J. M. Berenguer
Goodbye Eri
Tatsuki Fujimoto, Barba Ink
Norma Editorial
Japón
Rústica con sobrecubierta
208 págs.
Blanco y negro
Traducción: Marta Moya
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En el verano de 2021, el autor japonés superventas Tatsuki Fujimoto (Chainsaw Man, Fire Punch) sorprendía con la publicación de Look Back, una obra autoconclusiva de un solo volumen en la que cambiaba de registro y mostraba al mundo sus dotes como narrador de historias cotidianas (slice of life) más allá del shōnen destinado a reventar la lista de cómics más vendidos. Su calidad le valió el aplauso del público, premiado también con numerosos reconocimientos. Roto el hielo, apenas un año después, el autor siguió por la misma senda con el lanzamiento de Goodbye Eri, una nueva historia autoconclusiva publicada de una sola vez. Lo que podría haber sido un fracaso leído como el intento de aprovechar el tirón de su anterior publicación, fue realmente una nueva muestra de que Fujimoto quiere ser y es ya uno de los grandes.
La sensación al leer el mencionado Look Back fue de cambio radical respecto de sus obras más conocidas, de sorpresa, de giro inesperado por lo que contaba y por el cómo lo hacía. En esta ocasión, con Goodbye Eri, lo bueno es que podemos comparar. Y lo mejor, es que esa comparación no concluye en decepción o descenso en el nivel, sino que Fujimoto cuenta una historia diferente, con recursos nuevos y que produce sensaciones diferentes. Pero compartiendo un mismo resultado: satisfacción.
Goodbye Eri cuenta la historia de Yûta en primera persona, literalmente, ya que es él quien está grabando en vídeo sus vivencias (el autor refleja esos planos en las viñetas, un recurso sorprendente, pero que clava con maestría). Todo comienza cuando sus padres le regalan un smartphone con un objetivo: que el joven estudiante grabe a su madre —a petición de ella— hasta el momento de su muerte, pues está afectada por una enfermedad. Tras el terrible pero inevitable suceso, Yûta decide hacer una película con el material recogido y proyectarla en su instituto. Lejos de ser comprendido, sus compañeros desaprueban su creación, llevando a Yûta a querer suicidarse. Pero justo antes de que el joven se precipite al vacío, conocerá a la misteriosa Eri, con quien empezará a crear otra película similar pero diferente... y mucho más misteriosa.
Como comentábamos anteriormente, lo primero que sorprende de Goodbye Eri es la forma en que el autor cuenta esta historia. Hemos visto muchos otros cómics narrados desde el punto de vista del protagonista, a través de lo que sus ojos ven, pero sin duda hacerlo a través de los fotogramas de los vídeos grabados por él le da un toque documental interesante y, además, permite jugar con planos del protagonista (como cuando planta el móvil y se graba a él mismo). Fujimoto introduce además recursos narrativos destacables, como las viñetas desenfocadas en algunos planos «grabados» con el móvil, o composiciones de páginas con la misma viñeta repetida una y otra vez (solo cambiando los diálogos) debido a que, repetimos, son planos de la vida del protagonista grabados con su teléfono. Un recurso sorprendente y que, está claro, Fujimoto no se puede permitir en obras como Chainsaw Man. Aquí no importa, y de hecho funcionan a la perfección.
El estilo del autor seguramente sea más acorde a los mangas de acción que al slice of life con toques sobrenaturales que nos ocupa, pero en el fondo ello no es importante, porque la trama de Goodbye Eri sobresale. Aunque encontramos en este título retales de muchas otras obras, Fujimoto tiene bien atado el devenir de la historia, sabiendo captar la atención del lector cuando es necesario. No necesita más que un par de giros de guión, una buena dosis de drama y su forma de narrar y componer las páginas para mantener la atención del lector y llevarlo a su terreno. Y lo más curioso es que cuando uno finaliza su lectura se da cuenta de que no echa en falta elementos básicos en otras obras, como personajes secundarios, paisajes diferentes, escenarios cuidados o el clásico azúcar nipón. Goodbye Eri no lo necesita.
Y, por si todo esto no convence, cabe remarcar que Goodbye Eri acumuló 2,2 millones de lecturas en Shōnen Jump+ en apenas unos días, fue segundo en la prestigiosa lista Kono Manga ga Sugoi! (categoría de lectores masculinos) y sexto en los Manga Taishō Awards, entre otros reconocimientos. Sí, quizá Goodbye Eri esté un pelín por detrás de Look Back, pero ello no quita que sea una de las lecturas obligadas del año. El listón no es que estuviese alto, es que era inalcanzable.
Jot Down 2024
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