escrita por Dave Gibbons y dibujada por Ryan Sook, y no puedo evitar verla y pensar en El Principe Valiente de Harold Foster, supongo que está más allá de la lógica, pero es un sentimiento feroz, no se expresarlo, y desde luego esta historieta es el máximo exponente, para mi, de todas ellas, pero las que estan detrás van muy cerca si fuese una competición.
La nostalgia a la historieta de otra época expresada con un ejercicio mayúsculo de aproximación a un formato que se fue y no volverá, al menos en papel. Me han alegrado el día.





Un día (cualquiera) en la red









martes, 14 de junio de 2011

Agenda de rupturas

Perramus de Alberto Breccia

U#24 junio 2002
Texto: Francisco Naranjo

1. UN ENCARGO ENVENADO
Un texto en el que se pase revista a los autores que, de una u otra forma, rompen, o han roto, la monotonía del lenguaje. Un listado de innovadores, una retreta de la vanguardia... Y, claro, todo razonado, ajustado a una tesis, como corresponde.
Una golosina. Uno de esos encargos que no le importa a uno encarar... Porque parece sencillo, porque se diría que lo ha escrito uno cien veces en su cabeza. Pero después viene la pantalla en blanco, los papeles garabateados con nombres y confusas consideracio­nes, la fecha de entrega que se echa encima. Y la eter­na pregunta: ¿por dónde empezar, cómo estructurarlo, pero quién soy yo para decidir quién rompe o deja de romper, y si se me olvida mencionar el nombre más evi­dente? Y también: ¿es tan necesaria, es siquiera importante eso que llamamos (una convención más) ruptura? ¿Y cómo la delimitamos: es cuestión de len­guaje, de temática narrativa, de grafismo, de formato? Y la cosa se sale de madre y la confusión se hace dueña del teclado, como de costumbre.

Los Kinder-Kids de Lionel Feininger


2. ARQUEOLOGÍAS
Rupturas... En 1906, Lionel Feininger amalgama en las planchas de su Kinder-Kids una serie de propues­tas plásticas directamente arrancadas de las vanguar­dias pictóricas europeas y las aplica a una narracióntan contaminada de surrealismo que vulnera cualquier convención y transforma su trabajo en algo único e irre­petible. En los últimos años de la década de los '20, Cliff Sterrett se lanza a experimentar con la forma en las entregas dominicales de su Polly and her Pals, crean­do unas planchas en las que la anécdota pasa a un segundo término y la torrencial inventiva icónica se erige en auténtica protagonista, legándonos imágenes de una modernidad tan radical que aún hoy resultan estimulantes y, por qué no, contemporáneas. Frank King fragmenta, en 1931, una vista general en una cuadrícula que le permite secuenciar una serie de acciones mínimas, manipular el tiempo e incluso vulne­rar a su antojo el orden de lectura de la plancha: es uno de los momentos álgidos de su Gasoline Alley, y muy poca gente ha llegado hoy tan lejos. En esa misma década, E.C. Segar elabora una fascinante ensalada de géneros en su Thimble Theatre, echando mano de todo tipo de referencias para construir una narración ágil en la que el humor y la observación cotidiana se dan la mano con la aventura y con un estilo gráfico de engañosa sencillez y aparente feísmo para construir una obra mixta y orgánica que aún hoy conserva la misma frescura que sedujo a los lectores de hace setenta años. La lista puede ser tan larga y prolija como queramos: Roy Crane y la mancha, el estilizado mini­malismo de Crockett Johnson, la poesía que Herriman


Valentina de Guido Crepax


podía crear con el rojo y el negro, con cuatro frases, con un ladrillo y una luna en forma de habichuela. ¿Rupturas? Nadie ha llegado más lejos que ellos, nadie ha experimentado más, nadie ha explorado más. El medio era joven, muy joven. Las fronteras no se habían defini­do aún y daba gusto pasearse por territorios
que no estaban todavía vedados: no hay más que contemplar los trabajos mencionados (y muchos otros de la misma época).
Después vino el comic-book, el refrito, la compartimentación de géneros y públicos. ¿Rupturas? Eisner infectó las páginas de su The Spirit de puro cine negro, para después saltarse unas cuantas barreras y contar cosas que no encajaban en el corsé de la época. ¿Más nombres? Quizá Alex Toth, por muchas razones. Jack Cole, John Stanley, el siempre excesivo Wolverton. Jack Kirby, sí, pero más por su trabajo en géneros como el romántico que por la cimentación que de lo superheroico hizo.
Krigstein, Kurtzman, Davis... la EC como laboratorio de nuevas fronteras. Crumb, sin duda: uno de los más grandes. ¿Más nom­bres? ¿No hemos citado a los Franquin, Bartolozzi, K-Hito, Bernet (el padre), Benejam, Coll...? Rupturas... Uno se pregunta hasta dónde llega la norma y dónde empieza ésta a vulnerarse. Si los nombres que quedan son los que rompieron... ¿no debería ser esa sub­versión la que quedase como norma, no deberían ser esos los mínimos?
Rupturas... Steranko y Crepax a uno y otro lado del Atlántico: fragmentación, tiempo no lineal, saqueo de motivos plásticos y narrativos ajenos (publicidad, cine, cartelismo), análisis de la forma, estilización. Son tiem­pos vertiginosos, las pantallas de cine se dividen en dos, en tres puntos de vista simultáneos, el zoom con­vierte el prímerísimo plano en figura poética. ¿Faltan nombres? Seguramente... ¿Qué tal Carlos Giménez y su minuciosa exploración del tiempo narrativo? Y des­pués, la explosión de Moebius, su reivindicación de la imaginación libre. El Garage Hermético, la libre asocia­ción, la elaboración de un imaginario gráfico único, deudor de cien tradiciones y traidor de todas ellas por la vía de la desvirtuación, de la adaptación... La Historieta nunca será la misma después de Moebius, como no pudo ser la misma después de Eisner, des­pués de Steranko, después de Herriman.
Rupturas.

3. CERRANDO EL ENCUADRE
Pero no es para leer todas estas consideraciones confusas y a lo mejor ya muy sobadas para lo que a uno le encargaron el artículo, sino para pasarrevista a una serie de nombres de los que se ha hablado seguramente en otras páginas de este número (y en tantas otras anteriores). Nombres de aquí, claro. Nombres, en algunos casos, alejados ya del medio por distintas razones.
En España, parece que hablar de vanguardia his­torietistica es hablar de los años '80, de Cairo y, sobre todo, de Madriz. No sin razón, desde luego, pero da a veces la impresión de que se desestiman trabajos, individualidades anteriores y hasta con­temporáneas. Algunos nombres están ya citados aquí (hay tantos...), otros son ajenos a esa corrien­te, si así podemos calificarla, de madrizleños, adlá­teres y añadidos. (Se me ocurre, sin ir más lejos, que tan radical en su serenidad e inteligencia es la obra de Montse Clavé como la de López Cruces... ¿Por qué nadie se acuerda de ella?). Pero, en cual­quier caso, bueno es tener una base a partir de la cual delimitar un poco el mapa de eso que englo­bamos como rupturas. Vamos a ello.
Repetir a estas alturas lo que Cairo o El Víbora fueron para el anquilosado mercado local hace ya dos décadas, sería pecar de reiterativos. La demo­lición de corsés narrativos y temáticos, la adscrip‑

Semaforos Verdes de Pilar y Montse Clavé


ción a fórmulas que, si bien recuperaban corrien­tes en su momento familia­res para el lector, llevaban tiempo abandonadas (el humor más o menos gam­berro, el costumbrismo, la aventura), la recuperación de nombres que habían desarrollado su trabajo en circuitos minoritarios (lo underground) o alejados del foco de interés del lec­tor de Historieta (la ilustra­ción y el tebeo infantiles). Todo conspiró para la apa­rición espectacular de un experimento como Madriz, que, con financiación pú­blica, podía permitirse el lujo de dar carta blanca a una serie de autores para que elaborasen propues­tas novedosas, rompedo­ras, personales. Sus pági­nas fueron caldo de cultivo para múltiples acerca­mientos al medio desde perspectivas inéditas, y fueron también punto de encuentro de disciplinas ajenas que contaminaron la plancha de pintura, de literatura, de cartelismo, de poesía... una hibridación que no siempre produ­jo resultados satisfactorios, pero que dejó un poso fundamental para entender la evolución de gente como Raúl, Del Barrio, Rubén, un poso del que posteriores generaciones han sabido alimentarse y que aún hoy da frutos sorprendentemente frescos.
Los años 80 son, en el mercado francés, de rein­vención de géneros (corre­mos peligro de columpiar­nos, ojo: resumir una déca­da con tanta ligereza, espe­cialmente si hablamos de algo tan diverso como la Historieta de nuestros veci­nos europeos, es casi una temeridad). Y si alguien lide­ra el pelotón es, sin duda, Yann, guionista prolífico empeñado en redefinir el medio desde presupuestos que entonces se llamaron posmodernos. En sus traba­jos hay siempre una auto-consciencia, un diálogo con el lector que se establece más allá del recurso fácil de lo metalingüístico, un diálo­go de tú a tú que enriquece notablemente el calado de sus historias, que se benefi­cian además de una mirada nueva (y a eso se reduce todo, a la postre), una mira­da inédita a la que no son ajenas la ironía y la multipli­cación de referencias. En Estados Unidos deconstruían por entonces sus cansados superhéroes con una serie de títulos (todos los conocemos) cuya influencia en el medio fue más formal que temática: Miller, Mazzucchelli...
Después llegó el manga con su gigantismo, su manipulación del ritmo, su gusto por nuevos formatos, su reivindicación de nuevos públicos... Una revolución


La Diosa Sumergida de Calatayud


no admitida por algunos que ha permeado, sin embar­go, la actitud de casi todo el mundo, su manera de con­cebir la Historieta y hasta el mercado. ¿Y qué queda ahora? Muchos hablan de crisis (otra vez), de muerte anunciada. Nuestros vecinos recurren a fórmulas clá­sicas (Trondheim y su corte de colaboradores), prolife­ran por doquier (incluso aqui) las pequeñas editoriales independientes empeñadas en ofrecer un producto cuidado y muy especifico, no siempre con vocación minoritaria. Y la vanguardia sigue sin aclarar sus fron­teras... ¿Son rompedores los monigotitos del citado Trondheim? No lo son, me parece, los de nuestro Calpurnio, que por otra parte sí gusta de forzar los lími­tes, las reglas, sí juega a experimentar. ¿Entonces?
Quizá sea ya hora de recurrir a la agenda, de elaborar una mínima lista de la compra que pueda servir al lector de hoy para orientarse un poco. Rupturas, en fin...

4. AGENDA DE RUPTURAS
Quizá el nombre que le viene a uno a la cabeza con más rapidez sea el de Federico del Barrio, un tipo que se desligó de influencias más o menos afrance­sadas y se adentró sin miedo en la elaboración de una obra arriesgada y personal en las páginas de Madriz. Una obra que se centró en la búsqueda per­sonal, en la introspección y en el constante desafío a las reglas no escritas del medio. Sus pequeñas histo­rias de desolación y amistad, sus reflexiones en tornoa la propia identidad y a la validez de la Historieta como vehículo comunicante, acabarán derivando en la invención de un alter ego, Silvestre, a través del cual llevará a cabo un fascinante trabajo de tanteo en busca de un nuevo lenguaje (recogido en dos libros: Simple, de Edicions De Ponent, y Relaciones, edita­do por Sinsentido, ambos en 1999). Su aportación más interesante, sin embargo, me parece que está en sus colaboraciones con Hernández Cava, donde aplica a la estructura férrea del relato de corte tradi­cional una interpretación tan respetuosa como libre y renovadora de los presupuestos de la puesta clasi­cista: Las Memorias de Amorós (cuatrp libros publi­cados por Ikusager en 1993), El Artefacto Perverso (Planeta DeAgostini, 1996) y La Conjura (Ikusager de nuevo, 1993). Y mientras Del Barrio rompe precisa­mente con su regreso a presupuestos clásicos, Raúl Fernández continúa, tras una serie de historias cortas muy notables en Madriz, una especie de permanente carrera de obstáculos en la que la experimentación gráfica, espectacular a menudo e inteligente casi siempre, amenaza permanentemente con eclipsar cualquier atisbo de narratividad. ¿Dos caras de una misma moneda? (A veces me da por pensar que a uno de los dos le vendieron una brújula trucada... si se me permite la broma.) Pero estábamos con nom­bres, con listados... Una bibliografía mínima.
Parece obvio: el caminante que quiera pasear por las callejuelas de Villa Ruptura debe proveerse de una


Garcés: En ángulo

serie de herramientas imprescindibles, sin las que se perderá sin remedio. Para empezar, convendría tener a mano toda la colección de la revista Madriz, una guía tan aleatoria como absorbente de nuevos territorios, de nuevos caminos, abiertos unos, condenados los más. En sus páginas hallará el lector a un Rubén espléndido, a López Cruces y a Victor Aparicio (clásico abierto a nuevos paisajes uno, inquieto e insular el otro: francoti­radores ambos, aún hoy trabajando, cuando lo hacen, en la emboscadura). A El Cubri, un equipo mítico que hizo más por la Historieta en este país de lo que nadie será capaz nunca de agradecerles (dos títulos bas­tarían para justificar mi afirmación: Sombras y Paisa).
(Además, no vendría mal tener a mano alguna de esas recopilaciones que Fantagraphics o Kitchen Sink han editado con la obra de Sterrett, Herriman, Winsor McCay o E.C. Segar. Porque en sus páginas está todo, el talento fundacional y el entusiasmo del pionero, la ele­gancia de quien inventa en cada trazo. Si hay, si hubo, ruptura, es ahí donde se puede encontrar. Está dicho ya, sí, pero nunca viene mal un recordatorio)
Calatayud y Micharmut, imprescindibles. El primero es la luz y la línea, la composición, la elegancia. Desde su época en Trinca insiste en la construcción de un rico imaginario respetuoso con el público infantil y, por extensión, con el lector adulto. Son muchos años, muchos títulos. Narrador incansable, iluminador de mundos coherentes, en 1997 publica un libro (El Pie Frito, editado por Camarasa y MacDiego) que supone una auténtica revelación: ilustración e historieta, texto e imagen, se superponen, colaboran, se mezclan sin someterse a normas preestablecidas, crecen de forma orgánica, se funden. Nadie ha llegado tan lejos. Micharmut, por otro lado, es la gramática de la búsque­da, la minuciosa orfebrería del lenguaje. En sus plan­chas se acomodan los hallazgos de un buen puñado de autores pretéritos, hallazgos que son desmontados, analizados y vueltos a engarzar con la sensibilidad deun miniaturista en permanente búsqueda... Buscar, sí, es una buena manera de difinir su obra. Buscar, definir, romper, rehacer. La realidad, el lenguaje (¿no son, acaso, lo mismo?), son un puzzle, un jeroglífico, un código. Reinterpretar.
Rupturas, pistas... Inevitable llevar en la mochila, también, algo de Carlos Giménez. (¿oigo el sonido de alguna vestidura al rasgarse...?) Paracuellos, desde luego. Y Koolau el leproso (ambos recientemente ree­ditados por Glénat). El gran Tha, uno de esos exiliados en el género humorístico, uno de nuestros dibujantes más delicados, uno de nuestros historietistas con más talento (y uno de los más personales). Garcés, otro gran olvidado, creador de un especialísimo mundo pro­pio, de una particular poesía visual. Ricard Castells, un minucioso emboscado que en ningún momento dejó de entregar páginas cuya delicadeza arranca el aliento, páginas arriesgadas, valientes y muy hermosas.
¿Más nombres? Hemos mencionado a Moebius y a Yann. Hemos dejado muy claro que los más arriesgados publicaban durante las primeras tres décadas del pasado siglo. ¿Hemos mencionado a Breccia, el rompedor permanente, el que avanzaba un paso por delante de cualquiera en cada nuevo título? Sergio Toppi, Dino Battaglia... ¿No es ya suficiente? Hay más nombres, pero esto acabaría conviniéndose en una suerte de sermón, un monó­tono recordatorio. ¿Hay, de verdad, más nombres? Ventura y Nieto, claro. Quizá una docena mas.
O quizá no sea necesario nada de todo lo anterior. Tal vez sólo haga falta tener los ojos bien abiertos para caminar por las calles de Villa Ruptura. Seria lo mejor, pasear con las manos en los bolsillos, la mirada recep­tiva y habiendo dejado los prejuicios en casa. Hablamos de Historieta, un medio que tiene la comu­nicación en sus entrañas. Lo importante es que nos llegue, que nos deslumbre. Lo demás... bueno, lo demás son palabras.