domingo, 30 de noviembre de 2025

MARVEL HÉROES El Espectacular Spiderman

VIAJE AL INTERIOR DE LA MENTE ARÁCNIDA:

EL SPIDERMAN DE DeMATTEIS Y BUSCEMA

JULIAN M. CLEMENTE

NO SIEMPRE LOS MEJORES COMICS DE UN PERSONAJE SE ENCUENTRAN ENTRE LOS MAS REEDITADOS. CON J. M. DEMATTEIS Y SAL BUSCEMA TENEMOS UNA GIGANTESCA DEUDA EN LO QUE SE REFIERE A SU ETAPA CONJUNTA EN EL TREPAMUROS. EL PRIMERO ES FUNDAMENTALMENTE CONOCIDO EN RELACIÓN AL PERSONAJE POR "LA ÚLTIMA CACERÍA DE KRAVEN", RELATO SEMINAL PUBLICADO EN DECENAS DE OCASIONES Y QUE SE ENCUENTRA ENTRE LOS TEBEOS DEL HOMBRE ARAÑA QUE HA LEÍDO CASI CUALQUIER LECTOR, ADEMÁS DE FIGURAR EN TODAS ESAS LISTAS DE "LO MEJOR DE SPIDERMAN" NO SIEMPRE ELABORADAS POR QUIEN CONOCE A FONDO TODO EL CATÁLOGO DEL HÉROE. EN CUANTO AL PEQUEÑO DE LOS BUSCEMA, SU RELACIÓN CON EL LANZARREDES SE DESARROLLÓ DURANTE MÁS DE VEINTE AÑOS, DE MANERA QUE NOS ENCONTRAREMOS LARGAS Y CONTINUADAS PERMANENCIAS EN SERIES COMO MARVEL TEAM-UP Y PETER PARKER, THE SPECTACULAR SPIDER-MAN. PERO FUE EN LOS EPISODIOS RECOGIDOS EN ESTE VOLUMEN, Y QUE NUNCA ANTES SE HABÍAN RECOPILADO DE FORMA INTEGRAL, DONDE AMBOS AUTORES DIERON LO MEJOR DE ELLOS MISMOS, DEJANDO UN PUÑADO DE AVENTURAS MEMORABLES QUE, ANTE LA AUSENCIA DE REEDICIONES, HAN SUFRIDO LA ABSURDA CONSIDERACIÓN DE "ETAPA DE CULTO", RESERVADA A AQUELLAS QUE GUSTAN MUCHO, PERO QUE LAS CONOCEN POCOS, CUANDO DEBERÍA TRATARSE DE UN SUPERVENTAS SIEMPRE DISPONIBLE. ES HORA DE REPARAR ESA INJUSTI-CIA. CON TODOS USTEDES, AL FIN LLEGA EL ESPECTACULAR SPIDERMAN DE J. M. DEMATTEIS Y SAL BUSCEMA.



Decíamos que la saga arácnida de DeMatteis a la que siempre se alude es "La última carecería", junto a Mike Zeck, pero la relación del escritor con el personaje comenzó mucho antes, cuando era un machaca sin los oropeles del prestigio, que se encargó durante una buena temporada de Marvel Team-Up a principios de los ochenta, con Herb Trimpe al dibujo al principio, siendo luego sustituido por Kerry Gammill. Aquellos tebeos no te los encontrarás en ninguna de esas listas de favoritos, y sin embargo eran más que disfrutables y ya contenían algunas claves sobre las que volvería el autor en la época que nos ocupa. Pondremos algunos ejemplos: aunque Alimaña había sido presentado por DeMatteis en un relato de Capitán América, fue en un episodio de MTU con el abanderado como invitado especial cuando el trepamuros entró en contacto por primera vez con la escalofriante criatura que luego habría de desempeñar un papel fundamental dentro de "La última cacería". Sumamos: la Tía May y su novio de entonces, Nathan Lubensky, merecieron un tratamiento especial por DeMatteis, lejos de las caracterizaciones estereotipadas de señores mayores que no se enteran de nada que solían verse en manos de otros autores. Fue a él a quien se le ocurrió que montaran un geriátrico amigable en la vieja casa de Forrest Hills, lo que sumó unos cuantos secundarios a la franquicia de los que tampoco se acuerda ya nadie. Añadimos: la historia del Profesor Power, que aquí veremos avanzar a una suerte de cierre, comenzó en Marvel Team-Up, aunque en aquellos episodios la principal atracción fuera la presencia de Lobezno. Y rematamos: en la habitualmente despreciada cabecera que el trepamuros compartia con otros héroes, encontramos ya un cómic que escribía DeMatteis y que ilustraba Sal Buscema, detalle anecdótico más que otra cosa, porque en aquel entonces Buscema estaba para un roto y para un descosido, así que no era extraño que acababa dibujando números de casi cualquier colección.

En resumidas cuentas, en aquellos años, nuestro guionista completó una veintena larga de números de MTU, antes de que fuera uno de esos escritores con fama de profundos y adultos.

Esa consideración llegó, al menos para el lector Marvel más mainstream, con "La última cacería", publicada a lo largo de los distintos títulos arácnidos de 1987, que puso patas arriba unos cuantos convencionalismos no sólo del personaje, sino de los superhéroes. No sólo se trataba de una historia oscura, oscurísima, que hablaba sobre la tradición mal entendida, la obsesión, el amor, la muerte, el suicidio y las razones para vivir, y ni siquiera tenía que ver sólo con que el foco estuviera puesto sobre el villano, como nunca antes había ocurrido con un antagonista arácnido. En lo que a estructura se refiere, la integración dentro de series abiertas de lo que a todas luces se leía como una miniserie al margen de las mismas supuso un modelo a seguir. Los resultados económicos fueron muy destacables, lo que llevó a que se repitiera y se abusara de la fórmula, llegando a crearse series abiertas consistentes en miniseries de autores de prestigio que se encadenaban una tras otras. Nos han dicho que el título que rompió el molde fue Legends of the Dark Knight, y aceptamos batbote como animal acuático, porque hasta el propio Todd McFarlane lo reconocía en la portada de su Spider-Man #1 USA (1990), pero antes de Legends existió "La última cacería". Había que decirlo.

Ahora parece hasta gracioso comentarlo, pero entonces no se lo tomaron tan en broma. "La última cacería" gustó, y gustó mucho, porque pilló a los lectores desprevenidos y los sumió en un relato opresivo y apasionante sobre un villano del que hasta entonces se reían, y que una buena noche pegaba un tiro a su enemigo, le enterraba en vida y se hacía pasar por él. Si repasamos los cómics de la época, hubo unos cuantos aficionados que escribieron para quejarse, diciendo a Marvel que cómo se les había ocurrido colarles en su cómic del alegre trepamuros algo tan serio, tan terrible y tan poco agradable de leer. Por eso, pese a que fuera un tebeazo de padre y muy señor nuestro, los editores decidieron andar con pies de plomo en lo que se refiere a cualquier cosa que pudiera oler a "La última cacería", porque Spidey seguía siendo el personaje más comercial de la compañía, porque sus tebeos muchas veces se los compraban los padres a los críos y porque no era cuestión de buscar problemas. En Amazing, al poco tiempo, llegaron David Michelinie y McFarlane con su espectáculo ligero y superventas; en Spectaculary Web of, regresó un clásico de la franquicia, Gerry Conway, a contar historias con los secundarios del héroe que quizás daban un paso más allá, en cuanto a caracterización y complejidad, pero en aquellos cómics tampoco había trasgresiones comparables a las que habían tenido lugar con el clásico de DeMatteis y Zeck.

Tuvieron que pasar nada menos que cuatro años para que el editor Danny Fingeroth se atreviera a pisar esos terrenos. Es así como llegamos a 1991, y al tomo que nos ocupa. Te pongo en antecedentes: Fingeroth acababa de llegar a la franquicia, para encontrarse con que la balsa de aceite de su antecesor, Jim Salicrup, acababa de hundirse, ya que se había producido la salida de Gerry Conway, quien, recordamos, escribía dos de los tres títulos principales. El nuevo editor llamó a DeMatteis, que había pasado aquellos cuatro años sin quererse acercar al Hombre Araña hasta que no tuviera una buena historia que contar, y llegó a ofrecerle cualquiera de los dos títulos. DeMatteis, que ya había dado con esa historia, optó por Spectacular, debido a que ahí se encontraba Buscema desde hacía tiempo y quería trabajar con él.

Lo admiraba y lo consideraba uno de los dibujantes más subestimados del género.

¿Y de qué historia estábamos hablando? Como había ocurrido con "La última cacería", el escritor llegó con una saga cocinada para otro personaje. "El niño que llevas dentro" (Spectacular #178-184 USA), fue concebida como una aventura de Batman destinada a publicarse, precisamente, en Legends. Su intención era la de explorar las raíces psicológicas de la infancia de Bruce Wayne, al que DeMatteis veía como un niño traumatizado por la muerte de sus padres. Algo similar ocurría con Dos Caras, el villano de la aventura, de manera que establecía paralelismos entre ambos. La propuesta no logró alcanzar la luz verde: DC Comics había lanzado ya una novela gráfica del Hombre Murciélago, titulada Batman: Night Cries (1992), que abordaba el tema de los abusos infantiles, por lo que no querían insistir.

De cara a trasplantar la trama al universo arácnido, De-Matteis se quedó con el esqueleto básico, sustituyendo a Bruce Wayne y Harvey Dent por Peter Parker y Harry Osborn, respectivamente. Los tiempos en los que el hijo de El Duende Verde podía vestirse con el disfraz de su padre para hacer heroicidades quedaban atrás. "El niño que llevas dentro" ignoraba la cuidada evolución previa llevada a cabo por Roger Stern, Tom DeFalco y David Michelinie para sepultar a Harry en la locura.

"No se me ocurre nadie que tenga un bagaje psicológico y emocional como el de Harry y haya conseguido escapar fácilmente de él", comentaba al respecto. "Pero más importante que eso era la dinámica entre El Duende Verde/Harry y Spiderman/Peter: la idea de los enemigos mortales que a su vez son grandes amigos. Dos hombres que se quieren de verdad pero que han emprendido el camino de la mutua destrucción. No importa cuánto hayan tratado de hacerlo, no pueden escapar".

En paralelo, la historia abordaba un tema nunca antes explorado, el de la relación de Peter con sus padres, a los que apenas se aludía desde The Amazing Spider-Man Annual #5 USA (1968). "Cuando somos niños, nuestros padres son como dioses para nosotros y su impacto en nuestras vidas es enorme", reflexiona el guionista. "Nadie había realmente prestado atención a la importancia que para Peter había tenido la pérdida de sus padres. Era un terreno virgen, lo que me dejó mucho margen para explorar. Una de las formas en las que los niños consiguen hacerse con el poder en situaciones sobre las que no tienen control consiste en responsabilizarse por cuanto sucede a mi alrededor. 'Mis padres se han divorciado, mis padres han muerto, abusaban de mí... así que debe de ser culpa mía'. De una extraña manera, este falso sentido de la responsabilidad pone orden en el caos. Los padres de Peter murieron cuando él era muy joven, pero tenía la edad suficiente como para sentir su pérdida, para naufragar y para interiorizar el dolor en lo más profundo de su mente. Esa culpa sólo se magnificó, años más tarde, por la muerte del Tío Ben".

El relato se acercaba desde la misma óptica a la figura de Alimaña, que había padecido malos tratos en su infancia. La presencia de este último permitió a Fingeroth vender la saga como una secuela: "¡Donde acabó 'La última cacería de Kraven'... comienza la caza de Alimaña!", afirmaba en portada. La torturada infancia de Edward Whelan, el verdadero nombre de Alimaña, encontraba una caja de resonancia con la Doctora Ashley Kafka, una psiquiatra que intentaba curarlo. DeMatteis eligió el nombre en homenaje a una terapeuta a la que conocía, mientras que probablemente sólo él le podría haber puesto semejante apellido. La Doctora Kafka tuvo una importancia decisiva en futuras historias, tanto de éste como de otros autores. Sal Buscema se atrevió a reflejarla como una mujer de mediana edad, con un cuerpo convencional, alejado de los estereotipos superheroicos. Al respecto, DeMatteis comentaba lo siguiente: "Pensé que sería interesante tener un personaje que pudiera hacer lo que a mí, como escritor, me gusta: internarse en las mentes de estos personajes fascinantes y aparecer con una perspectiva única de por qué se transformaron en lo que son: los traumas de su pasado, los demonios que cargan. La utilicé en muchas ocasiones porque creía que, como persona y como terapeuta, era una adición valiosa al elenco".

El final de la historia dejó unas cuantas tramas abiertas que se resolverían más adelante. Mientras tanto, DeMatteis y Buscema abordaron otros personajes y situaciones desde el toque de autor en que habían enmarcado la serie, que dio en Buscema con el perfecto acompañamiento gráfico. Durante los años anteriores, en los que Conway había escrito Spectacular, la labor del artista había pasado inadvertida, pero en los relatos de DeMatteis su sobriedad cobró un nuevo sentido. El escritor desarrollaba guiones muy detallados, con descripciones exactas de lo que ocurría en cada viñeta. En ellos acudió a un puñado de trucos, como la utilización de grabaciones de vídeo o la repetición del mismo ángulo en viñetas contiguas para señalar el paso del tiempo, que se beneficiaban del estilo seco de Buscema. "Sal estaba en un proceso de reinventarse a sí mismo como dibujante, entintador e incluso como narrador", alababa Fingeroth. "Estaba madurando y profundizando en su propio estilo y en sus habilidades.

Disfrutaban trabajando juntos y se notaba". En apenas unos meses, Spectacular encontró una identidad que la diferenciaba del resto de cabeceras arácnidas. Fingeroth llegó a bromear con sus autores, acerca de que habían creado un microuniverso arácnido con sus propias reglas. El fandom con buen gusto aplaudió. Su lado más infantil y aventurero podía disfrutar de la ligereza explosiva de Amazing, pero si querían historias con auténtico contenido y significado, las tenían en Spectacular.

El número inmediatamente posterior a "El niño que llevas dentro", el Spectacular #185 USA (1992) recuperó a El Hombre-Rana y La Coneja Blanca, dos personajes risibles, de los tiempos de DeMatteis en MTU, a los que se sumó un villano igualmente ridículo, Morsa, de un olvidado número de Daredevil. Con todos ellos, el guionista compuso una divertida aventura, que recordaba a la audiencia sus dotes para la comedia. Era una manera de aligerar la tensión. Al mes siguiente, la relevancia, la profundidad y el toque oscuro ya habían vuelto. "Trámites funerarios" (Spectacular #186-188 USA) devolvió la mirada del guionista sobre Tía May, uno de sus personajes fetiche de sus tiempos del Team-Up. Abordó los sentimientos de la anciana al respecto de la muerte de Nathan, que había tenido lugar en los Amazing de Michelinie, mostró la mezquindad de El Buitre, señalando su amistad pasada con Nathan, algo que se le había pasado por alto a dicho guionista, y acabó, de paso, con el odio irracional de Tía May hacia Spiderman.

Un complemento de unas pocas páginas, pero extraordinaria importancia para el autor, ahondó en la relación entre Peter y May, siguiendo una dirección novedosa. En Amazing #370 USA, DeMatteis descubrió retroactivamente que la primera reacción de ella poco después de que los padres de Peter murieran y éste hubiera sido acogido en la casa de Forest Hills fue el escepticismo. No había podido tener hijos ni tampoco recordaba una infancia feliz, así que no se veía capaz de educar a un sobrino. Para el guionista, era un interesante acercamiento, que nadie antes había acometido. A juicio de DeMatteis, había grandes diferencias entre Peter antes y después de casarse, aunque el personaje siguiera siendo el mismo. "Ya no es ese tipo neurótico que trata de hacer lo mejor que puede mientras lucha contra los obstáculos", dijo. "Ahora tiene una bella esposa y los problemas económicos han terminado. Por eso examino su mente.

Me gusta rascar en un personaje y empujarlo. Quiero que el lector se preocupe no sólo por el héroe, sino también por el villano y por todos los demás". Por la lupa psicoanalítica pasaron en los meses siguientes El Rino, El Puma, de nuevo Alimaña o el Profesor Poder, otro viejo recordatorio del Team-Up.

Mientras tanto, la locura de Harry siguió flotando en el ambiente, a modo de subtrama que en ocasiones pasaba a primer plano, y que aguardaba a la celebración del Spectacular #200 USA para su cierre a lo grande: cuarenta y un intensas páginas en las que la lucha entre Spiderman y el renacido Duende Verde llegaba a sus últimas con-secuencias. No entramos en detalles sobre eso, pero sí mencionamos que el guionista decidió dejar sin diálogos las dos últimas páginas, después de echar un vistazo a las planchas una vez dibujadas y comprender que no era necesario "ni una maldita palabra" para entenderlas.

"Aquellas dos páginas eran tan emocionantes que me sorprendieron", afirmó Buscema al respecto.

Ese episodio podríamos decir que supuso también el fin de esta etapa tan particular, con matices: DeMatteis y Buscema todavía trabajaron juntos en los cruces que tuvo Spectacular con el crossover "Matanza Máxima", que no podía estar más alejados de los postulados de su periplo y que puedes encontrar en el tomo de Marvel Héroes donde se recoge dicha saga. El guionista todavía se encargó de otra historia más bajo el principio de "vamos a psicoanalizar a un villano", con Electro, aunque en ese caso se publicó en la Spider-Man sin adjetivos y fue Klaus Janson quien la dibujó: esa sí está aquí.

En este periodo, todavía habría de escribir algún Annual o algún complemento más, que de igual forma hemos incluido en el tomo. Luego vino la locura de "El regreso de Ben Reilly", en que DeMatteis tuvo una participación importante, y para la que Buscema ya estaba en otras cosas. Pero, de nuevo, esa es una historia para otra ocasión, y sin duda unos tebeos para otros tomos.

"El niño que llevas dentro" se publicó originalmente en España al margen de la serie del trepamuros y dentro de la antológica Marvel Héroes, como había pasado antes con "La última cacería", para dar empaque a dicha cabecera, aunque en consecuencia se le restara a la colección propiamente dicha del Hombre Araña. Los siguientes episodios de la etapa DeMatteis-Buscema sí se integraron en ésta. Después de aquella primera edición, sólo se había reeditado hasta ahora "El niño que llevas dentro", en 100% Marvel HC. Este volumen, que a día de hoy no tiene equivalencia en Estados Unidos, sirve así de reparación ante esta imperdonable ausencia, para reivindicar la grandeza de la última gran etapa que tuvo Spiderman antes de meterse de lleno en su infierno particular de los años noventa (y del que no saldría hasta el siglo XXI) y para que las nuevas generaciones puedan descubrirla. Si tú no la conocías, prepárate para hacerle hueco entre tus favoritas y, quizás, para, al fin, encontrarla en una de esas listas.




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